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En este trabajo nos centramos en los verbos formados a partir de sustantivos que codifican un significado de creación o surgimiento de una entidad nueva con la finalidad de definir sus rasgos morfológicos, sintácticos y semánticos. El análisis de los verbos denominales de creación registrados en el diccionario académico revela que, desde el punto de vista morfológico, siguen los procedimientos habituales de formación. Semánticamente, su estudio demuestra que se pueden diferenciar dos tipos dependiendo de si la entidad creada es un objeto o un acto, aunque en cada uno se distinguen subclases según los rasgos semánticos del nombre base y la estructura sintáctico-semántica en la que se manifiesta el verbo. En lo que a la sintaxis se refiere, estos verbos dinámicos y activos aparecen habitualmente en estructuras biactanciales con posibilidad, en muchos casos, de alternancia en esquemas monoactanciales con o sin pronombre se.
En Verbolario, Rodrigo Cortés plantea las definiciones de 2500 unidades, con el fin de descubrir el “significado oculto” de las palabras. El objetivo de este trabajo es analizar esta obra desde un punto de vista lingüístico: para ello, se muestran los diferentes aspectos lingüísticos que intervienen en la elaboración de estas definiciones (como la antonimia o la metáfora, entre otros). A través de medio centenar de ejemplos, en este artículo se reflexiona sobre qué nos dice Verbolario y sus definiciones sobre cómo los hablantes nos enfrentamos a los significados y cómo estos están modulados por muchos aspectos más allá de lo semántico.
Para numerosos tratadistas e historiadores de época medieval y moderna, el euskera era una de las lenguas surgidas en la torre de Babel, y la que habría traído Túbal, nieto de Noé, a la península ibérica. Así, el pueblo vasco, que entroncaba mitológicamente con el considerado primer morador de España tras el Diluvio Universal, habría resistido, sin mezcla de sangre, religión ni lengua, a las posteriores conquistas romanas, visigodas y musulmanas. Sin embargo, este trabajo da cuenta de una hasta ahora desconocida corriente surgida en el siglo xvi que, en contra de la ampliamente extendida línea tubalista, defendía que el euskera era la lengua hablada por las tribus visigodas. Se citan algunas de las obras que se hacen eco de esta visión goticista, entre las que destaca ―por poco estudiada― la del navarro Juan Martín y Hualde, y se analiza su origen y difusión. Se defiende que el iniciador de la misma fue Juan Arce de Otálora, y que partió, para ello, de una interpretación errónea o interesada de su fuente, que no es otra que el historiador valenciano Pere Antoni Beuter.
Juan Antonio Saco Arce é coñecido por ser o autor da primeira gramática galega feita con rigor e por se dedicar á compilación de literatura tradicional, aínda que tamén cultivase a poesía e escribise pequenos ensaios sobre a lingua. Entre os contidos expostos na súa Gramática gallega de 1868 figura a primeira tentativa de clasificar os falares galegos, os cales, partindo dunha serie de trazos fonéticos e morfolóxicos, foron interpretados nunha dupla división entre unha variedade meridional e outra setentrional. Non se podendo acompasar esta perspectiva desde a actualidade, supuxo, no entanto, un fito na daquela incipiente lingüística galega que sería subscrito por varios investigadores e eruditos. No presente texto examinamos aquela proposta e a repercusión que tivo, ben como valorizamos outras informacións sobre a diversidade dialectal da altura tamén fornecidas polo propio Saco Arce.
Los objetos tácitos definidos son posibles en recetas en español bajo ciertas condiciones. En primer lugar, el objeto tácito debe interpretarse como definido y específico. Esta interpretación puede obtenerse gracias a un antecedente o a otros medios (léxicos o pragmáticos). En segundo lugar, los objetos tácitos pueden aparecer como clíticos, con la misma interpretación definida y específica. En tercer lugar, los verbos que seleccionan los objetos tácitos definidos deben recibir interpretaciones imperativas, debido al registro instruccional al que pertenecen las recetas. Finalmente, los objetos tácitos definidos deben estar afectados. En cuanto a sus propiedades sintácticas, los objetos tácitos definidos se encuentran proyectados sintácticamente como SD, puesto que pueden controlar y ligar elementos gramaticales, legitimar huecos parasíticos y ser visibles a predicaciones secundarias. En este artículo se propone que analizar los objetos tácitos definidos mediante un pronombre nulo predice las propiedades básicas de los objetos tácitos definidos. El pronombre tiene rasgos de género, número y D. Además, este análisis puede extenderse a ciertos usos de objetos tácitos definidos, que carecen de antecedente lingüístico. En estos casos especiales, el pronombre es neutro.