1. INTRODUCCIÓN
La categoría de los verbos procedentes de sustantivos en español conforma un conjunto amplio de elementos y en continuo crecimiento gracias a la creación neológica. El éxito que tienen estos lexemas se debe a diversos motivos: la sencillez a la hora de producirlos, puesto que contamos con un paradigma cerrado de afijos que intervienen en su formación; su capacidad para fusionar contenidos semánticos en un único vocablo, siendo ejemplos evidentes de la función de la economía de la lengua; la facilidad para reconocerlos e interpretarlos durante el intercambio comunicativo; y sus variadas posibilidades significativas, que los convierten en un recurso al que el hablante acude de forma intuitiva y con un éxito asegurado en el proceso de comunicación.
En este trabajo analizamos un conjunto de verbos denominales en español: los que implican la creación de la entidad denotada por el sustantivo fusionado en el lexema verbal. Nuestro corpus de trabajo ha sido extraído manualmente del Diccionario de la lengua española de la Real Academia Española . En las entradas en las que el diccionario académico no explicita la etimología de la voz, hemos acudido al Diccionario crítico-etimológico castellano e hispánico para comprobar la procedencia nominal del verbo. No obstante, siguiendo la metodología de análisis sincrónico de la lengua, se han considerado también verbos denominales aquellos en los que es reconocible una base sustantiva en la actualidad (por ejemplo, aunque el diccionario académico señala que efigiar, epigramatizar o bosquejar derivan de verbos procedentes del latín tardío, del griego y del catalán, respectivamente, estos verbos se han considerado denominales por el reconocimiento de las bases sustantivas efigie, epigrama y bosquejo). El corpus de trabajo se ha completado con ocurrencias reales de las voces analizadas que han sido extraídas del corpus Web/Dialectos de El corpus del español de Mark Davies .
La distribución del artículo será la siguiente: en el epígrafe 2 comentaremos cómo se generan los verbos procedentes de nombres atendiendo tanto a su configuración morfosintáctica como a su delimitación semántica; en el epígrafe 3, describiremos la categoría semántica de la creación, para, en el epígrafe 4, centrarnos en la caracterización de los verbos denominales que expresan creación en español, donde pondremos el énfasis en los subtipos semánticos a los que dan lugar y en las construcciones sintáctico-semánticas en las que se pueden manifestar. El estudio finalizará con unas conclusiones o reflexiones finales.
2. EL PROCESO DE CREACIÓN DE UN VERBO DENOMINAL
En la generación de verbos a partir de bases sustantivas intervienen diferentes procesos lingüísticos, entre los que queremos destacar los morfológicos, los sintácticos y los semánticos. No aludiremos aquí a las modificaciones en la sustancia fónica que se producen al pasar de nombre a verbo, por estar suficientemente explicadas en la bibliografía general.
Desde el punto de vista morfológico, en la generación de verbos denominales intervienen los procedimientos clásicos de formación de palabras con los que los hablantes podemos crear palabras nuevas basándonos en otras que ya existen. En concreto, los mecanismos que se emplean en la producción de verbos son dos: la derivación y la parasíntesis, que suponen la añadidura de afijos a una base sustantiva, de ahí que ambos procedimientos se incluyan en el proceso morfológico general de la adición, con el que “la base resulta incrementada con elementos externos a ella” y, específicamente, dentro de la afijación .
La derivación de verbos denominales tiene lugar en aquellas ocasiones en las que a la base sustantiva se le une un sufijo verbalizador, esto es, se añade un afijo después de la base y antes de los morfemas flexivos, cuya función es transformar la base en un verbo; de manera adicional, el verbo puede presentar, asimismo, afijos que aparecen antes de la base (prefijos). En nuestra lengua, se reconoce, de manera generalizada, que los sufijos formadores de verbos son -ar, -ear, -izar, -ificar y -ecer, que dan lugar, de acuerdo con Pena Seijas , a dos tipos clásicos de derivación: la mediata, “en la que la vocal del tema va precedida de otro sufijo veran-o > veran-e-a-r)” y la inmediata, en la que tiene lugar la “simple adición de la vocal del tema de la conjugación (rem-o > rem-a-r)”. Los sufijos aportan unas notas de significación de carácter general y la delimitación semántica del verbo resultante depende del significado aportado por la base y de cómo se fusiona esta al sufijo verbalizador. La unión frecuente de ciertos sustantivos y sufijos explica que los verbos en -ear suelan mostrar contenidos de iteratividad y habitualidad, que los verbos en -izar e -ificar se especialicen en la expresión de la causatividad y que los verbos en -ecer expresen, sobre todo, incoatividad y causatividad.
Por su parte, los verbos denominales creados por parasíntesis unen a la base un prefijo y un sufijo de manera conjunta y simultánea , siendo los prefijos más productivos a-, en- y des-, que se unirían a cualquiera de los sufijos mencionados para la derivación a excepción de -ificar. Se considera que en los verbos parasintéticos prefijación y sufijación tienen lugar de manera simultánea y conjunta porque no es posible o no es sistemático plantear una base intermedia que genere ese verbo únicamente con el prefijo o solamente con el sufijo. Así, la formación de apasionar se explica por la unión de a- y -ar a la base pasión, pues no existen las bases intermedias *pasionar y *apasión, y verbos como amarañar se analizan como parasintéticos (aunque presenten formas como marañar) porque su significado se conforma a partir del nombre base maraña sin pasar por una etapa intermedia. La estructura ternaria de los parasintéticos sería contraria a la Hipótesis de la Ramificación Binaria de Aronoff , según la cual “the morphophonological operation [of a Word Formation Rule] is phonologically unique”, de forma que, en una regla de formación de palabras, solamente se puede unir un afijo a la palabra base y las palabras complejas únicamente podrían tener una estructura binaria jerarquizada. La clara estructura ternaria que presentan los parasintéticos a-pasion-ar) se ha tratado de solucionar de diversas formas (véase o , pero la realidad es que cualquier hablante de español reconoce en lexemas del tipo atornillar, empavorecer o alunizar tres elementos disponibles de su lengua (a-tornill[o]-ar, em-pavor-ecer, a-lun[a]-izar), por lo que la consideración de la parasíntesis como procedimiento misceláneo o tipo complejo de adición parece ser la más coherente con la estructura morfológica de la lengua y con los mecanismos cognitivos de reconocimiento e interpretación por parte de sus usuarios.
En lo referente a la sintaxis, podemos explicar la formación de verbos denominales gracias a la incorporación, que permite unir diversas categorías en una única palabra. Concretamente, los procesos de incorporación suponen que “one semantically independent word comes to be ‘inside’ another. Incorporation in turn proves to be no more than the result of applying standard movement transformations to words rather than to full phrases” ; por lo tanto, una palabra independiente se movería (gracias a la regla Move-Alpha hacia otra que la rige, lo que provoca alteraciones en la función gramatical. Según Baker , se pueden diferenciar diversos tipos de incorporación (nominal, verbal, preposicional y pasiva), aunque la que nos interesa aquí es la incorporación nominal, que “contains both a basic verb root and a noun root” y en la que el nombre incorporado recibe “a thematic role from the verb root”. Con la incorporación nominal, como vemos, se genera un compuesto, pero el autor reconoce que en ella se incluyen distintas variantes morfológicas: “the N can be an affix and the V a root, as in antipassives; the V can be an affix and the N a root, as in Eskimo apart from antipassives; or the N and the V can both be roots, as in Iroquoian and Southern Tiwa”. La formación de verbos denominales podría explicarse como el segundo tipo de incorporación morfológica nominal y supondría la unión, en un único lexema, de un sustantivo y un afijo con carácter verbalizador que aparecían de manera independiente en la frase: el afijo funcionaría como un verbo debido a su capacidad de selección y el sustantivo incorporado posee una función concreta con respecto al verbo resultante (se puede incorporar el objeto, el sujeto, el instrumental y el locativo), de modo que se convierte en su modificador y, tras ese movimiento sintáctico, se produce un cambio de función gramatical. De acuerdo con lo dicho, los elementos de una construcción pueden manifestarse de forma independiente y diferenciada (formaciones de tipo analítico), como ‘meter en una botella’, o expresarse de modo condensado (formaciones de tipo sintético o conceptos complejos), como embotellar. Estas dos posibilidades de manifestación no se consideran equivalentes ni semántica ni sintácticamente, pero las dos derivan de una misma estructura conceptual (cf. .
Por lo que respecta a la semántica, los verbos denominales muestran una condensación lingüística de elementos en un único vocablo y esta aglutinación semántica puede explicarse utilizando el concepto de fusión (conflation. Siguiendo a Talmy , la fusión supone un proceso sintáctico por el que “a more complex construction turns into a simpler one”, esto es, explica la creación de formas sencillas, pero de carácter complejo. Frente a la incorporación, que se interesa por las consecuencias morfosintácticas del proceso de unión (la pérdida de independencia de los elementos y la recategorización de nombre a verbo), la fusión pone el punto de atención en las consecuencias léxico-conceptuales de la unión, esto es, en los aspectos semánticos . Para ilustrar la fusión de elementos semánticos, Talmy señala que es necesario diferenciar previamente los componentes de los esquemas de situación a nivel conceptual, por lo que resulta imprescindible establecer los constituyentes que intervienen en las diferentes categorías semánticas (situación local, causativa, instrumental, de transferencia, etc.) y cómo se manifiestan en la construcción sintáctico-semántica con el verbo complejo.
En el proceso de interpretación, durante el cual conseguimos asignarle un significado adecuado al verbo denominal en un contexto concreto de producción, se tiene en cuenta el contenido aportado desde diferentes fuentes: los valores aspectuales y las notas de significación codificadas por los afijos presentes en el verbo; el contenido expresado por el sustantivo fusionado (para lo que resulta crucial el conocimiento enciclopédico), así como la forma en la que se ha fusionado, esto es, si se trata de un objeto localizado o base de localización, un instrumento, un estado u objeto interpretado como estado, un comportamiento o actitud, etc.; el significado que encierra la construcción sintáctica en la que se inserta el verbo (según la Gramática de Construcciones de Goldberg 1995, toda construcción sintáctica posee significado); la información que se deduce del contexto situacional o extralingüístico en el que se produce la comunicación; el conocimiento que comparten los interlocutores en el intercambio comunicativo y que deriva de las experiencias previas que han mantenido; y los datos que proceden del contexto histórico, espaciotemporal y social (el conocimiento enciclopédico) en el que se encuentran hablante y oyente.
3. LA CATEGORÍA SEMÁNTICA DE LA ‘CREACIÓN’
La configuración de la categoría semántica de la ‘creación’ requiere una abstracción previa en la que sean delimitados sus constituyentes y cómo pueden aparecer en la estructura sintáctico-semántica con el verbo denominal. La ‘creación’ es un proceso que supone ‘producir algo de la nada’ y ‘establecer, fundar, introducir por primera vez algo; hacerlo nacer o darle vida, en sentido figurado’ , s.v. crear, por lo que tiene un carácter dinámico; de hecho, Martín García afirma que los predicados con este significado pueden interpretarse como atélicos (actividades) y télicos (realizaciones) dependiendo de la naturaleza del sustantivo base y del contexto.
La escena creativa prototípica debe incluir un agente, que lleve a cabo la acción de crear una entidad de manera intencional, voluntaria y deliberada (es responsable de la eventualidad que comienza a existir), y una entidad inexistente de manera previa a la acción y que se produce o es resultado precisamente de ella. A pesar de que en la mayoría de las ocasiones la entidad que inicia el proceso de creación es un agente, se dan casos de entidades creadas por parte de seres animados que, por sus características físicas, son capaces de efectuar ciertas realidades (como un pájaro, que puede apilar ramas para hacer su nido). Por este motivo, debe entenderse ese sujeto como un iniciador o creador animado que, gracias a sus propiedades o comportamiento, es responsable de la entidad creada con la acción verbal. Los componentes básicos, entonces, serían el agente o creador, la acción en sí y la entidad creada. Adicionalmente, puede aparecer una persona que recibe la entidad creada y que desempeñaría el papel semántico de beneficiario o receptor (como en Los compañeros boicotearon a la nueva trabajadora) o una entidad inanimada y afectada que termina albergando la creación y cambiando su estado, y actúa como paciente-destinatario (como en Los constructores encastillaron la ciudad); asimismo, podría darse el caso de que se presentara como participante una entidad que actúa como el origen desde el que se crea la entidad (como en Los técnicos del laboratorio analizaron la muestra) o como especificador del contenido creado (como en La alumna bosquejó un paisaje).
La entidad nueva que se genera con la acción es el elemento que aparece fusionado en el verbo y permite dos variaciones básicas: puede tratarse de un objeto creado o de un acto efectuado. El objeto creado es una entidad, principalmente inanimada y concreta, que se origina tras la actuación de un sujeto agente; su surgimiento depende de que el creador realice una actividad manual, intelectual, artística, constructiva…, como una hipoteca en hipotecar o un baluarte en abaluartar. Por su parte, el acto efectuado se representa, sobre todo, bien con sustantivos eventivos que denotan acontecimientos o sucesos, por tanto, con temporalidad interna y de carácter concreto (como una captura en capturar), bien con hechos lingüísticos que son resultado de la acción de un sujeto agentivo (como una amenaza en amenazar).
En el epígrafe que sigue observaremos de qué manera se manifiestan estos componentes del esquema de la situación creativa en las estructuras con verbos denominales en español.
4. LOS VERBOS DENOMINALES DE CREACIÓN
Los verbos denominales de creación o creativos denotan la creación o efectuación de la entidad designada por el sustantivo que aparece fusionado en el verbo. Con la acción verbal, por tanto, esa entidad fusionada pasa de un estado de no existencia a otro de existencia. De manera explicativa, es común emplear para estos predicados las paráfrasis con ‘crear, producir, hacer, llevar a cabo o hacer efectivo N’ (.
Semánticamente, estos verbos pueden diferenciarse en dos clases amplias dependiendo del carácter de la entidad que se crea (un objeto o una acción):
-
Verbos de objeto creado, que hacen referencia a la creación del objeto designado por el sustantivo fusionado (analizar es ‘someter algo a un análisis’, esto es, ‘hacer un análisis’ y miniaturizar es ‘producir objetos y mecanismos de tamaño sumamente pequeño’ o ‘crear miniaturas’).
-
Verbos de acto efectuado, que muestran la creación del acto denotado por el sustantivo fusionado (reflexionar es ‘pensar atenta y detenidamente sobre algo’ o ‘hacer una reflexión’ y parodiar es ‘hacer una parodia de alguien o de algo’).
La distinción entre estos dos grupos, que veremos con detalle en los apartados siguientes, no es siempre fácil de establecer y en cada uno de ellos es posible delimitar subgrupos semánticos. La realidad es que algunos verbos pueden incluirse en diferentes subgrupos dependiendo del significado que adopte el sustantivo base en cada momento. Así, oficiar puede clasificarse como verbo de acto efectuado si se toma la acepción ‘presidir una celebración litúrgica’, pues parte del significado del sustantivo ‘oficio divino’ o acto religioso, pero se interpreta como subtipo scribendi en la acepción ‘comunicar algo oficialmente y por escrito’, en la que oficio es ‘comunicación escrita, referente a los asuntos de las Administraciones públicas’; del mismo modo, registrar es verbo de acto efectuado con el significado de ‘mirar, examinar algo con cuidado y diligencia’, en el que registro es la ‘acción de registrar’, pero alude a un subtipo de acto de escritura con el significado de ‘anotar, señalar’, en el que se entiende registro como ‘asiento que queda de lo que se registra’ (la anotación o apunte).
En cuanto a su estructura sintáctico-semántica, los verbos de creación son predicados de acción que admiten la aparición en construcciones activas intransitivas y transitivas. En estructuras monoactanciales, el sujeto es el iniciador de la acción verbal y se manifiesta, principalmente, como una entidad humana agentiva que crea la entidad fusionada en el verbo, como en alpargatar, ‘hacer alpargatas’, o bromear, ‘utilizar bromas’; no obstante, puede ser también una entidad animada creadora que realiza la acción gracias a sus propiedades físicas, como en ahoyar, pues un perro podría ‘hacer hoyos’. Algunos de estos verbos, además, se consideran “de acusativo interno” (véase , ya que pueden presentar un objeto cognado o interno (subtipo de objetos efectuados de acuerdo con , esto es, un complemento directo cuyo núcleo está relacionado morfológicamente con el sustantivo fusionado (presenta la misma raíz, como programar en Programar un programa o silabear en Silabear dos sílabas), o un complemento no cognado, es decir, un complemento directo semánticamente afín a él (como bosquejar en Bosquejar una idea o apostillar en Apostillar una nota); en ambos casos, esos complementos sirven para especificar el contenido del verbo.
En construcciones biactanciales contamos con un esquema de sujeto y objeto directo en el que el sujeto es un creador con rasgos agentivos y el objeto puede designar, de manera general, una entidad afectada, inanimada, que recibe la creación (en Los arquitectos torrearon el castillo se interpreta que construyeron o ‘guarnecieron con torres una fortaleza’), su destinatario o su beneficiario cuando es animado (Los estafadores burlaron al público es ‘hacer una burla al público’ o engañarle), el origen a partir del cual dicha entidad se efectúa (Elogió su caligrafía se entiende como ‘hizo un elogio de su caligrafía’) o, en ciertas ocasiones, especifica el contenido expresado por el sustantivo fusionado (en Borronear una línea horizontal con un lápiz, “una línea horizontal” es el borrón creado).
De hecho, resulta habitual que los verbos de creación alternen entre una estructura transitiva (1) y otra intransitiva sin pronombre se (2), que oculta el objeto directo, y en la que el resto de los elementos de la construcción funciona igual:
- (1)
Cuando yo hube jugado un rato con la muñeca, la señorita Sullivan deletreó lentamente en mi mano la palabra muñeca (“El cine como estrategia didáctica: El Milagro de Ana Sullivan”, México, General).
- (2)
Las letras comunes estaban dirigidas en sentido de la vista y no del tacto, por eso, más que leer, los invidentes deletreaban (Hernández, J. C., “Epónimos: «El sistema y el alfabeto Braille»”, Cuba, Blog).
Otros verbos admiten una alternancia entre una construcción transitiva, como en (3) y (5), y otra intransitiva con pronombre se en la que el objeto directo de la transitiva pasa a funcionar como sujeto de la pronominal, como en (4) y (6), y la estructura suele adquirir sentido pasivo, como en (4), o reflexivo, como en (6), interpretaciones que derivan de la presencia de un agente oculto en la construcción monoactancial:
- (3)
Agustín Santella ofició como periodista y estructuró el reportaje tomando como ejes distintos momentos de la historia (“Entrevista al historiador Nicolás Iñigo Carrera y al sociólogo Agustín Santella”, Perú, General).
- (4)
Igualmente, se estructuraron los programas transversales de Educación Ambiental, Educación para la Sexualidad y Construcción de Ciudadanía y Educación para el Ejercicio de los Derechos Humanos (Ministerio de Educación Nacional, “El reto es consolidar el sistema de calidad educativa”, Colombia, General).
- (5)
Alonso replicó que su partido solo sigue los trámites que marca el reglamento y reprochó a los socialistas que se enreden en cuestiones estériles (“El PP tritura la propuesta del PSOE para que el Congreso indague en sus finanzas”, España, General).
- (6)
Una vez terminada esta tarea, se reprochó el haber sido demasiado serio, tiró al fuego el segundo manuscrito y escribió el que nosotros reimprimimos (“Centro de Estudios Políticos y Sociales: Lo que se ve y lo que no se ve”, Argentina, Blog).
En los ejemplos (3) y (4) se registra el verbo estructurar: en el primer caso, en un esquema transitivo con sujeto agente (“Agustín Santella”) y objeto directo paciente-destinatario de la estructura que este crea (“el reportaje”); en el segundo, en una construcción pronominal pasivo-refleja que oculta al agente que realiza la estructura en “los programas transversales”, quedando su interpretación indefinida. En los dos ejemplos siguientes contamos con una alternancia del verbo reprochar: en (5) aparece en estructura transitiva con sujeto agente (“Alonso”) y objeto afectado receptor del reproche (“a los socialistas”) y en (6) el sujeto se hace un reproche a sí mismo, por lo que la lectura es reflexiva.
Debemos tener en cuenta que la interpretación semántica del verbo viene dada por la estructura argumental. Como hemos comentado unas líneas más arriba, un mismo lexema verbal puede incluirse en distintas categorías semánticas y su clasificación dependerá de qué significado adopta el sustantivo fusionado en cada caso. A modo de ejemplo, un verbo como florear se clasifica como denominal creativo cuando se parte de las acepciones ‘disponer el naipe para hacer trampa’ y ‘echar piropos a una mujer’, en las que el sustantivo base flor es una ‘trampa y engaño que se hace en los juegos de naipes o de dados’ y un ‘piropo, requiebro’; con estos significados, el verbo se manifiesta en estructuras transitivas en las que la entidad creada surge como consecuencia de la actuación del sujeto (como en El jugador floreó su carta con pericia, para el primer significado, y en El hombre floreó a la chica cuando la vio por la calle, para el segundo significado). Por el contrario, florear se interpreta como verbo denominal local con el significado ‘adornar y guarnecer con flores’ y como verbo de emisión con la acepción ‘dicho de una planta: florecer’ cuando entendemos el sustantivo fusionado como el ‘brote de muchas plantas, formado por hojas de colores, del que se formará el fruto’; con estos significados, aparece en estructuras transitivas (como en La mujer floreó la tumba de su marido, para el primer significado comentado), en las que un agente desplaza una figura (la flor fusionada en el verbo) a la entidad designada por el complemento directo, y en estructuras intransitivas (como en La planta florea, para el segundo significado). Será en el intercambio comunicativo donde se resuelvan las posibles ambigüedades relacionadas tanto con el contenido específico que adopta el sustantivo base como con la asignación de los papeles semánticos de los participantes en el enunciado (agente o creador para el iniciador de la acción creativa y paciente/destinatario, beneficiario/receptor, origen o especificador en el caso del complemento directo).
4.1. Verbos denominales de objeto creado
Los verbos denominales de objeto creado se originan a partir de sustantivos de contenido diverso, pero poseen, como rasgo común, aludir a productos físicos que son creados como resultado del evento. Según el significado concreto del nombre, podemos diferenciar:
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Productos que surgen del conocimiento humano tras la realización de experimentos, estudios o procesos químicos (este grupo es numeroso): análisis (analizar), anatomía (anatomizar), concreción (concrecionar), diagnóstico (diagnosticar), emulsión (emulsionar), ensayo (ensayar), gas (gasificar), textura (texturizar), etc.
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Entidades resultado de una actividad intelectual de tipo general: consenso (consensuar), etimología (etimologizar), excepción (excepcionar), idea (idear), presupuesto (presupuestar), programa (programar), teoría (teorizar), etc.
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Productos de una labor manual, como miniatura (miniaturizar) o moneda (monedear), o alimentos cocinados, como salsamento (salsamentar), sancocho (sancochar) o sopa (sopar).
-
Sustantivos que focalizan el beneficio obtenido de una acción: hipoteca (hipotecar), provecho (provechar).
Por lo que se refiere a los mecanismos de formación, el más numeroso es la derivación inmediata (ambientar, concrecionar, diagnosticar, excepcionar, perfilar…), seguido de los lexemas verbales obtenidos por derivación mediata, grupo en el que destaca el sufijo -izar (anatomizar, contrapuntear, jerarquizar, monedear, tipificar…). Con este significado, la parasíntesis es escasamente empleada (aprovechar y empastelar). Existen, en algunos casos, dobletes que hacen uso de varios procedimientos: aprovechar-provechar, monedar-monedear, sopar-sopear 1.
Los verbos de esta clase semántica aparecen, principalmente, en estructuras biactanciales en las que el sujeto es, prototípicamente, una entidad humana agentiva, que actúa de manera voluntaria y deliberada, y el objeto directo funciona como el origen desde el que se efectúa el objeto fusionado en el verbo. La paráfrasis que empleamos para expresar este contenido es ‘hacer-crear un N de/a partir de CD’:
- (7)
Fernando el Católico otorgará el privilegio perpetuo a la Cofradía de San Cosme y San Damián para que los médicos y cirujanos del Hospital de Santa María de Gracia pudieran abrir y anatomizar cuerpos humanos (Museo Reverte Coma, “Condiciones sanitarias del Madrid medieval”, Panamá, General).
- (8)
Me dijo que estaba con mucho trabajo, pero que si yo no tenía apuro podía pasar con el tocadiscos por su casa cuando quisiera y él presupuestaría el arreglo (“Buensalvaje, libros para todos: Los especialistas”, Perú).
- (9)
Sopar las medialunas en el café, absorbiéndolo poco a poco (“Biblioteca Ignoria: Juan José Saer – Con el desayuno”, Argentina, Blog).
En el ejemplo (7), “los médicos y cirujanos del Hospital de Santa María de Gracia” realizan voluntariamente la anatomía de “cuerpos humanos”. En (8), “él” realiza su presupuesto a partir del arreglo del tocadiscos. Por último, en (9), un sujeto agentivo oculto elabora una sopa utilizando “las medialunas”.
Junto a este grupo general de verbos denominales de objeto creado encontramos un subgrupo numeroso que hemos denominado de construcción local. En estos verbos se mezclan los contenidos de creación y localización: la acción constructora o manipulativa del agente genera una entidad nueva en un lugar. Dependiendo del elemento del esquema local que aparece fusionado en el verbo, distinguimos, a su vez, dos subtipos: locatum y locativos.
En los de tipo locatum, el sujeto agentivo realiza una actividad típicamente manual (con fines artísticos, decorativos o constructivos) sobre otra entidad, preexistente al evento, que se identifica con el complemento directo y que, tras la acción, ve cambiado su estado al albergar una entidad recientemente creada. Este complemento directo es, al mismo tiempo, afectado y base de localización, y la entidad fusionada en el verbo es el objeto creado por el agente y figura del esquema local, pues es desplazada a otra entidad (en La costurera festoneó el vestido, el ‘festón’ se crea en el vestido, que cambia su estado y recibe esa entidad creada); en el verbo también aparece fusionada la relación local entre figura y base de localización que se codifica mediante un prefijo (entallar se entiende como ‘formar el talle en un vestido’), aunque, en la mayoría de las ocasiones, está sobreentendida (acequiar es ‘construir acequias en un lugar’). En consecuencia, no se trata únicamente de ‘poner algo que ya existe en un sitio preexistente al evento’ (localización), sino de ‘hacer algo que no existía antes en un lugar que sí preexiste al evento’ (creación y localización). La estructura parafrástica empleada para explicar su contenido es ‘hacer-construir/crear N en CD’. Semánticamente, además, podemos diferenciar subgrupos de estos predicados si atendemos al tipo de actividad que realiza el agente:
-
Obras de construcción o fortificación, sobre todo del ámbito de la arquitectura, como baluarte (abaluartar), bóveda (embovedar), castillo (encastillar), muralla (amurallar), sótano (asotanar) o trinchera (atrincherar).
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Entidades surgidas como producto de una actividad manual, con fines estético-artísticos o decorativos, propia de artes y oficios como la escultura, la carpintería, la costura, etc., como alféizar (alfeizar), bisel (biselar), bollo (abollar 2), festón (festonear), filo (afilar) o filigrana (afiligranar).
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Actividades manuales del campo de la agricultura, como acequia (acequiar), caballón (acaballonar), era 2 (erar), lomo (alomar),etc.
Desde el punto de vista morfológico, no hemos descubierto preferencias por ningún procedimiento de formación: se generan lexemas por derivación inmediata (alcantarillar, acequiar, esquinar), por derivación mediata, donde parece abundar el sufijo -ear (carcavear, canalizar, festonear), y por parasíntesis (abaluartar, acanalar, alomar). Podemos ejemplificar estos predicados en (10), (11) y (12):
- (10)
Aunque ya había dado los primeros avances el pasado sábado en la ciudad de Santa Ana, el exalcalde capitalino reiteró sus propuestas luego de prometerles a los habitantes del municipio que pavimentará la calle que conduce a Jicalapa de llegar a ganar las próximas elecciones presidenciales (El Mundo, “Norman Quijano dice que heredará profunda crisis”, El Salvador, Blog).
- (11)
Doblar unos 3 cm hacia dentro y pespuntear el dobladillo por el borde y a 2 cm, y a la vez poner las piezas de velcro duro (“Cosinas de Conchi: cubo-pouf con tutorial”, Estados Unidos, Blog).
- (12)
El presupuesto de la obra ha sido de 645.537 y sólo falta amueblarlo y ajardinar el entorno (“El Ayuntamiento de Villaquilambre ha tenido que adelantar 600.000”, España, General).
En (10) “la calle” es la entidad afectada por la acción y base en la que se localiza la construcción del pavimento o suelo que elabora el agente. El ejemplo (11) muestra una ocurrencia del verbo pespuntear en una construcción transitiva en la que el sujeto agente elidido se encarga de realizar pespuntes en “el dobladillo”, entidad que cambia de estado y en la que se localiza la figura creada. En el fragmento (12), un agente no mencionado es el encargado de realizar jardines en “el entorno”, por lo que este es la base de localización y entidad afectada donde se crea el jardín.
Por su parte, los verbos creativos constructivo-locativos fusionan el elemento base de localización y esta entidad es la que se crea con la acción (en un verbo como coleccionar, la colección es la entidad que se crea con la acción); como sucedía en el subgrupo anterior, en el verbo denominal se fusiona también la relación local en forma de prefijo (empilonar se interpreta como ‘formar un pilón o montón a partir del tabaco’) o queda sobreentendida por el contexto (almiarar es ‘formar un montón con la paja o poner la paja en montones’). La figura actúa como complemento directo y apunta a una pluralidad de entes que, por la actuación del agente, alteran su posición y pasan a estar reunidos o agrupados en la base creada. Podemos explicar este contenido con la paráfrasis ‘hacer-formar (crear) un N con el CD’.
El sustantivo fusionado hace referencia a los genéricos ‘conjunto, montón o grupo’ de algo: almiar, caudal, colección, fraile, muelo, parva, pilón, serie, etc. Morfológicamente, los verbos de este grupo siguen procedimientos variados de formación: contamos con lexemas generados por derivación inmediata (almiarar, coleccionar, hacinar, seleccionar…), por derivación mediata (colonizar, hatear, manojear, tesorizar…) y, de manera abundante, por parasíntesis (acaudalar, amanojar, atesorar, empacar, empaquetar, enfardar, ensartar…). Encontramos algunos dobletes como hacinar-enhacinar y aparvar-emparvar. En (13) y (14) podemos observar dos ejemplos:
- (13)
Para su análisis los científicos seleccionaron 60 estudios sobre la relación entre el clima y los conflictos armados (“Re: Científicos advierten que el calentamiento global puede desencadenar el apocalipsis”, Argentina, General).
- (14)
Y quieren subir las tasas universitarias, hacinar a los alumnos en los colegios públicos y pretenden que los enfermos crónicos se busquen la vida, porque no son cosa nuestra (“A Sueldo de Moscú: ¡Yo soy del PP, del PP, del PP!”, España, Blog).
En (13), seleccionar muestra una acción dinámica por la que los “60 estudios” se aúnan para formar una selección o conjunto de elementos que los agrupa en un todo unitario. En el caso de (14), el agente se encarga de crear, intencionalmente, una hacina (‘montón’) con los estudiantes, por lo que esta figura, inicialmente plural, tras la acción verbal queda agrupada en un conjunto.
4.2. Verbos denominales de acto efectuado
Al igual que sucedía en la clase semántica anterior, los verbos denominales de acto efectuado surgen a partir de sustantivos de significado diverso, pero tienen en común que designan acciones dinámicas en las que seres humanos realizan un determinado acto:
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Algunos nombres designan actos que son producto de una actividad intelectual: estado (estadificar), estudio (estudiar), inspección (inspeccionar), parodia (parodiar), reflexión (reflexionar), revisión (revisar), etc.
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Otros sustantivos son actos que resultan de actividades prácticas: asalto (asaltar), cambalache (cambalachear), confección (confeccionar), estilo (estilar 1), faena (faenar), hechizo (hechizar), muestreo (muestrear), etc.
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Varios nombres designan actos de comienzo, continuación o finalización: clausura (clausurar), expansión (expansionar), preludio (preludiar) y receso (recesar).
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Unos sustantivos designan gestos, normalmente de carácter positivo, que realiza una persona hacia otra, como caricia (acariciar), mimo (mimar 1), favor (favorecer) o cosquilla (cosquillear), aunque otros poseen efecto negativo, como burla (burlar), chasco (chasquear), trampa (trampear), boicot (boicotear), etc.
Formalmente, abundan los verbos generados por derivación inmediata (asaltar, clausurar, parodiar, registrar, revisar, etc.) y, en menor medida, por derivación mediata (economizar, guerrear, pleitear, saltear) y parasíntesis (limitada a achocar, engualichar y enhechizar). En este grupo encontramos los dobletes enhechizar y hechizar.
Los verbos de acto efectuado son básicamente biactanciales y la entidad iniciadora siempre es un agente; fusionado en el verbo se encuentra el acto que el agente crea con su acción. Podemos diferenciar dos estructuras sintáctico-semánticas según el papel semántico del elemento que actúa como complemento directo. Por una parte, el objeto directo puede funcionar como un origen, puesto que a partir de él se efectúa el acto y con él es posible crearlo. La paráfrasis explicativa que utilizamos es ‘hacer un N de/con CD’, como podemos comprobar en (15):
- (15)
Papá te prometo que esta vez me estudiaré bien la lección (Cinco días, “Blogs: El parado que baja los brazos”, España, General).
En (15), el agente (el yo) realiza, intencionalmente, un estudio de “la lección”.
Por otra parte, el complemento directo puede ser inanimado (aunque se dan casos de entidades animadas) y representar al destinatario del acto efectuado, de ahí que expliquemos su contenido con la paráfrasis ‘hacer un N a CD’, como en (16):
- (16)
Tras el encuentro, durante el cual los hinchas ovacionaron al uruguayo, Rodgers aclaró el panorama (Goal, “Rodgers afirma que «todo se ha resuelto» con Luis Suárez”, Argentina, General).
En (16), “los hinchas” llevan a cabo, deliberadamente, el acto de ovacionar “al uruguayo”, complemento directo receptor de esa ovación o aplauso ruidoso.
Una pequeña variación de esta segunda opción la constituye un conjunto de lexemas verbales que cuentan con un objeto directo humano que recibe y experimenta el acto efectuado. Esta entidad experimentadora, por su capacidad de decisión, se implica en el evento, ya que su colaboración es esencial para que el acto efectuado por el agente se interprete como tal. Nos referimos a casos como acariciar, boicotear, mimar o trampear (y otros verbos derivados de nombres que hacen referencia a gestos positivos y negativos), en los que, si el experimentador no está predispuesto o no siente que el acto llevado a cabo por el agente es una caricia, un boicot, un mimo o una trampa, el acto efectuado no tendrá la finalidad pensada por su creador. Podemos apreciarlo en el ejemplo (17):
- (17)
Bailaban los hombres con los ojos bajos, serios, como si cumplieran una obligación ineludible; únicamente en las vueltas, de pasada, mientras el hombre acariciaba a la mujer con su pañuelo arrugado, ambos se sonreían, como quienes están cometiendo a escondidas alguna picardía (“Centro Cultural Proletario: Cuento «Canto y Baile»”– Manuel Rojas, Chile).
En (17) el complemento “a la mujer” es humano, destinatario y experimentador de las caricias que “el hombre” realiza; el destinatario, por su implicación directa en el acto, será quien las interprete como tales.
Un subgrupo amplio de verbos denominales de acto efectuado lo constituyen los verbos dicendi y scribendi, esto es, los que hacen referencia a la creación, por parte de un ser humano que actúa voluntariamente, de un acto lingüístico (fusionado en el verbo) del tipo atildar, ‘poner tildes a las letras’; piropear, ‘decir piropos’; biografiar, ‘escribir la biografía de alguien’; o frasear, ‘formar, enunciar o entonar las frases’. A pesar de que, en algunas ocasiones, resulta difícil marcar los límites entre estas subclases, podemos diferenciar subtipos dependiendo del papel semántico del complemento directo y del significado aportado por el sustantivo fusionado.
Así, una primera opción es la de los verbos de habla y escritura con sujeto agente y complemento directo destinatario. Este destinatario puede ser inanimado, en cuyo caso designa el lugar (base de localización) en el que se produce el acto lingüístico, que queda contenido en él (como en El escritor fechó la carta); o animado-humano, en cuyo caso hace referencia al receptor del intercambio comunicativo y a quien se transfiere la entidad lingüística efectuada (como en El marido amenazó al amante de su mujer).
Los verbos de escritura de esta subclase semántica se forman sobre sustantivos que hacen referencia al campo de los signos de puntuación o de otros signos o marcas más generales (tilde [atildar], barra [barrear], comilla [entrecomillar], borrón [borronear], señal [señalar], tachón [tachonar]…) y a escritos breves del tipo apuntes o pequeñas notas (cota 2 [acotar 2], escolio [escoliar], membrete [membretar], fecha [fechar]…). En cuanto a los sustantivos que dan lugar a verbos de habla de esta clase, podemos mencionar algunas manifestaciones lingüísticas con connotaciones negativas (bronca [abroncar], escarmiento [escarmentar], amenaza [amenazar], raspa [raspear], y otras que causan afrenta, hieren o engañan, como ajo 2 [ajear 2], pulla [pullar] o baldón [baldonar]), otras con connotaciones positivas (alabanzas y halagos como encomio [encomiar], garatusa [engaratusar], flor [florear], piropo [piropear]…), nombres que denotan tipos de discurso oral (sainete [asainetear], serenata [serenatear], encuesta [encuestar], sermón [sermonear]…) y otros que aluden a juicios y opiniones (censura [censurar] y crítica [criticar]).
Desde el punto de vista formal, estos lexemas se forman por derivación inmediata (cuadricular, fechar, tachar; albriciar, amenazar, censurar, etc.), por derivación mediata, sobre todo en -ear (barrear, borronear, cabecear; lisonjear, sermonear, problematizar), y por parasíntesis (emborronar, entrecomar, subrayar; abroncar, apalabrar, asainetear, etc.). Podemos explicar su contenido con la estructura ‘hacer-comunicar N a/en CD’ y ejemplificarlos con fragmentos como (18) y (19):
- (18)
La costumbre de lisonjear a las damas constituye en esta ciudad una arraigada práctica desde la época colonial y se extiende hasta los salones de baile de la Revolución de Mayo (“Buscando ese no sé qué”, Estados Unidos, General).
- (19)
En Danlí hay que remontarse muchos años atrás para recordar a los primeros periodistas o escritores que emborronaron cuartillas para expresar sus ideas (“Escritores y periodistas de prensa y radio son parte de la historia de Danli”, Honduras, General).
En el ejemplo (18), “a las damas” es el ser humano que recibe la lisonja o alabanza, esto es, el destinatario de la nueva realidad lingüística creada por el agente. En (19) la entidad inanimada “cuartillas” es el destinatario que contiene los borrones creados por el agente.
Una segunda opción la constituye los verbos de habla y de escritura con sujeto agente y complemento directo origen. En este caso, el complemento directo es inanimado o animado, preexiste a la acción y es una entidad afectada que actúa como fuente u origen a partir del cual el sujeto crea su acto de comunicación (a veces, es una idea que el agente posee y sobre la que quiere comunicar algo); sobre esta entidad se dice o escribe algo y, figuradamente, desde ella se inicia lo que podemos considerar un desplazamiento abstracto (como sucede en Los dibujantes satirizaron a los políticos, pues se entiende satirizar como ‘hicieron una sátira de los políticos’).
Semánticamente, el sustantivo fusionado apunta a distintas realidades lingüísticas. En el caso de los verbos de escritura, contamos con nombres que hacen referencia a escritos reflexivos, producto de un proceso creativo o artístico: tipos de escrito o partes de él (biografía [biografiar], epigrama [epigramatizar], epílogo [epilogar], historia [historiar], sátira [satirizar]…) y apuntes, borradores o escritos no definitivos (boceto [abocetar], maqueta [maquetar], minuta [minutar 1], plan [planear]…). Asimismo, pueden aludir a productos escritos, pero menos reflexivos, como pequeñas partes de un texto (cabeza [cabecear], subtítulo [subtitular], índice [indizar]…) o textos con formato o plantillas (aval [avalar], cédula [cedular], factura [facturar], receta [recetar]…). Los verbos de habla de este tipo se forman sobre nombres que aluden a las explicaciones o motivos que se dan para algo (disculpa [disculpar], ejemplo [ejemplar 2], excepción [excepcionar], paráfrasis [parafrasear], pormenor [pormenorizar]…), partes y sonidos del enunciado (letra [letrear], sílaba [silabear], frase [frasear], tono [entonar]) y tipos de expresiones (axioma [axiomatizar], cantaleta [cantaletear], metáfora [metaforizar], soflama [soflamar]…).
Desde el punto de vista morfológico, estos verbos se crean con cualquier procedimiento: derivación inmediata, en su mayoría (avalar, biografiar, indizar; blasonar, disculpar, excepcionar, etc.), derivación mediata (planear, epigramatizar, satirizar; parafrasear, ejemplificar, metaforizar, etc.) y parasíntesis (abocetar, encabezar; ajuiciar, deletrear, etc.).
Podemos explicar el contenido de estos verbos con la estructura parafrástica ‘hacer-comunicar/escribir N de CD’ y los ejemplificamos en (20) y (21):
- (20)
Biografiar a Isabel la Católica siempre encierra peligros (“Hislibris.com: Isabel la Católica. Grandeza, carácter y poder”, España, Blog).
- (21)
Lo que emprende Halperin es la dificultosa tarea de historiar su memoria (“Librería Santa Fe: Halperin Donghi, una vida que llegó al libro”, Argentina, General)
En el enunciado de (20), el sujeto oculto realiza la biografía escrita de “Isabel la Católica”. En (21), el sujeto agente lleva a cabo la acción de relatar una historia o narración (entidad fusionada y creada) a partir de “su memoria”.
Una tercera opción de construcción sintáctico-semántica de los verbos creativos de habla y escritura es aquella en la que el complemento directo (sintagma nominal, oración sustantiva o cita en estilo directo) especifica o concreta el contenido del nombre fusionado (esto es, la realidad lingüística comunicada por el agente); esta entidad no existe de forma previa a la acción, sino que es resultado de ella. Los sustantivos que sirven para generar este subgrupo de verbos poseen los mismos rasgos semánticos que los comentados para las otras subclases y podemos explicar su contenido con la paráfrasis ‘hacer-comunicar/escribir el N: CD’, como se aprecia en (22), (23) y (24). Morfológicamente, se crean verbos con este valor utilizando los procedimientos habituales: derivación inmediata (adicionar, bosquejar, caricaturar; agüerar, decretar, noticiar, etc.), mediata (borronear, caricaturizar; murmujear, rumorear, etc.) y parasíntesis en muy pocos casos (emborronar; aconsejar, anoticiar).
- (22)
Para romper el hielo le formularé una pregunta y, por favor, espero que se la tome como lo que es, es decir, como una simple broma (“Francisco Rubia: la mente no es otra cosa que la actividad cerebral”, España, Blog).
- (23)
Fuentes del Gobierno apostillaron que este nuevo discurso no significa que España haya cambiado de bando en la batalla que se libra en Bruselas (Diario de Navarra, “Rajoy reclama por primera vez en público la creación de los ‘eurobonos’”, España, General).
- (24)
Días después, el Káiser, fiel a su estilo, sentenció: “Si a Ramón le traemos los refuerzos, va a tener que salir campeón” (La Nación, “El partido que Passarella no supo jugar – Ramón Díaz – canchallena”, Argentina, General).
En (22) el complemento directo “una pregunta” es el sintagma nominal que amplía el contenido de la ‘fórmula’ o ‘expresión concreta’ que el sujeto (yo) realizó en su acto creativo de habla. En el caso de (23), el complemento directo es una oración sustantiva que concreta el contenido de la apostilla escrita por el agente. En (24), el sujeto “el Káiser” está comunicando su sentencia por medio de un enunciado recogido en estilo directo.
Por último, unos pocos verbos describen no solamente la realización de un acto de comunicación, sino también la manera o el medio empleado por el agente. Los sustantivos fusionados denotan modos de expresar algo oralmente (ironía [ironizar], jerigonza [jerigonzar], salmodia [salmodiar]) y artes o habilidades escritas (calcografía [calcografiar], caligrafía [caligrafiar]), métodos empleados (autografía [autografiar], radiografía [radiografiar]), obras que siguen un modelo (diálogo [dialogar], prosa [prosificar], novela [novelar]) y manera en la que queda un producto escrito (fotocopia [fotocopiar], gráfico [graficar], síncopa [sincopar]…). Formalmente, destaca que solamente hemos encontrado un parasintético (arromanzar) y que muchos tienen prefijoides (calco-, cali-, foto-, lito-, etc.); se forman, sobre todo, por derivación inmediata y mediata (dialogar, graficar, sincopar, novelar. escenificar, prosificar, ironizar, vocear). Podemos parafrasearlos con ‘hacer-comunicar/escribir el CD mediante/con N’ y los ejemplificamos en (25) y (26):
- (25)
Trías fotocopió los papeles de Bárcenas y los filtró a El País sin su permiso (“Los nueve titulares (apestosos) de Bárcenas en su explosiva conversación con Pedro J.”, España, Blog).
- (26)
Más adelante, otros oficios también lo utilizaron como es el caso de vendedores de periódicos que voceaban las noticias más importantes para atraer a los compradores, los lecheros, aguadores, hojalateros y otros (“México a través de la mirada de una cubana: Pregones de México y Cuba”, México, Blog).
En (25), “Trías” es el agente que realiza el acto por el que se crea una reproducción escrita de “los papeles” en forma de fotocopia y, en (26), “las noticias” concreta el acto de habla que los “vendedores de periódicos” comunican con voces o gritos.
5. CONCLUSIONES
En el conjunto de verbos denominales del español es posible diferenciar una categoría amplia que expresa la noción de creación. Estos lexemas verbales muestran la efectuación de un objeto o de un acto por parte de un sujeto prototípicamente agentivo y, como hemos comprobado, se pueden diferenciar subtipos semánticos teniendo en cuenta, por un lado, el tipo de sustantivo fusionado en el verbo, que siempre es una entidad nueva creada, y, por otro lado, el papel que recibe el complemento directo, cuya delimitación da lugar a distintas estructuras sintáctico-semánticas.
Atendiendo al tipo de entidad creada, hemos diferenciado los verbos de objeto creado de los de acto efectuado. En los verbos de objeto creado hemos podido delimitar un grupo importante de lexemas en los que la entidad creada surge como producto de actividades constructivas o manuales realizadas por un agente. Por su parte, en los verbos de acto efectuado hemos diferenciado los que suponen la creación de actos de habla o de escritura. Esta distinción puede visualizarse en la ilustración 1:
Estos verbos son activos y aparecen mayoritariamente en estructuras transitivas con un sujeto prototípicamente agentivo y un complemento directo que puede recibir diversos papeles semánticos: destinario o beneficiario de la entidad creada, origen desde el que se genera o entidad que especifica el contenido de la nueva creación. Es habitual la alternancia de algunos de estos predicados transitivos en una de estas dos estructuras intransitivas: sin pronombre se, en la que se oculta el complemento directo y queda reflejado únicamente el iniciador del proceso dinámico de creación, o con pronombre se, que suele tener sentido pasivo (el agente queda oculto y con interpretación indefinida) o reflexivo.
Agradecimientos
Este trabajo se enmarca en el proyecto de investigación financiado por la Generalitat Valenciana “Observatorio multilingüe de la variación lingüística (OMVALING)” (CIPROM/2023/6, Línea de investigación financiada-LIF de la UA “Variación Lingüística Multilingüe”, LIF-5). Agradezco a los revisores anónimos sus sugerencias y comentarios.
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Notas
[1] Puede consultarse, a modo de ejemplo, los apuntes sobre las reglas de ajuste de Rifón Sánchez o las alternancias morfofonológicas en la derivación verbal de rae y asale .
[2] En algunos estudios se indica que la vocal temática, que adscribe el verbo a una conjugación, va precedida de un interfijo (-e-, -ec-, etc.), que aporta valores aspectuales al verbo resultante. En este estudio, siguiendo la pauta simplificadora de la rae y asale , consideramos el conjunto como un ‘sufijo verbalizador’. Sobre el estatus de la vocal temática, puede consultarse Rifón Sánchez , Fábregas , o Felíu Arquiola
[3] A pesar de esta posible conexión, somos conscientes de la diferencia entre los conceptos de incorporación y verbalización; a este respecto, puede consultarse la reflexión de Batiukova .
[4] Estas estructuras serán las que centren nuestra atención en este trabajo, puesto que son las que dan lugar a más distinciones. Además, los verbos denominales creativos se manifiestan, principalmente, en este tipo de esquemas, se califican como de transitividad baja (alejados del prototipo de transitividad) y los verbos que designan creación de un objeto en estructuras transitivas son de los primeros que aprenden los niños porque forman parte de su vida diaria (véase .
[5] Los verbos con significado creativo que se registran en estructuras intransitivas suelen aceptar la manifestación biactancial, pero con un uso menos frecuente porque restringen la clase de entidad iniciadora de la acción (mencionada en la definición del diccionario). Nos referimos a casos como melar 1 (‘dicho de las abejas: hacer la miel y ponerla en los vasillos de los panales’), empollar 1 (‘dicho de un ave: incubar los huevos’) o brotar (‘dicho de una planta: nacer o salir de la tierra’, ‘dicho de la tierra: echar plantas, hierba, flores, etc.’). Estos verbos se mezclan, semánticamente, con los intransitivos de emisión que aluden a procesos biológicos y naturales (del tipo lagrimear, babear o entallecer).
[6] Son pocos los verbos que parecen presentar un objeto directo que actúa como el destinatario de la creación. Es el caso de ambientar, pues en Un fotógrafo ambientará tu casa, creando una experiencia íntima y relajada (“Hojeadas al mundo: Si de regalos se trata – Revista”, México, Blog) “tu casa” es la entidad que recibe la ‘atmósfera, condiciones o circunstancias’ que el fotógrafo crea.
[7] García-Medall reconoce que los verbos de habla y de escritura “se basan en la creación de nuevas realidades y su alienación, con la peculiaridad de que tales nuevas realidades no tienen carácter ritual y material, sino simbólico y evanescente, esto es, remiten a dos características fundamentales del intercambio lingüístico humano”. Según Val Álvaro , en estos verbos “el nombre entraña o expresa directamente –incluso por medio de una onomatopeya– un dictum bisbisar, bisbisear, bufar, piropear)”. Incluimos en este grupo, por su parecido, un conjunto de verbos que denotan actos creativos de pintura o dibujo (caricaturar, contornear, mapear, mascarar, siluetar, etc.) y que se manifiestan en las mismas estructuras sintáctico-semánticas.