1. OBJETIVOS Y ESTRUCTURA DEL TRABAJO
Este estudio, que se basa en los modelos y en los métodos de investigación de la Sociolingüística variacional (Labov , ; ; ; ), pretende alcanzar los siguientes objetivos: 1.º) determinar, dentro de las hablas del occidente de Cantabria, el grado de vitalidad del empleo en los contextos prehodiernales ―reservados tradicionalmente en estas variedades al pretérito perfecto simple de indicativo (en adelante, pps)― del pretérito perfecto compuesto de indicativo (en adelante, ppc) con valor aorístico; 2.º) establecer el grado de correlación de esta variación con una serie de variables sociales (sexo, edad y nivel de instrucción) dentro del mencionado espacio geográfico y, a la vez, con determinados factores lingüísticos (aspecto léxico del verbo y posición de los adjuntos temporales); 3.º) identificar posibles tendencias de cambio lingüístico en el español de la parte occidental de Cantabria, causadas por el prestigio que poseen las hablas de la capital regional, Santander, sobre los hablantes del resto de la comunidad autónoma.
En concreto, la intención que ha llevado a la composición de estas páginas ha sido comprobar la validez de una afirmación de Peña Arce. Dicho autor, tras determinar el grado de extensión del uso aorístico del ppc en los contextos prehodiernales dentro las hablas de la ciudad de Santander (), esbozó la siguiente hipótesis sobre la situación en el occidente de la región:
Quiero aprovechar estas últimas líneas para dejar constancia de un apunte, producto de mi experiencia personal, aunque aún no lo he podido constatar mediante datos. En la nota 18 he indicado que, para este estudio, se obvió a los informantes de la zona occidental de la Comunidad por la influencia que ejercen sobre estos las hablas asturianas, carentes de ppc; consecuentemente el uso del pps abarca allí todos los contextos (). Sin embargo, creo haber observado en esa concreta área geográfica un proceso propio: se ha producido una inversión del sistema general del castellano. El pps se utiliza para hacer alusión a eventos pasados próximos en el tiempo, es decir, hodiernales —al ser un tiempo sintético, más corto, y además, muchos de ellos, fuertes (acentuados en la primera y la tercera persona), quizá parezca más marcado, y los hablantes lo consideren más apropiado para la rápida conversación cotidiana—; el ppc queda reservado para los eventos más remotos, esto es, prehodiernales. Quizá en este caso hayan influido condicionantes sociolingüísticos —el uso del ppc se ve como algo elegante, un uso de la capital— y haya operado el principio de la ultracorrección, como determinó en el caso de Oviedo. Insisto en que este último punto está aún por estudiar y que estos datos no pueden tomarse por definitivos, como tampoco la explicación dada. ()
2. ESTADO DE LA CUESTIÓN
2.1. El nacimiento del pps y del ppc y su convivencia en la lengua española
Desde un punto de vista formal, el origen del pps románico puede establecerse de manera directa a partir de su antecedente latino, del que solo se diferencia por los cambios fónicos propios de la evolución de cada uno de los romances (). Sin embargo, la génesis del ppc, el “tiempo perfecto por antonomasia” (), hay que buscarla en las perífrasis resultativas que, formadas por la unión del verbo habēre conjugado y un participio pasado (), surgieron en el latín vulgar. Dichas perífrasis, con un mayor o menor grado de extensión, fueron heredadas por todas las lenguas románicas, convertidas ya en formas verbales perifrásticas. De entre todas estas, la del ppc, que contiene formas del presente de indicativo como auxiliar, es la más “antigua, habitual y característica” ().
defendió la existencia de cinco fenómenos lingüísticos relacionados con la gramaticalización de los tiempos compuestos en el paso del latín a las lenguas románicas ―la extensión semántica de haber + participio, la anteposición del participio, la interpolación de elementos entre la forma conjugada y el participio, la concordancia entre el objeto y el participio y, finalmente, la reducción fonética de la primera persona del plural (habemos > hemos) en el antepresente―, que determinaron que este fuera un proceso lento y gradual, marcado por la influencia de factores externos e internos (). Además, señaló a la zona oriental de la Península como área seminal e irradiadora del proceso, desde la cual “se fue extendiendo de norte a sur, y, sobre todo, de este a oeste” ().
Desde un punto de vista funcional, las diferencias entre las variadas formas compuestas del paradigma verbal románico, en general, y español, en particular, van más allá de su antigüedad, de su frecuencia y de su carácter icónico. Camus Bergareche resume así esta idea:
[…] el valor y uso de los distintos tiempos compuestos en cada lengua románica presenta una notable uniformidad, salvo, precisamente, en el caso del tiempo más característico de todos, el perfecto compuesto. En general, las distintas lenguas muestran en esta forma verbal un abanico de diferentes valores aspectuales que parten de los que presentaba la construcción original del latín, esto es, característicamente resultativos, y por tanto, de aspecto perfecto. Esta modalidad aspectual describe los casos en los que focalizamos estados que son resultados de un evento ya concluido, pasado por tanto. La referencia temporal de los perfectos no es, sin embargo, la de pasado, puesto que atendemos al estado a que da lugar el evento ya acabado, pero este estado puede llegar hasta el momento presente y situarse en él. Desde estos valores de perfecto llegan a ampliarse hasta los usos típicamente de aoristo, prácticamente idénticos a los que corresponden al perfecto simple. ()
Como consecuencia de su recorrido histórico, existe en la sincronía de la lengua española una competencia entre el pps y el ppc . La falta de una delimitación clara entre los usos de uno y otro ha generado diversos procesos de especialización de cada uno de ellos, marcados por la expresión de distintos valores temporales y aspectuales (). Alexandre Veiga resume esta situación así:
La diferenciación gramatical observable en castellano entre los contenidos representados por las formas verbales canté y he cantado ha llamado siempre la atención por carecer de paralelos en otros puntos del sistema temporal aparte de por no haber existido en el sistema verbal latino clásico, no registrarse en algún otro sistema romance y ni siquiera poder describirse de manera unívoca (de hecho, sin siquiera poder reconocerse inequívocamente) en la totalidad de las variedades del español actual. ()
Como consecuencia de lo dicho, el acercamiento a esta compleja realidad ha ocupado abundantemente a la investigación y ha cristalizado en una pléyade de trabajos realizados con distintas motivaciones y diferentes metodologías. De esta manera, cabe señalar la existencia de disquisiciones de corte teórico (; ; ; ; ;; ; ; ; ; ; ; ; Martínez-Atienza , ; ; Veiga , , , , ; Kempas , , ; Azpiazu Torres , 2013, , ; ), de indagaciones que rastrean el recorrido diacrónico y sincrónico de ambas formas (Moreno de Alba , , : ; ; ; ; ; Azpiazu Torres , ; ), de aportaciones realizadas desde un prisma historiográfico (; ; ; ; ; ; ; ; ; ) o que abordan la cuestión desde un punto de vista estilístico y discursivo (; Alcoba , ; Azpiazu Torres , ; ; ; ).
Además, dicha competencia es también la responsable de que el ppc sea la forma verbal “cuyos usos muestran mayor variación geográfica en el español de hoy” (). Por este motivo, también son muy habituales los trabajos que abordan las diferencias entre los usos del pps y del ppc desde una perspectiva diatópica (; Berschin , ; ; ; ; ; ; ; Kempas , , , , ; ; ; Hurtado González , ; ; ; Azpiazu Torres , ; ; ; ; ; Montero Cádiz 2015; ; ; ; ; ; ; ; ), bien mediante un abordaje dialectal, geolingüístico o sociolingüístico. Dentro de este último grupo se enmarca el presente estudio.
Tal variación de usos del ppc, ampliamente analizada según ha podido comprobarse en los párrafos anteriores, fue recogida por la Nueva gramática de la lengua española (). Dicha obra sintetizó y estructuró esta pluralidad por medio de la tabla 1, que se reproduce a continuación, y lanzó una propuesta sobre la extensión geográfica de cada una de sus variedades.
En concreto, la variación que interesa en estas páginas es la extensión del uso del ppc a los contextos prehodiernales, que se corresponde con la variedad perfectiva o de aoristo incluida al final de la tabla 1, y que entra en claro conflicto con uno de los valores tradicionales del pps (; ).
2.2. El origen del uso prehodiernal del ppc
Cuando hablamos del uso prehodiernal del ppc con interpretación aorística nos referimos al empleo de este tiempo verbal en contextos temporales anteriores al día de la comunicación y completamente desvinculados del presente; valga como ejemplo la siguiente oración: Mi hijo ha ido de vacaciones a Portugal el año pasado. Tales contextos temporales han de venir siempre explicitados por un adjunto temporal de pretérito, como ayer, el mes pasado o hace tres años.
La existencia de este uso del ppc hizo que la comunidad investigadora se posicionará de diferentes maneras al respecto. Ilpo Kempas clasificó y resumió las diferentes posturas mostradas por los especialistas a lo largo del siglo pasado ().
Fue el mismo Kempas quien, tras el estudio de esta realidad en diferentes rincones del mundo hispánico y a partir de las aportaciones de diferentes autores (), formuló una propuesta sobre su origen. En su opinión, y después de un cambio metafórico previo, el nacimiento de este fenómeno de variación puede retrotraerse a un proceso de gramaticalización que se inició con la creación de las mencionadas perífrasis resultativas del latín vulgar:
En la primera fase, el campo semántico de habere experimentó un aumento: la palabra adoptó una función gramatical, además de conservar su tradicional significado léxico [‘posesión’]. Esto es un ejemplo de reanálisis. La extensión de la perífrasis <habere + part.> a los contextos temporales donde sigue usándose hoy en día en español (el ppc en su interpretación perf [perfecta]) ocurrió después por analogía. Un nuevo reanálisis, esta vez de índole aspectual, se produjo cuando, en el español peninsular, en los contextos hod [hodiernales] la perífrasis, el ppc, además de seguir expresando su tradicional valor perf, se convirtió en un tiempo verbal aor [aorístico] […]. Correspondientemente, la extensión del ppc aor a todos los contextos hod, y su incipiente introducción en los contextos preh [prehodiernales] […], representa un nuevo proceso analógico. ()
Sea como fuere, con el paso de los siglos y en el caso concreto del antepresente, se habría producido una “aoristización del ppc”, es decir, que se habría extendido “el uso de he cantado a contextos prehodiernales que no pueden vincularse al momento de habla” ().
En fechas recientes y tal como se ha apuntado más arriba, ), ha establecido una clara diferencia entre los diferentes usos del ppc en los contextos prehodiernales. Dicha investigadora, apoyada en el concepto de la simultaneidad, ha distinguido entre dos interpretaciones diferentes: los ejemplos que pueden incluirse dentro del presente ampliado y los plenamente aorísticos, que quedan fuera de este. En el caso de los primeros, la lectura temporal puede resultar en cierta medida ambigua, pues hay eventos cuya narración no necesita una localización temporal determinada. Sin embargo, en el caso de los segundos, la existencia de un adjunto temporal de pretérito explicitado disuelve cualquier interrogante. La investigación que vertebra estas páginas está centrada en estos últimos ejemplos. Además, se ha decidido emplear una nomenclatura que califique tales usos desde una perspectiva temporal (prehodiernal) y aspectual (aorístico o perfectivo) para evitar su posible confusión con los casos correspondientes a ejemplos del presente ampliado
En la actualidad, la polémica por la interpretación normativa del uso prehodiernal del ppc con valor aorístico está superada, máxime cuando tal función ha sido asumida ―como ya se ha visto― por la Academia (). Por este motivo, el particular que hoy ocupa a los estudiosos es, por un lado, la completa aquilatación de los matices temporales, modales y aspectuales ―gramaticales y léxicos― de dicho tiempo en tales contextos (Kempas y López Samaniego 2011; ) y, por otro lado, el esbozo de una propuesta sobre su extensión geográfica (; ; Kempas , ; Azpiazu Torres , ; ; ) al margen de las consideraciones normativas, que reducen su incidencia a “Bolivia, la costa peruana, el Paraguay y el noroeste de la Argentina” ().
2.3. El pps y el ppc en el español de Cantabria
La convivencia de ambas formas verbales en las hablas montañesas varía mucho de una comarca a otra, ya que la región se encuentra en una zona de transición entre diferentes modelos referentes al uso de los perfectos (; ; ; ). Por un lado, la zona occidental ―en la que se sitúa el presente estudio, véase más abajo el mapa 1― aparece caracterizada por la bibliografía como el último reducto por el este de una zona, la que abarca todo el noroeste de España (; ; ; ), en la que la oposición entre el pps y el ppc se neutraliza a favor del primero, con independencia de cualquier valor temporal o aspectual. La causa de esta realidad habría que buscarla en la mencionada afirmación de , quien defendió que la gramaticalización de los tiempos compuestos en los dialectos iberorrománicos apenas habría alcanzado el noroeste peninsular. Por otro lado, las comarcas orientales y meridionales de Cantabria presentarían, inicialmente, la misma distribución de usos de ambos tiempos que amplias zonas del centro y del sur de España (; ). Es decir, según la bibliografía mencionada, podríamos hablar de la presencia de un “modelo conservador típicamente noroccidental” () en todo el occidente de Cantabria y, separado de este por una isoglosa aún por trazar, aparecen las comarcas más meridionales y orientales, donde imperaría el modelo del español estándar peninsular. Entre medias se hallaría un área de transición que abarcaría los valles centrales (Iguña y Buelna), el corredor Santander-Torrelavega y la corona metropolitana de la capital regional.
No obstante ―y en el contexto de la variación existente en los usos del ppc― tanto en la zona de transición, en el centro, como en Campoo, al sur, y en Trasmiera, al este, se ha atestiguado una notable presencia de ejemplos de un ppc prehodiernal perfectivo o de aoristo. Según el ya mencionado trabajo de , el uso del perfecto compuesto con esa interpretación supera el 60% en los contextos prehodiernales entre los hablantes santanderinos. Este hecho parece guardar una clara continuidad con la situación existente en las provincias castellanoleonesas cercanas, realidad atestiguada por . Cabe señalar, además, que tal uso es considerado antinormativo dentro del espacio geográfico señalado (), incluido a este respecto dentro de la norma estándar del español peninsular.
Si empleamos la clasificación esbozada por , la zona conservadora del oeste montañés quedaría encuadrada dentro de la variedad b1, caracterizada por el uso exclusivo del pps. Por otro lado, las zonas meridional y oriental de Cantabria estarían insertas dentro de la variedad a1, propia del denominado “español peninsular” (), aunque en claro deslizamiento hacia los usos correspondientes a la variedad b2, donde el ppc expresaría los valores temporales de pretérito y pre-presente, así como los propios del perfecto continuativo. Por lo tanto, aun con la mencionada falta de delimitación geográfica de la zona de transición, la distribución de los usos del pps y del ppc en el español de Cantabria no podría ser más interesante, pues en un reducido rincón de la geografía de nuestro idioma conviven paralelamente dos soluciones: la variedad b1 frente a las variedades a1-b2.
Al recurrir a la relación de los tres contextos aspecto-temporales más frecuentes en los que compiten el pps y el ppc enunciados por , obtenemos los ejemplos de la tabla 2 respecto al empleo de las formas verbales de perfecto en las distintas zonas de Cantabria.
3. CONSIDERACIONES METODOLÓGICAS
El tamaño de las muestras en las investigaciones sociolingüísticas ha sido y es una cuestión controvertida. Por un lado, tenemos las teorías de carácter porcentual de , según las cuales el número ideal de informantes es de 25 por cada 100.000 habitantes. Por otro lado, contamos con las de corte numérico de , quien defendió que, al margen del volumen de hablantes, 150 informantes era una cifra suficiente y significativa, con independencia del grado de complejidad de la población. El presente estudio se ha decantado por la propuesta de Labov, por lo que en cada una de las tres comunidades de habla (San Vicente de la Barquera, Cabezón de la Sal y Potes) han sido elegidos 25 informantes, sin que mediara remuneración y de forma aleatoria; un número suficiente para garantizar la representatividad de la muestra. Además, no se ha tenido en consideración a los hablantes menores de 20 años por encontrarse aún en periodo formativo.
La elección de estas tres localidades no ha sido baladí, pues se ha buscado que fueran diferentes pero complementarias, en aras de ofrecer la mejor descripción posible de la situación lingüística del occidente montañés. San Vicente de la Barquera, capital histórica de la zona, representa el mundo antaño marinero y hoy volcado al turismo y los servicios de esta parte de la comunidad autónoma. Cabezón de la Sal, a medio camino entre el Cantábrico y la Cordillera, es una población industrial y pujante, en continuo crecimiento, que ha logrado consolidarse como la más poblada del occidente regional. Potes es, por su lado, la villa más importante del gran valle de la Liébana; una población de una comarca interior que, por la tortuosa orografía de la zona, ha padecido un secular aislamiento.
Los requisitos para haber sido informante han sido tres: haber vivido desde su nacimiento en la localidad, ser hijo de personas también nacidas allí y haber realizado la mayor parte de su formación en su población natal.
Las variables sociales atendidas han sido tres. En primer lugar, el sexo del informante, cuya pertinencia en este tipo de estudios fue puesta de relieve por, entre otros, . En segundo lugar, la edad, un parámetro de cuya importancia dieron ya cuenta, por ejemplo, algunos de los principales dialectólogos de la pasada centuria (; ; ). En el presente trabajo, los informantes han sido divididos según una perspectiva émica (), es decir, han sido agrupados en función de factores experienciales comunes en tres grupos: de 20 a 34 años, de 35 a 54 años y mayores de 55 años. En tercer lugar, se ha atendido al nivel social del hablante. En este caso, se ha tomado en consideración la propuesta de , quien se centró en su grado de instrucción; de esta manera, los informantes han sido divididos en tres niveles: sin estudios o con formación primaria, con formación secundaria y con formación terciaria.
Las variables lingüísticas a las que se ha atendido han sido tomadas de la reciente investigación de :
-
a) En primer lugar, se ha prestado atención a la posición del adjunto temporal de pretérito: antepuesto o pospuesto al verbo. Se ha decidido atender a este particular por la existencia de investigaciones previas () en las que se defiende que la anteposición al verbo de dicho adjunto puede condicionar la elección temporal.
Además, en el caso de que el adjunto temporal de pretérito fuera una construcción deíctica con el “pseudoverbo hace” (), solo se han tenido en cuenta las variantes que expresan una localización temporal más precisa, del tipo hace tres años, hace dos meses…
-
b) En segundo lugar, se ha analizado la interpretación aspectual de la forma verbal: verbos télicos de aspecto léxico transformativo, que favorecen una lectura resultativa, o verbos atélicos de aspecto léxico no transformativo, que auspician una lectura no resultativa. El motivo por el que se ha decidido prestar atención a esta cuestión ha sido la de confirmar o refutar la línea de trabajo de ) y , quienes sostienen que, en estos casos, la elección de la forma verbal tiene una lectura más temporal que aspectual.
Las encuestas grabadas a los informantes fueron realizadas entre el 1 de agosto y el 10 de septiembre del 2020. Dichas grabaciones, que fueron transcritas para realizar el pertinente análisis, contienen dos clases de materiales:
-
a) En primer lugar, conversaciones informales parcialmente dirigidas, que tuvieron lugar en los domicilios de los informantes o en la calle. Para la obtención de estos datos se realizaron una serie de encuentros previos durante el mes de julio, hasta cinco, que permitieron crear un clima de confianza.
Las formas de acercamiento a los informantes fueron diversas e intentaron adaptarse a las necesidades de cada grupo, tanto por su edad como por su nivel de instrucción, pues el autor de estas páginas se hizo pasar por un trabajador social. Con la población de la franja etaria más joven (de 20 a 34 años) se trataron cuestiones, preferentemente, de inserción laboral. Con las siguientes franjas etarias y, en general, con los informantes con un menor grado de instrucción se abordaron otros temas, como las ayudas sociales, los problemas derivados de dolencias crónicas, cuestiones de dependencia, derechos del trabajador y del pensionista, problemas de convivencia, seguridad laboral, reciclaje profesional… Por otra parte, con los escasos informantes que contaban con un nivel formativo alto se abordaron esas mismas cuestiones, pero desde una perspectiva diferente: se indagó en cómo podían contribuir las empresas o el sistema educativo al desarrollo social de esa parte de Cantabria.
Por los motivos expuestos, los temas tratados de forma preferente fueron de índole social, con toda la variedad que ello implica (sanidad, salud mental, trabajo, educación…); no obstante, el nivel de confianza adquirido abrió paso a nuevas conversaciones sobre, incluso, asuntos personales (familia, relaciones interpersonales…). Cabe señalar cómo, entre la población de mayor edad, fueron recurrentes las conversaciones que contraponían la situación actual en distintos ámbitos con la realidad de épocas pasadas.
El resultado fueron grabaciones de, aproximadamente, 20-30 minutos con cada informante, en las que las reflexiones sobre cuestiones sociales se mezclaban con el relato de experiencias propias de carácter más personal.
-
b) En segundo lugar, también fueron registradas ―siempre con los permisos correspondientes― conversaciones mantenidas por los informantes en otra clase de contextos (citas médicas, entrevistas con maestros o profesores, citas con los servicios sociales o de empleo, consultas con el veterinario, diálogos con los responsables de residencias de mayores…) en los que estos empleaban la forma de respeto usted para dirigirse a sus interlocutores. En todos los casos, el autor de estas páginas también estuvo presente y, aunque se mantuvo en un segundo plano, pudo dirigir parcialmente las conversaciones con sus intervenciones.
En esta ocasión, las grabaciones resultantes alcanzaron una duración parecida a las primeras (20-30 min), pero las cuestiones tratadas ahondaron en menor grado en las vivencias y experiencias de los propios informantes para centrarse en asuntos más técnicos.
En resumen, el objetivo de tal variedad de procedimientos fue forzar la creación de distintos registros contextuales, más relajados (los primeros) y más formales (los segundos), que permitieran un estudio de la cuestión también en cuanto a su dimensión diafásica.
A partir de los ejemplos de esas conversaciones, han sido estudiados todos los casos de uso del pps y del ppc, separando siempre los contextos prehodiernales aorísticos ―entendidos estos como aquellos en los que el verbo está acompañado por un adjunto temporal de pretérito )― de los demás. De esta forma se ha pretendido analizar la supuesta extensión del ppc a tales entornos () y, al mismo tiempo, se ha querido constatar el mantenimiento de la forma simple en todos los demás: los hodiernales, los prehodiernales incluidos en el presente ampliado y los correspondientes al perfecto continuativo (; ; ; ).
Según lo apuntado en el párrafo anterior, el número total de ocurrencias analizadas de pps y de ppc en la muestra de San Vicente de la Barquera ha sido de 1250, de las cuales 469 han correspondido a contextos prehodiernales aorísticos. En la muestra de Cabezón de la Sal, 1339, de ellas 543 han correspondido a contextos prehodiernales aorísticos. En la muestra de Potes las cifras han sido 1313 y 521, respectivamente.
3.1. Características de la muestra de San Vicente de la Barquera
La villa barquereña cuenta con un total de 4095 vecinos; descontados los menores de 20 años (587) queda un total de 3498 habitantes. Sobre esta cifra, han sido elegidos aleatoriamente 25 informantes, que se distribuyen de la siguiente manera:
-
a) Sexo. A partir de los datos sobre el componente poblacional masculino (un 49% del total) y femenino (un 51% del total) de San Vicente, se decidió seleccionar aleatoriamente a 12 informantes hombres y a 13 mujeres.
-
b) Edad. Gracias a los datos de la pirámide poblacional de la villa ―según la cual, la cifra de población de entre los 20 y los 34 representa un 14.5% del total; la de población entre los 35 y los 54 años, un 30% del total; y la de población mayor de 55 años, un 55.5% del total―, fueron aleatoriamente seleccionados 4 informantes del primer grupo, 8 del segundo y 13 del tercero.
-
c) Nivel de instrucción. A partir de los porcentajes de la población barquereña según su nivel de instrucción (un 59.7% de sus habitantes no terminaron la formación básica, un 37% de estos sí cuentan con el graduado o el título de secundaria y un 3.9% poseen un título de educación superior), la selección aleatoria de los informantes ha sido: 15 colaboradores sin el graduado, 9 informantes con el título de educación secundaria y 1 con una titulación superior.
3.2. Características de la muestra de Cabezón de la Sal
La localidad de Cabezón de la Sal tiene un total de 8358 vecinos, descontados los menores de 20 años (1574) queda un total de 6884 habitantes. Sobre esta cifra, han sido elegidos de forma aleatoria 25 informantes, que se distribuyen así:
-
a) Sexo. A partir de los datos sobre el componente poblacional masculino (un 48% del total) y femenino (un 52% del total) de Cabezón, se decidió seleccionar aleatoriamente a 12 informantes hombres y a 13 mujeres.
-
b) Edad. Gracias a los datos de la pirámide poblacional de esta villa ―según la cual, la cifra de población de entre los 20 y los 34 representa un 16.5% del total; la de población entre los 35 y los 54 años, un 39% del total; y la de población mayor de 55 años, un 45.5% del total―, fueron aleatoriamente seleccionados 4 informantes del primer grupo, 10 del segundo y 11 del tercero.
-
c) Nivel de instrucción. A partir de los porcentajes de la población de Cabezón según su nivel de instrucción (un 59.7% de sus habitantes no terminaron la formación básica, un 37% de estos sí cuentan con el graduado o el título de secundaria y un 3.9% poseen un título de educación superior), la selección aleatoria de los informantes ha sido: 15 colaboradores sin el graduado, 9 informantes con el título de educación secundaria y 1 con una titulación superior.
3.3. Características de la muestra de Potes
Potes cuenta con un total de 1332 vecinos, descontados los menores de 20 años (178) queda un total de 1154 habitantes. Sobre esta cifra, han sido elegidos aleatoriamente 25 informantes, que se distribuyen de la siguiente manera:
-
a) Sexo. A partir de los datos sobre el componente poblacional masculino (un 49% del total) y femenino (un 51% del total) de Potes, se decidió seleccionar aleatoriamente a 12 informantes hombres y a 13 mujeres.
-
b) Edad. Gracias a los datos de la pirámide poblacional de la capital lebaniega ―según la cual, la cifra de población de entre los 20 y los 34 representa un 17.5% del total; la de población entre los 35 y los 54 años, un 37% del total; y la de población mayor de 55 años, un 45.5% del total―, fueron aleatoriamente seleccionados 4 informantes del primer grupo, 9 del segundo y 12 del tercero.
-
c) Nivel de instrucción. A partir de los porcentajes de la población de Potes según su nivel de instrucción (un 54% de sus habitantes no terminaron la formación básica, un 42% de estos sí cuentan con el graduado o el título de secundaria y un 4% poseen un título de educación superior), la selección aleatoria de los informantes ha sido: 14 colaboradores sin el graduado, 10 informantes con el título de educación secundaria y 1 con una titulación superior.
4. RESULTADOS
4.1. San Vicente de la Barquera
4.1.1. Resultados totales
Los resultados totales extraídos de la comunidad de habla de San Vicente de la Barquera, con independencia del registro y segregados por contextos de aparición, se ofrecen en la tabla 3.
Contextos de aparición | |
---|---|
a) Prehodiernal aorístico | b) Otros |
ppc: (368) 78.5% pps: (101) 21.5% |
ppc: (183) 23.5% pps: (598) 76.5% |
Como puede verse, el empleo del ppc en los contextos prehodiernales aorísticos es claramente mayoritario. En los demás contextos, la tendencia se invierte: es el pps el tiempo de pasado más habitual.
Tras los resultados totales, se dan a conocer en la tabla 4 esos mismos datos, pero en función del registro comunicativo ―formal o relajado― en el que se empleó el tiempo de perfecto.
Los resultados totales, pasados por el filtro del registro, comienzan a mostrar algunas modificaciones. Dentro del contexto prehodiernal aorístico, el uso del ppc supera el 95% en el registro formal, pero baja hasta el 60% en el relajado. Como consecuencia, en el primero de los casos, el uso del pps es residual, pero en el segundo alcanza el 40%. En el resto de los contextos, la forma simple domina con claridad, aunque con un porcentaje algo mayor en el registro más formal.
4.1.2. Resultados según el sexo
Dentro de la comunidad de habla barquereña, los resultados de la muestra, desglosados en función del sexo y del registro comunicativo, son los que recoge la tabla 5.
A la luz de los datos presentados en la tabla 5, puede afirmarse que esta variable no tiene mucha influencia respecto a la cuestión que nos ocupa, pues las diferencias no alcanzan ni siquiera el 1% en ningún contexto o registro.
4.1.3. Resultados según la edad
En el seno de la comunidad de habla estudiada, los resultados en relación con la edad del informante en combinación con el registro se recogen en la tabla 6.
Dentro de la muestra barquereña, la variable edad sí se muestra relevante. En la tabla 6, puede verse con claridad que, entre los informantes mayores de 55 años y en registros comunicativos relajados, el uso del pps en los contextos prehodiernales aorísticos es mayoritario, a diferencia de lo que ocurre en los otros grupos etarios, donde se impone el ppc. Sin embargo, en el registro formal no hay apenas diferencias. Por otro lado, en los contextos que no son prehodiernales aorísticos el factor edad tiene menos influencia en la elección de una u otra forma verbal de pasado, pues las diferencias porcentuales oscilan solo entre un 3% y un 5%.
4.1.4. Resultados según el nivel de instrucción
Los resultados según el nivel educativo del informante y en función del registro comunicativo están incluidos en la tabla 7.
Los datos de la tabla 7 evidencian que el factor del nivel de instrucción no es muy relevante dentro del análisis de la cuestión que nos ocupa: el uso del ppc en contextos prehodiernales aorísticos es absolutamente mayoritario en el registro formal; en el relajado, aunque sigue teniendo más prevalencia que la forma simple, la diferencia entre una y otra es mucho menor. En los demás contextos, el empleo del pps es general con independencia del registro.
Solo resta añadir que los resultados alusivos al nivel terciario hay tomarlos con cautela debido al escaso número de informantes con esas características (solo uno).
4.1.5. Resultados en función de los factores lingüísticos analizados
Los resultados alcanzados en la comunidad de habla barquereña acerca de la incidencia de los factores lingüísticos en la selección del pps o del ppc en los contextos prehodiernales aorísticos se explicitan en la tabla 8.
La muestra de San Vicente atestigua la escasa relevancia de los factores lingüísticos que se han tenido en cuenta dentro del particular estudiado. No hay diferencias respecto a la posición del adjunto temporal de pretérito y tampoco las hay respecto a la interpretación semántica del verbo.
4.2. Cabezón de la Sal
4.2.1. Resultados totales
Los resultados totales acerca del empleo del pps y del ppc, tanto en los contextos prehodiernales como en los que no lo son, dentro de la comunidad de habla de Cabezón de la Sal aparecen incluidos en la tabla 9.
Contextos de aparición | |
a) Prehodiernal aorístico | b) Otros |
ppc: (410) 75% pps: (133) 25% |
ppc: (190) 24% pps: (606) 76% |
Los resultados totales de la muestra de Cabezón evidencian un claro dominio del empleo del ppc en los contextos prehodiernales aorísticos y del pps en los demás.
Esos mismos datos, pero segregados en función del registro conversacional (formal o relajado), se ofrecen en la tabla 10.
Los resultados totales, en función del registro comunicativo, comienzan a mostrar una situación algo más compleja respecto a la distribución de los tiempos de pasado en esta comunidad de habla. El uso del ppc en los contextos prehodiernales aorísticos es prácticamente hegemónico en el registro formal, pero su incidencia decrece hasta ser solo ligeramente más frecuente que el pps en el registro relajado. Dentro de los otros contextos apenas hay diferencias en función del registro: la forma simple se impone siempre con claridad.
4.2.2. Resultados según el sexo
Los resultados sobre la distribución de las formas de perfecto en función del sexo y del registro son, para la muestra de Cabezón de la Sal, los que aparecen en la tabla 11.
Los datos muestran que, tampoco en esta muestra, la variable sexo se muestra relevante. Prácticamente no hay diferencias entre hombres y mujeres con independencia de los contextos de aparición de las formas de pasado y del registro comunicativo: el ppc se impone en los contextos prehodiernales aorísticos y el pps lo hace en los demás.
4.2.3. Resultados según la edad
En la tabla 12 se dan a conocer los resultados de la muestra de Cabezón de la Sal en función de la edad de los informantes y del registro comunicativo.
El factor etario, a tenor de los resultados de la muestra, evidencia un comportamiento discordante por parte de los informantes mayores de 55 años respecto al conjunto de los participantes en la muestra. Dichos hablantes, en el contexto prehodiernal aorístico y en el registro relajado, se decantan de forma abrumadoramente mayoritaria por el pps, a diferencia de lo que ocurre en el estilo formal y en contra del comportamiento de las demás franjas de edad con independencia del registro. Por otro lado, el uso de la forma simple en los contextos no prehodiernales aorísticos, tanto en registros formales como relajados, es ligeramente superior también entre los informantes de mayor edad frente a los demás.
4.2.4. Resultados según el nivel de instrucción
En relación con el nivel de instrucción, con atención al registro comunicativo, la comunidad de habla de Cabezón ofrece los resultados incluidos en la tabla 13.
Según lo apuntado en la tabla 13, la influencia de esta variable también es muy limitada. En el contexto prehodiernal aorístico, el uso del ppc es prácticamente el único que queda atestiguado dentro del registro formal; sin embargo, su uso decrece con claridad en el registro relajado. Por otro lado, en los demás contextos el uso del pps es general con independencia del registro comunicativo.
De nuevo en este caso cabe destacar que los resultados del grupo de informantes con estudios terciarios hay que tomarlos con cautela por el reducido número de integrantes que lo forman (solo uno).
4.2.5. Resultados en función de los factores lingüísticos analizados
Dentro del contexto prehodiernal aorístico, y en función de los factores lingüísticos atendidos, la distribución de las formas de perfecto en la comunidad de habla de Cabezón de la Sal es la que se da a conocer en la tabla 14.
La muestra realizada en Cabezón de la Sal demuestra la escasa relevancia de los factores lingüísticos a los que se ha atendido en este estudio. No hay apenas diferencias respecto a la posición del adjunto temporal de pretérito y tampoco las hay en lo que atañe a la interpretación semántica del verbo.
4.3. Potes
4.3.1. Resultados totales
Para la muestra realizada entre la comunidad de habla de Potes, los resultados totales aparecen recogidos en la tabla 15.
Contextos de aparición | |
---|---|
a) Prehodiernal aorístico | b) Otros |
ppc: (201) 38.5% pps: (320) 61.5% |
ppc: (183) 23% pps: (609) 77% |
Los datos totales muestran que el uso de la forma simple en el contexto prehodiernal es mayoritario entre los hablantes de esta localidad, lo mismo que sucede en los demás contextos. No obstante, dentro del primer contexto ―y como consecuencia del proceso de variación analizado en estas páginas― la forma compuesta tiene algo más fuerza que en los restantes: 38.5% frente a 23%.
Y esos mismos datos totales, pero desglosados según el registro comunicativo, son los que aparecen en la tabla 16.
También en este caso la influencia del registro modifica los datos totales, y es en el contexto prehodiernal aorístico donde mayor incidencia tienen tal factor. La tabla 16 muestra que el empleo del ppc en el registro formal prácticamente empata con el de la forma simple; sin embargo, en el registro relajado es el pps el que domina (73.5% frente a 26.5%). En los demás contextos la influencia del registro es residual.
4.3.2. Resultados según el sexo
Los datos de la muestra de Potes sobre la distribución de usos del pps y del ppc en función del sexo del informante y del registro se ofrecen en la tabla 17.
Tampoco en la muestra de Potes la variable sexo es determinante. Dentro del contexto prehodiernal aorístico apenas se deja sentir, pues la única oscilación se produce dentro del registro relajado y ronda solo el 1.5%. En los demás contextos esa oscilación es aún menor y aparece solo en el registro formal.
4.3.3. Resultados según la edad
Para la comunidad de habla estudiada, los resultados a partir de la edad y el registro son los que se muestran en la tabla 18.
Dentro de esta comunidad de habla, la edad sí resulta un factor claramente relevante. Como puede verse a partir de los datos de la tabla 18, el uso del pps en el contexto prehodiernal es ampliamente mayoritario con independencia del registro entre los informantes de mayor edad. Además, entre los informantes de 35 a 54 años la forma simple también es general en ese contexto, pero solo dentro del registro relajado. Esta última realidad, unida al marcado envejecimiento de la población en la localidad —el número de informantes mayores de 55 años suponía casi la mitad de la muestra—, hace que el uso del pps en el contexto prehodiernal supere el 60% dentro de los resultados totales. No obstante, tal porcentaje dista mucho del que se extrae de la franja de los informantes más jóvenes, donde el empleo del ppc en ese contexto y con independencia del registro ronda el 90%.
4.3.4. Resultados según el nivel de instrucción
En la tabla 19, se dan a conocer los resultados de la muestra de Potes en relación con el nivel de instrucción del informante combinado con el registro comunicativo.
Esta variable no resulta especialmente relevante dentro de la comunidad de habla estudiada. El uso del ppc en los contextos prehodiernales dentro del registro formal apenas fluctúa un 5% entre los hablantes con formación primaria y los que tienen estudios secundarios, lo mismo sucede con el empleo de la forma simple en esos mismos casos. Las diferencias entre el recurso a una forma verbal u otra dentro del registro relajado son algo mayores, pues rondan el 10%. Por otro lado, en los demás contextos tampoco hay diferencias claramente significativas en función del nivel de instrucción del hablante: así el empleo del pps es mayoritario con independencia del nivel formativo del informante en unos porcentajes que van del 70% al 80%.
También en este caso hay conviene tomar con cautela los resultados del grupo de informantes con estudios terciarios debido el reducido número de informantes que lo conforman (solo uno).
4.3.5. Resultados en función de los factores lingüísticos analizados
Dentro del contexto prehodiernal aorístico, y en función de los factores lingüísticos atendidos, la distribución de las formas de perfecto en la comunidad de habla de Potes se muestra en la tabla 20.
La muestra de Potes demuestra la escasa relevancia que poseen los factores lingüísticos a los que se ha atendido en este estudio en la elección de una u otra forma verbal de pasado dentro de la comunidad de habla analizada. No hay apenas diferencias respecto a la posición del adjunto temporal de pretérito y tampoco las hay respecto a la interpretación semántica del verbo.
5. DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
La muestra realizada entre los integrantes de la comunidad de habla de San Vicente de la Barquera ofrece unos resultados interesantes. En primer lugar, y con independencia del registro comunicativo (tabla 3), el empleo del ppc aorístico es claramente mayoritario en los contextos prehodiernales (78.5% del total de casos); por otro lado, el recurso a la forma simple en el resto de los contextos alcanza el 76.5%. Si a estos datos le añadimos la influencia del registro (tabla 4) observamos cómo sufren algunas modificaciones: el uso prehodiernal del ppc no relacionado con el presente ampliado es de un 95.5% en las situaciones comunicativas más formales, mientras que en las más relajadas su empleo —aunque sigue siendo mayoritario— se reduce al 60%. Sin embargo, el recurso a la forma simple en el resto de los contextos no varía en función del registro, pues su incidencia solo fluctúa levemente, desde el 80% en las situaciones más formales hasta el 73% en las menos formales.
En lo que atañe a las variables sociales tenidas en cuenta, cabe afirmar lo siguiente: mientras que las variables sexo (tabla 5) y nivel de instrucción (tabla 7) no tienen repercusión en el proceso de variación analizado, el factor edad (tabla 6) sí que se ha manifestado como enormemente relevante, y más si lo combinamos con el registro. Así, los informantes de las dos primeras franjas etarias (de 20 a 34 y de 35 a 54 años) recurren de forma mayoritaria al empleo perfectivo del ppc en los contextos prehodiernales y al uso del pps en todos los demás, siempre con independencia del registro. Sin embargo, en los informantes de mayor edad solo se atestigua el uso aorístico del ppc en contextos prehodiernales de forma mayoritaria en los registros más formales (95%), mientras que en los más relajados su empleo mengua hasta el 24%; para el resto de los contextos, y con independencia del registro, la forma simple es siempre la hegemónica.
La muestra de Cabezón de la Sal coincide en lo básico con la de San Vicente, aunque con datos menos rotundos. Con independencia del registro, el porcentaje de uso del ppc aorístico en los contextos prehodiernales es del 75%, y la utilización de la forma simple para el resto es la norma en el 76% de los ejemplos (tabla 9). Nuevamente, el factor registro modifica claramente los resultados sobre el uso perfectivo del ppc en los contextos prehodiernales (tabla 10): en las situaciones más formales es del 95% y en las más relajadas, solo del 56%.
Tampoco en este caso las variables sociales sexo (tabla 11) y nivel de instrucción (tabla 13) se muestran relevantes. Solo la variable de la edad del informante tiene interés (tabla 12), otra vez en la misma dirección que en la muestra barquereña: los informantes de las dos primeras franjas etarias (de 20 a 34 y de 35 a 54 años) recurren de forma mayoritaria al empleo del ppc aorístico en los contextos prehodiernales y al uso del pps en todos los demás, siempre con independencia del registro. Sin embargo, en los informantes de mayor edad solo se atestigua el uso prehodiernal del ppc aorístico de forma mayoritaria (96%) en los registros más formales, mientras que en los más relajados su empleo disminuye y afecta únicamente al 18.5%; para el resto de los contextos, y con independencia del registro, la forma simple es siempre hegemónica.
Por su parte, la muestra de Potes sí muestra diferencias con las dos anteriores. Con independencia del registro comunicativo, el uso del ppc aorístico no es mayoritario en los contextos prehodiernales (38.5% frente al 61.5% del pps); en el resto de los contextos el recurso a la forma simple sí que lo es (tabla 15). Si añadimos la influencia del registro (tabla 16), aparecen variaciones respecto al uso del ppc perfectivo en los contextos prehodiernales: en las situaciones más formales sí es mayoritario, aunque por la mínima (51%), frente a una incidencia de solo el 26.5% en las situaciones más relajadas.
Al igual que en las muestras anteriores, la variable sexo (tabla 17) y nivel de instrucción (tabla 19) no se muestran relevantes. Nuevamente la variable edad (tabla 18) sí resulta de importancia en la cuestión que nos ocupa, aunque con matices diferenciales respecto a las muestras de San Vicente y Cabezón: entre la comunidad de habla de Potes, el uso aorístico del ppc en contextos prehodiernales es mayoritario entre la primera franja etaria (de 20 a 34 años) con independencia del registro, este uso alcanza el 92% en las situaciones formales y el 89% en las informales; en la siguiente franja (de 35 a 54) solo es mayoritario en las situaciones formales (90% frente al 6% en las informales); entre los informantes de mayor edad, y con independencia del registro, el uso del pps en tales casos es lo habitual.
Por otro lado, las transcripciones realizadas a partir de las grabaciones de las tres muestras ejemplifican la escasa relevancia de los factores lingüísticos a los que se ha prestado atención para el tema que nos ocupa (tablas 8, 14 y 20). Esta afirmación puede confirmarse a partir de los siguientes ejemplos:
-
a) Respecto a la posición del adjunto temporal de pretérito en relación con la forma verbal se han recogido ejemplos tanto con el adjunto antepuesto (2, 3 y 4) como pospuesto al verbo (1, 5 y 6):
- (1)
El hijo mío ha ido la semana pasada y allí no queda nada ¿eh? ¡Virgen de la Barquera, qué penuca!
- (2)
El mes pasado ha preguntado por lo de la ayuda… No sé en qué va a parar todo esto.
- (3)
Ayer ha estado con él. Nada más.
- (4)
¡Dios le oiga! ¡No fuera malo! Pero ayer le han visto hacerlo… No tiene remedio el crío mío.
- (5)
Ha sido anteayer, sí. ¡Fíjate! Es raro, ¿no?
- (6)
Lo he hecho ayer. ¡Todavía no lo habrán visto, hombre!
- (1)
-
b) Y, respecto a la interpretación semántica, se han recogido tanto ejemplos en los que es posible una interpretación resultativa (10, 11 y 12) como otros en los que esta no es posible (7, 8 y 9):
- (7)
Me lo ha dicho ayer. ¿Usted lo ve normal?
- (8)
He estado aquí [en el colegio de la localidad del informante] el lunes de la semana pasada y aún no tengo respuesta. ¡Es que no cumplen con lo dicho!
- (9)
El 26 de abril [el enunciado se pronunció el 17 de agosto] no ha habido fiesta [se refiere a la Folía, festejo típico de San Vicente de la Barquera que se celebra el sábado siguiente al Sábado de Gloria] por culpa del confinamiento.
- (10)
Al presidente de la comunidad le han nombrado el mes pasado. Cambiamos todos los años.
- (11)
Ayer me he quemado y sigo con dolores. ¡Mira, mira qué quemadura!
- (12)
A mi madre la han enterrado hace seis años. La sepultura es nuestra, sí. Ahí se va a quedar para siempre.
- (7)
En (7), (8) y (9) la lectura resultativa queda descartada. El verbo decir de (7) es un verbo atélico de proceso. Por su parte, los verbos de los ejemplos (8) y (9) no describen un evento télico o transformativo, sino que se limitan a designar estados.
Sin embargo, en (10), (11) y (12), la selección de verbos télicos transformativos favorece la interpretación semántica resultativa. Así, el carácter resultativo de (10) es bastante claro, pues fue el nombramiento como presidente de la comunidad lo que facultó a esa persona para ejercer el poder, poder seguía ejerciendo el mes siguiente a su elección. Lo mismo sucede en (11), ya que fue el hecho de que el informante se quemara el responsable del consiguiente dolor, que aún persistía en el sujeto el día siguiente a los hechos. O en (12), pues, como resultado del enterramiento, la madre del informante seguía inhumada en el mismo sitio. Además, según la información suministrada, se va a quedar para en el mismo lugar.
Con todos estos datos sobre la mesa, pueden esbozarse una serie de conclusiones:
-
1.ª) El uso prehodiernal del ppc aorístico se está generalizando en el occidente de Cantabria. La mayor rapidez con que parece hacerlo en unas zonas (San Vicente de la Barquera y Cabezón de la Sal) que en otras (Potes) podría deberse a la influencia de las hablas de la capital regional, Santander, donde este proceso de variación parece muy avanzado. No obstante, incluso en las áreas más distantes y de acceso difícil (Potes), el uso perfectivo del perfecto compuesto en los contextos prehodiernales ocupa cada vez más espacios reservados antaño a la forma simple.
-
2.ª) En las muestras realizadas, el empleo del ppc aorístico en tales contextos puede caracterizarse como un marcador sociolingüístico, ya que su grado de aparición varía notablemente según el registro: en San Vicente, el porcentaje de tal empleo es del 95.5% en las situaciones formales frente al 60% en las informales; para Cabezón los porcentajes son del 95% y del 56%, respectivamente; en Potes la incidencia va desde el 51% en las situaciones más formales hasta el 26.5% en las más relajadas. Por lo tanto, resulta verosímil afirmar que la variación estilística en el empleo prehodiernal del ppc perfectivo, atestiguada en varios segmentos etarios de las tres muestras, puede deberse a la influencia de las hablas de la capital regional, que llevarían funcionando como referente de prestigio, al menos, durante dos generaciones.
-
3.ª) Si afinamos un poco más la última conclusión, y como muestra del desigual grado de implantación entre unas zonas y otras del territorio estudiado, podemos concluir que el uso prehodiernal del ppc aorístico funciona como marcador entre, por un lado, los informantes de mayor edad en las muestras de San Vicente y de Cabezón y, por otro lado, entre los informantes mayores y de edad intermedia en la de Potes. En el resto de las franjas etarias de las tres muestras la aparición de un perfecto compuesto perfectivo o de aoristo es general con independencia del registro comunicativo. Por este motivo, la edad del informante se ha mostrado como una variable social que debe tenerse en cuenta.
-
4.ª) A diferencia de la edad, el sexo y el nivel de instrucción de los informantes no son parámetros especialmente relevantes dentro del proceso de variación analizado. Respecto a esta última variable cabe añadir una matización: los datos de la franja poblacional con un mayor grado de instrucción ―que, en ocasiones, son claramente divergentes― hay que tomarlos con cautela, pues dicho segmento es cuantitativamente muy pequeño por la naturaleza de la muestra.
-
5.ª) Los factores lingüísticos a los que se ha atendido (posición del adjunto de pretérito e interpretación resultativa del verbo) no parecen desempeñar tampoco un papel importante respecto a este particular. Por la tanto, la hipótesis de acerca de la influencia sobre este particular de la posición antepuesta del adjunto de pretérito no se ve ratificada.
-
6.ª) Finalmente, el uso del pps en los demás contextos, los hodiernales o los prehodiernales incluidos dentro del presente extendido, sigue siendo general, tal como corresponde al “modelo conservador típicamente noroccidental” (). Así, según la mencionada relación de los tres contextos aspecto-temporales más frecuentes en los que compiten el pps y el ppc enunciados por , y a tenor de los datos de este trabajo, obtendríamos los ejemplos de la tabla 21 para la zona de Cantabria estudiada.
De esta manera, la distribución del uso de los pretéritos en esta parte de Cantabria concordaría con la afirmación de traída a colación en el primer epígrafe de este trabajo. Esta realidad supondría la creación de un subsistema independiente, y diferenciado a los esbozados por , que merecería un estudio global en futuras aproximaciones.
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Notas
[1] La formación de estas perífrasis se explica por la dualidad del perfecto latino, que poseía tanto el valor de perfecto como el de aoristo; este sincretismo funcional era el resultado de la evolución de su paradigma verbal desde el indoeuropeo. Por este motivo, se hizo necesaria la creación de “construcciones perifrásticas que expresasen de una manera más clara y transparente el significado de perfecto” ().
[2] Esa misma competencia en otras lenguas románicas ―como en francés, en italiano o en rumano― ha producido que el ppc haya sustituido directamente al pps por la asunción de todas sus funciones (). De esta forma, el empleo del pps ha quedado restringido exclusivamente a los registros formales (). La lengua sarda y el retorromance han dado un paso más en esta dirección con la eliminación total de la forma simple.
[4] Elaborado a partir de la propuesta de subsistemas y variedades de y gracias a los datos que ofrece , en concreto, los mapas 1235, 1236 y 1238. Dentro de la zona dominada por la variedad b 1 aparecen mencionados los municipios en los que se ha llevado a cabo esta investigación.
[5] Los datos demográficos de las tres localidades han sido extraídos de la página web del Instituto Nacional de Estadística (www.ine.es).
[6] Dado el reducido tamaño de las tres localidades, todos los informantes con formación terciaria tuvieron que cursarla en otros lugares. Por este mismo motivo, los informantes de mayor edad y con formación secundaria tuvieron que hacer lo mismo, pues San Vicente, Cabezón y Potes no contaron con institutos de segunda enseñanza hasta finales del siglo xx.
[7] recogen la definición de sobre los eventos transformativos. Según este, tales eventos implican un cambio de estado observable en el objeto o en el sujeto gramatical (o semántico) como consecuencia de la acción expresada por el verbo y propone una serie de reglas transformacionales para dictaminar si tal cambio se ha producido, diferentes en el caso de los predicados transitivos e intransitivos. En estas páginas se han aplicado dichas reglas.