Libros álbum que desafían los estereotipos de género y el concepto de familia tradicional es la obra que han coordinado los investigadores A. Jesús Moya y Cristina Cañamares para la colección Arcadia, publicada el pasado año 2020. Su portada contiene, encuadrando el título, una franja roja horizontal sobre un fondo blanco; encima de esta aparece una pareja de aves representadas con la cabeza de dos hombres; se les puede ver cuidando de sus huevos en el nido, por lo que aquí se nos muestra una pista de lo que encontraremos a lo largo del volumen. Así se nos da testimonio de las diferentes perspectivas referentes al tema (desafío a los estereotipos de género y el concepto de familia tradicional).
Una vez abierto el libro, se puede apreciar cómo se despliega en tres bloques (los dos primeros formados por cuatro partes y el último por tres). Entrando en la lectura de los primeros párrafos del volumen, el lector va conociendo el motivo por el cual se realiza este análisis. Los coordinadores de esta obra darán las claves fundamentales para comprender y sacar mayor partido al grueso del trabajo.
De esta manera, el primer capítulo titulado “Hacia un análisis multimodal del libro álbum y los estudios de género. Introducción” (pp. 17-46), escrito por los propios coordinadores, comienza destacando la necesidad de tratar el libro álbum como un texto multimodal, ya que de no hacerlo así se estaría olvidando siempre una de las dos partes que integran estos trabajos: las ilustraciones y el texto literario. Partiendo de esta idea, el objetivo del libro se centra en los planteamientos enfocados en lo visual y lo textual, pero posicionando en el centro la cuestión de los estereotipos de género y el concepto de familia tradicional. Con ello, los autores deciden hacer un repaso por algunos de los enfoques del estudio del carácter multimodal del libro álbum. Así, destacan los primeros trabajos, relacionados con la semiótica social de Kress y van Leeuwen (2006), y las teorías multimodales-cognitivas de Forceville y Urios-Aparisi (2009). A través de ellos, se pone de relevancia la importancia de lo textual y lo visual en igualdad de condiciones, considerando de esta manera que pueden suponer un afianzamiento del hábito lector de los niños, además de ayudar en su desarrollo en el proceso de socialización y el fortalecimiento del aprendizaje de la lectura verbal y visual.
A estos enfoques principales les acompañan otros centrados en los aspectos más literarios, de los que podemos destacar los estudios de transtextualidad, intertextualidad y transgerenidad, entre otros. En definitiva, los autores destacan el fin de todos ellos, que no es otro que la puesta en valor de la imagen, ya que consideran que normalmente tiende a quedar por detrás de la palabra escrita. Mencionando uno de los planteamientos de uno de los principales estudiosos en la materia, Lewis (2001), citado en el volumen, la relación existente entre palabra e imagen nunca es simétrica o totalmente paralela, pues cada modo se especializa en la transmisión de significados específicos, de ahí la naturaleza multimodal del libro álbum. Con esta retrospectiva, los coordinadores muestran algunos de los nuevos planteamientos, que muestran posicionamientos centrados en la adecuación de los cuentos a la psicología evolutiva de los niños (Spitz, 1999), la relación con los efectos terapéuticos o el tratamiento del libro álbum como obra de arte (Nodelman, 1988). Por otra parte, en la actualidad también se han centrado algunos estudios en el carácter didáctico y pedagógico de este tipo de obras. Desde este enfoque, se observa como interpretan los niños las palabras, las ilustraciones y su conjunto, además de enriquecer el aprendizaje a través de la lectura (Nodelman, 1988).
Otro enfoque actual es el centrado en los estudios de género, por lo que los coordinadores comienzan aquí a introducir el gran tema del volumen. Es destacable comenzar diciendo que los personajes masculinos superan en número a los femeninos, incurriendo esto en la creación de unos personajes basados en estereotipos establecidos y predeterminados (mientras que los personajes masculinos tienen un rol activo, los femeninos se centran más en agradar más a los que les rodean) (Taylor, 2003). Esta tendencia ha ido cambiando con el paso del tiempo y también ha influido en la manera de representar a las familias. Es cada vez más corriente que en los libros álbum aparezcan familias homoparentales, reflejando así otra de las muchas realidades familiares que existen en nuestra sociedad. Toda esta visibilización surge de movimientos de liberación feminista y homosexual, los cuales trabajaron durante las décadas de los años setenta y ochenta en la creación de cuentos no sexistas y abiertos a las familias constituidas por madres y padres del mismo sexo.
Con esta introducción, la obra da paso a las diferentes partes que dan cabida a los diversos estudios que vertebrarán a este volumen. Los mismos se distribuyen en tres secciones explicadas a continuación.
La primera está dedicada a los personajes femeninos y estereotipos de género. A este apartado pertenece el capítulo 2 (pp. 49-76), realizado por Carmen Santamaría. En él realiza un análisis semiótico-social y multimodal en base a los modelos de Unsworth y Ortigas (2008) y Kress y van Leeuwen (2006) con el objetivo de determinar la capacidad interactiva de las imágenes de dos libros álbum protagonizados por personajes femeninos que no se ajustan a los clásicos estereotipos de género. Se trata de Arturo y Clementina de Adela Turin y Nella Bosnia (1976) y Los tutús no son mi estilo de Linda Skeers y Anne Wilsdorf (2010).
En la misma sección se encuentra el capítulo 3 (pp. 77-110), realizado por Francisco Rodríguez y María del Mar Ruiz, que realizan un estudio narratológico y lingüístico-discursivo para ahondar en la subversión de los esquemas narrativos, argumento y arquetipos presentes en tres libros álbum: La princesa Isabella de Funke y Meyer (2012); La princesa vestida con una bolsa de papel, de Munsch y Martchnek (2017), y La princesa rebelde, de Kemp y Ogilvie (2018).
La primera parte del volumen concluye con el capítulo 4 (pp. 111-146), de Jesús Díaz Armas, en el que se embarca en la búsqueda de la ironía intertextual, la parodia y la transtextualidad como estrategias de subversión, empleadas en el texto y las ilustraciones.
En la segunda parte o bloque, el lector encontrará el análisis de libros álbum que muestran a personajes masculinos que se encuentran fuera de los límites establecidos por los estereotipos de género tradicionales. Así lo muestra el capítulo 5 (pp. 149-178), de Izaskun Elorza, en el que desarrolla un análisis de la transitividad dentro de los enfoques de la lingüística Hallidiana (2004), de la semiótica de Kress y van Leeuwen (2006) y de Painter, Martin y Unsworth (2013); a la par que busca la identidad y los atributos de personajes que no se encuadran en los estereotipos de género masculinos. Todo ello lo hace a partir de cinco obras, de las que se pueden destacar 10,000 Dresses, de Marcus Ewert y Ray Rex, y Ballerino Nate, de Kimberly Bradley y R.W. Alley.
Acto seguido entra el capítulo 6 (pp. 179-206), de Emanuel Madalena y Ana Margarida, con una reflexión sobre cuestiones de género y su representación en la literatura infantil en relación con el tema de la transgerenidad a partir de tres libros álbum (Os vestidos do Tiag, de Joana Estrela; El niño perfecto, de Álex González y Bernat Cormand, y Juñián is a mermaid, de Jessica Love).
Esta segunda parte se cierra con el capítulo 7 (pp. 207-246), llevado a cabo por Arsenio Jesús Moya y Cristina Cañamares, quienes hacen un análisis semiótico y multimodal de los espacios y escenarios en los que se desarrollan los personajes masculinos que no se adaptan a los estereotipos de género.
Llegados a este punto, el volumen finaliza con una tercera parte centrada en los niños y niñas que viven fuera de los patrones familiares tradicionales. De esta manera, comienza con el capítulo 8 (pp. 249-278) de María Martínez, en el que analiza la construcción multimodal de las nuevas masculinidades por medio de cinco libros álbum protagonizados por niños con padres gays (entre ellos se encuentran Daddy’s Roommate (1989), de Michael Willhoite o One Dad. Two Dads. Brown Dad. Blue Dads (1994), de Johnny Valentine y Melody Sarecky).
Tomando otro camino, el capítulo 9 (pp. 279-310), realizado por María Jesús Pinar, investiga las relaciones interpersonales que se establecen entre los personajes, y entre estos y el lector, por medio de álbumes que muestran un modelo de familia que no coincide con la visión tradicional.
Por último, esta sección concluye con el capítulo 10 (pp. 311-344) en el que Guillermo Soler, Arantxa Martín y José Rovira tratan la diversidad de modelos de familia por medio de la pedagogía Queer; abordando el tema a través de libros álbum que se centran en la temática de las familias homoparentales.
Como conclusión, se puede decir que se trata de un buen manual para conocer el trasfondo de aquellas obras en las que se tratan estas cuestiones relacionadas con la ruptura de la visión tradicional afincada en los estereotipos de género o la familia tradicional. Lo que aquí se nos plantea es una recopilación de títulos que, junto con el análisis de cada autor, dan lugar a una gran herramienta para guiarnos en la educación familiar. Abarca a todo el núcleo familiar porque no solamente sirve para educar a los más pequeños, sino que también es influyente en la reeducación de los padres que necesiten conocer nuevas formas de vivir en familia. De esta manera, es una obra que se puede emplear tanto en casa como en la escuela. En cuanto a su faceta más académica, es beneficiosa para la consulta de libros álbum que traten estas cuestiones sociales, además de para conocer diversos planteamientos sobre el estudio de este tipo de formato editorial.
Notas
[5] Nodelman, P. (1988). Words about Pictures. The narrative Art of Children’s Picture books. The University of Georgia Press.
[6] Taylor, F. (2003). Content Analysis and Gender Steretypes in Children’s Books. Teaching Sociology, 31, pp. 300-311. https://www.jstor.org/stable/3211327