1. Introducción
En este estudio nos proponemos analizar la omisión del nexo que de las subordinadas completivas con verbo conjugado en un corpus de documentación archivística municipal andaluza correspondiente a la segunda mitad del siglo xix. Partimos de un estudio previo () en que analizamos esta misma cuestión para el período inmediatamente anterior, el del primer español moderno. Entonces establecimos tres cortes cronológicos —de 15 años cada uno—, con objeto de evaluar la situación a principios, mediados y finales del período, esto es, 45 documentos del período comprendido entre 1701 y 1715; 45 de entre 1761 y 1775, y otros 45 para los años que van de 1801 a 1815. En esta ocasión, hemos compilado un corpus similar, también de 45 actas capitulares que, como entonces, proceden de los fondos del Archivo Municipal de la ciudad de Málaga, y que se corresponden con las sesiones que el cabildo municipal celebró entre 1861 y 1885. Nuestro propósito es el de contrastar los resultados que obtuvimos con respecto a la omisión de que ante completivas en el primer español moderno con los de finales del ochocientos, período especialmente desatendido en los estudios sobre la diacronía del español. Para ello, compararemos no solamente los datos concernientes al índice de elisión, sino también los referidos a los factores gramaticales que pueden contribuir a explicar la preferencia por la variante asindética. De esta manera, podremos conocer más sobre este fenómeno, pues, aunque se haya abordado su estudio en el castellano medieval (,, ), en el de los Siglos de Oro (, , , , , , Pountain y , Blas y Porcar y ), o en estudios de conjunto (, ), todavía es poco lo que conocemos sobre los factores que influyen en la elisión del nexo, especialmente a partir del siglo xviii.
Con respecto a los criterios de selección del corpus documental, que ha sido transcrito ad hoc, se han seleccionado tres actas por cada uno de los años comprendidos en la horquilla cronológica de 1861 a 1875. De esta manera, se ha tratado de compilar un conjunto documental uniforme que permita, así, valorar la progresión del fenómeno de la omisión del nexo hasta finales del siglo xix, período infrarrepresentado en la historia del español, especialmente en lo referido a la gramática histórica ().
Para el examen de los testimonios, y con objeto de establecer posibles relaciones de dependencia entre distintos factores gramaticales y semánticos y la omisión o presencia de que en las subordinadas completivas con verbo conjugado, se han analizado los datos siguiendo la metodología del variacionismo lingüístico y, en concreto, se ha utilizado el programa de análisis estadístico IBM SPSS, así como la herramienta de análisis de regresión logística RBRUL ().
2. Estado de la cuestión
La posibilidad de que las subordinadas completivas con verbo conjugado se construyan sin nexo no es una novedad en el español, sino que, como se indica en la Nueva gramática de la lengua española (en adelante, NGLE), aunque se trata de un fenómeno posible hoy día, “era mucho más frecuente en los textos antiguos que en los modernos” ().
En la actualidad, el fenómeno se da, sobre todo, cuando el verbo de la subordinada se conjuga en subjuntivo, especialmente si el verbo de la principal se clasifica como de influencia o de voluntad, si la función de la subordinada es la de complemento directo, y cuando los verbos regente y regido están contiguos. También es posible la omisión —aunque menos frecuente— cuando el verbo de la subordinada depende de verbos de pensamiento y juicio y se conjuga, por tanto, en modo indicativo. En estos casos, la posibilidad aumenta si los predicados de los que depende la subordinada se encuentran, a su vez, subordinados, ya que, a juicio de la Academia, esto parece indicar “que la sintaxis requiere alguna marca formal de que existe subordinación” () y si, además, el verbo dependiente se conjuga en primera persona singular (). También en estos casos la contigüidad entre predicados es un factor influyente en la omisión del nexo.
Sin embargo, la Academia señala que “la omisión se registra en textos antiguos en contextos en los que no se aceptaría en los modernos” (). Resulta conveniente, por tanto, revisar cuáles fueron los períodos y las circunstancias en las que se dio la elisión del nexo de las subordinadas completivas con verbo conjugado en el pasado.
Las construcciones subordinadas asindéticas se han documentado en castellano desde los comienzos, pero es a finales del periodo medieval cuando comienzan a expandirse. Como apuntan ), aunque se documentan testimonios de elisión desde el siglo xiii, “es importante reseñar que las características formales —la mayor extensión del texto y el encadenamiento de subordinadas— y la temática de los documentos de finales del siglo xiv y xv favorecen este tipo de elipsis, así como el recurso contrario, la redundancia del nexo”. Asimismo, se ha relacionado la expansión de la variante elidida con el resurgimiento de la construcción latinizante de Accusativus cum infinitivo (AcI) durante los siglos xv y xvi (), que en este momento se intensifica por la influencia que los modelos textuales latinos ejercieron sobre el castellano cuatrocentista. Así, a juicio de , aunque no se pueda establecer una relación directa entre las dos construcciones, sí que es posible vincularlas en el sentido de que el desarrollo de las cláusulas de AcI en géneros discursivos escritos coincide con la expansión del otro procedimiento en que también se introduce una subordinada sin nexo.
Sin que parezca existir una relación entre el despegue de la ausencia de que como introductor de completivas y la instalación en nuestro idioma de esas estructuras de infinitivo insólitas hasta entonces en castellano, ambos hechos pueden relacionarse: el desarrollo en determinados géneros discursivos del castellano de subordinadas completivas de infinitivo con sujeto propio en las que la presencia de que, marca típica de subordinación, no era obligatoria, pudo abrir el paso para que en esos mismos géneros discursivos se prescindiera de que en subordinadas de verbo conjugado. Son, pues, dos fenómenos distintos, y posiblemente sin vinculación causal, pero ambos actuando sobre los niveles de incrustación de los extremos del eje de integración sintáctica de oraciones bipredicativas en castellano; dos vías distintas (ACI y borrado de que) convergentes en su resultado. La historia de los estilos explica el ocaso de una tendencia y el auge de la otra. El siglo xv prefirió el incremento de autonomía de los infinitivos, el XVI la disminución de autonomía de las completivas ().
coincide al considerar que es en el período clásico cuando la elisión de que se intensifica, documentándose la variante elidida incluso con el modo del verbo dependiente en indicativo. En este sentido, llega a la conclusión de que la ausencia del nexo que gozaría en el siglo xvi de un gran prestigio: “así, ST [Santa Teresa] nos confirma que, mientras la duplicación del nexo iba decayendo en el favor de la prosa más elaborada, la supresión, al menos con ciertos verbos regentes y con los predicados contiguos, se afianzaba como rasgo elegante” (). Esta preferencia por el asíndeton coincidiría, además, con la propuesta de Valdés de evitar un uso redundante del nexo, un “que superfluo”. Asimismo, señala que la sintaxis del siglo xvi tendería a construir los textos de manera más lineal y jerarquizada entre oraciones. En este sentido, la variante asindética, que requiere un mayor grado de adyacencia entre el verbo principal y el de la subordinada, supondría una marca de límite interoracional.
A partir del siglo xvii se documenta un aumento destacable de la omisión de que (), que se da, incluso, con subordinadas con el verbo en indicativo dependientes de verbos de lengua y pensamiento. Es interesante observar, en este momento, el rechazo que la variante asindética genera en los gramáticos de la época, como Correas o Jiménez Patón, por considerarlo un uso descuidado o novedoso. También para la lengua del xvii se ha apuntado una relación entre la estructura sin nexo y la lengua escrita, especialmente en los registros literarios y didáctico-expositivos (), epistolares o jurídico-administrativos (; ). Otras investigaciones, no obstante, han demostrado que la omisión de que en los siglos xvi y xvii se daba con frecuencia también en cartas particulares cercanas a la inmediatez comunicativa, incluso en “los dominios más coloquiales y espontáneos” (Blas y Porcar y ). Asimismo, relacionan los usos elididos con las elites sociales y advierten un declive de la variante sin nexo desde mediados del seiscientos ().
En cuanto a la situación del primer español moderno, considera que la posibilidad de omisión del nexo tuvo que extenderse al menos hasta el siglo xviii, y vincula el fenómeno con un intento de cambio en el período clásico que consistiría en la omisión de que ante todas las completivas. Efectivamente, en un trabajo anterior () en que analizamos documentación jurídico-administrativa correspondiente al siglo xviii y a los primeros años del siglo xix pudimos constatar que la elisión del nexo no solo no estaba en retroceso durante la centuria ilustrada, sino que incluso experimentó un aumento desde la segunda mitad del setecientos y hasta principios del siglo siguiente, al menos en el tipo documental de las actas capitulares. Queda pendiente, entonces, comprobar cuál es la situación para la segunda mitad del siglo xix, ya que esto nos permitirá comprender mejor no solo la evolución diacrónica del fenómeno, sino los factores que lo condicionan en la actualidad.
3. La omisión de que en la segunda mitad del siglo xix
3.1. Recuento general de datos
En las 45 actas capitulares que se han examinado, se han podido documentar un total de 638 subordinadas completivas de verbo conjugado, de las cuales 200 (el 31,3%) presentan la variante elidida, como en el ejemplo (1).
Aunque esto supone un índice de elisión superior al 5% que apunta para el periodo anterior al siglo xv, suponen un descenso acusado con respecto a lo que obtuvimos para el mismo tipo documental —y la misma zona— en el período anterior. Recordemos, a este respecto, los datos de elisión del primer español moderno, en comparación con los correspondientes a la segunda mitad del siglo xix, que se ofrecen en la tabla 1.
Omisión | 1701-1715 | 1761-1775 | 1801-1815 | 1861-1875 | ||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|
% | n/total | % | n/total | % | n/total | % | n/total | |
49,6 | 263/530 | 56,4 | 315/559 | 57,9 | 212/366 | 31,3 | 200/638 |
Los datos muestran, por un lado, que la omisión del nexo durante el primer español moderno fue un fenómeno no solo vivo, sino incluso prevalente con respecto a la presencia de que, al menos en el tipo textual concreto que se está analizando. Por otro lado, se puede apreciar cómo el índice de omisión alcanza su máximo en la primera mitad del siglo xix, cuando supone el 57,9% de los casos de subordinada sustantiva, para, a continuación, acusar una fuerte caída.
3.2. Análisis de los factores significativos
En cuanto a los factores que pueden contribuir a explicar mejor la variante elidida, hemos partido de los mismos que ya sometimos a examen en el corpus del primer español moderno, independientemente de si en aquella ocasión el análisis estadístico de datos mostró que eran significativos o no, ya que consideramos que es posible que la situación se haya modificado en este nuevo período.
Los resultados que ha ofrecido la prueba de Chi2 de Pearson a través del programa de análisis estadístico SPSS, realizado para probar si existe dependencia entre dichas variables gramaticales consideradas y la de omisión del nexo, indican que son significativas —esto es, presentan un p-valor inferior a 0,05— tanto la clase semántica, el tiempo del verbo principal, el grado de adyacencia entre los verbos principal y subordinado, el tiempo, modo y voz del verbo subordinado, la polaridad de la subordinada sustantiva, la identidad de sujetos entre principal y subordinada como el nivel de integración de la subordinada.
Frente a la situación del período anterior analizado, podemos observar que las variables influyentes se han reducido ligeramente, ya que ha dejado de ser significativa la persona en que se conjugan tanto el verbo principal como el subordinado.
Sin embargo, conviene considerar que, mientras que SPSS permite realizar un análisis estadístico binomial —es decir, en que se examinan las relaciones que se dan entre dos variantes entre sí—, los análisis de regresión logística que permiten realizar los software como RBRUL tienen en cuenta también las relaciones que se establecen entre las variables en su conjunto. Resulta necesario, por tanto, valorar si, a través de este análisis de efectos fijos considerados, existen diferencias con respecto a los factores que se consideran significativos. En este sentido, los resultados de significatividad generales que hemos obtenido con RBRUL —que se pueden consultar en la tabla 2— han mostrado que las variables que pueden explicar mejor la omisión del nexo son, en primer lugar, el grado de adyacencia entre los predicados, y, a continuación, según el grado de importancia, el modo de la subordinada sustantiva, el nivel de integración sintáctica de las oraciones, y el tiempo del verbo regente.
Como se puede observar, una vez que se toma en consideración la relación de los factores en conjunto —y no solo de manera individual con respecto a la variable dependiente de la omisión de que—, se obtienen resultados que difieren de los obtenidos con el análisis bivariante y que permiten entender mejor, desde nuestro punto de vista, la omisión del nexo. Así, por ejemplo, la prueba de Chi2 de Pearson muestra que la clase semántica sirve para explicar la omisión del nexo. No obstante, muy probablemente el factor que realmente influye en la elisión es otro relacionado, como es el modo de la subordinada sustantiva, que en gran parte depende de la clase semántica del verbo principal. Por tanto, una vez que se consideran los factores relacionados entre sí, se obtiene que la variable significativa es el modo de la subordinada, al menos para este tipo documental y en la segunda mitad del siglo xix.
Cuando se someten al mismo tipo de análisis de regresión logística con RBRUL los datos correspondientes al corpus del primer español moderno —que se ofrecen en la tabla 3—, se puede observar que en este período son más numerosos los factores significativos que explican la preferencia por la variante elidida.
El grado de adyacencia, tal y como ocurre en la segunda mitad del ochocientos, resulta ser el factor o efecto primordial, seguido, esta vez, del grado de integración de la subordinada. A diferencia de lo que sucederá en el período siguiente, todavía en esta etapa la clase semántica demuestra ser relevante para la construcción asindética, incluso con una fuerza de influencia mayor que la del modo de la subordinada, que no parece ser relevante. Asimismo, son factores significativos, por orden de importancia, la persona del verbo subordinado, el tiempo del verbo regente y la voz de la subordinada sustantiva.
Por otro lado, el análisis de regresión logística permite evaluar también qué variables, dentro de cada factor, son las que más favorecen el asíndeton, esto es, aquellas que muestran coeficiente positivo. Los resultados del análisis de los factores fijos correspondientes al corpus de la segunda mitad del siglo xix se pueden consultar en la tabla 4; mientras que los del corpus de la etapa anterior, se han reflejado en la tabla 5.
A continuación, se irá detallando el estudio comparativo de los datos, considerando cada uno de los factores significativos, según su orden de importancia, siempre dentro de nuestro corpus documental de actas capitulares de la segunda mitad del siglo xix.
3.2.1. El grado de adyacencia
El primer factor, siguiendo el orden de mayor a menor influencia, para la explicación de preferencia por la variante omitida tiene que ver con el grado de adyacencia o de contigüidad entre el verbo regente y el verbo regido. No sorprende este resultado del análisis estadístico ya que en la actualidad es también uno de los condicionantes fundamentales que posibilitan la elisión del nexo (); y, desde los primeros testimonios de subordinadas sustantivas con verbo conjugado introducidas sin nexo, la restricción de contigüidad parece estar relacionada con el fenómeno.
Cuando se comparan los resultados de finales de siglo con los de las etapas anteriores que hemos también estudiado (véanse los datos de las tablas 4 y 5), se observa que se trata también del factor más influyente en la etapa del primer español moderno. En ambos casos, los datos muestran que cuantas menos palabras median entre los núcleos de los predicados regente y regido, más probable es que la construcción se construya sin nexo. Así se puede observar en algunos de los ejemplos que extraemos del corpus: en (2a) la contigüidad favorecería el asíndeton, mientras que en (2b), cuando median más de 5 palabras, la preferencia suele darse hacia la variante con el nexo presente.
-
(2)
- a.
Por lo tanto, la comisión estima Ø debe adoptarse el medio final propuesto por el arquitecto municipal (Doc. 43, 1v: 5-7. 1875).
- b.
Hecha como está la demolición, y debiéndose en todos conceptos arbitrar recursos, consideraba que por no dar la respectiva estensión al presupuesto no debía quedar incompleta tan reclamada mejora ni dejarse pasar esta oportunidad (Doc. 1, 3v: 1-5. 1861).
- a.
Al examinarse los datos en detalle, por cada corte cronológico, se advierte que nuevamente el quiebre porcentual se produce a finales de ese período que denominamos el primer español moderno, esto es, a principios del siglo xix, como se comprueba en la tabla 6. Así, la variante asindética llegó a alcanzar el 97,7 % de usos en su contexto prototípico —esto es, con los verbos adyacentes—, lo que supone prácticamente la totalidad, en unas cifras muy similares a las de la segunda mitad del siglo xviii. No obstante, apenas medio siglo más tarde, en la segunda mitad del xix, el índice de elisión ha descendido hasta el 75,3% en este mismo contexto. En cuanto a la situación que menos favorecería la elisión —cuando median cinco o más palabras—, los datos acentúan el declive que ya se estaba anunciando a principios del siglo xix. De esta manera, en el período en que más elisión encontramos en estos contextos —la segunda mitad del xviii— la preferencia por esta variante supone el 31,4% de usos; desciende hasta 14,2 en la primera mitad del xix y continúa decayendo hasta un escaso 6,3% para la segunda mitad de la centuria.
Llama también nuestra atención el hecho de que el valor correspondiente al intercepta de los contextos en que median dos palabras se muestre favorable a la omisión de que en la segunda mitad del ochocientos, como se recoge en la tabla 4. En estos casos, hemos observado que, en su mayoría, las palabras que median entre los verbos se corresponden al sujeto del predicado regente, que, dada la naturaleza de nuestro corpus, suele expresarse como “el Ayuntamiento” —habitual agente de las acciones recogidas en las actas capitulares— como en el ejemplo recogido en (3).
Esta “interrupción” no parece obstaculizar la posibilidad de elisión, sino que, al contrario, incluso la favorece, aunque con una fuerza menor que la estricta contigüidad entre los verbos regente y regido. De hecho, hemos contabilizado que en 28 de 34 ocasiones (el 82%) en las que hay omisión del nexo y median dos palabras, estas son el sujeto de la subordinada.
Dicha tendencia no parece tener continuidad en la actualidad, pues, como especifica la Academia (), “en general no se omite la conjunción cuando existe un sujeto explícito entre el verbo principal y el subordinado”, y se apunta que en la variante sin conjunción se prefieren los sujetos preverbales, “ya que no interrumpen la contigüidad de los dos verbos”.
3.2.2. El modo de la subordinada
El segundo factor o efecto fijo más influyente de nuestro corpus de la segunda mitad del siglo xix es el modo de la subordinada. Como ya comentamos, la presencia del modo subjuntivo en la subordinada es uno de los factores que en la se consideran condicionantes para posibilitar la variante sin conjunción en los textos actuales, ya que en sí mismo funcionaría como una marca que permite la interpretación de la subordinada como tal. Por este motivo, probablemente, se trata de un factor que se asocia con la construcción asindética a partir no solo de los textos medievales (; ), sino incluso desde sus orígenes latinos ().
Como es esperable, y coincidiendo con los datos del período precedente, la variable que muestra ser más favorable a la subordinada sin nexo es la del modo subjuntivo, como en el ejemplo (4a). No obstante, más interesante resulta comprobar el estado de la elisión en el contexto menos favorable, esto es, ante subordinadas en indicativo, como en (4b).
Además, en perspectiva diacrónica se percibe cómo la mayor frecuencia de omisión se da, en el caso del modo subjuntivo, a partir de la segunda mitad del siglo xviii y hasta 1815. El quiebre porcentual se da, una vez más, en el paso hacia la segunda mitad del xix, donde, sin embargo, todavía supone el 47,7% de los usos, como se muestra en la tabla 7.
En el caso del indicativo, el descenso es gradual desde principios del setecientos, aunque la caída de usos se acentúa en el xix. Al llegar la segunda mitad, la posibilidad de omitir el nexo ante subordinadas con indicativo ha quedado restringida al 11,5%.
3.2.3. El grado de integración de los predicados
El tercero de los factores que mejor explican la preferencia por la omisión de la conjunción en las actas capitulares malagueñas de la segunda mitad del siglo xix es el que se relaciona con el grado de integración de los predicados. Por un lado, se ha valorado si el hecho de que la subordinada se coordine con otras subordinadas dependientes del mismo verbo puede tratarse de un factor influyente en la preferencia por el asíndeton, ya que en textos antiguos se ha documentado que las segundas secuencias —en caso de coordinación— no necesitan incluir la marca de subordinación, esto es, la conjunción, aunque también pueden hacerla efectiva. Señala al respecto que “El español y las lenguas romances tienen también la posibilidad de coordinar construcciones subordinadas sin recurrir a marcar la segunda secuencia con una conjunción o bien haciendo efectiva dicha marca”. Se trataría, a su juicio, de una alternativa estilística que se vería favorecida por el deseo de evitar la acumulación de nexos.
Efectivamente, se ha comprobado que, al menos en nuestro corpus, la posición de la subordinada con respecto a otras se trata de un factor relevante. A tenor de los resultados del análisis de regresión logística, los contextos más proclives a la elisión serían aquellos en que la subordinada, como hemos señalado, se encuentra coordinada con otra(s) subordinada(s) y no ocupa la primera posición de la serie. Se entiende que, en ese caso —cuando ocupa la primera posición—, sería más necesaria la marca formal que indica la subordinación, de ahí que en nuestro análisis resulte ser el contexto menos favorable a la elisión. Así se puede comprobar en el ejemplo (5a), en que la primera subordinada va introducida por que y la segunda, no obstante, no lo necesita. Sin embargo, es también posible encontrar la situación contraria, esto es, subordinadas que, ocupando la posición segunda o tercera de una serie, explicitan la conjunción, incluso cuando el modo de la subordinada es el subjuntivo, como en (5b).
-
(5)
- a.
[…] se acordó que así hubiera efecto y Ø volviese al próximo cabildo para deliberar (Doc. 33, 3v: 39-40. 1871).
- b.
En este estado, propuso el señor Alarcón que desde luego se ofrezca cantidad y que , al ofrecerla, se diga que se destine únicamente a pobres de Málaga que lo merezcan por sus acciones virtuosas (Doc. 2, 2v: 12-15. 1861).
- a.
Si trazamos un eje cronológico para analizar el avance de esta situación, percibimos que, con el devenir de los años, la frecuencia de elisión acusa un fuerte descenso, incluso en estos contextos proclives. Así queda reflejado en la tabla 8, en la que hemos comparado las variables que más y menos favorecen la elisión del nexo para cada corte cronológico.
Como hemos comentado para etapas anteriores, en la segunda mitad del siglo xix se produce una caída de los índices de omisión que afecta también a las subordinadas, incluso a aquellas que no ocupan la primera posición de la serie de coordinación.
Dentro de este mismo parámetro, otro contexto favorable a la construcción sin conjunción —según muestra el intercepta con coeficiente positivo, como se ve en la tabla 4— se da cuando la subordinada resulta ser la única y depende, además, de un verbo que no está subordinado, como en el ejemplo (6a).
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(6)
- a.
Pidió el señor regidor don Obdulio Castel Ø constase su voto conforme al de la mayoría (Doc. 7, 1v: 31-32. 1863).
- b.
[…] informan las comisiones de ornato y cementerio reunidas, acompañadas del arquitecto titular, Ø han pasado al cementerio público con objeto de señalar el sitio en el que han de labrar los veinte y cuatro nichos la hermandad de Nuestro Padre Jesús de la Epidemia (Doc. 22, 3r: 9-15. 1862)
- a.
En estos casos, probablemente la restricción de contigüidad y el modo de la subordinada bastarían para garantizar la interpretación de la subordinada como tal. Sin embargo, todavía documentamos suficientes ejemplos de subordinadas asindéticas cuando median varias palabras entre los verbos de los predicados implicados, incluso con el modo de la subordinada en indicativo, como en (6b). Esto parece indicar que los contextos de elisión del nexo son todavía más laxos que los que la posibilitan en la actualidad, pero menos que en etapas anteriores.
Asimismo, se ha analizado si el hecho de que la subordinada sustantiva dependa de un verbo que, a su vez, se encuentra subordinado influye en la preferencia por el asíndeton, ya que en la actualidad es uno de los factores que la posibilitan cuando la subordinada está en indicativo ( ). En el corpus objeto de este estudio, sin embargo, el intercepta resultante del análisis de regresión logística muestra que esta variable, de coeficiente negativo, no sería de las que favorecen la omisión del núcleo —aunque eso no significa que no sea posible documentarla con construcciones asindéticas, como en (7a)—. En (7b) mostramos un ejemplo de subordinada integrada dentro de otra subordinada y que, aun así, presenta la variante con el nexo.
-
(7)
- a.
[…] acordó Ø se le oficie busque las copias del antedicho plano, que deben obrar en su poder, y que ejecute la orden que se le ha dado (Doc. 28, 2r: 11-13. 1870).
- b.
[…] la cual dice que para los efectos de toda renovación bienal se entenderá que todos los Ayuntamientos se instalaron el día primero de enero del año anterior a la elección, y que en el mismo día tomaron posesión todos los concejales existentes (Doc. 11, 2r: 19-23. 1866).
- a.
Efectivamente, como se apunta en “los textos antiguos muestran casos de ausencia de conjunción del tipo B [con la subordinada en indicativo] en los que el verbo que introduce la subordinada no está a su vez subordinado”, como ya recogimos en (6b).
3.2.4. El tiempo del verbo regente
Finalmente, el último efecto fijo significativo de nuestro corpus de actas capitulares de la segunda mitad del ochocientos está relacionado con el tiempo en que se conjuga el verbo regente, como se comprueba en la tabla 4.
En el corpus que abarca el siglo xviii y principios del xix, los tiempos verbales más frecuentes que favorecían la variante elidida eran los de presente, como sucedía en un 65,4% de ocasiones. La menor frecuencia se daba con tiempos no personales distintos al gerundio y al infinitivo, esto es, poco frecuentes, y con el imperativo.
En nuestro caso, el presente continúa siendo el tiempo que más favorece la elisión, aunque desciende a un 34,9% de casos (37/106), seguido del gerundio, donde se da en un 29,7% (33/111), de lo que mostramos ejemplos en (8a) y en (8b); mientras que las formas que menos lo favorecen son el infinitivo, en que la variante elidida supone el 9,7 % (3/31) (ejemplo 8c) y otros tiempos verbales poco frecuentes en nuestro corpus.
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(8)
- a.
Por lo tanto, la comisión estima Ø debe adoptarse el medio final propuesto por el arquitecto municipal (Doc. 45, 1v: 5-7. 1875).
- b.
La instancia de ese excelentísimo Ayuntamiento, pretendiendo Ø se disponga que no arriben a este puerto los enfermos de Santo Domingo y Ø se adopten las precauciones sanitarias previstas en la ley, es remitida por este Gobierno (Doc. 5, 1v: 10-16. 1865).
- c.
Al efecto, tiene el honor de proponer que se adquiera y establezca allí una báscula, a imitación de lo que se practica en varias poblaciones de España y del extrangero (Doc. 20, 2r: 17-19. 1867).
- a.
3.3. Otros factores no significativos
Aunque los análisis estadísticos efectuados hayan mostrado que los demás efectos fijos considerados no son significativos para el análisis, consideramos que puede resultar de interés describir someramente algunas circunstancias de aquellos que han mostrado ser significativos durante el período precedente, pero que en el corpus de la segunda mitad del xix no lo son, ya que consideramos que esto permite trazar de manera más completa la situación de la omisión del nexo a finales del período analizado.
3.3.1. La clase semántica
Como ya hemos señalado, una de las principales diferencias que encontramos entre los dos períodos que estamos contrastando es que, mientras que en la documentación del primer español moderno la clase semántica a la que pertenece el verbo regente es un factor significativo para explicar la elisión, en los correspondientes a la segunda mitad del siglo xix ha dejado de serlo, según los datos ofrecidos por estudio de probabilidad estadística. Suponemos que, dado que la clase semántica del verbo principal condiciona en gran medida el modo en que se conjuga la subordinada, este último la haya relegado como factor significativo.
Por otra parte, en los documentos de 1701 a 1815 se observó que las clases semánticas que más favorecían la elisión eran las de predicados petitorios, para los que calculamos un índice de elisión que llegaba a alcanzar el 90,3% de los casos, seguido de los verbos de orden y mandato, en los que se daba la variante asindética en un 61,8%. También los análisis que hemos realizado en esta ocasión, con RBRUL, muestran que son estas clases semánticas —la de los verbos de influencia, tanto de petición como de mandato—, las que favorecen en mayor medida la elisión, tanto en el corpus del español moderno como en el de la segunda mitad del xix, tal y como se refleja en los ejemplos (9a) y (9b).
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(9)
- a.
[…] acordó el Ayuntamiento Ø se cubra dicho pozo convenientemente y Ø devuelva a su respectivo dueño el aparato y enseres que han servido para dichas obras (Doc. 22, 3v: 18-21. 1864).
- b.
[…] por lo que a vuestra excelencia suplico Ø se sirva disponer sea de cuenta del municipio su conservación y acceder a lo que en 23 del anterior tengo solicitado (Doc. 28, 3v: 3-6. 1866).
- c.
Conviene pues que el ecspediente vuelva al municipio para el fin mencionado (Doc. 24, 3r: 1-3. 1865).
- d.
El señor alcalde dijo que, aunque agradecía mucho esta deferencia, deseaba sin embargo se hiciera el señalamiento en este acto (Doc. 2, 3r: 2-4. 1861).
- a.
También presenta una coincidencia de resultados en ambos corpus la clase semántica que menos favorece la variante omitida, es decir, que en este caso es la de los verbos de naturaleza valorativa y de opinión, lo cual nos resulta llamativo por combinarse, precisamente, con el verbo de la subordinada en subjuntivo, como en (9c).
Señaló que, desde la segunda mitad del siglo xvii, se produjo la extensión de la construcción asindética incluso en combinación con verbos que precisan el indicativo en la subordinada. En el conjunto documental que hemos analizado, la clase semántica más abundante que se construye con el modo indicativo en la subordinada es la de los verbos de lengua o información, como en el ejemplo (9d). Consideramos interesante comprobar en qué estado se encuentra la posibilidad de omisión de que con verbos de esta clase semántica a finales del xix y compararlo, además, con los períodos anteriores (en la tabla 9).
La lectura de los datos muestra cómo la posibilidad de elisión en el caso de los verbos de lengua o información va decayendo desde su punto más álgido —al menos en nuestros conjuntos documentales—, que se alcanza a principios del siglo xviii, cuando llega a suponer el 27,1 de usos, hasta el mínimo, en la segunda mitad del xix (11,18% de casos). Parece, por tanto, que es a principios del setecientos cuando hay una mayor flexibilidad de contextos en los que se puede dar la subordinada asindética.
Además, si nos fijamos en los datos de las dos clases semánticas que, por el contrario, favorecen la omisión y que, además, son también muy abundantes en nuestro tipo documental, observamos que también en esos contextos la elisión experimenta un descenso, que se acentúa en el último de los cortes cronológicos estudiados. Es especialmente notable en el caso de los verbos de petición o súplica, en los que la variante sin nexo llegó a suponer el 92,6% de las elecciones de los escribanos de las actas capitulares a principios del siglo xviii —que se mantienen en torno al 90% hasta principios del xix —, para descender hasta el 57,9% en la segunda mitad del ochocientos.
3.3.2. La persona del verbo subordinado
En cuanto a la persona en la que se conjuga el verbo subordinado, en los documentos del siglo xviii y primera mitad del siglo xix parece ser un parámetro significativo, y los contextos que mejor explican la preferencia por la variante asindética son aquellos que la conjugan en tercera persona del singular y del plural, siguiendo ese orden. Los documentos de la segunda mitad del xix no presentan datos significativos al respecto, ya que mayoritariamente las subordinadas se construyen con esas mismas terceras personas, de manera que los resultados no son relevantes para el estudio. De nuevo, es importante tener en consideración que el tipo textual con el que trabajamos condiciona la presencia de variables que, en otros contextos, quizá puedan ayudar a explicar la preferencia por la variante elidida o plena.
3.3.3. La voz del verbo subordinado
Finalmente, el último factor que muestra ser significativo en el corpus del primer español moderno tiene que ver con la voz en la que se conjuga el verbo de la subordinada sustantiva. Los usos que muestran ser más proclives a la elisión son los de pasiva, entre los que hemos incluido también los de pasiva refleja, que, a partir del siglo xviii y durante el xix experimentan un período de auge, hasta llegar a convertirse “en rasgos de tradicionalidad característicos del discurso administrativo, si bien a lo largo del siglo xix la pasiva perifrástica irá perdiendo presencia en los textos legales” ().
Mientras que en los documentos de 1701 a 1815 la elisión se produce con mayor frecuencia en estas construcciones —llega a alcanzar el 66,8% de los casos—, a partir de la segunda mitad del ochocientos, muestra un índice de elisión de hasta 20 puntos menos (el 42,4% de casos, esto es, 108 de 255 ocurrencias). Aun así, se trata de un contexto en el que la variante elidida es más frecuente que cuando el verbo subordinado se encuentra como voz activa, en cuyo caso documentamos los usos sin nexo en un 24% (92/383 casos), de lo que mostramos ejemplos en (10).
-
(10)
- a.
El Ayuntamiento quedó enterado, acordando Ø se hagan los debidos asientos y conteste (Doc. 6, 2v: 1-2. 1862).
- b.
El excelentísimo señor gobernador, en comunicación de 28 del anterior, dice que el arquitecto provincial, por los muchos trabajos que tiene a su cargo, no puede continuar levantando los planos de las calles (Doc. 4, 2r: 16-20. 1862).
- a.
4. Conclusiones
Frente a los datos relativos al período correspondiente al primer español moderno, donde los usos elididos sobrepasan, en conjunto, a los plenos, se observa un pronunciado declive a partir de la segunda mitad del siglo xix. El momento álgido de la elisión, al menos en el tipo documental de las actas capitulares municipales malagueñas que hemos analizado, parece darse en la primera mitad del ochocientos, cuando la variante elidida supone hasta el 58% de casos; frente a ello, en la segunda mitad del mismo siglo, apenas 50 años después, el índice de elisión ha disminuido en más de 25 puntos (31%).
Atendiendo a los resultados del estudio variacionista con RBRUL, los factores o parámetros que han mostrado ser significativos para explicar la preferencia por la variante asindética en la segunda mitad del siglo xix son, por orden de importancia, el grado de adyacencia entre los verbos regente y subordinado, el modo de la subordinada sustantiva, el grado de integración de los predicados subordinados y principal con respecto a otros predicados con nexo, y el tiempo en que se conjuga el verbo principal. Al comparar los datos con los obtenidos para el período relativo a 1701-1815 en un corpus similar, se puede apreciar una reducción en el número de variables significativas, que de seis han pasado a cuatro. Desde nuestro punto de vista, el cambio más llamativo en este período tiene que ver con que la clase semántica a la que pertenece el verbo principal ha quedado relegado como parámetro significativo para entender la situación de la elisión de que en el período de 1861 a 1875.
El factor más influyente, igual que en la etapa precedente, es el grado de adyacencia o contigüidad entre los predicados; así, cuantas menos palabras medien entre el verbo principal y el subordinado, más probable será que se omita el nexo que introduce la completiva. Sin embargo, la situación de finales del xix presenta diferencias con respecto al período anterior, ya que los índices de elisión son, en general, inferiores. En los contextos más favorables, esto es, con los verbos en situación de contigüidad, el máximo de omisión se alcanzó a final del primer español moderno, cuando los usos elididos llegaron a ser prácticamente la totalidad (un 98%); en el paso a la siguiente etapa evolutiva, aunque continúan siendo mayoritarios, experimentan una acusada caída (75%). En el contexto menos prototípico, cuando median más de 5 palabras entre los verbos principal y subordinado, el descenso se produce desde principios del xviii (supone el 24,5%), y, gradualmente, continúa su caída hasta alcanzar el mínimo (6%) a finales del xix.
La situación se repite en el segundo factor más influyente, esto es, con el relacionado con el modo de la subordinada. También en este caso se puede apreciar que, mientras que en los contextos favorables a la omisión —el modo subjuntivo en la subordinada—, la cima de usos asindéticos se alcanza a principios del siglo xix (con el 70% de casos, frente al 48% del período inmediatamente posterior), en los contextos que menos la favorecen —con el modo de la subordinada en indicativo, novedad del período clásico con continuidad en el primer español moderno— se observa un declive progresivo desde el primero de los cortes cronológicos estudiados, es decir, desde principios del xviii (28%), hasta finales del xix (11,5%).
En cuanto a la integración de los predicados implicados, se ha observado que la variable que más favorece la elisión tiene que ver con la posición de la subordinada dentro de una cadena de completivas coordinadas entre sí y dependientes del mismo verbo principal. Tal y como se ha observado para los demás factores, también en estos casos se acusa una fuerte caída de usos elididos con respecto a períodos precedentes en el mismo tipo textual. Este descenso se puede apreciar, incluso, en las clases semánticas que se consideran más favorables a la elisión, como la de los verbos petitorios que, del 92% del período anterior, pasan al 58% en la segunda mitad del ochocientos.
En definitiva, mientras que con las variables más favorables de cada parámetro estudiado la variante elidida continúa siendo una posibilidad relativamente frecuente en la segunda mitad del siglo xix, en los contextos menos favorables la elisión se produce cada vez con menos asiduidad. Así, parece que el fenómeno de la omisión de que ante las completivas presenta un reparto de contextos entre variante elidida y plena más cercano al actual que el que encontrábamos durante el primer español moderno, que presenta una mayor laxitud en cuanto a las posibilidades de supresión del nexo.
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25
Notas
[1] Este primer español moderno transcurriría entre el comienzo de la actividad de los novatores, en torno a 1675, hasta 1825, con el Romanticismo ().
[2] Los documentos estudiados, todos transcritos y editados para este trabajo, han sido: 1, vol. 261, 77v-79v; 2, vol. 261, 135v-138r; 3, vol. 261, 242v-245v; 4, vol. 262, 22r-24v; 5, vol. 262, 73v-76r; 6, vol. 262, 227r-229v; 7, vol. 263, 11r-14r; 8, vol. 263, 155v-157r; 9, vol. 263, 180v-184r; 10, vol. 264, 138v-142v; 11, vol. 264, 207r-211r; 12, vol. 264, 238v-241r; 13, vol. 265, 1v-3r; 14, vol. 265,60v-63r; 15, vol. 265, 107r-110r; 16, vol. 266, 5v-8v; 17, vol. 266, 56v-58r; 18, 171r-174r; 19, vol. 267, 14r-17r; 20, vol. 267, 59r-61v; 21, 218r-220v; 22, vol. 268, 5v-8r; 23, vol. 268,67v-70v; 24, vol. 268, 148r-150r; 25, vol. 270, 18r-20v; 26, vol. 270,86v-89r; 27, vol. 270,116v-119v; 28, vol. 271, 65v-68r; 29, vol. 271,116v-119v; 30, vol. 271,147v-150v; 31, vol. 272, 6r-8r; 32, vol. 272,49v-51v; 33, vol. 272, 211v-214v; 34, vol. 273, 26r-27v; 35, vol. 273, 79v-81v; 36, vol. 273, 172r-175r; 37, vol. 274, 16v-19r; 38, vol. 274, 115r-117r; 39, vol. 274, 149r-150r; 40, vol. 275, 60v-62r; 41, vol. 275, 77v-79r; 42, vol. 275, 125v-128r; 43, vol. 276, 140r-142r; 44, vol. 276, 156r-158v; 45, vol. 276, 319r-322r.
[3] Hemos de tener en consideración que se trata, por tanto, de un estudio limitado a una tipología textual muy concreta, circunscrita, además, a un universo discursivo —el de los textos jurídico-administrativos— también determinado. Los resultados obtenidos, en consecuencia, no pueden ser extrapolables a la lengua general hasta que no se completen con los de otros estudios de conjunto, o bien con estudios parciales que incluyan otras tipologías textuales y que permitan establecer comparaciones que muestren una visión más global del comportamiento del fenómeno en la época.
[4] Los datos referidos a la omisión de que en el primer español moderno ( fueron sometidos a un análisis de efectos fijos a través del programa GOLDVARB X. En esta ocasión, hemos preferido estudiar los datos a través del programa RBRUL (). Habida cuenta de que cada programa puede presentar diferencias en el cálculo que afecten a los resultados, se ha optado por analizar con RBRUL los dos conjuntos documentales, siempre con el objeto de facilitar la comparación entre ellos.
[5] Asimismo, aunque se considera que la omisión es más frecuente cuando la función de la subordinada sustantiva es la de objeto directo, se puede dar también en función de sujeto, si la proposición tiene una naturaleza prospectiva.
[6] En este sentido, se apunta que sería el modo subjuntivo en la subordinada, cuando los predicados están contiguos, el factor que permite garantizar la interpretación de la subordinada como tal y que, por tanto, posibilita la omisión del nexo, como demuestra el hecho de que las oraciones sustantivas sin conjunción subordinante no se suelen construir con sujeto antepuesto ().
[7] Se ha señalado una mayor frecuencia de elisión del nexo en el lenguaje jurídico (, ), donde el fenómeno podría darse para evitar la acumulación de nexos.
[8] Aunque es posible documentar la variante elidida antes del siglo xv, la opción asindética no supondría más que el 5% de los usos totales ().
[9] Apunta que tanto la estructura asindética como la construcción de AcI reaccionan en el período áureo a la presencia de que quizá por su relación con tradiciones discursivas menos escriturales. En este sentido, señala que en el original latino se trataba de una construcción propia de la lengua escrita, que en el período clásico se reintrodujo como una «novedad letrada» (), sobre todo, en la escritura expositiva, literaria y notarial.
[10] Se registra con mayor frecuencia cuando el verbo del que depende la subordinada se encuentra en el interior de una oración de relativo, es decir, cuando ya hay un que que precede (). Además, aunque en un porcentaje muy reducido de usos, también parece ser proclive a la elisión del nexo la construcción con no dubitativo o redundante, heredera de la estructura latina con ne ().
[12] Otros factores que han resultado no ser significativos según la prueba de Chi2 de Pearson a través de SPSS han sido la consideración de los verbos principales y secundarios como pronominales, el modo, la persona y la voz en que se conjuga el verbo principal, la polaridad del predicado principal, la persona en que se conjuga el verbo subordinado, así como la función que desempeña la subordinada dentro de la oración principal.
[13] Destacamos en negrita los factores con p-valor inferior a 0,05 y que, por tanto, son significativos.
[14] La agrupación de factores se ha realizado buscando que, al colapsar datos, se obtuviera el grado de dependencia más elevado según el cálculo de V de Cramer.
[15] En otros tiempos verbales del predicado regente hemos incluido perfectos, pluscuamperfectos, futuros y condicionales, que son los menos frecuentes en el corpus.
[16] Mostramos sin sombrear los factores no significativos según el análisis de regresión logística en RBRUL.
[17] En la clasificación según el valor semántico del verbo regente, hemos realizados los siguientes agrupamientos: verbos de influencia petitorios, entre los que hemos incluido instar, pedir, reclamar, rogar, solicitar, suplicar y decir (cuando adquiere ese valor en combinación con subjuntivo en la subordinada); en los verbos de influencia de orden o mandato, hemos recogido acordar, conceder, convenir, decidir, determinar, disponer, encargar, exigir, impedir, interesar ‘hacer tomar parte’, mandar, permitir, proponer, recomendar, resolver y ser de dictamen, así como otros verbos que se han desplazado semántica al combinarse con el subjuntivo, como contestar, decir, declarar, manifestar u opinar (para más información sobre esta cuestión, véase ); verbos de lengua, información y comunicación como alegar, anunciar, añadir, comunicar, contestar, dar cuenta ‘informar’, declarar, establecer, explicar, exponer, expresar, hacer notar, hacer observar, hacer presente, hacer saber, indicar, informar, manifestar, oficiar ‘comunicar’, participar ‘dar parte’, poner en conocimiento, poner en noticia, prevenir ‘informar’, recordar, referir, replicar y sostener; entre los verbos de pensamiento o percepción se han incluido verbos de certeza como constar o estar demostrado, verbos de percepción como observar u oír, verbos de posesión, adquisición o pérdida de información y conocimiento, como admitir, apoyar, creer, calcular, comprender, conocer, considerar, convenir ‘coincidir’, entender, esclarecer, hallar, juzgar, saber, opinar, ser de opinión, ser de parecer, ser de sentir, tener en consideración y tener presente, así como el verbo de afección lamentar; en verbos de valoración se han incluido tanto verbos como convenir, creer justo o de justicia, creer (imposible, de necesidad, conveniente), estimar, ser/hacerse indispensable, hacerse preciso, parecer mejor, parecer conveniente, ser urgente, ser indiferente, ser justo, ser de derecho, como verbos de voluntad o intención como desear, esperar, pretender, procurar, querer o ser del ánimo de; finalmente, en otros se recogen los verbos aparecer, conseguir, cuidar, evitar, extrañar ‘añorar’, ocurrir, proporcionar, resultar, ser y surgir.
[19] Los datos correspondientes al corpus de 1701 a 1815 han sido ligeramente modificados con respecto a los presentados en , ya que hemos eliminado 11 subordinadas sustantivas cuyo verbo principal estaba elidido. Hemos tomado esta decisión con objeto de que los dos corpus fueran más fácilmente comparables (puesto que en los de la segunda mitad del xix no hemos encontrado casos similares).
[20] Ofrecemos los ejemplos tomados de la edición crítica de los documentos, que han sido transcritos siguiendo los criterios de la red CHARTA, Corpus Hispánico y Americano en Red: Textos Antiguos (que se pueden consultar en https://www.redcharta.es/criterios-de-edicion/). Las cursivas y subrayados de los ejemplos son nuestros.
[21] Para una mayor profundización sobre la influencia de este factor sobre la elisión de que en el primer español moderno, véase .
[22] Conviene tener en consideración que la naturaleza particular de las actas capitulares favorece la presencia de actos de habla performativos (), de manera que abundan los verbos que enmarcamos dentro de las clases semánticas de verbos de influencia, tanto de mandato — cuando los órganos de gobierno municipal pretenden regular la vida diaria de la ciudad— como de petición, por parte de distintas personas, especialmente relacionadas con el cabildo, que se dirigen a él para obtener lo que necesitan o solicitan.