Coordinadores: Eduardo Corbelle Rico, Marco V. García Quintela e María Loureiro García 

El futuro del planeta y de la humanidad está directamente relacionado con la capacidad para garantizar unas condiciones ambientalmente sostenibles. A garantizar la transición material de una economía basada en recursos finitos y contaminantes a otra basada en la naturaleza atiende la Bioconomía, como una propuesta abierta que trabaje en la innovación al servicio de la sosteniblidad. Una propuesta que requiere para ser formulada y construida de muchos componentes transdisciplinares, que ya vienen siendo desarrollados desde hace dos décadas en el ámbito de la agroecología, por ejemplo.

Es en ese ámbito en el que se formula esta propuesta, que debe tener en cuenta las identidad, las comunidades, las culturas, las memorias, la historia, la ingeniería, la economía, el patrimonio, las personas a analizar desde enfoques y metodologías diferentes pero convergentes, que nos permitan, indagar, conocer y medir las actividades que se desarrollan y afectan al territorio, las personas que lo ocupan, la forma que tienen de organizarlo y gobernarlo, teniendo además en cuenta a dependencia de la trayectoria, con el objetivo de contribuir a diseñar las soluciones para un futuro sostenible.

Para este número de Sémata queremos hacer un ejercicio práctico de transdisciplinariedade (de ahí la diversidad de coordinadores) enfocado a enfocar el analise desde muy diferentes prismas de un problema: el manejo de un territorio periférico -económica y políticamente- en la actualidad, situado en una región europea de antigua ocupación y en las rutas de comunicación trasatlántica de los últimos tres mil años.

La pregunta de investigación es ¿qué hacemos con el territorio? Un territorio en el que domina el desequilibrio, el abandono, el envejecimiento, la desocupación y la falta de aprovechamiento de los amplios recursos naturales, culturales y patrimoniales que pueden servir para la búsqueda de soluciones, habida cuenta del conocimiento de los problemas y las posibilidades de innovación que pueden diseñarse con las herramientas actualmente disponibles.

El número se organiza en dos bloques:

1) Conocimiento y diagnóstico de las dificultades y capacidades del territorio como espacio social: regresión demográfica, despoblación, concentración urbana y suburbanización difusa, abandono rural e incendios forestales, desequilibrios internos y constitución de un eje costero norte-sur poderoso, longitud de espaldas, ventajas de las rías y contaminación, desagrarización, emergencia de una economía rural compleja y especialización espacial productiva, reducción de las distancias y disfunciones en la organización administrativa y política del territorio, difusión turística, densidad patrimonial y potencial de innovación cultural; pérdidas y fortalezas de identidad y cohesión social.

2) Indagación y evaluación de propuestas y soluciones aplicadas en el marco de la Bioeconomía: identificando reconocidas capacidades sociales y productivas que hoy pueden convertirse en ventajas comparativas (manejo del territorio para agricultura orgánica, gestión social de los montes vecinales...) y favoreciendo las actitudes emprendedoras y las iniciativas ecoinnovadoras con arraigada base social y cultural.