1. INTRODUCCIÓN
La cognición humana es paradójica: por un lado, produce logros intelectivos asombrosos; por otro, somos al tiempo muy vulnerables en ese mismo plano intelectivo, «pudiendo asumir acríticamente ideas insostenibles desde esa misma racionalidad que nos caracteriza» (Longa 2015: 3). Ejemplo muy claro de ello es la adopción de todo tipo de prejuicios (biológicos, sociales, sexuales, étnicos, religiosos, etc.) carentes de cualquier atisbo de racionalidad, por lo que quien los asume «actúa sobre la base de indicios insuficientes, tal vez sólo imaginados, y movida por inclinaciones selectivas escasamente racionales» (Tusón 1996: 27; cfr. entrada).
Por desgracia, el lenguaje es uno de los dominios donde más profundamente se plasman esas concepciones irracionales, con el resultado de que muchos prejuicios lingüísticos (desde ahora, PL), mitos o ideas falsas sobre el lenguaje impregnan la sociedad. Ya advirtió Saussure (1916: 72) que el lenguaje interesa a todas las personas, dada su enorme trascendencia, pero al tiempo surge una «consecuencia paradójica del interés que se le presta», consistente en que «no hay terreno donde hayan germinado más ideas absurdas, prejuicios, espejismos, ficciones».
Notemos, además, otra paradoja más sobre los PL: aunque existe actualmente gran concienciación social sobre la necesidad de no discriminar por orientación sexual, color de la piel, etnia, etc., muchas personas no muestran sin embargo el menor reparo en menospreciar abiertamente a quienes usan lenguas (no dominantes) o variedades (no estándares) (cfr. nota 32 y entrada de Zuidema 2005). Pero, como señala Lippi-Green (2012: 333; cfr. entrada), «If as a nation we are agreed that it is not acceptable or good to discriminate on the grounds of skin color or ethnicity, gender or age, then by logical extension it is equally unacceptable to discriminate against language traits which are intimately linked to an individual’s sense and expression of self».
Una razón de esa asimetría consiste en que «Language prejudices seem more resistant to change than other kinds of prejudice» (Wolfram et al. 1999: 30; cfr. entrada), siendo arduo alterar la muy enraizada percepción social sobre ellos. Frente a otros dominios del conocimiento (física, matemática, biología, etc.), «even highly educated people […] ignore the scientific discourse about language» (Massini-Cagliari 2004: 6; cfr. entrada). También señalaba Saussure (1916: 72) que «la tarea del lingüista es ante todo la de declararlos y disiparlos tan completamente como sea posible». En este sentido, aunque «Everyone seems to have an opinion on language, dialects, and grammar, and few people seem interested in changing any of their linguistic opinions» (Johnson 2008: 1; cfr. entrada), una razón que puede explicar la extensión de los PL es la relativa dejación de los lingüistas hacia su combate y erradicación. Sin duda, la lingüística ha generado un enorme conocimiento, pero otra cuestión es si ha presentado y explicado suficientemente esos avances a la sociedad. Como escribían Bauer & Trudgill (1998: xv) en la introducción de una excelente referencia sobre PL, «The main reason for presenting this book is that we believe that, on the whole, linguists have not been good about informing the general public about language». Opiniones similares se vierten en otras referencias también recogidas aquí, como Rickford & King (2016), Stollznow (2018) o Wardhaugh (1999) (cfr. entradas).
Este déficit es relevante, pues el colectivo de lingüistas es obviamente el más indicado para acometer esa tarea, que debe ser un compromiso social de este colectivo (Moreno Cabrera 2000: cap. 19 discute la responsabilidad de los lingüistas en la lucha contra los PL; cfr. entrada), pues los PL son una fuente poderosa de discriminación y desigualdad, menoscabando la justicia social. Como escribía Thornton (1986: 59), «if you devalue somebody’s language, then you devalue them as human beings». Por ello, la lucha contra los PL no es solo una cuestión científica (que también), sino sobre todo algo que afecta gravemente a las personas, pues el prejuicio «is considered to be the major determinant of discrimination» (Collins & Clément 2012: 377; cfr. entrada).
Esta bibliografía muestra algunos de los esfuerzos de la lingüística para combatir PL (por razones obvias, bastantes de ellos derivan del ámbito sociolingüístico), que no son otra cosa que una forma de racismo; además, pretende ser una llamada a la acción, para revertir la situación denunciada por Bauer & Trudgill (1998) (cfr. supra). El trabajo recoge 136 referencias seleccionadas y brevemente comentadas (junto a otras 42 referidas en notas a pie de página) que rebaten PL, ideas equivocadas y mitos sobre el lenguaje y las lenguas, tanto desde una perspectiva genérica como con respecto a los dos planos de variación que el lenguaje atesora, interlingüístico e intralingüístico. Sobre este segundo plano, la supuesta superioridad de la variedad estándar (apoyada en una potente ideología erigida en torno a ella) tiene gran presencia en este trabajo, al ser un PL de amplísima aceptación social. Por otro lado, no se ha incluido el tratamiento de los PL vinculados específicamente con el ámbito educativo o de los mitos sobre el lenguaje y la comunicación animal, pues fueron recogidos en bibliografías previas.
El trabajo no solo recopila discusiones críticas de PL sostenidos por legos en lingüística, sino también de PL defendidos por estudiosos del lenguaje, de quienes no se esperarían. Como escribe Moreno Cabrera (2000: 13; cfr. entrada), «muchos de esos juicios de valor que creemos exclusivos de la gente no entendida están representados de forma a veces más sutil en algunas de las aportaciones de los estudiosos del lenguaje. La diferencia está en que aparecen más solapados y disimulados y aparentemente más razonados». Por ello, son mucho más nocivos, al recubrirse de un supuesto aura de cientificidad.
La bibliografía recoge algunas contribuciones más técnicas y otras dirigidas a personas sin conocimiento lingüístico. La gran mayoría son recientes, pero no he renunciado a reflejar otras más antiguas, aunque muy clarividentes y por ello todavía de gran valor. Por otro lado, algunos de los trabajos incluidos no tratan específicamente PL, sino prejuicios en general desde la óptica psicológica o neurológica, y su inclusión pretende ofrecer un contexto genérico en el que se inserten las referencias directamente vinculadas con el lenguaje (la gran mayoría). Sobra decir que la bibliografía no es (no podría ser) exhaustiva, por lo que, como cualquier otra, es discutible, tanto en las obras incluidas como en otras que no lo han sido por razones de espacio. Espero, en todo caso, que la selección ofrezca una visión suficientemente representativa del trabajo que los lingüistas realizan para combatir los PL.
Para finalizar, quiero expresar mi agradecimiento más sincero al Dr. Alexandre Veiga, codirector de Moenia, por haber abierto las puertas de esta revista al trabajo.
2. BIBLIOGRAFÍA COMENTADA
1
Ainsworth, J. (2010): “Language, power, and identity in the workplace: Enforcement of ‘English-Only’ rules by employers. Seattle Journal for Social Justice 9/1, 233-257.
[Análisis de la influencia del movimiento English-only que sufren en USA muchos trabajadores bilingües en forma de «rules requiring them to speak only English in the workplace on pain of being disciplined or even discharged for speaking in any language other than English» (p. 233), y de su tratamiento en los tribunales, que refleja PL muy enraizados. Aunque el Título VII del Civil Rights Act de 1964 veta discriminar por raza, color, sexo, origen, etc., no recoge la discriminación lingüística. Según Ainsworth, profesora de derecho, las reglas English-only en el trabajo son vejatorias, pero los tribunales no suelen considerar esos casos discriminación ilegal. La autora discute ejemplos de sentencias que revelan «a tacit yet deep-seated judicial ideology about the nature of language» (p. 237) según la que «Judges often trivialize this imposition, calling it a mere ‘inconvenience’ to the workers, because of a misunderstanding of bilingual communication and an ignorance of the realities of bilingual language usage» (p. 238). El trabajo analiza las bases de esa ideología y las rebate con argumentos lingüísticos.]
2
Aitchison, J. (2001): Language Change: Progress or Decay?, 3rd ed. Cambridge: Cambridge University Press.
[El cambio lingüístico ha sido y es terreno abonado para los PL: «large numbers of intelligent people condemn and resent language change, regarding alterations as due to unnecessary sloppiness, laziness or ignorance» (p. 4). Este libro los combate mediante un amplio análisis del cambio: cómo, cuándo y por qué acaece y qué actores lo provocan. Aitchison es rotunda: «The language of Chaucer’s or Shakespeare’s time was no better and no worse than that of our own – just different» (p. 13). También trata el purismo, mostrando que «much of the dislike turns out to be based on social-class prejudice which needs to be stripped away» (p. 7). Quienes creen que el cambio corrompe la lengua no se basan en razones objetivas, sino en una «purely emotional expression of their hopes and fears» (p. 249). Según Aitchison, (1) no hay lenguas «perfectas» hacia las que se progrese, (2) tampoco hay evidencia de que las lenguas evolucionen en una dirección común, (3) el cambio solo es indeseable «when communication gets disrupted» (p. 255) (lo cual no sucede), y (4) vetar el cambio, como ansían los puristas, es perder el tiempo, porque es natural e inevitable. En resumen, «there is no evidence that language is either progressing or decaying» (p. 260).]
3
Akmajian, A., R. A. Demers, A. K. Farmer & R. M. Harnish (2010): Linguistics. An Introduction to Language and Communication, 6th ed. Cambridge, MA: MIT Press.
[Este aclamado libro ofrece un cap. sobre «Language variation» (pp. 273-310) que, además de presentarla, combate PL sobre ella. Contrapone la noción popular de dialecto, «regarded as ‘substandard’, ‘incorrect’, or ‘corrupt’, as opposed to the ‘standard’, ‘correct’, or ‘pure’ form of a language» (p. 274), con la propia de la lingüística: «in linguistic terms no one dialect of a language is any more correct, any better, or any more logical than any other dialect of the language: all dialects are equally effective forms of language, in that any idea or desire that can be expressed in one dialect can be expressed just as easily in any other dialect» (p. 281). Por ello, ver el estándar como la variedad «correcta» es un PL tan irracional como los prejuicios raciales, reflejando «a sociopolitical judgment, not a linguistic judgment» (p. 281). Ejemplifica esto con el inner-city English, variedad informal usada en zonas de renta baja de áreas urbanas de USA, mostrando que sus reglas gramaticales son tan complejas como las de la estándar. En resumen, «variation in language does not entail any inferiority in language. Instead, the problem lies in the attitudes of the language community toward the speakers of these forms» (p. 306).]
4
Allport, G. W. (1954): The Nature of Prejudice. Reading, MA: Addison-Wesley.
[Obra fundamental sobre prejuicios, aún muy influyente. Plantea por vez primera un enfoque cognitivo del prejuicio, del que sus 31 caps. (y casi 550 págs.) ofrecen un amplio panorama: pensamiento preferencial, diferencias de grupo, formación, adquisición, dinámica, factores socioculturales, personalidad, etc. La única alusión a los PL es el cap. 11 («Linguistic factors»; pp. 178-188), que analiza las etiquetas prejuiciosas sobre grupos. Su análisis muestra la extensión del prejuicio («No corner of the world is free from group scorn»; p. 4), sus causas y sostiene que puede combatirse. El prejuicio tiene dos elementos clave: «There must be an attitude of favor or disfavor; and it must be related to an overgeneralized (and therefore erroneous) belief» (p. 13). Aunque puede haber prejuicio sin discriminación, si esta existe surgen 5 acciones negativas (escala de Allport; pp. 14-15): antilocución (mera expresión verbal de prejuicios), evitación (evitar un grupo sin causar daño), discriminación (exclusión del empleo, vivienda, educación, etc.), ataque físico (violencia), y exterminio (linchamiento, masacres, genocidio).]
5
Amodio, D. M. (2014): “The neuroscience of prejudice and discrimination”. Nature Reviews Neuroscience 15, 670-682.
[Sostiene Amodio que la diferencia «nosotros/ellos», clave en el cerebro humano, «sets the stage for social categorization, stereotypes, prejudices, intergroup conflict and inequality, and, at the extremes, war and genocide» (p. 670). Trata la importancia del prejuicio para la neurociencia, al permitir estudiar los mecanismos neurales involucrados en la conducta compleja, y repasa el conocimiento actual sobre el papel del cerebro en los prejuicios y estereotipos y las redes neurales implicadas en ellos. Presta especial atención al prejuicio racial, aunque los mecanismos básicos de la cognición social subyacen a otros tipos. La red neural implicada en los prejuicios consta de estructuras como amígdala, ínsula, striatum y regiones del córtex frontal y prefrontal, tratando cada una. También analiza la base neural de los estereotipos, localizada en los lóbulos temporales y el giro frontal inferior, entre otras áreas. Según Amodio, la evidencia actual «suggests separate networks for prejudice and stereotyping, but in most cases these two processes operate in concert» (p. 677), por lo que «their effects converge in higher-level cognition and behavioural expression» (p. 677). Caracteriza igualmente las zonas donde se produce esa convergencia.]
6
Amorrortu, E., A. Ortega, I. Idiazabal & A. Barreña (2009): Actitudes y prejuicios de los castellanohablantes hacia el euskera. Vitoria-Gasteiz: Eusko Jaurlaritzaren Argitalpen Zerbitzu Nagusia (Servicio Central de Publicaciones del Gobierno Vasco).
[Análisis de PL y actitudes ante el euskera, sobre todo de los vascos que no lo hablan. Combina metodología cuantitativa (cuestionario) y cualitativa (10 grupos de discusión con 47 personas). Aunque otros caps. tratan PL (el 2 trata la percepción del valor instrumental del euskera, que bastantes encuestados creen menor que otras lenguas), interesa sobre todo el cap. 4, «Creencias y prejuicios favorables y desfavorables» (pp. 169-201), que «impiden u obstaculizan cualquier esfuerzo de mantenimiento o aprendizaje de la lengua minoritaria» (p. 169). En concreto, expone 3 tipos de PL revelados en los grupos de discusión: (1) prejuicios sobre el euskera (lengua bonita, rica, difícil, o necesidad de hablarlo «bien»), (2) sobre su enseñanza y adquisición (los adultos no pueden aprender lenguas, la adquisición debe ser inmersiva, etc.), y (3) sobre el bilingüismo (cuantas más lenguas se sepan, mejor; al conocer dos lenguas es más fácil aprender otras; lo ideal es conocer solo una lengua; la alternancia entre lenguas es lícita; no hay bilingüismo individual y tampoco social; el éxito académico requiere estudiar en la L1, etc.]
7
Anderson, S. R. (2004): Doctor Dolittle’s Delusion. Animals and the Uniqueness of Human Language. New Haven, CT: Yale University Press.
[Durante mucho tiempo las lenguas de signos se tomaron como versiones degeneradas de las lenguas orales. Aunque la lingüística ha abolido este mito, sigue muy vivo en la sociedad. El cap. 9 («Language is not just speech»; pp. 231-262) es una magnífica demostración, usando el ASL (American Sign Language), de por qué la idea de que «signed languages would be nothing more than an elaboration of natural gestures» (p. 233) es un mero PL. Muestra Anderson que «Signed languages are completely natural linguistic systems» (p. 236) analizando la organización de sus diferentes componentes: fonológico (los signos se forman mediante elementos sin significado), morfológico (muchas categorías gramaticales y procesos de composición, derivación y flexión) y sintáctico (frente a la idea de que esas lenguas carecen de gramática). También trata que, aunque hay mayor grado de iconicidad que en las lenguas orales, los signos distan mucho de ser «direct, quasipictorial representations of the things they symbolize» (p. 238). En resumen, «signed languages display the same principles of organization as spoken ones» (p. 258).]
8
Andersson, L.-G. & P. Trudgill (1990): Bad Language. Oxford: Basil Blackwell.
[Este gran análisis de la noción de in/corrección sostiene que el concepto de bad language es un mero PL, al basarse en «the relationship between language and social class. The fact is that many forms which are considered to be ‘bad English’ are simple forms which are typical of lower-class dialects. On the other hand, forms which are considered to be ‘correct’ are very often associated with the speech of the upper class and upper middle class, who speak a dialect which is known as Standard English» (p. 119). Discute muchos ámbitos: palabrotas, jergas, acentos, morfología, sintaxis o cambio lingüístico. Señalan los autores sobre la noción de incorrección que «We think this attitude, which is extremely widespread, is deplorable. In our view is very sad that millions of people are inhibited about expressing themselves by the sincere but erroneous belief that they cannot speak their own language properly» (p. 109): un nativo no tiene errores gramaticales; usa reglas distintas de la variedad estándar pero no menos «buenas». Así, «Badness is not found in language itself but only in people’s views of the language. It is completely impossible to classify constructions of language as good or bad on the basis of grammar and language theory» (p.189).]
9
Armstrong, N. & I. E. Mackenzie (2013): Standardization, Ideology and Linguistics. Basingtoke: Palgrave Macmillan.
[Este análisis de la ideología del estándar presta atención (como Milroy 2001; cfr. entrada) a su adopción por la lingüística teórica: «many of the grammaticality judgments on which linguistic theorizing relies do little more than recapitulate the normative dynamic of the standardization process» (p. 3). Tras presentar los rasgos de la noción de estándar, afirma que «standardization is the expression of a broader ideology, to do with a hierarchical, as opposed to an egalitarian, view of how society should be ordered» (p. 6), y esa ideología está presente en lingüística, como en la noción de gramaticalidad, que lejos de basarse en juicios de hablantes, «is merely a projection of standardization» (p. 29): diferentes ejemplos discutidos (oraciones reflexivas impersonales en romance y movimiento largo de qu- en inglés, francés y español) revelan la exclusión arbitraria de datos de hablantes, que producen consistentemente el resultado supuestamente agramatical. Por tanto, «grammaticality and standardization are two sides of the same coin» (p. 54) y «the grammar constructed by a professional linguist is simply an alternative codification to that provided by a normative grammarian» (p. 106).]
10
Bagno, M. (2007): Preconceito lingüístico. O que é, como se faz, 49 ed. (1ª ed. de 1999). São Paulo: Edições Loyola.
[Gran repaso por los PL asumidos en Brasil (pero existentes por doquier). Aunque hoy existe conciencia contra muchos prejuicios, «essa tendencia não tem atingido un tipo de preconceito muito comum na sociedade brasileira: o preconceito lingüístico» (p. 13). Según Bagno, el PL «está ligado, em boa medida, à confusão […] entre língua e gramática normativa. Nossa tarefa mais urgente é desfazer essa confusão» (p. 9). La parte I rebate 8 mitos: (1) el portugués de Brasil es unitario, (2) en Brasil el portugués se habla «mal», (3) el portugués es muy difícil (la enseñanza de la lengua se basa en la norma de Portugal, con reglas que «não significam nada para nós»; p. 35), (4) la gente no instruida habla «mal», (5) en Maranhão (estado de Brasil) se habla el mejor portugués, (6) equiparar habla y escritura, (7) hay que saber gramática para hablar «bien», y (8) la norma culta permite el ascenso social. La parte II describe la «santísima trinidad» del PL (gramática tradicional, métodos tradicionales de enseñanza y libros de texto), a la que Bagno añade los «expertos en lenguaje». La III sugiere 10 formas de combatir los PL (pp. 142-145), «pequenos atos subversivos, uma pequena guerrilha contra o preconceito» (p. 140) y la IV analiza los prejuicios contra los lingüistas por parte de quienes los pretenden silenciar.]
11
Battistella, E. (2005): Bad Language. Are Some Words Better Than Others? New York: Oxford University Press.
[Amplia discusión de PL muy extendidos, resumibles en la noción de bad language. Battistella afirma que la supuesta existencia de variedades superiores e inferiores carece de base lingüística, derivando de concepciones falsas sobre el lenguaje y la variación. La justificación es sistemática, al atender a varios niveles (escritura, gramática, léxico, acento, etc.) y a las fuerzas sociales que determinan qué es buen y mal lenguaje. La noción de good language «often reflects social desires for uniformity, conformity, and perceived tradition» (p. 11), y también «relationships among different groups, especially between a perceived mainstream and various others» (p. 11). El cap. 7 (pp. 149-154) recapitula la obra, al rechazar 7 ideas erradas sobre el mito de la superioridad del estándar. En conjunto, revela que «simplistic notions of good and bad language fail because they are too often based on mistaken assumptions about language and speakers» (p. 162). Desterrar esas visiones pasa por fomentar el respeto por la complejidad y variación de las lenguas.]
12
Bauer, L., J. Holmes & P. Warren (2006): Language Matters. Basingtoke: Palgrave Macmillan.
[La obra combate language myths, «things which competent members of our culture believe about language, but which language specialists either believe to be wrong or to be so oversimplified as to be laughable» (pp. 1-2). Como señalan Bauer et al., «If your car needs to be checked, you see a mechanic, not a Sunday driver; if you want to know about language, you need to consult a linguist, not a journalist» (p. 1). Analiza 23 mitos agrupados en 4 ámbitos: «Origin and development of language» (origen del lenguaje, variación, cambio, etc.), «Language structures» (palabras para la nieve en eskimo, posibilidades expresivas de las lenguas, lenguas primitivas, etc.), «Language and society» (por qué importa la muerte de lenguas, lenguaje sexista, actitudes ante los dialectos, etc.), y «Language, brain and mind» (adquisición de L1 y L2, bilingüismo y cerebro, relación lenguaje-pensamiento, etc.). La conclusión («Who cares about language»; pp. 250-258) ofrece una tipología de 4 categorías de personas preocupadas por el lenguaje (cfr. entrada de Pinker 1994): old, extracters, professionals (no lingüistas: periodistas, etc.) y annoyed. Los dos últimos son los prescriptivistas, «those who feel that they know how we should all speak and write and are willing to say so in public» (p. 254), rebatidos en 4 puntos.]
13
Bauer, L. & P. Trudgill (eds.) (1998): Language Myths. London: Penguin.
[Extraordinario análisis crítico de los PL, sin duda una de las mejores referencias al respecto. Señalan los editores (pp. xv-xviii) que, frente a otras disciplinas, la nuestra ha hecho dejación a la hora de mostrar a la sociedad los avances obtenidos, algo muy preocupante pues por ello campan muchos PL a sus anchas. De ahí que «The main reason for presenting this book is that we believe that, on the whole, linguists have not been good about informing the general public about language» (p. xv). Reúne 21 caps. que discuten de manera breve y precisa otros tantos PL sobre las lenguas o variedades; por ejemplo, algunas lenguas no son suficientemente buenas (cap. 2), los medios de comunicación destruyen el inglés (3), lenguas más lógicas (4) o más difíciles que otras (7), lenguas sin gramática (10) feas y hermosas (11), mala gramática (descuidada) (12), carencias mentales por usar ciertas variedades (13), rasgos ilógicos (14), superioridad del estándar (17), lenguas primitivas (19), etc. Destaca el elenco de autores reunidos: P. Trudgill, J. Aitchison, J. Milroy, L. Milroy, W. Wolfram, J. Chambers, L. Bauer, D. Preston, etc.]
14
Baugh, J. (1988): “Language and race: Some implications for linguistic science”. En F. J. Newmeyer (ed.): Linguistics: The Cambridge Survey. Vol. IV: Language: The Socio-Cultural Context. Cambridge: Cambridge University Press, 64-74.
[Este trabajo, de un prestigioso sociolingüista afroamericano que conoció en carne propia en su niñez y juventud los PL y raciales, es una de las refutaciones más contundentes de los prejuicios contra una variedad muy estigmatizada, el Black English o African American Vernacular English (en adelante, AAVE). Parte de constatar que el ideal lingüístico de igualdad entre lenguas (y razas) nunca se ha obtenido: «Domination of some groups over others has been the rule rather than the exception throughout history. We know all too well that some languages or dialects have come to be associated with the social status of the people who employ them» (p. 65). Baugh ilustra esto con ideas vergonzosas sobre el AAVE, como Jensen (1969), según quien los niños negros son menos inteligentes que los blancos por causas genéticas, o Farrell (1983), que afirma que rasgos del inglés estándar como la cópula (to be) son necesarios para el pensamiento abstracto, de modo que los afroamericanos, cuya variedad omite a veces la cópula, carecen de él. Baugh desmonta esas posiciones, mostrando por qué «Linguistics […] can be an important weapon in the war against racism» (p. 73).]
15
Baugh, J. (2000): Beyond Ebonics: Linguistic Pride and Racial Prejudice. New York: Oxford University Press.
[El 18/12/1996, el Consejo del distrito escolar de Oakland (California) emitió una resolución que reconocía el uso del AAVE (al que llamó Ebonics) en la educación de los afroamericanos, mayoritarios en el distrito, como medio para acceder al estándar, además de declarar esa variedad como lengua propia de esos alumnos (y diferente del inglés). La declaración provocó «a firestorm of controversy» (p. 11) y feroces críticas en todo el país, al considerar que se abría la puerta del aula a un inglés bad o broken. Esta es la mejor referencia sobre la polémica, motivada por los PL y raciales hacia el AAVE y sus hablantes, y pretende «to clarify several of the issues, misconceptions, and educational policies that emerged from the Ebonics controversy while striving to view them within the broader context of the linguistic legacy of American slavery and to address the linguistic prejudices that tend to inhibit improved race relations» (p. xiii). El análisis es interdisciplinar (lingüística, educación, política, aspectos legales, etc.), ofreciendo una gran panorámica de la gigantesca marejada creada y la condena efectuada por amplios sectores sociales de USA, incluyendo los políticos (tanto conservadores como demócratas).]
16
Baugh, J. (2003): “Linguistic profiling”. En S. Makoni, G. Smitherman, A. F. Ball & A. K. Spears (eds.): Black Linguistics. Language, Society, and Politics in Africa and the Americas. London: Routledge, 155-168.
[El linguistic profiling formulado por Baugh, «linguistic discrimination based on speech» (p. 155), es un caso flagrante de PL y discriminación resultante. Esa noción, derivada de la de racial profiling (discriminación basada en señales visuales), se basa en señales auditivas (dialecto y acento), negando bienes o servicios (vivienda, etc.). El propio Baugh sufrió discriminación: en 1988, se trasladó a la Universidad de Stanford para residir un año, por lo que buscó un alquiler. Llamó por teléfono «always employing my ‘professional voice’, which I am told ‘sounds white’» (p. 159), pero «in four instances I was abruptly denied access to housing upon arrival for my scheduled appointment» (p. 159). Por tanto, Baugh escapó al linguistic profiling (no al racial profiling), pero no así quienes no «suenan blancos»: «linguistic profiling can have devastating consequences for those US residents who are perceived to speak with an undesirable accent or dialect» (p. 155). Baugh ha analizado ampliamente el fenómeno, usando tres dialectos (estándar, AAVE e inglés chicano), hallando que un 80% de personas identifican el dialecto escuchando una sola palabra (hello), lo que muestra «the potential for linguistic profiling» (p. 160).]
17
Bex, T. & R. J. Watts (eds.) (1999): Standard English. The Widening Debate. London: Routledge.
[El volumen debate sobre el inglés estándar, la gramática y el criterio de corrección. Los editores dejan claro que «It does not follow from this that the contributors to this volume or, indeed, the volume as a whole are ‘enemies’ of Standard English, even although some may question its existence» (p. 2). La parte I explora la construcción histórica del inglés estándar y la ideología subyacente a él (el cap. 1, de J. Milroy, analiza cómo esa ideología ha sido promovida por la conceptualización del lenguaje hecha por los lingüistas). La II describe el estándar, en especial el hablado, y la III expande el análisis a USA y a países no nativos de inglés (Dinamarca o Suiza). La obra muestra que la noción de estándar es tan abstracta que ni siquiera hay consenso sobre la existencia del inglés estándar hablado: mientras Trudgill (cap. 5) lo rechaza si esa noción envuelve reglas codificadas de pronunciación, otros caps. lo defienden. Como señala Crowley en el epílogo, la cuestión del estándar «is not simply a linguistic debate, but one which is immersed in, and has had significant impact upon, larger social and political questions» (p. 271).]
18
Bernárdez, E. (1999): ¿Qué son las lenguas? Madrid: Alianza Editorial.
[Como indica la introducción, «Uno de los principales objetivos de este libro es que [el lector] deje de pensar estas cosas [referidas en p. 18; VML]» (p. 19), como que hay lenguas mejores o peores, una lengua se puede utilizar bien o mal, las lenguas se corrompen con el tiempo, o muchas lenguas son un mal para convivir. El cap. 2 (“De lenguas, dialectos, idiomas, hablas, jergas”; pp. 33-59) trata la diferencia lengua-dialecto (y su carácter político) y la cuestión del estándar, sosteniendo que «este es tan fuerte que va eliminando poco a poco los dialectos» (p. 38). Expone los problemas de considerar que solo hay un modo correcto de hablar y de identificar lo no correcto con el dialecto, y también critica las dañinas nociones de hablar «bien» y «mal» con ejemplos. Bernárdez sostiene una posición relativista según la que hablar bien o mal «es saber o no saber usar la lengua adecuada a cada situación, a cada contexto, a cada interlocutor [..]» (p. 57). El cap. 5 (pp. 137-163) analiza los juicios de valor sobre las lenguas, como que las lenguas primitivas carecen de gramática, que hay lenguas deficitarias, etc.]
19
Bourhis, R. Y. & A. Maas (2005): “Linguistic prejudice and stereotypes”. En U. Ammon, N. Dittmar, K. J. Mattheier & P. Trudgill (eds.): Sociolinguistics. An International Handbook of the Science of Language and Society, 2nd ed., vol. 2. Berlin: Walter De Gruyter, 1587-1601.
[Análisis de los procesos lingüísticos vinculados con las relaciones entre grupos, «characterized by stereotypes (beliefs), prejudices (affect) and discrimination (behaviors)» (p. 1587). Los primeros, basados en la categorización, «are beliefs shared by in-group members about how one’s own and other groups are characterized by certain traits and behavioral tendencies which may be positive or negative» (p. 1587) y el prejuicio se asocia con el componente más afectivo de los estereotipos, siendo «negative feelings and attitudes towards out-groups» (p. 1587). Mientras el prejuicio es una actitud, la discriminación es «a selectively unjustified negative behavior towards out-groups» (p. 1587). Aborda el influjo de las relaciones desiguales de poder en los estereotipos y prejuicios y expone 5 mecanismos con que el lenguaje «contributes to the creation and perpetuation of prejudice and stereotyping in the context of inter-group relations» (p. 1588): el lenguaje como categorizador de diferencias lingüísticas, como transmisor de estereotipos y PL, como activador de representaciones mentales sobre grupos, como regulador de la visibilidad de grupos y como defensor de estereotipos frente a su posible refutación.]
20
Brown, R. (2010): Prejudice. Its Social Psychology, 2nd ed. Malden, MA: Wiley-Blackwell.
[Aunque esta obra sobre las bases psicológicas y sociales del prejuicio no trata los PL, ofrece un marco amplio en el que insertarlos. Brown, que reconoce la gran importancia de Allport (1954), define el prejuicio como «that state of mind, feeling or behaviour that involves some disparagement of others on account of the group they belong to» (p. viii) y ofrece un panorama amplio sobre él en 9 caps.: naturaleza (y definición), psicología individual del prejuicio, categorización social y prejuicio (la categorización es «the cognitive foundation of all forms of prejudice»; p. viii), estereotipo y prejuicio (la categorización produce estereotipos), desarrollo en el niño, prejuicio y relaciones intergrupos (en las que están implicadas las identidades de las personas como miembros de diferentes grupos), el prejuicio como elemento dinámico, no monolítico y en parte subconsciente (discutiendo las técnicas para medirlo), efectos del prejuicio sobre quienes lo sufren y finalmente cómo combatirlo. Las pp. 281-289 son un útil glosario.]
21
Burridge, K. (2002): Blooming English. Observations on the Roots, Cultivation and Hybrids of the English Language. Cambridge: Cambridge University Press.
[Reúne unas 180 piezas breves derivadas de la participación de la autora en un programa de radio en Australia donde respondía preguntas sobre el lenguaje, por lo que «Most of the segments in this book have grown out of observations made by talkback callers» (p. 4). No hace falta decir que «Very often the calls involve complaints about the language of others» (p. 1) por parte de quienes Burridge llama language gardeners (p. 2). Los artículos se agrupan en 16 temas: complejidad del lenguaje, préstamos, cambio lingüístico, creación de palabras, inglés estándar, bad language, lengua coloquial, inglés «descuidado», inglés correcto, tabú, gramáticas y guías de estilo, etc. En varias partes («Bad language», pp. 92-110, o «What is correct English?», pp. 154-163, entre otras) discute elementos «incorrectos», sosteniendo, frente a la inquietud de muchos oyentes del programa, que «there is nothing intrinsecally bad about bad language» (p. 92). La autora ilustra también la arbitrariedad de juicios sobre el lenguaje: p. ej., la contracción estigmatizada ain’t fue en el pasado usada por las personas más instruidas. La parte sobre diccionarios, guías de estilo y gramáticas efectúa una crítica razonada del prescriptivismo.]
22
Burton, S., R.-M. Déchaine & E. Vatikiotis-Bateson (2012): Linguistics for Dummies. Ontario: John Wiley & Sons Canada.
[Escrito por tres lingüistas, el libro es una guía para legos en el lenguaje pero con interés por él. El cap. 19 («Ten myths about language busted by linguistics»; pp. 323-329) rebate 10 «common misconceptions about language» (p. 323): (1) «slang is bad», (2) «Only other folks have accent», (3) «Bilingual kids have a hard time at school», (4) «Language decays over time» (el cambio lingüístico «is healthy and inevitable» y las lenguas «don’t improve or get worse over time, they simply change»; p. 325), (5) «Some languages are primitive» (la lingüística sostiene que «So just as there are no primitive languages, there are no deficient dialects»; p. 325), (6) «Signed languages aren’t real languages» («Signed languages have the same expressive capacity, the same grammatical regularities, and the same structures as spoken languages»; p. 326), (7) «Women talk too much», (8) «Language with writing systems are more developed», (9) «Human language isn’t logical», y (10) «Some languages are easiest to learn» (lo que hace una lengua fácil o difícil de aprender como L2 «is not a property of the language itself», sino «the previous linguistic experience of the language learner» (p. 329).]
23
Calvet, L.-J. (1974): Linguistique et colonialisme. Petit traité de glottophagie. Paris: Éditions Payot. Cit. por Linguistica y colonialismo. Breve tratado de glotofagia. México: Fondo de Cultura Económica, 2005.
[Sostiene que el colonialismo se asentó sobre prejuicios (creer que la cultura propia es superior y debe imponerse para «ayudar» al colonizado) y también sobre PL (la lengua colonizadora es superior). La obra muestra los vínculos entre colonialismo y lingüística y es muy crítica hacia esta, al tratar cómo «el estudio de las lenguas […] pudo utilizarse […] para justificar la empresa colonial» (p. 20). Quiere propiciar una conciencia crítica entre los lingüistas para que, tras haber servido al colonialismo, luchen contra el neocolonialismo. Los caps. I-VI son teóricos y VII-XI ofrecen estudios de caso. El I traza la idea de la superioridad europea (también lingüística) y el II analiza el menosprecio de las lenguas colonizadas, «pues el Verbo nos estaba reservado» (p. 66). El III divide en 3 fases el colonialismo e imperialismo lingüísticos (relación entre lenguas dominantes y dominadas): colonialismo naciente, triunfante, y glotofagia, y el IV expone las marcas lingüísticas de la colonización, tanto arqueológicas (toponimia, préstamos) como superestructurales (bilingüismo no simétrico). El V revela el discurso colonial sobre la lengua (la dominante es ventajosa para el colonizado), y el VI defiende que el pensamiento anticolonial debe incorporar la lucha en el ámbito lingüístico.]
24
Cameron, D. (2007): The Myth of Mars and Venus: Do Men and Women Really Speak Different Languages? Oxford: Oxford University Press.
[Crítica del mito extendido sobre las grandes diferencias lingüísticas entre hombres y mujeres, que «has itself become a dogma, treated […] as an unquestionable article of faith» (p. 3). A partir de datos de la interacción lingüística, Cameron no niega diferencias, pero señala que se han exagerado, habiendo mucha más variación dentro de cada categoría de género que entre ellas. Por ello, la idea «is a myth in the everyday sense: a widespread but false belief» (p. 3). Apunta las razones del mito, como prejuzgar de antemano que existirán diferencias, creer que las diferencias de sexo son creíbles por responder a cómo se organiza el mundo, o que el uso del lenguaje ha sido investigado por mujeres blancas de clase media pero las conclusiones se juzgan universales. Cameron justifica que las diferencias comunicativas de género no son generalizables más allá del grupo concreto estudiado y que la comunicación tiene que ver más con la situación que con el género. Por ello, sustituye ese mito por una visión relativista del uso del lenguaje.]
25
Campos Bandrés, I. O. (2018): “Lengua minorizada y medios de comunicación: prejuicio, activismo y fragmentación lingüística. El caso del aragonés”. Stvdivm. Revista de Humanidades 24, 173-196.
[Señala la autora que, aunque la diversidad lingüística de Aragón se reconoce desde 1982, la presencia del aragonés en los medios de comunicación es escasa y cuestionada (su presencia en la RTV de Aragón es casi nula). El trabajo analiza el estatus del aragonés en los medios con una metodología cualitativa (entrevistas y grupos de discusión con 72 oscenses y 10 neohablantes de Zaragoza) que evidencia el olvido del aragonés en los medios y los estereotipos y PL sobre la lengua y cultura aragonesas. Denuncia «una identificación del aragonés con modelos tintados por el prejuicio, tópico y/o folklorismo como son las identidades baturras» (p. 173) difundidos en los medios y el cine, identificando al aragonés con el «campesino rudo, palurdo e iletrado» (p. 191). Muestra también cómo en las áreas de Aragón sin presencia del aragonés y en zonas monolingües de España «se hace patente la presencia del prejuicio, el tópico y, a consecuencia de ello, incluso el rechazo hacia la difusión del aragonés» (p. 191), con PL como que suena mal, no sirve para ciertos temas, expresa una cultura ruda, nadie lo habla, o es un conjunto de hablas.]
26
Clark, A. D. & N. M. Hayward (eds.) (2013): Talking Appalachian. Voice, Identity, and Community. Lexington, KY: University Press of Kentucky.
[El AAVE no es la única variedad estigmatizada en USA; también lo es el Appalachian English (la p. 17 ofrece un mapa detallado de su ubicación), de cuyos hablantes se dice que usan el inglés de la época de Shakespeare, y que son incultos, paletos, rudos, etc. Esto muestra que «Linguistic prejudice is still openly practiced-even encouraged against varieties of Appalachian English and those who speak them» (p. 3), lo que revela «the human tendency to project prejudicial attitudes about a group of people by attacking a cultural trait such as language» (p. 4). El libro rebate esos mitos, como indican las editoras: «To every person who has asked us why Appalachians sound like hill-billies, to every teacher who corrected us for taking our home voices to school, and to every misguided individual who has described Appalachian speech varieties as bad, incorrect, or improper, this book is our response» (p. 1). La parte I muestra que esa variedad es «rule governed and the sum of speakers’ cultural heritage» (p. 7) y que las creencias populares sobre ella derivan de la ignorancia sobre el lenguaje; la II da voz a escritores locales.]
27
Collins, K. A. & R. Clément (2012): “Language and prejudice: Direct and moderated effects”. Journal of Language and Social Psychology 31/4, 376-396.
[Parte de que «language plays a critical role in every form of prejudice» (p. 376), por lo que «the study of prejudice without a consideration of language is incomplete» (p. 376). A pesar de ello, lenguaje y prejuicio han sido tratados por separado en psicología general y social, por lo que el lenguaje suele ignorarse con respecto a los prejuicios. Para mostrar esto, analiza 76 artículos (de psicología, comunicación, lingüística, sociología o educación) publicados desde 2007 para saber cómo se conceptualiza la relación lenguaje-prejuicios. Para organizarlos, los autores aplican dos criterios: vinculación entre lenguaje y prejuicio (efectos del prejuicio sobre el lenguaje, del lenguaje sobre el prejuicio y efectos de otras variables del contexto comunicativo, como normas sociales; los autores descubren que muy pocos trabajos se interesan por el efecto del prejuicio sobre el lenguaje) y roles y funciones del lenguaje. En suma, «language is inextricably linked with every form of prejudice; be it explicit expressions, implicit transmission of beliefs, or the subtle distortion of perception. It transmits prejudice, reveals prejudiced beliefs, distorts perception, and can be the basis of prejudice or a tool for change» (p. 389).]
28
Costas, H. (Prolingua) (dir.), con A. M. Outón Barral, A. M. Iglesias Álvarez, X. M. Pérez Sardiña, X. L. Regueira Fernández, A. Fernández Paz, F. Fernández Rei, X. Cordal Fustes, X. M. Lema Suárez, M. Queixas Zas, S. Fernández Acevedo, A. Tobar Salazar & X. P. Docampo (2009): 55 mentiras sobre a lingua galega. Análise dos prexuízos máis común que difunden os inimigos do idioma. Bertamiráns (A Coruña): Laiovento.
[Aunque toda lengua puede sufrir PL, las minorizadas tienen un mayor riesgo. La obra rebate 55 PL sobre el gallego, entendidos como «unha idea preconcibida» (p. 9) cuya función es «defender sempre o papel privilexiado e o predominio do grupo social con máis poder económico, político, cultural, mediático etc., e asemade facelo de xeito que eses privilexios se neguen e queden ocultos» (p. 9). Los PL se dividen en 9 ámbitos: (1) historia de la lengua (el gallego nunca fue discriminado, el español no se impuso en Galicia, las lenguas se expanden por razones pragmáticas), (2) sociedad e identidad (el castellano es tan propio de Galicia como el gallego), (3) enseñanza y derechos (el castellano desaparece del aula, niños e inmigrantes sufren la imposición del gallego, los niños castellanohablantes no deben ser enseñados en gallego, etc.), (4) administración (el gallego debe ser mérito, no obligación, para la función pública), (5) comercio y empresa (dificulta las relaciones empresariales), (6) medios de comunicación, (7) normativa (nadie habla el gallego normativo, el gallego no puede tratar temas como filosofía o matemáticas), (8) utilidad (cuantos más hablantes tenga una lengua, más útil será) y (9) cultura.]
29
Cramer, J. (2014): “Is Shakespeare still in the holler? The death of a language myth”. Southern Journal of Linguistics 38/1, 195-207.
[Un mito común sobre el Appalachian English es que sus hablantes «sound like Shakespeare, Chaucer, or some other great English literary icon» (p. 195), de modo que «The myth […] paints the picture of an isolated people, untouched by the outside world, living in an idyllic mountain time gone by» (p. 195). Según Cramer, ese mito surge a fines del xix para crear una historia del origen de América que conecta el inglés de USA con literatos ilustres. Pero los PL son irracionales, algo visible aquí porque «there is a clear contradiction: Appalachians are both proper like Shakespeare and rude like savages» (p. 199), de modo que ese mito se une a otros negativos sobre tal variedad. El trabajo discute el resultado de una encuesta a estudiantes que muestra que los legos «show rejection of the myth and full acceptance of the very common negative stereotypes associated with Appalachian speech specifically and with Appalachia as a whole» (p. 195). Y sostiene que el mito no tiene sentido: «all languages change all the time, thus there can be no language that has been untouched by time» (p. 200).]
30
Crowley, T. (2003): Standard English and the Politics of Language, 2nd ed. Basingtoke: Palgrave Macmillan.
[Esta obra publicada en 1989 arguye que en el lenguaje hay fuerzas centrífugas que producen nuevas formas de heteroglosia, y también centrípetas, cuyo objetivo es unificar. Por tanto, «The unitary language is a result of the regulation of discourse in which the centralizing forces of language impose a thin though durable web over the surface of heretoglossia» (p. 7). Según Crowley, la búsqueda de unidad lingüística es represiva, al suponer «a denial of heteroglossia […] in favour of centralizing, static forms. And the victory of one dialect or language over others produces a hierarchy, an ordering of discourse which excludes, distributes and defines what is to count as discourse and what is to be relegated to oblivion» (p. 8). Critica las actitudes prescriptivas hacia el inglés y los intereses sociopolíticos que subyacen a ellas, repasando, desde el s. xviii, cómo surge la noción de estándar, a qué intereses responde y cómo ha impregnado la sociedad. El cap. 6 («Language against modernity»; pp. 174-216) analiza el origen a fines del xix de las nociones de «working-class» y «middle-class» en UK y el rol clave del lenguaje como marcador social, al dividir entre «the articulate and the barbarians» (p. 180).]
31
Crystal, D. (2000): Language Death. Cambridge: Cambridge University Press.
[La seria amenaza que sufren muchas lenguas pasa desapercibida debido al mito de que «any reduction in the number of languages is a benefit for mankind, and not a tragedy at all» (p. 27). El libro quiere revertir esta situación: «Does it [la muerte de lenguas; VML] matter? Should we care? This book argues that it does, and we should» (p. ix). El cap. 2 («Why should we care?»; pp. 27-67), tras revelar los mitos del monolingüismo, aduce 5 argumentos «all answering in different ways the question ‘Why should we care if a language dies?’» (p. 32): «Because we need diversity» (p. 32) (al transmitirse las culturas con las lenguas, la muerte de estas es una irreparable pérdida de conocimiento), «Because languages express identity» (p. 36), «Because languages are repositories of history» (p. 40), «Because languages contribute to the sum of human knowledge» (p. 44) (cada lengua interpreta de modo único la existencia humana, por lo que «as each language dies, another precious source of data […] is lost»; p. 53), y «Because languages are interesting in themselves» (p. 54) (la muerte de una lengua elimina información clave sobre el lenguaje).]
32
Crystal, D. (2010) The Cambridge Encyclopedia of Language, 3rd ed. Cambridge: Cambridge University Press.
[Esta obra rebate PL «that have influenced the nature of popular opinion about language» (p. 1). El cap. 1 («The prescriptive tradition»; pp. 2-5) debate el prescriptivismo (y la «corrección»), negando que «one variety of language has an inherently higher value than others» (p. 2). También rechaza la aversión al cambio lingüístico, considerado «deterioration and decay» (p. 4), y muestra por qué «most of the criticism of linguistic change is misconceived» (p. 5). El 2 («The equality of languages»; pp. 6-7) desacredita la superioridad de ciertas lenguas (por más antiguas, más lógicas o más avanzadas) como «spurious linguistic evaluations» (p. 7). Por ello, «A belief that some languages are intrinsecally superior to others is widespread, but it has no basis in linguistic fact» (p. 7). El 5 («Language and thought»; pp. 14-15) rechaza una interpretación extrema de la hipótesis Sapir-Whorf, negando que el lenguaje determine cómo pensamos, aunque acepta una interpretación débil. El cap. 35 («Sign language»; pp. 230-231) expone mitos sobre estas lenguas: meros conjuntos de gestos, representaciones pictóricas de la realidad, etc.]
33
Dąbrowska, A., W. Pisarek & G. Stickel (eds.) (2017): Stereotypes and Linguistic Prejudices in Europe. Contributions to the EFNIL (European Federation of National Institutions for Language) Conference 2016 in Warsaw. Budapest: Research Institute for Linguistics, Hungarian Academy of Sciences.
[Fundada en 2003, los objetivos de la asociación EFNIL son intercambiar información entre las instituciones de los países de la UE que supervisan las lenguas oficiales (academias, institutos, etc.), desarrollar políticas lingüísticas y promover la diversidad lingüística y cultural en la UE. Ha organizado congresos anuales sobre la Europa multilingüe y la situación lingüística de países concretos. El tema escogido para 2003, cuyas actas son este volumen, fueron los estereotipos y PL en Europa. Tiene dos partes: aspectos generales sobre los estereotipos y PL (6 caps.) e informes sobre países concretos (8 caps.), si bien un cap. de la parte 1 aborda PL sobre el francés. Los países tratados en la parte 2 son Polonia, Bélgica (el flamenco, considerado hasta hace poco un ‘sucedáneo’ del holandés), Austria y Alemania (el estándar), Suiza (con larga tradición de PL y estereotipos), UK (cómo el lenguaje refleja estereotipos nacionales y su relación con los PL), Chequia (estereotipos y prejuicios hacia los gitanos), Irlanda (estereotipos y PL sobre Irlanda y el gaélico irlandés) y Escandinavia.]
34
Daniels, H. A. (1983): Famous Last Words. The American Language Crisis Reconsidered. Carbondale, IL: Southern Illinois University Press.
[Rechaza la amplia percepción existente en USA de que el inglés se emplea mal. Según Daniels, los agoreros de la destrucción de la lengua usan diferencias lingüísticas nimias para clasificar a quienes creen inferiores intelectual o socialmente. Hay dos enfoques para apoyar la decadencia de la lengua: (1) es un monumento nacional que debe ser protegido, y (2) su corrupción provocará la de sus usuarios. Daniels arremete contra ambos y sostiene (cfr. cap. 5) que esa visión respalda el orden social establecido con mitos que perpetúan mediante el lenguaje las divisiones en el orden social, político y económico. El cap. 4 («Nine ideas about language»; pp. 59-86) aduce 9 principios del lenguaje que rebaten mitos comunes: (1) el niño adquiere la lengua rápidamente y sin instrucción, (2) el lenguaje opera con reglas, (3) toda lengua tiene componente fónico, léxico y gramatical, (4) todos hablamos un dialecto y el estándar no es superior, (5) usamos diferentes estilos, (6) el cambio lingüístico es normal, (7) las lenguas se vinculan con las sociedades y personas que las usan, (8) las valoraciones sobre lenguas-dialectos son cuestión de gusto y (9) la escritura deriva del habla, y no al revés.]
35
De Andrés, R. (2002): Juicios sobre la lengua asturiana. Algunas cuestiones básicas acerca del debate lingüístico en Asturias. Oviedo: Ámbitu.
[Ampliada con respecto a la versión original (publicada en asturiano 5 años antes), la obra analiza cómo la polémica sobre el asturiano rebosa PL, pues «en tanto que debate social, es ideológico y político, y no científico y filológico» (p. 10), aunque se presenta «como si estuviera exenta de toda ideología» (pp. 10-11). La parte I señala que, aunque la estima social hacia el asturiano ha crecido, este retrocede como lengua viva, al no haber podido sobrepasar el umbral simbólico para ser una herramienta comunicativa real, pues quien «comienza a ascender por la escala de los poderes provincianos» (p. 33) se pasa al castellano. La II discute qué es el asturiano, empezando por su propia existencia, de la que muchos dudan. Al hilo de la discusión (cfr. apdos. 7 y 8), De Andrés rebate PL hacia esta lengua: es un dialecto del castellano, no hay un asturiano sino muchos (esto acaece en toda lengua) o es una lengua inferior o pintoresca. La parte III aborda aspectos sociolingüísticos, justificando que el asturiano está en inferioridad y en peligro, y la IV analiza el debate ideológico y político, tratando otros mitos, como que el asturiano es inventado.]
36
De Andrés Díaz, R. (2012): “El asturiano y el aragonés en la taxonomía lingüística peninsular: ciencia e ideología”. Alazet 24, 11-30.
[No siempre los PL residen en los legos: este trabajo denuncia que la dialectología, que debería usar criterios científicos, no es inmune a aspectos ideológicos «en franca contradicción con la pulcritud científica que se predica» (p. 11), y lo grave es que esos PL son «fomentados en su mayoría por lingüistas profesionales» (p. 11). Según De Andrés, «el asturiano (asturleonés) y el aragonés han sido objeto de un trato clasificatorio con pretensión de cientifismo (singularmente la etiqueta dialecto primario), expresión de un ‘remilgo’ taxonómico de naturaleza ideológica que, sin embargo, ha cuajado como doctrina aceptada y difundida en foros académicos» (p. 11). Por ello muchos lingüistas no reconocen el asturleonés y el aragonés como lenguas, sino como dialectos. Según criterios lingüísticos, razona De Andrés, ambas son lenguas, pero se dice que la diferencia lengua-variedad no tiene sentido por ser sociopolítica. Esta situación deriva del influjo de la escuela pidaliana. Por ello, la clasificación de ambas lenguas ilustra «la manifestación de un conjunto de problemas de amplio alcance teórico en la lingüística» (p. 15), vinculados con la cientificidad de la dialectología y con los fundamentos de la taxonomía de la glotodiversidad.]
37
DeGraff, M. (2001): “On the origin of Creoles: A Cartesian critique of Neo-Darwinian linguistics”. Linguistic Typology 5/2-3, 213-310.
[En 2001, McWhorter publicó un polémico artículo que sostenía, frente a la tesis de que toda lengua tiene la misma complejidad, que «a subset of creole languages display less overall complexity than older languages» (p. 125). Degraff muestra que la tesis de McWhorter es un PL con origen en la visión de Schleicher sobre la progresión de las lenguas, de aislantes a fusionales, pasando por aglutinantes; según DeGraff, «Schleicher’s approach has survived the 19th century into the 20th and now 21st century, albeit under new theoretical guise» (p. 223), y cree sorprendente que sea la criollística el único ámbito donde sigue siendo central la búsqueda de gramáticas más simples. También indica que McWhorter, y otros antes, «have used morphosyntax to try and identify sufficient and necessary conditions that would make creoles deeply special» (p. 223), algo reminiscente de épocas previas. De hecho, McWhorter usa como un criterio para establecer la métrica de complejidad que «inflectional morphology renders a grammar more complex than another one in most cases» (p. 137), lo que recuerda a la idea del XIX de que las lenguas flexivas son más complejas, el estadio superior de evolución lingüística.]
38
DeGraff, M. (2005): “Linguists’ most dangerous myth: The fallacy of Creole exceptionalism”. Language in Society 34, 533-591.
[Al estigma sufrido por las lenguas criollas ayuda el excepcionalismo criollo, «a set of beliefs, widespread among both linguists and nonlinguists, that Creole languages form an exceptional class on phylogenetic and/or typological grounds» (p. 533). Pero las implicaciones no lingüísticas son más graves, al creer que «Creole languages are a ‘handicap’ for their speakers» (p. 533). El autor, basándose en los criollos del Caribe y en especial el de Haití (del que es nativo), arremete contra esas creencias de muchos criollistas «that can be traced back to now-defunct race theories of the colonial era» (p. 534): los criollos se percibieron como lenguas corruptas, formadas por «linguistically inferior slaves» (p. 547). Analiza críticamente cinco mitos del excepcionalismo criollo: (1) son versiones degeneradas de las lenguas europeas en que se basaban, (2) el pasado degenerado conducirá a un futuro degenerado que producirá su muerte, (3) son híbridos especiales con geneaología excepcional, (4) criollización como transmisión anormal, y (5) criollos como recapitulación de la génesis del lenguaje. DeGraff formula una criollística postcolonial con que se puedan abolir esos mitos.]
39
Deutschmann, M. & A. Steinvall (eds.) (2020): “Special Issue: Language and Prejudice”. Open Linguistics 6. Disponible en: https://www.degruyter.com/journal/key/opli/6/1/html
[Este número (7 artículos y una introducción) indica que desde la crisis de refugiados de 2015 Europa sufre el auge del populismo de extrema derecha, donde ha sido clave una «rhetoric based on stereotyping and prejudice» (p. 708) que se ha normalizado. Ya que el lenguaje es clave, es necesario «raising awareness of the subtle and complex linguistic mechanisms» (p. 708) que operan en ese ascenso. El número deriva de un simposio sobre lenguaje y prejuicio (Suecia, 2019). Los trabajos analizan aspectos como el sexismo implícito en el discurso de B. Johnson, el lenguaje del feminismo retórico, PL contra la diversidad (acentos no nativos y lenguas de migrantes) en grandes ciudades rusas, PL contra el chino de Taiwán, técnicas discursivas de Trump en la campaña de 2016 sobre los refugiados sirios, prejuicios y estereotipos de género, y promoción de la conciencia ante los estereotipos lingüísticos. Por ello, «All of the studies in this volume illustrate the powerful role that language plays as a social cue for prejudice when we judge others» (p. 711) y alertan contra las excesivas simplificaciones, que «easily turn into stereotypes, which in turn form the seeds of prejudice» (p. 711).]
40
Dueñas González, R. (ed.) (& I. Melis) (2000-2001): Language Ideologies. Critical Perspectives on the Official English Movement. Vol. 1: Education and the Social Implications of Official Language. Vol. 2: History, Theory, and Policy. Urbana, IL & Mahwah, NJ: National Council of Teachers of English & Lawrence Erlbaum.
[Profundo análisis crítico del pujante y prejuicioso movimiento English-Only, que propugna que el inglés debe ser la única lengua oficial en USA y que rechaza la educación bi/multilingüe por razones ideológicas: como señala Cummins en el Prefacio del vol. 1, «If this sounds like paranoid xenophobia, it is» (p. x, vol. 1). El movimiento toma al español como una amenaza pero también discrimina las variedades no estándares del inglés, por lo que «embraces a set of ideologies and policies that are counterproductive to our work as educators and nation builders because it devalues the language and presence of minority persons in our society and in our most important societal institutions—the schools, the workplace, the government, the judicial system, and the voting booth» (p. xii, vol. 1). Los 28 caps. de los 2 vols. abordan múltiples prismas: fuerzas sociales de poder y dominación, valor de la diversidad en la educación como fuente (no obstáculo) de aprendizaje, éxito de los programas de educación bilingüe, relación entre inglés y éxito económico, impacto legal del movimiento o aspectos legislativos o ideológicos (vinculados con el colonialismo).]
41
Erker, D. & R. Otheguy (2021): “American myths of linguistic assimilation: A sociolinguistic rebuttal”. Language in Society 50/2, 197-233.
[Hay en USA «a national suspicion of multilingualism that is alive and well» (p. 198), colocando al inmigrante ante una disyuntiva: «acquire English and assimilate or maintain an immigrant language and be judged an assimilation failure» (p. 198). El trabajo desmonta dos falacias comunes sobre el español en USA mediante cuestionarios y entrevistas a 331 hablantes de español (269 inmigrantes y 62 nativos): «(a) Spanish-speaking immigrants and their US-born children are unwilling or unable to learn English, and (b) regular use of English entails attrition and/or failed acquisition of Spanish» (p. 197). Según ellas, el trabajo plantea dos hipótesis: (1) los inmigrantes y sus hijos mantienen el español a expensas del inglés, y (2) adquieren inglés a expensas del español. Los datos rebaten ambas: el uso del inglés aumenta con el paso del tiempo y en los nacidos en USA no hay monolingüismo, y el aumento del uso del inglés no supone la pérdida de variación lingüística en español; los latinos nacidos en USA se comportan igual que sus padres inmigrantes con respecto a 3 variables: presencia o no del pronombre sujeto, posición del sujeto y /s/ final de sílaba, de modo que existe «intergenerational linguistic continuity and stability» (p. 201). Ambas hipótesis son, pues, falsas.]
42
Evans, N. & T. Osada (2005): “Mundari: The myth of a language without word classes”. Linguistic Typology 9/3, 351-390.
[El trabajo analiza un mito sostenido por tipólogos. Señala que «The possibility that there exist languages lacking a noun-verb distinction is not only the most extreme challenge to universalizing theories of word classes, but it also raises profound philosophical issues about whether all humans find the cognitive distinction between objects and events to be self-evident» (p. 351). Analiza datos de la lengua mundari (norte de India, familia Munda), que «has often been cited as an example of a language without word classes, where a single word can function as noun, verb, adjective, etc., according to the context» (p. 351). Esa idea, formulada por el misionero J. Hoffmann en 1903, ha sido «repeated uncritically by a number of typologists» (p. 351), aunque Hoffman se retractó más tarde. Ya que la no distinción entre nombre y verbo solo es posible en lenguas monocategoriales, muestran Evans & Osada con 3 criterios (combinatoria equivalente, composicionalidad estricta y exhaustividad) que el mundari no lo es, por lo que «clearly distinguishes nouns from verbs» (p. 384). Reclaman finalmente que «linguists must apply the most rigorous standard of proof to claimed cases» (p. 384).]
43
Ferguson, C. A. (1959): “Myths about Arabic”. En R. S. Harrell (ed.): Georgetown University Languages and Linguistic Monographs Series XI: 75-82. Cit. por la reimpr. en K. Belnap & N. Haeri (eds.) (1997): Structuralist Studies in Arabic Linguistics. Charles A. Ferguson’s Papers, 1954-1994. Leiden: Brill, 250-256.
[Este trabajo pionero sobre actitudes lingüísticas analiza «the set of myths about Arabic current in the Arabic speech community today» (p. 250), muy uniformes a pesar del tamaño de esa comunidad. Agrupa los mitos en 3 categorías: (1) superioridad del árabe, (2) valoración de dialectos y (3) futuro del árabe. Sobre (1), los árabes basan la superioridad de su lengua en la hermosura, vinculada a la poesía clásica, y resaltan su «grammatical symmetry and logical structure» (p. 251), sobre todo en la derivación verbal, «the vastness and richness of the Arabic lexicon» (p. 252) y el carácter sagrado de la lengua, sentido incluso por árabes cristianos. Sobre (2), el hablante árabe «regards the classical language as the best, or in some sense, the only real form of his language» (p. 253), y cada hablante considera que su dialecto es el más cercano al clásico y el más fácil de aprender. Sobre (3), la mayoría de hablantes «feel that the Arabic language of the future is going to be unified, standardized, universal in the Arab world» (p. 255): el árabe del futuro no será una forma del árabe coloquial, sino una versión modernizada del clásico, purificado de regionalismos o extranjerismos.]
44
Genesee, F. (2015): “Myths about early childhood bilingualism”. Canadian Psychology / Psychologie Canadienne 56/1, 6-15.
[Rebate 4 PL comunes sobre adquisición en niños «simultaneous and sequential bilinguals» (p. 6) vinculados al temor de someterlos a la educación bilingüe: (1) el cerebro monolingüe: la adquisición de 2 lenguas confunde al niño, que no podrá diferenciar entre ellas, retrasando su desarrollo del lenguaje, (2) «younger is better»: el niño adquirirá la L2 rápido y sin esfuerzo mediante exposición natural (en realidad, «Contrary to the myth that younger is better, these findings indicate delayed instruction in English resulted in better outcomes than early instruction for these students»; p. 10), (3) «time-on-task» (cuanto más tiempo se use en aprender la lengua más competencia se obtendrá; sin embargo, no hay correlación simple entre ambos factores), y (4) el bilingüismo debe evitarse en niños con trastornos de desarrollo, al aumentar la dificultad de aprender. La conclusión consiste en que «learning two languages simultaneously is as natural as learning one and […] children can acquire full competence in two languages that is comparable with that of monolingual children» (p. 12).]
45
Ghomeshi, J. (2010): Grammar Matters. The Social Significance of How We Use Language. Winnipeg: Arbeiter Ring Publishing.
[Análisis crítico del prescriptivismo que explica por qué está tan enraizado socialmente y por qué está errado. Por ello, «This book is addressed to the people to whom grammar matters» (p. 9), repasa las muchas caras de esa cuestión y sostiene que el hecho de que para muchas personas el lenguaje sea «the object of public scorn» (p. 9) es un PL que revela «intolerance and the articulation of privilege and hierarchy» (p. 10). Analiza los juicios de valor prescriptivos y las dimensiones en que se articulan. El cap. IV («The fallacies of prescriptivism»; pp. 48-74) trata el supuesto carácter errado o ilógico de las formas lingüísticas y enfoca críticamente las bases de la variedad estándar, que sirve para discriminar, pues «people who are not using the standard language are lazy, stupid, and/or uneducated» (p. 75). No olvida cuestionar las nociones de «error» y «corrección». Indica en el cap. VII («In defence of a standard»; pp. 85-88) que sus críticas contra el prescriptivismo son «against considering one form of language to be inherently better than another. It is good to have a standard, but the standard is not ‘good’» (p. 85).]
46
Gómez Berrocal, C. (2009): “Lenguaje, procesos psicosociales y prejuicio contra los gitanos en España”. Anales de Historia Contemporánea 25, 133-147.
[Análisis de los prejuicios (y del rol del lenguaje en ellos) contra los gitanos en España. Se articula en dos ejes: (1) categorización gitano-no gitano como mecanismo que introduce sesgos hacia el exogrupo, y (2) evidencia sobre el prejuicio anti-gitano mediante los datos obtenidos con 80 estudiantes de secundaria, que muestran un sentimiento de amenaza a la identidad en el grupo mayoritario. Sobre (1), en la representación social de toda categorización hay puntos de anclaje, uno de ellos el lenguaje, algo analizado mediante «los trasvases léxicos del caló al español general y/o jergal» (p. 135): la negatividad de las representaciones contra los gitanos «queda de manifiesto en la especial ‘evolución semántica’ de muchos gitanismos que, partiendo de unos significados neutros que poseían en caló, se integran en el español jergal con otros valores peyorativos, en la esfera de lo inmoral, grosero, o simplemente irónico. Y nunca en sentido inverso» (p. 135). Sobre (2), los estudiantes revelan que la autoimagen del grupo mayoritario es clave en los prejuicios hacia el exogrupo.]
47
González Cruz, M.-I. (1995): “Lengua, prestigio y prejuicios lingüísticos: algunas consideraciones sobre el español”. Revue Belge de Philologie et d’Histoire 73/3, 715-723.
[Trata la relación entre lengua y prestigio en español, lengua en que los rasgos fónicos de la gran mayoría de hablantes se han considerado «desviaciones» de la norma. La autora defiende que los criterios de corrección son sociales, no lingüísticos: «No hay nada inherente a las variedades dialectales de una lengua que les haga ser consideradas inferiores: son más bien las actitudes hacia sus hablantes, a quienes se cataloga como pertenecientes a un determinado grupo de escalafón bajo o no prestigioso» (p. 717). Son PL, por tanto, los que subyacen al prestigio de la norma castellana, de modo que las variedades andaluza, canaria, extremeña, murciana y de América se consideren «incorrectas», con rasgos aún hoy estigmatizados: yeísmo, relajación de la -s final de sílaba y palabra, y relajación de la /x/ velar fricativa. Esto es paradójico, porque los hablantes del español «correcto» son «una pequeñísima minoría» (p. 723). Algo que mantiene los PL hacia las variedades meridionales es que «su pronunciación no se corresponde con la que establece la norma ortográfica» (p. 722). Así, «la norma ortográfica parece marcar el concepto de corrección, y por tanto, de prestigio lingüístico» (p. 723).]
48
Hall, R. A. (1950): Leave Your Language Alone! Ithaca, NY: Linguistica.
[Lamenta Hall que los hallazgos de la lingüística «are still unknown to all but a very few people» (p. 5), y pretende «to expose the fallacies of the folkloristic notions and of the school dogmas that stand in our way and block our understanding of language» (p. 6). Por tanto, rebate PL sobre el lenguaje. La parte I («Things we worry about»; pp. 1-52) argumenta que «Correct can only mean socially acceptable, and apart from this has no meaning as applied to language» (p. 13), y que «by definition, we can never be wrong in our own language» (p. 27). También analiza la confusión entre habla y escritura, y rechaza identificar cambio lingüístico con corrupción de la lengua: creer que un estadio previo de lengua era mejor se basa en su literatura, pero literatura y lenguaje «are two separate things, and the study and judgment of the two is quite independent» (p. 50). También interesa la parte IV («What can we do about language?»; pp. 185-249), que rebate PL sobre la variación inter e intralingüística. El final del libro sintetiza muy bien su espíritu: «the message that linguistics has for our society at present is primarily the one that we have used as the title of the book: leave your language alone!» (p. 248).]
49
Harris, R. (1981): The Language Myth. London: Duckworth.
[De las obras de Harris que tratan mitos de la teorización lingüística occidental he seleccionado esta, que afirma que «a great deal of impressively authoritative modern theorizing about language is founded upon a myth» (p. ix) formado por «two interconnected fallacies: the telementational fallacy and the determinacy fallacy» (p. 9), ambas antiguas. Según la primera, «linguistic knowledge is essentially a matter of knowing which words stand for which ideas» (p. 9), por lo que las palabras se ven como símbolos para transferir pensamientos. La segunda, también llamada fixed code fallacy, considera la lengua como un código verbal basado en elementos invariables (oraciones): la comunicación selecciona la oración adecuada para lo que se desea transmitir. Esto es, ese mito «assumes that a language is a finite set of rules generating an infinite set of pairs» (p. 11), por lo que la teoría lingüística ha ignorado los contextos de las oraciones y cómo afectan a su interpretación. Urge desmitologizar la lingüística viendo el lenguaje como un «continuously creative process» (p. 164). Su propuesta es la lingüística integrativa, que considera «the individual linguistic act in its communicational setting» (p. 166).]
50
Harrison, K. D. (2007): When Languages Die. The Extinction of the World’s Languages and the Erosion of Human Knowledge. Oxford: Oxford University Press.
[Dada la indiferencia general hacia la muerte de lenguas, «This book is my attempt to explain why language death matters» (p. vii). Frente a otros libros, aúna ciencia y sentimiento al dar voz a hablantes de lenguas amenazadas con las que el autor ha trabajado. La mayoría de sus 7 caps. ofrecen un estudio de caso concreto (lenguas de Mongolia, Siberia, Filipinas, Lituania e India). Defiende que «Language disappearance is an erosion or extinction of ideas, of ways of knowing, and ways of talking about the world and human experience» (p. 7), y el cap. 1 ofrece 3 razones por las que hay que luchar contra este drama: (1) perder conocimiento humano sobre el mundo, que «lies completely outside of science booktexts, libraries, and databases» (p. 15), (2) perder la herencia cultural humana (tradiciones orales, cuentos, etc.), en gran parte ágrafa, y (3) menguar la comprensión científica de la mente humana y del lenguaje. El resto del libro discute sistemas de conocimiento muy distintos de los occidentales que la muerte de lenguas ágrafas condena al olvido: conocimiento del entorno (cap. 2), registro del tiempo (3), conocimiento del terreno (4), narraciones orales (5), numeración (6), y subsistemas gramaticales muy complejos (7).]
51
Hartman, A. (2003): “Language as oppression: The English-only movement in the United States”. Socialism and Democracy 17/1, 187-208.
[El movimiento English-only, erigido sobre PL contra el multilingüismo, tiene gran auge y apoyo aunque en USA no peligra el inglés (en 1990 lo hablaba fluidamente un 97 % de la población). El trabajo traza el origen de English-only (década de 1980) y sus bases, sosteniendo que «has its roots in the historical racism and white supremacy of the United States» (p. 188) y también en el colonialismo y el capitalismo. Además, es reforzado por dos mitos: uno usual en la formación de naciones, la lengua como forjadora de una identidad común (auspiciado por las élites), y el del crisol de culturas (melting pot) como oportunidad para los inmigrantes, que Hartman juzga «fraudulent ideology» (p. 191). También vincula English-only con el colonialismo (asume el modelo colonial del lenguaje como opresión: «the colonizer uses language to assimilate and control the colonized; the colonized strive to speak the language of the colonizer, and develop an inferiority complex to the extent that they fall short»; pp. 198-199), y con el capitalismo (al poner en la diana a los hispanos refuerza la estratificación capitalista.]
52
Hill, A. A. (1952): “A note on primitive languages”. International Journal of American Linguistics 18/3, 172-177.
[Este trabajo trata un PL muy extendido, las supuestas lenguas primitivas. Pujante en el s. XIX, «there are many who still hold […] that primitive tongues have a multiplicity of forms, fail to generalize, and are almost exclusively concrete» (p. 172). Hill discute su presencia en S. Ullmann y en especial en O. Jerpersen, que indica que el Cherokee «lacks a general term for washing» (p. 172), existiendo 14 términos específicos, siendo así ejemplo de «primitive inefficiency». Por tanto, incluso lingüistas reputados no están libres de PL. Hill analiza las 14 formas y muestra que «Cherokee, so far from being hopelessly over-specific, is a language like other languages, possessed of order and system, no matter if that system is different from our own» (p. 176). Según Hill no hay 14 formas diferentes para «lavar», «but two morphemes only, which differ in meaning, and which enter into a whole series of systematic constructions» (p. 176). Finaliza indicando que muchas otras formas del Cherokee «are constructed in a sufficiently generalized fashion so that Jespersen would have had to call them civilized, had he known them» (p. 177).]
53
Humphries, T., P. Kushalnagar, G. Mathur, D. J. Napoli, C. Padden, C. Rathmann & S. Smith (2017): “Discourses of prejudice in the professions: The case of sign languages”. Journal of Medical Ethics 43/9, 648-652.
[Las lenguas de signos han sufrido y sufren fuertes PL. El artículo rebate el consejo de muchos profesionales a los padres de niños sordos de que sus hijos no deben aprender una lengua de signos en edad temprana. Esa opinión se basa en 6 ideas que el artículo rechaza por ser meros mitos: (1) dificultad de adquirir una lengua de signos, (2) efecto del bilingüismo, en especial el bimodal (3) estatus de lenguas sin forma escrita, (4) efectos de una lengua de signos sobre la adquisición de la lectoescritura, (5) capacidad de la tecnología para tratar las necesidades del niño sordo y (6) efecto de la lengua de signos sobre la cohesión familiar. En suma, «The prejudice that exists against sign languages among researchers and professionals which assert that learning a sign language is somehow detrimental to the deaf child does not stand up to massive evidence collected over a long period of time» (p.651). Además, los autores instan a las instituciones que forman a quienes tratan a niños sordos «to include appropriate information about first language acquisition and the importance of a sign language for deaf children» (p. 648).]
54
Joan i Marí, B. (2017): “Trenta prejudicis lingüístics”. Eivissa 61, 38-52.
[Este trabajo sobre PL sufridos por el catalán tiene un objetivo similar al de Costas (dir.) et al. (2009) sobre el gallego (cfr. entrada) y realza que los PL «sempre son fruit de situacions desigualitàries, en què la lengua sol jugar un paper simbòlic de domini o de submissió» (p. 28). Selecciona 30 PL sobre el catalán, muchos de ellos recurrentes en otras lenguas, y ofrece «una resposta senzilla i clara a cadascun d’aquests prejudicis» (p. 38). Según Joan i Marí, bastantes derivan de épocas previas pero siguen vigentes. Algunos de ellos son que el catalán es una lengua minoritaria, o poco útil, compensa más aprender inglés que catalán, el catalán es una lengua regional, imponerla discrimina a quien no lo habla, vale más hablar castellano con los hijos porque así podrán comunicar con cientos de millones de personas, «el català no m’agrada», promover el catalán va contra la unidad de España, o esta lengua se usa como arma política. Como curiosidad, un PL discutido alude a otra lengua (el vasco es muy difícil).]
55
Johnson, D. (2008): How Myths About Language Affect Education. What Every Teacher Should Know. Ann Arbor, MI: University of Michigan Press.
[Esta breve obra (113 págs.) sostiene que «Unfortunately, myths and misconceptions abound when it comes to language» (p. 1). Así, su objetivo es «to highlight popular linguistic fallacies and how they influence debates regarding language» (p. 1). Los PL discutidos se disponen en 5 caps.: (1) mitos sobre el lenguaje en general: hay lenguas y dialectos mejores que otras/os, el uso de la gramática refleja la moral, la raza determina lenguas o dialectos, o la lengua tiene una forma correcta que no debe cambiar, (2) adquisición de L1: los padres enseñan el lenguaje a los hijos, que lo adquieren por imitación, el maternés frena el desarrollo del lenguaje, la corrección ayuda al niño, etc., (3) adquisición de L2: los inmigrantes en USA aprenden inglés más lentamente que en el pasado, la gente inteligente adquiere mejor una L2, la gramática no tiene sitio en la instrucción de la L2, etc., (4) lenguaje y sociedad: algunas personas no usan dialectos, el estatus de lengua oficial del inglés en USA unificaría el país, etc., y (5) lenguaje y pensamiento: el lenguaje determina cómo pensamos, o la cultura popular y la tecnología corrompen el inglés).]
56
Johnstone, M.-J. & O. Kanitsaki (2008): “Cultural racism, language prejudice and discrimination in hospital contexts: An Australian study”. Diversity in Health and Social Care 5, 19-30.
[Analiza PL en el ámbito hospitalario en Australia, sosteniendo que son una forma no reconocida de racismo cultural en la sanidad. En concreto, investiga «how English language proficiency is used as a social marker to classify, categorise, and negatively evaluate people from a non-English-speaking background in hospital contexts» (p. 19), usando esas evaluaciones negativas para excluir personas de la asistencia médica. Se basa en 52 entrevistas individuales y 28 en grupo a 145 personas de 27 contextos lingüísticos y etnoculturales, mostrando que el PL se camufla «as merely a comunication issue» (p. 20) cuando es mucho más que eso. Los resultados revelan PL individuales (hacia los pacientes y sanitarios que hablan inglés con acento no estándar o que no lo dominan) e institucionales, «embedded in the system» (p. 24), al no haber servicios lingüísticos de apoyo: «othered language usage in hospital contexts was commonly viewed as a «problem» that was «caused» by the inability of patients to speak English rather than the inability of health service providers to meet the patients’ communication needs»; p. 24).]
57
Kaplan, A. (2016): Women Talk More Than Men … And Other Myths About Language Explained. Cambridge: Cambridge University Press.
[Tiene razón Kaplan al afirmar que «The world is full of self-appointed experts who feel free to make pronouncements on language with little or no supporting evidence» (p. 3). Este es el objetivo del libro, «debunking language myths» (p. 2). Se estructura en 3 partes y 10 capítulos, además de la introducción. Los 3 caps. de la parte I («But is it language?») discuten tres mitos de gran alcance: un dialecto es una colección de errores (centrándose en el AAVE), las lenguas de signos no son más que mímica, y los animales pueden hablar con humanos. Los 2 caps. de la parte II («Language learning») rechazan que deba enseñarse el lenguaje a los niños, que los adultos no pueden aprender una lengua, y que el bilingüismo hace a una persona más listo o tonto. La parte III (4 caps.) rebate otros tantos mitos del imaginario popular: la mujer habla más que el hombre, los SMS nos vuelven analfabetos, el francés es la lengua más hermosa y la lengua limita los pensamientos. Cada cap. confronta los PL discutidos con el conocimiento lingüístico.]
58
Krausneker, V. (2015): “Ideologies and attitudes toward Sign Languages: An approximation”. Sign Language Studies 15/4, 411-431.
[Discute actitudes ante las lenguas de signos derivadas de PL hacia ellas, ofreciendo «a grid of specific ideologies that govern attitudes that are relevant to sign language policy making» (pp. 415-416). Agrupa las ideologías en 5 tipos, de las que 4 asumen PL: (1) cuestionar las lenguas de signos como lenguas reales, de modo que «widespread misunderstandings, misconceptions, and misinterpretations of sign languages still remain-even in the face of all the factual knowledge we now have» (p. 416). Esto supone que la ideología devaluadora que sufren «places sign language low in an imagined hierarchy of languages or claims that sign languages have no morphology or simply states that they have no value for children» (p. 416). Por ello, «Even in the presence of information to the contrary, uncertainty and doubt remain about sign languages and their status, quality, and value» (p. 417); (2) la ideología «that sees hearing as essential» (p. 418); (3) concebir la sordez como discapacidad implica eliminarla, lo que amenaza el mundo sordo, y (4) los intérpretes de lenguas de signos son un gran gasto. La quinta categoría y única positiva es valorar la diversidad humana también como diversidad sensorial y cognitiva.]
59
Labov, W. (1969): “The logic of nonstandard English”. En J. E. Alatis (ed.): 20th Annual Round Table. Linguistics and the Teaching of Nonstandard English to Speakers of Other Languages or Dialects. Georgetown Monographs on Language and Linguistics 22, 1-44.
[Todo elogio hacia este artículo se queda corto, no solo por sus contenidos sino también por su compromiso: es el primer trabajo lingüístico que rebate la posición de déficit sobre la variación dialectal, según la que los hablantes de AAVE sufren déficits cognitivo-comunicativos inducidos por su variedad, y postula en su lugar la de diferencia; como indica Labov, en el lenguaje «the deficit theory appears as the concept of ‘verbal deprivation’: Negro children from the ghetto area receive little verbal stimulation, are said to hear very little well-formed language, and as a result are impoverished in their means of verbal expression: they cannot speak complete sentences, do not know the names of common objects, cannot form concepts or convey logical thoughts» (p. 2). El artículo rechaza ese mito, formulado por «educational psychologists who know very little about language and even less about Negro children» (p. 2), analiza, a partir de entrevistas con estudiantes afroamericanos, rasgos del AAVE (elisión de la cópula, dobles negativos, etc.) y muestra que sus reglas son tan sistemáticas como las del estándar.]
60
Linell, P. (2005): The Written Language Bias in Linguistics. Its Nature, Origins and Transformations. Abingdon: Routledge.
[Denuncia un fuerte sesgo hacia la lengua escrita en lingüística tan antiguo como vivo: «modern linguistics is partly characterized by a paradox: there is an almost unanimous agreement on the absolute primacy of spoken language, yet language is explored from theoretical and methodological points of departure that are ultimately derived from concerns with cultivating, standardizing and teaching forms of written language» (p. 29). El cap. 2 expone las causas de ese sesgo (cultivo y enseñanza del estándar), el 3 sintetiza las diferencias habla-escritura y el 4 profundiza en el referido sesgo. El cap. más relevante y largo (pp. 37-123), que forma por sí solo la parte II, es el 5, que sistematiza el sesgo hacia la lengua escrita en 101 puntos agrupados en 10 categorías: noción de lengua, fonética y fonología, gramática, semántica, semiótica, discurso y textos, etc. Linell muestra que «the background for many WLB assumptions is often […] based on pretheoretical, everyday reasonings about language» (p. 37). Para cada punto formula una alternativa basada en el lenguaje como acción e interacción. Un apéndice (pp. 222-225) resume los 101 puntos. La parte III discute las implicaciones de la alternativa sugerida.]
61
Linguistic Society of America (1997): “LSA resolution on the Oakland ‘Ebonics’ issue”. Disponible en: https://www.linguisticsociety.org/resource/lsa-resolution-oakland-ebonics-issue
[El 18/12/1996, el School Board del distrito de Okaland (California) aprobó una resolución que declaraba el Ebonics (AAVE) la lengua nativa del alumnado afroamericano del distrito e instaba a usarlo en clase. El escándalo político, social y mediático generado en USA provocó la actuación de la Linguistic Society of America: su 71 reunión anual (Chicago), aprobó el 03/01/1997 una resolución, redactada por J. Rickford, donde, como sociedad dedicada al estudio científico del lenguaje, tomaba cartas en el asunto mediante 4 puntos: (1) el AAVE «is systematic and rule-governed like all natural speech varieties. In fact, all human linguistic systems – spoken, signed, and written – are fundamentally regular», por lo que «Characterizations of Ebonics as slang, mutant, lazy, defective, ungrammatical, or broken English are incorrect and demeaning»; (2) la diferencia lengua-dialecto deriva de criterios sociopolíticos más que lingüísticos; (3) es bueno mantener las variedades vernáculas y la diversidad lingüística (también lo es adquirir el estándar), y (4) el uso del AAVE en clase «is linguistically and pedagogically sound».]
62
Linguistics Department, University of Michigan (2021): “Statement about standard language ideology and equity among languages”. Disponible en: https://lsa.umich.edu/content/dam/linguistics-assets/Linguistics-Documents/Standard%20Language%20Ideology%20Statement.pdf
[Esta declaración conjunta de estudiantes y profesores del Dpt. de Lingüística de la Universidad de Michigan es una defensa científica de la variación: «Dominant narratives that certain ways of using language—in writing, speaking, signing, or alternative and augmented communication—are more valuable than others have no linguistic validity: no language is superior or inferior to another, and no way of using language is better or worse than others». Insta al compromiso social de los lingüistas: «we are committed to bringing to light these oppressive forces and to helping undo them». La declaración afirma la igualdad entre variedades («Language ideologies and policies that place a standard language variety at the top of other varieties reinforce false linguistic hierarchies and can perpetuate the oppression of users of purported non-standard varieties») y entre lenguas («Consensus from the field of linguistics has demonstrated that all languages and language varieties are of equal value and must therefore, be treated on an equal footing»). Acaba con sugerencias sobre cómo promover la equidad y justicia lingüísticas.]
63
Lippi-Green, R. (1994): “Accent, standard language ideology, and discriminatory pretext in the courts”. Language in Society 23, 163-198.
[Aunque el Título VII del US Civil Rights Act prohíbe discriminar en el trabajo por raza, color, religion, sexo, origen, etc., «an employer has considerable latitude in matters of language, provided in part by a judicial system which recognizes in theory the link between language and social identity, but in practice is often confounded by blind adherence to a standard language ideology» (p. 163). El trabajo explora los PL y la discriminación derivada de la ideología del estándar en un dominio apenas explorado, el acento, que denomina «language-trait focused discrimination» (LTF). Según Lippi-Green, a los 4 ámbitos que sostienen esa ideología (educación, medios de comunicación, industria del entretenimiento y negocios) hay que añadir el sistema judicial. Discute resoluciones de jueces sobre el acento en el trabajo, y analiza la razón aducida por empresas para rechazar empleados por su acento: el acento dificulta o veta la comunicación, por lo que el trabajador no tiene la destreza básica para ese trabajo. Lippi-Green critica ese modelo comunicativo, «simplistic» (p. 184) que incide en el hablante y descarga de responsabilidad al oyente. Por tanto, la discriminación LTF «is the site where racism and ethnocentrism are institutionalized» (p. 190).]
64
Lippi-Green, R. (2012): English with an Accent. Language, Ideology, and Discrimination in the United States, 2nd ed. Abingdon: Routledge.
[Gran obra sobre los PL vinculados con la ideología del estándar, cuya 2ª edición es mucho más amplia que la de 1997. Tras rebatir el prescriptivismo, repasa varios ámbitos que plasman esos PL (y discriminación resultante), que «are used to justify social order, and to encourage or coerce consensual participants in that order» (p. 44). De gran interés son los caps. 4 y 5. El 4 («The standard language myth»; pp. 55-66) analiza cómo ese mito, que sostiene que «normal people are not smart enough, not aware enough, to be in charge of their own language» (p. 60), es «carefully tended and propagated» (p. 61). El 5 («Language subordination»; pp. 66-77) formula el modelo que da título al cap., que explica en 8 pasos la discriminación vinculada al estándar. Define la ideología del estándar como «a bias toward an abstracted, idealized, homogeneous spoken language which is imposed and maintained by dominant bloc institutions and which names as its model the written language, but which is drawn primarily from the spoken language of the upper middle class» (p. 67), que «rejects or marginalizes those varieties of U.S. English which are markedly non-middle-class, middle American, and colorless» (p. 96). Varios caps. analizan su presencia en la educación, las películas de Disney (fantástico este cap. 7, que analiza 38 filmes y las variedades usadas por 371 personajes), los medios de comunicación, el trabajo, el sistema judicial, etc. No falta un cap., el 10, sobre variedades estigmatizadas, como AAVE.]
65
Longa, V. M. (2019): “Dialectos menospreciados en un manual de dialectología. Análisis crítico de algunos trabajos recogidos en Alvar (dir., 1996)”. Dialectologia 22, 81-99.
[Como muestran varios trabajos comentados, también los estudiosos del lenguaje adoptan PL. Este trabajo discute «el colmo de los colmos»: PL contra los dialectos en un manual sobre la variación dialectal del español de España, de modo que varios caps. contradicen la ‘dignidad de los dialectos’ sostenida por Alvar en la introducción, como el de C. Hernández Alonso sobre el español de Castilla la Vieja o el de J. Martínez Álvarez sobre las hablas asturianas, en los que reina el prescriptivismo. Los PL identificados son considerar que los dialectos y sus rasgos son «desviaciones», asumir la noción de «in/corrección», creer que hay un «mejor castellano», tratar al hablante como un ignorante que destroza la lengua, adoptar la noción de norma prescriptiva, y estigmatizar rasgos dialectales y el cambio lingüístico. Por tanto, por desgracia, esos trabajos «ven en la variación dialectal (en sentido amplio) un problema que se debe evitar» (p. 96), en vez de una riqueza que se debería fomentar, como sería esperable.]
66
Longa, V. M. & J. J. López Rivera (2023): “Sobre la (vana) tarea de evaluar lenguas”. Boletín de Filología LVIII/1, 395-424.
[Desde hace mucho, las lenguas han sufrido todo tipo de evaluaciones, generando juicios de valor sobre el carácter «mejor» o «peor» de muchas de ellas. Esta situación, que aún pervive hoy, desafía el igualitarismo lingüístico que la lingüística dejó bien establecido en el s. xx. El artículo hace un repaso crítico de la evaluación de lenguas, aduciendo muchos ejemplos que revelan que carece de criterios objetivos. En concreto, formula 4 problemas por los que esa tarea no tiene ninguna base científica: (1) usar una estrategia de abstracción y un procedimiento top-down, (2) ignorar el contexto concreto de las lenguas, (3) adoptar visiones insostenibles sobre el lenguaje, y (4) adoptar argumentos extralingüísticos. El apdo. 4 amplía la discusión a un ámbito candente hoy, la supuesta existencia de lenguas más o menos complejas, que, en igual medida, pretende evaluar lenguas, y muestra que la propuesta es problemática, empezando por la ausencia de una métrica definida de complejidad. Por ello, «evaluar lenguas es un objetivo vano, que no solo no añade nada al conocimiento científico sobre el lenguaje, sino que incluso fomenta prejuicios lingüísticos» (p. 398), y que en el fondo «supone en realidad evaluar y jerarquizar seres humanos» (p. 418), por lo que no es otra cosa que racismo.]
67
Martin, L. (1986): “‘Eskimo words for snow’: A case study in the genesis and decay of an anthropological example”. American Anthropologist 88/2, 418-423.
[La autora muestra cómo se ha propagado «as a folk myth» (p. 420) el ejemplo clásico del vínculo lenguaje-pensamiento, las palabras sobre la nieve en Eskimo. Boas aludió a 4 términos, pero pretendía ejemplificar la no comparabilidad de las estructuras lingüísticas, «not to examine their cultural or cognitive implications» (p. 418). Desde Boas ese número creció cada vez más (lo que Martin documenta), llegando incluso a 200. Sostiene también que el mito se basa en no apreciar la morfología polisintética de esa lengua, de modo que las palabras se forman mediante sufijación múltiple. De hecho, «The structure of Eskimo grammar means that the number of words for snow is literally incalculable, a conclusion that is inescapable for any other root as well» (p. 419). Por ello, aludir a palabras es equívoco, pues en realidad hay raíces, «but this subtlety has escaped most authors» (p. 419). Explora las causas de esa concepción errada y finaliza afirmando que «it is especially unfortunate that the frivolousness of the snow example should continue to be so prominent and to obscure the true dimensions of such research problems» (p. 421).]
68
Massini-Cagliari, G. (2004): “Language policy in Brazil: Monolingualism and linguistic prejudice”. Language Policy 3, 3-23.
[Bastantes países no solo no valoran la diversidad, sino que ni siquiera hay conciencia de ella. El artículo trata el caso de Brasil, considerado «as an enormous, linguistically homogeneous giant» (p. 3), de modo que «the existence of linguistic diversity in Brazil is always denied» (p. 19) tanto en el plano interlingüístico (aunque tiene unas 200 lenguas) como en el intralingüístico, pues «Brazilians asume that everybody in Brazil speaks a unique variety of the Portuguese language» (p. 3). La autora analiza los PL sobre ambos planos, resumibles en la invisibilización de otras lenguas, «spoken by marginalised minorities without a significant economic power, that is by indigenous groups and immigrants» (p. 4) y de las variedades del portugués de Brasil. De este segundo plano nota la autora la ferocidad de los PL contra «the speech of the poorer sector of the population» (p. 17), sosteniéndose incluso la posición de déficit (que Labov 1969 mostró falsa; cfr. entrada), «linking poverty to cognitive and mental deficits. From this viewpoint, those who do not ‘speak correctly’, do not ‘think properly’» (p. 17). Esa situación debe superarse fomentando el respeto hacia las lenguas y las variedades del portugués.]
69
Matsuda, M. J. (1991): “Voices of America: Accent, antidiscrimination law, and a jurisprudence for the last reconstruction. The Yale Law Journal 100, 1329-1407.
[Parte la autora, profesora de derecho, de que «Your self is inseparable from your accent» (p. 1329) y analiza «the application of antidiscrimination law to accent-bias» (p. 1130) con marcos como Critical Legal Studies y Critical Race Theory. Quiere visibilizar «the coercive and hidden assumptions embedded in law» (p. 1330). Para ello, analiza en el apdo 2 decisiones judiciales sobre el problema del acento y el III aborda una paradoja: «Courts recognize that discrimination against accent can function as the equivalent of prohibited national origin discrimination. The fact that communication is an important element of job performance, however, tends to trump this prohibition against discrimination, such that it is impossible to explain when or why plaintiffs will ever win in accent cases. In fact, they almost never do» (p. 1332). El IV muestra cómo los PL se vinculan con la evaluación del habla, y el V realza la necesidad de aplicar el Título VII del Civil Rights Act a la discriminación por acento. Los restantes apdos. tratan las implicaciones de promover o no el pluralismo lingüístico. En suma, Matsuda ofrece una defensa legal de que ninguna de las «Voices of America» debe sufrir discriminación.]
70
McWhorter, J. (1998): The Word on the Street: Fact and Fable About American English. New York: Plenum Trade.
[El caso de McWhorter es curioso: varias obras suyas combaten PL, pero al tiempo es acusado de sostenerlos (cfr. entrada de Degraff 2001). El libro rechaza ideas erradas muy extendidas sobre el lenguaje. El tema en torno al que gira consiste en que el cambio lingüístico es inevitable: toda lengua cambia y no hay manera de frenar el proceso ni razón para ello. A partir de aquí, aborda otros aspectos no menos importantes, como que toda lengua es un conjunto de dialectos, que la mezcla de lenguas es parte inevitable y natural del cambio y no produce un habla broken sino una «systematic, nuanced, and complex tool» (p. 52) y que ningún dialecto ha cambiado tanto que ya no sea lógico o expresivo. Deberíamos preocuparnos menos por las «incorrecciones» porque ni lo son lingüísticamente ni afectan la claridad o precisión de las emisiones. También sostiene que no tiene sentido reverenciar el inglés anterior (p. ej., de Shakespeare) cuando apenas se entiende hoy. Aplica todos esos aspectos en la parte III al AAVE, rebatiendo la idea común de que es un bad English o slang, sino que constituye un sistema lingüístico pleno.]
71
McWhorter, J. (2014): The Language Hoax. Why the World Looks the Same in Any Language. Oxford: Oxford University Press.
[Se opone a la idea de que «language does channel thought in a dramatic way» (p. xvi), esto es, al determinismo lingüístico, extendido por dos libros populares. Pero McWhorter matiza su tesis: sin duda existe conexión lenguaje-pensamiento, pero esos libros han sido malinterpretados: «Both are well aware that the classic formulation of Whorfianism is hopeless» (p. xv), pues los efectos del lenguaje sobre el pensamiento son modestos; «However, the problem is that the media, as well as the public, want the idea to have panned out» (p. xv). Por tanto, lo que niega McWhorter es que cada lengua erija una visión del mundo diferente del resto. Esa interpretación popular puede minusvalorar grupos no occidentales, pensando que las lenguas indígenas son inferiores a las europeas. Aunque las lenguas difieren, expresan el mismo proceso cognitivo propio de la humanidad y toda lengua puede expresar cualquier aspecto. La conclusion consiste en que «We are told that what languages teach us about being human is how different we are. Actually, languages’ lesson for us is more truly progressive—that our differences are variations on being the same. Many would consider that something to celebrate» (p. 168).]
72
Milroy, J. (2001): “Language ideologies and the consequences of standardization”. Journal of Sociolinguistics 5/4, 530-555.
[Importante trabajo sobre la ideología (y cultura) del estándar. La estandarización según Milroy «works by promoting invariance or uniformity in language structure» (p. 531) y lenguas como el inglés se definen más por ideologías que por su estructura. Una consecuencia de esa ideología es arrebatar la lengua a sus hablantes nativos con la noción de «corrección». También indica que la lingüística ha malentendido esa polémica, que no es lingüística sino ideológica. Milroy explora los efectos de la ideología del estándar en las ideas sobre el lenguaje y analiza también cómo «linguistic theorizing is permeated by ideological influences» (p. 531). La lingüística ha estudiado lenguas insertadas en la cultura del estándar, por lo que hay una «tendency for theorists to rely on a single variety» (p. 545), lo que implica que las oraciones del estándar se consideran gramaticales y las de otras variedades se ven como tales «only insofar as they coincide with the (formal, literary) standard; otherwise, they are liable to be ungrammatical» (p. 545). Por ello, «It is hard to see any difference in principle between these views of grammaticality and those of the general public, and they seem to be equally dependent on the standard ideology» (p. 545).]
73
Milroy, J. & L. Milroy (1985): Authority in Language. Investigating Language Prescription and Standardisation. London: Routledge & Kegan Paul.
[Esta obra clave sobre la ideología del estándar analiza los juicios prescriptivos (de «far-reaching consequences»; p. 5) derivados de ella y sus consecuencias sociales. Los caps. 1-2 estudian el vínculo prescripción-estandarización, los mecanismos con que se sustentan esos juicios y sus efectos, como que «Strictly speaking […], standardization does not tolerate variability» (p. 22), afirmando que el estándar es más una idea mental que una realidad. Los caps. 3-4 abordan la diferencia habla-escritura y cómo el prescriptivismo ignora el habla, que es evaluada mediante la escritura. También indican que los juicios de gramaticalidad se basan en el inglés escrito, por lo que la prescripción sobre el hablado es inapropiada. El cap. 5 analiza la estratificación social del lenguaje que deriva de la estandarización, mostrando que las actitudes prescriptivas son sociales «rather than strictly linguistic in nature» (p. 90). Los caps. 6-7 tratan la competencia comunicativa y muestran cuán limitada es la óptica prescriptiva, reducida a juicios sobre una sola variedad y estilo, y el 8 aborda los efectos de la prescripción sobre la evaluación del lenguaje.]
74
Moreno Cabrera, J. C. (2000): La dignidad e igualdad de las lenguas. Crítica de la discriminación lingüística. Madrid: Alianza Editorial.
[Esta magnífica obra (hay una 2ª edición ampliada de 2016) acomete un amplio análisis crítico de los múltiples PL sobre las lenguas y variedades y muestra que «la valoración jerarquizadora de las lenguas humanas no puede basarse en criterios lingüísticos» (p. 12). Es una apasionada defensa del igualitarismo lingüístico, proyectada a todos los ámbitos en que los PL la amenazan, para mostrar que «ninguno de los criterios que se han esgrimido para hacer distinciones esenciales entre las lenguas justifica la concepción de que los idiomas son esencialmente desiguales. Nuestros conocimientos lingüísticos actuales nos llevan exactamente a la conclusión contraria» (p. 18). Tiene 20 apartados, organizados según diferentes tipos de prejuicios inter e intralingüísticos: diferencia lengua-dialecto (y estigmatización del dialecto), variedad estándar, mitos sobre la diversidad de las lenguas, lenguas primitivas, lenguas indígenas, lengua escrita y hablada, prejuicios sobre los tipos lingüísticos, facilidad o dificultad de las lenguas, su número de hablantes, etc. El cap. 19 (pp. 227-232) trata la responsabilidad social de los lingüistas en la lucha contra la discriminación lingüística, que no es sino racismo. Ofrece 5 apéndices de los que destaco el A (pp. 237-265), que rebate brevemente 100 prejuicios y mitos sobre las lenguas.]
75
Moreno Cabrera, J. C. (2003): “Síntesis y análisis en las lenguas. Crítica de la tipología morfológica clásica y de algunas de sus aplicaciones sincrónicas y diacrónicas". Estudios de Lingüística. Universidad de Alicante 17, 465-504.
[El apdo. 5 (p. 482 y ss.) es una crítica contundente a la tesis de McWhorter de que las gramáticas criollas son más simples, un mero PL. Según Moreno Cabrera, aunque el vínculo del s. xix entre tipos morfológicos y estadios de evolución lingüística, (aislante, el más primitivo y fusional, el más avanzado) ya no se postula «esto no quiere decir que haya sido abandonado» (p. 466). McWhorter usa 4 criterios para evaluar la complejidad lingüística y concluir que las gramáticas criollas son más simples: (1) complejidad fonológica, (2) cantidad de reglas sintácticas, (3) morfologización de diferencias semánticas y (4) flexión. Moreno Cabrera rebate todos y en especial (4), pues «Aquí vuelve a surgir la idea decimonónica propuesta por Humboldt de que las lenguas con flexión son más complejas y elaboradas» (p. 485). También critica la conclusión de McWhorter de que el dido (lengua caucásica) es más complejo que el saramacano (criollo), porque, de entre todos los aspectos posibles, «se eligen unos pocos: los necesarios para demostrar la idea preconcebida que se quiere probar» (p. 485). En suma, «las lenguas criollas no son lenguas especiales distintas de las demás. No existe un tipo lingüístico criollo» (p. 487), y su tendencia a no tener flexión es común (paso del latín al romance o del inglés antiguo al moderno).]
76
Moreno Cabrera, J. C. (2005): Las lenguas y sus escrituras. Tipología, evolución e ideología. Madrid: Síntesis.
[Los sistemas de escritura también sufren PL pues la escritura «afecta profundamente nuestra concepción de la lengua» (p. 9). Aunque toda la obra analiza PL sobre la escritura, los caps. más relevantes son 2-3; el 2 (pp. 29-45) trata los prejuicios del grafocentrismo y alfabetocentrismo (este reaparece en otros caps.). El primero juzga las culturas según tengan o no escritura, creyendo que «la cultura escrita es superior cualitativamente a la cultura oral» (p. 31). Este prejuicio se acompaña de alfabetocentrismo, que evalúa entre culturas escritas: «Sólo las tradiciones escritas alfabéticas son las que se pueden considerar perfectas o totalmente desarrolladas, las demás son inferiores» (p. 31). También trata la falacia de que la lengua escrita es más rica y compleja que la oral. El cap. 3 (pp. 47-58) muestra que la expansión de los tipos de escritura (latino, árabe, etc.) se debe a factores históricos (coloniales), sociales, religiosos, etc., no a su «perfección». La conclusión de la parte I (pp. 147-154) rechaza evaluar los tipos de escritura según su «excelencia». Además, sostiene que «la alfabetización se plantea como un proceso de etnocidio cultural y lingüístico que persigue el arrinconamiento o desaparición, deliberada o no, de lenguas y culturas consideradas inferiores o menos desarrolladas» (p. 55).]
77
Moreno Cabrera, J. C. (2007-2008): “Sobre la complejidad y dificultad de las lenguas. El caso del euskera”. Revista de Lenguas y Literaturas Catalana, Gallega y Vasca 13, 199-216.
[Sin duda hay lenguas más fáciles o difíciles de aprender como L2, pero según un PL común la dificultad o facilidad reside en causas intrínsecas de las propias lenguas en lugar de en la distancia entre L1 y L2. El artículo desmonta esa idea discutiendo el euskera: «Ciertamente, para un hispanohablante el euskera es más difícil de aprender que el catalán; pero ello no se debe a que el euskera tenga una estructura gramatical más complicada que el catalán» (p. 200), sino solo a que el catalán es mucho más cercano al español que al euskera. Por ello, «la dificultad o facilidad de las lenguas no es un rasgo de esas lenguas en sí sino de la relación de unas lenguas con otras (a través de sus hablantes)» (p. 200). Moreno Cabrera usa argumentos sobre adquisición (los niños no tardan más en adquirir unas lenguas que otras) y sobre la estructura lingüística, negando que el verbo vasco «sea más complejo e irregular que el verbo castellano» (p. 204), sino todo lo contrario, dada su regularidad. Ya que toda lengua tiene una complejidad semejante, la idea de que «hay lenguas más complejas que otras no tiene sustento lingüístico alguno» (p. 215).]
78
Moreno Cabrera, J. C. (2008): El nacionalismo lingüístico. Una ideología destructiva. Barcelona: Península.
[Crítica de la ideología del nacionalismo lingüístico, que cree que «la variedad lingüística promovida como lengua nacional es superior, por sus propiedades intrínsecas, a cualquier otra variedad lingüística» (p. 192). Esa ideología adopta dos falacias: (1) la lengua nacional, surgida de una variedad local, ha perdido su estatus local, siendo una entidad superior «situada por encima de localismos y regionalismos» (p. 16), y (2) las restantes variedades son dialectos locales de esa lengua nacional, lo que destierra la noción de bilingüismo generalizado. El autor muestra cómo, mediante manipulaciones, el nacionalismo lingüístico quiere presentar ambas ideas como lingüísticamente veraces. Obviamente, el estándar recibe gran atención, pues clave en el nacionalismo lingüístico es «presentar la imposición de una lengua estándar como un proceso natural de desarrollo gramatical de las lenguas, en el que los hablantes acaban aceptando la lengua más cómoda o comprensible para ellos» (p. 63), ocultando así la imposición de una variedad basada en la de las clases dominantes. No falta la aplicación de esa problemática al colonialismo e imperialismo, ni cómo se usan ideológicamente conceptos lingüísticos.]
79
Moreno Cabrera, J. C. (2012): “El aragonés, la lingüística y el imperialismo filológico”. Alazet 24, 59-75.
[Ilustra que las ideologías y PL también residen en expertos mediante «la forma en que algunos filólogos y lingüistas nos presentan el aragonés» (p. 60), negando su estatus de lengua y afirmando que es un conjunto de hablas. Presenta dos ideologías responsables de ese tratamiento del aragonés, el imperialismo lingüístico, «la exaltación de la lengua estándar oficialmente adoptada por las instituciones del Estado, el español en este caso, y […] el menosprecio o la marginación de las demás lenguas» (p. 60), y el filológico, según el que «la lengua escrita es la lengua por antonomasia y la lengua vulgar oral es una especie de degeneración o realización imperfecta o defectiva de la lengua culta escrita, la única considerada correcta» (p. 60). El trabajo se restringe al imperialismo filológico, plasmación del lingüístico, que jerarquiza las lenguas: las que tienen un estándar son lenguas y las que carecen de él, como el aragonés, «quedan reducidas a meros conjuntos de dialectos o hablas que no llegan a la categoría de lengua» (p. 63). Para mostrar esto, analiza dos manuales de expertos en los que «se aprovecha ese prestigio científico para introducir y hacer pasar por verdades establecidas una serie de manipulaciones muy sutiles y difíciles de detectar para la persona no experta» (p. 66).]
80
Moreno Cabrera, J. C. (2012): “La manipulación de la lingüística al servicio del nacionalismo españolista. El caso del andaluz en la fonología de la Nueva Gramática de la RAE y la Asale”. En Actas de la VI Hunta d’ehkritoreh en andalú. Miha / Mijas: ZEA (Sociedad para el Estudio del Andalú), 11-29.
[Hay 2 enfoques sobre la diversidad lingüística del español: el esencialista (panhispanismo de la RAE) afirma que «existe un único sistema lingüístico unitario panhispánico que se realiza de forma más o menos diversa en distintas variedades» (p. 12); según el variacionista, «Hay diversos sistemas lingüísticos completos hispánicos que, por su evidente afinidad, pueden ser agrupados en un conjunto coherente» (p. 12). El primero considera que todas las variedades del español realizan un solo sistema fonológico reflejado por «la ortografía unificada» (p. 12). Moreno Cabrera muestra que esas variedades tienen sistemas «fonológica y gramaticalmente diferentes» (p. 13), por lo que el sistema fonológico panhispánico «es un supuesto ideológico, no una verdad científica objetiva» (p. 13). La segunda óptica sostiene que las variedades del español son lenguas con diferentes sistemas, por lo que son un conjunto lingüístico coherente «pero no […] un único sistema lingüístico homogéneo» (p. 13). El autor muestra la manipulación lingüística del esencialismo, que niega la existencia de 8-10 vocales distintivas en andaluz oriental (o murciano), a pesar de ser refrendada por Navarro Tomás, Alvar o Zamora Vicente. Esto cuestiona una tesis central del españolismo lingüístico, la «perfección» del sistema de 5 vocales.]
81
Moreno Cabrera, J. C. (2013): Cuestiones clave de la lingüística. Madrid: Síntesis.
[He seleccionado el cap. 5 de esta obra («¿Cómo se obtienen las lenguas cultivadas a partir de las lenguas naturales?», pp. 163-199) sobre la diferencia entre ambos tipos de lenguas y las ideas erradas sobre su relación. Algunas lenguas naturales sufren una elaboración cultural y «Lo que se obtiene de esa actuación no son nuevas lenguas naturales, sino lenguas más o menos artificiales o artificiosas que tienen un fuerte sustrato cultural» (p. 163) y que «se desvían marcadamente de esas lenguas naturales» (p. 193). Distingue entre elaboraciones esotéricas (formas de habla sincréticas, fragmentarias y opacas) y exotéricas (analíticas, transparentes, regulares, y más fáciles de entender y usar). Dedica atención al estándar como ejemplo de variedad cultivada, tratando 4 preguntas: problema de Jakobson (qué son las lenguas cultivadas y qué rasgos las oponen a las naturales), de Dante (cómo se elaboran), de Alcuino (cómo se extiende su uso) y de Lamarck (evolución teleológica, al perseguir objetivos conscientemente). Advertir esa diferencia permite desterrar un mito, pues la escritura, básica en las lenguas cultivadas, da una visión distorsionada de la lengua, al estar muy alejada de la oral.]
82
Moreno Cabrera, J. C. (2015): Errores y horrores del españolismo lingüístico. Cinco vocales para conquistar el mundo. Tafalla: Txalaparta.
[Análisis ideológico del españolismo lingüístico, que, apoyado en una supuesta cientificidad, ansía imponer el español sobre las restantes lenguas de España. El autor trata y rechaza los mitos de esa ideología: p. ej., el origen de la lengua (las Glosas Emilianenses fueron escritas en realidad en navarro-aragonés), el paso del castellano al español como paso de un dialecto local a una lengua universal (los dialectos «son las auténticas lenguas naturales», p. 68, y la «lengua» es una variedad elaborada y artificial), la perfección del vocalismo del español (la expansión de esta lengua no tuvo que ver con esa «perfección» sino con el colonialismo, algo visible en inglés, más expandido aún aunque su sistema vocálico es mucho más complejo), la homogeneidad del español (hay diferencias fonológicas y sintácticas entre las variedades del español), la lengua internacional (no hay lenguas internacionales, sino usos internacionales de una lengua), la lengua literaria (supuestamente preparada para la literatura), o la superioridad del español frente al resto de lenguas hispánicas, mito supremacista que afirma que el español es mejor y tiene más ventajas que el resto de lenguas del estado, y niega que España sea un país multilingüe y multicultural.]
83
Moreno Cabrera, J. C. (2016): Multilingüismo y lenguas en contacto. Madrid: Síntesis.
[El cap. 5 («Multilingüismo, sociedad, política e ideología»; pp. 165-205) trata los PL sobre el multilingüismo (el más antiguo, ser un castigo a la prepotencia humana), aún en vigor, y la ideología a que ha sido sometido. El autor discute dos mitos (retrospectivo y prospectivo) del «monolingüismo global» que enfatizan, para el pasado y el futuro, que la diversidad lingüística entorpece la comunicación. Moreno Cabrera afirma que esos mitos se sustentan en una visión reduccionista que considera las lenguas como meros instrumentos de comunicación (enfoque instrumental-referencial). A esta concepción opone el enfoque representacional-social, que ve las lenguas no como herramientas de comunicación sino de expresión cognitivo-cultural, y en el que el multilingüismo encuentra un asiento natural. El autor sintetiza, mediante varios rasgos, cómo ambas concepciones consideran la diversidad lingüística, el multilingüismo y el monolingüismo y sostiene que «la humanidad no está preparada para el monolingüismo y sí para el multilingüismo. La capacidad lingüística humana es esencialmente plurilingüe» (p. 172), a pesar de cómo los mitos referidos pretenden disfrazar esa situación.]
84
Muhr, R. (2018): “Misconceptions about pluricentric languages and pluricentric theory – an overview of 40 years”. En R. Muhr & B. Meisnitzer (eds.): Pluricentric Languages and Non-Dominant Varieties Worldwide. New Pluricentric Languages – Old Problems. Berlin: Peter Lang, 17-56.
[Rebate 10 ideas falsas sobre la noción de pluricentricidad que, aunque referidas al alemán, rigen para otras de las 43 lenguas pluricéntricas (p. 37): (1) rechazo de la pluricentricidad para lenguas pluricéntricas recientes (separación de Yugoslavia o URSS) o muy centralizadas (árabe, francés, etc.), pues las élites lingüístico-políticas rechazan las nuevas normas lingüísticas en naciones que ya no controlan, (2) idea de que las variedades no dominantes «are mere dialects, substandard, peripheral elements, that can only be considered as regional varieties/diatopic varieties» (p. 21), (3) identificar pluricentricidad con nacionalismo y chauvinismo, (4) creer que apoya el purismo, (5) terminología para nombrar las variedades, (6) creer que las lenguas pluricéntricas tienen varios estándares cuando hay variedades sin estandarización, (7) confundir lengua pluricéntrica y pluriareal, (8) usar términos como dialecto, acento, vernáculo, subestándar, lengua coloquial o familiar, que «should be avoided» (p. 41), (9) usar clasificaciones incoherentes para caracterizar los tipos de centros, y (10) creer que incluir rasgos no estándares en las variedades dominantes desintegra la lengua. La mayoría de esas ideas deriva de que los defensores de las variedades dominantes degradan a las no dominantes.]
85
Myrick, C. & W. Wolfram (eds.) (2019): The 5 Minute Linguist. Bite-Sized Essays on Language and Languages, 3rd ed. Sheffield: Equinox Publishing.
[Originada en un programa de radio de 2005, da «information about language to the public in an informative, entertaining, and accessible format» (p. 1). Sus 12 partes agrupan 66 caps. breves y reúne autores destacados: M. Baker, J. Bybee, S. Curtiss, D. Cameron, R. Hudson, D. Preston, G. Pullum o W. Wolfram. Varios caps. rebaten PL y mitos sobre el lenguaje: límite lengua-dialecto y rechazo de la superioridad del estándar (3), crítica del prescriptivismo (8), las palabras existen aunque no aparezcan en el diccionario (9), la lengua no determina el pensamiento (10), el cambio lingüístico no es corrupción (29), PL sobre pidgins y criollos (30), las lenguas de signos son tan complejas como las orales (31), mujeres y hombres no hablan de modo muy diferente (32), el prejuicio de «sonar gay» (33), por qué la muerte de lenguas importa (34), varias lenguas oficiales en un país (como India) no generan caos (44), la falacia del monolingüismo en USA (47), PL sobre la variación dialectal (49), la estigmatización del AAVE carece de fundamento lingüístico (51), o la idea popular de que Internet o los SMS destruyen la lengua (53 y 56).]
86
Nelson, T. D. (ed.) (2009): Handbook of Prejudice, Stereotyping, and Discrimination. New York & Hove: Psychology Press (Taylor & Francis).
[Otra obra elegida como marco general sobre prejuicios, por lo que no trata el lenguaje. Aun así, es una obra fundamental que discute todos los aspectos implicados en ellos en 26 caps. y casi 600 págs., de fácil proyección para los PL. Según Nelson, aunque «research on prejudice has always been a high priority among social psychologists» (p. xix), «there has not yet been a concerted effort to specifically produce a volume that is designed to showcase the range and depth of the field of prejudice research» (p. xix). La obra solventa ese vacío. Tiene 5 partes: en la I, el cap. 1 presenta la historia de la investigación sobre prejuicios, y la II, la más amplia (caps. 2-18), trata los procesos cognitivos implicados en los prejuicios, incluyendo su neurobiología y su medición. La III expone en 5 caps. (19-23) 5 categorías humanas objeto de prejuicios, abordando el racismo, sexismo, ageísmo, prejuicios sexuales y prejuicios contra personas gruesas. La IV (caps. 24-25) analiza el trabajo para mitigar los prejuicios y la V tiene un único cap., el 26, que sugiere vías para futuras investigaciones sobre prejuicios.]
87
Neves, M. (2018): Dicionário de erros falsos e mitos do português. Lisboa: Guerra & Paz.
[La obra discute la noción de «errores» (falsos) propios del prescriptivismo, consistentes en “construções ou palabras que muitos falantes usam de forma sistemática e natural – e, mesmo assim, são condenadas por uma minoria de falantes com base en justificações que pouco têm que ver com o funcionamento real da língua” (p. 29). Según Neves, esos errores (cfr. pp. 30-34 para su tipología) se asientan en falacias sobre la lengua: hay una versión perfecta del portugués que se corrompe, las reglas gramaticales son lógicas, una palabra solo debe tener un significado, las reglas existen antes en los libros que en el hablante o la variación es negativa (p. 28). El libro discute, en 41 caps. breves, otros tantos «errores falsos» que revelan la confusión «entre o erro e a variação» (p. 43) y que le permiten rebatir 12 mitos sobre el portugués: p. ej., quien no habla «bien» no piensa «bien», las reglas de la lengua no se alteran según el contexto, las palabras populares son descuidadas, la gramática debe ser lógica, la variación supone que parte de ella está equivocada, el portugués estándar está en decadencia o los lingüistas no creen en reglas, mito este último que considera rastrero (p. 202).]
88
Nida, Eugene A. (1954): “What is a primitive language?”. The Bible Translator 5/3, 106-112.
[Gran análisis crítico de un PL muy extendido, las «lenguas primitivas», que rebate las ideas implicadas en él: (1) el léxico de estas lenguas tiene unos pocos cientos de palabras (pero ninguna de las supuestas lenguas primitivas estudiadas «have failed to have less than about ten thousand words»; p. 107); (2) carecen de gramática («This is, of course, just ridiculous»; p. 108), (3) sus gramáticas son muy complicadas (esto deriva de ignorar su estructura), (4) nombres y verbos se entremezclan (esas lenguas no tienen las 8 clases de palabras del indoeuropeo), (5) no sufren cambios, o (6) los sufren muy rápido, (7) cada aborigen habla de modo diferente (toda lengua revela diferencias entre hablantes), (8) carecen de palabras abstractas («While it is true that most aboriginal languages seem to be weak in the number and variety of abstractions, this is not to be attributed to any basic deficiency in the language structure or to any mental defect or inferiority of the people. It is fundamentally a matter of culture and not of language»; p. 111). Así, «There is actually no such thing as a ‘primitive language’» (p. 111); el estudio de cualquier lengua y cultura aborigen «will convince anyone that humans are all fundamentally alike» (p. 112).]
89
Noémi, F. (2015): “Language myths and ideologies in the new media”. Revue Internationale d’Études en Languages Modernes Apliquéees 8, 102-113.
[Análisis de las ideologías prescriptivas sobre el húngaro en chats online. Aunque el nuevo uso del lenguaje en medios digitales («digilecto») ha recibido atención, el estudio de mitos existentes en él «is still unexplored» (p. 106). Analiza comentarios de una página de Facebook y de una página web sobre cuestiones ortográficas. Sostiene Noémi que la corrección lingüística se usa en ese contexto para «discredit the interlocutor failing to correspond to the norms of language» (p. 102), buscando «the digital destruction of the interlocutor» (p. 104). Descubre mitos referidos a 6 tipos de ideologías: (1) vínculos políticos (conservadurismo lingüístico), (2) el lenguaje y su uso (la lengua nacional debe tratarse con respeto), (3) actitudes hacia la lengua y sus variedades (la lengua necesita protección, usar formas incorrectas es cuestionable éticamente), (4) el uso de la lengua (las formas incorrectas indican un nivel educativo, cultural y de inteligencia bajo), (5) cambio lingüístico (la lengua se corrompe) y (6) corrección (purismo). Según Noémi, los mitos presentes en los digilectos no difieren de los de medios más tradicionales, por lo que las ideologías lingüísticas «are deeply rooted» (p. 112) con independencia del medio usado.]
90
O’Neill, P. & G. Massini-Cagliari (2019): “Linguistic prejudice and discrimination in Brazilian Portuguese and beyond: Suggestions and recommendations”. Journal of Language and Discrimination 3/1, 32-62.
[Denuncia el trabajo que hay sensibilidad ante los prejuicios (y discriminación) hacia las lenguas y sus hablantes, existiendo leyes para garantizar sus derechos, pero «the same protection has not been afforded to speakers of non-standard varieties of a language» (p. 34). Aborda esa asimetría tratando PL muy enraizados en Brasil sobre variedades no estándares del portugués, discute los esfuerzos de los lingüistas para combatirlos y ofrece sugerencias al respecto. En Brasil hay una clara polarización entre la variedad estándar de las clases superiores y las masas, que usan variedades populares con rasgos como la ausencia de concordancia nombre-verbo y de flexión verbal para persona y número y la presencia de sujetos explícitos. Los autores discuten los PL sobre la variedad popular, vinculada «with a lack of civilisation» (p. 44), con «barbarism, pandemonium and bad conduct» (p. 49). Desde la p. 52 ofrecen sugerencias para combatirlos; en especial, que los lingüistas se involucren en acciones comunitarias, pues «Combating linguistic prejudice and discrimination is ultimately about reconfiguring the social system, which historically has been constructed to devalue certain classes of people» (p. 53).]
91
Orelus, P. (2021): “Accents matter: An anticolonial examination of the effects of standard accent hegemony on linguistic minorities in the United States”. Postcolonial Directions in Education 19/1, 139-167.
[Apunta Orelus que «because of social status being accorded to so-called standard English accentism those whose accent is different are often ill-perceived and treated unjustly in society» (pp. 139-140). El trabajo explora los PL asociados a varios acentos del inglés en USA mediante narrativas de estudiantes graduados de Nuevo México, para analizar la discriminación sufrida por 8 de ellos con diferente origen lingüístico, étnico cultural y geográfico (Ecuador, Colombia, Puerto Rico, India, Ghana, Jamaica y New Orleans), y que en consecuencia hablan «in diverse forms of accented English» (p. 143), siendo algunos nativos de inglés y otros de español. Los resultados indican que «Accent discrimination has affected not only second language English learners but also minority speakers whose English is their first language» (p. 160), por lo que hay que avanzar todavía mucho «for accent diversity and inclusion to become a reality for linguistically and culturally disfranchised groups whose distinct English accents do not fit the Standard American accent label» (p. 162), evitando así su discriminación.]
92
Pac, T. (2012): “The English-only movement in the US and the world in the twenty-first century”. Perspectives on Global Development and Technology 11, 192-210.
[Este trabajo aborda, como otros recogidos aquí, el intolerante movimiento English-only. Explora su origen y presente y revela que su ideología es «a primary means of restricting language and ethnic minorities’ access not only in the US, but also globally» (p. 192). Pac analiza el inglés «as a social construction of the Anglo-Saxon elites in the process of subordination of other language groups throughout American history» (p. 192), mostrando que las élites en USA consideraron las lenguas autóctonas «a social problem» (p. 193) y las vetaron o eliminaron, imponiendo el inglés. Aunque la Constitución de 1787 no declaró oficial esta lengua (no tenía rival), fue clave en el proceso de americanización «as a symbol of American identity» (p. 193). En este contexto, English-only surge en la década de 1980 como una exaltación nacionalista «in order to diminish language and ethnic minorities’ rising political presence in the US in the twenty-first century» (p. 192). Pac sitúa la expansión de esa ideología en el contexto del capitalismo global, y muestra que el rol dominante del inglés en USA y en el mundo distorsiona la realidad, al erigirse sobre factores sociales, políticos y económicos, no lingüísticos.]
93
Peterson, E. (2020): Making Sense of ‘Bad English’. An Introduction to Language Attitudes and Ideologies. Abingdon: Routledge.
[Esta obra sobre los PL asociados al prescriptivismo surge de la intención de combatir los PL presentes en los propios estudiantes de Peterson, como «strong views about the superiority of one variety of English over another» (p. xvi). El libro quiere erradicar esas ideas, mostrar que las nociones de good y bad English son sociales, no lingüísticas, y concienciar sobre el rol del lenguaje en la marginación de personas. La parte 1, «Making sense of ‘bad English’», agrupa 5 caps. que tratan qué se considera buen o mal inglés, cómo surgieron esas nociones, por qué están tan extendidas, qué efectos tienen (jerarquizar personas) y por qué están erradas al basarse en factores sociales falazmente aplicados al lenguaje. El cap. 4, «How bad English works against us», ilustra con 3 estudios la discriminación causada por esos PL, que expulsa personas de funciones sociales y públicas. Es interesante en este cap. el modelo (p. 49) sobre cómo surge la discriminación hacia «those who do not conform to the norms of the elite» (p. 49). La parte II expande la discusión al AAVE, el inglés de India y Singapur o el inglés como lengua franca.]
94
Phillipson, R. (2017): “Myths and realities of ‘global’ English”. Language Policy 16, 313-331.
[Este trabajo, escogido para ilustrar las tesis del autor sobre el imperialismo lingüístico, sostiene que «Imperial languages are promoted by means of linguicism» (p. 313). Traza paralelismos entre la colonización europea, legitimada por el mito de la terra nullius (tierra de nadie), que justificó la ocupación europea del mundo, y la americanización actual del mundo (cultura nullius) impuesta por políticas económicas neoliberales que han proyectado el estilo de vida de USA a nivel global. Clave en esto es la imposición global del inglés (lingua nullius), «the myth that English is ideologically neutral, serves all equally well, and should therefore be learned and used universally» (p. 316), que niega que las otras lenguas sirvan para los fines (negocios, etc.) para los que sirve el inglés. Esta idea «is false argumentation that echoes colonial discourse» (p. 313), basado en un mito «behind which there are strong forces and identifiable agents with clear commercial and geopolitical agendas» (p. 315). Esos argumentos sobre el inglés repiten los del imperialismo colonial. Analiza también las nociones de acumulación y desposesión de capital lingüístico, necesarias para entender el fenómeno del inglés como lengua global.]
95
Pinker, S. (1994): The Language Instinct. How the Mind Creates Language. New York: William Morrow. Cit. por El instinto del lenguaje. Cómo crea el lenguaje la mente. Madrid: Alianza, 1995.
[El cap. 12 («Los expertos en lenguaje»; pp. 407-444) ofrece una crítica muy contundente del prescriptivismo. Según Pinker, escuchar que los delfines no nadan bien, que los gorriones cantan con descuido o que el canto de las ballenas tiene errores llamativos sería sorprendente, pero «en el caso del lenguaje humano, pronunciamientos de semejante índole no sólo se admiten como llenos de sentido, sino que además suelen ser motivo de alarma» (p. 407). Pinker llama «expertos en lenguaje» a quienes «defienden» la lengua, indicando que «huelen a muerto, son los depositarios de lo que hay de inútil en el lenguaje» (p. 410), y muestra que sus ideas son un mero «pretexto para diferenciar a las elites de la chusma» (p. 412). También ofrece una tipología sin desperdicio de los «expertos» ilustrada con ejemplos concretos: coleccionistas de palabras, cómicos, sabios y Jeremías, este último el más extremo. Identifica Pinker los dos rasgos de esos expertos: «El primero es la grosera subestimación de los recursos lingüísticos de la gente corriente […]. El otro […] es su olímpica ignorancia de la moderna ciencia del lenguaje» (p. 439). Por todo ello, «el uso de expresiones como mala gramática en lugar de no estándar es insultante, además de inexacto desde un punto de vista científico» (p. 441).]
96
Pinto Pajares, D. (2022): Lenguas de España: combatiendo los prejuicios en torno a la realidad lingüística española. Gijón: Trea.
[Análisis de los PL sobre las lenguas de España que desea «desarticular la arquitectura ideológica que ha conducido a aceptar como verdades eternas e inmutables una serie de fantasías en torno a las lenguas de España» (p. 11). El cap. 2 defiende que en España hay 13 lenguas autóctonas, «de las cuales la mayoría parecen invisibles» (p. 16), algo que es un PL. A partir del 3, discute estos temas: bases extralingüísticas de la diferencia lengua-dialecto, que provocan que solo las hablas con prestigio se consideren lenguas (por ello, «en puridad, las lenguas no existen»; p. 84); rasgos «incorrectos», cuyo estigma se basa en razones extralingüísticas; primar la lengua escrita sobre la oral (esto explica el desprestigio del andaluz); hablantes con y sin acento; la antigüedad del euskera (el actual no se parece al de hace un milenio, por lo que «La antigüedad de una lengua solo es un constructo ideológico», p. 148); la facilidad o dificultad intrínseca de las lenguas (más bien, «depende de para quién»; p. 151); el castellano como lengua por excelencia de España y las restantes lenguas como «obstáculos al entendimiento» (p. 181); creer que las otras lenguas son impuestas en sus territorios o identificar el castellano con el progreso y el resto de lenguas con el atraso. Por ello, el libro «pretende remover conciencias» (p. 225.]
97
Preston, D. R. (2015): “The silliness of the standard”. En V. M. Longa (ed.): “Representaciones sobre la variación lingüística: lenguaje, prescripción y discriminación”. Número especial de Representaciones. Revista de Estudios sobre Representación en Arte, Ciencia y Filosofía XI/2, 59-80.
[Trabajo muy original: si otros muchos muestran que las variedades no estándares tienen reglas gramaticales tan complejas como las del estándar, no siendo inferiores a él, según Preston las variedades estándares revelan «estupidez», rasgos más deficientes que las restantes variedades: el estándar se organiza pobremente, si por organización entendemos simetría, simplicidad y consistencia: «Nonstandards win these contests in each examined case» (p. 59). Entre otros casos, trata la doble negación, los paradigmas gramaticales del inglés estándar, analizando por qué la tercera persona verbal necesita una -s, pues la persona ya la marca el sujeto, la confluencia de you singular y plural, algo que causa ambigüedad, whom o la construcción de estructuras interrogativas. Por tanto, la estupidez del estándar consiste en que «It is filled with asymmetrical conjugations, complex considerations in assigning superficial case, holes in paradigms, and arcane syntactic adjustment rules (not to mention a host of irregular verb forms)» (p. 71).]
98
Pullum, G. K. (1989): “The great Eskimo vocabulary hoax”. Natural Language and Linguistic Theory 7, 275-281.
[La pieza apareció en la sección «Topic…Comment» que Pullum escribió varios años. Aborda la supuesta gran cantidad de palabras para la nieve en innuit, mito «based on almost nothing at all. It is a kind of accidentally developed hoax perpetrated by the anthropological linguistics community on itself» (p. 276). Pullum muestra que Boas afirmó algo muy diferente de lo que se le atribuyó más tarde: solo sostuvo que mientras el innuit tiene 4 raíces diferentes para aludir a la nieve, el inglés alude a ellas con diferentes frases. Whorf toma el ejemplo de Boas en 1940 y crea un mito que engordó con el tiempo: 7 palabras, 4 docenas, 100 palabras o incluso 200, algo que es una «scholarly irresponsability» (p. 278). Pero «even if there were a large number of roots for different snow types in some Arctic languages, this would not, objectively, be intellectually interesting; it would be a most mundane and unremarkable fact» (p. 278), semejante a las palabras para designar razas, tamaños y edad de los caballos o a los términos botánicos para las formas de las hojas; «If these obvious truths of specialization are supposed to be interesting facts about language, thought, and culture, then I’m sorry, but include me out» (pp. 278-279).]
99
Pullum, G. K. (1999): “African American Vernacular English is not standard English with mistakes”. En R. S. Wheeler (ed.): The Workings of Language: From Prescriptions to Perspectives. Westport, CT: Praeger: 39-58
[El trabajo, escrito tras la declaración de Oakland de 18/12/1996, rebate el mito de que el «AAVE is just a badly spoken version of their language, marred by a lot of ignorant mistakes in grammar and pronunciation» (p. 40). Analiza supuestas incorrecciones del AAVE; en especial, la elisión de la cópula (to be), que, según muchos, «is carelessly omitted or is used in incorrect forms like be out of ignorance» (p. 45). Pullum muestra que la omisión es regida por reglas específicas (cfr. las 10 reglas de pp. 45-46), resumibles en que solo se puede elidir si aparece en presente, no se refiere a la 1ª persona, no recibe énfasis, no se niega y no expresa presente habitual o remoto. Además, muchas otras lenguas también la omiten. Por ello, «AAVE has nothing inherently wrong with it as a language; it is only an accident of history that it is not the standard language of the United States» (p. 57). Quienes ridiculizan esa variedad «can try to make the case that speakers of AAVE are bad or stupid or nasty or racially inferior if they want to, but they will need arguments that do not depend on language, because linguistic study of AAVE makes one thing quite clear: AAVE is not Standard English with mistakes» (p. 58).]
100
Pullum, G. K. (2004): “Ideology, power, and linguistic theory”. Revised version of the presentation at the Annual Meeting of the Modern Language Association, December 30, 2004, Philadelphia. Disponible en: https://people.ucsc.edu/~pullum/MLA2004.pdf
[Este trabajo no publicado discute aspectos vinculados al prescriptivismo: gramática prescriptiva vs. descriptiva, reglas constitutivas y regulativas (estas últimas son las reglas prescriptivas), variedad estándar y no estándar, o actitudes conservadoras y liberales vinculadas con esos aspectos. Pero se ha escogido sobre todo por la disección que Pullum hace del pensamiento de los ideólogos prescriptivos (afines al conservadurismo político), cuya tarea «is prescribing for others how they ought to write and speak, and lambasting the linguistic incorrectness and infelicities of those who do not follow the prescription» (p. 6). Expone 9 principios que rigen ese pensamiento (cfr. p. 7) y sus bases: nostalgia, clasicismo, autoritarismo, esteticismo, coherencia, logicismo, sentido común, funcionalismo y ascetismo. En pp. 9-14 muestra por qué son insostenibles, pues «none of them have any foundation: the things they presuppose just are not so» (p. 9). Por tanto, «what is clear is that none of them can be taken seriously» (p. 14).]
101
Reagan, T. (2011): “Ideological barriers to American Sign Language: Unpacking linguistic resistance”. Sign Language Studies 11/4: 606-636.
[Según Reagan, a pesar de los hallazgos de la lingüística, persisten todavía sobre ASL «serious misunderstandings and misrepresentations among nonlinguists» (p. 606) que cuestionan que esa lengua de signos (u otra) sea una verdadera lengua. El trabajo analiza el estatus de ASL «as an example of ideological beliefs that impact linguistic judgements and policies» (p. 607) en 4 aspectos: reconocimiento oficial de ASL, identificación temprana de trastornos de audición, programas de educación bilingües inglés/ASL y enseñanza de ASL como L2, analizando los prejuicios de legisladores, políticos y educadores ante esa lengua, que revelan «major ideological barriers» (p. 626). Es especialmente interesante el cuarto aspecto, ASL como L2 (p. 622 y ss.), pues hay gran resistencia a incluir ASL en programas de educación bilingüe por razones como que «ASL is not a real, fully developed language» (p. 623), que el autor desmonta (cfr. pp. 624-625). Reagan vincula esas ideas con la ideología de la «legitimidad lingüística» (cfr. entrada de Reagan 2019), según la cual «some languages or language varieties are more ‘real’, ‘legitimate’, or ‘proper’ than others» (p. 625), y que se basa en razones por completo extralingüísticas.]
102
Reagan T. (2019): Linguistic Legitimacy and Social Justice. Cham: Palgrave Macmillan.
[Esta amplia crítica de la ideología de la legitimidad lingüística sostiene que «there is no such thing as a non-legitimate language, whatever that might mean, and that all languages are fundamentally of equal value linguistically» (p. vi). El cap. 1 defiende que la noción de lengua es una abstracción ahistórica (las lenguas no son estáticas) y ateórica (el corte entre lenguas es arbitrario, dado el continuum dialectal). Así, esa noción es un mito: «English doesn’t exist, but Englishes do» (p. 21). El 2 expone la ideología de la legitimidad lingüística, basada en que «particular languages or language varieties are superior in some fundamental ways to others» (p. 29) y rebate ideas como que hay lenguas ilógicas, primitivas, variedades inferiores, etc., cuyos criterios «are in no way linguistics in nature» (pp. 29-30). Desde el cap. 3 trata varias lenguas y variedades estigmatizadas por esa ideología y muestra las falacias proyectadas sobre cada una: AAVE (cap. 3), «the most powerful example of the process of linguistic delegitimation imaginable» (p. 77) Spanglish (4), lenguas de signos (5), yiddish (6), esperanto (7), afrikaans (8), la muerte de lenguas (9), vinculada a esa ideología (muchas lenguas amenazadas no se consideran lenguas ni legítimas), o la enseñanza de lenguas en USA (10).]
103
Regueira, X. L. (2012): “Autenticidade e calidade da lingua: purismo e planificación lingüística no galego actual”. Estudos de Lingüística Galega 4, 187-201.
[Los PL prescriptivistas y puristas no solo surgen en lenguas cuyo estándar tiene larga tradición histórica sino también en otras con uno reciente, como en gallego. El artículo analiza una pujante corriente que adopta para esta lengua nociones como «autenticidad» o «calidad» de la lengua. Regueira sostiene que ambas «non son conceptos lingüísticos, senón que se basean en actitudes sociolóxicas e ideolóxicas» (p. 187). También afirma que el purismo es necesario para el gallego, dado su contacto con una lengua dominante, pero hay que sopesar sus consecuencias, pues las actitudes puristas «levan a discriminar grupos de falantes e a establecer xerarquías» (p. 188), sobre todo si el purismo se limita a menospreciar el gallego de mucha gente. Según Regueira, tras la «calidad» de la lengua se esconden «xuízos de valor, e sobre todo […] xuízos sociais» (p. 192), por lo que «A lingua ‘de calidade’ é, por tanto, a que fala a ‘xente de calidade’» (p. 192). En suma, nociones como autenticidad o calidad de la lengua son «conceptos ideolóxicos, non lingüísticos, que teñen graves implicacións en canto que comportan una discriminación social difícil de manter» (p. 198).]
104
Rickford, J. R. & S. King (2016): “Language and linguistics on trial: Hearing Rachel Jeantel (and other vernacular speakers) in the courtroom and beyond”. Language 92/4, 948-988.
[Este profundo análisis de un juicio revela los PL del sistema judicial (que reflejan los de la sociedad) contra una variedad estigmatizada como el AAVE. El juicio se celebró en 2013 por el asesinato en 2012 de T. Martin, afroamericano de 17 años, a manos de G. Zimmerman. La testigo clave, presente en los hechos, fue R. Jeantel, afroamericana de 18 años amiga de Martin y hablante de AAVE; «her crucial testimony was dismissed as incomprehensible and not credible» (p. 948) y Zimmerman fue declarado no culpable (Jeantel ni siquiera fue mencionada en la deliberación del jurado). El trabajo muestra, mediante el análisis de juicios en otros países de habla inglesa donde se usaron variedades no estándares, que el problema es común. Tras ello, analizan el habla de Jeantel, que «is neither ‘inarticulate’ nor ‘incoherent’» (p. 957). La no consideración de su testimonio se debió a la no familiaridad dialectal y en especial a «dialect bias and institutionalized racism/prejudgment» (p. 972). Finalizan con sugerencias para «dispel such prejudices and fictions» (p. 948) e invitan a los lingüistas a involucrarse más porque no lo han hecho, «at least not in the numbers and with the vigor that we should be» (p. 980).]
105
Rosa, J. & N. Flores (2017): “Unsettling race and language: Toward a raciolinguistic perspective”. Language in Society 46/5, 621-647.
[Crítica de las ideologías raciolingüísticas entendidas como la co-naturalización, ayer y hoy, de las nociones de lenguaje y raza. La propuesta no solo es crítica (lo cual ya sería valioso) sino también constructiva, al sugerir vías para desnaturalizar esa relación e insertarlas en un contexto amplio de rechazo del racismo y la supremacía blanca que implica. Esto, además, es relevante porque la naturalización se asocia a la posición de déficit sobre las prácticas lingüísticas de poblaciones marginadas, según las que esos grupos tienen privación verbal por usar ciertas variedades. Aunque la sociolingüística mostró la falsedad de esa posición, aún persiste. Por ello el trabajo propone «a more robust understanding of the historical and structural processes that organize the modes of stigmatization in which deficit perspectives are rooted» (p. 622), cuyas causas últimas remiten al colonialismo europeo y a las diferencias «europeo-no europeo» y «blanco-no blanco». Estas nociones «anchor the joint institutional (re)production of categories of race and language, as well as perceptions and experiences thereof» (p. 622).]
106
Rutten, G. (2016): “Standardization and the myth of neutrality in language history”. International Journal of the Sociology of Language 242, 25-57.
[Analiza «the language ideologies and myths underpinning standardization as a historical and cultural phenomenon» (p. 28), estudiando un mito central en la ideología del estándar, su carácter «neutro». Aunque trata el caso holandés, rige para otros estándares. En concreto, aborda el origen del mito en el metalenguaje holandés de los s. xvi-xix, rastreando dos diferentes nociones: en los siglos xvi-xvii, la neutralidad se concebía como un «shared space» que concebía las formas estándares como «additions to existing repertoires» (p. 25) que permiten la comunicación interdialectal; más tarde esa noción es sustituida por la de neutralidad como «unmarkedness» (p. 25), que «is absolute and considers standard forms as the only true linguistic forms» (p. 25), por lo que las otras formas y variedades «should be avoided» (p. 30) por ser versiones «degeneradas». Rutten sitúa ese cambio alrededor de 1800, coincidiendo con el nacionalismo lingüístico derivado del origen del nacionalismo como ideología política y de la formación de los estados-nación modernos. Eso ha llegado hasta nosotros, pues el supuesto carácter no regional del estándar (el mito de la ausencia de acento) es clave en su definición, en Holanda y otros países.]
107
Sapir, E. & M. Swadesh (1946): “American Indian grammatical categories”. Word 2/2, 103-112.
[Sapir empezó este artículo en 1929, pero, tras fallecer en 1939, lo acabó Swadesh. A Sapir se debe la primera parte, hasta los ejs. de la p. 106, que analizó Swadesh, si bien «In completing the article, I have tried to follow Sapir’s general plan as indicated in the early part of the paper and in a few handwritten notes» (p. 103) reflejadas en la p. 111. El trabajo señala que en las lenguas aborígenes de USA existe gran variación en categorías gramaticales, por lo que «we have no right to speak of American Indian grammatical categories» (p. 104). Quiere mostrar «how plastic a process is linguistic expression in itself» (p. 105), analizando los equivalentes de una oración inglesa simple (he will give it to you) en 6 lenguas aborígenes escogidas por Sapir, lo que permite mostrar la gran variedad de categorías gramaticales de las lenguas indígenas de USA. Esto sirve para justificar que «there is nothing that can be seriously called ‘primitive’ about these languages». Todo concepto, sea parte o no del sistema de categorías gramaticales, «can be conveyed in any language. If a notion is lacking in a given series, it implies a difference of configuration and not a lack of expressive power» (p. 111).]
108
Senz, S. & M. Alberte (eds.) (2011): El dardo en la academia. Esencia y vigencia de las Academias de la Lengua Española, 2 vols. Barcelona: Melusina.
[Gran análisis ideológico de la función y la actividad de la RAE, cuya autoridad, como señalan las editoras, «no tiene parangón con la de ninguna otra academia de la lengua» (p. 17). El vasto análisis crítico (casi 1 400 págs.), que revela muchos mitos en los que se sustenta la labor de la RAE y aborda muchos aspectos de esa institución, muestra que la RAE no resiste el escrutinio, lanzando múltiples dardos (muy bien tirados) contra ella: indefinición de objetivos, deficiente labor de planificación, connivencia con (y supeditación a) el poder político y económico, nacionalismo e imperialismo lingüísticos, clasismo y purismo, juicios de valor sin justificación lingüística, defensa acérrima del prescriptivismo, poco entusiasmo (por decir algo) por la variación del español, o imposición de un modelo de lengua que estigmatiza las variedades no estándares. Todos los caps. están muy bien justificados, revelando en conjunto los escasos fundamentos lingüísticos y muy abundantes fundamentos míticos e ideológicos de las academias en general y la RAE en particular.]
109
Siegel, J. (2008): “Pidgin in the classroom”. Educational Perspectives 41/1-2, 55-65.
[Este trabajo sobre el criollo hawaiano (Hawai’i Creole o pidgin) sirve para ilustrar los PL sobre las lenguas criollas. Aunque aborda el ámbito educativo, antes analiza los mitos sobre ese criollo, que desde principios del s. xx se ha visto como broken English, lazy, faulty, sloppy, etc. Aunque hoy hay actitudes más positivas hacia él, «many people […] still think of it as a deviant form of English» (p. 56), y sus hablantes son «constantly corrected» (p. 55). Según Siegel, los PL hacia este criollo se basan en «the misconception that it is haphazard – that there are no grammatical rules» (p. 56), algo que rebate mediante la negación (cfr. la tabla de la p. 57), realizada mediante 4 marcadores negativos, «each occurring before an auxiliary, modal, or verb, and each having its own function and rules for usage» (p. 56), mientras que el estándar solo tiene uno (not). Por ello, en este caso «the grammatical rules of Pidgin are more complex than those of English» (p. 56). Otra razón para las actitudes negativas hacia él es su no estandarización, pero Siegel recuerda que hace 500 años el inglés no estaba estandarizado. Por todo ello, «there is nothing intrinsecally inferior about Pidgin or other vernaculars» (p. 57).]
110
Silva, F. L. da & H. M. de M. Moura (eds.) (2000): O direito à fala. A questão do preconceito lingüístico. Florianápolis: Insular.
[Otro ejemplo de la lucha de los lingüistas de Brasil contra los PL, con un título significativo, el derecho al habla, coartado o negado por quienes denigran las variedades no estándares del portugués de Brasil. Reúne 10 caps. sobre aspectos aunados por criticar la idea de unidad nacional mediante una supuesta lengua ideal, pura y única. Temas tratados son los PL esparcidos por la escuela y los gramáticos que reflejan la «intolerancia em relação à variação e à mudança» (p. 27), incluyendo la creencia de los «expertos en lenguaje» de que «os lingüistas estão destruindo o idioma, porque para eles vale tudo» (p. 35), pureza lingüística y préstamos, el rol de los medios en la reproducción de PL, incluyendo el mito de la lengua perfecta y la corrupción de la lengua, los PL contra quienes padecen alteraciones del lenguaje o los derivados de vincular lenguaje y pensamiento, que oponen «a racionalidade da clase educada» a la «espontaneidade pré-racional do povo» (p. 76), la supuesta presencia de una sola lengua en Brasil, plasmada en una política represiva de imposición del portugués, o la utilidad de los córpora para luchar contra los PL.]
111
Stokoe, W. C. Jr. (1960): “Sign language structure: An outline of the visual communication systems of the American Deaf”. Studies in Linguistics. Occasional Papers, Vol. 8. Buffalo, NY: University of Buffalo. Cit. por la versión en Journal of Deaf Studies and Deaf Education 10/1 (2005), 3-37.
[Trabajo fundacional sobre las lenguas de signos, el comienzo de la consideración científica de las lenguas de signos, calificado con toda la razón como «revolutionary monograph» (p. 3) en la breve introducción de D. F. Armstrong al artículo de Stokoe, y cuya publicación «really put sign language studies on the international agenda in linguistics» (p. 3). Stokoe pretende «to bring within the purview of linguistics a virtually unknown language, the sign language of the American deaf» (p. 3), sosteniendo que «the communicative activity of persons using this language is truly linguistic and susceptible of analysis of the most rigorous kind» (p. 33). Tras trazar en las primeras páginas una historia de las lenguas de signos y analizar aspectos educativos de los niños sordos, el trabajo estudia el equivalente de los niveles fónico (propone el término de «querema» como equivalente del fonema) y morfosintáctico. Por tanto, este trabajo y su autor fueron unos verdaderos adelantados a su tiempo, siendo clave para empezar a desterrar la visión de que las lenguas de signos eran meros conjuntos de gestos rudimentarios.]
112
Stollznow, K. (2014): Language Myths, Mysteries and Magic. Basingtoke: Palgrave Macmillan.
[Los mitos sobre el lenguaje no solo aluden a aspectos «mundanos» como la existencia de lenguas mejores y peores; otros «transcend the normal and enter the realm of the paranormal» (p. 1). La obra «explores this mysterious side of language» (p. 1), plasmado en los supuestos poderes del lenguaje para comunicar con «gods, demons, monsters, aliens, and the dead» (p. 1). Reúne 25 caps. en 5 partes: la I («Magical language») aborda los poderes milagrosos asociados al lenguaje (predicciones, adivinaciones, etc.) y la II («Possessed language»), casos de personas poseídas (acentos extraños, habilidad repentina de usar lenguas desconocidas, médiums, etc.). La parte III («Hidden language») trata la esteganografía (mensajes secretos en textos) y la IV («Non-human language»), la idea de que los animales hablan o predicen desastres o muertes, sin olvidar la comunicación con extraterrestres. La V («Therapeutic language») trata terapias basadas en el lenguaje (grafología, hipnosis, terapias del habla y de la voz para curar). La autora es muy crítica con esas ideas, cuya explicación es natural: «Language does have power, but it isn’t mythical, mysterious, or magical. Language has the power we give to it» (p. 261).]
113
Stollznow, K. (2018): “How many languages do you speak?: Perceptions and misconceptions about linguistics and linguists”. Lingua 205, 15-28.
[Pretende «to identify non-linguists’ perceptions and misconceptions about what linguistics is, and what linguists do» (p. 15) con un cuestionario de 14 items (cfr. p. 27) y con preguntas abiertas respondido por 558 personas de países anglófonos. Los resultados revelan 9 ideas erradas, 3 muy compartidas (un lingüista es políglota, la lingüística se centra en la gramática y es prescriptiva), y 6 «secondary or minor misconceptions» (p. 19), no tan recurrentes (un lingüista es un traductor/intérprete, es un profesor de lenguas, analiza la literatura, trata la etimología, investiga lenguas antiguas o desconocidas, y tiene conocimiento enciclopédico sobre las lenguas). Los resultados revelan también que, a pesar de los mitos, «the general public tends to have a positive attitude toward the field overall, believing that linguistics is an important subject» (p. 22). Según Stollznow, «linguists should be proficient at communicating with the very subjects we study. It is an irony that, although experts in the subject of language, linguists are often poor at getting our message across» (p. 16). Urge, así, que se involucren más en combatir esas ideas.]
114
Stollznow, K. (2020): On the Offensive. Prejudice in Language Past and Present. Cambridge: Cambridge University Press.
[Análisis de prejuicios y discriminación expresados con el lenguaje, que ofrece «a catalog of offensive language in Anglophone (predominately English-speaking) countries» (pp. 6-7) formado por «outdated labels, microaggressions, stereotypes, preconceived beliefs, assumptions, tropes, and myths» (p. 9). El cap. 1, sobre el racismo, repasa etiquetas «culturally insensitive» (p. 17) hacia varios colectivos e incluye un área menos reconocida de racismo, el lingüicismo o discriminación lingüística, «prejudice against people because of the language, dialect, or accent they speak» (p. 44). El cap. muestra que «racism is as widespread as ever, and in order to stay alive, it is always changing» (p. 54). Los otros temas son sexismo, (cap. 2), homosexualidad, cuyos prejuicios se plasman en «many harmful stereotypes, myths, and assumptions about LGBTQ people» (p. 117) (cap. 3), prejuicios contra religiones e incluso contra los agnósticos o ateos (4), ableismo, «prejudice against people because of their different physical, intellectual, or psychological status» (p. 159) (cap. 5), prejuicios contra el físico (6) o contra los ancianos (7). En suma, pretende «raising awareness of prejudice in language» (p. 253).]
115
Thomason, S. & W. Poser (2020): “Fantastic linguistics”. Annual Review of Linguistics 6, 457- 468.
[Trata ideas erradas sobre el lenguaje llevadas al extremo, «linguistic pseudoscience» (p. 466) en forma de «theories about language that range from the fringe to the crackpot» (p. 458). Aborda 4 categorías: ideas sobre la historia del lenguaje (la lengua original, clasificaciones genéticas extravagantes sobre lenguas), desciframientos estrambóticos (sostener que unos petroglifos de Virginia emplean el alfabeto Ogham usado en Irlanda en el milenio I d.C.), interpretaciones curiosas de textos conocidos (como que el Popol Vuh, libro de la historia de la creación maya, fue escrito en una lengua vinculada con el hebreo bíblico) y lenguaje paranormal (glosolalia, hablar en lenguas desconocidas, xenoglosia, donde alguien habla una lengua que usó en vidas previas, y videntes o médiums, que al entrar en trance usan un acento muy diferente del propio). Además, los autores señalan cómo los lingüistas desmontan esas interpretaciones, algo que la propia Thomason ha efectuado en varias ocasiones.]
116
Tieken-Boon van Ostade, I. (2020): Describing Prescriptivism. Usage Guides and Usage Problems in British and American English. Abindgon: Routledge.
[La obra no trata la ideología del estándar, sino que «focuses on the main product of that ideology, the usage guide» (p. xi). Por tanto, ofrece un análisis del prescriptivismo en UK y USA tal como se plasma en las populares guías de uso del inglés (desde su origen en el s. xviii hasta hoy), cuya función es «advise socially mobile people on how to adapt their language use to that of the groups of speakers they wished to integrate with» (p. x). También vincula esas guías con las ideas del público ante problemas concretos de uso (complaint tradition), pues «usage guides are produced by writers who are not linguists» (p. xi) y el metalenguaje de ambos grupos es muy similar. La autora muestra que los principios de selección de las guías nunca son explícitos y defiende que el prescriptivismo es «a further stage in the English standardization process» (p. xi) caracterizado por el «prescriptive activism» (p. xi). Entre otros temas, trata el origen de las guías de uso, quiénes las escriben y publican, el lenguaje del prescriptivismo o su conciencia pública. Concluye que el prescriptivismo «is very much alive» (p. 218).]
117
Torrealdai, J. M. (2018): Asedio al euskera. Más allá del libro negro. Donostia: Txertoa.
[Prologada por Moreno Cabrera (pp. 7-12), la obra es una crónica de los ataques sufridos ayer y hoy por el euskera, recogiendo «actuaciones del poder a partir del siglo xviii, momento en el que empiezan a formarse los estados-nación que imponen la lengua estatal como ‘nacional’, como única, imponen el monolingüismo y, en definitiva, condenan al resto de las lenguas a la marginación» (p. 14). Pero además de la represión lingüística estatal en la historia moderna de España, hay una «labor legitimadora ejercida por los intelectuales» (p. 14) que la obra también rastrea. Ofrece 6 caps.: la política lingüística de la Revolución Francesa (cap. 1), del siglo xviii a la República (2), el franquismo (3) y el estado de las autonomías (4). Otros dos caps. tratan «el entorno de ETA» («todo es ETA»), sosteniendo que esta expresión amparó legalmente ataques judiciales a la cultura y lengua vascas (cap. 5), y el revisionismo lingüístico, que niega la represión contra el euskera (6). Los caps. 1-4 agrupan textos en dos secciones, leyes (no solo en sentido estricto; también decretos, declaraciones políticas y, en general, todos los aspectos referidos a la actuación del estado) y opiniones (periodistas, escritores, etc.).]
118
Tovar, A. (1980): Mitología e ideología sobre la lengua vasca. Historia de los estudios sobre ella. Madrid: Alianza Editorial.
[Este recorrido histórico por las ideas sobre el euskera desde la Edad Media hasta hoy pretende «presentar de forma objetiva una larga discusión» (p. 9). Tovar muestra que esa cuestión «puede servir de índice para la historia de la ciencia española» (p. 13): «La ciencia moderna, es decir, crítica, comienza en España demasiado tarde. Y por eso el encono de las disputas a que ha llevado el tema de este libro no ha encontrado nunca corrección en el conocimiento de los datos objetivos. La mitología terminó por convertirse en ideología» (p. 11). En este recorrido es clave la idea de que el vasco, traído por Tubal, fue una de las 72 lenguas surgidas tras el castigo de Babel. Tovar vincula esa propuesta con la defensa de autores vascos hacia su lengua. El cap. VIII muestra que «el estudio científico acababa con todos los tubalismos» (p. 194) y afirma que hoy en día «Una lengua no puede subsistir sino con escuela y con los medios de comunicación modernos, y una forma de lengua unificada es necesaria para que sirva en estos usos y en los de la administración autónoma. Privar hoy a una lengua de esto es lo mismo que condenarla a muerte» (p. 200).]
119
Trudgill, P. (1975): Accent, Dialect and the School. London: Edward Arnold.
[Aunque se centra en el ámbito educativo, no abordado en esta bibliografía, su análisis de PL es relevante, pues «is especially concerned with problems arising out of non-standard dialects and low-status accents» (p. 9). Destacan los caps. 1 y 2: el 1 («Diversity in language»; pp. 11-23) aduce que el estándar es un mero dialecto más, extendido por su prestigio. El 2 («Good and bad language»; pp. 24-45) rebate los juicios de valor sobre dialectos y lenguas: «Just as there is no linguistic reason for arguing that Gaelic is superior to Chinese, so no English dialect can be claimed to be linguistically superior or inferior to any other» (p. 26). También rechaza que los dialectos no estándares sean «corruptions due to ignorance, carelessness, laziness or stupidity» (p. 27). Según Trudgill, «attitudes of this type are not linguistic attitudes at all. They are social attitudes» (p. 28), que «have much more to do with the social structure of our community than with language» (p. 28). En resumen, «From a purely linguistic point of view, it makes no sense to talk about ‘right’ and ‘wrong’ in language» (p. 38).]
120
Trudgill, P. (1999): “Standard English: What it isn’t”. En T. Bex & R. J. Watts (eds.): Standard English: The Widening Debate. London: Routledge, 117-128.
[Frente a otros análisis del estándar, el de Trudgill no solo define qué es, sino sobre todo, qué no es: «is not a language», sino que «is less than a language, since it is only one variety of English among many» (p. 118), ni un acento (no guarda relación con una pronunciación o zona dadas), ni un estilo (sus hablantes «have a full range of styles open to them, just as speakers of other varieties do»; p. 120), ni un registro (es posible usar registros técnicos sin utilizar el estándar y al revés). Tras esto, lo caracteriza positivamente: «Standard English is […] simply one variety of English among many» (p. 123), aunque con un estatus especial: es más visible y prestigioso, carece de acento, existe un claro corte, frente a la naturaleza no discreta de la diferencia entre dialectos, entre el estándar y el resto de dialectos, y «is a purely social dialect» (p. 124), aunque en origen deriva del sureste de Inglaterra. Su elección fue extralingüística, «because it was the variety associated with the social group with the highest degree of power, wealth and prestige» (p. 124), algo reforzado más tarde cuando se usó en la educación.]
121
Trudgill, P. (2016): Dialect Matters. Respecting Vernacular Language. Cambridge: Cambridge University Press.
[Reúne 152 breves artículos que el autor publicó semanalmente desde 2012 en el periódico Eastern Daily Press de Norwich (su ciudad natal). Tiene dos objetivos: «The first is that language is a mysterious and fascinating and enjoyable phenomenon which not enough people know enough about» (p. xiii). Y «The second message is one of anti-prescriptivism, anti-linguicism and respect for demotic linguistic practices» (p. xiii), de modo que «My columns are intended to support and argue in favour of the language of ordinary people, in terms of nonstandard dialects versus standard dialects; vernacular usage as opposed to puristic and politically correct language; everyday vocabulary as opposed to business-school jargon; and minority languages versus majority languages» (p. xiv). De hecho, el aspecto que más reitera la obra es que todas las lenguas y dialectos «are […] worthy of respect and preservation» (p. xiv), no siendo ninguna/o inferior. Los artículos se agrupan en 14 caps: historia del inglés, prescriptivismo, inevitabilidad del cambio lingüístico, gramática, lenguaje cotidiano, respeto por el habla local, palabras extranjeras, contacto de lenguas, pronunciación y PL hacia ella, etc.]
122
Trudgill, P. & H. Giles (1978): “Sociolinguistics and linguistic value judgements: correctness, adequacy and aesthetics”. En F. Coppieters & D. L. Goyvaerts (eds.): Functional Studies in Language and Literature. Gent: Story-Scientia, 167-180. Cit. por la versión en P. Trudgill (1983): On Dialect. Social and Geographical Perspectives. Oxford: Basil Blackwell, 201-225.
[Discute los juicios de valor sobre el lenguaje y revela que la noción de «corrección» es una falacia desde un prisma lingüístico. El cap. 1 trata esa noción, argumentando que «judgments about ‘right’ and ‘wrong’ in language are not linguistic judgements at all, but social judgements» (p. 203), de modo que «correction of mistakes is in reality the imposition of an alien dialect» (p. 205). El apdo. 2 trata los juicios de valor sobre la adecuación y sostiene que no hay lenguas o variedades más adecuadas que otras. El 3 analiza el supuesto valor estético de lenguas, dialectos y acentos y 4-5 rechazan el «valor inherente» de las variedades, sosteniendo la óptica de la «norma impuesta»: «Standard dialects and prestige accents acquire their high status directly from the high-status of social groups that happen to speak them, and it is because of their high status that they are perceived as ‘good’ and therefore as ‘pleasant’» (p. 214). El apdo. 6 defiende que los juicios estéticos sobre el lenguaje «are in fact reactions to social norms» (p. 217). En suma, los juicios de valor sobre el lenguaje derivan de «a complex of social, cultural, regional, political and personal associations and prejudices» (p. 224).]
123
Tusón, J. (1988): Mal de llengües. A l’entorn dels prejudicis lingüístics. Barcelona: Empùries. Cit. por Los prejuicios lingüísticos. Barcelona: Octaedro, 1996.
[Todo un clásico, un alegato a favor de la diversidad lingüística en sus dos planos. El cap. 1 (pp. 13-28) distingue entre juicio de hecho, de valor y PL: el primero es comprobable, el de valor expresa actitudes, y el PL, vinculado al juicio de valor, «no es otra cosa que una manifestación del racismo, orientado ahora hacia las lenguas y los hablantes» (p. 25). Reivindica el papel del lingüista en combatirlos. El cap. 2 (pp. 29-50) recorre «la historia de algunos despropósitos lingüísticos» (p. 29). Desde el 3 discute los PL agrupados en 3 peldaños que conforman «un camino in crescendo» (p. 51): PL inocentes (pp. 51-67), culturales (pp. 69-93) y geopolíticos (pp. 95-116). Bajo la etiqueta de inocentes, Tusón rebate PL como la existencia de lenguas fáciles o difíciles, suaves y ásperas o mejores o peores por tener muchos o pocos hablantes. Por PL culturales alude a las supuestas lenguas primitivas y su pobreza léxica (no se debe «cometer jamás el error de identificar a una lengua con su diccionario»; pp. 71-72), o a lenguas inservibles para ciertos fines. No olvida los PL contra los dialectos. El cap. 5 trata los PL geopolíticos, que conducen «a un abismo» (p. 95), como identificar lengua y pueblo, la supuesta complicación lingüística del mundo, o las lenguas de comunicación internacional.]
124
Urcioli, B. (1996): Exposing Prejudice: Puerto Rican Experiences of Language, Race, and Class. Boulder, CO: Westview Press.
[Análisis de los PL (y de otros tipos) hacia los puertorriqueños de clase obrera en Nueva York, como que hablan bad English . Trata la «semiotics of exclusion» (p. 1), al ser la comunicación un sistema semiótico donde las palabras son índices «that carry information about the speaker’s identity or location» (p. 7). Por ello, aborda «the indexical dynamic that sustains language prejudice, its structural source, and its enactment in daily routines» (p. 9). Se basa en material etnográfico recopilado desde 1978 a 1991. Clave en la obra es la división entre raza y etnicidad: los grupos étnicos son vistos positivamente por haberse asimilado (irlandeses, italianos, judíos, etc.) pero los grupos raciales son excluidos por «amenazar» la cohesión nacional al conservar sus lenguas/variedades y culturas (afroamericanos, aborígenes o mexicanos). Según Urcioli, los puertorriqueños son un grupo racializado en USA y por ello rechazado, y su bilingüismo es denostado. El cap. 1 trata la diferencia raza-etnicidad, el 2 analiza cómo los puertorriqueños llegaron a ser racializados y el 3 rastrea las funciones de inglés y español en las esferas pública y privada. El 4 explora cómo la óptica de la «corrección» del inglés impacta en su vida y el 5 analiza las conexiones percibidas por ellos entre lenguaje, raza y clase.]
125
Wardhaugh, R. (1987): Languages in Competition. Dominance, Diversity, and Decline. Oxford & London: Basil Blackwell & André Deutsch.
[Un PL común que clasifica las lenguas en «mejores» y «peores» es su expansión internacional. Quien asuma este PL debería leer esta obra, que aborda las razones de la expansión de algunas lenguas, tratando lo que Wardhaugh llama «competición de lenguas» y los factores implicados en ella, que son la «base from which to spread or to dominate others» (p. 2). Aunque se centra en la expansión del inglés (y francés en menor medida), esos factores rigen para otras lenguas: religión, ciudades, que «become government, social, cultural, and economic centres» (p. 7), conquistas, con las que latín, griego, árabe, turco, español, francés o inglés «were all spread» (p. 7), control político, a menudo vinculado con el militar, factores económicos o históricos o el neocolonialismo. Estos factores son extralingüísticos, por lo que «all languages are equally serviceable for all purposes and […] no language is inherently ‘better’ or ‘worse’ than any other language» (p. 11); solo «in the final stages of dying does a language cease to be a viable medium but these stages are reached for reasons that are not linguistic in nature» (p. 11).]
126
Wardhaugh, R. (1999): Proper English: Myths and Misunderstandings About Language. Oxford: Blackwell.
[Dada la centralidad del lenguaje, «We might expect, therefore, to be well-informed about it. The truth is we are not» (p. viii). El libro destierra PL y mitos sobre él, y critica el rol de los lingüistas: «Most have simply abandoned the task of trying to inform the public about what they do, preferring the pleasures of linguistic theory to the perils of language education and writing for each other to writing for public consumption» (p. 24). Discute el prescriptivismo y la corrección (cap. 1), supuestas virtudes y defectos de las lenguas primitivas, ideas «widely held» (p. 47) (2), la creencia de que «Many who use English are corrupting and debasing it» (p. 51) y el ansia de controlar la variación prescribiendo el uso (3), el carácter arbitrario y artificial del estándar y el rechazo de su superioridad (4), la confusión entre regla gramatical y de la lengua escrita (5), la identificación habla-escritura (6), las causas de que la gente esté «so badly informed about language matters» (p. 157) (7), o los «expertos en lenguaje» (8), ante quienes pide una reacción de los lingüistas, pues «There are good reasons to oppose the view that an uninformed elite should decide for us what is right or wrong about the language and tell us what language is» (p. 180).]
127
Watts, R. J. (2011): Language Myths and the History of English. Oxford: Oxford University Press.
[Esta historia ideológica del inglés deconstruye los mitos en que se apoyó la variedad estándar y que justifican el orden social establecido. El 1 discute el rol de los mitos en las ideologías sobre el lenguaje y 2-3 tratan los mitos sobre el Old English (mito de la lengua antigua y de la tradición ininterrumpida); el 4 rechaza el mito del Middle English como criollización y el 5 analiza el mito central, la homogeneidad lingüística, que resulta de la metáfora conceptual «una lengua es una persona» y excluye a hablantes ya en el s. xv. El 6 trata el mito de la grandeza (superioridad) del inglés, rechazando que el Great Vowel Shift sea, como se presenta, un logro teleológico hacia «the inevitable development of Standard English» (p. 145). Desde el cap. 7 se traza la génesis del inglés estándar desde el s. xviii hasta hoy: los mitos en J. Swift (cap. 7), mito de la lengua educada (y noción de corrección) y acceso con ella a círculos sociales en el xviii (cap. 8), mito del estándar como lengua legítima y símbolo de la unidad nacional (cap. 9), ideología del estándar y debates educativos de fines del s. xx (cap. 10) y mito de la lengua global (cap. 11). El 12 trata la relación del estándar con las clases altas y muestra que los mitos se fueron reinterpretando históricamente ante las amenazas al poder de esas clases.]
128
Watts, R. J. & P. Trudgill (eds.) (2002): Alternative Histories of English. Abingdon: Routledge.
[Si las historias del inglés adoptan una «tunnel vision» (p. 1) que identifica la historia del inglés con la de su estándar, la obra sostiene que «the time has come to open up the field to include histories of varieties other than the standard varieties of the language, other areas of the world than Britain and the USA, and other levels of linguistic description than the classical ones of phonology, grammar and lexis» (p. 3). El prólogo de J. Milroy afirma que, según la historia al uso del inglés, «the language is not the possession of all its native speakers, but only of the elite and the highly literate» (p. 24). La parte I trata la historia de las variedades no estándares: las menos conocidas (cap. 2), el inglés norteño de UK, marginado frente al sureño (3), el del hemisferio sur (4), rasgos del AAVE considerados innovaciones recientes pero rastreados ya en el Early Modern English (5), inglés de Sudáfrica 6) o el «buen» y «mal» inglés en USA (7). La parte II trata aspectos sociolingüísticos, comunicativos y pragmáticos del inglés en su historia: confluencia entre lengua educada y estándar (8) inglés hablado y corrección (9), cartas de mujeres (10) o marcadores de discurso en Early Modern English (11). El cap. 12 (“Broadcasting the nonstandard message”), de D. Crystal, reivindica «to raise the nonstandard flag» (p. 237).]
129
Weber, J.-J. (2015): Language Racism. Basingtoke: Palgrave Macmillan.
[Breve obra sobre el racismo lingüístico, «the manyfold ways in which language is increasingly used nowadays as a proxy for race in order to exclude people» (p. 2), basado «on erroneous assumptions about the nature of social and linguistic reality» (p. 2). La parte I (cap. 2) presenta la mentalidad racista lingüística, derivada de PL como la relación lengua-nación, la pureza de la lengua, la equiparación entre estándar y lengua, el carácter ‘natural’ del monolingüismo o creer que el inmigrante amenaza la lengua y la cultura. La II (caps. 3-8) discute la ideología del racismo lingüístico y los PL que adopta, tratando el multilingüismo, la noción de purismo lingüístico, los mitos sobre el estándar (suponer que quien lo usa es «superior (‘better’ […]) to speakers of non-standard varieties», aspecto clave porque «This is where racism comes in»; p. 44), además de la relación lenguaje-identidad, integración, cultura, educación y racismo. Aduce ejemplos de lenguaje racista, diferencia 4 estadios de conducta racista inspirados por Allport (1954) y analiza su auge en partidos de extrema derecha. La parte III (cap. 9) ilustra «how not to be a language racist» (p. 114) con valores que promueven la diversidad lingüística y cultural.]
130
Wei, K., D. J. López & S. Wu (2019): “The role of language in anti-immigrant prejudice: What can we learn from immigrants’ historical experiences?”. Social Sciences 8, 93.
[El lenguaje es central en los prejuicios contra los inmigrantes, que están «frequently exposed to stigmatizing language in both political and social discourse» (p. 1). Por ello, el trabajo discute «how stigmatizing language transmits and perpetuates anti-immigrant prejudice throughout United States history» (p. 2). Sostiene, revisando casos de prejuicios contra inmigrantes en USA, que serlo es un estigma, y apunta la necesidad de reducir ese estigma desde la justicia social. Los casos tratados son los inmigrantes irlandeses, alemanes, italianos, chinos, japoneses, mexicanos y musulmanes (estos, tras los atentados del 11S). Aunque los prejuicios contra cada grupo difieren, hay aspectos comunes, pues «each recurrence of stigmatization follows a pattern» (p. 9): (1) los grupos establecidos juzgan un nuevo grupo de inmigrantes como una amenaza, (2) los grupos amenazados codifican esa amenaza en lenguaje prejuicioso que estigmatiza al nuevo grupo, a menudo «abstract language to dehumanize immigrant groups» (p. 10) y (3) cuando el lenguaje prejuicioso es sistemático, perpetúa el prejuicio y origina leyes discriminatorias.]
131
Wiley, T. G. & M. Lukes (1996): “English-only and standard English ideologies in the U.S.”. TESOL Quarterly 30/3: 511-535.
[La diversidad lingüística se enfrenta en USA, en sus dos planos (inter e intralingüístico), a dos ideologías populares que la menoscaban. A ambas se dedica este trabajo y a su impacto en las políticas lingüísticas del país: por un lado, la ideología del monolingüismo en inglés, visible en el movimiento English-only, que presenta «language diversity as an alien and divisive force» (p. 511) de la que la inmigración es culpable (por tanto, esa diversidad se considera «imported»; p. 519, ignorando las muchas lenguas autóctonas del país); por otro, la ideología del estándar usada «to position speakers of different varieties of the same language within a social hierarchy» (p. 511). Señala que «Taken together, these ideologies are hegemonic» (p. 514), amparando las políticas oficiales e institucionales sobre el lenguaje. El trabajo muestra las similitudes, apenas discutidas, entre ambas ideologías, y estudia sus efectos en los hablantes y en la política lingüística. En ese contexto, la ideología monolingüe «equates the acquisition of English with patriotism and Americanization» (p. 519).]
132
Wolfram, W. (2007): “Sociolinguistic folklore in the study of African American English”. Language and Linguistic Compass 1/4, 292-313.
[La sociolingüística ha sido muy combativa contra los mitos sobre la diversidad intralingüística, sobre todo con respecto al AAVE, pero los sociolingüistas no son inmunes a ellos, por lo que «in the process of disputing popular misconceptions about language, linguists may reify axioms that exaggerate their own claims about language, hence ironically engaging in professional folklore construction» (p. 293); en concreto, «I argue that sociolinguists have unwittingly created similar myths related to the study of AAE» (p. 293). Trata tres: (1) mito suprarregional, según el que el AAVE es homogéneo (la mayoría de estudios se han hecho en las áreas metropolitanas del norte de USA, ignorando las áreas rurales del sur, de las que surgen las raíces del AAVE); (2) mito del cambio lingüístico, que sostiene su uniformidad en el AAVE (desmentido por el reciente estudio de comunidades rurales del sur que muestran que no existe un «unilateral path in the change trajectories of AAE speakers»; p. 301), y (3) mito de la estratificación social, que considera que el AAVE «is most commonly used by working-class speakers» (p. 303) (de nuevo estudios recientes revelan su falsedad).]
133
Wolfram, W. & N. Schilling-Estes (2016): American English. Dialects and Variation, 3rd ed. Chichester: John Wiley & Sons.
[Este libro (1ª ed. de 1998) repasa en el cap 1 («Dialects, standards, and vernaculars»; pp. 1-26) los prejuicios que sufren los dialectos: las diferencias lingüísticas «have been passed down with a peculiar mixture of fact and fantasy» (p. 2), y es esa fantasía la que el cap. rebate. Tras comparar la noción técnica de dialecto («neutral label»; p. 2) con la popular, de modo que según la primera «there are no inherently ‘good’ or ‘bad’ dialects» (p. 2), y enfatizar que una lengua solo se plasma en dialectos, el apdo. 2 aborda la concepción popular, en la que «dialect is perceived as an imperfect attempt to speak ‘correct’ or ‘proper’ English». El 3 («Dialect myths and linguistic reality»; pp. 8-9) expone y rebate 4 mitos: (1) yo no hablo un dialecto, (2) los dialectos son intentos de hablar la forma «correcta» de una lengua, (3) los dialectos en USA retroceden por el influjo de los medios y la movilidad poblacional y (4) el dialecto limita o veta la expresión de ideas precisas o abstractas. Otros temas son la relación estándar-vernáculo, el descriptivismo y el prescriptivismo, los dialectos vernáculos o por qué es necesario estudiar los dialectos.]
134
Wolfram, W., C. Temple Adger & D. Christian (1999): Dialects in Schools and Communities. Mahwah, NJ: Lawrence Erlbaum.
[Aunque centrada en los dialectos del inglés USA, es de gran interés, en especial los caps. 1 y 4. El 1 muestra que «there is no one correct way to speak English, in the sense that one set of language patterns is inherently better than all the others» (p. 8), analiza las bases sociales (no lingüísticas) de la noción de corrección y rechaza que los dialectos sean versiones degeneradas del estándar. Trata también dos visiones sobre la variación lingüística (y cultural), de déficit y de diferencia (pp. 19 y ss.); en la primera, «speakers of socially stigmatized dialects have a language deficit that can impede their cognitive and social development» (p. 20). La segunda (cfr. entrada de Labov 1969) afirma que «Because no one linguistic system can be shown to be inherently better, there is no reason to assume that using a particular dialect can be associated with having any kind of inherent deficit or advantage» (p. 20). El cap. 4 desarrolla «the prevailing view of language difference as language deficit» (p. 99), señalando que esta óptica ignora que (1) todo dialecto es regido por reglas, y (2) la variación no supone un mal uso ni decadencia.]
135
Zuckermann, G. (2003): Language Contact and Lexical Enrichment in Israeli Hebrew. Basingtoke: Palgrave Macmillan.
[Según un PL muy extendido, algunas lenguas son adecuadas para ciertos dominios (tecnología, ciencia, literatura, filosofía, etc.) pero no otras, por no ser lo suficientemente «buenas». Sin duda, muchas lenguas no se emplean en variados dominios, pero el PL reside en creer que estas lenguas no se usan para algunas funciones por un defecto intrínseco de ellas. Esta obra sobre el hebreo moderno (Israeli) ilustra la falsedad de ese PL: el hebreo estuvo muerto 17 siglos (dejó de usarse en el s. ii d.C.). Cuando a comienzos del s. xx empieza a ser recuperado, su principal problema era una «severe lexical paucity, and more specifically the lack of root morphemes» (p. 64). Pero esto no fue obstáculo para desarrollar una expansión léxica que creó unas 17 000 piezas léxicas «to suit the needs of modern speakers» (p. 148); así, el hebreo moderno se usa hoy en todos los dominios (vida cotidiana, lingüística, química, biología evolutiva, física nuclear, poesía, etc.). En resumen, si una lengua concreta no se usa para una función se debe a que no hubo esa necesidad, no porque la lengua no pueda cumplirla.]
136
Zuidema, L. A. (2005): “Myth education: Rationale and strategies for teaching against linguistic prejudice”. Journal of Adolescent & Adult Literacy 48/8, 666-675.
[Parte de esta paradoja: «Linguistic prejudice is one of the few ‘acceptable’ American prejudices. In polite society, we don’t allow jokes that we consider racist or sexist, and we are careful not to disparage a person’s religious beliefs. Language is another matter» (p. 666). Trata 4 mitos: (1) el inglés debe obedecer las reglas prescriptivas de la gramática (que la autora llama «prescriptive standards of taste»; p. 668), (2) algunos dialectos y lenguas no tienen reglas gramaticales (sobre todo las variedades estigmatizadas, como AAVE, considerado «bad English»), (3) el estándar es mejor que otras variedades (frente a ello, «judgements about ‘good’ and ‘bad’ language use are subjective social constructions»; p. 671; este mito se apoya en otros, como que «good English» es usado por «the most educated and intelligent people»; p. 671), y (4) el inglés actual es peor que el previo (pero «changes in language and language standards are evidence of flexibility and no cause of worry»; p. 672). Sostiene también que no llega con rebatir mitos sobre la variación lingüística: «we also need to expose how myths and misconceptions are perpetuated» (p. 673).]
Notas
[1] Longa, V. M. (2015): «Introducción al número especial ‘Representaciones sobre la variación lingüística: lenguaje, prescripción y discriminación’». Representaciones. Revista de Estudios sobre Representación en Arte, Ciencia y Filosofía 11/2, 3-14.
[2] Saussure, F. de (1916): Cours de linguistique générale. Edición de C. Bally & A. Sechehaye, con la colaboración de A. Riedlinger. Paris: Payot. Cit. por Curso de lingüística general. Madrid: Alianza, 1983.
[3] Bauer, L. & P. Trudgill (1998): “Introduction”. En L. Bauer & P. Trudgill (eds.): Language Myths. London: Penguin, XV-XVIII.
[5] Más claramente aún, señalaba Williams (1997: 209) que «My language is me. It is an extension of my being, my essence. It is a reflection and badge of my culture. Criticism of my language is essentially a direct attack on my self-esteem and cultural identity». La referencia es: Williams, R. L. (1997): “The Ebonics controversy”. Journal of Black Psychology 23/3, 208-214.
[6] Longa, V. M. (2013): “Bibliografía seleccionada y comentada sobre comunicación y semiosis animal”. Moenia 19, 523-573, y Longa, V. M. & J. J. López Rivera (2021): “Bibliografía seleccionada y comentada sobre lenguaje y educación”. Moenia 27, 1-44.
[7] Según Dovidio et al. (2005: 1), «There is no debate that Gordon W. Allport’s (1954/1979) The Nature of Prejudice is the foundational work for the social psychology of prejudice». La referencia es J. F. Dovidio, P. Glick & L. A. Rudman (2005): “Introduction: Reflecting on The Nature of Prejudice: Fifty years after Allport”. En J. F. Dovidio, P. Glick & L. A. Rudman (eds.): On the Nature of Prejudice. Fifty Years After Allport. Malden, MA: Blackwell, 1-15. Esta obra, que conmemora el 50 aniversario del libro de Allport, constituye una gran exposición de sus tesis. Tras la introducción (cap. 1), los restantes 25 caps. tienen una estructura común: resumen de la posición de Allport sobre un aspecto concreto, desarrollos posteriores, apoyo para sus ideas y nuevas direcciones de investigación.
[8] Afirman los autores que «las actitudes prescriptivistas pueden ser muy perjudiciales para una lengua minoritaria en la situación del euskera» (p. 180), y que los hablantes no deberían vivir «bajo la presión de si hablan bien o mal» (p. 180).
[9] Sorprende que la obra otorgue estatus de prejuicio a la valoración positiva sobre el bilingüismo, como «Cuantas más lenguas se sepan, mejor» (p. 192). Sin duda hay también prejuicios positivos, pero ya que un prejuicio es «una desviación de la racionalidad que, casi siempre, toma la forma de un juicio de valor» (Tusón 1996: 27) (cfr. entrada), no parece muy razonable calificar esa idea como prejuicio, al estar firmemente respaldada por la ciencia lingüística.
[10] Por ello, «Prejudice against lower-class dialects is not dissimilar to racial and sexual prejudice. We believe that it is highly undesirable and that it is our job as linguists to work against ignorance about dialect differences and for greater dialect tolerance» (pp. 122-123).
[11] De hecho, el estándar tiene un carácter contingente: «the official, standard English language, in its British, American or any other form (even the Queen’s English) is not sacred, but merely owes its status to a whole series of historical accidents» (pp. 187-188).
[12] Uno de ellos es una construcción ideológica por la que «the standard is taken by many if not most speakers to be the language variety that subsumes all the others» (p. 16): el estándar (la parte) representa el todo (la lengua). Otros autores han trabajado esta cuestión, como Joseph (1987: 2), que alude al estatus sinecdótico del estándar, o Moreno Cabrera (2000, 2008) (cfr. entradas). Así, los rasgos no estándares se ven como «desviaciones» de un modelo de lengua que debe «quedar libre de cualquier localismo o dialectalismo que la ensucie o deteriore» (Moreno Cabrera 2000: 55) (cfr. entrada). La referencia de J. E. Joseph (1987) es Eloquence and Power. The Rise of Language Standards and Standard Languages. London: Francis Pinter.
[13] Señala Bagno que dominar la norma culta no servirá de nada a una persona «que não tenha casa decente para morar, água encanada, luz elétrica e rede de esgoto» (p. 70), o que «não tenha seus direitos de cidadão reconhecidos plenamente» (p. 70).
[14] (1) El lenguaje refleja la inteligencia, por lo que las variedades no estándares se desvían del ideal de pensamiento claro y correcto; (2) las desviaciones del estándar reflejan un carácter débil; (3) y corrompen la lengua; (4) el estándar es necesario para hacerse oír; (5) hace falta una lengua común; (6) las diferencias lingüísticas dividen la sociedad y fomentan el separatismo, y (7) la lingüística descriptiva es permisiva y nihilista.
[15] Otra obra de similar intención, Napoli et al. (2010), trata 15 aspectos mal entendidos por gran parte de la sociedad. La parte I (7 caps.), «Language: The human ability», aborda temas como qué es la lingüística, la adquisición del lenguaje y de L2, la relación lenguaje-pensamiento, las lenguas de signos como lenguas reales, animales y lenguaje, etc. La II, «Language in Society» (8 caps.), trata la supuesta ‘superioridad’ lingüística de unas personas frente a otras, la diferencia lingüística entre hombre y mujer, los vínculos lenguaje-poder, la muerte de lenguas, etc. La obra es: Napoli, D. J. & V. Lee-Schoenfeld (2010): Language Matters. A Guide to Everyday Questions About Language, 2nd ed. New York: Oxford University Press.
[16] (1) La ausencia de una medida independiente sobre qué es «bueno» en una lengua, (2) omitir el contexto de realización, (3) el desconocimiento («A lot of prescription is based on the ignorance of the person making it»; p. 255), y (4) la importancia del cambio lingüístico.
[17] Jensen, A. (1969): “How much can we boost IQ and scholastic achievement?”. Harvard Educational Review 39, 1-123.
[18] Farrell, T. J. (1983): “IQ and standard English”. College Composition and Communication 34/4, 470-484.
[19] Sobre esta polémica tiene gran interés Pullum, G. K. (1997): “Language that dare not speak its name”. Nature 386, 321-322.
[20] Cfr. Purnell, T., W. Idsardi & J. Baugh (1999): “Perceptual and phonetic experiments on American English dialect identification”, Journal of Language and Social Psychology 18/1, 10-30, y Baugh, J. (2000): “Racial identification by speech”. American Speech 75/4, 362-364.
[21] Sostienen lo contrario: «A healthy language is one where there’s a lot of variation among speakers. Slang is a normal part of the variation» (pp. 323), de modo que «A language without slang is a language in trouble» (p. 323). También indican que «The idea that slang is ‘bad’ reflects a judgment based on social norms» (p. 323), no en aspectos lingüísticos.
[22] Todo dialecto es igualmente expresivo, por lo que «Although non-standard dialects may be viewed in a negative way, this judgment is based on their social value, not on their linguistic expressiveness» (p. 325).
[23] Según Calvet, «Desde cierto punto de vista, la lingüística fue, hasta el despuntar de nuestro siglo, un modo de negar la lengua de los otros pueblos. Esa negación, junto con otras, constituía el fundamento ideológico de nuestra ‘superioridad’, de la superioridad del occidente cristiano sobre los pueblos ‘exóticos’ que habríamos de doblegar alegremente. Así, el discurso del ‘lingüista’ acerca de las lenguas preparó el de los políticos anexionistas, el de los teóricos del colonialismo» (p. 20). Sigue señalando que, para justificar la tarea colonial, «había que olvidar la existencia de los otros. El primer antropófago llegó desde Europa; devoró al colonizado. Y, en el ámbito específico que nos atañe, devoró sus lenguas: glotófago, entonces» (p. 22).
[24] Debe destacarse otro volumen también publicado en 2013: Billings, D. B., G. Norman & K. Ledford (eds.) (2013): Back Talk from Appalachia: Confronting Stereotypes. Lexington, KY: University Press of Kentucky. El libro es una respuesta a la novela The Kentucky Cicle, de R. Schenkkan, ganadora del Pulitzer 1992 (drama), que reproduce prejuicios y estereotipos sobre esa zona. Reúne autores que combaten esos prejuicios (también lingüísticos) y denuncian «the operations of cultural power and ideology in America that such stereotypes signify» (p. 3).
[25] Crystal es categórico: «The fact of the matter is that every culture which has been investigated, no matter how ‘primitive’ it may be in cultural terms, turns out to have a fully developed language, with a complexity comparable to those of the so-called ‘civilized’ nations» (p. 6)
[26] Dado que «the English language has in fact survived all of the predictions of doom which have been prevalent since at least the early eighteen century, we also have reason to believe that current reports of the death of our language are similarly exaggerated» (p. 59). Por otro lado, el pánico sobre la lengua no es ni mucho menos reciente: Daniels lo rastrea ya en 2.400 a.C. en Sumeria.
[27] McWhorter, J. (2001): “The world’s simplest grammars are creole grammars”. Linguistic Typology 5/2-3, 125-166.
[28] Otro trabajo con objetivos similares a los de DeGraff (2005) que también merece la pena revisar es DeGraff, M. (2003): “Against Creole exceptionalism”. Language 79/2, 391-410.
[29] Aunque ambas se oponen entre sí, son aunadas por la idea de que «bilingualism is impossible» (p. 199), de modo que «the gain of one language entails the loss of another» (p. 199).
[30] Un caso muy conocido de lengua supuestamente monocategorial fue tratado por Gil (2009), para quien la variedad Riau del indonesio es una lengua «IMA» (isolating-monocategorial-associational), sin estructura morfológica, categorías sintácticas (solo existe la de ‘oración’) ni reglas específicas de interpretación semántica. Según Gil (2009: 23), la oración ayam makan (chicken eat) tiene solo dos «content words» sin ningún marcador gramatical ni roles temáticos, pudiendo entenderse de muchas maneras (Gil 2009: 23): The chicken is eating, The chickens that were eaten, The reason chickens eat, etc. Moreno & Mendívil-Giró (2014: 108-109) rechazan ese análisis: el Riau tiene «an extreme degree of covert or hidden complexity» (p. 108) no notado por Gil. Si no fuera así, «Riau Indonesian addressees would not be able to determine in an uniform way the intended meaning of a linguistic expression in a particular context». Sin embargo, «Gil does not report any difficulties by native speakers of Riau Indonesian in determining the intended meaning of sentences in particular contexts» (p. 108). Por ello, «Without a formal determination of the intended interpretation of apparently ambiguous sentences in Riau Indonesian, this phenomenon is impossible to account for on a rational basis» (p. 109). Las referencias son: Gil, D. (2009): “How much grammar does it take to sail a boat?”. En G. Sampson, D. Gil & P. Trudgill (eds.): Language Complexity as an Evolving Variable. Oxford: Oxford University Press, 19-33, y Moreno, J. C. & J. L. Mendívil-Giró (2014): On Biology, History and Culture in Human Language: A Critical Overview. Sheffield: Equinox.
[31] Ibrahim (2000) reevalúa varios aspectos tratados por Ferguson, añade otros nuevos y modifica algunas de sus conclusiones a partir de un cuestionario a 70 hablantes de árabe egipcio y otros 70 de árabe marroquí sobre aspectos como la relación entre la variedad al-fusha (árabe estándar) y el árabe coloquial, qué dialecto es más bello, cuál es más cercano a al-fusha, etc. Ibrahim muestra que las visiones de Ferguson «are still largely accurate» (p. 23). La referencia es: Ibrahim, Z. (2000): “Myths about Arabic revisited”. Al Arabiyya 33, 13-28.
[32] E indica que «While many of us seek to avoid making value judgements about people in general, we see nothing wrong with judging their use of language» (p. 19), algo motivado por el influjo tan grande del prescriptivismo.
[33] Una razón para ello es que existe «a wall of opposition, of entrenched opposition in folk beliefs and in schools. Result: so far, the benefits that might come from linguistic science have not been allowed to become known or available to the general public» (pp. 5-6). Y esta situación «clearly needs to be remedied» (p. 6).
[35] Sobre esta cuestión, cfr. el magnífico artículo de Macedo, D. (2000): “The colonialism of the English Only movement”. Educational Researcher 29/3, 15-24.
[36] Escribe Labov que «Linguists are in an excellent position to demonstrate the fallacies of the verbal deprivation theory» (p. 31), y que «There is no reason to believe that any nonstandard vernacular is in itself an obstacle to learning. The chief problem is ignorance of language on the part of all concerned. Our job as linguists is to remedy this ignorance» (p. 34).
[37] También denunciado por otros; cfr. el scriptism de Taylor (1997), «the influence of writing on the conceptualization of speech» (p. 52) en lingüística. La referencia es: Taylor, T. J. (1997): Theorizing Language: Analysis, Normativity, Rhetoric, History. Amsterdam: Pergamon.
[38] Linell publicó en 1982 un libro sobre esa cuestión que solo ofrecía una crítica negativa, sin aducir una alternativa: The Written Language Bias in Linguistics. Linköping: Department of Communication Studies.
[39] Esto alude a la polémica afirmación de Oakland según la que el AAVE es una lengua distinta del inglés; «What is important from a linguistic and educational point of view is not whether AAVE is called a language or a dialect but rather that its systematicity be recognized».
[40] Rickford (1999: 268) relata cómo se gestó la resolución, sugerida por G. Nunberg. Rickford, miembro del comité ejecutivo de la LSA, redactó un borrador el 01/01/1997 (con algunas ideas de Nunberg), aprobado por la LSA el 3 de enero. La resolución, usada por el School Board de Oakland para defenderse de la cacería mediática que sufrió, tuvo gran repercusión, entre otros aspectos por la presencia de la TV, convocada por la Universidad de Stanford. La referencia es: Rickford, J. R. (1999): “The Ebonics controversy in my backyard: A sociolinguist’s experiences and reflections”. Journal of Sociolinguistics 3/2, 267-275.
[41] Señala que «linguists are outnumbered by prescriptivists, and outgunned, too. Prescriptivists are in a position to broadcast their opinions from positions of authority granted to them automatically, whereas linguists are confined to university settings and conferences. This makes it possible for prescriptivists to simply ignore – or mock – what linguists have to say about language. They make full use of this advantage and that is unlikely to change, ever» (p. 22).
[42] (1) Mitificar el lenguaje, (2) apelar a la autoridad, (3) generar desinformación, (4) minusvalorar las variedades no estándares, (5) adoptar el estándar es un ejemplo positivo, (6) y se hacen promesas sobre las ventajas de su uso, (7) pero se amenaza con las puertas que se cerrarán si no se usa, y (8) quienes no lo adoptan son amenazados, denigrados y marginados. García Abelleira & Longa (2015) aplican ese modelo a los libros de texto de Lengua castellana de la ESO de Anaya y Santillana, mostrando cómo reproducen la ideología del estándar: García Abelleira, N. & V. M. Longa (2015): “Enseñando a los niños a discriminar. La plasmación de la ideología del estándar en la escuela”. En V. M. Longa (ed.): “Representaciones sobre la variación lingüística: lenguaje, prescripción y discriminación”. Número especial de Representaciones. Revista de Estudios sobre Representación en Arte, Ciencia y Filosofía XI/2: 148-186.
[43] En realidad, «Language subordination is about taking away a basic human right: to speak freely in the mother tongue without intimidation, without standing in the shadow of other languages and peoples. To resist the process […] is a demand for the simple right to be heard» (p. 335).
[44] Alvar, M. (dir.) (1996): Manual de dialectología hispánica. El español de España. Barcelona: Ariel.
[45] En 2001, McWhorter publicó otro libro en parte coincidente con su (1998), notando que «There is a long-standing gulf between how the general public tends to conceive of language and what linguists have discovered» (p. 10) y en ese sentido discute temas como la mutabilidad de las lenguas, la contingencia del cambio, o que, más que existir lenguas, «dialect is all there is» (p. 53). También defiende que la conversión de una variedad en estándar «is a mere geopolitical or cultural accident» (p. 53), al adoptarse por ser la variedad de «those who came into power» (p. 64). No existe, así, ninguna bad grammar (p. 60) ni los dialectos son corrupción del estándar. La referencia es: McWhorter, J. (2001): The Power of Babel. A Natural History of Language. New York: Times Books (cit. por la ed. de 2003, New York: Perennial/Harper Collins).
[46] Deutscher, G. (2011): Through the Language Glass: Why the World Looks Different in Other Languages, New York: Metropolitan Books, y Everett, D. L. (2008): Don’t Sleep, There Are Snakes. Life and Language in the Amazonian Jungle. New York: Vintage Books.
[47] «I mean be taken as dismissing the work of Neo-Whorfians, but I mean no such thing» (p. 3). Esto es, su libro no ataca el Whorfianismo científico sino el popular, que interpreta de modo errado el científico: «Popular Whorfianism […] just isn’t true. Academic Neo-Whorfianism is».
[48] Según Romaine (2000: 88), la estandarización persigue «to remove variation and establish only one system to serve as a uniform one for a group». La obra es: Romaine, S. (2000): Language in Society. An Introduction to Sociolinguistics, 2nd ed. Oxford: Oxford University Press.
[49] Por ello, “If we tell people things about language that they firmly believe to be untrue, they will mistrust us and reject what we say” (p. 538).
[50] Si bien ambos autores dejan claro que no rechazan esta variedad: «standard languages are necessary and must be maintained» (p. xi), lo que reiteran más adelante: «We hope, therefore, that our arguments will not be interpreted as an attack on standard English» (p. 175).
[51] Como señala Moreno Cabrera, «Más que ningunos otros especialistas, los lingüistas tenemos la obligación de desenmascarar y combatir esos prejuicios sobre las lenguas para colocar a todas ellas en pie de igualdad» (p. 13).
[52] Como señala el autor, «se ve la historia de la escritura como un proceso teleológico dirigido a crear el alfabeto», de modo que «el ser humano estuvo intentando crear un sistema de escritura perfecto o más perfecto y que sólo lo consiguió cuando llegó a la invención del alfabeto» (p. 128). En pp. 131-143, Moreno Cabrera critica el enfoque evolutivo de los sistemas de escritura.
[53] Una visión más amplia del imperialismo filológico y de sus vastas consecuencias es ofrecida por Moreno Cabrera (2011: 219 y ss.). La referencia es: Moreno Cabrera, J. C. (2011): “Unifica, limpia y fija. La RAE y los mitos del nacionalismo lingüístico español”. En S. Senz & M. Alberte (eds.) (cfr. entrada), 157-314.
[54] Esas diferencias vetan el anhelo de una gramática panhispánica, pues «cuantos más hablantes tenga una lengua y en más sitios se hable, más variación tendrá» (p. 101).
[55] También de gran interés sobre este aspecto es Moreno Cabrera, J. C. (2016): Los dominios del español. Guía del imperialismo lingüístico panhispánico. Madrid: Síntesis.
[56] Los errores verdaderos se limitan a la ortografía, erratas, construcciones agramaticales o falta de adecuación al contexto, por lo que suelen ser distracciones o dificultades en el uso de la norma (escrita). Señala Neves que «Erros verdadeiros há muitos. Não é preciso inventar mais» (p. 38).
[57] Aunque parezca increíble, esta idea sigue viva. Una muestra tan sorprendente como lamentable es Černý, J. (2006): Historia de la lingüística. Cáceres: Universidad de Extremadura.
[58] Como indica Nida, «Not finding these bothersome characteristics of Indo-European languages, they have concluded that the aboriginal language in question was devoid of grammar!» (p. 108).
[59] El autor nota la contradicción entre esta idea y la anterior, indicando que «It seems incredible that one should encounter exactly opposite ideas about so-called primitive languages» (p. 108).
[60] En concreto, «The rights of people who speak non-standard forms of a language and who can constitute a minority in a particular state have, to our knowledge, been absent from all international discussions on linguistic rights, despite these varieties contributing substantially to the world’s linguistic diversity, and despite the linguistic prejudice and discrimination which exists towards some non-standard varieties and their speakers» (p. 35).
[62] Citando un ejemplo del trabajo (p. 37), mientras en la variedad dominante se usa una secuencia como os livros ilustrados mais interessantes, en el portugués brasileño popular se usa os livro ilustrado mais interessante, sin concordancia en sustantivos o adjetivos, salvo en el artículo.
[63] P. ej., en la variedad estándar se usa pegamos o peixe, os meninos pegam o peixe, pero en la popular se emplea nós pega o peixe, os meninos pega o peixe (p. 37).
[64] Definida esta noción por Skutnabb-Kangas (1988: 13) como «the ideologies and structures which are used to legitimate, effectuate and reproduce an unequal division of power and resources (both material and non-material) between groups which are defined on the basis of language (i.e. of their mother tongue)». La referencia es: Skutnabb-Kangas, T. (1988): “Multilingualism and the education of minority children”. En T. Skutnabb-Kangas & J. Cummins (eds.): Minority Education: From Shame to Struggle. Clevedon: Multilingual Matters, 9-44.
[65] Puntualiza Phillipson que «I need to stress that I have nothing against English when used appropriately […], when it is not displacing other languages» (p. 316).
[66] Sobre el mito del inglés como lengua global, cfr. Phillipson, R. (1992): Linguistic Imperialism. Oxford: Oxford University Press, y Phillipson, R. (2010): Linguistic Imperialism Continued. London: Routledge.
[67] «Cualquiera está en su derecho de obsesionarse con las reglas prescriptivas, pero hay que saber que estas reglas tienen tan poco que ver con el lenguaje como los criterios para evaluar gatos en un concurso de felinos con la biología de los mamíferos» (p. 409).
[68] Que «expresan quejumbrosos lamentos y anuncian terribles profecías de condena» (p. 423). Una discusión de un Jeremías en nuestro contexto (Á. Grijelmo) se trata en Longa, V. M. (2015): “¡La lengua se corrompe! Prescriptivismo y representaciones apocalípticas sobre el lenguaje en un ‘Jeremías’ moderno’”. En V. M. Longa (ed.): “Representaciones sobre la variación lingüística: lenguaje, prescripción y discriminación”. Número especial de Representaciones. Revista de Estudios sobre Representación en Arte, Ciencia y Filosofía XI/2, 81-116.
[69] Gallego, portugués, asturiano, castellano, euskera, aragonés, catalán, aranés, árabe, tamazight, caló, y las lenguas de signos española y catalana. Considera (p. 23) el portugués lengua autóctona de España, dado su origen (Galicia medieval) y su presencia en zonas fronterizas españolas (que a veces fueron portuguesas). Por «árabe» alude al ceutí o dariya, vinculado con el árabe marroquí pero con rasgos propios, y por «tamazight», al bereber rifeño en Melilla.
[70] Con las palabras de Preston, «I will not duplicate Labov’s long-standing proof of the ability of nonstandard grammars to express complex and logical thought […]. I want to expose instead the failure of standard grammars to be more aesthetically pleasing and expressive on the one hand and more logical, more consistent, and better organized on the other» (p. 62).
[71] Preston no desea «cast aspersions on standards», sino «to discourage the position of intellectual and even moral authority so often taken by proponents of the standard variety» (p. 75).
[72] Esos trabajos se recogen en Pullum, G. K. (1991): The Great Eskimo Vocabulary Hoax and Other Irreverent Essays on the Study of Language. Chicago: University of Chicago Press.
[73] Según Reagan, los argumentos lingüísticos sobre el valor de la diversidad son «inadequate in convincing the general public, let alone policy-makers and politicians, of the need to work to prevent language loss» (p. 301). Es necesario aducir razones más pragmáticas, como la pérdida del conocimiento sobre el mundo natural o sobre el patrimonio y la cognición humanas.
[74] Longa (2020) analiza críticamente la noción de «lingua de calidade» usada por la propuesta más articulada al respecto, Freixeiro Mato, X. R. (2009): Lingua de calidade. Vinte reflexións e unha proposta esperanzada para un galego con futuro. Vigo: Xerais. La referencia es: Longa, V. M. (2020): “O estándar e ‘o resto’: unha visión crítica sobre a noción de ‘galego de calidade’”. En E. Boix-Fuster & M.-P. Perea (eds.): Llengua i dialectes: esperances per al catalá, el gallec i el basc. Barcelona: Universitat de Barcelona, 125-150.
[75] Cfr. también H. Samy Alim, H, J. R. Rickford & A. F. Ball (eds.) (2016): Raciolinguistics. How Language Shapes Our Ideas About Race. New York: Oxford University Press.
[76] Cuando algunos afroamericanos logran éxito académico, «these perceptions position them as ‘exceptional’ in relation to other members of racialized populations» (p. 641), de modo que «an integral component of the continued legitimation of racial capitalism is the recruitment of ‘exceptional’ people of color to seek entry to white supremacist institutions and acceptance by white listening subjects» (p. 641).
[77] Wishram (dialecto del chinook), takelma (Oregón), payute del sur (norte del cañón del Colorado), yana (Sacramento), nootka (isla de Vancouver) y navajo (Nuevo México y Arizona).
[78] La cita es de la p. 5 de Bakken Jepsen, J., G. De Clerck, S. Lutalo-Kiingi & W. B. McGregor (2015): “Introduction: Sign languages, with an emphasis on languages”. En J. Bakken Jepsen, G. De Clerck, S. Lutalo-Kiingi & W. B. McGregor (eds.): Sign Languages of the World. A Comparative Handbook. Berlin & Preston: Walter de Gruyter & Ishara Press, 1-22.
[79] Según Atatürk, primer presidente de Turquía, los humanos primitivos adoraban el sol, pronunciando la sílaba aǧ al verlo, y esa exclamación fue el primer morfema de la primera lengua del mundo: naturalmente, el turco.
[80] Como la propuesta de que las lenguas atabascanas (USA y Canadá) surgieron en Asia Central, llegando a Norteamérica tras la conquista mongola del imperio Xi Xia chino, culminada en 1227.
[81] Que pueden ser extremas, llegando, como indica la autora (p. xi), a amenazas de muerte como las que sufrió K. Burridge, cuando en 2010 propuso abolir «certain ineffective usage rules».
[82] «Some groups have much more prestige and status than others, and, as a result, dialects and accents associated with these groups tend to be more favourably evaluated than other varieties. Types of language associated with high-prestige social groups are therefore considered ‘good’ and ‘attractive’ and so on, while other varieties are evaluated as less good in comparison. Judgements about ‘good’ and ‘bad’ language are therefore based on the social connotations of dialects and accents rather than on anything inherent in the linguistic varieties themselves. They are judgements about speakers rather than about speech» (pp. 28-29).
[83] Tal como escriben, «grammatical forms which are most typical of working-class dialects have low status, because of their association with groups who have low prestige in our society. This low status leads to the belief that these forms are ‘bad’ and they are therefore judged to be ‘wrong’. Evaluations of this type are therefore clearly social judgements about the status of speakers who use particular forms, rather than objective linguistic judgements about the correctness of the forms themselves» (p. 205)
[84] Que es «una desviación de la racionalidad que, casi siempre, toma la forma de un juicio de valor o bien sobre una lengua (o alguna de sus características), o bien sobre los hablantes de una lengua (en tanto que hablantes)» (p. 27), y «se trata de un prejuicio generalmente dictado por la ignorancia o por la malevolencia, ajustado a estereotipos maniqueos y dictado por la desazón que nos producen todas aquellas cosas y personas que son diferentes a nosotros» (p. 27).
[85] Señala Urcioli que «what seems at first glance a simple classification of language turns out to be fundamentally a classification of people» (p. 2), de modo que «Such typifications arise not from astute linguistics observation but from assumptions about race and class» (p. 2).
[86] Con sus propias palabras, «race is based on the idea of difference as inherent, disorderly, and dangerous whereas ethnicity is based on the idea of difference as cultural, neat, and safe» (p. 9).
[87] Más adelante vuelve sobre esta cuestión: «linguists talk almost exclusively to other linguists about what they know» (p. 166), y «The jargon of modern linguistics has not helped the cause either» (p. 167), si bien reconoce que «It is dangerous to try to debunk erroneous ideas outside the discipline because those who have such ideas often hold powerful positions in the media, and the popularizers of almost any discipline are often not highly regarded, even by those whose work they try to make accessible to the general public» (pp. 166-167).
[88] Señala en ese sentido que «The variety of English that we now refer to as standard English achieved its position by accident. It was the variety of the language that a powerful group in society used at a time when it was desirable to promote that variety in order to consolidate power» (p. 98). Por tanto, «that linguistic triumph is entirely a political and social one» (p. 98).
[90] Watts (2012) expande la metáfora conceptual del «tunnel view» (basada en los mitos tratados en Watts 2011; cfr. entrada): «the return of light at the end of the tunnel and the only possible enlightened goal of a language history is, according to this view, the standard language» (p. 585). A esa metáfora añade otra, el «funnel view» (surgidas ambas en la segunda mitad del s. XIX): la parte ancha del embudo representa el período en que no había estándar, pero con el tiempo, «the wide top of the funnel narrows to a neck» (p. 586) que a la fuerza tenía que ser el estándar. Ambas visiones descansan en la falsa teleología «that the goal of a history of English is to account for the emergence of the standard language» (p. 587). La referencia es: Watts, R. J. (2012): “Language myths”. En J. M. Hernández-Campoy & J. C. Conde-Silvestre (eds.): The Handbook of Historical Sociolinguistics. Chichester: Wiley-Blackwell, 585-606.
[91] «Which variety of a language becomes standard is a historical accident mostly due to socio-political developments, and certainly not to any inherent superiority of this particular variety» (pp. 44-45).
[92] (1) Racismo encubierto (discurso sobre un factor diferente de la raza, como el lenguaje), (2) abierto (discurso explícito sobre la raza), (3) deshumanizar a los otros y negarles sus derechos, y (4) violencia física: agresiones menores, esclavitud, violaciones, asesinato o genocidio.
[93] Adopta el marco de Goffman (1963) sobre el estigma, muy usado en psicología social para entender la formación de categorías sociales y su vínculo con los estereotipos: Goffman, E. (1963): Stigma: Notes on the Management of Spoiled Identity. New York: Simon & Schuster.
[94] Como estudioso del AAVE, Wolfram señala que «I do not exclude my own culpability in their construction» (p. 294). Por ello, su discusión es un «self-scrutiny and personal criticism rather than censure of my sociolinguistic colleagues» (p. 294).
[95] Destaca aquí el magnífico libro de T. L. Weldon (2021): Middle-Class African American English. Cambridge: Cambridge University Press.
[96] Señalan los autores que «Language prejudices seem more resistant to change than other kinds of prejudice» (p. 30), y que «dialect prejudice is one of the last prejudices to go» (p. 30).
[97] «Members of some cultural and linguistic groups are at a disadvantage because of their less favored or stigmatized status in society. They are viewed as deficient in certain areas by members of the social groups that have more power and authority in our society’s institutions and systems—education, government, health care, employment, and so on. Members of the powerful groups often believe that members of the stigmatized groups must change in order to be accepted. […]. For members of a mainstream, powerful group, no change or adaptation is necessary» (p. 19).
[98] Este PL es inexplicablemente sostenido, dada su trayectoria, por Dixon, R. M. W. (2016): Are Some Languages Better Than Others? Oxford: Oxford University Press.
[99] Como indica Harlow (1998: 13), «this opinion concludes that because there has been no occasion or need to discuss […] nuclear physics in Maori, it could never be done because of some inherent fault in Maori». La referencia es: Harlow, R. (1998): “Some languages are just not good enough”. En L. Bauer & P. Trudgill (eds.) (cfr. entrada), pp. 9-14.
[100] Ya Sapir (1921: 246-247) rechazó esa idea: «The language is ready, or can be quicky made ready, to define the artist’s individuality. If no literary artist appears, this is not essentially because the language is too weak an instrument, it is because the culture of the people is not favorable to the growth of such personality as seeks a truly individual verbal expression». La referencia es: Sapir, E. (1921): Language: An Introduction to the Study of Speech. New York: Harcourt, Brace & Co.