1. INTRODUCCIÓN
El objetivo de este trabajo es describir el comportamiento de los pronombres átonos de tercera persona no reflexivos en una muestra de cartas del siglo xix en Cuba. Se observa la frecuencia general de cada uno, su función sintáctica (OD u OI) y la posible relación de ciertas elecciones con el referente (animacidad y continuidad), así como con la clase de verbo, contextos sintácticos en que aparecen las formas y las características del destinador / destinatario de las cartas. Se comentan también, en lo posible en su condicionamiento y relación con las variables atendidas en la bibliografía, los casos observados de duplicación pronominal y despronominalización.
Se busca presentar el comportamiento total de estos pronombres, para revelar patrones, desde usos categóricos o en proceso de serlo, hasta los que podrían significar indicadores de cambio en la variedad geográfica.
2. ANTECEDENTES
Los pronombres átonos objeto de tercera persona no reflexivos han sido estudiados profusamente. Si partimos de las ideas contenidas en la Gramática de y en artículos de , encontramos un curso de investigación con obras de carácter general (, , , Fernández-Ordóñez 1999, entre otras más recientes como , o ), y otros trabajos orientados a la explicación histórica, bien en ámbitos amplios (, , , , , , , ) o más circunscritos a América (, ). Para abordar el fenómeno en Cuba, se cuenta solo con los antecedentes clásicos en obras generales () o específicas (), con estudios esencialmente parciales o sincrónicos (, , , ) y con menciones al paso en otras obras, lo que justifica la búsqueda de datos en documentos de épocas anteriores.
Numerosas muestras de análisis de los siglos xviii y xix indican la conservación de los valores distinguidores de este pronombre, tanto en España como en América (), por lo que no siempre este comportamiento es recogido entre los rasgos caracterizadores de nuestras variedades de la lengua española. Por su parte, las prácticas divergentes del patrón distinguidor de uso de los pronombres personales átonos de tercera persona han sido entendidas, a las veces, como prevaricaciones, anomalías y eventualmente calificadas de espurias, a pesar de que su presencia es de larga data, como lo muestran ya los textos alfonsíes (), donde se documenta «leísmo fuerte», aunque el laísmo y el loísmo son escasos y marcados sociolectalmente.
Más allá de las diferencias entre los sistemas de los PA3 al interior de zonas geográficas en la Península, puede hablarse de un patrón hispánico, en el cual el crecimiento del leísmo, cuando se presenta, se asociaría a entidades masculinas y discontinuas () y alcanzaría más peso literario en el siglo XVI. A lo largo del XVII se incrementaría, con referentes animados o no, como habla de tipo cortesano (), de modo que, entre finales del siglo XVIII y hasta mediados del XIX, la Academia regularía el le como la única forma posible para el acusativo masculino singular, con exclusión del lo etimológico ―solo válido para el neutro― y con progresiva restricción, retroceso y pérdida de prestigio del leísmo de cosa. Concordantemente se advierte un laísmo con gran presencia, creciente hacia el siglo XVII, como uso cortesano con documentación literaria, cuyo declive se asocia a su destierro de la escritura y su vinculación con la oralidad de hablantes no cultos, situación refrendada por los dictados académicos de 1796. El loísmo, más esporádico, se manifiesta más en el siglo xvii , aunque siempre muy restringido, y se conservará como rasgo de la oralidad de ciertos sociolectos y zonas.
Existen caracterizaciones generales del fenómeno en el español en América o específicamente en las Antillas, de orientación sincrónica en su mayoría, pero también trabajos con perspectiva histórica que incluyen datos americanos (, ) y otros de zonas específicas de nuestra región, sincrónicos o diacrónicos, que, más allá del mantenimiento del patrón distinguidor general, muestran la relativa pertinencia de los contactos con lenguas indígenas en el reforzamiento del le OD y el lo OI, con incidencia del carácter urbano o rural de la variedad y la concurrencia de otros fenómenos de elisión o simplificación (). Asimismo, reportan la presencia de ese le OD en correlación con la concepcionalidad (distancia), el canal (escrito), el registro (formal), la tipología textual o género (noticioso, periodístico), y en particular con determinadas construcciones (impersonales con se) o tipos de verbos (polisémicos, de régimen alternante, de afección síquica...).
Es así que en recorridos históricos realizados en diferentes dialectos americanos de los siglos xvi al xviii, en general podría hablarse de una tendencia al mantenimiento del parámetro de casos para la selección del PA3, pero se pueden encontrar, como en España, subsistemas diferentes según la región o dentro de un mismo país, con apariciones de le OD singular y plural, de persona y de cosa, a partir de fines del siglo xvi (). Estas ocurrencias decrecerían en el xvii y se incrementarían discretamente en el xviii con referente humano masculino singular, para reportarse de nuevo más escasas en el siglo xix. Las tendencias de aparición de la OI y de lo OI son más discretas que las de le OD, y en general menores también que en los datos peninsulares.
Por su parte, son pocas las investigaciones realizadas en muestras cubanas. Más allá de los estudios generales de los pronombres (, por ejemplo) conocemos solo de las indagaciones de , y . Realizadas en muestras escritas de prensa, narrativa y discurso político u orales obtenidas de entrevistas semidirigidas () de finales del siglo xix, todos los análisis revelan, junto a la conservación de un sistema esencialmente distinguidor, ciertos índices de le/les OD, asociados a determinados verbos y estructuras, a la animacidad del referente, a la agentividad del sujeto y al tratamiento cortés a la segunda persona.
Específicamente en relación con el siglo xix, que tomamos como marco temporal de nuestro estudio, se han revisado materiales literarios. Se cuenta con análisis de las dos versiones de la novela Cecilia Valdés, de Cirilo Villaverde ( y ), y de parte de la obra de José Martí: poesía (), crónica (). En los textos de Villaverde las ocurrencias más extendidas de fenómenos no distinguidores son las de le OD con entidades masculinas y en singular; la OI en segundo lugar, con entidades femeninas y singulares, mientras el lo OI, escaso, se registra con referente masculino y connotaciones sociolectales. De otro lado, la diferencia entre la primera versión de la novela (1839) y la segunda (1882), en cuanto a un incremento de las formas no distinguidoras, se interpreta como una mayor voluntad de prestigio y acercamiento al dictado de una norma de referencia que, a la altura del siglo xix, admite y sugiere el leísmo personal masculino. El laísmo, a pesar de la condena de la Academia, sigue mostrándose en la lengua escrita; y el loísmo, por su parte, es un recurso tipificador para un personaje caracterizado como marginal.
En cuanto al análisis de le/les en la muestra de poesía de Martí los usos no canónicos son del más prestigioso le de persona o cosa personificada, pero es de notar que sus ocurrencias en Ismaelillo están concentradas en solo dos de los poemas del libro: «Musa traviesa» y «Amor errante». En Versos sencillos, por su parte, no se reporta el fenómeno, lo cual no deja de ser significativo ante ocurrencias de lo de persona donde pudo haberse seleccionado un le (1):
- (1)
(a) lo estimo, (b) lo acuesto; (c) lo tiende, muerto, por tierra; (d) lo lleva a la tumba; (e) lo vio, (f) el pintor lo envió a pedir.
Ni siquiera en los Versos libres, de una época temprana entre 1878 y 1882, o en las cartas rimadas, tan de ocasión, hay le/les OD, salvo algunos casos aislados (2). Habría que recurrir a los cuadernos de apuntes y hojas sueltas para encontrar algunos ejemplos más, en poemas en que resalta el sabor arcaizante, el peso retórico y la imposición sintáctica de la rima (3). Este afán se ve también en la colocación de los clíticos pronominales, que tributan ocasionalmente a la rima y el ambiente invocatorio (4) ―tanto si se trata de leísmo como si no― y se vincula con los verbos de lengua.
- (2)
(a) surge una luz que les aterra, (b) ya le alcanza, (c) le hinca, (d) le cercan
- (3)
(a) del árbol que le ampara, del suelo que le tiene, (b) cuanto cegarle puede en su camino
- (4)
(a) vedle, (b) claváronle un hierro, (c) dijéronle
En resumen, el predominio del uso distinguidor del le como dativo de persona y cosa, cualquiera que sea el género del referente, y el consecuente predominio de lo(s)/la(s) para acusativo en los poemas martianos, nos apartan de la norma culta hispánica proclive al le OD para referentes humanos masculinos.
En el expurgo realizado en ocho crónicas de las «Escenas norteamericanas» de Martí se advierte, asimismo, la ausencia de formas de loísmo, ya que el 100 % de lo/los son de OD. En cambio, el 22 % de las ocurrencias de le/les son de OD, el 34 % de ellas en singular. Se trata de usos masculinos de persona, en relaciones que evidencian tratamiento de respeto y que se correlacionan con las características de las entidades referidas, ciertas estructuras oracionales o clases de verbos.
3. CRITERIO MUESTRAL
Para esta investigación del comportamiento de los pronombres átonos de tercera persona no reflexivos en el español en Cuba en el siglo xix se toman 65 cartas de cubanos y cubanas, con clara localización geográfica y sociolectal, del período comprendido entre 1841 y 1889 y tomadas de cuatro fuentes:
- 1)
Fondo de 12 cartas personales de un solo autor, el terrateniente bayamés mambí Luis Figueredo Cisneros, a un solo destinatario, su jefe y amigo Vicente García Fernández.
- 2)
Fondo de 24 cartas privadas de dos mujeres de la familia trinitaria Valle Iznaga (Francisca María Estefanía del Valle Castillo de Lara y Ana del Valle Iznaga) a otros miembros de su familia (esposo, madre).
- 3)
Fondo de 16 cartas petitorias del alumno Juan Miguel Ernesto Dihigo y Mestre a las autoridades de la Universidad de La Habana.
- 4)
Fondo de 15 cartas privadas dirigidas a Domingo del Monte por familiares (Antonio del Monte, Manuel del Monte, Gonzalo Aldama, Miguel Aldama) y amigos (José Braulio de Torres, Antonio María de Escovedo, Francisco Garnica, Domingo André, Anastasio Orozco, José Miguel Angulo).
Su diversidad permite tener un espectro temporal amplio y variedad dentro de los tipos de cartas, con muestras de ambos sexos y redactadas por personas de sociolectos diferentes, aunque se ha preferido aquellas con un nivel medio/bajo de educación. No es el caso, desde luego, de Dihigo, quien, aunque estudiante aún, acude a la muestra con mayor elaboración y un tipo textual más formulario, que puede ser útil para el contraste con las misivas de destinadores de menos cultura, como Francisca del Valle y Luis Figueredo.
Del total de cartas se han obtenido 457 ocurrencias de PA3 no reflexivo, sobre los cuales se realizará el análisis. En una revisión global de frecuencia (anexo 1) se advierte un predominio de usos de le/les (55 % N. 251) y lo/los (32 % N. 148) del total de PA3, respectivamente.
4. FUNCIÓN SINTÁCTICA DEL PA
Si se vincula el tipo de pronombre al OD u OI se observa la asociación de lo/los, la/las mayoritariamente con el OD y le/les con el OI, de modo que resulta interesante particularizar en los casos en que no se da tal correspondencia.
El total de las ocurrencias de lo y los (N. 148) funcionan como OD (5, 6). En cuanto a la, el 96 % (N. 47) son OD (7), y lo son todos los pronombres las (N. 9) que se localizan en las cartas (8).
- (5)
se lo recomiendo de leyista y plantiyero (F070776)
- (6)
los ha consolado algo (C240743)
- (7)
la quería mucho (M220681)
- (8)
Yo las hé animado (C011243).
Por su parte, le se encuentra como OI el 97 % (N. 213) de las veces (9) y les es también mayoritariamente (N. 29) OI (10).
Tales comportamientos generales de frecuencia remiten a un patrón distinguidor de caso (anexo 2) y obligan a observar los aparentes indicadores de cambio; a saber: dos la OI (11), y el 3 % (N. 8) de le (12) y el 10 % (N. 1) de les que son OD (13).
5. RELACIÓN PRONOMBRE / REFERENTE PRONOMINALIZADO
En la medida en que se ha asociado el carácter del referente pronominalizado con la selección del PA3, parece conveniente revisar estos comportamientos en la muestra.
5.1. Animacidad
Solo en el 34 % (N. 34) de lo el referente es +hum. +masc. +sing. (14), y de ellos hay tres que corresponden a un tratamiento alocutivo de respeto (15). Ello significa que en el 66 % (N. 67) de los usos de lo, el pronombre refiere bien a entidades –hum. +masc. +sing. en un 52 % (N. 35) (16) o reproduce estructuras complejas anteriores, por lo cual se considera neutro, en un 48 % (N. 32) (17)
- (14)
jusgarlo por un consejo de guerra (F030777)
- (15)
Vd solo querido hermano con su prudencia y nobleza de alma que lo caracteriza (C240743)
- (16)
el que cedio pa los sapatos de bonifacio [doblón] lo di Yo (M030155)
- (17)
(a) se han reunido varios hacendados para mandar buscar blancos [...] creo que esto lo aprobará el gobierno (C130743)
(b) qe. me enpiesa flucion de nuebo di lo a Torado (M000649).
Con mucha menor presencia, los es de referente humano con masculino como género no marcado (18) en el 62 % (N. 29) de los usos y el otro 38 % (N. 18) con referente no humano (19).
- (18)
su hija que le pide los [hija y esposo] bendiga (M171081)
- (19)
empieza Mendez á repartirlos [libros] (C091143).
Del total de ocurrencias de la el 30 % (N. 14) tienen referente humano (20), uno de los cuales corresponde a un tratamiento de respeto (21), mientras que el resto (N. 33) son de referente no humano (22).
- (20)
[niña] la quería mucho (M220681)
- (21)
a Ud Madre mia que la libre de todo mal (M311281)
- (22)
[cajita] con quien mandársela (M211081).
Se encuentran siete las con referente no humano (23) y dos con referente humano (24).
- (23)
Las noticias de Las Villas son muy buenas como las verá en el Boletín (F050375)
- (24)
Yo las hé animado (C011243).
A este respecto podemos decir, en resumen, que en nuestras cartas se cumple mayoritariamente la relación del empleo de lo/la, las con referente no animado, situación que no se confirma para los ejemplos de los.
En cuanto a le, el 95 % (N. 202) de sus ocurrencias corresponde a referentes animados humanos, en una proporción de 67 % (N. 135) masculinos (25) y 33 % (N. 67) femeninos (26), mientras que entre los no animados el 80 % (N. 9) son masculinos (27).
- (25)
pide se le [Dihigo] señale dia y hora (D120683)
- (26)
dile [Ma. Andrea] los balla abuscar (M170165)
- (27)
con una averia qe le [cuadro] hicieron (C120141).
El 35 % (N. 71) de los usos de le con referente animado son tratamientos de respeto, en el 95 % (N. 67) de los casos como una segunda persona de cortesía (28) de alternancia con te y un 5 % (N. 4) de alternancia con lo (29).
Por su parte, les exhibe un comportamiento de referencia a humanos, mayoritariamente personas de ambos sexos (30). Un ejemplo se percibe como un tratamiento de respeto, de alternancia con los (31).
- (30)
Dios quiera que les [Fernando y Nata] dure toda la vida (M101181)
- (31)
donde les [Delmonte y Rosita] esperan amigos (C021243).
Como se ve (anexo 3), en cuanto a la animacidad, condición humana y género masculino del referente su pronominalización preferente es a través de le(s) y los. La(s), sin embargo, se presenta en los datos recogidos, de forma más frecuente, para pronominalizar entidades no animadas. Es lo el pronombre en que se advierte más la variación de la referencia.
5.2. Discontinuidad
El carácter discreto (contable) / continuo (no contable) de la entidad referida por el PA3 no humano también se indica en la bibliografía como variable favorecedora de la selección pronominal. En una muestra esencialmente literaria del siglo xii al xix, aunque ampliada con otros tipos de documentos a partir del siglo xvi, comenta que los objetos no discretos «presentan mucha más probabilidad de ser pronominalizados por lo, sin importar el género del referente».
Las cartas analizadas no permiten confirmar esta idea (anexo 4), pues la mayoría de los referentes no animados pronominalizados tanto por lo(s) como por le(s) son contables. Cabe notar, asimismo, que en los casos no habituales de selección de le(s) para el OD todos los referentes son humanos o contables.
6. TIPO DE VERBO
Se ha afirmado y estudiado exhaustivamente el papel que desempeña el tipo de verbo empleado en la selección del PA3. Al explicar los leísmos (falsos y verdaderos), Fernández Ordóñez acude a los argumentos de y señala que «la selección de le frente a lo/la viene determinada por el cambio del significado del verbo, reflejado en su estructura sintáctica» () que atiende a «la naturaleza del objeto y la del sujeto» (): objeto activo + verbo estativo: le, objeto –activo +verbo activo: lo. Así, refleja un patrón electivo en que un objeto activo (es decir, animado, masculino, realizador de una actividad real, que incluye el sujeto o «se refiere a una segunda persona en señal de respeto o cortesía») selecciona le . Por otro lado, afirma que verbos estativos favorecen la selección de le, frente a los activos que condicionan la presencia de la/lo ( cfr. ).
Al estudiar los verbos transitivos y de doble régimen en muestra cubana contemporánea, se detiene en ayudar, que etimológicamente rige dativo y que, en dependencia del carácter animado o no del sujeto mantendría el OI o pronominalizaría en OD, y en avisar, que, como advertir e informar, presentará uno u otro caso según haya o no régimen preposicional, que induce diferentes lecturas. Une a este grupo picar , aconsejar, enseñar, obedecer y temer, de régimen alternante o que conservan el dativo originario según la diatopía (). Dado que en la muestra que analizamos no se reportan la mayoría de estos verbos, puede ser de interés fijarnos en los que aparecen, así sea escasamente, y los afines.
En la muestra solo hay un ejemplo de aconsejar y uno de temer (32), ambos de sujeto animado y referente humano, que pronominalizan con le(s) etimológico. El complemento pronominal de referente humano destinatario del verbo decir también conserva el uso distinguidor en dativo en todos los ejemplos (33).
- (32)
(a) yo guiado por el cariño no podria menos de aconsejarles como cosa muy prudente que no se muevan… (C091143)
(b) le temo a los boticarios (M130365)
- (33)
dile [María Andrea] los balla abuscar (M170165).
Es de interés el comportamiento de bendecir, por la estabilidad que muestra en la selección de los OD con referente humano de ambos géneros (34) en las 11 ocasiones en que se documenta. En realidad se muestra la consistencia en el uso de una misma mujer en 1881, en una despedida desplazada que opera prácticamente como una fórmula rutinaria.
Con verbos de influencia y realizativos (incitar, consolar, juzgar) también se selecciona lo(s) predominantemente (35) para pronominalizar el complemento de referente humano.
- (35)
(a) lo incito á que sacuda la perezosa disposicion (C191143)
(b) los ha consolado algo (C240743)
(c) jusgarlo por un consejo de guerra (F070776).
En cuanto a los datos en que le se presenta como OD de referente humano, el elenco de ocurrencias de interés según su orden cronológico (36-42) en la muestra trabajada nos permite advertir que se distribuyen de forma mayoritaria entre los tratamientos de respeto (36, 38, 39, 40) con verbos de afección, percepción o pensamiento y los que implican la selección de le OD para la tercera persona con verbos de influencia o de caracterización (37, 41, 42).
- (36)
ayer no le conocí (C040241) (2.ª)
- (37)
ya le supongo en el seno de la representacion nacional (C191143) (3.ª)
- (38)
le imitará en todas sus buenas ****lidades (M160963) (2.ª)
- (39)
V debe comprender qo le aprecio (F050375) (2.ª)
- (40)
hija que le quiere (M220681) (2.ª)
- (41)
A V.E.I. suplica se sirva admitirle a dicha oposicion (D090684) (3.ª)
- (42)
A V.S.I. ruega se digne admitirle á los ejercicios (D221087) (3.ª).
El verbo admitir (41, 42), de mayor carga activa como realizativo, se presenta en cartas de Dihigo, que son las más recientes de la muestra. Esas formas verbales aluden a una tercera persona con antecedente humano masculino, que desplaza a la primera del destinador, como es frecuente en las misivas formales y, en particular, en las despedidas. Resulta significativo que, tratándose de fórmulas al uso ―OI preposicional + VT + [VT [V+PA3+#]]―, se produzca alternancia lo/le al interior de la cláusula de infinitivo, incluso cuando tienen el mismo verbo y estructura semejante: OI preposicional + VT + [VP [VT+le+ a#]] (41); OI preposicional + VT + [VP [VT + lo + a#]] (43).
Por otra parte, en un ejemplo de difícil interpretación cuyo verbo es suponer (37), hemos leído que el objeto pronominalizado alude a una tercera persona, pero dado su escaso contexto, podría también hacer referencia al destinatario, en cuyo caso se añadiría a los ejemplos predominantes que son claramente de respeto hacia el referente del objeto pronominalizado, asociados a los verbos apreciar, querer, conocer e imitar (36, 38, 39, 40).
Finalmente, dos ejemplos de les vinculados con referente humano de ambos géneros, y quizás concurrentemente con la cortesía negativa, se asocian con los verbos esperar y rejuvenecer (44,13).
En resumen, lo regular es que los verbos de voluntad (45), de afección y afines (consolar, animar, estimar, recordar) seleccionen lo(s), la(s).
Es evidente que el elenco de le/les que no siguen el comportamiento regular en la selección concurre con verbos que indican estados o propiedades de los referentes, en usos y contextos mayormente estativos, asociables los primeros, por su índole, al intento de «aproximarse al uso más prestigioso de la lengua estándar peninsular» entre los hablantes cultos y los escritores y los otros al «tratamiento de respeto con usted» (), de donde resulta lógico que aparezcan en los hablantes de mayor grado de cultura.
De otro lado, los únicos ejemplos no ajustables al patrón regular para el pronombre la son: una estructura causativa con el verbo de voluntad mandar (46), asociada al doble acusativo del étimo latino y al sujeto animado; y otra con verbo de transferencia comunicativa devolver (11), también de sujeto animado que se evalúa factor en la selección de acusativo.
7. CONTEXTOS SINTÁCTICOS
Según la bibliografía, también existen contextos sintácticos desde donde se irradian condicionamientos en la selección del PA3. Así, la construcción impersonal con se + PA y las «predicativas con el verbo llamar» () se combinan en ciertas zonas preferentemente «con los pronombres le y les y referente animado» (). Para Cuba Huygens ha documentado la selección del le en las impersonales con se, en las predicativas con el verbo llamar o en construcciones con verbos de influencia y de percepción seguidos de un infinitivo, en covariación con el rasgo activo o no activo del sujeto de la oración ().
Por su parte, las estructuras de infinitivo subordinado a verbos de influencia condicionan la selección, según la zona, al carácter transitivo o intransitivo del infinitivo, a su rección preposicional y también a la fuerza coercitiva de la causación y la jerarquía del causado (, ). Las construcciones en que el PA es sujeto de oración de infinitivo y las de [V + PA OD + complemento predicativo] se toman como categóricas en el uso pronominal de le(s) sobre lo(s), por lo que se excluyen en el estudio de variación (p. ej., ).
Aunque los datos con que contamos en la muestra de varios de estos contextos sintácticos son escasos, la estructura de [se impersonal + PA] es categórica con le (47), mientras que en aquellas en que el PA es sujeto de oración de infinitivo (48) hay variedad pronominal en estructuras causativas, que se corrobora cuando se trata de infinitivo subordinado a verbos de influencia (49). Este comportamiento de variación, que se reporta para diferentes diatopías del español, no se comprueba en la muestra dependiente del carácter transitivo o intransitivo del verbo subordinado.
- (47)
(a) desea se le señale matrícula de honor (D200984)
(b) el afecto que se le profesa (C010943)
- (48)
(a) pa que los haga venir lo mas pronto posible (F100277)
(b) nolo dejara cegir del Ramon (M280265)
(c) la ha mandado tomar los baños de mar (M160963)
- (49)
(a) la mente del Gobo al eccijirle venir (F280375)
(b) hacerlos ir donde V. está (F100277).
Por su parte, las pocas estructuras de [V + PA OD + complemento predicativo] que pudieron reconocerse y que permitirían la alternancia pronominal seleccionan lo (50).
8. SEGÚN DESTINADORES Y DESTINATARIOS
Aunque los usos no convencionales del PA son pocos, en todos los grupos de cartas aparece alguno. Sin embargo, se concentran en las de destinadores y destinatarios más cultos, tanto de la década del 40 como de la del 80, de donde puede colegirse la motivación de estos usos en su estimación ameliorativa y cortés. Esta conclusión se basa en el análisis de casos no regulares en relación con el total de cada uno de los PA3. Aunque exiguas, se observan como cifras mayores un 18 % de les no convencional en las cartas a Delmonte (2/11) y un 14 % de le (2/14) en las de Dihigo. Como se ha dicho, estas cartas son las más formales, de menor grado de cercanía y de mayor planificación de todas las estudiadas. En contraposición, las ocurrencias no convencionales menos significativas están en el fondo de las del Valle (3 % y 1 % de le: 1/31, 1/79), que coinciden en ser destinadoras mujeres, menos cultas (al menos Francisca del Valle), autoras de misivas menos formales, de mayor cercanía con el destinatario y menos planificadas.
9. DUPLICACIÓN DEL OBJETO Y DESPRONOMINALIZACIÓN DEL PRONOMBRE ÁTONO
La copresencia de un clítico correferencial se relaciona en la bibliografía con la posición del OI con respecto al verbo, el tipo de verbo, el carácter pronominal y el papel semántico del OI, con los rasgos léxicos inherentes del OI, con la persona del pronombre, con la expansión de la frase nominal OI y con la adyacencia del OI al verbo. Por su parte, la despronominalización del clítico dativo se relaciona también con el orden V-OI, los rasgos léxicos del OI y la expansión de la FN-OI.
A juicio de Company, la funcionalidad diacrónica de ambos cambios está correlacionada y tiene que ver con la «intención de volver argumental un dativo que no lo es» () y de reforzar la presencia del OI argumental en la estructura de la oración, derivada de la necesidad de diferenciación ante la cercanía del OD preposicional al OI.
En la diacronía (según autores como Givón, Silva-Corvalán y Company) se los explica como mecanismo para indicar la mayor topicalidad relativa y la centralidad argumental del objeto indirecto frente al directo. La duplicación se ve, entonces, como un proceso de gramaticalización en virtud del cual «una entidad marginal a la estructura oracional se vuelva central o argumental» (), cambio rápido que se hace productivo a partir del siglo XVI, con disminución de la variación en relación con el tipo textual y más lentamente, según los datos metalingüísticos, en cuanto a su estigmatización. Según lo visto por Sánchez Sánchez (), «la duplicación de OI debió tener un notable avance cuantitativo en el siglo xix » y es significativamente mayor en América que en España.
Desde otro enfoque y orientados al español peninsular, ponen el acento, al explicar la diacronía, en el incremento de la duplicación del OI en relación con la estructura informativa, a partir de muestras del siglo xv al xviii y lo leen como una reinterpretación menos marcada y más económica de las estructuras de dislocación clítica derecha «as belonging to the focus domain» (). Los autores evalúan la presencia del OI duplicado en relación con la de pronombre tónico OD u OI posverbal, de OI nominal posverbal, con argumentos experimentantes y la influencia de la clase gramatical. En relación con este último aspecto demuestran que el pronombre tónico se duplica más que el sustantivo ().
Asimismo, a partir de datos de frecuencia, describen la ruta de incremento de la duplicación pronominal desde una condición de fenómeno aislado y marginal a su expansión a partir del siglo xix como efecto de la del OD preposicional, para «recuperar la identidad formal del OI» (). Asimismo, las autoras prueban la hipótesis de que el incremento de la duplicación establece una relación inversamente proporcional con la presencia de le(s) OD; es decir, que la conservación de las diferencias de caso entre los pronombres favorece la duplicación del OI ().
También hay consenso entre los autores (p. ej., ) acerca del origen del fenómeno en estructuras topicalizadas, así como en relación con aspectos semánticos (animacidad) y morfosintácticos (especificidad), entre otros.
Aunque es cierto que el OI puede cumplir al mismo tiempo más de un papel semántico, por lo que resulta difícil precisar los límites de cada uno (), en relación con los argumentales del OI duplicado se consigna el prototípico de destinatario o receptor, asociado con verbos de transferencia física, comunicativa o mental según la clasificación de Enghels; los dativos de interés, vinculados con predicados de implicación afectiva o de estados abstractos con verbos como gustar, encantar y convenir, casos vistos ya como obligatorios en períodos anteriores (); los de origen, meta, destino, dirección con verbos como acercarse o llevar y los locativos con verbos como poner. Son OI duplicados no argumentales los que presentan el papel de beneficiario o perjudicado por la acción de verbos de creación como coser, pintar y hacer, el dativo posesivo y el ético, con énfasis en la implicación de algún actante de la interacción ().
En el 19 % (N. 86) de los PA3 de la muestra encontramos O duplicado. Aunque algunos tienen función de OD y la duplicación se realiza con lo (51), los (52) o la (53), el mayor porciento (88 % N. 76) corresponde a le (54)/les (55) como OI.
- (51)
El quitrín lo tiene el conponedor (M050465)
- (52)
Muchos deceos tengo de verlos a todos (M160963)
- (53)
A Caridad la tengo con sarampion (C010943)
- (54)
Al Brigadier Reeve se le dirijen ordenes (F280375)
- (55)
se les pondrá un tapón en boca á ciertos individuos (F050375).
Cuando le es duplicación correferencial del OI dentro de la misma oración (30 % N. 67 de sus usos totales), bien ambos OI aparecen antepuestos al verbo [56] o pospuestos. En este último caso se reporta alguno arcaico (57a) o categóricos condicionados por el modo imperativo del verbo o la presencia de forma no personal (57b, c, d); pero la estructura más frecuente es PA3 + V + OI (58), aunque puede encontrarse alguno con estructura inversa de OI topicalizado o focalizado (59).
- (56)
A Rosa le escribi el otro dia (M291081)
- (57)
(a) preguntole al oficial (C120743)
(b) dele mil besos a Fanny (M171081)
(c) diganle ala criandera qe. el calecero es (M190649)
(d) á fin de hacerle daño al enemigo (F100777)
- (58)
en un asalto que le dieron al Ber Reeve (F250475)
- (59)
a Fanny dele un beso (M160881).
Se advierte, además, que en el 5 % (N. 10) de le localizados hay despronominalización de ese clítico (60).
En relación con los papeles temáticos de los OI involucrados en la duplicación, se comprueban los argumentales de receptor (humano) de transferencia física (61) o los de dirección (62).
- (61)
le di uno de a dos a Carlos (M030155)
- (62)
No le [roto] mando ya los uebos a Panchita (M250165).
Si atendemos a los verbos mayormente involucrados en la estructura duplicada: escribir (26 % N. 17) y decir (20 % N. 13), se verifica el predominio de OI argumentales de transferencia comunicativa. En cuanto a dar (23 % N. 15) y hacer (8 % N. 6), deben analizarse casuísticamente por cuanto funcionan en ocasiones como soportes, con lo cual inducen otros papeles semánticos (63) o matices.
- (63)
(a) Yo he venido á darle un ausilio á Peralta (F220877).
(b) á fin de hacerle daño al enemigo (F100777).
Si tomamos como válido el recorrido temporal de cuarenta años que permiten proponer nuestras cartas, no se observa una clara tendencia de incremento lineal en la duplicación del OI en la medida en que avanza el siglo xix, aunque sí es evidente que la mayor cantidad de ocurrencias se sitúan en el último año considerado. El aumento discreto de la duplicación se compadece con la conservación general de las diferencias pronominales de caso, al tiempo que con las ocurrencias limitadas de le(s) OD, que nos situarían a medio camino entre los resultados descritos para Madrid y para México. Esta correlación explicaría también su mayor presencia en las cartas de mujeres (50 % N. 38), más informales y apegadas a la cercanía concepcional y con menos usos no canónicos de le(s).
De las variables tomadas en cuenta por los estudiosos como favorecedoras de la duplicación del objeto nominal o pronominal con un clítico correferencial, no parece cumplirse (anexo 5) que la anteposición del OI al verbo (posición marcada) sea un elemento favorecedor, pues el 59 % (N. 45) de los O nominales o pronominales que se duplican están pospuestos al verbo (posición neutra), lo que no se corresponde con los datos reportados por Sánchez (en ) en el siglo xix (OI-V 86 %, V-OI 74 %).
En cuanto a los rasgos léxicos inherentes del OI, en la muestra aparece como factor favorecedor de la duplicación el rasgo +humano, la individuación (+individuado) y la determinación (+determinado), que se manifiestan en el 88 % (N. 67) de los casos, al ser las entidades referidas concretas, tangibles y discretas.
Respecto del tipo de núcleo de la FN-OI, la duplicación no se comprueba favorecida por la presencia de pronombre en la FN, pero sí por el nombre propio en el 68 % de los usos (N. 50). Por otra parte, en relación con la expansión de la FN-OI, se demuestra más productiva para la duplicación la menor expansión, tal como se indica en la bibliografía.
Atendiendo al papel semántico del OI, el mayor rendimiento lo producen los OI con papeles temáticos de receptores, que en conjunto significan un 94 % (N. 71) del total de duplicación.
En el 74 % (N. 56) de los ejemplos de la muestra el OI se antepone o pospone inmediatamente al verbo, o están separados solo por el clítico pronominal objeto de estudio, de donde podría inferirse que la adyacencia del OI al verbo (+adyacente) favorece la duplicación pronominal, tal como indica Sánchez Sánchez (apud ).
En cuanto al uso del pronombre le con referencia plural, en los escasos ejemplos localizados no puede advertirse la incidencia del orden (V-OI, OI-V), dado que se distribuyen equitativamente, ni podría afirmarse la de la expansión (–expansión) de la FN-OI en el proceso de despronominalización. En cambio sí podría hablarse del rasgo léxico del OI como +animado +humano como favorecedor de la variación.
Los casos de despronominalización como los aquí descritos, en OI simples o coordinados, suelen tratarse en la bibliografía () de conjunto con OI que inducen una marca de plural en el clítico pronominal OD (del tipo se los dije: ‘dije algo a ustedes’), comunes y percibidos como normales en el habla de todos los sociolectos y registros en Cuba hoy, pero que no muestran ejemplos en el corpus analizado.
10. CONCLUSIONES
Tomando en cuenta los datos aportados por nuestras cartas, podría afirmarse que el patrón de comportamiento regular del uso del PA3 es distinguidor en alto grado, tal como se muestra en la tabla siguiente, y con los coeficientes que se señalan en el anexo 6.
Sistema de selección pronominal | |||
---|---|---|---|
OD | OI | animado | no animado |
contable | |||
lo | lo | ||
los | los | ||
la | la | ||
las | las | ||
le | le | ||
les | les |
De ahí que resulten indicadores de cambio los usos que se representan en la siguiente tabla, en particular le/les OD.
Casos no regulares del sistema de selección pronominal | |||||
---|---|---|---|---|---|
OD | OI | animado | no animado | ||
contable | no contable | ||||
le | la | lo | los | lo | |
les | la | le | la | ||
las | le |
Todos los clíticos no canónicos se asocian con oraciones transitivas, de referente [+humano] y mayoritariamente de verbo conjugado, lo que corresponde con lo demostrado por en corpus contemporáneo. No ha mostrado incidencia el carácter contable o no del referente, ni la transitividad en las estructuras de verbo subordinado. Los verbos afectivos se vinculan mayoritariamente con los PA3 canónicos, sin que pueda demostrarse categóricamente ni la conservación del caso originario ni el avance del acusativo. De este modo, la expansión del cambio se vincularía a verbos estativos, tal como se indica en la bibliografía. Esa inclusión de le(s) en el OD no se ha visto acompañada con la presencia de lo(s) en el OI.
La variedad pronominal asociada en las investigaciones a determinadas estructuras sintácticas se comprueba parcialmente y habrá de corroborarse con otras muestras, por lo exiguo de los datos. Igualmente habrá que acopiar datos de relevancia explicativa para las hipótesis asociadas al nivel sociocultural o el género de los hablantes.
A diferencia de , quien no reporta en su investigación ninguna ocurrencia de le de respeto, se encuentran datos de este uso en nuestro estudio, con lo cual se puede retrodatar el avance, aunque lento y paulatino, de la alternancia. Ello corrobora la presencia de estos usos de le(s) que ya se habían documentado en muestra literaria al menos desde la primera mitad del siglo xix.
Aunque el incremento de la duplicación de PA3 se vio favorecido por referentes [+hum. +individuado +determinado] y OI con papeles temáticos de receptores o destinatarios, con predominio de la posición del clítico pronominal antepuesto y adyacente al verbo, la relevancia de otras variables en cuanto a la presencia de PA duplicado, como la expansión y la posición de una FN O concurrente, tendrá que ser corroborada con más datos. En la muestra tampoco se aprecia consistente la tendencia contemporánea a aumentar la duplicación pronominal tanto en la proximidad como en la distancia y tanto en el canal oral como en el escrito, aunque hay indicios para proponer el comienzo de la expansión desde los registros no formales e hipotetizar la influencia del género femenino.
La despronominalización, por su parte, aún incipiente, se asocia al rasgo léxico del OI [+animado +humano], pero no a variables de orden O V ni a la expansión de la FN.
Esperamos que este trabajo venga a contribuir, como esperaba Aleza Izquierdo en su día, a ir esclareciendo, a través de este corte en el siglo xix, la diacronía del PA en Cuba, que se nos descubre hoy como conservador en su esencia, pero con algunos signos de cambio lento, hacia la alternancia o la variación, bien vinculado a la expresión de la distancia o a la intención de sustituir el masculino genérico que invisibilizaría a la mujer por una forma neutra, para lo que parece conveniente recurrir al le(s).
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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Notas
[2] Díaz Moreno et al., en documentos del siglo xix, no perciben generalización en Madrid de los usos antietimológicos, pero sí casos de leísmo y laísmo de persona. Los autores resumen que «Seguramente la conclusión provisional ha de ser que en Madrid coexistían a principios del s. xix varios subsistemas pronominales, como resultado de la procedencia dispar de sus habitantes. Desde luego, el laísmo estaría bastante extendido» (, énfasis nuestro).
[4] Marcos Marín la documenta como tendencia «establecida en el XVI, consolidada en el XVII y mantenida ahora en el XVIII» ().
[6] Para los siglos XIX y XX afirma Marcos Marín: «Ya que en la lengua hablada en la mayoría del mundo hispanohablante domina la distinción funcional-etimológica, va creciendo la conciencia de la etimología como forma culta, hasta su preferencia por la Academia, en 1973. Se mantiene, como forma tolerada, el le objeto directo personal, pero ya no es forma preferida. La creciente importancia del español americano, en todos los órdenes, es fundamental para el adecuado entendimiento de tan radical evolución» (; énfasis nuestro).
[7] Al respecto comenta : «Los siglos xix y xx arrancan, por tanto, de un sistema normativo leísta, pero ya no laísta. Y si bien es cierto que el loísmo no se condena explícitamente hasta 1874, sólo Núñez de Arce () lo utiliza en la lengua literaria».
[9] No se ha abundado en los análisis que implican las influencias de las lenguas indígenas en América por no ser pertinentes para el caso de Cuba. Puede encontrarse un resumen de datos en .
[10] revisa las descripciones históricas del sistema pronominal átono, y a partir de documentación notarial en Bolivia, Perú y Argentina, sobre la base de sus propios estudios y de otros autores, refiere laísmo y loísmo esporádicos con referentes animados y con diferente distribución según la zona, mientras que documenta leísmo en todas las capas sociales de Bolivia.
[11] Como muestra para la zona andina boliviana, cuyos datos comparados con los peninsulares evidencian mayor presencia de le OD +masc. +hum. en esta última sintopía ().
[13] En cuanto a la fiabilidad de los datos ofrecidos por estas muestras literarias, es importante tomar en cuenta la declaración del autor de la novela acerca de que, para la segunda versión, ha adoptado, por el influjo que tienen en la literatura y porque dan prestigio a la obra aunque no estén en el habla, usos de la norma estándar que no son propios de la variedad cubana. Si atendemos a esta noticia habría que decir que la primera versión, en que los casos de pronombres no distinguidores son más escasos, daría mejor cuenta de la realidad del habla.
[15] No se encontraron pronombres objeto de estudio en dos cartas, lo que significa el 3 % del total de las expurgadas. Las cartas, analizadas en relación con otros fenómenos en , y y , fueron tomadas de los fondos de Historia de la lengua española (HISDELE). Se trata de originales autógrafos en el 78 % (52 cartas) y el resto son editadas. HISDELE es un proyecto iniciado en 2008 en que participan todas las universidades cubanas y que tiene como objetivo el desarrollo sistemático de investigaciones de corte diacrónico, la capacitación de profesores y estudiantes para el abordaje del documento antiguo en correspondencia con los principios teóricos y metodológicos de la lingüística histórica y la descripción y documentación de cambios lingüísticos ocurridos en el español de Cuba. Se trabaja en la conformación de un corpus de originales escritos en Cuba que incluye documentos públicos (siglos xvi al xviii) y privados (siglo xix y primera década del XX), a partir de los fondos del Archivo nacional cubano y de archivos provinciales o institucionales. Hasta el momento la época mejor representada son los siglos XVIII y XIX, por las posibilidades de acceso a las fuentes y su estado de conservación.
[17] Dihigo, profesor de la Universidad de La Habana, fue uno de los primeros lingüistas cubanos de renombre.
[18] Del Monte fue un importante mecenas de la cultura cubana en el siglo XIX. Junto a otros intelectuales elaboró un diccionario de cubanismos que nunca se publicó y que, luego de muchos años desaparecido, acaba de ver la luz en 2020.
[19] Los ejemplos se rotulan con una letra inicial en dependencia del fondo: F(igueredo), M(ujeres), D(ihigo) y C(entón) epistolario, y a continuación la fecha de la carta: los dos primeros dígitos para el día, los siguientes para el mes y los últimos para el año.
[20] Las cifras base de los cálculos porcentuales se consignan entre paréntesis (N. #), mientras que los números consecutivos de los ejemplos se indican en corchetes [#].
[21] No tenemos ejemplos suficientes para confirmarlo, pero podría pensarse en la expansión de les OD cuando se tiene como factor favorecedor que el referente plural incluya entidades masculinas y femeninas. En el uso actual se busca explícita y voluntariamente sustituir los por les como forma, esta última, inclusiva de la mujer. Es conocida la anécdota del presentador del parte meteorológico en la televisión, quien, requerido por los televidentes, cambió su despedida «Con mucho afecto, los saludo» por «Con mucho afecto, les saludo».
[22] No hemos empleado esta distinción en nuestro análisis; en consecuencia, describimos y caracterizamos cada uso según su función sintáctica.
[23] Contrariamente, si el sujeto es inanimado o inespecífico tendería a seleccionar lo/la. ( cfr. en ).
[24] A partir del análisis de los ejemplos en la muestra considerada por ella, excluye picar del conjunto de verbos que tienden al uso del pronombre OD. Desde nuestra experiencia como hablantes resulta sumamente innatural el caso documentado (Los caballitos de mar esos que pican, te cogen en el agua y le pican (LH14: 918). Quizás podría tratarse de una errata, como sin duda lo es un ejemplo que recoge témpera, con acentuación esdrújula, que no se emplea en Cuba.
[25] Los usos de enseñar corresponden a su acepción de ‘mostrar algo’, que no hace al caso en el análisis.
[28] No contamos con ninguna ocurrencia de predicativa con el verbo llamar, por ejemplo, ni de ayudar, ampliamente comentados en la bibliografía en su singularidad y en relación con las estructuras sintácticas en que aparecen.
Apéndices
ANEXOS
Datos generales | OD | OI | ||
---|---|---|---|---|
No. | % | No. | % | |
lo | 101 | 100 % | 0 | 0 % |
los | 47 | 100 % | 0 | 0 % |
la | 47 | 96 % | 2 | 4 % |
las | 9 | 100 % | 0 | 0 % |
le | 8 | 4 % | 213 | 96 % |
les | 1 | 3 % | 29 | 97 % |
Totales | 213 | 47 % | 244 | 53 % |
Animado | No animado | |||
---|---|---|---|---|
N. | % | N. | % | |
Lo | 33 | 33 % | 68 | 67 |
Los | 29 | 62 % | 18 | 38 |
La | 16 | 33 % | 33 | 67 |
Las | 9 | 100 % | ||
Le | 221 | 100 % | ||
Les | 30 | 100 % |
Contable | No contable | |||
---|---|---|---|---|
lo | 23 | 68 % | 11 | 32 % |
los | 15 | 94 % | 1 | 6 % |
la | 26 | 79 % | 7 | 21 % |
las | 5 | 71 % | 2 | 29 % |
le | 4 | 50 % | 4 | 50 % |
les | 0 | 0 |