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Franco Frabboni
Italien
Biography
Vol. 5, nº1 (Abril 2016). Infancia y naturaleza, Monográfico/Tema del mes, pages 31-38
Submitted: 21-02-2018 Published: 21-02-2018
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Abstract

La Educación siembra y fecunda el terreno en el que crece exuberante el sujeto/persona: multidimensional e integral. Sobre la estela de esa idea de la pedagogía, la imagen de la infancia y la adolescencia que emana de las palabras del papa Bergoglio está muy lejos de las ideas acerca de la infancia que pueblan la sociedad de consumo actual: es una mala madrastra para nuestros hijos, transformándolos en simulacros de marionetas, creadas e impuestas por razones de mercado por parte de la industria comercial (ropa, alimentación, fitness) y medios de comunicación (prensa rosa, TV y tecnologías digitales).
Por el contrario, las nuevas generaciones que desea el Santo Padre disponen tanto de alas ligeras para volar en los cielos de la imaginación y descubrir las galaxias de la fantasía y la creatividad, como de piernas sólidas (el amor y la caridad) para caminar por los senderos de la vida diaria. Para ir/más allá: hacia otra parte.
La Pedagogía sufre hoy en día una creciente y preocupante anorexia epistémica. Las acreditadas teorías educativas ponen en el centro el diseño existencial, pero sólo de hombres y mujeres que habitan en las latitudes occidentales del planeta. Se trata, según el Santo Padre de personas que disfrutan de un carnet de identidad inequívoca, firmada por signos claros de reconocimiento: es blanco, está alfabetizado y es rico.
Nunca las teorías de educación que conocemos han puesto en el punto de mira a las personas viven en la otra mitad del cielo: negras, analfabetas, pobres. La causa de este recurrente “estrabismo” es que la pedagogía nació en los distritos occidentales. Su cuenta bancaria se ha acumulado a través de estudios e investigaciones sobre las estapas de la vida (desde la infancia) que se viven en el norte del planeta.
El augurio del Papa Francesco es que las infancias boreales y australes- juntas - sean capaces de pensar con su propia cabeza y soñar con su propio corazón. Estamos en el momento de la infancia reencontrada: que ya no tiene nada de ptolemaica (ya no es el foco de los prejuicios y la superstición de los adultos), y sí mucho de copernicana: el pensamiento opuesto , la disidencia y los sueños.

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