1. INTRODUCCIÓN
Recurrir a tomar palabras prestadas de otras lenguas constituye un recurso legítimo para incrementar el caudal léxico, pero es innecesario desde el punto de vista lingüístico interno de una lengua (), ya que la entrada y sanción indiscriminada de préstamos podría llegar a desdibujarla y a poner en cuestión su capacidad de cubrir las necesidades denominativas y expresivas con sus propios recursos. A pesar de ello, la aparición de préstamos en español es frecuente en los medios de comunicación que, además, sirven de plataforma de difusión. De hecho, es el recurso más frecuente en la actualidad, tal y como muestran los datos de , en que el préstamo encabeza la lista de procedimientos, con un 29,33 % de casos (2 645 sobre 9 015 neologismos lexicográficos distintos), seguido a distancia por la prefijación (20,58 %) y la sufijación (14 %). Por lo general, se toman prestadas unidades léxicas, aunque también es posible, en un grado mucho menor, tomar prestados elementos derivativos o flexivos (, ), especialmente en contextos de contacto de lenguas.
En este contexto, la influencia del inglés sobre otras lenguas llena páginas de estudios diversos. Por citar uno de los más recientes, en el volumen editado por se analiza la presencia de anglicismos en diez lenguas europeas (alemán, sueco, islandés, neerlandés, francés, italiano, español, polaco, ruso y checo); por otro lado, en el volumen editado por se revisa el papel que juegan los anglicismos en diversos campos especializados, así como en contextos argóticos, además de contar también con estudios más panorámicos sobre la presencia en los medios o en el español no peninsular.
Así, el número de préstamos del inglés no deja de aumentar en el uso diario. Por lo que respecta a ‑ing, ya el Diccionario de voces de uso actual (DVUA) de incluía 53 entradas terminadas con este sufijo, que, aunque solo suponían el 1 % del lemario, constituido por 5 309 neologismos lexicográficos, conforman una buena muestra de casos, que se recogen en la tabla 1:
Como hemos señalado, esta presencia de palabras con ‑ing responde al incremento considerable que ha experimentado el léxico español en las últimas décadas en relación con los préstamos del inglés, y que ha sido destacado y analizado por diversos autores (, , , , entre otros). Este aumento, en general, se concreta en préstamos tomados directamente del inglés, como benchmarking ‘evaluación competitiva comparada de productos, servicios, etc., de una empresa con los del líder del mercado para definir estrategias para alcanzarlo o intentar superarlo’, misreading ‘malinterpretación’ o scrapbooking ‘montaje de álbumes de recortes’, pero en este trabajo nos vamos a centrar en un caso particular de préstamo del inglés: el préstamo del sufijo ‑ing, presente en el español desde hace décadas, que ha acabado por integrarse de pleno en la lengua actual y que crea voces como aceituning o palabroting, que enseguida llaman la atención por su aparente transgresión formal:
- (1)
Tunear la aceituna: con hueso, sin hueso, rellenas de anchoa..., el aceituning persigue que españoles, franceses y británicos incrementen el uso de este fruto. (El País, España, 13/2/2014)
- (2)
Así que, si se ha dado al palabroting durante el confinamiento, quizá se ha librado de algún tipo de problema mental. (Las Provincias, España, 20/6/2020).
Si volvemos a los datos de la tabla 1, se observa fácilmente que una gran mayoría corresponde a palabras tomadas del inglés, excepto en tres casos: goming, puenting y sanfermining. Veamos a continuación sus entradas en el DVUA:
- (3)
goming m. Salto elástico.
Algo diferente es el salto elástico, también llamado bungee, bengi, goming o gomeo, en el que varía el material utilizado, pero cuyo fin en esencia es el mismo: satisfacer la ancestral atracción que el hombre siente hacia el vacío y superar el miedo que le provoca. Muy Interesante (n.º 144), V-93, 91.
- (4)
puenting m. Actividad deportiva en la que el practicante se lanza al vacío desde un puente, al que está sujeto mediante unas cuerdas que ata a sus pies.
1. Se trata de una variante insólita del puenting ―un ejercicio acrobático en el que uno se arroja al vacío desde un puente―, practicada por Patric Bernaud, un campeón francés de motociclismo. Conocer (nº 119), XII‑92, 15d. [+4 contextos más]
- (5)
sanfermining m. fest. Encierro de los toros en las Fiestas de San Fermín, en Pamplona.
El encierro. ‘Sanfermining’. El País, 10-VII-93, 31 (titular).
Fijémonos que en 3 y 4 las bases a las que se adjunta -ing son un sustantivo común del español, respectivamente goma y puente, y en ambos casos se usa para designar una actividad deportiva, con una suerte diversa tras el paso de los años: goming ha dejado de aparecer en los medios, mientras que puenting alcanzó el diccionario en la 23.ª edición del ―junto a camping, footing, parking, sparring y overbooking, entre otros―, con la definición ‘deporte de riesgo que consiste en tirarse al vacío desde un puente u otro lugar elevado, sujetándose con una cuerda elástica’. Es más interesante el ejemplo 5, en el que la base es un nombre propio y sintagmático: San Fermín. En este caso, el DVUA añade la marca de festivo, que no tienen los otros dos.
Atendiendo a los datos del CREA, la primera documentación de puenting es de 1990, por lo que se puede suponer que cuatro años más tarde se había estabilizado suficientemente en la lengua como para dejar de causar sorpresa, y que goming fue demasiado fugaz (el CREA no lo recoge). En cambio, la formación sanfermining llama más la atención por su estructura morfológica, y es una muestra de lo que empezó en esa época con el sufijo ‑ing, una manera de denominar actividades deportivas, tal y como recoge el contexto de cycling del DVUA:
- (6)
cycling m. Ejercicio físico consistente en correr en bicicleta durante cierto tiempo, dentro o fuera de la ciudad, solo o en grupo, sin afán competitivo.
Al footing le sucedió el jooging [sic] (sólo hay una diferencia de grado entre ambos) y luego el walking, y en pocos años han surgido en Estados Unidos numerosas y nuevas actividades físicas acabadas en ing (cycling, training...). Conocer (n.º 113), VI-92, 71c.
En los apartados siguientes analizamos las voces nuevas creadas con ‑ing, revisamos su estatus y su carga pragmática, así como sus implicaciones para la morfología y la lexicografía.
2. UN NUEVO SUFIJO DEL ESPAÑOL
2.1. Algo pasa con -ing: la estela del inglés
Como hemos señalado en § 1, en este trabajo nos ocupamos de las construcciones del tipo puenting, en las que la base es una palabra española, y en las que aparentemente se ha tomado prestado el patrón morfológico del inglés formado sobre este sufijo. En este sentido, se trata de casos distintos de los falsos préstamos, que , para voces del italiano, como footing o recordman, inexistentes en inglés, caracteriza del modo siguiente:
-
A) El falso préstamo presupone el conocimiento de algunas estructuras características de la lengua extranjera.
-
B) El falso préstamo implica la voluntad de imitar construcciones de la lengua extranjera, debido a su prestigio en determinados ambientes sociales o lenguajes técnicos.
-
C) El falso préstamo consiste en crear formaciones analógicas sobre modelos extranjeros conocidos por medio de una masa importante de préstamos léxicos o por conocimiento directo de la lengua extranjera (bilingüismo individual en ciertos sectores técnicos o cultos).
-
D) El modelo extranjero no se reproduce directamente, sino que solo se toma como punto de referencia para creaciones autónomas ulteriores.
Así, la productividad de determinados morfemas y elementos formativos de la lengua modelo (o lengua donante, en términos de ) en la lengua de acogida deviene un factor decisivo del proceso lingüístico que sitúa en el origen de numerosos pseudoanglicismos, como parking y jazzman, que son, sin embargo, percibidos como anglicismos reales en otras lenguas:
Hier geht es darum, daß bestimmte Wortbildungselemente des Englischen (vor allem ‑ing und ‑man/‑woman) in einer anderen Sprache eine unabhängige Produktivität entwickeln und in englischen erscheinenden Zusammensetzungen verwendet werden, die im Englischen selbst jedoch nicht vorhanden sind
En esta línea se sitúa también, para el catalán, , quien afirma que, a pesar de que se parte de lexemas ingleses, la cantidad de casos en juego que obedecen a una significación genérica de ‘acción y efecto’, junto con la familiarización de palabras ya reconocidas, como dopar‑se ‘doparse’ - dòping ‘dopaje’, aparcament ‘aparcamiento’ - pàrquing ‘parking’, y la semejanza formal de muchas formas entre inglés y catalán en muchos otros casos (el autor señala los de càmping ‘camping’, caravàning ‘actividad que consiste en viajar y alojarse en una caravana o vehículo acondicionado para vivir en él’, dàncing ‘sala pública de baile’ o plànning ‘organización de actividades u operaciones con arreglo a un plan o programa’, entre otros) influye para que los hablantes la perciban como un conjunto interrelacionado morfológica y semánticamente.
Más allá de la semejanza y coincidencia formal que se da entre algunas palabras, los casos que analizaremos con el sufijo ‑ing, procedentes de los datos del Observatori de Neologia de la Universitat Pompeu Fabra, son una muestra de un patrón que difiere del de la lengua original, en la que ‑ing es un sufijo que crea nombres de acción deverbal, como mansplaining ‘explicación condescendiente que da un hombre a una mujer’, unboxing ‘desempaquetado’ o learning ‘aprendizaje’, tal y como señala , que destaca su alta productividad en el inglés actual, por su capacidad de combinar con una gran variedad de verbos (e incluso con algunos nombres, con mucha menos frecuencia).
Como ya apuntan y , a pesar de su origen foráneo, el sufijo ‑ing se puede integrar en otras lenguas. Sin embargo, hay que tener en cuenta que se toma el morfema, pero no el patrón morfológico: si en inglés las bases son verbos, los datos neológicos del español muestran cómo ‑ing se adjunta mayoritariamente a sustantivos, que pueden ser simples o complejos, pero también nombres propios, tal y como se recoge en la tabla 2 :
Esta lista, de solo 17 casos, es fácilmente ampliable si se tiene en cuenta que, al fin y al cabo, los datos procedentes de la prensa de amplia difusión tienden a mantener un registro formal que dificulta que determinadas formas aparezcan, aunque en conversaciones informales pueden aparecer espontáneamente casos, tal y como se recogen ejemplificados en diversos trabajos: siesting, vacuning y vermuting (), viding y duerming (), péting (), tumbing y sillóning (), cuerding y metring (), paseing y charling (). Precisamente, apuntaba lo siguiente:
Pero, lo más preocupante no son estos préstamos que mantienen su lejanía con el español, lo problemático es cuando el sufijo ‑ing se convierte en un sufijo que los hablantes españoles son capaces de unir a una palabra española para formar una nueva palabra española; por ejemplo, en puenting se han unido una palabra propia, puente, y un sufijo prestado, ‑ing, para crear una palabra propia, no un préstamo, pues en inglés es bungee jumping.
¿Estaremos, entonces, asistiendo al nacimiento de un nuevo sufijo español? Sí es así, es emocionante, como todo parto.
Por su parte, muestra una actitud más de alerta: «there can be no justification for many of the ing forms that are used in Spanish other than the desire to impress and make other people believe that the speaker is up to date in linguistic usage». Coincidimos con Rifón en considerar que lo que ha sucedido con el sufijo ‑ing en el proceso de integrarlo en la nómina de sufijos disponibles para el español no es motivo de alarma, debido a las características que aporta a las palabras que se crean con él, y que tratamos en el apartado siguiente.
2.2. Marcando la diferencia: el valor pragmático de -ing en español
En , a partir de un análisis de neologismos lexicográficos de cinco años (2015‑2019), se muestra cómo uno de cada tres neologismos detectados es un préstamo de otra lengua, mayoritariamente del inglés (el 62,91 % del total de préstamos), hecho que se explica como una muestra más de globalización cultural que, más allá de nutrir la lengua de un modo directo, también influencia, de un modo más sutil, la formación de palabras patrimonial.
Es en este sentido en el que ‑ing ha ido asentándose en la lengua española, adquiriendo características propias, que lo alejan de su uso original, ya que se usa con un significado de ‘actividad pretendidamente deportiva’, donde prevalece la intención irónica y humorística de los hablantes, que es propia del registro coloquial, tal y como se puede observar en ejemplos como los siguientes:
- (7)
El duching llega a Gran Hermano 15: Omar y Paula mantienen su primer escarceo sexual en las duchas de la casa, inaugurando así una nueva modalidad postedredoning. (La Vanguardia, España, 3/10/2014)
- (8)
Otro argumento para los amantes del sofing: el exceso de ejercicio puede deteriorar la calidad del semen. (Diario de León, España, 23/4/2019)
- (9)
Mis compañeros de autobús se van a practicar el embarquing, disciplina deportiva que consiste en hacer cola para comprar un billete de ferry, hacer cola para el ferry, y hacer cola en el lavabo del ferry, todo ello con chorrocientas mil maletas que transportan una casa. (El País, España, 5/8/2000).
Así, a pesar de que se trata de contextos publicados en medios de amplia difusión, se divisa el tono informal, que es muy claro en 9, donde también aparece un compuesto lúdico, chorrocientas, para incidir, de modo humorístico, en el hecho de que se está aludiendo a una cantidad muy elevada. Todo indica, pues, que en español el sufijo ‑ing se incorpora con un patrón morfológico y un significado y un uso totalmente distinto del que tiene ‑ing en inglés: no se pretende crear un supuesto anglicismo, sino que la intención es dotar de un sentido lúdico a las palabras con las que se combina. Este valor pragmático con el que va asociado, por otro lado, hace que no entre en competencia con el resto de los sufijos de acción deverbales del español, que ya es especialmente rica en posibilidades: la recoge los sufijos de nombres de acción y efecto ‑ción, ‑miento, ‑mento, ‑aje, ‑dura, ‑a, ‑e, ‑o, ‑ada, ‑ado, ‑ido, ‑ón, ‑era y ‑azo (con sus respectivos alomorfos), pero también otros menos frecuentes, como ‑ncia, ‑nza, ‑dera, ‑ío, ‑ato, ‑ata, ‑azgo, ‑toria y ‑torio. En total, se trata de 23 sufijos de sustantivos deverbales, con lo que se esperaría que el español no necesite incorporar ningún otro. Sin embargo, el recurso de formar palabras con ‑ing ha encontrado su lugar, porque no entra en competencia con los sufijos ya existentes, precisamente por el valor pragmático que aporta.
Ciertamente, la mayoría de las formaciones con ‑ing son formaciones efímeras que no suelen transcender el contexto comunicativo en el que nacen, tal y como se desprende de la tabla siguiente.
En la tabla 3 llama la atención que solo cuatro de los diecisiete neologismos se registran más de una vez en BOBNEO (compring, edredoning, mamading y terrazing) y solo dos de ellos aparecen también en CORPES XXI (aceituning y edredoning ). En su mayoría, pues, son ocasionalismos con poco recorrido, aunque hay que tener en cuenta lo que apunta : «[S]peakers rarely produce new forms on the basis of no longer productive patterns». Esto implica que, aunque aisladamente las palabras no cumplan los requisitos para poder ser incorporadas en los diccionarios (por criterios de frecuencia, extensión del uso, estabilidad, etc.), el patrón morfológico sí que los cumple y genera formaciones que son transparentes a pesar de la aparente transgresión: los hablantes los reconocen y los interpretan adecuadamente, con lo que se cumple una de las características clave de los neologismos según , según la cual los hablantes favorecen las nuevas formaciones que son fonológicamente, morfológicamente y semánticamente transparentes.
Más allá, pues, de formaciones híbridas (, , ), estamos ante formaciones propias del español que aparecen con relativa frecuencia en el registro coloquial con un patrón morfológico y semántico regular y hasta cierto punto productivo. Por todo ello, parece justificado plantear una entrada lexicográfica propia para este sufijo nuevo del español.
3. UNA ENTRADA PARA UN SUFIJO NUEVO
El DLE es un diccionario que incorpora en el lemario entradas para prefijos y sufijos, así como para los elementos compositivos. En el diccionario prevalece sobre todo el criterio etimológico, por lo que morfemas como multi‑ o micro‑ se clasifican como elementos compositivos, aunque en la se reconoce que en los estudios de gramática sincrónica, en los que se presta más atención a las propiedades combinatorias y la relación que establecen estos morfemas con las bases con las que se adjuntan, estos elementos se consideran prefijos:
En cambio, un formante como -itis es tratado en el diccionario como sufijo:
No podemos detenernos ahora en las implicaciones de estos tratamientos morfológicos que no coinciden con los de las descripciones gramaticales actuales, y remitimos a trabajos como los de , o para más detalle sobre el tratamiento lexicográfico de los afijos y la necesidad de incluirlos y tratarlos con rigor y de un modo completo. En este contexto, habida cuenta de la productividad que muestra el sufijo a la hora de construir palabras con sentido lúdico en el español actual, sin duda merece también su sitio en el diccionario, como ya hacen para el francés el Trésor de la langue française y Le Grand Robert (), del que reproducimos la entrada correspondiente:
-
-ing
-
Suffixe anglais du participe présent, apparaissant en français dans de nombreux emprunts (l’un des premiers est meeting, 1733) et dans quelques mots (faux anglicismes) formés en français (ex. publicitaire: schwepping, sur le nom de marque Schweppes).
-
REM. La prononciation française courante des mots français en -ing est flottante, de [iŋ] à «-igne» [iɲ] en passant par [ ], [ ].
-
En español no hay ningún diccionario general que lo incluya en su macroestructura, más allá de que aparezca como integrante de nuevas formaciones léxicas tomadas directamente del inglés o como pseudoanglicismos (), además de las dos ya formadas con el patrón español, puenting y la incorporación más reciente balconing.
Es alentador que ya incluya ‑ing como entrada en su Diccionario de afijos del español contemporáneo, como consecuencia del planteamiento que explica en su introducción: recoger la información asociada a las entradas del repertorio léxico del hablante ideal del español contemporáneo (Fábregas 2024: 2). Así, plantea unas entradas que cubren desde la descripción de las bases con las que combina a las relaciones que pueda mantener un afijo con otros, pasando por la descripción de los rasgos sintácticos, el significado, el comportamiento fonológico, los alomorfos, las posibles haplologías o los problemas de clasificación y segmentación. En el caso del sufijo ‑ing, destacamos la última información que da en el apartado de tipos de significado, porque redunda en el efecto pragmático de las formaciones actuales que hemos señalado anteriormente:
-
Es frecuente que en estas formaciones haya cierto valor humorístico o afán de ridiculizar la práctica, a menudo proponiendo el nombre en ‑ing como una forma rimbombante, con afán de sonar novedosa o innecesariamente embellecida de designar prácticas ya existentes a las que no rodeaba ninguna idea de modernidad o novedad, como siesting por siesta, vacuning por vacunación o vermuting por ‘tomar un vermut’.
Aun estando de acuerdo con la observación, sostenemos que más que grandilocuencia o esnobismo se trata de un divertimento intencionado por parte de los hablantes para dotar de más humor e ironía al contexto en el que se utiliza, propio del registro coloquial. En este sentido, la entrada lexicográfica para un diccionario general podría tener la forma siguiente:
De este modo, el diccionario daría cuenta de su uso efectivo en la lengua y su potencialidad a la hora de formar palabras nuevas, en este caso adscritas al registro coloquial y con intención humorística, porque, al fin y al cabo, la creatividad léxica revela la producción del ingenio humano, que implica el conocimiento del sistema y la capacidad de mezclar elementos, ya sea respetando las reglas o bien desafiándolas ().
4. A MODO DE CONCLUSIÓN
En contra de la opinión generalizada de que los afijos de una lengua constituyen una lista cerrada, los hablantes han incorporado uno nuevo tomándolo prestado del inglés. En esta transferencia e incorporación se crea un efecto pragmático que afecta al registro y se pasa del registro estándar que posee ‑ing en la lengua original a un registro coloquial, con matices añadidos de ironía y ludicidad que no pasan desapercibidos, y que se encuentra en todas las unidades que se crean con este sufijo. Si bien estas unidades son ocasionalismos, por lo general fugaces, efímeros y circunstanciales, que se usan en contextos comunicativos puntuales, son también una muestra de la flexibilidad del léxico, que permite que se adjunte con bases muy diversas () y que se minimicen las restricciones combinatorias, en el bien entendido de que estas modificaciones se dan dentro de los límites establecidos por los hablantes, por amplios que estos sean (). Por este motivo, el diccionario debería recogerlo como entrada, con información sobre las bases a las que se adjunta, su significado y el efecto pragmático que aporta. Esto, al menos, daría cuenta de las construcciones que se dan en la lengua y que son una muestra de la expresividad y la creatividad de los hablantes, que las utilizan conscientemente con intención humorística, para llamar la atención del receptor. En este sentido, pues, se confirma lo que apunta : para una lengua, tomar prestados sufijos constituye una forma segura de introducir matices semánticos y pragmáticos más sutiles. Y, por eso, todo parece indicar que el sufijo ‑ing ha venido para quedarse.
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Notas
[1] Este artículo se inscribe en el marco del proyecto Lexical (Neología y diccionario: análisis para la actualización lexicográfica del español), financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad, y la Agencia Estatal de Investigación (PID2020-118954RB-I00/MICIN/AEI/10.13039/501100011033).
[3] En la edición actual del DLE (consulta: 1/12/2023) se registran los veinticuatro vocablos siguientes con el sufijo -ing: antidumping, aquaplaning, balconing, camping, casting, catering, dumping, footing, grooming, holding, jogging, leasing, lifting, living, marketing, overbooking, parking, puenting, rafting, ranking, sexting, sparring, standing y windsurfing.
[4] Vid. para una revisión detallada del concepto de pseudoanglicismo, dentro del cual distingue cinco tipos: léxico, morfológico, semántico, fonológico y sintáctico.
[5] «La cuestión es que ciertos elementos de formación de palabras del inglés (‑ing y ‑man/‑woman, especialmente) desarrollan una productividad independiente en otra lengua y se utilizan en composiciones que parecen inglesas pero que no están presentes en el inglés propiamente dicho» (traducción nuestra).
[6] En noviembre de 2023 se presentó la actualización 23.7 del DLE, por lo que hemos suprimido de la tabla la voz balconing, que hasta entonces ofrecía 17 ocurrencias (la primera de 2010).
[7] En se analiza el caso paralelo para el catalán, donde se dan casos inéditos en otras lenguas, como pànxing ‘situación de ocio y relax’, formado sobre panxa ‘barriga’, o pènquing ‘trabajo’, formado sobre pencar ‘coloquialmente, trabajar’.
[10] Nótese que balconing, que sí ha alcanzado el diccionario, tiene menos presencia en BOBNEO que edredoning, aunque en CORPES XXI tiene cinco ocurrencias, mientras que edredoning solo tiene dos. Más adelante volvemos sobre ello.
[11] No podemos detenernos a analizar el caso de las palabras formadas con ‑itis, pero es evidente que esta entrada no puede dar cuenta de construcciones como mamitis 2 o titulitis, en las que la definición, lógicamente, no tiene nada que ver con una inflamación, sino con ‘excesivo apego a la madre’ y ‘valoración desmesurada de los títulos y certificados de estudios como garantía de los conocimientos de alguien’, respectivamente. En optamos por distinguir el formante culto con el sentido de inflamación del sufijo coloquial con el sentido de ‘afición excesiva’. Vid. también y .