1. INTRODUCCIÓN
Concebida en forma de diálogo ―el género literario predilecto en la España renacentista―, la única obra profana de Juan de Valdés posee la ventaja de revelarnos parte de las peculiaridades del lenguaje hablado: al subrayar la importancia del «uso» ―el habla como la suma de los actos individuales por medio de los cuales se comunican los representantes de una comunidad lingüística determinada―; Valdés lo opone al «arte» ―la gramática, el conjunto de reglas y convenciones gramaticales―, dando a entender que estas últimas sirven para orientarnos, pero no bastan para hacernos hablar una lengua.
De acuerdo con , el Diálogo de la lengua valdesiano «constituye el primer gran tratado sobre nuestra lengua y un espléndido testimonio del español de la época». Desde el punto de vista de , el Diálogo
[…] ha sido muy explorado en lo que tiene de retrato de ideología lingüística y de crítica literaria quinientista; fotografía la variación morfosintáctica, léxica y fónica de su tiempo, la ordena y jerarquiza a partir de lo que se describe, lo que se prescribe y lo que se proscribe. Pocos textos dedicados al español hacen un retrato tan diverso y abarcador de la lengua de su tiempo.
Estas opiniones, compartidas por varios especialistas en historia de la lengua española, sugieren que el análisis de ciertos aspectos lingüísticos de la única obra no religiosa del humanista conquense permitiría dilucidar algunos detalles de la evolución del castellano durante el primer siglo áureo.
Juan de Valdés era un intelectual de indiscutible renombre, mas no era gramático stricto sensu. No obstante, señala convencido:
Si Antonio de Nebrija no hubiera escrito antes su Gramática, ortografía y vocabulario no tendríamos reparo en conceder al hereje de Cuenca el título de padre de la filología castellana. Fue el primero que se ocupó en los orígenes de nuestra habla, el primero que la escribió con tanto amor y aliño como una lengua clásica, el que intentó fijar los cánones de la etimología y del uso, poner reparo a la anarquía ortográfica, aquilatar los primores de construcción y buscarlos en la lengua viva del pueblo […].
La obra del insigne humanista conquense ha sido objeto de varios estudios dedicados a distintos aspectos y particularidades de la obra, a saber:
-
a) la importancia pragmática del Diálogo de la lengua como método para la enseñanza del castellano a extranjeros (cfr. , ),
-
b) el aporte de este diálogo valdesiano como testimonio histórico del estado de la lengua castellana durante el primer siglo áureo (cfr. , , , , ),
-
c) los valores estilísticos y literarios del Diálogo (cfr. , , ),
-
d) la importancia de los refranes utilizados por Juan de Valdés (cfr. , ),
-
e) Juan de Valdés como autor de serias reflexiones sobre distintos aspectos lingüísticos (cfr. , , , ).
No obstante, escasean los estudios dedicados a las particularidades del sistema verbal plasmado en esta obra valdesiana. Dejando aparte los Prólogos de las distintas ediciones de este texto en los que sus respectivos editores suelen llamar la atención sobre varios problemas lingüísticos, las investigaciones dedicadas a la organización del sistema verbal en el texto en estudio no abundan. Existen unas cuantas excepciones importantes: habrá que tener en cuenta el estudio ya clásico de , la investigación de , en la que el lingüista suizo analiza las particularidades del futuro de subjuntivo en el Diálogo, el trabajo de dedicado a los empleos de la forma cantara en el español áureo (el Diálogo de la lengua forma parte del corpus textual analizado por la profesora viguesa) y el excelente libro que dedicó al análisis de los perfectos de indicativo en La Celestina, el Teatro de Juan del Encina y el Diálogo de la lengua de Juan de Valdés.
Somos conscientes de que el Diálogo de la lengua, siendo una obra metalingüística, resulta valiosísimo para arrojar luz sobre el estado del español durante el primer siglo áureo. Dejándonos guiar por la idea de , para quien «la evolución histórica de un eje principal del lenguaje, como es el verbo, exige la repetición sistemática de estudios de autores, estilos y épocas diversas, que sirvan de puntos de referencia», seguiremos investigando las particularidades más destacadas del sistema verbal ―problemas a los que ya hemos dedicado varias investigaciones― tal y como está reflejado en este texto.
2. OBJETIVO Y METODOLOGÍA
El presente trabajo se plantea el objetivo de documentar los procesos evolutivos por los que atraviesan los verbos aver (haber) y tener durante el primer tercio del siglo xvi.
Para facilitar la búsqueda de las formas verbales que figuran en el Diálogo de la lengua hemos utilizado la versión digitalizada de la obra, basada en la edición de . Para señalar las páginas exactas en que se hallan los ejemplos ilustrativos hemos utilizado la edición de . Nos hemos servido además de otras dos versiones digitalizadas con la idea de cotejar el texto en casos de dudas interpretativas o diferencias formales: la versión modernizada del Diálogo, elaborada según la edición de , y la versión electrónica de la Biblioteca Virtual Universal. Ahora ya contamos con la excelente edición crítica realizada por , cuyo texto crítico sigue el ms. 8629 de la Biblioteca Nacional de España, Madrid (M), contiene un estudio detallado junto con múltiples notas explicativas y dedica «una atención especial a las distintas manos que participaron en la copia». La editora española ha realizado ciertas correcciones en algunos puntos «a la luz de la tradición manuscrita e impresa posterior».
La metodología aplicada en el proceso de la investigación sigue los postulados teóricos expuestos por en sus Lecciones de lingüística general () y, en especial, los cuatro principios del estructuralismo europeo que el lingüista rumano presenta en la citada obra. El primero de estos principios ―el de la funcionalidad― se refiere a la solidaridad existente entre ambos planos del signo lingüístico: el del contenido y el de la expresión. En palabras del propio :
[…] una diferencia material cualquiera es «hecho de lengua» si es funcional en la lengua considerada, es decir, si pueden corresponderle también diferencias en el significado; y una diferencia del contenido es hecho de lengua si en la misma lengua le corresponden también diferencias específicas en la expresión material.
Acerca del concepto de «auxiliaridad», en general, y del de «verbo auxiliar», en particular, seguiremos las posturas de , y .
Trataremos el concepto de «perífrasis verbales» apoyándonos en los estudios de Yllera (, ), , Garachana Camarero (, ), Garachana Camarero & Hernández Díaz (, ), , entre otros.
Para esclarecer el concepto de «verbos de apoyo» («verbos soportes») nos basaremos en los postulados teóricos de Herrero Ingelmo (, ), , y , entre otros investigadores.
En el presente estudio analizaremos los valores semánticos, los empleos gramaticales y las combinaciones de aver y tener en la obra elegida siguiendo los parámetros siguientes:
- I.
Valores y empleos del verbo aver
-
Aver utilizado como verbo auxiliar aver 1
- B.
Empleos no auxiliares del verbo aver → aver 2.
-
a) Aver usado con su semántica etimológica de verbo posesivo.
-
b) Aver en la locución verbal ‘aver menester’ (= tener la necesidad).
-
c) Aver con valor existencial: la forma impersonal ay.
-
d) Empleo del infinitivo del verbo aver con valor existencial.
-
e) Aver en los sintagmas nominales ‘tiempo/años/días ha’.
-
f) Aver por (= tener por) + sintagmas nominales, pronominales o adverbiales = considerar, juzgar, estimar.
-
-
- II.
Valores y empleos del verbo tener.
- A.
Valores semánticos de tener utilizado como no auxiliar tener 1.
-
a) Tener empleado solo (sin acompañamiento de estructuras sintagmáticas) con distintos valores semánticos.
-
b) Tener + sustantivos abstractos (acompañados o no por determinantes y/o adyacentes), empleado con el valor de poseer.
-
c) Tener + sustantivos concretos (acompañados o no por determinantes y/o adyacentes), utilizado con el valor de poseer.
-
d) Tener + sustantivos concretos (acompañados o no por determinantes y/o adyacentes), empleado con el valor de disponer de.
-
e) Tener + sustantivos concretos (acompañados o no por determinantes y/o adyacentes), empleado con el valor de contar con.
-
f) Tener empleado con el valor de mantener, contener, retener en la memoria.
-
g) Tener (que) usado como verbo de percepción cognitiva = creer / pensar (que).
-
- B.
Tener formando parte de distintas construcciones con verbos de apoyo tener 2.
- C.
Empleos de tener usado como verbo auxiliar tener 3.
- A.
3. HABERE Y TENERE DEL LATÍN AL ROMANCE
Los verbos latinos habēre y tenēre poseían significados parecidos, aunque no idénticos: tenēre significaba ‘retener, mantener lo poseído por un período de tiempo más prolongado’, en tanto que habēre significaba ‘obtener, conseguir’. Los lingüistas que han investigado el comportamiento de los verbos de posesión (cfr. , , , ) subrayan que dichos verbos suelen ampliar su significado hasta tal punto que su sentido etimológico de posesión empieza a desvanecerse y puede llegar a perderse.
Del estudio pormenorizado de los verbos haber y tener, tal como ha sido llevado a cabo por , se desprende que los dos verbos tienen caracteres complementarios. Esto quiere decir que ambos verbos ponen en perspectiva semántica la relación de un ser con lo que le pertenece. En otros términos, entre las expresiones formadas con haber y las expresiones en que entra el verbo tener se puede establecer una cierta oposición. Son los dos extremos de una misma relación. Esta oposición es la que explica la progresiva diferenciación que ha sido notada entre ambos verbos. Al mismo tiempo sugiere el paralelismo fundamental entre ambos verbos y su normalización consecutiva dentro de moldes de sentido complementario ().
Según , a finales del siglo xv los verbos aver (haber) y tener «como núcleos predicativos acompañados por un sintagma nominal con el rasgo semántico de ‘posesión’, sufrieron un importante cambio debido a un proceso evolutivo que estaba gestándose desde hace tiempo». , por su parte, señalaba que el verbo tener resultaba «de intensidad y energía mayores»; se mostraba «más activo, aun siendo verbo durativo», mientras que haber, aun cuando sirviera para denotar una acción incoativa (la de recibir, obtener) «la cual, en el fondo, es una situación paciente del sujeto», de hecho expresaba un estado pasivo, menos intenso y menos enérgico. De acuerdo con , importa señalar que «la evolución de tener no estuvo motivada por la progresiva gramaticalización de aver, sino que, por el contrario, fue dicha evolución semántica la que favoreció la salida de aver del área semántica de la posesión».
4. EL VERBO HABER EN EL ROMANCE CASTELLANO
4.1. La paulatina gramaticalización del verbo haber
El castellano heredó dos estructuras analíticas latinas, la del participio pasado + habeo (scriptum habeo) y la del participio pasado + sum (natus sum), que ya estaban utilizándose en latín clásico y tal vez aún antes. La primera, de aparición más temprana, se halla registrada ya a lo largo del s. ii a.C. en Plauto y Cicerón. De origen más tardío, la estructura formada por el participio pasado de los verbos intransitivos y deponentes + sum se empleaba para expresar el estado resultante de una acción acabada: natus sum (‘nací’). De acuerdo con , o , entre otros, estas construcciones analíticas surgieron en latín debido a las particularidades propias del perfectum indicatīvi actīvi, que, en su evolución, había acumulado en sí los valores tanto del perfecto como del aoristo indoeuropeos: mientras el perfecto se refería al resultado presente de una acción pasada, el aoristo servía para expresar acciones acabadas en un pasado totalmente desvinculado del momento de la enunciación. Ese debió de ser el factor decisivo que favoreció la creación de unas formas nuevas, analíticas, que cargaron con la función de expresar los valores del perfecto indoeuropeo. En el latín tardío se desarrollaron nuevos usos de habēre que sintetiza en los siguientes puntos:
(i) la expresión de la obligación mediante perífrasis con habere; (ii) la expresión del futuro mediante una perífrasis formada por ‘infinitivo + habeo’; (iii) la expresión de la anterioridad con una perífrasis formada por ‘habeo + participio’; (iv) la expresión de la existencia mediante el empleo de la tercera persona singular de habere, generalmente acompañada de un elemento locativo.
El interés de los lingüistas por la evolución del verbo haber en castellano ha sido y sigue siendo provocado por dos procesos de índole distinta, aunque relacionados entre sí. Por un lado, se suele analizar el proceso de la paulatina desemantización y la consecuente auxiliarización de este verbo. El segundo proceso se vincula con la repartición de las lenguas romances según si emplean solo uno o dos verbos auxiliares: se insiste en la necesidad de dividir las lenguas y los dialectos románicos en dos grandes grupos según si forman parte de la Romania Oriental (el rumano) o de la Romania Occidental (el resto de la familia románica), que se divide en tres subgrupos:
-
a) el primero comprende las lenguas románicas que usan solo un verbo auxiliar derivado de habēre: el español, el catalán de Barcelona, el siciliano, el tarentino, el valón,
-
b) el segundo incluye el italiano y varios dialectos suyos, el francés, algunos dialectos del catalán, el provenzal, el sardo, el suprasilvano y el engadino (dos de los dialectos del retorrománico), que usan dos auxiliares provenientes de los verbos latinos habēre y esse o, como el portugués, de habēre y tenēre , y otras lenguas y dialectos pertenecientes a la zona noroccidental de España (el gallego, el asturiano y algunos dialectos aledaños),
-
c) el tercer subgrupo es representado por ciertos dialectos de Italia Central (el de Terracina, p. ej.) que utilizan un solo auxiliar derivado de esse .
Durante todo el Medievo el castellano siguió empleando ambas perífrasis con participio: haber y ser + participio. La estructura con el verbo aver paulatinamente adquirió significado resultativo, aunque más tarde empezó a usarse para expresar una acción pasada próxima al momento de la enunciación. En romance castellano haber sufrió un largo proceso de progresiva desemantización hasta que terminó convirtiéndose en el verbo auxiliar por excelencia: tal como señala , «una de las muchas innovaciones que llevaron a cabo algunas de las lenguas románicas desgajadas del latín […], consistió en extender la categoría de auxiliaridad a un verbo que en latín clásico no tenía necesariamente ese valor: el verbo habēre».
El verbo haber es un verbo muy complejo, desde el punto de vista sintáctico y semántico, originado por los cambios de significación sufridos en su evolución, tomados en comparación con su uso en el latín, lo que ha generado construcciones sintácticas problemáticas. En el latín, este verbo (habere) adquirió el significado de posesión, como verbo transitivo, seguido por un acusativo, (habeo + acusativo), a la vez, que adquiría otro: el de existencia, en equivalencia con el verbo ser (esse). Poco a poco fue perdiendo el primer significado al asumirlo, por extensión del suyo, el verbo tenere ().
Sería innecesario repetir aquí todo lo que ya se conoce acerca de la paulatina consolidación de las perífrasis infinitivo + habere y habere + participio la primera de las cuales dio origen a las formas sintéticas (aglutinadas) del futuro y el condicional, en tanto que la segunda sirvió para constituir las estructuras temporales compuestas en español: en lo que se refiere a la sintaxis del castellano medieval, consideramos que estos problemas han sido resueltos definitivamente.
En cuanto a la evolución histórica de las formas verbales compuestas en castellano no haremos sino recordar unos detalles importantes con las palabras de :
Como bien es sabido, la sintaxis de las formas verbales compuestas del castellano medieval difería en algunos aspectos de la actual: 1) Doble sistema de auxiliaridad: se usaba aver principalmente con los verbos transitivos, ser con los inacusativos y reflexivos; «Exido es de Burgos, e Arlançón á passado» (Cid, 201). 2) Concordancia: el participio generalmente concordaba con el objeto directo en los verbos auxiliados por aver y con el sujeto en los verbos auxiliados por ser; «Las armas avién presas» (Cid, 1001). 3) Orden sintagmático de auxiliar y participio no fijado. 4) Posibilidad de interpolar elementos entre auxiliar y participio; «Otorgado ge lo avié el abbat de grado» (Cid, 262).
En líneas generales estas son las pautas que suelen seguir quienes se han dedicado o se dedican a estudiar la evolución de los tiempos compuestos en castellano medieval.
4.2. El verbo aver (haber) en el Diálogo de la lengua
4.2.1. Utilizado como verbo auxiliar aver 1
― Aver usado como auxiliar pospuesto para formar el futuro analítico.
- (1)
V.: Pues yo os lo diré agora, y tenerlo eis por dicho para siempre (DL: 219).
- (2)
V.: […] y si lo quisiesse alguno disculpar, diziendo que estas cosas no las inventó él de su cabeça, sino las halló assí escritas por otros, en tal caso, dexaré de llamarle parabolano, y llamarlo he inconsiderado […] (DL: 253).
- (3)
V.: No os quebraré el ojo, pero daros he sin más pensarlo dos dozenas dellos por media que me demandáis (DL: 224).
― Aver usado como auxiliar pospuesto para formar el futuro sintético.
Según revela el análisis del Diálogo de la lengua, durante la época en que vivió y trabajó Juan de Valdés ya existía la conciencia de que cantar he y cantaré significaban lo mismo. Hemos comprobado que en la analizada obra se descubren muy pocas formas analíticas de futuro; en cualquier caso resulta difícil decidir si su empleo en el Diálogo de la lengua persigue fines estilísticos ―énfasis discursivo― o pragmáticos como sugieren algunos autores (cfr. ): el mismo Valdés declaraba su preferencia por el uso del futuro sintético, pero subrayaba explícitamente que «Lo mesmo es sacarte a o sacaráte, como diziendo: “Cría cuervo, y sacaráte el ojo”» (DL: 154).
- (4)
V.: Si no sabe latín terná alguna dificultad, aunque no mucha, si tiene un poco de discreción; si sabe latín, no terná ninguna […] (DL: 156).
- (5)
M.: […], cosa justa es que, siendo vos tan cortés y bien criado con todo el mundo, como todos dizen que sois, lo seáis también con nosotros, holgando que hablemos esta tarde en lo que más nos contentará, respondiéndonos y satisfaziéndonos a las preguntas que os propornemos, como nosotros avemos hecho a las que vos nos avéis propuesto (DL: 118).
― Aver usado como auxiliar pospuesto para formar el condicional sintético.
- (6)
M.: Y aun por esto es regla cierta que tanto aprueva uno quanto alcança a entender; vos no sois amigo de gramatiquerías, porque no sabéis nada dellas, y, si supiéssedes algo, dessearíades saber mucho, y assí por ventura seríades amigo dellas (DL: 146).
- (7)
V.: No me parecería mal, si se usasse, pero como no se usa, yo por mí no lo osaría dezir ni escrivir (DL: 150).
― Aver + participio empleado para formar los tiempos compuestos. Formas canónicas:
- (8)
M.: Pues nosotros, por obedeceros y serviros, avemos hablado esta mañana en lo que vos avéis querido, y muy cumplidamente os avemos respondido a todo lo que nos avéis preguntado, cosa justa es que, siendo vos tan cortés y bien criado con todo el mundo, […], lo seáis también con nosotros, holgando que hablemos esta tarde en lo que más nos contentará, respondiéndonos y satisfaziéndonos a las preguntas que os propornemos, como nosotros avemos hecho a las que vos nos avéis propuesto (DL: 117‑8).
- (9)
V.: Pero, con todos estos embaraços y con todas estas mezclas, todavía la lengua latina es el principal fundamento de la castellana, de tal manera que, si a vuestra pregunta yo uviera respondido que el origen de la lengua castellana es la latina, me pudiera aver escusado todo lo demás que he dicho […] (DL: 139).
― Aver + elementos intercalados entre el auxiliar y el auxiliado. Formas no canónicas.
- (10)
V.: ¿Avéisos por ventura concertado todos tres para el mohíno? (DL: 118).
- (11)
P.: […] si no fuesse cosa contraria a mi professión, […] me avría, algunos días ha, determinadamente puesto en hazer un libro en la lengua castellana […] (DL: 127).
▪ Participio + auxiliar aver:
- (12)
V.: Oído he contender a mugercillas sobre quál es mejor vocablo, mecha o torcida; yo por mejor tengo mecha, y el refrán dize: «Candil sin mecha, ¿qué aprovecha?» (DL: 203).
▪ Participio + elementos intercalados + auxiliar aver:
- (13)
C.: Según esso, hurtado nos avéis este vocablo (DL: 173).
- (14)
M.: Sí, por cierto, hallado os avéis la gente que se anda a hurtar vocablos (DL: 173).
― Aver empleado como auxiliar para formar el infinitivo compuesto.
- (15)
M: Avéis dicho tantos, que ya me pesava averos metido en la danza, viendôs tan embevecido en ella que me parecía que aun sin son bailaríades; pero quierôs desengañar, porque no os engriáis mucho pensando aver hecho una gran prueva de vuestra lengua […] (DL: 224-5).
― Aver empleado como auxiliar para formar el gerundio compuesto.
- (16)
M.: Un donaire muy grande he notado en vuestras Cartas; que en algunos vocablos no os contentáis con la «e» ordinaria que los castellanos añadís en los vocablos que comiençan en «s», sino ponéis otra añadidura con una «d»; de manera que, aviendo hecho de scabullir, escabullir, y de sperazar, esperezar, vos hazéis descabullir y desperezar (DL: 169).
― La perífrasis deóntica personal aver de + infinitivo.
Estamos de acuerdo con , quien afirma que al hablar de la modalidad deóntica «se tiende a confundir la ‘obligación’ y la ‘necesidad’; o, cuando menos, existe la tendencia de no delimitar ambos conceptos».
señala que el triunfo de esta variante perifrástica se apoya por un lado en la armonía semántica entre el valor posesivo de de y el significado original de posesión del verbo haber y, por otro, en la función sintáctica de la propia preposición que marca la dependencia del elemento que introduce, en este caso el infinitivo verbal. Sea como fuere, el xv supone el aislamiento definitivo, en lo formal, de haber de y el inicio, en lo semántico-funcional, de su larga alternancia con las perífrasis con tener () ().
A continuación se ofrecen unos cuantos ejemplos ilustrativos.
- (17)
M.: Vuestra fe y palabra nos avéis dado y, aunque no queráis, la avéis de cumplir (DL: 128).
- (18)
M.: […] lo primero que querría saber de vos es de dónde tuvieron origen y principio las lenguas que oy se hablan en España, y principalmente la castellana, porque, pues avemos de hablar della, justo es que sepamos su nacimiento (DL: 131).
- (19)
M.: Ya me lo habéis dicho, y ya yo lo sé; pero también os tengo yo dicho a vos que os he de hazer picar en Librixa más de diez vezes (DL: 190).
- (20)
V.: […] digo que lo usó bien, porque, quiriendo dezir aquella sentencia, no hallara vocablo castellano con que dezirla, y assí fue mejor usar de aquel vocablo latino que dexar de dezir la sentencia; o para dezirla avía de buscar rodeo de palabras (DL: 220).
- (21)
P.: Sí, mientras me acordare dellas; a lo menos guardarélas quando escriviere cosa que aya de andar por manos de algunos; y aun querría corregir por ellas todo lo que hasta aquí he scrito (DL: 164).
- (22)
V.: Aprovéchome dellos tanto como dezís, porque, aviendôs de mostrar por un otro exemplo lo que quiero dezir, me parece sea más provechoso amostrároslo por estos refranes, porque oyéndolos los aprendáis, y porque más autoridad tiene un exemplo destos antiguos que un otro que yo podría componer (DL: 150 1).
― La perífrasis deóntica impersonal ay que + infinitivo.
Es de empleo insignificante en la obra en estudio. Las perífrasis modales haber que y tener que + infinitivo poseen un significado modal inherentemente deóntico. Según ,
La primera, debido a la imposibilidad de admitir un sujeto gramatical y de aparecer conjugada obligatoriamente en tercera persona, se ha clasificado como una de las construcciones impersonales del español. En cambio, la segunda permite no solamente la conjugación en las distintas personas gramaticales, sino también en diversos tiempos verbales. Esto da lugar a valores diferenciados de la deonticidad; mientras que la construcción haber que + infinitivo (conjugada con mayor frecuencia en presente de indicativo) presenta la obligación como instrucción, recomendación o consejo, la perífrasis tener que + infinitivo orienta la obligación hacia lo inevitable, forzoso o normativo.
Estos valores de la perífrasis ay que + infinitivo aparecen claramente expresados en los tres primeros ejemplos de esta serie (cfr. los ejemplos 23, 24 y 25):
- (23)
P.: En esso no ay que dubdar [= conveniencia, recomendación], sino que es assí como dezís (DL: 169).
- (24)
V.: Con vos no ay parte en el mundo adonde yo no ose entrar, y quanto a los vocablos, si bien os acordáis, ya he dicho todo lo que ay que dezir [= realce pragmático] (DL: 193).
- (25)
M.: Ya me acuerdo, pero más ay que dezir [= recomendación] y más diréis (DL: 193).
- (26)
V.: Algunos motes ay buenos y bien glosados. En las invenciones ay que tomar y que dexar, y entre las preguntas ay muchas ingeniosas (DL: 244).
El ejemplo 26 invita a pensar. Aventuramos la hipótesis de que en este caso son posibles tres interpretaciones diferentes:
- (26a)
En las invenciones hay qué tomar y qué dexar.
- (26b)
En las invenciones hay [algunas] que tomar y [otras] que dexar.
- (26c)
En las invenciones hay que elegir: quedarse con algunas y deshacerse de otras.
Desde el mismo principio nos hemos preguntado si no se trata del empleo de interrogativas indirectas con acento omitido sobre el que del ejemplo 26a: aunque poco frecuente, la inadecuada acentuación en algunos de los textos del Diálogo de la lengua con que hemos trabajado permite tal suposición: vid., p. ej., las réplicas de Valdés en las que aparece un inexplicable qué acentuado en la versión del Diálogo elaborada según la edición de , a saber:
- (27)
C.: […] dezidme si tenéis por cosa de mucha importancia la observancia destos artículos.
V.: Yo os diré de qué tanta, que en Castilla tenemos por averiguado que un estrangero, especialmente si no sabe latín, por maravilla sabe usar propiamente dellos… (DL: 150‑1).
- (28)
V.: Engañado estáis; antes, después qué vine en Italia, he olvidado mucha parte della (DL: 172).
Hemos podido comprobar que el acento sobre el qué del ejemplo 27 falta en la edición de Barbolani y en la versión digitalizada de la Biblioteca Virtual Universal, pero aparece en la de . Comparemos:
-
(27a ): Yo os diré de que tanta, que en Castilla tenemos por averiguado que un estrangero, […], por maravilla sabe usar propiamente dellos […] (DL: 150‑1).
-
(27b ): «Yo os diré de qué tanta 147 : que en Castilla tenemos por averiguado que un estranjero, especialmente si no sabe latín, por maravilla sabe usar dellos […]».
En la nota 147 Pons Rodríguez comenta: «de cuánto. No se trata de italianismo, sino de estructura ponderativa común en español europeo hasta el siglo xviii». Llama la atención que la editora haya añadido dos puntos detrás de «qué tanta» en lugar de la coma que aparece en la edición consultada de , en la de Barbolani, hecha de acuerdo con el manuscrito 8629 de la Biblioteca Nacional de Madrid, y en la electrónica de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, elaborada según la de , que también se sirve del antedicho manuscrito, considerado por toda la crítica como el más antiguo y fidedigno.
Confesamos que la versión de Barbolani nos convence más. La editora italiana debe de haber entendido la réplica de Valdés del modo siguiente: «Yo os diré de que [la observancia destos artículos] tiene tanta [importancia], que en Castilla tenemos por averiguado que un estrangero, […], por maravilla sabe usar propiamente dellos». Sin duda Barbolani interpreta el que detrás de «decir de» como conjunción y no como pronombre interrogativo. Compartimos esta interpretación.
El acento sobre el qué del ejemplo 28 no figura en la edición de Barbolani ni en la de , pero sí en las demás versiones del Diálogo de la lengua sobre las que se ha efectuado el análisis de esta obra. Ahora bien, habrá que tener en cuenta que en todas las que hemos consultado faltan acentos sobre los supuestos «pronombres interrogativos» en las secuencias «ay que tomar» y «que dexar».
Por otra parte, el análisis del discutido ejemplo 26 permite suponer que pudo haberse tratado de la omisión de algún vocablo (p. ej., algunas) entre la forma impersonal ay y el elemento que + infinitivo como en 26b: en tal caso estaríamos en presencia de construcciones que denomina «no conjuntas» («disjuntas») y señala () que, cuando ambos elementos ―la forma terciopersonal hay y el infinitivo― aparecen sin formar una estructura conjunta, ello «se debe generalmente a que la palabra que no funciona como una conjunción sino como un pronombre relativo, lo que impide naturalmente la fusión entre el verbo haber y el infinitivo, ya que aquel pasa a tener su propio CD». Al final nos inclinamos por la opción 26c, que nos permite interpretar ―algo forzadamente, como subraya Fernández Martín― el comentado ejemplo 26 como una auténtica perífrasis deóntica impersonal.
4.2.2. Características semánticas y sintácticas de los verbos cuyos participios aparecen auxiliados por aver
El análisis de las características de los verbos cuyos participios aparecen auxiliados por aver se ha efectuado teniendo en cuenta solo su empleo como auxiliar. Se ha constatado que aver se combina con los participios de todo tipo de verbos: transitivos e intransitivos, verbos de movimiento télicos y atélicos, verbos pronominales, estativos y semideponentes. En lo que se refiere a las características de los participantes implicados en la estructura aver + participio es necesario subrayar que con esta construcción se evoca un proceso originado por un sujeto que tiene que ser agente o causador +humano y +dinámico.
De acuerdo con los datos obtenidos por el análisis del Diálogo de la lengua, la situación lingüística durante el primer tercio del siglo xvi no parece radicalmente distinta. Hemos de tener en cuenta el hecho de que todavía sigue usándose como auxiliar el verbo ser que solo podía combinarse con participios de verbos intransitivos y con participios de verbos de movimiento télicos, dado que «la prominencia con este auxiliar se encontraba en el término del evento, en el estado que produce la acción» ().
4.2.3. Las formas temporales compuestas del modo indicativo
En la obra analizada el auxiliar aver aparece usado en todas las personas. La 2.a del singular se registra en una sola ocasión: sin duda ello se debe al distinto rango social de dos de los participantes en el diálogo ―el aristócrata italiano Marcio y su escribano Aurelio―, así como a las fórmulas de tratamiento vigentes en aquella época:
I. El antepresente
A. Las estructuras canónicas.
Aver + participios de verbos transitivos:
En el texto analizado se detectan 200 estructuras en las que aver se combina con participios de verbos transitivos; entre ellos predominan los de lengua, los de percepción física y los de conocimiento. En todos los casos registrados el sujeto agente resulta +humano y +dinámico.
a) Aver + participios de verbos no transitivos.
En el Diálogo de la lengua figuran varios ejemplos que contienen formas en las que aver se combina con participios de verbos intransitivos no pronominales, tales como andar, aver, crecer, entrar, estar, nacer, pecar, ser, suceder, tornar: importa señalar que en estos casos el sujeto agente no resulta siempre +humano, cfr.:
- (30)
V.: […] y todavía es mi opinión que la iñorancia de la lengua latina, que los tiempos passados ha avido en España, ha sido muy principal causa para la negligencia que avemos tenido en el escrivir bien la lengua castellana (DL: 157).
- (31)
M.: ¿Ha sucedido algún otro vocablo en su lugar? (DL: 206).
b) Aver + participios de verbos pronominales o bien usados como tales.
En el texto figuran varios ejemplos en los que aver aparece combinado con los participios de verbos pronominales o verbos ―transitivos e intransitivos― usados como pronominales: en estos casos el sujeto agente tampoco resulta siempre +humano, cfr.:
- (32)
V.: Y ésta es una de las letras que yo digo que por inadvertencia se an mezclado en algunos vocablos (DL: 179).
- (33)
M.: […] según entiendo, en la lengua castellana ay muchos vocablos de los quales algunos no se usan, porque con el tiempo se an envejecido… (DL: 193‑4).
B. Las estructuras no canónicas.
En el Diálogo de la lengua se documentan varias formas del antepresente con clíticos pronominales, pronombres personales, locuciones adverbiales o adverbios intercalados entre el auxiliar y el auxiliado:
- (34)
V.: ¿Avéisos por ventura concertado todos tres para el mohíno? (DL: 118).
- (35)
M.: Avéislo pensado muy bien; hágase assí: poned a messer Aurelio que, como sabéis, es entendido en entramas lenguas, y ordenadle lo que ha de hazer […] (DL: 130‑1).
- (36)
M.: No os ha respondido mal; y vos nos avéis muy bien satisfecho a nuestra pregunta […] (DL: 139).
- (37)
V.: La lengua catalana diz que era antiguamente lemosina, que es agora lenguadoch; hase apurado tomando mucho del latín, sino que no le toma los vocablos enteros […] (DL: 141).
- (38)
C.: Esso avéis vos tomado del griego, y aun del italiano (DL: 168).
- (39)
V.: ¿Haos contentado esto? (DL: 192).
- (40)
V.: Sí que es castellano, pero anse alçado con él los frailes […] (DL: 221).
- (41)
M.: ¿Avéislos vos leído? (DL: 248).
4.2.4. Las formas temporales compuestas del modo subjuntivo
I. El antepresente. En el texto analizado figuran 12 ejemplos que contienen formas del antepresente de subjuntivo. Tal como puede comprobarse, el auxiliar aver se combina tanto con participios de verbos transitivos como con participios de verbos intransitivos.
A. Las estructuras canónicas.
- (42)
V.: La qual diversidad de señoríos, pienso yo que en alguna manera aya causado la diferencia de las lenguas […] (DL: 140).
- (43)
V.: En merced os tengo que me ayáis atajado […] (DL: 219).
- (44)
P.: Sí que la ternéis, con tanto que no le reprehendáis que los aya usado en su historia (DL: 250).
- (45)
V.: Ogaño, ¿quién pensará que aya sido latino? (DL: 259).
B. Las estructuras no canónicas.
También en este caso se detectan formas en las que entre ambos elementos del compuesto aparecen interpolados clíticos pronominales o adverbios:
- (46)
C.: Pues conocéis ser esto assí, para que ayáis enteramente cumplido vuestra jornada, resta que nos digáis qué libros castellanos os parece podemos leer para hazer buen estilo, y también de quáles tenéis por bien que nos guardemos (DL: 239).
II. El antecopretérito. En nuestro corpus figuran muy pocos ejemplos que contienen formas del antecopretérito de subjuntivo en ‑ra, a saber:
- (47)
V.: Pero, con todos estos embaraços y con todas estas mezclas, todavía la lengua latina es el principal fundamento de la castellana, de tal manera que, si a vuestra pregunta yo uviera respondido que el origen de la lengua castellana es la latina, me pudiera aver escusado todo lo demás que he dicho […] (DL: 139).
- (48)
V.: Por esso me guardaré yo bien de írselo a dezir a ellos. Ni aun a vosotros no lo dixera, si no me uviérades importunado (DL: 172).
- (49)
V.: En estremo me contentan. Oxalá uviera hecho más el que hizo éssas (DL: 232).
Ahora bien, aunque la frecuencia de empleo de las formas irreales compuestas en ‑ra en el Diálogo de la lengua parece mínima (6 casos de un total de 686 formas subjuntivas, lo que equivale a un 0,9 %), no hemos de olvidar la justa observación de para quien
resulta más que difícilmente aceptable que el desarrollo de las formas irreales compuestas, ya apreciable con seguridad en la primera mitad del s. xiii, se viese interrumpido como por arte de magia, llegándose al olvido de su uso en el s. xiv, y fuese a resurgir un cuarto de milenio más tarde, cuando, por otra parte, una forma compuesta como había cantado se había consolidado totalmente en su moderno valor de ante-pretérito de IND 0 ―motivando el abandono del uso etimológico de cantara― ya en el s. xv.
Al mismo tiempo Veiga (ibid.) señala que la lengua hablada hubo de conocer sin duda el uso de las formas compuestas «en creciente consolidación […]a lo largo de los últimos siglos medievales, pero los escritores descubrieron el tan estéticamente simétrico esquema condicional si tuviera, diera y generalizaron su uso, que llegaron a convertir en abuso». Para confirmar lo antedicho, vid. la réplica del compatriota de Valdés:
- (50)
P.: No os concederé yo tan presto lo que avéis concluido, porque Gayo Lucio y los tres Cipiones, Claudio Nerón y Sempronio Graco, siendo romanos, latinos y griegos, no hablaran con turdetanos, celtiberos, o iberos y cántabros por intérpretes, si la lengua antigua de Spaña fuera griega […] (DL: 137).
Dejando aparte el hecho de que en español medieval y preclásico las estructuras temporales compuestas, sobre todo las del modo subjuntivo, no abundan, creemos que su relativa escasez en la obra analizada puede relacionarse asimismo con las características propias de cualquier texto dialógico cuyos participantes tienden a reproducir la expresividad natural de una conversación espontánea que, en líneas generales, coincide con el momento del habla. No obstante, acordémonos, junto con , de que «la escasez de formas compuestas no ha sido avalada con datos diacrónicos concretos, ni tampoco ha venido acompañada de una teoría que explique el porqué de esa situación».
La ausencia total de formas como uviere cantado y uviesse cantado en el texto estudiado es un indicio a favor de la idea de que las formas subjuntivas compuestas no habían alcanzado su definitiva consolidación durante la primera mitad del s. xvi: ello, según se haría realidad a lo largo de la centuria siguiente.
4.2.5. Aver usado como no auxiliar aver 2
El análisis de la obra en estudio comprueba que el verbo aver no aparece empleado solo como auxiliar para formar perífrasis y formas temporales compuestas, sino también conserva parte de sus valores semánticos originales.
a) Aver empleado con su semántica etimológica de verbo posesivo.
Tal como advierte , «a partir del siglo xvi es casi imposible encontrar oraciones en las que haber tenga un valor posesivo puro; se encontraba ya reducido a unas cuantas frases hechas». El análisis del Diálogo de la lengua revela que su autor evitaba usar aver con significado posesivo y censuraba semejante empleo, cfr.:
- (51)
V.: Aya y ayas por tenga y tengas se dezía antiguamente, y aún lo dizen agora algunos, pero en muy pocas partes quadra […] (DL: 195).
- (52)
V.: Y si tengo de dezir: «con la qual uve mucho plazer», digo: «la qual me fue muy agradable» (DL: 231).
Ello, no obstante, no impedía a su compatriota Pacheco emplear el verbo aver con semejante valor, cfr.:
- (53)
P.: […] ni los mercadantes de Fenicia avían necessidad de intérprete en el contratar de sus mercaderías con los antiguos de Spaña, antes que cartagineses y romanos la combatiessen (DL: 137).
b) Empleo de aver con valor de necesidad en el giro verbonominal «aver menester».
En el Diálogo de la lengua valdesiano la estructura «aver menester» (= tener la necessidad) se ha registrado solo dos veces. Según el DPD, el vocablo menester conserva «el sentido antiguo de ‘necesidad’ en dos locuciones de uso vigente hoy en la lengua escrita y en el habla rural». Vid. los ejemplos:
- (54)
M.: Agora os quiero meter en un laberinto, de donde avréis menester para descabulliros otro que palabras (DL: 161).
- (55)
M.: Dezidme, por vuestra vida, a qué propósito embiava aquel gran señor, por rico que fuesse, a requerir que biviesse con él un cavallero que tan cumplidamente tenía lo que avía menester (DL: 228).
c) Empleo de aver con valor existencial: la forma impersonal ay.
- (56)
M.: Porque lo que en vuestras Cartas avemos notado es de calidad que ni lo podemos tomar por bueno, porque no todos lo aprovamos del todo, ni lo podemos desechar por malo, porque ay cosas que nos satisfazen y ay otras que no entendemos (DL: 128).
- (57)
V.: Ay también algunos que comiençan en pan, y tienen del griego, como son pantuflos, pandero, panfarrón, […]; ay también otros vocablos que, aunque tienen del latín, parecen claramente ser forjados a la sinificación de otros griegos que sinifican lo que ellos […] (DL: 134).
d) Empleo del infinitivo del verbo aver con el valor de existir:
- (58)
P.: ¿Creéis que pueda aver [= existir] alguno que tenga buen ingenio y sea falto de juizio; o tenga buen juizio y sea falto de ingenio? (DL: 245).
- (59)
V.: Y assí unos ay que se arriman a ¿entendéisme? y os lo dizen muchas vezes, sin aver [= sin que exista] cosa que importe entenderla o que sea menester mucha atención para alcançarla […] (DL: 232).
e) Empleo de aver en los sintagmas nominales «tiempo/años/días ha»:
El verbo aver se usa poco en construcciones de este tipo. Se han detectado las siguientes estructuras: «pocos años ha», «no ha muchos años», «muchos años ha», «mucho ha», «ha muchos días», cfr.:
- (60)
P.: Yo os prometo, si no fuesse cosa contraria a mi professión, que me avría, algunos días ha, determinadamente puesto en hazer un libro en la lengua castellana, como uno que diz que Erasmo ha hecho en la latina […]. (DL: 127).
- (61)
V.: […] como todavía quedavan en ellas muchos moros por moradores, quedávanse con su lengua; y, aviendo durado en ella hasta que pocos años ha, el Emperador les mandó se tornassen cristianos o se saliessen de Spaña […] (DL: 138).
f) Aver por = tener por = considerar, juzgar, estimar:
En un solo caso el autor del Diálogo de la lengua utiliza uno al lado del otro los verbos aver y tener: se trata de las réplicas intercambiadas entre Valdés y Coriolano, cfr.:
- (62)
V.: Pugés, por higa usan algunos, pero por mejor se tiene higa, puesto que sea vergonçoso fruto.
C.: ¿En qué veis vos que es vergonçoso fruto?
V.: En que por tal es avido y tenido; dezid vos lo que quiséredes (DL: 206).
Creemos que en la secuencia «es avido» = ‘[es] tenido’, el verbo aver ha sido empleado con un valor particular. Hemos de recordar que tener forma parte del grupo de los verbos que poseen varios significados distintos. Desde el punto de vista del caso comentado, podríamos hablar como mínimo de la existencia de tener = poseer, tener en su poder y tener = juzgar, considerar, estimar . Ya hemos señalado que Valdés rechaza el empleo de aver como verbo posesivo. Al mismo tiempo el autor del Diálogo de la lengua parece identificar el contenido de las secuencias «es avido» y «[es] tenido» en las que los participios de los respectivos verbos no expresan posesión. Hemos podido comprobar que en el texto analizado abunda el empleo de estructuras del tipo de tener,~se por + sustantivos, adjetivos, participios, pronombres o adverbios que expresan opinión o consideración, cfr.:
- (63)
M.: […] porque, como veis, ya en Italia, assí entre damas como entre cavalleros, se tiene por gentileza y galanía saber hablar castellano […] (DL: 119).
- (64)
M.: Dezidme: si las cartas de que os queremos demandar cuenta fueran latinas, ¿tuviérades por cosa fuera de propósito que os demandáramos cuenta dellas?
V.: No, que no la tuviera por tal (DL: 121).
- (65)
M.: ¿No tenéis por tan elegante y gentil la lengua castellana como la toscana? (DL: 123).
- (66)
V.: […] en Castilla tenemos por averiguado que un estrangero, especialmente si no sabe latín, por maravilla sabe usar propiamente dellos […] (DL: 150‑1).
- (67)
C.: No solamente tengo esso por prudencia, pero ternía el contrario por iñorancia (DL: 168).
- (68)
C.: Pues conocéis ser esto assí, para que ayáis enteramente cumplido vuestra jornada, resta que nos digáis qué libros castellanos os parece podemos leer para hazer buen estilo, y también de quáles tenéis por bien que nos guardemos […] (DL: 239).
- (69)
V.: […] pero al fin, assí a los quatro libros de «Amadís», como a los de «Palmerín y Primaleón», que por cierto respeto an ganado crédito conmigo, terné y juzgaré siempre por mejores que essotros «Esplandián», «Florisando», «Lisuarte», «Cavallero de la Cruz» […] (DL: 248).
Los ejemplos citados comprueban que en este caso las estructuras «es avido por» = ‘[es] tenido por’ han de ser interpretadas como ‘es considerado, juzgado, estimado por’. ¿Cómo pudo originarse semejante valor de aver por = juzgar, considerar? De acuerdo con , pensamos que en ese caso se habrían producido «diversos procesos de cruces o interferencias con verbos de sentidos más o menos relacionables, analogías variadas» que bien podrían haberse dado entre aver y tener.
Por su parte, analizando el comportamiento funcional de las denominadas por él construcciones verbonominales «descompuestas» con los verbos haber, tener, hacer y dar en español antiguo, , subraya:
A la vitalidad y productividad del verbo haber en el español antiguo corresponde gran frecuencia de las construcciones descompuestas verbonominales con este auxiliar (a diferencia del español moderno, donde, además de lexicalismos como tener miedo, tener ganas, tener gusto, etc., hay construcciones como Tiene una vacilación, A. Paso, La boda de la chica, que tienen más bien carácter literario y que recuerdan las construcciones análogas francesas del tipo il eut un sourire, puestas en moda por ciertos autores ―vid. A. Lombard, Les constructions nominales dans le français moderne, Upsala-Estocolmo, 1930, capítulo 5―).
El citado autor enumera 37 sustantivos que en el español antiguo solían combinarse con haber; entre ellos figuran varios que actualmente aparecen combinados con tener. En palabras del propio , «Muchas de estas construcciones se conservan en la lengua moderna bajo la forma de lexicalismos donde en vez del verbo haber se usa el verbo tener».
4.2.6. En torno a aver: análisis cuantitativo
Las siguientes tablas presentan en sinopsis los valores y los empleos del verbo aver en la obra analizada:
Empleos de aver | Casos | Porcentaje |
---|---|---|
Usado como auxiliar Aver 1 | 935 | 90,1 % |
Usado como no auxiliar Aver 2 | 103 | 9,9 % |
Total: | 1038 | 100,0 |
5. VALORES Y USOS DEL VERBO TENER EN EL DIÁLOGO DE LA LENGUA
Ha de tenerse en cuenta que durante la época estudiada aver se usaba predominantemente como auxiliar en tanto que tener conservaba gran parte de sus valores semánticos originales, se utilizaba bastante como verbo de apoyo y se empleaba muy poco como auxiliar de perífrasis. Por ello en este apartado el auxiliar tener aparecerá tratado en último lugar bajo el rótulo de tener 3.
5.1. Tener empleado como no auxiliar tener 1
5.1.1. Empleado como verbo pleno con distintos valores semánticos
a) con el valor de poseer:
- (70)
M.: En la verdad creo sea assí, aunque no fuesse sino porque el vigitar tiene a mi ver, del villanesco (DL: 174).
- (71)
V.: Garrido por gallardo stá desechado, aunque tiene de su parte un buen refrán que dize: «Pan y vino anda camino que no moço garrido» (DL: 200).
b) con el valor de obtener:
- (72)
M.: Bien me contenta esso, pero ¿qué señal ternemos para ver quándo stá superfluo y quándo no? (DL: 234).
- (73)
C.: Pues de mí ya sabéis que tanto tenéis, quanto queréis (DL: 263).
c) con el valor de disponer de:
- (74)
M.: […] con los chistes y donaires, de que continuamente vuestras cartas venían adornadas, teníamos de qué reír y con qué holgar y, notando con atención los primores y delicadezas que guardávades y usávades en vuestro escrivir castellano, teníamos sobre qué hablar y contender (DL: 119).
- (75)
V.: Y aun yo holgara de dároslos siquiera de Isócrates, pero contentáos con que os dé de lo que tengo (DL: 135).
d) con el valor de contar con:
e) Con el valor de mantener:
5.1.2. Tener + sustantivos abstractos (acompañados o no por determinantes y/o adyacentes), empleado con el valor de poseer
Estos casos abundan en el texto en estudio, cfr.:
- (78)
M.: Assí llaman los latinos a los vocablos que tienen más de una sinificación […] (DL: 210-11).
- (79)
M.: Yo os prometo que la copla me parece tan galana que no ay más que pedir, y muestra bien el ingenio del que la hizo; al fin no lo negamos que los españoles tenéis excelencia en semejantes cosas (DL: 213).
- (80)
M.: Agora, pues avéis començado, dezidnos lo que acerca desto sentís, y mirad no os dexéis cegar de la afición que tenéis a vuestra lengua, ni del desseo que tenéis de complazer a los italianos, por estar, como estáis, en Italia (DL: 156).
- (81)
P.: ¿Creéis que pueda aver alguno que tenga buen ingenio y sea falto de juizio; o tenga buen juizio y sea falto de ingenio? (DL: 245).
5.1.3. Tener + sustantivos concretos (acompañados o no por determinantes y/o adyacentes), utilizado con el valor de poseer
Aunque menos abundantes, las ocurrencias de este tipo se documentan con relativa frecuencia en el texto analizado, cfr.:
- (82)
V.: La copla dezía así: Diez marcos tengo de oro y de plata cientiochenta, buenas casas en que moro y un largo cuento de renta […] (DL: 227).
- (83)
P.: Dize assí: «Aquí yaze sepultado un conde dino de fama, un varón muy señalado leal, devoto, esforçado, don Perançúrez se llama, el qual sacó de Toledo, de poder del rey pagano, al rey que con gran denuedo tuvo el braço rezio y quedo al horadar de la mano» (DL: 202).
- (84)
V.: Y avéis de notar que en aquel Roma stá otro primor, que aludió a que la reina doña Isabel, que tenía las narizes un poco romas, aunque mostrava favorecer al comendador, al fin no lo favorecería contra la voluntad del rey su marido (DL: 213).
5.1.4. Tener + sustantivos concretos (acompañados o no por determinantes y/o adyacentes), empleado con el valor de disponer de / contar con
- (85)
V.: Henchir parece feo y grossero vocablo, y algunas vezes forçosamente lo uso por no tener otro [vocablo] que sinifique lo que él, porque llenar no quadra bien en todas partes; conhórtome con que lo usa el refrán que dize: «De servidores leales se hinchen los ospitales» (DL: 200).
- (86)
V.: […] pensad que, aunque he dicho esto de «Amadís», también digo que tiene muchas y muy buenas cosas, y que es muy dino de ser leído de los que quieren aprender la lengua; pero entended que no todo lo que en él halláredes lo avéis de tener y usar por bueno (DL: 252).
- (87)
V.: Éssa es cosa que no se puede enseñar sino teniendo un libro castellano en la mano […] (DL: 167).
5.1.5. Tener + sustantivos abstractos (acompañados o no por determinantes y/o adyacentes), empleado con el valor de disponer de / contar con
- (88)
V.: Buen tiempo tenéis; pues algún día me vernéis a la melena […] (DL: 152).
- (89)
M: Digo que, si sólo por esso ponen la «d», ellos a mi ver lo yerran, porque, aliende de lo que vos avéis dicho, no tienen autoridad de ninguna otra lengua que haga una cosa semejante donde se puedan fundar (DL: 170).
5.1.6. Tener empleado con el valor de mantener, contener, retener en la memoria
a) Tener + sustantivos concretos utilizado con el valor de contener, cfr.:
- (90)
V.: Dezidme quáles lo [el correspondiente vocablo latino] tienen, que holgaré aprender esto de vos (DL: 225).
- (91)
V.: Aun juegan más con la pobre «h», poniendo algunas vezes, como ya os he dicho, la «g» en su lugar, y assí dizen güerta, güessa, güevo, por huerta, huessa, huevo, etc., en los quales todos yo siempre dexo estar la «h», porque me ofende toda pronunciación adonde se juntan la «g» con la «u», por el feo sonido que tiene (DL: 175-6).
- (92)
V.: Lo que más os puedo dezir es que, mirando en ello, hallo que por la mayor parte de los vocablos que la lengua castellana tiene de la latina, son de las cosas más usadas entre los hombres y más anexas a la vida humana; y que los que tiene de la lengua aráviga son de cosas estraordinarias o, a lo menos, no tan necessarias, y de cosas viles y plebeyas, los quales vocablos tomamos de los moros con las mesmas cosas que nombramos con ellos; y que los que tiene nuevos de la lengua griega, casi todos son pertenecientes a la religión o a dotrina (DL: 193).
b) Tener + sustantivos abstractos o concretos, utilizado con el valor de mantener:
- (93)
V.: […] creo que también lo aya causado la mucha comunicación que estas dos provincias an siempre tenido en Castilla (DL: 141).
c) Tener usado con el valor de retener en la memoria, cfr.:
5.1.7. Tener (que) usado como verbo de percepción cognitiva = creer / pensar (que)
- (95)
V.: Lo que por la mayor parte los que son curiosos destas cosas tienen y creen, es que la lengua que oy usan los vizcaínos es aquella antigua española (DL: 132).
- (96)
M.: ¿Tenéis que essa regla sea siempre verdadera? (DL: 153).
- (97)
V.: ¿Qué? Lo que dizen las viejas en mi tierra: «Un correverás y otro que te hallarás», por que veáis en quánto tengo que os parezcan mal o bien (DL: 154‑5).
- (98)
V.: Sandio, por loco, tengo que sea vocablo nacido y criado en Portugal; en Castilla no se usa agora, no sé si en algún tiempo se usó (DL: 207).
5.2. Tener empleado como verbo de apoyo tener 2
Los verbos dar, hacer y tener se consideran verbos de apoyo «puros» porque «se han vaciado de su contenido léxico hasta tal punto que sólo conservan una parte de su significado muy general y taxonómica que remite al tipo semántico del verbo en cuestión» ().
Para , las construcciones con verbos de apoyo (CVA) son estructuras sintagmáticas verbonominales en las que se combinan «verbos aparentemente vacíos de significado léxico (y, por tanto, escasamente predicativos) con nombres que denotan eventos (por tanto, no referenciales); es decir, en ellas parece alterado el reparto habitual de tareas entre ambas categorías léxicas».
Refiriéndose a los llamados «verbos de apoyo», señala que estos verbos polisémicos «han sufrido a lo largo de la historia de la lengua, en algunos de sus usos un proceso de desemantización, de conversión en una especie de apoyo gramatical de los sustantivos» que el citado autor denomina «predicativos».
Entre el verbo de apoyo y el correspondiente verbo simple no se da siempre la supuesta o esperada coincidencia semántica. También es posible que el idioma no disponga de algún verbo simple: según , «la falta de verbo simple correspondiente no representa sino un vacío en el inventario léxico del español, vacío que puede llenar precisamente la colocación funcional (o verbo complejo)».
a) Tener necessidad = necesitar:
- (99)
V.: Y la causa por que, según yo pienso, en el Andaluzía y en el reino de Murcia la vezindad de la mar no ha hecho lo que en las otras provincias, es que los castellanos conquistaron estas provincias en tiempo que ya ellos eran tantos que bastavan para introducir su lengua, y no tenían necessidad del comercio de otras naciones para las contrataciones que sustentan las provincias (DL: 142).
- (100)
M.: […] el negocio stá en saber si querríades introduzir éstos por ornamento de la lengua, o por necessidad que tenga dellos (DL: 223).
b) Tener temor = temer:
- (101)
M.: Mucho me huelgo que, sin meteros en esta qüestion, vos de vuestra voluntad seáis entrado en ella, porque, desseando essaminarla con vos, tenía temor que no querríades entrar en ella (DL: 256).
c) Tener intento = intentar:
- (102)
V.: […] yo no me curo de la fealdad, teniendo intento a ayudar la buena pronunciación (DL: 163).
d) Tener sospecha = sospechar:
- (103)
M.: Si va a dezir las verdades, digôs que tengo sospecha que vosotros os vais haziendo del ojo para que aprueve el uno lo que dize el otro (DL: 175).
e) Tener duda = dudar:
- (104)
V.: […] por donde conocéis que no os preguntan si los entendéis por dubda que tengan dello, sino porque, mientras os preguntan aquello les venga a la memoria lo otro (DL: 232‑3).
f) Tener cuidado = cuidar:
- (105)
V.: El mesmo cuidado que avéis de tener en poner bien el artículo del nominativo conviene que tengáis en poner el del genitivo y acusativo (DL: 150).
- (106)
V.: De muy buena voluntad os diré las que me vinieren a la memoria, pero con condición que, porque estos cuentos son sabrosos muchas vezes para el que los dize y desabridos para el que los oye, si me viéredes embevecido en ellos, tengáis cuidado de despertarme (DL: 211).
g) Tener descuido = descuidarse, dejar de tener la atención puesta en algo:
- (107)
V.: Y creedme que estas superfluidades no proceden sino del mucho descuido que tenemos en el escrivir en romance (DL: 234).
h) Tener familiaridad = familiarizarse, adaptarse, acomodarse:
- (108)
V.: Pienso que porque no miran en ello, como hazía yo antes que tuviesse familiaridad con la lengua griega y con la italiana (DL: 189).
i) Tener conformidad = conformarse, ajustarse, concordar:
- (109)
V.: No tienen mucha conformidad con ellos, porque los castellanos son tomados de dichos vulgares, los más dellos nacidos y criados entre viejas, tras del fuego hilando sus ruecas (DL: 127).
- (110)
V.: Quanto a lo primero, presuponed que por la mayor parte todos los vocablos que viéredes que no tienen alguna conformidad con los latinos y griegos son arávigos (DL: 147).
j) Tener disconformidad = no conformarse, diferenciarse:
- (111)
V.: La otra razón es la disconformidad que tiene la lengua vizcaína con qualquiera de las otras lenguas que el día de oy en España se usan (DL: 132).
k) Tener significación = significar:
- (112)
V.: […] como sabéis, unas vezes está, esté y estó son verbos y tienen una sinificación, y otras vezes son pronombres demostrativos y tienen otra sinificación (DL: 159).
l) Tener semejanza = parecerse, asemejarse:
- (113)
V.: De manera que, pues yo no compongo vocablos nuevos, sino me quiero aprovechar de los que hallo en las otras lenguas con las quales la mía tiene alguna semejanza, no sé por qué no os ha de contentar (DL: 223).
m) Tener dificultad = dificultarse:
- (114)
V.: Porque, siendo assí que la mayor parte de la gracia y gentileza de la lengua castellana consiste en hablar por metáforas, atándose el que traduze a no poner más de lo que halla scrito en la lengua de que traduze, tiene grandíssima dificultad en dar al castellano la gracia y lustre que escriviendo de su cabeça le daría (DL: 246‑7).
n) Tener esperanza = esperar:
- (115)
V.: Ninguno haga mudança por mal que vea de sobra, mas tenga tal esperança que lo que razón alcança la vida todo lo cobra (DL: 243).
o) Tener advertencia = advertir, aconsejar:
- (116)
V.: […] y porque usamos de dos maneras de «úes», una de dos piernas y otra casi redonda, avéis de saber que déstas yo no uso indiferentemente, antes tengo esta advertencia: que nunca pongo la «u» de dos piernas sino donde la «u» es vocal; en todas las otras partes casi siempre uso de la otra, y aun también a principio de parte, pero aquí más por ornamento de la escritura que por otra necessidad ninguna (DL: 167).
5.2.1. Tener,~se por + sintagma nominal o adverbial construcción usada con semántica valorativa = considerar, juzgar, estimar
En la obra analizada abundan los casos de tener por (raras veces tenerse por) + sustantivo, adjetivo / participio, pronombre o adverbio.
a) Tener,~se por + sustantivo (acompañado o no por determinantes y/o adyacentes):
- (117)
M.: Dezidme: si las cartas de que os queremos demandar cuenta fueran latinas, ¿tuviérades por cosa fuera de propósito que os demandáramos cuenta dellas? (DL: 121).
- (118)
P.: Dadme a mí el sujeto que tuvo César, que scrivía lo que él hazía y no lo que otros dezían, y estonces veréis si tengo por deshonra escrivir […] (DL: 127).
- (119)
V.: Bien sé que ternán algunos ésta por demasiada y superflua curiosidad […] (DL: 152).
- (120)
C.: No solamente tengo esso por prudencia, pero ternía el contrario por iñorancia (DL: 68).
- (121)
V.: Entre los que an escrito cosas de sus cabeças comúnmente se tiene por mejor estilo el del que scrivió los quatro libros de «Amadís de Gaula» (DL: 248).
b) Tener por + adjetivo / participio:
- (122)
M.: ¿No tenéis por tan elegante y gentil la lengua castellana como la toscana?
V.: Sí que la tengo, pero también la tengo por más vulgar, porque veo que la toscana stá ilustrada y enriquecida por un Bocacio y un Petrarca, los quales, siendo buenos letrados, no solamente se preciaron de scrivir buenas cosas, pero procuraron escrivirlas con estilo muy propio y muy elegante (DL: 123).
- (123)
V.: Es tanta que, si bien la entendiéssedes, soy cierto me terníades antes por modesto en el notar poco, que por insolente en el reprehender mucho (DL: 125).
- (124)
V.: Pues yo os lo diré agora, y tenerlo eis por dicho para siempre: paradoxa quiere dezir «cosa que viene sin pensarla»; idiota sinifica «hombre privado y sin letras» (DL: 219).
- (125)
V.: Tengo por averiguado que si los vocablos que la lengua castellana tiene tomados de la latina los escriviesse y pronunciasse enteramente, apenas avría latino que no entendiesse qualquier libro escrito en castellano, y apenas avría castellano que no entendiesse lo más de cualquier libro latino (DL: 256).
- (126)
M.: Porque os tengo por tan delicado, que de cada mosquito que os passa por delante la cara, si no va a vuestra voluntad, os ofendéis (DL: 261).
c) Tener por + pronombre:
- (127)
M.: Antes abasta harto lo que avéis dicho, y de verdad parece harto aparente y razonable esta vuestra opinión, y yo tanto de oy más la terné también por mía, y lo mesmo creo que harán estos dos señores (DL: 136).
- (128)
M.: Veis aquí anotado todo lo que avéis dicho, y yo tengo por tal al escrivano que ha sabido bien lo que ha escrito (DL: 262).
d) Tener por + adverbio:
- (129)
M.: Sí tenéis, y muy grande; que os hizistes al principio tanto de rogar que, timiendo lo terníades por mal, no osé hazer lo que quería (DL: 260‑1).
- (130)
M.: Que os avemos tomado a mano, haziendo por buen estilo que tengáis por bien que ayamos hecho lo que temíamos os diera mucho enojo (DL: 262).
5.2.2. Tener usado en distintas estructuras verbonominales complejas (colocaciones y/o locuciones verbales)
Analizando las diferencias existentes dentro del conjunto de expresiones entre las que se encuentran las locuciones verbales, las colocaciones , las unidades fraseológicas y los verbos de apoyo. señala:
Por un lado, encontramos los enunciados fraseológicos, los cuales no presentan problemas, ya que son fáciles de distinguir: son sintagmas totalmente fijados que se mencionan de forma coloquial y que han perdido sus propiedades sintácticas y semánticas: A quien madruga, Dios le ayuda. Por otro lado, no parece tan clara la distinción entre las locuciones verbales (meter la pata, arrimar el hombro) y los predicados complejos con verbo de apoyo (tener miedo, tomar decisiones).
[…]. Así pues, el límite entre las locuciones verbales y las CVA se encuentra básicamente en el grado de fijación. El problema de confusión deriva de que muchos predicados complejos eran originariamente CVA, pero posteriormente han adquirido un sentido idiomático y se han acabado convirtiendo en locuciones verbales.
La estructura verbonominal que predomina con creces en el texto analizado es tener razón = estar en lo cierto, cfr.:
- (131)
M.: Si os demandássemos cuenta de lo que otros escriven de otra manera que vos, terníades razón de scusaros, pero, demandándôs de lo que vos escrivís de otra manera que otros, con ninguna razón os podéis escusar (DL: 121‑2).
- (132)
V.: Y si quiero dezir que no son imitables para este tiempo, ¿terné razón?
P.: Sí que la ternéis, con tanto que no le reprehendáis que los aya usado en su historia (DL: 249‑50).
Se descubren asimismo los giros tener en merced, tener lugar, tener aparejo, tener ojo y la fórmula tener a mal utilizada con el valor de «desaprobar o recriminar una cosa», cfr.:
- (133)
V.: De la lengua italiana desseo poderme aprovechar para la lengua castellana destos vocablos: facilitar, fantasía, en la sinificación que lo tomáis acá; aspirar, por tener ojo, como quien dize: «Cada cardenal aspira al papado» (DL: 221‑2).
- (134)
M.: Y si queréis que alabemos vuestra prudencia con esto, y que os tengamos en merced la honra que nos hazéis con ello, no nos desavernemos (DL: 231).
- (135)
M.: Mi demanda es ésta: que el señor Pacheco nos prometa aquí de hazer, en los refranes españoles, lo que dize ha stado muchas vezes por hazer.
P.: Por no estar a contender, soy contento de prometerlo, pero para quando tuviere el lugar y aparejo que conviene (DL: 263).
- (136)
M.: Cosa nueva es para mí, no lo que toca a las historias, sino lo que dezís que la lengua castellana tenga tanto de la griega, y, si no me lo tuviéssedes a mal, no lo querría creer hasta ver primero cómo lo prováis (DL: 133).
No es fácil decidir cuándo se trata de colocaciones y cuándo, de giros verbonominales completamente lexicalizados (lexicalismos o locuciones). En cualquier caso, dadas las dificultades para distinguir las colocaciones de las locuciones, en nuestro trabajo evitaremos usar el término locución y preferiremos utilizar el de lexicalismo (giro completamente lexicalizado) que emplea . Adoptamos el punto de vista de para quien los verbos de apoyo participan en la cadena verbo pleno verbo de apoyo colocación locución, lo cual significa que cada colocación puede terminar convirtiéndose en locución. Las dudas en cómo distinguir los conceptos de colocación y locución aparecen inmediatamente al tratar de interpretar el ejemplo 135 en que tener aparece combinado con dos sustantivos concretos ―lugar y aparejo ― que en este caso se emplean metafóricamente. Desde luego en dicho ejemplo lugar no tiene nada que ver con ‘sitio, paraje, espacio ocupado’ o ‘villa, ciudad, aldea’; ni la estructura verbonominal «tener lugar» parece significar ‘ocurrir, suceder, efectuarse’. Más bien en el caso concreto esperaríamos hallar empleada la estructura «haber lugar», que, según el citado diccionario, significa «darse las condiciones para que algo se produzca». El sustantivo aparejo en nuestro ejemplo no puede relacionarse con el ‘arreo necesario para montar o cargar las caballerías’, ni con el ‘conjunto de objetos necesarios para hacer ciertas cosas’; tampoco parece relacionarse con la ‘forma o modo en que quedan colocados los materiales en una construcción’. Dadas las circunstancias arriba mencionadas, nos inclinamos a proponer la siguiente interpretación del controvertido ejemplo 135:
5.3. Tener empleado como verbo auxiliar tener 3
5.3.1. Las perífrasis obligativas: tener de / tener que + infinitivo
Hasta hoy en español existen las perífrasis obligativas tener que + infinitivo y tener de + infinitivo, de las cuales la segunda «era normal en el español medieval y clásico, pero hoy solo aparece en textos literarios, con intención arcaizante […]». En cuanto a la selección del empleo de tener de / tener que + infinitivo subrayan lo siguiente:
Así, tener que penetra con fuerza en el terreno de los verbos de lengua, especialmente decir, y de forma mucho más tímida entre los verbos dinámicos. Con una singular excepción, los verbos de movimiento, que en el español clásico aparecen todavía sistemáticamente asociados con la perífrasis tener de. Y lo mismo sucede con los verbos estativos, de nuevo mayoritariamente vinculados a esta última combinación verbal.
Junto al modo de acción del verbo principal, otros factores lingüísticos con validez explicativa son el tiempo y el modo verbales, la persona y número de la perífrasis y la modalidad oracional. En todos ellos se aprecia un mismo esquema, según el cual los contextos mayoritarios en el corpus (presente de indicativo, primera persona, oraciones afirmativas) son los que menos favorecen la variante tener que; y viceversa: los entornos sintácticos minoritarios (resto de paradigmas de la conjugación y personas, y oraciones negativas) son el principal caldo de cultivo para esta expresión verbal en alza. Ello explicaría las dificultades que todavía en el periodo clásico encuentra esta perífrasis y su carácter minoritario con respecto a tener de, alentada aún por la mayor recurrencia en el discurso de los contextos que le son favorables.
¿Cuál es la situación en el texto en estudio? Nuestro análisis comprueba que en el Diálogo de la lengua valdesiano predomina el empleo de la perífrasis deóntica tener de + infinitivo detectada en 14 ocasiones, cfr.:
- (137)
V.: Pues aunque yo no hago professión de soldado, pues tampoco soy hombre de haldas, pensad que no os tengo de consentir me moláis aquí preguntándome niñerías de la lengua […] (DL: 128).
- (138)
V.: Yo sí, que un refrán dize: «No passa seguro quien corre por el muro». Quanto a las maneras de dezir, hago dest’ârte: si tengo de dezir «no quiero tener que dar ni que tomar con vos», digo: «no me quiero empachar con vos». Y si tengo de dezir: «con la qual uve mucho plazer», digo: «la qual me fue muy agradable» (DL: 230‑1).
Ahora bien, la perífrasis obligativa tener que + infinitivo aparece documentada en cuatro ocasiones, de las que solo la del ejemplo 139 ofrece una estructura correspondiente a la actual, cfr.:
- (139)
V.: De la vizcaína querría saberos dezir algo, pero, como no la sé ni la entiendo, no tengo que dezir della sino solamente esto: que, según he entendido de personas que la entienden, también a ella se le an pegado muchos vocablos latinos […] (DL: 140).
En el resto de los casos, la intercalación del adverbio más entre el verbo tener y el que nos permite interpretar dichas construcciones como estructuras disjuntas de sentido distinto:
- (140)
V.: No tengo más que proseguir; ni vosotros os podréis quexar que no os he dicho hartas gramatiquerías (DL: 155).
- (141)
M.: Si no tenéis más que dezir, dezidnos si es muy abundante de vocablos equívocos la lengua castellana (DL: 210).
- (142)
V.: En merced os tengo que me ayáis atajado; y vos ved si tenéis más que preguntar (DL: 219).
Coincidimos con , quienes destacan lo siguiente:
Sea cual sea su origen, tener que + infinitivo representa una notable excepción en el panorama de las perífrasis personales con infinitivo, ya que se trata del único caso en que el nexo entre el verbo auxiliar y el principal se realiza por medios no preposicionales (). recuerda, además, que, en torno a esta combinación, se configuran dos tipos de estructuras sintácticas, como las de (5) y (6).
- (5)
Juan Gabriel, acuérdate que tienes muchos problemas que repasar
- (6)
Juan Gabriel, acuérdate que tienes que repasar muchos problemas
Sin embargo, diversos autores han demostrado que tan solo las cláusulas de (6), en las que no aparece ningún antecedente entre tener y que, pueden considerarse verdaderas perífrasis, a diferencia de las de (5) (; ; ), un criterio que compartimos. En la práctica, sin embargo, no es descartable que el origen de (6) pudiera estar en una elipsis a partir de (5): tener (algo) que (está por) hacer (, ).
Aunque somos conscientes de que es «arriesgado con un corpus limitado pretender extender este comportamiento a toda la época» (), nos aventuramos a lanzar la hipótesis de que durante la época cuando fue creado el Diálogo de la lengua la perífrasis obligativa tener que + infinitivo estaba todavía lejos de haber conseguido imponerse del todo.
5.3.2. La perífrasis resultativa: tener + participio
De acuerdo con , el verbo tener «ha sufrido un cambio parecido al verbo latino habēre, pues ciertas construcciones ya no establecen una relación posesiva, sino que expresan la culminación de un proceso». En efecto, la perífrasis tener + participio denota el resultado de una acción anterior. Según , el empleo de tener como verbo auxiliar empieza a notarse en los antiguos textos castellanos solo a partir del siglo xiii, aunque todavía es raro encontrar «un uso propiamente auxiliar de tener con participio […]. En el xiv aumentan los ejemplos de esta construcción y en el xv está ya consolidada».
Compartimos la opinión de , para quien la perífrasis resultativa tener + participio es la heredera moderna de la primitiva estructura analítica haber + participio en la época cuando haber no había llegado todavía a su desemantización definitiva: al principio haber seguía manteniendo su significado etimológico de verbo de posesión; las estructuras haber + participio solo eran posibles si el sujeto era +animado y llevaba expreso su objeto directo con el que el participio concordaba en género y en número. Al estudiar el comportamiento de las estructuras tener/llevar + participio en español clásico, señala:
Así pues, consideramos perifrásticos aquellos casos en que se cumplan dos requisitos: a) una fusión secuencial inmediata entre el verbo tener y el participio correspondiente, es decir, que no haya un complemento directo entre uno y otro que pueda permitir una reinterpretación predicativa; y b) que no exista ningún complemento del participio que pueda acercarlo funcionalmente a un adjetivo.
5.3.3. Características semánticas y sintácticas de los verbos cuyos participios aparecen auxiliados por tener
Como auxiliar de la perífrasis resultativa, tener se combina solo con participios de verbos transitivos, «no admite usos reflexivos de los verbos transitivos, y exige que el sujeto tenga referente animado» ().
En opinión de , tener «es compatible con cambios (Tiene escritos/publicados varios libros) e incompatible con predicados estativos (*Tiene amadas/conocidas a varias mujeres)».
El participio auxiliado por tener concuerda siempre en género y número con el complemento directo. Estas restricciones explican la poca frecuencia de empleo de la perífrasis tener + participio en el texto en estudio. En la mayoría de los ejemplos detectados tener aparece combinado con el participio del verbo decir formando una especie de expresión «con significado extraoracional». De acuerdo con , «Cercano a este significado extraoracional se encuentra, […], algún caso […], en que aparece tener dicho […], con un significado plenamente tempo-aspectual y con notorios matices pragmáticos y discursivos, que dan coherencia al texto al indicar el resultado de lo ya explicado».
En el texto analizado predominan las estructuras canónicas, aunque también se hallan dos ejemplos con perífrasis resultativas en los que entre el auxiliar y el auxiliado aparece intercalado algún adverbio o algún pronombre.
A. Las estructuras canónicas:
- (143)
V.: […] si queréis ir avisados, hallaréis que un «al», que los moros tienen por artículo, el qual ellos ponen al principio de los más nombres que tienen, nosotros lo tenemos mezclado en algunos vocablos latinos, el qual es causa que no los conozcamos por nuestros (DL: 139).
- (144)
V.: […] es, como tengo dicho, el fundamento de la lengua castellana, de la qual, porque os tengo dicho todo lo que sé y puedo dezir, no curo de hablar más (DL: 140).
- (145)
V.: Ya os tengo dicho que no me aleguéis a Librixa (DL: 168)
- (146)
V.: Ya tornáis a vuestro Librixa. ¿No os tengo dicho que, como aquel hombre no era castellano, sino andaluz, hablava y escrivía como en Andaluzía, y no como en Castilla? (DL: 190).
- (147)
V.: […] el que quisiere scrivir bien, deve siempre poner los artículos como tengo dicho […] (DL: 236).
- (148)
V.: ¿Esto me teníades guardado por fruta de postre? (DL: 263).
- (149)
V.: Tengo por averiguado que si los vocablos que la lengua castellana tiene tomados de la latina los escriviesse y pronunciasse enteramente, apenas avría latino que no entendiesse qualquier libro escrito en castellano, y apenas avría castellano que no entendiesse lo más de cualquier libro latino (DL: 256).
B. Las estructuras no canónicas:
- (150)
V.: Soy contento, y porque tenemos ya averiguado que lo más puro castellano que tenemos son los refranes, en ellos mesmos os lo quiero mostrar (DL: 257).
- (151)
M.: Ya me lo habéis dicho, y ya yo lo sé; pero también os tengo yo dicho a vos que os he de hazer picar en Librixa más de diez vezes (DL: 190).
El ejemplo 151 resulta especialmente interesante ya que revela la correspondencia existente entre las estructuras habéis dicho y tengo dicho: aunque el valor de «te tengo dicho» se acerca al del antepresente de indicativo: «¡Te he dicho que cumplas lo prometido!», la estructura tener + participio resalta el carácter reiterado de la acción: «¡Mil veces te tengo dicho que cumplas lo prometido!».
5.3.4. En torno a tener: análisis cuantitativo
Las siguientes tablas presentan en sinopsis los valores semánticos y los empleos gramaticales del tener en el texto en estudio:
6. CONCLUSIONES
6.1. En torno a aver
Los resultados de nuestro análisis evidencian que en la época en que vivió y trabajó Juan de Valdés aver ya se había convertido en el auxiliar predominante. La concordancia del participio con su objeto directo se había perdido por completo en las estructuras auxiliadas por aver. No obstante, importa señalar que en el Diálogo de la lengua todavía aparecen formas temporales compuestas auxiliadas por ser; estructuras temporales compuestas con elementos interpolados entre el auxiliar y el participio, así como formas temporales (con el auxiliar aver) con el orden invertido de los componentes principales del compuesto.
Por otra parte, el análisis de esta obra valdesiana demuestra que aver conservaba parte de su semántica etimológica posesiva así como su valor existencial. Ello nos permite postular la existencia de dos verbos: aver 1 y aver 2. Aver 1, completamente desemantizado, ya se había convertido en verbo auxiliar, en tanto que aver 2 conservaba parte de sus antiguos valores posesivos y existenciales
6.1.1. Aver 1 el verbo auxiliar por excelencia
A) Aver 1 como auxiliar pospuesto: el futuro y el condicional.
Se ha podido comprobar que en la obra analizada quedan todavía restos del futuro analítico aunque el autor del Diálogo de la lengua declara su preferencia por las formas sintéticas. No se descubren restos del condicional analítico.
B) Aver 1 como auxiliar de las formas verbales compuestas.
En el 90,1 % de los casos aver 1 servía para formar los tiempos compuestos de ambos modos. Se combinaba con participios de todo tipo de verbos, aun con aquellos que en épocas anteriores solían combinarse con ser. En la obra analizada prevalecen las estructuras canónicas que en nada se distinguen de las respectivas formas modernas. Se descubren unas pocas estructuras compuestas entre cuyos componentes aparecen intercalados pronombres o adverbios y locuciones adverbiales. En tres ocasiones se detectan estructuras con el orden invertido de los componentes principales. Las formas compuestas con el auxiliar aver en la obra valdesiana revelan la pérdida total de la sintaxis concordante del participio. El sujeto agente de las estructuras compuestas por aver + participios de verbos transitivos resulta siempre +humano; lo mismo no es válido para los compuestos por aver + participios de verbos intransitivos, pronominales o no.
6.1.2. Aver 2 empleado como no auxiliar
El análisis del Diálogo de la lengua comprueba que en 9,9 % de los casos aver conserva restos de su semántica posesiva y de su valor existencial. Este último está bastante bien documentado. Se han descubierto las siguientes formas entre las que predomina la estructura en la que aver figura con su forma terciopersonal en presente de indicativo, cfr.:
Formas | Ocurrencias | Porcentaje |
---|---|---|
Ay | 71 | 77,2 % |
Aya | 6 | 6,5 % |
Ha | 5 | 5,4 % |
Avía | 3 | 3,3 % |
Avría | 3 | 3,3 % |
Avrá | 2 | 2,2 % |
Aver | ..2 | 2,2 % |
Total: | 92 | ≈ 100,0 % |
Como verbo posesivo aver 2 aparece usado en 10 ocasiones ―entre ellas, en unos pocos refranes―, a saber:
- (152)
«Quien ha buen vezino, ha buen maitino» (DL: 156).
- (153)
«Quien lengua ha, a Roma va» (DL: 156).
- (154)
«El que malas mañas ha tarde o nunca las perderá» (DL: 187‑8).
No debemos olvidar que buena parte de los refranes usados por Valdés en el Diálogo de la lengua provienen de épocas pasadas cuando la situación lingüística sin duda fue distinta.
6.2. En torno a tener
6.2.1. Tener usado como no auxiliar tener 1
Nuestro análisis comprueba que tener no ha perdido su carácter de verbo prototípico para expresar propiedad y posesión inherente. Tener se usa como verbo pleno desarrollando múltiples acepciones semánticas dentro y fuera de la esfera nocional de la posesión. En combinación con la conjunción que adquiere el significado de creer / pensar que. En combinación con la preposición por + sustantivos, adjetivos/participios o adverbios adquiere el valor de considerar, juzgar, estimar.
6.2.2. Tener usado como verbo de apoyo tener 2
Siendo un verbo de marcada polisemia, tener posee un significado vago e impreciso lo cual lo hace especialmente apto para participar en la formación de diferentes CVA. Por lo común tener aparece usado en combinación con sintagmas nominales ―los ya mencionados «nombres predicativos»―. En épocas anteriores, tener solía combinarse con nombres predicativos concretos. De acuerdo con , en latín tenere «establecía relación sintagmática con sintagmas cuyos núcleos eran sustantivos de significado concreto, mientras que habere se combinaba en expresiones que referían nociones abstractas». Lo mismo sostiene . No obstante, el análisis del Diálogo de la lengua revela una situación algo distinta: como verbo de apoyo tener aparece combinado tanto con nombres predicativos de significado concreto como con nombres predicativos de significado abstracto (en la mayoría de los casos).
6.2.3. Tener empleado como verbo auxiliar tener 3
Hemos de subrayar que en la obra en estudio tener aparece utilizado con poca frecuencia en dos perífrasis: la resultativa tener + participio y la obligativa tener de + infinitivo. En el Diálogo de la lengua la perífrasis tener que + infinitivo se documenta una sola vez.
6.3. Análisis comparativo
6.3.1. Discrepancias: aver vs. tener
La más importante de las diferencias entre aver y tener descubiertas en la obra analizada radica en la definitiva gramaticalización de aver usado como auxiliar para formar los tiempos compuestos de ambos modos y el poco uso de tener como auxiliar de perífrasis.
Analizando las características semánticas y sintácticas de los verbos cuyos participios aparecen auxiliados por aver (vid. supra § 4.2.2) o por tener (vid. supra § 5.3.3), hemos descubierto que aver se combina con participios de todo tipo de verbos (transitivos e intransitivos, verbos de movimiento télicos y atélicos, verbos pronominales, estativos y semideponentes). En cambio, tener se combina solo con participios de verbos transitivos.
El análisis del Diálogo de la lengua revela que una de las diferencias más notables entre aver y tener se debe al hecho de que tener, por usarse muy poco como auxiliar, prácticamente aparece combinado con sustantivos y sintagmas nominales. Ahora bien, siguiendo a , hemos podido establecer a qué «clases de objetos» pertenecen los nombres predicativos abstractos con los que se combina tener en la analizada obra valdesiana:
-
a) tener + nombres predicativos abstractos que expresan sentimientos y emociones: tener deseo, tener intención,
-
b) tener + nombres predicativos abstractos que establecen «maneras de ser» en las que lo emocional se mezcla con lo intelectual: tener afición, tener amistad, tener el gusto estragado, tener esperanza, tener gracia, tener intención, tener negligencia,
-
c) tener + nombres predicativos abstractos que expresan «estados intelectuales»: tener atención, tener cuidado / descuido, tener dificultad, tener duda, tener sospecha;
-
d) tener + nombres predicativos abstractos que expresan «cualidades intelectuales»: tener abilidad, tener autoridad, tener buen / mal juicio, tener buena / mala memoria, tener excelencia, tener ingenio;
-
e) tener + nombres predicativos abstractos que expresan «cualidades morales»: tener advertencia, tener culpa, tener modestia. Importa señalar que en todos los casos registrados el sujeto agente en dichas construcciones resulta +humano y +activo.
En el texto en estudio tener aparece combinado asimismo con nombres concretos en función de CD (vid. supra, tabla 5); los sujetos en dichas combinaciones resultan +humanos o –humanos, cfr.:
A. Con sujetos (+humanos).
- (155)
P.: Aquí yaze sepultado un conde dino de fama, un varón muy señalado leal, devoto, esforçado, don Perançúrez se llama, el qual sacó de Toledo, de poder del rey pagano, al rey que con gran denuedo tuvo el braço rezio y quedo al horadar de la mano (DL: 202).
- (156)
V.: Y avéis de notar que en aquel Roma stá otro primor, que aludió a que la reina doña Isabel, que tenía las narizes un poco romas, aunque mostrava favorecer al comendador, al fin no lo favorecería contra la voluntad del rey su marido (DL: 213).
B. Con sujetos inanimados.
- (157)
V.: […] cada provincia tiene sus vocablos propios y sus maneras de dezir, y es assí que el aragonés tiene unos vocablos propios y unas propias maneras de dezir, y el andaluz tiene otros y otras, y el navarro otros y otras […] (DL: 142).
- (158)
P.: De manera que, según esso, podremos bien dezir que el a.b.c. de la lengua castellana tiene tres letras más que el de la latina (DL: 146).
De hecho, el análisis de esta obra valdesiana comprueba que la gran diferencia entre aver y tener se vincula con la realización gramatical de aver como auxiliar y el empleo de tener como verbo de apoyo. Ello significa que aver se ha desemantizado por completo, en tanto que tener, un verbo polisémico en extremo, ha sufrido en algunos de sus empleos solo una desemantización parcial que le ha permitido convertirse en una especie de soporte gramatical de los sustantivos que, de acuerdo con , «seleccionan para su funcionamiento en la oración determinados verbos soportes. Parece que existe algún tipo de relación entre el significado del sustantivo y el verbo que lo actualiza».
A diferencia del verbo aver, en el texto analizado tener se usa muchísimo como verbo de apoyo y participa en varias estructuras verbonominales (colocaciones y lexicalismos). Tener conserva intacta su semántica etimológica de poseer, tener en su poder. Aver, en cambio, ha mantenido solo una parte insignificante de sus valores etimológicos, pero su valor existencial sin duda irá intensificándose progresivamente: en español moderno haber terminará especializándose «en dos construcciones, una tempomodal y otra existencial, de las que la segunda se antoja hoy en día más extendida y activa que la primera» ().
Las siguientes tablas revelan los resultados del análisis comparativo:
6.3.2. Semejanzas, paralelismos, correspondencias
A) Aver por = tener por = ‘considerar, juzgar, estimar’. Aunque disponemos de un solo ejemplo (vid. supra ej. 62), creemos que durante la época en la que fue creado el Diálogo de la lengua tanto aver como tener podrían haberse usado paralelamente para formar construcciones usadas con semántica valorativa.
B) Llama la atención el paralelismo existente entre aver y tener usados como auxiliares de las perífrasis obligativas aver de + infinitivo y tener de + infinitivo y el empleo insignificante de las perífrasis deónticas (h)ay que + infinitivo y tener que + infinitivo. A base de los resultados del análisis del Diálogo de la lengua podemos concluir que en la época en que vivió y creó Juan de Valdés la perífrasis obligativa impersonal (h)ay que + infinitivo y la personal tener que + infinitivo estaban muy lejos de haber alcanzado la frecuencia de empleo que poseen actualmente en español.
C) Aver + participio = tener + participio invariable: una posibilidad no realizada en español. Al lado de haver/haber, el portugués, el gallego, el asturiano y algunos dialectos aledaños utilizan asimismo los verbos ter/tener como auxiliares. señala que el gallego posee ciertas particularidades en el uso de la construcción ter + participio que la acerca a la construcción española haber + participio: en la construcción gallega ter + participio la forma no personal concuerda en género y número con el complemento directo cuando el verbo lo precede, pero no se da cuando el participio aparece detrás del complemento verbal. De todos modos, según el mismo autor (), en las tradiciones gramaticales gallegas y asturianas las construcciones ter/tener + participio no se consideran tiempos compuestos, sino perífrasis que expresan acciones resultativas repetidas. En tales casos siempre es mejor ir a la misma fuente. Nos referimos al excelente trabajo de , en el que el lingüista gallego señala: «La construcción ter + participio, además de expresar valor perfectivo, indica de modo importante la mayoría de las veces un valor reiterado o terminativo» y puntualiza que: «[…] no existen “tiempos compuestos” en la conjugación gallega. La perífrasis con ter es una construcción destinada a la expresión primordial del aspecto perfectivo con una especial matización reiterativa» ().
Por su parte, al analizar el sistema del verbo asturiano, habla de la existencia en este dominio lingüístico de dos perífrasis con tener: (a) tener + participio inmovilizado y (b) tener + participio que concuerda en género y número con el complemento directo. Ello le permite suponer que tal vez estas dos estructuras respondan a diferentes valores: «en el primer caso tengo cantado sería equivalente al he cantado castellano, es decir, indicaría la “anterioridad” de un proceso con relación a otro. En el segundo caso, tengo cantado incidiría más bien en el resultado de la actividad».
En la evolución histórica de los verbos haber y tener en la Península Ibérica se dejan observar ciertos fenómenos que encienden la imaginación y nos obligan a preguntarnos si en el castellano antiguo habría podido producirse algo parecido a lo que ocurrió en portugués y en algunas lenguas y dialectos pertenecientes a la zona lingüística noroccidental de España.
Acordémonos del ejemplo 151 y comparémoslo con esta serie de ejemplos construidos:
-
¿Cuántas veces te he dicho que debes cumplir lo prometido?
-
¿Cuántas veces te tengo dicho que debes cumplir lo prometido?
-
¿Cuántas veces te tengo advertido que debes cumplir lo prometido?
-
¿Cuántas veces te tengo comentado que debes cumplir lo prometido?
Estas oraciones parecen completamente gramaticales cuando en la construcción con tener aparecen usados participios de verbos de lengua seguidos por una subordinada completiva que impide comprobar si se ha cumplido o no se ha cumplido la norma de la sintaxis concordante.
Acordémonos ahora, siguiendo a , de que desde el siglo xv hasta el xvii la estructura tener + participio aparecía documentada esporádicamente con participios morfológicamente invariables: la pérdida de la sintaxis concordante en tales casos podría interpretarse como indicio morfosintáctico de la desemantización del verbo conjugado que terminaría convirtiéndose en auxiliar de los tiempos compuestos. A continuación presentamos unos cuantos ejemplos ilustrativos que citamos por :
- (a)
De los grandes yerros que tu tienes fecho. ( cit. por ).
- (b)
E el rrey de Persia tenia çercado la cibdat onde hera obispo. (, ibid.).
- (c)
[…] sé que v. m. tiene ya bien entendido la miseria y poca estabilidad desta miserable vida […]. (, cit. por y ).
- (d)
[…] y los enemigos se retraian tan reciamente, que parecia que les teniamos ganado las tres cuartas partes de la ciudad […]. (, cit. por ).
Los ejemplos arriba citados nos convencen de que en el castellano preclásico y clásico tal vez hubiera podido suceder algo parecido a lo descrito por Martínez Díez en relación con el asturiano: la realización de dos perífrasis con tener + participio variable/invariable que sirvieran para expresar dos valores diferentes. Creemos que no conviene descartar por completo, por hipotética que parezca, semejante posibilidad. No obstante, la historia del castellano nos enseña que esta lengua siguió desarrollándose por vías de evolución distinta: no debemos olvidar que el factor más importante que conlleva los cambios lingüísticos se relaciona con la voluntad de los hablantes y que esta voluntad es impredecible.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
1
2
5
6
Arias, E. (2020): “Sinónimos de tener”. En línea: https://www.sinonimosonline.com/tener/ (consulta: 16/3/2022).
7
8
10
11
Barrio de la Rosa, F. del (2016): “De haber a tener. La difusión de tener como verbo de posesión en la historia del español: Contextos y focos”. En C de Benito Moreno & Á. Octavio de Toledo y Huerta (eds.): En torno a «haber». Construcciones, usos y variación desde el latín hasta la actualidad. Frankfurt: Peter Lang, 239-79.
14
Benito Moreno, C. de & Á. Octavio de Toledo y Huerta (2016): “Enfoques habidos y por haber: nuevas historias sobre un viejo predicado”. En C. de Benito Moreno & Á. Octavio de Toledo y Huerta (eds.): En torno a ‘haber’. Construcciones, usos y variación desde el latín hasta la actualidad. New York / Frankfurt am Main: Peter Lang, 9‑31.
15
16
17
18
19
20
21
24
25
26
28
30
31
32
33
34
36
37
Desen = Real Academia Española (2006): Diccionario esencial de la lengua española. Madrid: RAE. En línea: https://www.rae.es/desen/.
38
DLE = Real Academia Española & Asociación de Academias de la Lengua española: Diccionario de la lengua española. Edición del tricentenario. Actualización 2022. En línea: https://dle.rae.es (consultas: 2022).
39
40
DPD = Real Academia Española & Asociación de Academias de la Lengua Española: Diccionario panhispánico de dudas. 2.ª edición (versión provisional). En línea: https://www.rae.es/dpd/ (consultas: 2022).
41
42
43
44
45
47
48
Fernández Martín, P. (2014): “Cuestiones metodológicas en el estudio de las perífrasis verbales: interrelaciones entre sintaxis, semántica y pragmática”. En J. L. Girón Alconchel & D. M. Sáez Rivera (eds.): Procesos de gramaticalización en la historia del español. Madrid / Frankfurt: Iberoamericana / Vervuert, 119-58.
49
50
Fernández Martín, P. (2016b): “{Ser/estar} + participio en el español áureo (siglos xvi y xvii): perspectiva diacrónica de una oposición aspectual”. En E. Gaspar García (ed.): Temps, mode et aspect en espagnol. Rouen: Publications Électroniques de l’Équipe de Recherche Interdisciplinaire sur les Aires Culturelles, 21-74. En línea: http://eriac.univ-rouen.fr/ser-o-estar-y-participio/
51
Fernández Martín, P. (2018): Perífrasis verbales de infinitivo en el español áureo: entre las unidades fraseológicas y las estructuras disjuntas. Centro Virtual Cervantes: Instituto Cervantes. En línea: https://cvc.cervantes.es/lengua/biblioteca_fraseologica/n7_fernandez/default.htm.
52
53
54
55
56
Garachana Camarero, M. (2017b): “Perífrasis formadas en torno a «tener» en español «ser tenudo/tenido ø/a/de + infinitivo», «tener a/de + infinitivo», «tener que + infinitivo»”. En M. Garachana Camarero (coord.): La gramática en la diacronía: la evolución de las perífrasis verbales modales en español. Madrid / Frankfurt: Iberoamericana / Vervuert, 229‑86.
57
Garachana Camarero, M. & A. Hernández Díaz (2017): “La reestructuración del sistema perifrástico en el español decimonónico. El caso de haber de/tener de + infinitivo, haber que/tener que + infinitivo”. En E. Carpi & R. García Jiménez (eds.): Herencia e innovación en el español del siglo xix. Pisa: Università di Pisa, 127‑46.
58
59
60
61
62
63
64
65
67
Gupton, T. (2003): “Sobre la estructura del sintagma verbal (VP) “ter” + la concordancia (in)variable del participio en el español de Asturias Occidental”. En F. Sánchez Miret (coord.): Actas del XXIII Congreso internacional de lingüística y filología románica. (Salamanca, 24‑30 septiembre 2001), vol. 2/1. Tübingen: Max Niemeyer, 405‑18.
68
69
70
71
72
73
Herrero Ingelmo, J. L. (2002): “Tener como verbo soporte”. III Jornadas de Reflexión filológica (Salamanca, 2002). En línea: https://docplayer.es/44154229-Tener-como-verbo-soporte-jose-luis-herrero-ingelmo.html (consulta: 2/3/2022).
74
75
76
78
79
80
81
82
83
84
86
87
88
89
90
91
92
93
Madrid Gutiérrez, M. D. (2012): “Juan de Valdés y su Diálogo de la lengua. Un testimonio histórico del estado de la lengua española durante el primer tercio del siglo xvi”. En M. P. Celma Valero et al. (eds.): Actas del Coloquio Internacional de la AEPE (Asociación europea de profesores de español). El español y la cultura hispánica en la ruta de la seda (Tashkent, Uzbekistán 2012). S. l.: Publicaciones de la Asociación Europea de Profesores de Español, 89‑93.
94
95
96
97
98
99
100
101
102
103
104
105
106
107
108
109
110
Miguel, E. de (2004): “Qué significan aspectualmente algunos verbos y qué pueden llegar a significar”. En J. L. Cifuentes Honrubia & C. Marimón Llorca (eds.): Estudios de lingüística. El verbo. (= ELUA. Estudios de Lingüística de la Universidad de Alicante vol. extra 2). Alicante: Universidad de Alicante, 267‑88.
111
Miguel, E. de (2008): “Construcciones con verbos de apoyo en español. De cómo entran los nombres en la órbita de los verbos”. En I. Olza Moreno, M. Casado Velarde & R. González Ruiz (eds.): Actas del XXXVII Simposio Internacional de la Sociedad Española de Lingüística (SEL). Pamplona: Servicio de Publicaciones de la Universidad de Navarra. En línea: http://www.unav.es/linguis/simposiosel/actas/. (Consulta: 2/3/2022).
112
113
Montesinos, J. F. (ed.) (1928): Juan de Valdés, Diálogo de la lengua. Madrid: Espasa-Calpe. En línea: https://docplayer.es/93730869-Juan-de-valdes-dialogo-de-la-lengua-1535.html.
115
116
117
118
119
120
122
Pérez Botero, L. (2016): “La complementaridad semántica: haber y tener”. En A. Gordon & E. Rugg (eds.): Actas del Sexto Congreso de la Asociación Internacional de Hispanistas celebrado en Toronto del 22 al 26 de agosto de 1977. Toronto: University of Toronto, 1980, 566-67. En línea: https://www.cervantesvirtual.com/obra/la-complementaridad-semantica/.
123
124
125
126
127
129
130
131
132
Rohlfs, G. (1954): Historische Grammatik der Italienischen Sprache und ihrer Mundarten. III. Formenlehre und Syntax. Bern: A. Francke. Tr. It. de T. Franceschi & M. Caciagli Fancelli: Grammatica storica della lingua italiana e dei suoi dialetti. 3. Sintassi e formazione delle parole. Torino: Piccola biblioteca Einaudi, 1969.
133
134
135
136
137
138
139
140
141
142
143
144
146
147
148
151
153
154
155
156
Valdés, J. de: Diálogo de la lengua. Versión digitalizada disponible en la Biblioteca Virtual Universal (2003). En línea: www.biblioteca.org.ar./libro.php?texto=100750.
157
158
159
Siglo XVI
163
164
Teresa = Santa Teresa: Cartas de Santa Teresa de Iesus, madre y fundadora de la reforma de la Orden de N. Señora del Carmen; con notas del Excelentísimo y reverendísimo Don Juan de Palafox y Mendoza, Obispo de Osma, del consejo de su Majestad. Recogidas por orden del Reverendísimo Padre Fray Diego de la Presentación, General que fue de los Carmelitas. Bruselas: Francisco Foppens, 1674.
Notas
[2] En la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. Fuente: https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/dialogo-de-la-lengua--0/html/fede437e-82b1-11df-acc7-002185ce6064_2.html.
[3] Dubský (, ), o los denominan «verbos de apoyo»; prefiere la denominación «verbos vicarios» y la de «verbos funcionales». Además de utilizar la expresión «verbos de apoyo», habla de «estructuras descompuestas».
[4] En el Diálogo de la lengua no se descubren restos del condicional analítico. De acuerdo con , al revisar las gramáticas de los siglos xv al xvii, comprueba que dichas formas temporales «tuvieron una distinta velocidad evolutiva en el proceso de modernización morfológica que llevó al actual paradigma de futuros y condicionales en español». Sobre la evolución de los futuros (del indicativo y del subjuntivo) y de los condicionales en el Diálogo, vid. Kítova-Vasíleva (, , ).
[5] Hemos convenido en llamar «estructuras canónicas» a las formas compuestas sin interpolación de elementos entre auxiliar y auxiliado. Denominamos «estructuras no canónicas» a las construcciones con elementos intercalados entre ambos componentes del compuesto, así como a aquellas que ofrecen el orden invertido de dichos componentes. Acerca del fenómeno del orden invertido resultan de sumo interés las reflexiones de .
[6] Una detallada descripción de los avatares históricos de los verbos tener y haber puede verse en la investigación de . Vid., además, el artículo de . Sobre la sustitución de haber por tener en español merece la pena consultar el trabajo de y la abundante bibliografía que se ofrece allí.
[8] Desde la perspectiva de la semántica cognitiva la misma autora () habla de «la existencia de una diferencia real entre tener y aver: el ámbito más característico del primero es el de la posesión prototípica, mientras que el terreno de la posesión no prototípica se dibuja como propio del segundo. Es decir, durante un tiempo habría existido una cierta delimitación de funciones entre estas dos piezas léxicas: aver tendía a recubrir las acepciones más abstractas del concepto de la posesión, mientras que tener acostumbraba a expresar las más concretas. Esta especialización justificaría la convivencia de estas dos voces a lo largo de un período cronológico que se extiende hasta mediados del xvi […]».
[9] Acerca del problema de la aparición de tales estructuras en latín remitimos a los estudios de , , , , Lausberg (1966, II: 319‑20), .
[12] Sobre el particular vid. . Una brillante exposición de las opiniones de distintos latinistas e indoeuropeístas acerca del origen del giro «habeo + participio» es presentada por .
[13] Los trabajos de , y Company Company & Cuétara Priede (2014) contienen una descripción detallada de la repartición de las lenguas romances según hayan elegido haber y ser o solo haber como auxiliar para formar sus tiempos compuestos.
[14] Debido al hecho de que «el rumano se aparta de forma clara del resto de la Romania en cuanto a la sintaxis de los tiempos compuestos: desde los orígenes sólo conoció el auxiliar habére - avea, tanto para verbos transitivos como intransitivos, y el participio siempre se mantuvo invariable cualquiera que fuera el lugar que ocupara el objeto directo, cfr. ; » ().
[16] Sobre el problema de la selección de los auxiliares en portugués vid. . Un análisis muy logrado de los avatares históricos de los verbos auxiliares en portugués lo presenta . Señalando que en portugués antiguo el inventario de los verbos auxiliares fue más rico ―al lado de haver y ter se utilizaba también el verbo ser―, el citado autor subraya que ter y haver se usaban como auxiliares para formar los tiempos compuestos de los verbos transitivos, en tanto que ser se combinaba solo con verbos intransitivos. De acuerdo con , «No Português Antigo, o auxiliar haver era muito mais frequente do que o verbo ter. Só a partir do século XV, o verbo ter começa a aparecer como auxiliar com cada vez maior frequência e vai substituindo o auxiliar original haver (; ). As construções com o verbo auxiliar ser desapareceram por completo mais tarde».
[17] Acerca de dicho problema cfr. . Es también interesante consultar el artículo de acerca de la naturaleza de las construcciones con ter + participio en gallego moderno. Remitimos asimismo a y al estudio exhaustivo de .
[20] La sustitución de haber por tener como verbo de posesión en la historia del español ha sido objeto de análisis de varias investigaciones exhaustivas: desde el trabajo ya clásico de hasta las investigaciones de , y .
[21] Remitimos a los estudios de Yllera (, ), , , , , , , , , Fernández Martín (, ), ). Acerca del problema de la evolución histórica de los auxiliares haber y ser en español antiguo, preclásico, clásico y moderno remitimos a dos estudios importantes de Rosemeyer (, ) en los que ―desde una perspectiva metodológica en la que prima la concepción variacional propuesta en la Auxiliary Selection Hierarchy―, el investigador alemán analiza los factores que conllevaron la imposición de haber y la paulatina pérdida de ser como auxiliares para la formación de los tiempos compuestos en español. Partiendo de la aparición de dos construcciones analíticas con habēre y esse + participio pasado en latín, señala que dichas construcciones «tienen unos orígenes y funciones claramente diferentes. Mientras que habēre + PtcP se originó en una construcción transitiva que expresaba modalidad deóntica, esse + PtcP es el sucesor de la construcción media del indoeuropeo antiguo. Esta suposición explica por qué esse + PtcP es a la vez inherentemente intransitivo y reflexivo/recíproco. Haber + PtcP se usa para indicar anterioridad, una noción temporal, y por tanto hace referencia a eventos. Por otro lado, ser + PtcP se usa para indicar resultados y, por ende, hace referencia a estados, una noción aspectual. El haber y el ser del español antiguo son distintos tipos de auxiliar. Esta afirmación se corrobora al demostrar la influencia de un número de parámetros relacionados con la diferencia entre resultativo y anterior en la selección de auxiliar en español antiguo». El citado autor (: ibid.) llega a la siguiente conclusión: «If language change is taken to be a gradual phenomenon consisting of a series of micro-innovations, then structured variation must be understood as reflecting this gradualness, a concept which has been termed gradience. It is important to clearly state the scope of this analysis. The best predictor of both Old Spanish auxiliary selection and the course of actualization of haber + PtcP is transitivity. However, transitivity has not received much attention in this study. None of the contexts that can be characterized as syntactically transitive, and only a few that can be characterized as semantically transitive, fall into the envelope of variation assumed in this study […] Some contexts where both haber + PtcP and ser + PtcP were found in Old Spanish display a mixture of these properties. For instance, they may be syntactically intransitive and yet, simultaneously display high transitivity on a semantic level. These contexts are affected by the spread of haber + PtcP earlier than other syntactically intransitive contexts. In this study, special attention has been given to reflexives and reciprocals, but further studies may identify other «bridging contexts» relevant to the history of Spanish auxiliary selection. This especially concerns sentences involving dative arguments. Given that dative arguments represent a biactantial configuration, they were excluded from the analysis. However, it appears that the use of haber + PtcP spread earlier to contexts involving dative argument than «true» intransitive contexts». Dos años más tarde publica en español un extenso artículo en el que sintetiza los resultados y las conclusiones más importantes de su trabajo monográfico.
[22] Remitimos al excelente trabajo de , quien, al analizar exhaustivamente el comportamiento funcional de las perífrasis verbales en el español áureo, subraya (op. cit: 157) que en su corpus novelesco hay que + infinitivo «aparece con significado claramente perifrástico en ocho ocasiones (cinco en el Guzmán, dos en el Buscón y una en el Rinconete), lo que coincide con los datos registrados por y con lo localizado en los otros dos tipos de texto: las cartas y las etnografías».
[23] No obstante, inmediatamente después añade: «En otras ocasiones, la ambigüedad estructural impide una interpretación claramente disjunta o claramente conjunta (), puesto que dicho que puede ser entendido bien como un pronombre interrogativo (no perífrasis), bien como una conjunción (perífrasis)».
[24] El problema de la selección de haber o ser como auxiliares para la formación de los tiempos compuestos en español se aparta de los objetivos de nuestro estudio. Solo a título de información mencionaremos que ser se usa muchísimo menos en la analizada obra como auxiliar de las formas temporales compuestas (de indicativo y de subjuntivo). Según la cronología establecida por Company Company (1983: 242‑3), a partir del s. xv el empleo de este auxiliar quedó reducido a determinadas clases de verbos: en el texto en estudio ser aparece combinado con verbos intransitivos de movimiento télico, tales como entrar, ir, venir y con el verbo inacusativo semideponente nacer. Téngase en cuenta, sin embargo, que el verbo entrar ya vacilaba en cuanto a la elección del auxiliar para formar el antepresente de indicativo. Lo revela claramente el ejemplo siguiente: en una sola réplica de Valdés el participio de entrar aparece auxiliado tanto por aver como por ser, cfr.: «En esta opinión he entrado por dos puertas. La una es leyendo a los historiadores […]. La otra puerta por donde soy entrado en esta opinión es la consideración de los vocablos castellanos, porque, […] hallo que muchos de los que no son latinos o arávigos, son griegos, los cuales creo sin falta quedassen de la lengua antigua […] (DL: 132)».
[25] El Esbozo de una nueva gramática de la lengua española () advierte que el DRAE señala como pronominal todo verbo o acepción que se construya en todas sus formas con pronombres reflexivos: «La calificación de reflexivos, que el mismo Diccionario aplicaba antes uniformemente a estos verbos, no era propia para todos estos matices significativos o expresivos. En cambio, la de pronominal, aunque atiende únicamente a la forma, abarca los significados reflexivos y los que no lo son». Sobre el concepto de «verbos pronominales» vid. también ,
[27] Después de estudiar el problema de los valores posesivos y existenciales de haber en español medieval, en otro trabajo suyo señala lo siguiente: «El verbo haber, como se sabe, ha participado de varios cambios semánticos y sintácticos en la historia del español. De tener varios usos en el español medieval, como verbo posesivo […], como verbo existencial […], como auxiliar en la formación de los tiempos compuestos […] y como auxiliar en la formación de los futuros […], a finales del siglo xv y hasta la fecha conserva esencialmente sólo dos de ellos; se usa de manera productiva como verbo auxiliar en los tiempos compuestos y como verbo existencial con significado pleno […]».
[28] Aunque en la edición de Barbolani el compatriota de Valdés es denominado Torres, pensamos que lo correcto sería conservar el apellido de Pacheco. En su último libro, dedicado al tema de la onomástica de los interlocutores principales de Valdés, sugiere que este personaje debe de haber sido el aristócrata español Diego Pacheco Enríquez, III marqués de Villena nacido en 1503 en Escalona. Aunque aparentaba ser ingenuo, incompetente e ignorante, el «hombre de armas» Pacheco —el alter ego de Diego Pacheco Enríquez, nacido en la provincia de Toledo, cortesano de pura cepa—, no debería ser excluido del grupo de los amigos eruditos de Valdés, pues sin duda conocía de sobra la «norma cortesana». Creemos que en el Diálogo de la lengua, desafiando y provocando a Valdés, pero respaldándole siempre que hiciera falta, Pacheco cargaría con el papel de «quinta columna» simbólica: no en vano Marcio sospechaba que Valdés y Pacheco iban «haciéndose del ojo» para que aprobara el uno lo que decía el otro.
[30] Se tienen en cuenta las locuciones «haber/ser menester». Sobre «ser menester» vid. el DPD, s. v. menester.
[31] «En el español actual, queda un resto del antiguo uso de haber como impersonal con complementos que expresan tiempo, caso en el que hoy se emplea normalmente el verbo hacer […]. Se trata del uso de la forma ha del presente de indicativo pospuesta a una expresión temporal para referirse a un momento situado tanto tiempo atrás como indica el complemento». (DPD: s. v. haber).
[32] Llama la atención la forma quiséredes que figura en todas las ediciones del Diálogo de la lengua con que hemos trabajado excepto en la versión modernizada del Diálogo elaborada según la ed. de y en la de en las que aparece la esperada forma quisiéredes.
[33] Acerca del empleo de tener POR + complemento predicativo vid. . De acuerdo con , «[…] por es todavía hoy una preposición bastante marcada por su significado agentivo-causal, y ello la hace más proclive que otras con significación propia a ser regida; en el castellano primitivo, una serie de verbos la adoptaron para construirse con un atributivo del sujeto o del implemento y desarrollar de este modo un nuevo significado. Hemos registrado numerosos ejemplos de tener por con el significado de ‘considerar’, construcción que se ha mantenido con la misma vigencia hasta hoy».
[34] Lo mismo sostienen en relación con los verbos de apoyo tener, tomar y dar con los que el complemento predicativo va precedido por la preposición por o, a veces, por como.
[36] Según la misma autora (), «Es cierto que las CVA, en tanto que relaciones léxicas sintagmáticas, y los verbos simples correspondientes, en su calidad de relaciones léxicas a nivel paradigmático, son fenómenos de la misma naturaleza lógica y como tales, están capacitados para expresar el mismo significado proposicional. Así, cuando un hablante quiere expresar el sentido ‘cesar la actividad’ puede seleccionar, por ejemplo, una UL [unidad léxica, M.K.] en relación sintagmática con reposo como hacer o bien una UL con la que reposo mantiene una relación paradigmática como reposar. En el primer caso, diremos que el colocativo hacer es un verbo de apoyo () porque su función es la de servir de mero soporte sintáctico al nombre predicativo para la configuración oracional sin añadir (o añadiendo escasamente) contenido semántico. En el segundo caso, reposar es un derivado semántico (), concretamente, la verbalización del nombre predicativo».
[37] De acuerdo con ), «la formación de dichos giros descompuestos tiene sus raíces profundas en el habla popular. La tendencia analítica halla en las construcciones descompuestas su mejor expresión». Sobre la importancia de las llamadas estructuras analíticas vid. asimismo la opinión de .
[38] presenta varias definiciones acerca del concepto de colocación. Martos García (2016) ofrece un importante estudio diacrónico dedicado a las colocaciones verbonominales.
[39] Refiriéndose a las posturas de la última gramática de la RAE y de la Gramàtica del català contemporani que, siguiendo el criterio de , incluyen los verbos de apoyo dentro de las locuciones verbales, subraya que es preferible tratar las colocaciones y las CVA «como dos tipos de construcciones diferentes. Las locuciones son expresiones fraseológicas que se comportan como si fuesen una única palabra a efectos formales, es decir, tienen un significado unitario que les permite integrarse en una oración superior». también señala la errónea tendencia de confundir las locuciones verbales con las CVA y subraya: «Como locuciones verbales ―o fraseologismos verbales―, o conjunta y confundidamente con ellos, se vienen estudiando habitualmente los predicados de verbo de apoyo, como muestran abundantes obras de todo el ámbito francófono y germanístico. Con razón G. Gross (1997: 210‑14) critica que no se distingan adecuadamente el verbo de soporte y el verbo fijado de la locución verbal».
[41] De acuerdo con , «Uno de los debates más acalorados sobre las construcciones con verbo soporte atañe a su clasificación fraseológica. Más en concreto, en el ámbito de la fraseología española observamos preminentemente dos posturas opuestas, cuyos límites se difuminan en la interminable diatriba lingüística sobre qué se entiende por colocaciones y qué unidades pluriverbales abarca el término locuciones. A título de ejemplo, para y , entre otros estudiosos, las CVS entran dentro de la categoría de las colocaciones verbonominales. Por el contrario, las obras lexicográficas tienden a registrarlas como locuciones verbales […].
[44] Cfr. el DPD, s. v. tener. De acuerdo con , «sabemos que en el siglo xv tener de consolidó su empleo como variante alternativa a aver de y experimentó un cierto auge a finales del mismo. Como destaca , tanto en la poesía del Cancionero como en el Corbacho encontramos el uso deliberado de la alternancia entre las perífrasis con aver y tener como procedimiento estilístico, lo cual sugiere la intercambiabilidad y equivalencia de ambas». Según , «Un indicio de que tener está conquistando los espacios propios de haber se encuentra en su aparición en construcciones no posesivas, como las perífrasis obligativas (tener {a ~ de} + infinitivo). insisten en que la sustitución de haber de por tener de es independiente del proceso de gramaticalización de tener como verbo posesivo. Sea como fuere, […] las construcciones no posesivas aumentan a medida que tener conquista nuevos valores posesivos».
[45] Refiriéndose a la historia de la aparición de las perífrasis deónticas con el verbo tener, sugieren que la existencia de las construcciones tener + de/a + infinitivo «descansa en un mecanismo de identificación conceptual por parte de los hablantes, quienes, una vez establecidas las bases de la equivalencia entre verbos, no parecen diferenciar el nivel léxico del nivel gramatical». De acuerdo con , «De resultas de esta copia léxica surge la primera variante perifrástica tener de, que apunta tímidamente en el siglo xiii. Selecciona esta preposición en sus primeras apariciones por influjo de aver de, que, como se ha señalado, ya contaba en la segunda mitad de este siglo con una ligera preferencia respecto a aver a. En el siglo xv tener de consolida su empleo como variante alternativa a aver de y experimenta un notable auge a finales del mismo y en el xvi».
[47] Acerca de la procedencia de algunos de los refranes utilizados por Valdés vid. el artículo de . Sobre la peculiaridad discursiva de las paremias a la hora de exponer determinados usos de ciertas perífrasis vid. el trabajo de .
[48] ha elaborado para el Diccionario de Sinónimos on line en español una lista de 61 sinónimos de tener. Disponible en https://www.sinonimosonline.com/tener/ (consulta: 16/3/2022).