El autor de este libro, Francisco José Castro Nieto, es un arquitecto nacido en Vigo en 1947, formado en la E.T.S. de Arquitectura de Madrid, en donde culmina sus estudios den 1972. Compartió estudio con su padre, Francisco Castro Represas (Vigo, 1905-1997) desde el primer momento hasta 1994, año en el que éste se jubila culminado una trayectoria que había iniciado en 1932; es decir, con 62 años de ejercicio profesional acometido desde la misma ciudad y con el mismo estudio.
Así pues, en este trabajo, quien lo lleva a cabo conoce de primera mano el tema del que se trata, por ser hijo del arquitecto del que se trata. Se puede decir que el autor cuenta, en su labor, con una posición privilegiada a la hora de acometer esta obra, aportando materiales y puntuales conocimientos que emanan de esa relación filial a tener en cuenta.
El libro en cuestión se divide en tres partes. La primera nos aproxima al arquitecto, la ciudad en la que trabaja y el estudio que dirige. La segunda procura contextualizar su quehacer en la arquitectura contemporánea en tanto que se cuenta con una tercera parte en la que el autor nos aproxima a una selección de la arquitectura, realizada o proyectada, que Castro Represas firma entre los años 1932 y 1940, tiempo en el que se constata esa relación, íntima, entre su quehacer y el racionalismo. Parece ser que el contexto político español, posterior a 1940, lo condicionó de tal forma que, a partir de entonces, abandona “la práctica de la arquitectura racionalista…”.
En el tiempo de la formación de Castro Represas será Modesto López Otero y Bravo el director de la Escuela de Arquitectura de Madrid, en la que estudia, pero quien va a ser, en aquel momento, un referente muy relevante para él es Fernando García Mercadal, impulsor del racionalismo en España desde un conocimiento directo de la obra y el pensamiento re referentes tales como Peter Behrens y Adolf Loos, entre otros, siempre desde una comprensión general de la obra de los grandes arquitectos del XX ; es el caso de Le Corbusier, Gropius y Mies van der Rohe; los tres, a instancias de García de Mercadal pasarán por el Madrid, concretamente por la Residencia de Estudiantes y, a sus conferencias, asistirá Castro Represas quien también escucha, por esos mismo años de formación, a Theo Van Doesburg. Después se instalará en Vigo y en su arquitectura racionalista tendrá un especial sentido, como material de construcción, el granito gris blanco de la cantera de Castrelos.
El capítulo dedicado a la ciudad de Vigo presenta esa realidad, en parte urbana y en parte rural, que la caracterizaba en la época de este arquitecto. Se hace aquí especial hincapié a las cuestiones de orden urbanístico y a lo que supuso el denominado “Plan de Extensión y Reforma interior de Vigo”, también conocido como “Plan Palacios”, por haber sido redactado por el arquitecto Antonio Palacios, proyecto que quedará definitivamente anulado en 1939. Vigo es, por 1930, un lugar que, sumados los arquitectos y los ingenieros, contaba con 29 profesionales a los que había que añadir 45 entre aparejadores, peritos y delineantes. Es en 1930 cuando se culmina la Gran Vía de Vigo, que se había iniciado por 1910.
La minuciosa información de la que se parte permite, al desmenuzar los registros de sus construcciones, valorar su incidencia constatándose lo que realizó, no solo lo hecho en el casco urbano vigués sino también en sus diferente parroquias, y poniéndose en valor, por ejemplo, como se manifiesta especialmente su huella en la Travesía de Vigo, calle Urzáiz, Gran Vía, Calle Ecuador y Marqués de Valladares.
También es notable – y aquí se particulariza- su quehacer en Baiona, Gondomar, A Cañiza. A Guarda, Cagas, Moaña, Mos, Nigrán, O Porriño, Santa María de Oia y Redondela, también en Bueu, Caldas de Reis, Cambados, Covelo, O Grove, O Rosal, Goián. Guillarei. Lalín, As Neves, Marín, Meaño, Meis, Mondariz, Moraña, Pontevedra, Rodeiro, Salceda de Caselas, Sanxenxo, Silleda, Soutelo de Montes, Tomiño, Tui.., además de otras poblaciones gallegas y foráneas; es el caso de Ponferrada. En total esta publicación da cuenta de 5.680 registros que han sido estructurados atendiendo a las tipologías de las que se ocupa y los lugares para los que fueron proyectadas.
Otra cuestión que merece tratamiento aparte es la que nos asoma al mundo de los ayudantes y colaboradores que formaron parte de su equipo: delineantes, archiveros y documentalistas, aparejadores y administrativos puntualmente reseñados; todos ellos formaron el grupo que hizo posible tan ingente obra de arquitectura.
La segunda parte del libro, como antes se decía, se dedica al Racionalismo; se trata, en este caso, de todo aquello que formó parte del conocimiento de Castro Represas y que, de algún modo, incidió en su obra. La enumeración de sus distintos capítulos acredita esa plural formación, e información: El racionalismo y La Bauhaus; Colonia Törten. Dessau; Colonia Dammerstock. Karlsruhe; Colomina Siemensstadt. Ringsiediung; Werbudssienlung. Viena; Werbudssienlung. Praga. La Colonia “Baba”; Werbudssienlung Breslau (Wroclaw). Wohnung und Werkraumausstellung (WUWA); Racionalismo francés; Racionalismo Países Bajos; Racionalismo en Suiza; Werbudssienlung Neubühl; Racionalismo en Grecia; Racionalismo en Inglaterra, Racionalismo Centroeuropa; Racionalismo italiano; Arquitectura nórdica; arquitectura constructivista; Racionalismo en España. Todo lo aquí compendiado aporta, sobre todo, planimetría y alguna información complementaria que, en algún modo, influye – o es tenida en cuenta- por Castro Represas a la hora de hacer su arquitectura. En este sentido lo que este libro supone al respecto es la constatación de que ese conocimiento, esa información, fue conocida, reconocida y puesta en valor a la hora de lleva a cabo su ejercicio profesional.
En la tercera y última parte de este trabajo lo que se aporta es una selección de obra de Castro Represas, de los años anteriormente citados (1932-1940), y que tienen como común denominador la práctica del racionalismo. Se analizan, en este caso, atendiendo a las siguientes denominaciones: Edificios sociales; Cinematógrafos, Edificio fabril; Viviendas Unifamiliares; Viviendas adosadas; Edificios hoteleros; Edificios públicos; Edificios en altura; Urbanización; Edificación ejecutada. También, en este caso, lo que se aporta son plantas, alzados, perspectivas, también fotografías, de las obras comprendidas, así como un breve texto, de carácter introductorio, en cada uno de los apartados citados.
Se concluye el libro con un índice de onomástico de arquitectos, claramente significativo del contexto en el que cabe analizar y comprender la ingente obra racionalista practicada por Francisco Castro Represas.
Se trata, en definitiva, de un libro en el que el autor cuenta con el material preciso para mostrar un momento muy concreto de un arquitecto –tan solo ocho años; buena parte de la Segunda República y el tiempo de la Guerra Civil– que, en ese período, procura vincular su hacer con una contemporaneidad después maltrecha.