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Rose Walker
The Courtauld Institute of Art
Reino Unido
Núm. 11 (2012): Arte, natureza e paisaxe, Tema
DOI: https://doi.org/10.15304/qui.11.1600
Recibido: 18-12-2013
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Resumen

En este artículo se explora la posibilidad de que construcciones medievales hispanas vinculadas a victorias y derrotas en batalla hayan podido funcionar como “memoriales de guerra”. Se tomará al monasterio de Las Huelgas como punto de partida ya que esta fundación fue creada a instancias de Alfonso VIII, un monarca que experimentó ambos extremos durante su reinado: si bien sufrió un doloroso revés en Alarcos (1195), acabaría finalmente recuperando su crédito como líder militar con la victoria de Las Navas de Tolosa (1212), que le granjearía una fama sin parangón en la época. Por su parte, la Orden de Calatrava había sufrido importantes pérdidas en la fallida campaña de Alarcos, y el recuerdo de los mártires caídos en batalla aquella jornada perseguiría durante años a Alfonso VIII. En este sentido, el cuasi privado claustro de Las Claustrillas en Las Huelgas –un espacio performativo–pudo haber servido como lugar para la penitencia y el olvido, mientras que la iglesia del monasterio burgalés y la fortaleza de Calatrava la Nueva habrían monumentalizado y celebrado la victoria de Las Navas.
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