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José Manuel López
Universidade de Vigo
España
https://orcid.org/0000-0003-3917-1088
Núm. 20 (2021), Colaboraciones
DOI: https://doi.org/10.15304/quintana.20.7149
Recibido: 03-10-2020 Aceptado: 28-11-2020 Publicado: 31-12-2021
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Resumen

Para Giorgio Agamben es contemporáneo aquel que no coincide con su tiempo y, gracias a este anacronismo, es más capaz de percibirlo y desentrañarlo. Por ello, Pier Paolo Pasolini y Pedro Costa serán siempre nuestros contemporáneos porque, a pesar de que medio siglo les y nos separe, son dos cineastas que se extraen de su propio tiempo. Dos creadores resistentes, tan intempestivos como tempestuosos que, como el Angelus Novus benjaminiano, rompen la continuidad de la catástrofe y otorgan a cada ruina y a cada imagen su propia significación y su propio relato. Este artículo se levanta sobre las ruinas de dos barrios de arrabal, el Tuscolano II de la Roma de Mamma Roma (1962) y las Fontainhas de Lisboa de No quarto da Vanda (2000) que para Pasolini y Costa representan una forma de vida antigua y sagrada que se ha perdido bajo de las excavadoras de la Modernidad.