Realidad, artificio y ficción: la representación de la ciudad mediterránea
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Resumo
A lo largo del Renacimiento asistimos a una renovada exaltación de la vista como uno de los sentidos más certeros y a la creciente importancia del papel del pintor respecto al narrador y de la imagen respecto a la palabra. El mismo acto de mirar parece ejercer una fascinación extraordinaria, convirtiéndose en el objeto de una iconografía específica. En virtud de esta nueva cultura, el retrato de ciudad debe acreditarse a través de una experiencia visual directa, que provocó el deseo de diferentes artistas europeos, – principalmente pintores y arquitectos – de viajar por el Mediterráneo. Entre los testimonios del arte occidental se ha elegido el caso de las urbes sicilianas, mediante el testimonio gráfico o pictórico de algunos de los autores más emblemáticos. Así pues, las vistas y los mapas se convirtieron en una temática de gran impacto, instrumentalizada por las monarquías, los príncipes y los virreyes.