Cancelas de Compostela y Rótulos da memoria son dos libros publicados por el fotógrafo Xaquín Nóvoa, maquetados por Xaime Fandiño, editados por el ayuntamiento de Santiago de Compostela e impresos por Andavira Editora S.L. en el año 2022, con la finalidad enfatizar el legado omnipresente e ignorado de dos tipos de elementos ornamentales identificativos de la personalidad arquitectónica que se ha generado en el caserío histórico de la ciudad compostelana desde el siglo XIX: las cancelas para puertas de viviendas y los rótulos anunciadores adheridos a las fachadas de los bajos comerciales.
Ambos libros se presentan como un muestrario fotográfico de estos testimonios artísticos que han sobrevivido desde entonces y que también han continuado realizándose y colocándose a lo largo de los siglos XX y XXI, demostrando la pervivencia de una tradición que era común en todas las ciudades gallegas, pero que no fue tan masiva ni tan acuciada como en Santiago de Compostela. Por un lado, Cancelas de Compostela cuenta con dos textos introductorios, uno del propio fotógrafo Xaquín Nóvoa y otro del arquitecto Iago Seara Morales, y con 55 fotografías; por otro, en Rótulos da memoria constan un total de 122 ejemplos, acompañados de dos pequeñas introducciones también a cargo de Xaquín Nóvoa y del escritor Salvador García-Bodaño. Pese a que carecen de un texto en el que conste un análisis histórico-artístico, son, sin duda, un gran paso para divulgar una parte intrínseca del patrimonio arquitectónico y urbano de la ciudad y de Galicia. Pendiente está este asunto de documentarse, conociendo aquellos modelos que no han logrado sobrevivir al paso del tiempo por diferentes vicisitudes, así como relacionarlos con los talleres de herrería que existieron en la ciudad, las fábricas de fundición que comercializaron entre la clientela más opulenta del mundo local, la explicación a su implantación como moda arquitectónica mediante los bandos y ordenanzas municipales orientadas a la buena edificación y alineación; pero, sobre todo, a la influencia respecto a otros modelos y elementos decorativos presentes en la arquitectura, como los balcones para viviendas y miradores o las marquesinas de cafés, hoteles y restaurantes, entre muchos otros tipos de las consideradas obras menores.
A propósito de las cancelas, fueron un elemento arquitectónico intermedio hacia las puertas de las casas, cuyo cerramiento siempre fue objeto de engalanamiento para los espacios de bienvenida y de transición entre lo público y la privacidad doméstica. Las primeras licencias de obra para su colocación en las casas compostelanas se remontan a la década de 1840, cuando también comienza a proliferar de manera generalizada la sustitución de balcones de madera por los de hierro; esta etapa isabelina fue, ciertamente, la transición al triunfo del hierro como material para realizar las piezas decorativas en la arquitectura. Muchas cancelas del libro son, precisamente, de la segunda mitad del siglo XIX y en ellas se observan motivos decorativos realizados con hierro dulce idénticos a los que realizaban, por ejemplo, la fábrica de fundición de Antonio Alemparte en el barrio de San Andrés del antiguo ayuntamiento arousano de Carril, como sucede con los balaústres del panel central en cada una de las hojas de la puertecilla emplomada a las jambas graníticas de la puerta perteneciente a la casa nº 19 de la rúa do Vilar. Otros ejemplos decimonónicos como el de la rúa da Conga nº 3 establecen una clara vinculación formal con los modelos del eclecticismo francés que aparecían en los catálogos que manejaban los arquitectos municipales y que eran de amplia difusión, como el tratado y catálogo ilustrativo El cerrajero moderno editado en Barcelona o su versión original Recuil de serrurerie pratique de N. Gateuil y C. Daviet. En este sentido, la combinación de los trabajos seriados de fundición con la artesanía de la forja aporta, sin duda, la riqueza sobresaliente de las fachadas de los siglos XIX y XX con ejemplos sofisticados como el de la rúa do Preguntoiro nº 2, rúa de Altamira nº 2 o rúa do Cardeal Payá nº 18. Otras cancelas de mediados del siglo XX continuaron la influencia del estilo de moda durante la segunda mitad del XIX y primeras dos décadas del XX, sin integrar elementos decorativos propios de la modernidad y arraigándose todavía a lo tradicional por medio de la producción en la que también participaba la fábrica de fundición que estableció el maestro herrero Juan Franco García, que existió entre 1927 y 1988. Se insertan, no en vano, ejemplos más recientes en los que la cruz de Santiago y la concha compostelana son el trasunto de la exhibición simbólica de la elegancia y la representatividad para otorgar una personalidad material de ámbito local y regional que no solamente esté presente en la arquitectura institucional de la administración pública, sino también en la heterogeneidad embellecedora de la propiedad privada.
Otro elemento constitutivo de la estética característica en las construcciones particulares, pero destinadas al público, son los rótulos, que vuelan sobre las entradas de farmacias, peluquerías, ferreterías, hospedajes, bares, mueblerías, carnicerías, etc. Son, por lo tanto, las huellas de la vida económica diaria de un vecindario que habitó intramuros. Variopintos y de múltiples materiales, los más antiguos que se conservan son los confeccionados en las antiguas forjas locales, con ejemplos que incluso han mantenido la denominación original de los comercios precedentes, como es el caso de la ferretería Casas Chico en la rúa das Casas Reais. Desde finales del siglo XIX, estos rótulos iban asociados, en muchas ocasiones, a otros elementos compositivos desaparecidos, como fueron las palomillas artísticas, las marquesinas y los escaparates de madera, hierro y vidrio. Durante los primeros años del siglo XX estos rótulos también comenzaron a realizarse con paneles luminosos y abundaban los que solamente se pintaban sobre las fachadas. Desde los años veinte del siglo XX, las autorizaciones emitidas por la corporación municipal para la instalación de rótulos se masificó gracias al incremento del número de establecimientos comerciales, lo que multiplicó la concesión de licencias siempre y cuando se cumplían las medidas estipuladas para que su saliente no entorpeciese las calles estrechas, por lo que los más antiguos que se recogen apenas superan los cien años, si bien la mayor parte de rótulos fueron realizados desde los años setenta en adelante. Es precisamente Santiago la ciudad de Galicia en donde se conserva la mayor cantidad de este tipo de elementos que visten la arquitectura, habiendo estado siempre en reglamentados con las alineaciones de las fachadas y, por tanto, bajo la lupa de los arquitectos y maestros de obra encargados de levantar las construcciones que otorgaron el carácter mercantil de la ciudad. Buena parte de los ejemplos mostrados son exponentes de la vida inmaterial de la ciudad, en donde se aglutinan vivencias de todo tipo y definen la imagen prototípica del callejero, con ejemplos como el de la farmacia de R. Bescansa, el restaurante-pensión Dakar, la platería Fonseca, el Salón-Teatro, la desaparecida fábrica de chocolates Raposo en rúa das Orfas nº 15, la antigua placa de la Biblioteca Popular en la rúa da Conga, etc. Xaquín Nóvoa también aúna los rótulos más modernos, realizados con materiales no tradicionales y con una vida más corta, como los retales y lonetas estampadas, en los que el diseño gráfico digital impreso sustituye a las labores de las artes y los oficios tradicionales.
Cancelas y rótulos son elementos de la arquitectura vernácula que se generó en la zona vieja compostelana desde el siglo XIX gracias a la multiplicación comercial que los reclamaba y a la convivencia de las industrias y artesanos que los producían. Estos dos libros poseen todo su peso en el contenido gráfico gracias al trabajo realizado por el fotógrafo Xaquín Nóvoa durante más de treinta años. Es imposible analizar las particularidades de estos ornamentos sin previamente realizar un trabajo de campo en el que se encuentren todos reunidos y seleccionados. Son, pues, partes integrantes pendientes de estudiar desde la historia del arte, al igual que sucede con la arquitectura y decoración de los espacios a los que hacían alusión, como los portales en el caso de las cancelas y los interiores de establecimientos para el ocio y el comercio en el caso de los rótulos.