Resumo
Resumen: El Sahel se está convirtiendo en el refugio y dominio de dos grandes peligros para la seguridad mundial, el terrorismo y la criminalidad organizada, que han adquirido un carácter transnacional indiscutible, que concierne a todos los países del mundo. Si bien esto es cierto y, requiere de la máxima cooperación a nivel de inteligencia estratégica, de fuerzas armadas y policía, hay también un nivel social que atender, en el caso de África, su endémico subdesarrollo. Esta actuación multifacética y de nivel internacional, no podemos olvidar que debe ser canalizada a través de los países afectados directamente. En el caso del Sahel, es indiscutible el liderazgo de Argelia en la región en asuntos de seguridad. Su situación política actual, la sucesión de Bouteflika, y el problema estructural de su economía que la hace dependiente, plantea la necesidad de analizar su situación y tenerla en cuenta en los cálculos geoestratégicos, sobre todo a la hora de no desperdiciar una oportunidad única de recuperar a África e incorporarla como actor importante en la lucha antiterrorista y contra el crimen organizado, cortándoles así la retirada a un refugio fácil, contribuyendo a la seguridad internacional.
Palabras chave
ARGELIA Y LA SEGURIDAD EN EL SAHEL
Rosa Lacasa Bayod
ARGELIA Y LA SEGURIDAD EN EL SAHEL
Gladius et Scientia. Revista de Seguridad del CESEG, núm. 2, 2020
Universidade de Santiago de Compostela
ALGERIA AND SECURITY IN SAHEL
Rosa Lacasa Bayod
Centro de Estudos de Seguridade, Máster en Seguridad, Paz y Conflictos Internacionales, España
Copyright © Universidade de Santiago de Compostela
Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
Resumen: El Sahel se está convirtiendo en el refugio y dominio de dos grandes peligros para la seguridad mundial, el terrorismo y la criminalidad organizada, que han adquirido un carácter transnacional indiscutible, que concierne a todos los países del mundo. Si bien esto es cierto y, requiere de la máxima cooperación a nivel de inteligencia estratégica, de fuerzas armadas y policía, hay también un nivel social que atender, en el caso de África, su endémico subdesarrollo. Esta actuación multifacética y de nivel internacional, no podemos olvidar que debe ser canalizada a través de los países afectados directamente. En el caso del Sahel, es indiscutible el liderazgo de Argelia en la región en asuntos de seguridad. Su situación política actual, la sucesión de Bouteflika, y el problema estructural de su economía que la hace dependiente, plantea la necesidad de analizar su situación y tenerla en cuenta en los cálculos geoestratégicos, sobre todo a la hora de no desperdiciar una oportunidad única de recuperar a África e incorporarla como actor importante en la lucha antiterrorista y contra el crimen organizado, cortándoles así la retirada a un refugio fácil, contribuyendo a la seguridad internacional.
Palabras clave: Sahel; terrorismo; crimen organizado; tráfico ilegal; seguridad internacional; subdesarrollo; dependencia energética; Argelia.
Abstract: The Sahel is becoming the refuge and domination of two major dangers to global security, terrorism and organized crime, which have acquired an undisputed transnational character, which concerns all countries of the world. While this is true and requires the utmost cooperation at the strategic intelligence, armed forces and police levels, there is also a social level which, in the case of Africa, is to deal with its endemic underdevelopment. This multifaceted and international action, we must not forget that it must be channeled through the countries directly affected. In the case of the Sahel, the leadership of Algeria in the region in security matters is indisputable. Its current political situation, the succession of Bouteflika, and the structural problem of its economy that makes it dependent, raises the need to analyze its situation and take it into account in the geostrategic calculations, especially when it is not wasted a unique opportunity of recover Africa and incorporate it as an important player in the fight against terrorism and against organized crime, thus cutting them off to an easy refuge, contributing to international security.
Keywords: Sahel; terrorism; organized crime; illegal trafficking; international security; underdevelopment; energy dependency; Algeria.
SUMARIO
-
1. SITUACIÓN EN ARGELIA
-
1.1. Argelia. Descripción
-
1.2. Situación política actual
-
1.3. Seguridad
-
1.4. Fortalezas y debilidades
-
1.5. Contexto regional político
-
1.6. La cuestión energética
-
-
2. TERRORISMO
-
2.1. El fenómeno terrorista
-
2.1.1. Concepto de terrorismo
-
2.1.2. Concepto de radicalización
-
-
2.2. Antecedentes en Argelia
-
2.3. Situación del terrorismo en el Sahel
-
2.3.1. Organizaciones terroristas en la región: Organización y desarrollo
-
-
-
3. TERRORISMO Y ORGANIZACIONES CRIMINALES EN EL SAHEL
-
3.1. Situación
-
3.2. Factores
-
3.3. Actores
-
3.4. Impacto del tráfico de drogas en el Sahel
-
3.5. Evolución del terrorismo en el Sahel
-
3.6. Tráfico de droga como financiación alternativa del terrorismo internacional
-
-
4. PROPUESTAS PARA EL DESARROLLO
-
4.1. Logros actuales
-
4.2. Áreas de actuación
-
4.2.1. Poder Político
-
4.2.2. Lucha antiterrorista
-
4.2.3. Economía
-
4.2.4. Desarrollo social
-
-
-
5. CONCLUSIONES
-
6. BIBLIOGRAFÍA
1. SITUACIÓN ACTUAL EN ARGELIA
1.1 Argelia. Descripción
Argelia, con una superficie de 2.381.741 km/cuadrados, es el país mas extenso de África, del mundo árabe y de la cuenca mediterránea. Geopolíticamente, tiene una situación privilegiada respecto a los países del Magreb, gracias a su costa mediterránea de más de 1200 kilómetros y su riqueza en hidrocarburos. Se le considera por parte de España un socio de confianza en la región.
Su población es de 36 millones de personas de las cuales los menores de 30 años representan el 70%, siendo una potencia demográfica de su zona.1
1.2 Situación política actual
En 2014 fue elegido para su cuarto mandato como Presidente a Abdelaziz Bouteflika, a pesar de su edad -78 años-, de su delicada salud tras sufrir un derrame cerebral, y de su nula participación en la campaña electoral. Se especuló sobre un posible fraude electoral debido al abrumador 82% de los votos con un 51% de participación, desmentido por los observadores de la Unión Africana y la liga Árabe. La Unión Europea se abstuvo de enviar observadores.
Para apaciguar posibles protestas, el presidente ha propuesto dos cambios constitucionales: limitación a dos mandatos de la duración de la presidencia, y el reconocimiento del tamazigh (bereber) como lengua nacional y oficial, reivindicación de la población bereber de la Cabilia (región tradicionalmente conflictiva). Ante el boicot de la oposición, se ha abierto un periodo de reflexión a la espera de nuevas contribuciones. Se han promulgado leyes con penas severas para periodistas, muy activos en Argelia, y para personas que perturben “la moral de la nación”.
El principal problema es la sucesión de Bouteflika, para la cual encontramos actores como los oficiales generales anti-Bouteflika, como el convenientemente retirado Hocine Behadid (exjefe de la región Militar del suroeste), el mayor general Abdelkader Ait Ourabi (exjefe de la lucha contra el terrorismo), y el pase a la reserva del general Toufik.
La lucha de clanes en la cúpula del Estado ha llevado a la disolución del servicio secreto argelino (DRS), en manos de los militares, el más poderoso de África y tradicional sustento del régimen, sustituido por el DAS (Département du Renseignement et de la Sécurité), debilitando así a la vieja guardia de los militares del DRS, en favor del entorno del presidente. Así encontramos otros actores de la sucesión que son los que se han venido a llamar “le pouvoir”, el entorno del presidente, que intenta mantener el statu quo para ganar tiempo. En este entorno destaca el hermano del presidente, Said Bouteflika, anteriormente subestimado y, ahora nuevo hombre fuerte.
La oposición también está posicionándose creando la Coordinadora Nacional para las libertades y la transición democrática (CNLTD), reuniendo a laicos e islamistas en un intento de presentarse como alternativa de gobierno.
Los propios argelinos están desilusionados, pero la ausencia de relación con las llamadas “primaveras árabes” pone de manifiesto entre otras, la resignación y admisión de este compás de espera, a pesar de las tensiones internas entre población árabe y bereber (25% de la población), y que no ha impedido focos de inestabilidad social, como la de In Salah (interior del Sahara argelino) que protestan por las exploraciones de gas esquisto. El gobierno se esfuerza en garantizar la paz social, derrochando fondos en subvenciones para la energía y los productos alimentarios, que no va a poder mantener en el futuro si se mantiene la situación actual de bajada de los precios del petróleo y gas exportados por Argelia. La anterior bonanza derivada de dichas exportaciones llega su fin, y aunque de momento se mantiene el equilibrio macroeconómico, los problemas estructurales se mantienen, y se agravarán si no se acometen reformas profundas.
1.3 La seguridad
En Argelia no se ha olvidado la “década negra” de lucha contra los islamistas (1992-1999), una guerra civil en la que murieron 60.000 personas, cuyo recuerdo reavivó Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) sobre todo tras el asalto a las instalaciones de gas de In Amenas en enero de 2013. El terrorismo es una prioridad absoluta en seguridad, a pesar de estar localizado en las montañas de la Cabilia y ser de baja intensidad. A pesar de los certeros golpes de los servicios de seguridad argelinos a la cadena de mando islamista de AQMI, este se reconfiguró jurando lealtad a Al Qaeda, y mediante alianzas intra-regionales. También se teme, como en todo el Sahel, la expansión de excombatientes retornados de Siria, Afganistán y Libia, que tras las derrotas en esos países y su expulsión progresiva de Irak, busquen refugio en la débil zona del Sahel y por tanto en las propias fronteras de Argelia en el sur, donde esta mantiene un fuerte operativo antiterrorista. Si añadimos los conflictos en Mali y Libia, todo ello pone en cuestión los principios de la política argelina tradicionales de no interferencia en asuntos internos de otros estados, y no intervención con tropas fuera de sus fronteras, ya que su seguridad está vinculada a la de otros países cercanos.
Por todo ello ha ido cambiando sus políticas diplomáticas y estratégicas, potenciando una mayor cooperación con la OTAN, aumentando la cooperación con sus vecinos con la creación en 2010 del Centro Combinado Militar de Operaciones Especiales y el Centro de Intercambio de Información en Argel para coordinar acciones transahelianas. Se ha mejorado también la cooperación antiterrorista con Túnez y con Libia.
La importancia de Argelia es clara en la lucha antiterrorista para toda la zona debido a su potencial regional, su experiencia en la guerra civil, y que su ejército que está entre los más poderosos y eficaces de África.
1.4 Fortalezas y debilidades
Las reservas de petróleo y gas en Argelia son a la vez una fortaleza que le ayuda a mantener la paz social y unas fuerzas de seguridad de calidad, y por otro lado le sitúa en el punto de mira del terrorismo por las repercusiones internacionales en la exportaciones de estas energías, en caso de ataque terrorista a sus correspondientes instalaciones (como ya se intentó en el ataque a In Amenas).
Debido a la caída del precio del petróleo, las exportaciones de Argelia han caído un 42% en valor. Como consecuencia, Argelia no ha tenido éxito con las nuevas licitaciones, y el abandono de varios proyectos socioeconómicos, la depreciación continua del dinar y el aumento de los precios de productos de consumo local e importados, semielaborados y materias primas.
Otro aspecto negativo de la de la dependencia de la abundancia energética, es la falta de diversificación de su economía. No hay una reinversión productiva de los ingresos generados por el petróleo, y el 95% de los bienes de consumo tienen que ser importados.
Cabe añadir el problema de la corrupción en el sistema. El 45% del empleo se produce en la economía paralela y el mercado negro, y el 24% de los jóvenes están oficialmente desempleados. Tampoco se legisla adecuadamente para atraer la inversión extranjera.
Sus puntos fuertes siguen siendo su población, su prestigio, la geografía y sus ingresos, todo ello la mantiene como principal potencia geopolítica en el Magreb. Su importancia en este sentido para la Unión Europea y EEUU, es clave tanto como suministrador energético para la primera, como para los segundos en la lucha antiterrorista en la zona.
1.5 Contexto Regional
El contexto no es del todo favorable a Argelia: La salida negociada a la crisis de 2012 en Mali, propuesta por Argelia, se vio boicoteada por la ambición de los Yihadistas salafistas que provocó la intervención militar extranjera con liderazgo francés. El ataque a In Amenas puso de manifiesto su vulnerabilidad y en entredicho su prestigio.
Los conflictos duraderos de la zona (Malí) obligan a invertir esfuerzos humanos y materiales más necesarios para hacer frente a desafíos de la política interna.2
Respecto a Marruecos, el origen de las tradicionales desavenencias viene dado por la cuestión fronteriza, por un lado, y por otro por la postura argelina respecto al Sahara. Las fronteras son causa de desacuerdo originado por la administración colonial francesa que estableció diferentes demarcaciones unilateralmente, en detrimento de Marruecos.3 Tras la guerra de las Arenas en 1963, y la falta de acuerdo entre ambos países, para Marruecos la prioridad fue el Sahara Occidental para lo cual buscó el apoyo diplomático de los países de la zona, reconociendo en 1969 el Estado de Mauritania, y firmando un tratado con Argelia sobre las fronteras en 1972. Pero Argelia salió en defensa del Frente Polisario tras la ocupación marroquí en 1976, lo que provocó el cierre de fronteras entre ambos países. Así acabó vinculándose el conflicto saharaui al contencioso fronterizo. Todo ello se ha traducido en una “guerra fría” entre ambos que ha provocado una carrera armamentística por la superioridad militar, aumentando el gasto militar, de hecho Argelia tiene el mayor presupuesto militar de todo el continente. Lo ha podido sufragar gracias a los abundantes hidrocarburos que posee, y lo ha justificado por la lucha frente a organizaciones terroristas como AQMI, la defensa de sus extensas fronteras con países conflictivos como Malí o Libia, y las llamadas primaveras árabes.
Marruecos ha compensado su inferioridad militar con un esfuerzo diplomático que ha llevado a Mohamed VI a visitar personalmente más de 40 países y establecer interesantes alianzas basadas en la inversión económica (presencia de grandes compañías marroquíes en sectores bancario, energético, agropecuario y de infraestructuras- Air Maroc, Maroc Telecom, Banco Attijari), el acercamiento político y la cooperación religiosa (Fundaciones para la formación de imanes y becas para universidades marroquíes). Incluso se ha relacionado con países cercanos al Polisario, como Guinea, o Nigeria. Fuera de África también se ha relacionado con Estados Unidos, Francia, Inglaterra, Rusia y China. Argelia por su parte ha recuperado el terreno perdido rápidamente, aun estando lastrada por el mal momento económico debido a la bajada de precios de los hidrocarburos y el delicado estado de salud de su Presidente, Bouteflika. Ha recibido la visita oficial de una quincena de jefes de estado africanos, está intentando diversificar su economía, por ejemplo, con la Cumbre de empresarios que organizó en 2016, y el proyecto de oleoducto entre Nigeria y Argelia.
El coste de la falta de entendimiento entre Argelia y Marruecos, son las economías de la región debido al cierre de fronteras, la inexistencia de colaboración en materia de seguridad ante amenazas comunes como la seguridad fronteriza, el narcotráfico, la inmigración, la radicalización y el terrorismo. Los ciudadanos argelinos y marroquíes podrían tener más progreso económico, social, educación, derechos humanos, etc.… si los recursos destinados a la carrera armamentística se dedicaran a dichas áreas, y esto puede pasar factura a las clases dirigentes.
Por otro lado, Argelia se siente incómoda con la presencia de las fuerzas francesas en su frontera meridional y la autorización de sobrevuelo de su espacio aéreo para la “Operación Serval”. Los sectores islamistas y los nacionalistas árabes critican la cesión argelina de soberanía o la colaboración en una campaña que consideran neocolonial y anti musulmana, aunque necesaria para combatir el yihadismo.
En la cuestión migratoria, el fenómeno de los harraga (nacionales que emprenden la salida) hacia costas españolas, afecta al orgullo nacional y desafía la seguridad del estado. Respecto a los flujos de inmigrantes subsaharianos, es otra dificultad con Marruecos ya que atraviesan la frontera terrestre formalmente cerrada entre ambos países para salir al mediterráneo.
1.6 La cuestión energética
Tomando la geopolítica como la ciencia que estudia la conexión entre poder e intereses en un espacio geográfico determinado, la “geopolítica de los recursos naturales” estudia esas conexiones en función de la escasez y distribución irregular de los recursos en el mundo, y las necesidades de los diversos actores en cuanto a elementos utilizados como fuente de energía (agua, uranio, gas, o petróleo). Por lo tanto, la geopolítica de la energía “analiza la proyección de poder por parte de los actores presentes en el espacio geográfico que alberga las reservas y las infraestructuras de producción y transporte, y que su objetivo primordial es la seguridad energética”4
En Argelia los hidrocarburos suponen el 50% del PIB, el 60% de sus ingresos presupuestarios y más del 95% de sus exportaciones. Se sitúa en el quinto puesto como productor mundial de gas, y tercer abastecedor de la UE (tras Rusia y Noruega).5
El conflicto en Ucrania ha dado relevancia a Argelia para la UE, como vía alternativa ante una escasez del gas proveniente de Rusia del que ésta depende en un 30% y atraviesa territorio ucraniano. Argelia es el tercer proveedor de Europa y el primero para España. Sin embargo los problemas de corrupción afectan a la situación estructural económica del país, como en el escándalo de su compañía nacional Sonatrach y la multinacional europea Saipem (2011).6
El proyecto de construcción del Gasoducto Trans-Sahariano, desde Nigeria, cruzando por Níger hasta la costa mediterránea de Argelia, atraviesa el territorio saheliano controlado en parte por el AQMI. Ya en 2013, con el asalto a la planta petrolera de In Amenas, saltaron las alarmas sobre la seguridad energética y las consecuencias de la inestabilidad en el Sahel. Tras este suceso Estados Unidos y Noruega, países de donde son las compañías que trabajan en Argelia, han presionado al Gobierno argelino para adquirir más concesiones y para reemplazar la seguridad estatal por empresas privadas a elección de las petroleras, lo cual comprometería el control ejercido por el ejército en las instalaciones y producción.
En el caso del Norte de África las amenazas provienen del yihadismo y también del crimen organizado, quien a su vez ayuda a la financiación a los primeros, y de la apropiación directa de los recursos energéticos por parte de los terroristas para su venta directa.
La política energética argelina fue muy nacionalista en el pasado, pero a partir del año 2000 se impulsaron cambios liberalizadores en Sonatrach (empresa nacional gobierno argelino), redistribuyendo sus exportaciones y aumentando su presencia en mercados internacionales para incrementar la cuota de gas en los mercados tradicionales del sur de Europa, mercados de abastecimiento con gas licuado, y partenariados con empresas europeas y rusas (Gazprom). Aun así el socio principal sigue siendo Europa, y de hecho la Unión Europea lleva tiempo planteándose un mercado Energético Común. Así a través de sus miembros mediterráneos quedaría vinculada a la región africana en el aspecto energético. De hecho, España, Italia y Portugal, incluso Francia, se vieron menos afectados por la crisis ruso-ucraniana, al tener a África como proveedor. Italia, Francia y España representan el 80% de las exportaciones argelinas de gas. Dos tercios de las exportaciones argelinas se distribuyen a través de gaseoductos con Italia y España, y el resto a través de Gas Natural Licuado.7
España está en una situación ventajosa para sacar partido al gran potencial de la cuenca del Mediterráneo8. Según el modelo energético español, el suministro de gas llega por dos vías: los gaseoductos internacionales (53,7%) y gas licuado, a través de seis gaseoductos internacionales: dos con Argelia, dos con Portugal y dos con Francia. Este modelo español reduce su dependencia del gas ruso en un 10% respecto al resto de la UE cuando se termine la construcción del MIDCAT (gaseoducto que conectaría Francia y España a través de Cataluña), proyecto incluido en los proyectos de infraestructuras energéticas de Interés Común para la UE9.
Tanto España como Argelia, están interesados en aumentar la producción y exportación de hidrocarburos, y desarrollar más el corredor occidental de gas que une Argelia con Europa, a través de España10. Ésta es el segundo mercado de gas de Argelia, que es el primer suministrador a pesar de la diversificación de suministros que España llevo a cabo con Nigeria, Qatar y Trinidad y Tobago.
La interdependencia Argelia-España tiene sus consecuencias en el panorama empresarial: Repsol lidera el consorcio que explota los campos de Reggane Nord (Proyecto Gasístico del Sudoeste). Cepsa ya estaba asentada en Argelia cuando se construyó Medgaz y es socia del proyecto, y tiene un acuerdo de explotación y producción en Berkine desde 2011. Además de proyectos conjuntos con la empresa nacional argelina Sonatrach. Iberdrola y Abengoa también están presentes, siendo España uno de los grandes inversores en Argelia11. En el futuro Argelia podría ser un socio comercial e inversor muy importante en el Mediterráneo.
En relación al terrorismo, ambos países firmaron en 2008 el Convenio en materia de seguridad y lucha contra el terrorismo y la criminalidad organizada, y aplican el Código de Conducta Euro-Mediterráneo contra el terrorismo adoptado en la Cumbre de Barcelona. Aunque atacar a una instalación energética requiere demasiadas capacidades y muchos riesgos, no quiere decir que no pueda darse. De hecho, ya en 1996 la GIA amenazó a todos los trabajadores del sector de hidrocarburos ya que los ingresos obtenidos perpetuaban el régimen contra el que luchaban. Incluso Osama Bin laden destacó la importancia de atacar la producción de energía de países que se relacionan con Occidente. Y así llegamos a la crisis de rehenes que se produjo en In Amenas en 2013, que es el cuarto en importancia de producción del país (10%), y cuyo gas es importado íntegramente a Europa. El suministro no sufrió ningún perjuicio pero a consecuencia del ataque murieron varios rehenes occidentales, se demostró que los terroristas tienen como objetivo estas instalaciones. En occidente se tradujo en inquietud y alarma por los secuestrados y por el suministro en peligro. De hecho, la OTAN ya ha trabajado en ejercicios para prevenir posibles ataques terroristas a gaseoductos y buques metaneros.
En conclusión, los riesgos son tanto para el suministrador porque sus ingresos se verían afectados y por la falta de confianza de los inversores, además de que los terroristas al apropiarse de la producción también obtendrían beneficios de su venta que redundaría en más acciones terroristas contra la seguridad nacional, y la economía argelina. Como para el exportador de hidrocarburos, España, que sufriría cortes de energía que le obligaría a buscar otros suministradores que aprovechándose de la urgencia cobrarían un precio más alto, desestabilizando el mercado europeo, y provocando una reestructuración total del mercado energético español: Libia ya no es un buen candidato por los conflictos internos, y con Rusia, perdería la independencia energética y, por tanto, la posibilidad para España de convertirse en un hub energético para la UE. La relación con Argelia proporcionaría a España, además de salvaguardar su seguridad energética, extender su influencia en la Unión Europea.
2. EL TERRORISMO EN ARGELIA
2.1 El fenómeno terrorista
2.1.1 Concepto de terrorismo
El terrorismo internacional es una sucesión premeditada de actos violentos e intimidatorios ejercidos (generalmente contra población civil o no combatiente) para influir psicológicamente (clima de temor) sobre un número de personas muy superior al que suman sus víctimas directas y alcanzar así algún objetivo, casi siempre de tipo político. (Luis de la Corte Ibáñez: La lógica del terrorismo, 2006, Ed. Alianza)
Su expresión más frecuente es el terrorismo político con orientación insurgente, perpetrado por actores no estatales, orientado a subvertir el orden sociopolítico o coaccionar a un gobierno o comunidad política. El terrorismo ha presentado con creciente frecuencia una o más facetas internacionales: Financiación parcial con fondos llegados de países o latitudes distintas a las que le sirven de escenario; Repercusiones fuera de las propias fronteras o influencia recibida por terrorismos foráneos; “Efectos de contagio”: referentes ideológicos; inicio de actividad terrorista; estrategias, tácticas, métodos; intensidad y letalidad.
Ha habido cuatro oleadas de terrorismo insurgente desde finales S. XIX, y a lo largo del siglo XX se ha experimentado una progresiva internacionalización: Una evolución desde expresiones puramente locales, hacia manifestaciones que traspasan fronteras en diversos sentidos.
Se refiere a la transnacionalización del fenómeno terrorista: Movilización de recursos y apoyos (financieros, materiales y humanos) en países extranjeros; Uso de países extranjeros como zonas tránsito y refugio; Cooperación con organizaciones terroristas o criminales extranjeras; Atentados y campañas de atentados en países extranjeros (contra representantes, ciudadanos e instalaciones del propio país o países enemigos)
En cuanto a la Internacionalización, como intención de (y capacidad para) producir cambios y efectos políticos a escala supranacional: amenaza internacional, su extensión efectiva de actividades a una variedad de países, especialmente los incluidos en áreas del planeta sobre las que se pretenda ejercer influencia. El Terrorismo internacional es un terrorismo de exportación, con alianzas estratégicas o tácticas multinacionales para desarrollar campañas terroristas. El Terrorismo de patrocinio estatal también tiene la misma orientación.
En el caso concreto del Terrorismo yihadista global, está orientado a actuar a escala trasnacional, incluso planetaria, aprovecha dinámicas de la globalización, es de origen ideológico (salafismo yihadista), y su origen histórico se remonta a la década 1990, con el fenómeno Al Qaeda.
Su máxima expresión e impacto puntual fueron los atentados 11-S de 2001. Desde entonces su evolución parte de una ideología del yihadismo global, basada en un mundo musulmán agraviado, humillado y corrompido por gobernantes apóstatas y occidentales. Hace gala de una guerra milenaria contra enemigos poderosos y malvados, y promete un horizonte de victoria y dominio por voluntad divina. Tiene una serie de proyecto y objetivos (últimos e intermedios) que formarán parte de la Yihad global para reconfigurar un mundo musulmán, deponiendo los gobiernos apóstatas y sustituyéndolos por teocracias. Todo ello con la finalidad de defender a hermanos oprimidos, lograr la progresiva unificación del mundo musulmán (Emiratos, Gran Califato), mediante la ampliación y reconquista de territorios perdidos.
Su morfología organizativa es la amenaza estructuralmente diversificada, dispersa y dinámica del Movimiento yihadista global (múltiples actores): Núcleo central de Al Qaeda, con Franquicias y organizaciones asociadas; Grupos e individuos ideológicamente afines.
Por ejemplo, AQ en Irak AQPA AQMI Al Shabab GICL Emirato del Cáucaso Yemaah Islamiyya Abu Sayyaf Talibán (Af-PK) MIU.
En cuanto a los aspectos estratégicos, tácticos y operativos, su modus operandi es hostigar y atacar a tropas y personal extranjero presentes en países islámicos; Desestabilizar regímenes pro-occidentales o apóstatas; Intimidar a gobiernos y poblaciones occidentales; Ampliar frentes de batalla, refugios, y bases territoriales; Elevar costes de seguridad y dañar economía occidental. Sus actividades y métodos son la violencia: se caracterizan por su alta letalidad, blancos diversos, misiones suicidas; También incluyen la agitación y difusión de propaganda (internet), el proselitismo activo, reclutamiento. Y desarrollan su propio apoyo logístico, y su autofinanciación (con la colaboración de algunos países, en algunos casos)
En occidente se ha padecido su acción desde 2001: asesinato Theo Van Gogh, 11-M (191 muertos, 1.858 heridos), 7-J (56 muertos, 700 heridos). Muchas decenas planes fallidos en estado inicial, muchos contra grandes objetivos, han sido desactivados a tiempo: España: al menos 10 planes descubiertos desde 11-M, y más recientemente otros planes contra EEUU.
Son indudables sus vínculos con escenarios y grupos yihadistas extranjeros:
AF-PAK: Operación Libertad Duradera. Hasta 2003: fase de supervivencia, y después 2004-2005: procesos electorales en Afganistán. Se produce la recuperación talibán y Al Qaeda, con un crecimiento de la actividad y el impacto insurgente: es la Talibanización de Pakistán. Se busca la marginalización y debilitamiento progresivo de Al Qaeda.
IRAK: su peor momento en 2004-2006. Hay un cambio de estrategia contrainsurgencia (Surge). La actividad terrorista se intensifica con múltiples blancos. Desde 2006 en adelante, Al Qaeda en Irak pierde progresivamente fuerzas, aliados y apoyo local.
PENÍNSULA ARÁBIGA: en 2003-2004 se produce una oleada de atentados en Arabia Saudí; En Yemen (2009) hay un reforzamiento de Al Qaeda en la Península Arábiga, y proyectos de atentados internacionales fraguados desde Yemen. En 2013 (agosto): Nasir al-Wuhayshi nombrado nº 2 de Al Qaeda Central.
MAGREB Y SAHEL: En la primera parte década 2000: incluye Marruecos, Argelia, Libia (GICM, GSPC, GICL). Argelia: GSPC sigue actuando; se transforma en Al Qaeda en el Magreb Islámico (2007). AQMI en cierto declive a finales de la década. Se extiende al Sahel: se produce una combinación de insurgencia y terrorismo con actividad criminal (secuestros). 2012: condominio yihadista en el norte de Mali – Operación Serval.
CUERNO DE ÁFRICA (SOMALIA): Desde los 90: se inicia la Unión de Tribunales Islámicos (UTI). Los UTI toman Mogadiscio en junio 2006 y es desalojado a principios de 2007, fragmentándose. Hay una potenciación de fracción juvenil y más radical de TIU: Al Shabaab. Se producen apoyos desde Península Arábiga, con la recepción de voluntarios extranjeros. En 2009 jura fidelidad a Ben Laden y hay un aumento de la violencia (tras salida tropas etíopes). Se produce en 2010 un atentado en Uganda y la absorción de la milicia yihadista (Hizbul iSlam). En 2013 un grave atentado en Kenia (Centro Comercial Nairobi).
SIRIA: no podemos olvidar los antecedentes de Siria. Junio/julio 2011: primer enfrentamiento armado de intensidad (Jisr al-Shughur); surge Ejército Libre de Siria. En enero de 2012: Jahbat Al Nusra anuncia su presencia. En abril de 2013: AQ en Irak adopta nombre de “Estado Islámico de Irak y el Levante” (ISIS). Hay una creciente llegada de voluntarios extranjeros a filas yihadistas en Siria, y en enero de 2014, ISIS proclama un estado islámico en Faluya. Se produce el enfrentamiento de ISIS-Frente Islámico y Ejército Libre Sirio, con la desaprobación de Al Zawahiri.
Las últimas manifestaciones y tendencias de las proyecciones del yihadismo global en Occidente son las zonas de refugio y tránsito, uso de bases logísticas y retaguardia, desarrollo de ámbitos de radicalización, utilización de occidente como escenario de atentados
También se han producido otros perjuicios causados por el terrorismo yihadista a intereses occidentales (fuera de Occidente) como son la implicación en conflictos armados en el exterior, con bajas y costes militares; las tensiones diplomáticas; los ataques contra personal e instalaciones occidentales en el exterior, los secuestros y contribución a actividad criminal organizada.
La actividad yihadista en Europa, además de atentados incluye la financiación, falsificación de documentos, acogida de militantes procedentes del exterior, envío de material a zonas de conflicto, difusión de propaganda, proselitismo radical, y reclutamiento y envío de voluntarios a campos de entrenamiento y zonas de conflicto.
Respecto al futuro de la amenaza yihadista, y en base a las conclusiones sobre rasgos y evolución de la amenaza yihadista se puede decir que el riesgo directo para los países occidentales ha ido decreciendo pero no el indirecto. Aún es una amenaza real, entre otras amenazas (y potencialmente conectable con ellas). Organizativamente es heterogénea y multiforme, expansiva; Adaptativa y oportunista (dependiente de múltiples contingencias).
Actualmente para llevar a cabo una labor de seguridad eficaz en materia terrorista, las áreas de acción son: La prevención, que requiere una coordinación eficaz entre servicios de inteligencia y sus diferentes tipos. Por un lado la protección: minimizar la vulnerabilidad del personal, instalaciones y objetivos civiles. Y por otro, la gestión de respuesta: es necesaria una base de datos de las instalaciones militares y capacidades de reacción para coordinar eficazmente una mejor respuesta.
La colaboración con terceros estados, en el caso del terrorismo, obliga al multilateralismo, tantas veces desplazado por sus dificultades frente al bilateralismo. Ello se debe a la implicación geográfica de distintos territorios nacionales. Todo ello requiere el establecimiento de mecanismos y protocolos de actuación para ganar eficacia y rapidez. Para ello habrá que conseguir unos objetivos de Adaptabilidad: prevención y resolución de conflictos y de crisis, contrarrestar los riesgos y amenazas. Hacer frente a situaciones de imprevisibilidad. Esto requiere trabajo de inteligencia: prevención, que en el caso del terrorismo es indispensable para evitar su ventaja en cuanto al factor sorpresa que tanto terror e inseguridad produce y que es el componente más poderoso en la lucha asimétrica actual. Capital humano bien preparado y más numeroso: formación adecuada. Deficiencias de los países en capital humano preparado. Necesidad de cooperación para obtención de información en otros países y culturas.
2.1.2 Concepto de radicalización
Dentro del nuevo paradigma al que nos llevan la globalización capitalista, la relación social, y la interdependencia, en los análisis estratégicos se hace más necesaria la conceptualización correcta a la hora de determinar cuál es la realidad a analizar y por tanto, la interpretación de la misma y las medidas aplicables. Uno de los conceptos necesarios es el de radicalización, del que son máximos exponentes Al Qaeda y Estado Islámico.
Este término, en sus orígenes del siglo XIX hacía referencia a corrientes de pensamiento político reformista, “aquellos que representaban o apoyaban secciones extremas de un partido político, o caracterizado por una independencia de lo que es usual o tradicional”. Se refiere a toda corriente que propugna reformas profundas en estructuras políticas y sociales en un Estado. Pero en el siglo XXI se relaciona con las amenazas del mundo globalizado, se explica el terrorismo a través de la radicalización como proceso por el que los miembros de la comunidad musulmana evolucionan hacia la violencia política, asociando la radicalización al extremismo, como paso previo. Se le ha dado un matiz peyorativo que no debe confundirnos a la hora de considerar un movimiento radical, ya que éste no tiene por qué ser contrario a la ley, y el origen de muchos estados democráticos lo hallamos en movimientos radicales que se opusieron a estados antidemocráticos dictatoriales o autoritarios como el caso de los movimientos de derechos civiles de la población negra en EE.UU.
Abordando el concepto desde su relación con la llamada agenda de seguridad, la radicalización tiene un carácter inclusivo, abarcando no solo procesos dentro de la comunidad islámica, sino también movimientos de distintas orientaciones políticas o ideológicas (derecha radical). Además, se ha de enfocar desde una perspectiva contextualista, considerando las circunstancias económicas, sociales y políticas y su incidencia en la radicalización.
En su origen, dentro de los movimientos políticos de los años 70 la radicalización era un proceso que se estudiaba desde las pautas de interacción entre movimientos sociales y otros actores como la policía, y la violencia se entendía como una opción estratégica que adoptaba una estructura concreta, según unos recursos ciertos, en un contexto determinado y las dinámicas interactivas en el ejercicio de la violencia. Tras los sucesos del 11-S en Nueva York, el concepto ha sido interpretado de otras maneras: “socialización del extremismo que se manifiesta en actos de terrorismo”, “fenómeno en el que personas se adhieren a opiniones, puntos de vista e ideas que pueden conducir a actos de terrorismo” según la Comisión Europea (2008).
En la radicalización se pueden constatar unos elementos: el relacional, que nos lleva a establecer unos estándares de referencia para poder juzgar adecuadamente el concepto, y se trataría en este caso del marco referencial de las democracias occidentales (Imperio de la ley, derechos humanos, pluralismo político, y separación de poderes). No se refiere al activismo político, como políticas contrarias a un status quo existente que pretende subvertirlo o cambiar aspectos sociales. El contexto concreto, para explicar y diseñar políticas públicas preventivas contra la violencia política, que garanticen la seguridad ciudadana. Y, por último, el nexo común, el proceso como fenómeno que no se agota en sí mismo, que está vivo y dinámico.
La radicalización es un proceso que puede acabar con la participación de un individuo o grupo en el diseño, colaboración o ejecución de actos de terrorismo. Su lógica diferencial son las siguientes fases graduales: abandonar esquemas cognitivos moderados, adoptando posiciones intransigentes; entrar en una lógica discursiva que admita factores de legitimidad no democráticos; simpatizar con las ideas-fuerza de la organización; pasar de simpatizante a creyente; implicarse como activista; obviar inhibiciones legales; apoyar la organización en sus objetivos y métodos; y juzgar legítimas las acciones terroristas. Las categorías serían: extremismo, extremismo activista, extremismo activista violento, y terrorismo.
Los niveles de causas de radicalización se dividen en tres: nivel micro o individual (problemas de identidad, sentimientos de alienación, y discriminación); nivel meso (redes sociales de apoyo o amistad), y nivel macro (condiciones económicas y políticas). Pero siempre se trata de causas complejas que constituyen un todo relacionado que incluye el nivel individual, y también el meso y el macro, teniendo preponderancia estos dos últimos.
Finalmente, la definición de radicalización sería aquel proceso por el cual un individuo o grupo tiende a asumir puntos de vista políticos intransigentes y doctrinarios que pueden vincularse con ideologías extremistas o creencias fundamentalistas y determinadas prácticas y dinámicas de grupo, y dichos individuos fanatizarse y llegar a liderar, apoyar o ejecutar acciones antidemocráticas y terroristas.
Por otra parte, como extremismo se considera la aceptación por medio del proselitismo y el adoctrinamiento de un cuerpo doctrinal o ideología no moderada, que se caracteriza por una determinada visión del mundo, concreta priorización de valores, definición de objetivos, división entre “nosotros” y “ellos”, y la construcción de otra sociedad. Los extremistas son actores políticos que tienden a la creación de una sociedad basada en una ideología rígida que rechaza el pluralismo.
En cuanto a la violencia política, conviene tener en cuenta que hay medidas de acción política que pueden alejarse del ordenamiento jurídico y de las normales políticas de persuasión de las democracias liberales, pueden ser de presión e incluso estar prohibidas por la ley, pero no son violentas en el sentido de vulneraciones de derechos humanos. Se debe separar entre acciones políticas ilegales y actuaciones políticas ilícitas y violentas. Así hay dos clases de extremismo: Extremismo activista (admisión de legitimidad en el apoyo o la ejecución de actos ilegales con finalidades políticas), y Extremismo activista violento (se admite la legitimidad en el apoyo o ejecución de actos ilegales que incluyen medios violentos con finalidades políticas. En base a esta distinción, se debe discernir sobre las medidas a implementar para hacer frente a un estadio de violencia política. Las políticas públicas de seguridad solo tienen operatividad en el caso del extremismo activista violento.
El terrorismo actual se enraíza en el fanatismo de una teología islamista y no se desactiva mediante cambios políticos o económicos, como en el caso del anterior terrorismo que se inspiraba en movimientos nacionalistas, comunistas, o fascistas. Pero no todos los terroristas han sufrido un proceso de radicalización, ni todos los radicales se acaban convirtiendo en terroristas, no es causa suficiente para el terrorismo. Éste es una filosofía o doctrina política que admite la legitimidad de planificar, apoyar o ejecutar actos ilegales violentos de forma sistemática, racionalizada y planificada, incluyendo asesinatos individuales o masivos para subvertir la seguridad ciudadana con el objetivo de obtención de finalidades políticas.
Es importante delimitar el fenómeno concreto sobre el que actuamos en cada momento, en qué fase está el sujeto o grupo sobre el que queremos actuar, ya que, en función de este factor, podremos actuar con más precisión, lo cual es importante para no caer en sobreactuaciones o por el contrario, subestimar el peligro de la realidad que se analiza. Es importante también desactivar victimismos que animan a la radicalización y el extremismo, manteniendo los valores democráticos y ofreciéndolos como seña de identidad a compartir que combata la sensación de exclusión y la falta de integración, que hace que algunos individuos o comunidades sean más vulnerables. Ello no obsta el respeto a otras culturas y religiones, que por supuesto a su vez deben respetar unos derechos de libertad colectiva. Hay un límite que no se puede traspasar por ninguna cultura o religión, un nexo, un denominador común universal, que son los derechos humanos reconocidos como universales, es decir, absolutamente válidos para cualquiera y ante cualquiera. Todo ello requiere educación y formación en esos valores, integración, pero sin descuidar la vigilancia y la observación de focos de captación. La combinación de ambas, junto con la colaboración de los servicios de inteligencia que permita la tan necesaria antelación, son imprescindibles. Si bien es cierto que otros factores de la escena internacional ayudarían bastante, como la resolución del conflicto de Siria e Iraq, un corte en el flujo económico de Arabia Saudí hacia núcleos de captación.
2.2 Antecedentes en Argelia
Un elemento definitorio en Argelia es su nacionalismo, manifestado, tanto en la política interior como exterior, que facilita la movilización de las fuerzas políticas, sociedad y Estado frente a cualquier amenaza, o injerencia externa. Así el FLN tiene carácter vertebrador y fundacional basado en la lucha de liberación y construcción de la Argelia independiente, incluso implicando un mal gobierno independiente.
Argelia fue la joya de la corona para Francia. Su política de acción colonial fue de asimilación y desculturización. Convirtió a Argelia en departamentos al mismo nivel que los de la Francia metropolitana y las élites locales se sintieron cómodas hasta que surgieron los partidos nacionalistas. La conciencia nacional de los argelinos se basó en el islam como religión, el árabe como lengua y el espacio físico de la actual Argelia. Aunque antes de la 1ª GM, en el siglo XIX ya se luchó por la independencia, Francia desoyó las demandas identitarias. Después de la 2ª GM, esta intransigencia y el aplastamiento de los manifestantes con miles de muertos como resultado, evidenciaron que el intento de asimilación e integración producían más odio y alejamiento. Ni siquiera se reconoció la colaboración de tropas argelinas en las guerras mundiales.
La explosión nacionalista se produce en 1954, con una guerra de liberación cruel que duró 8 largos años, concluida con los acuerdos de Evian y la independencia Argelina en 1962. La evolución posterior de Argelia es claramente anticolonial, arabización de la población, y una economía basada en los hidrocarburos, el abandono de la agricultura, no injerencia, no alineamiento y defensa de la liberación de los pueblos del colonialismo y su derecho de autodeterminación.
En 1965 se inicia la etapa de Boumedien, la del socialismo, partido único, no alineamiento y apoyo total a los movimientos de liberación. En la cuestión del Sahara Occidental, Argelia apoya al Polisario. En el aspecto social se impulsa cierta solidaridad entre los argelinos, compartiendo igualitariamente la penuria, en contraste con las diferencias sociales actuales.
Tras la muerte de Boumedien (1978), en 1979 accede al poder el también militar Chadii Bendjedid. Tiene que hacer frente a una profunda crisis económica, avanzando en reformas para disminuir la intervención del Estado en la economía, e introduciendo más pluralismo político, aminorando el nivel de control sobre los ciudadanos. Aunque esta apertura fue positiva, dio pie a la entrada del islamismo políticamente organizado de dialéctica intolerante que, desde la revuelta de 1988, se transformó en confrontación con el aparato del Estado y otros sectores de la sociedad. Desde 1984 existían grupos violentos en Argelia (Bouyali), y, además, la política de arabización favoreció la llegada de elementos radicales desde distintos países de Oriente Medio.
La creación del Frente Islámico de Salvación (FIS) en 1989, provocó una guerra civil por las aspiraciones del FIS de implantar una república islámica radical, iniciándose para ello acciones violentas físicas y verbales en la calle. En 1990, el FIS gana las elecciones locales, y en 1991 las legislativas, pasando el FLN a ser una fuerza testimonial. El presidente Chaddi dimite, un Alto Comité de Estado se hace cargo del país, y se inicia una larga y cruel guerra civil. A posteriori, esto nos lleva a una doble reflexión: por una parte la decisión de privar al FIS de la victoria electoral, cuya consecuencia de ejercer el poder le hubiera obligado a ser más componedor en la política interior y exterior, evitando una guerra civil, y la formación del AIS, el GIA, y otros grupúsculos terroristas, hasta el GSPC, y la dura respuesta de las Fuerzas Armadas; y reflexionar sobre el reconocimiento de que se evitó la implantación de una República islámica radical a las puertas de Europa, con los correspondientes riesgos de inestabilidad del Norte de África, peligro para el flujo normal de suministros energéticos, y la formación de una cantera de terroristas.
El interino Alto Comité de Estado desemboca en la presidencia del General Lamine Zeroual, y en 1999 llega a la jefatura del Estado Abdelaziz Bouteflika, que lleva al país al fin del aislamiento, la normalización política, disminución de la violencia terrorista, recuperación económica, y una mayor presencia de Argelia en los asuntos internacionales.
En lo que respecta a la violencia terrorista de la “década negra”, hay que destacar el sufrimiento de la población de esa etapa: Las matanzas del GIA en las zonas rurales motivaron a los campesinos a colaborar con las Fuerzas de Seguridad y formar grupos comunales de autodefensa que dificultaron las acciones de los terroristas. Estos antecedentes hacen impermeable a la población argelina, a los actuales llamados a un islamismo radical, dejándolo en un terrorismo de baja intensidad.
A pesar de todo, a finales del siglo XX, se creó el Grupo Salafista para la Predicación y el Combate (GSPC) de Hassam Hattab, sucesores del GIA, que han acabado convirtiéndose en 2006 en una franquicia de Al Qaeda para el Magreb Islámico (AQMI). Las Fuerzas de Seguridad no dieron cuartel al terrorismo a pesar de su declive, incluso se ha hablado de “guerra sucia” (torturas y desapariciones de terroristas y personas vinculadas), y manipulaciones por parte de los servicios de inteligencia, pero lo cierto es que es indiscutible la eficacia de la acción terrorista, impidiendo el triunfo de una república islámica a las puertas de Europa.
Hoy en día, aunque queda un terrorismo de baja intensidad con cierto poder desestabilizador, no está en condiciones de dar un vuelco político en Argelia. Está limitado a las wilayas de la Kabilia y puntos del norte, pero en aglomeraciones urbanas no se han dado atentados de entidad desde 2007. Si que es inquietante el aumento de la actividad terrorista en el Sahel debido a las facilidades que proporciona la inmensidad sahariana, una geografía hostil y la debilidad militar y policial de estados como Malí, Mauritania y Níger. Argelia ha promocionado la cooperación con estos países y liderarlos gracias a la excelente preparación de sus Fuerzas de Seguridad y su experiencia en lucha antiterrorista. Libia y su situación interna preocupa por la permeabilidad de su frontera sur para tráficos ilegales y aprovisionamiento de grupos terroristas para su envío a las zonas pobladas del norte argelino. En la lucha antiterrorista, Argelia está colaborando estrechamente con Estados Unidos también.
La política antiterrorista del Presidente Bouteflika se diferencia en sus dos primeros mandatos: El primero (1999-2004), desarrolla la política de “concordia civil” para dar salida a las personas y grupos implicados en actividades terroristas, pero sus resultados no se tradujeron en grandes avances respecto a entrega de armas y reinserción en la vida civil. En su segundo mandato (2004-2009) se aprobó por referéndum la política de “reconciliación nacional”. Con ella se ofreció libertad y reinserción a todos los que no hubieran violado, participado en masacres colectivas o cometido atentados con bomba en lugares públicos. Se ha criticado por excesiva al perdonar a los abundantes asesinos individuales. El objetivo del presidente con estas políticas es evitar un islam políticamente organizado al margen del sistema. Busca la gobernabilidad y no volver a situaciones de extrema violencia como en los años 80. Pero también se le ha criticado que estas exoneraciones sean un medio para evitar la responsabilidad de los miembros de las Fuerzas de Seguridad culpables de transgredir la ley en el ejercicio de la lucha antiterrorista.
2.3 Situación del terrorismo en el Sahel
2.3.1 Organizaciones terroristas en la región: Organización y desarrollo
En esta zona se está llevando a cabo un pulso entre sus dos organizaciones terroristas más importantes, Al Qaeda con su filial AQMI reactivada tras su fusión con Al-Morabitum, y por otro lado, Daesh, que al estar en declive en Irak, Siria y Libia, está buscando nuevos territorios y alianzas.
Dentro de una región desconfiada hacia los occidentales, AQMI ha adaptado su relato a los contextos locales y la lucha contra el neocolonialismo, asumiendo reivindicaciones de diversos grupos étnicos. AQMI ha ido disminuyendo el número de atentados terroristas y consolidando su estructura financiera en connivencia con la delincuencia organizada, aunque quiere mantener su naturaleza terrorista, actuando contra los europeos en suelo magrebí y saheliano. Su marco geográfico de actuación, el Sahel, es muy ambicioso ya que, se trata de un extensísimo territorio africano que incluye Mauritania, las fronteras del Sahara Occidental, el sur profundo de Argelia y Libia, regiones septentrionales de Malí y Níger, límites occidentales de Chad, y la conexión con Burkina Faso y norte de Nigeria.
AQMI se organiza en “katibas” o falanges: la denominada “Tarik Ben Ziyad” que actua entre el sur de Túnez y Argelia, y el norte de Níger, cuyo líder es Abu Zeid; y la de Mokhtar Belmokhtar, denominada “Al Mulathimin” que abarca Mauritania, sur de Argelia y el norte de Malí. Se considera que la de Abu Zeid es más “delincuencial” por su mayor crueldad, y desplazada hacia el Sahel por la fuerte presión ejercida por las autoridades argelinas. La rivalidad entre ambos podría preocupar a su emir, Abdelmalek Drukdel, pero las condiciones propias del Sahel juegan a favor de los terroristas: su enorme extensión, naturaleza desértica (muy distinta de la montañosa Cabilia), tráficos ilícitos, y población escasa formada por tuaregs enfrentados a Malí y Níger. Allí AQMI puede fijar alianzas con los tuaregs, hostigar a las fuerzas de seguridad, y entrenar terroristas. Además la guerra de Libia ha reforzado a los terroristas con mercenarios que han combatido allí.
Se constató en 2012, la creciente conexión entre AQMI y Boko Haram, animándole incluso en sus vídeos propagandísticos. Por parte del viceministro argelino, ya en 2011 se puso de manifiesto incluso la coordinación entre ambas organizaciones para realizar atentados simultáneamente el día 26 de ese año al cuartel general de la ONU en Abuja, y la Academia Militar de Cherchell en Amia. Si bien es cierto que la débil respuesta del pueblo tunecino a las provocaciones de los terroristas se pudo ver como un signo de debilitamiento de las mismas, es cierto que, en términos de miembros estimados de dichas organizaciones, no se pudo evaluar fácilmente su fuerza ya que el Sahel es un escenario muy volátil, hay distintos niveles de relación de las personas con el entorno terrorista y las fidelidades no son demasiado estables. Se han producido escisiones como la de MUJAO que actúa en suelo argelino y secuestra occidentales (2012).
La financiación de AQMI se cubre principalmente con las ganancias obtenidas de los secuestros. Lo consideran una estrategia de combate contra el enemigo infiel para doblegarlo, humillarlo y extorsionar. Pero tampoco dudan en asesinar a sus rehenes si no se cumplen exigencias de naturaleza terrorista (no pecuniarias), como en el caso un rehén británico por el que pedían la liberación del ideólogo terrorista Abu Qutada, o los ciudadanos franceses y un alemán que asesinaron por resistirse a su captura. Por el momento no parece que esté en declive ni que vaya a abandonar totalmente su activismo terrorista, y se están adaptando a las nuevas condiciones y estilo de lucha de la zona del Sahel.
En 2016 se llevaron a cabo ataques con artefactos explosivos improvisados menos sofisticados y menos letales en Malí, pero al norte de ese país, a finales de año se produjeron operaciones más sofisticadas y mortíferas con coches bomba. Se han oficializado las alianzas que ya eran una realidad sobre el terreno ya que coordinaban ataques como los de los hoteles en Sévaré y Bamakoí y en Uagadudu, reivindicados por Ansar al-Din, FLM y Morabitum. Posteriormente Belmkhtar puso de manifiesto dicha colaboración y coordinación en la planificación y la ejecución. Es una demostración de la “guerra de influencias” por el control de la zona del Sahel, mediante alianzas familiares, tribales y redes de seguidores incondicionales. En este pulso, AQMI se está alejando de sus principios fundamentales cada vez más, convirtiéndose en una multinacional del terror integrando los diversos grupos en el área del Sahel. Su capacidad para planear y llevar a cabo ataques fuera de su área original de acción manifiesta su ambición expansionista. La juventud de sus asaltantes hace sospechar que está reservando sus combatientes mejor formados, y la elección de un maliense como jefe de un nuevo grupo, revela la importancia que está cobrando Malí. Es posible que el grupo esté pensando en una acción más potente.
Las características de los ataques de AQMI y afiliados (2015-2016) son:
-
Atacantes en comando pequeño (2-3 pers. Muy jóvenes) que mueren en el ataque.
-
Medios: fusiles automáticos y granadas. Coches bomba, y vehículos suicidas con artefactos explosivos improvisados.
-
Objetivos: antes, puestos militares en zonas rurales. Ahora, lugares emblemáticos, expatriados europeos y locales de alto nivel económico, y cualquiera que coopere con los “colonizadores”.
-
Víctimas: el mayor número posible (incluso locales) antes del asalto de las fuerzas de seguridad.
-
Efectos de gran impacto psicológico y mediático a nivel internacional.
Daesh ya decidió, y así lo expuso su máximo dirigente Abu Bakr al-Bagdadi, subdividir el gran continente africano en tres grandes regiones con el objeto de expandirse, dado su fracaso en Túnez y Libia. Las tres wilayas serían Alkinana (Sudán, Chat y Egipto), Habasha (Eritrea, Etipopía, Somalia, y Kenia), y Maghreb (Marruecos, Argelia, Túnez y Libia, Mauritania, Níger y Nigeria), todo una declaración de sus ambiciones expansionistas. Éstas están motivadas por su repliegue tras el fracaso en Libia y el norte de África, y la subsiguiente diáspora de células terroristas por la región. En 2016 los informes de inteligencia de Níger ya informaron de combatientes del Daesh dejando sus bases en Libia por temor a los ataques occidentales aéreos, trasladándose al Sahel (Níger y Chad).
Por otro lado, Boko Haram trata de superar sus diferencias internas atrayendo la atención del líder de Daesh. En el caso de Camerún, desde 2009 Boko Haram ha utilizado el extremo norte del país como zona de tránsito y refugio, con células de proselitismo, logísticas y gestión de compra y almacenamiento de armas. Se abstuvo de ataques que le pusieran en evidencia, hasta que secuestró en 2013 a una familia francesa, en 2014 iniciaron ataques contra las fuerzas armadas, y en julio de 2015 el primer atentado suicida.
En 2016, a pesar del repunte durante el mes de noviembre, se ha detectado una bajada en los niveles de violencia que se confirma en 2017, pero los anteriores repuntes indican que Boko Haram se está adaptando a las alianzas militares de la zona, combinando la guerra convencional con la guerra asimétrica. Este proceso se desarrolla en tres fases:
-
- Guerra convencional (mayo 2014-junio 2015): atacaba con frecuencia al ejército camerunés y lugares importantes, ocupando temporalmente ciudades como Kerawa, Balochi y Achigachia. La táctica era desplegar varios centenares de combatientes simultáneamente, armados con fusiles de asalto, lanzacohetes blindados y camionetas pick-up con ametralladoras. Llegó a desplegar hasta 1.000 combatientes murieron 24 solados cameruneses y chadianos, 400 civiles y 300 miembros de Boko Haram. También hubo secuestros masivos, 80 personas el 18 de enero de 2015 en un ataque en el distrito de Mokolo. Fue la fase más intensa.
-
-Guerra híbrida. Combina la convencional y la asimétrica (junio 2015-marzo 2016): las capacidades de Boko Haram se van debilitando por la pérdida de suministros y combatientes. Deja de luchar a gran escala y no vuelve a desplegar mas de 100 combatientes. Algunos miembros se dedican al pillaje de supervivencia (ganado y alimentos), y se crean los Comités de Vigilancia Local. Estos y sus comunidades son atacados por el grupo terrorista, cometiendo asesinatos en masa, quema de pueblos y atentados suicidas. Se usan con mayor frecuencia las emboscadas y los artefactos explosivos improvisados. Se produce un alto número de víctimas civiles: asesinato de mas de 300 personas, y 800 heridos. Descendió el número de víctimas militares, aunque mantuvo la presión mediante pequeños ataques contra puestos militares.
-
-Guerra asimétrica (marzo 2016-2017): En esta última fase los ataques han disminuido y en las operaciones despliega menos de 50 atacantes. También se han reducido los ataques suicidas de 16 a 9, descendiendo el número de víctimas. Respecto a los reclutamientos, estos son más forzosos que voluntarios, ya que la organización ha ido perdiendo su poder de atracción sobre los civiles.12
La proyección para la región del Sahel, a partir de la operación francesa (Operación Serval) que provocó a dispersión de los yihadistas hacia el sur , es que se mantenga el pulso mediático entre las organizaciones terroristas, aunque es Daesh quien lleva la iniciativa:
En el Chad, muchos Tubus (etnia de pastores nómadas) están aumentando los contactos con Daesh a través de la frontera Libia. Senegal tiene una sociedad con un 90% de musulmanes, pero es tolerante y democrática, hay cuatro poderosas cofradías de sufíes que mantienen la estabilidad. Sin embargo, no se puede negar el reclutamiento de senegaleses para diversas causas yihadistas, y el vínculo de algunos detenidos con Boko Haram.
Daesh, tras su derrota en Siria e Irak, le dará mas importancia a sus feudos africanos para poder conservar su esencia de Califato, frente a Al Qaeda. Boko Haram, intentará establecerse como única franquicia de Daesh en la zona de África Central. El resurgimiento de Daesh en el norte de África podría verse favorecido por una confluencia de factores, como la continuidad del conflicto en Libia y Mali, la inestabilidad en Túnez, incluso en Argelia, si consigue un territorio y lo conserva. Si no es así, volvería a la clandestinidad y a los atentados selectivos (cooperantes y militares europeos) causando el mayor número de víctimas posibles, para influir en la opinión pública de países occidentales con el objetivo de conseguir la retirada de las tropas extranjeras.
Desde principios de 2017, asistimos a una estrategia de fusión del yihadismo en el Sahel, donde se van uniendo grupos terroristas, yihadistas o no, con una tendencia a constituir alianzas cuanto mayor sea la presión militar internacional.
3. TERRORISMO Y ORGANIZACIONES CRIMINALES EN EL SAHEL
3.1 Situación
El Sahel es un área propicia para la concurrencia tanto del terrorismo como de los tráficos ilícitos. Por un lado, el terrorismo de AQMI se ha convertido en actor de la yihad global, afiliándose a Al Qaeda, pero su repliegue estratégico hacia el Sahel no deja de ser un fracaso de su ideología y una consecuencia de sus dificultades logísticas y operativas que le obligan a buscar espacios libres de control estatal. La importancia de este grupo terrorista se debe al eco mediático de sus actividades, sus capacidades, aunque limitadas, han conseguido integrarse en un sistema híbrido de actores no estatales armados con diferentes ideologías y objetivos, aprovechando a su favor las oportunidades creadas por el conflicto de Libia.
Por otro lado, el África subsahariana ha ido cobrando importancia desde principios de este siglo como paso intermedio para el tráfico internacional de drogas: heroína producida en Asia, cocaína de Sudamérica, y los derivados del cannabis de los países africanos. El más preocupante es el de la cocaína por los altos ingresos que supone.
Los aspectos exógenos son el incremento creciente de demanda de drogas en Norteamérica y Europa, y la presión de las autoridades que obliga a los traficantes a buscar nuevas rutas de tránsito.
Los condicionantes endógenos son la deficiencia del África subsahariana de tipo político, económico y social. La debilidad de las instituciones gubernamentales y su escasez de recursos para llevar a cabo sus funciones, la consecuente corrupción endémica, el subdesarrollo de la zona, la porosidad de las fronteras. Todo ello ha propiciado la aparición de grupos delictivos locales y atraído a organizaciones criminales transnacionales.
A ese negocio se han incorporado actores no estatales armados, terroristas e insurgentes, que aprovechando su control y potencial de violencia imponen tasas de tránsito de drogas y venden su protección, De hecho, AQMI lleva años financiándose mediante actividades ilícitas y colaborando en el narcotráfico. El vínculo entre terroristas y narcotraficantes les ayuda a subsistir en sus actividades criminales. Los traficantes evalúan sus pérdidas por el número de incautaciones, no por el costo del transporte. Las incautaciones se reducen por su asociación con los terroristas e insurgentes que protegen el transporte, y estos cada vez se alejan mas de sus ideologías y se acercan al narcoterrorismo.
Se trata de un desafío trasnacional, cuya respuesta debe ser transversal y basada en una intensa cooperación internacional. Las medidas se deben aplicar tanto en el origen y producción, como en el destino y consumo. Tiene que ver también con la seguridad y desarrollo de los estados y dar soluciones al subdesarrollo, una eficiente integración económica regional para luchar contra el terrorismo y las drogas.
3.2 Factores
Geográficos: La distancia entre Sudamérica y las costas africanas es menor que la de Europa. El nivel de vigilancia del Atlántico Norte es mayor. Las zonas inhóspitas y escasamente pobladas, con fronteras muy porosas, proporciona una gran margen de actuación, ocultación y movilidad.
Históricos: La experiencia de la descolonización con la creación de nuevos estados en regiones ancestralmente divididas en diferentes en diferentes etnias y tribus, ha producido tensiones internas en los nuevos países subsaharianos.
Institucionales: La debilidad de las instituciones públicas en cuanto sus escasos recursos, corrupción, defectos de organización y diseño, actitudes y comportamiento de las élites dirigentes. En concreto la escasez de recursos disminuye la capacidad de los estados para la vigilancia y control de las aduanas, la regulación de actividades comerciales, la aplicación de la ley, funciones policiales y el mantenimiento del monopolio estatal de la violencia. Los salarios públicos están muy degradados y ello propicia la aceptación de sobornos y la corrupción institucional, estimulada también por una concepción patrimonial del Estado por parte de las clases dirigentes, que conlleva también la politización de la justicia y la policía, con consecuencias muy graves de altas instancias políticas y militares que no solo han permitido, si no que han patrociando y liderado actividades de tráficos ilícitos.
Económicos: El subdesarrollo de la región que provoca la distribución extremadamente desigual, el crecimiento poblacional descontrolado, la urbanización acelerada y unas oportunidades de educación y empleo escasas, y todo ello hace que el narcotráfico o el terrorismo sean una opción de vida.
Criminológicos: Se detectan unas altas tasas de delincuencia debidas a circunstancias propias de la región como la anomía (desprecio por las leyes) que permiten el desarrollo de distintas modalidades delictivas, y además la preexistencia organizaciones criminales locales con experiencia en el tráfico ilegal y conocimiento del terreno geográfico.
Vulnerabilidades específicas de algunos países: condiciones geográficas especialmente propicias, niveles de inestabilidad. Infraestructuras de transporte y comunicación que facilita el tráfico de mercancías como puertos marítimos de Gambia, Benín o Togo, aeropuertos de Senegal, Nigeria Kenia, Etiopía o Ghana.
3.3 Actores
Grupos terroristas: Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), FARC, Boko Haram.
AQMI es el grupo más importante de la región, y su relación con el tráfico de drogas ha sido generalmente indirecta: cobro e imposición de tasas a los narcotraficantes a cambio de protección o derechos de paso en las zonas controladas por la propia organización terrorista. Últimamente se han detectado indicios de una mayor implicación en vuelos directos al Sahel. En 2010, tres acusados por colaboración de terrorismo, juzgados en Estados Unidos testificaron que AQMI tenían un acuerdo para asistir a la narco guerrilla colombiana de las FARC en el transporte de cocaína desde África occidental hasta el norte, protegiendo el cargamento desde Mali hasta España, a través de Argelia y Libia, o Argelia y Marruecos.13 El propio Secretario General de la ONU, Ban Ki-Moon, declaró su preocupación por la vinculación entre terrorismo y crimen organizado en una reunión sobre la situación en África Occidental y el Sahel en febrero de 201214.
También en 2012, el Presidente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, Amb Kodjo Menen manifestó su preocupación por los vínculos entre los yihadistas nigerianos de Boko Haram y organizaciones criminales de África Occidental.15
Grupos de los insurgentes: el conflicto tuareg.
En el conflicto del norte de Mali y Níger con los tuaregs, los gobiernos han señalado su carácter de bandidos y traficantes, además de su vinculación con AQMI. Su conocimiento del terreno y control de los transportes terrestres, antiguamente a través de caravanas, ha sido un factor endógeno propiciatorio. Y como factor exógeno, el cambio político en Libia ha sido un incentivo para su implicación en el narcotráfico, al desaparecer el favor y apoyo económico que les dispensó a los grupos tuareg durante años, el coronel Gadafi.
Dicha colaboración entre AQMI y los tuaregs se basa en el interés mutuo y los beneficios económicos, no tienen ninguna vinculación ideológica.
Otros movimientos rebeldes mantienen relación con el tráfico de drogas para la financiación de la compra de armas cortas: Frente Patriótico Nigeriano (FPN), Movimiento de los Nigerianos por la Justicia (MNJ), Front des Forces de Redressement (FFR), Fuerzas revolucionarias del Sahara (FARS), etc.
3.4 Impacto del tráfico de drogas en el Sahel
No se puede considerar el tráfico ilícito la causa principal de la desestabilización de las naciones, pero si es la consecuencia de una preexistente ausencia de estabilidad, creando un sistema que se retroalimenta y que causa perjuicios a distintos niveles:
A nivel internacional: Terrorismo global que se financia a través del tráfico ilícito; Crimen organizado transnacional, ya que estos carecen de nacionalidad específica; Estados frágiles cuyas estructuras gubernamentales socava el crimen organizado, siendo contemplados los estados fallidos como amenazas en las estrategias de seguridad nacional de muchos países. Tenemos ejemplos como Chad, Guinea, Nigeria, Níger, y Guinea Bissau; Perjuicios al comercio legal y el acceso a recursos, repercutiendo negativamente en el índice de facilidad para hacer negocios del Banco Mundial, como en el caso de Chad, Guinea Bissau, Benín, Níger, que se sitúan en los últimos 30 puestos; Conflictos transnacionales que teniendo otras causas como la estructura étnica de la sociedad, el proceso de descolonización, y la creación de fronteras artificiales, se ven agravados por el factor del tráfico ilícito; Migraciones internacionales debidas a estados fallidos y conflictos que suponen un incentivo para abandonar sus países de origen; Salud perjudicada por el consumo de drogas que el tráfico de drogas expande por los países de tránsito.
A nivel de las naciones afectadas:
Su impacto en la gobernabilidad y funcionamiento institucional afecta a: la falta de credibilidad de los gobiernos, la fragilidad del estado, ausencia o limitación de la democracia, la corrupción, la cleptocracia de las elites.
El impacto económico se refleja en el perjuicio al negocio legal y la libertad económica, es una competencia desleal hacia los negocios legales y producen efectos como la subida de precios y creación de burbujas financieras por la inversión en determinados sectores de los ingresos ilegales, la extorsión a empresas legales, y oferta de productos a precios inferiores a su coste; la injusta distribución de rentas; la ausencia de empleo, y la proliferación de una economía sumergida, ilegal que recluta jóvenes; la reducción de recursos que podrían ofrecer seguridad, y ayudar a la lucha contra la corrupción y el fraude.
En cuanto al impacto social, es el caso de las migraciones, los mencionados efectos sobre la salud, además del incremento de contagios de HIV y hepatitis C, y las dificultades para el desarrollo que llevan a mínimos las tasas de alfabetización.
A nivel de seguridad: produce inseguridad o ausencia de seguridad humana, la posibilidad de conversión en narcoestados de los países afectados, otros ilícitos violentos asociados al crimen organizado (secuestros, extorsión y asesinatos), y el favorecimiento del terrorismo como uno de los efectos directos, ya que se produce la sinergia mediante la cual los terroristas obtienen financiación para sus actividades a través las organizaciones criminales.
3.5 Evolución del terrorismo en el Sahel
Partimos de la definición de que el terrorista es la persona que utiliza los métodos del terror para compensar su debilidad numérica y logística y llevar sus reivindicaciones al nivel político.16 Se considera un crimen de derecho interno que llega a ser internacional cuando implica varios estados, y hablamos de terrorismo global desde los ataques del 11 de septiembre de 2001. Actualmente significa una forma de uso de la violencia política en el marco de una estrategia asimétrica, que aúna los medios de destrucción para desestabilizar un estado y los modos de mediatización destinados a remover conciencias.
En 1970 se distinguían tres clases de terrorismo: el revolucionario, el independentista de las luchas de la descolonización, y el de las organizaciones de identidades como el IRA en Irlanda o ETA en España.
A partir de 1990, aparece un nuevo terrorismo denominado “islamista”. El término político de islamista es para los movimientos que, con medios legales, utilizan el islam para reformar los sistemas institucionales y los modos socioculturales de un conjunto geopolítico determinado. El término islamismo radical se refiere a cuando estos movimientos quieren transformar totalmente ese conjunto geopolítico, el Islamismo activista cuando estos movimientos utilizan clandestinamente la violencia política para llegar a sus metas. Y el Islamismo combatiente cuando los grupos del activista pasan a la lucha armada, con técnicas de terrorismo ciego o contra un sector de población concreto.
El terrorismo es, en definitiva, el recurso ilegítimo a la violencia contra individuos o bienes con el fin de forzar e intimidar a estados ya a sociedades para atender a las reivindicaciones políticas expresadas en términos sociales, económicos o religiosos. Su primer objetivo no es un beneficio financiero, su forma varía sin cesar y su objetivo inmediato es aterrorizar como medio para un fin, la destrucción de un sistema político-económico especifico. La represión de sus actos aislados la presupone y no pretende con ellas cambiar los sistemas dados, si no provocar con ellos un ciclo de odios de efectos más aterrorizante que el ataque original.
En el Sahel, las células terroristas anteriormente financiadas por gobiernos extranjeros del pasado se han convertido en grupos más amplios y menos estructurados que reúnen localmente a individuos ligados por una motivación cualquiera que operan en un nivel local y restringido, impulsado por un líder carismático, lo cual le da una connotación más regional que le da una dimensión transfronteriza, de carácter complejo. En áfrica se ha relacionado siempre el terror con desacuerdos étnicos, pero tras el retiro soviético de Afganistán en 1989, los antiguos combatientes “afganos” aliados de Estados Unidos, al verse aislados y traicionados iniciaron una internacional de la guerrilla con alcance universal y se convirtió en una organización terrorista con asiento fundamentalista islámico de carácter internacional (ataques 11-S) que derivó en un problema mundial de seguridad que alcanzó a los estados africanos.
3.6 El tráfico de droga como alternativa para la financiación del terrorismo internacional
Al tener que prescindir de las fuentes tradicionales de donantes y fortunas familiares (caso de Osama Ben Laden), por las medidas llevadas a cabo a nivel internacional, se están buscando fuentes alternativas por parte de los terroristas. Por otro lado, el repliegue estratégico del terrorismo hacia el Sahel por las pérdidas sufridas del GPSC en el aspecto militar, y el debilitamiento de su discurso político y religioso en Argelia gracias a la lucha antiterrorista, le llevaron a cambiar de territorio y jurar fidelidad a Al-Qaeda. Ello junto con la búsqueda de fuentes alternativas de financiación en el contrabando, tráfico de drogas y de armas, es un síntoma de debilidad desde el punto de vista argelino, pero que perjudica la zona del Sahel que ha resultado atractiva por suponer una zona de refugio con una red de seguridad muy débil, proporcionar nuevas fuentes de financiación para el terrorismo a través de las organizaciones criminales, y además un nuevo territorio para el reclutamiento cada vez más forzoso.
La justificación de este cambio de estrategia financiera está en que todo acto susceptible de dañar a los occidentales se considera y emplea como arma contra ellos, y el tráfico de droga a occidente es un medio para debilitar y desestabilizar a las sociedades occidentales, envenenando además a sus ciudadanos. El objetivo es doble: el lucrativo, obteniendo fondos para sus actividades, y el de inundar de drogas a la comunidad enemiga de drogas y hacerla más dependiente. Ello no excluye que en muchos casos al ser muchos terroristas reclutados entre clases sociales marginales, algunos sean camellos y consumidores.
El vínculo está demostrado, como en el informe de la oficina de Naciones Unidas contra la droga y el Crimen sobre grupos criminales, que certificó que en el 35% de los casos hay cierta cooperación entre terroristas y crimen organizado a nivel nacional, y 22% tienen vínculos con grupos criminales extranjeros. Hay varios tipos de cooperación: operacional, logística, financiera, política e ideológica. Son más habituales los casos de cooperación financiera y logística.
Los terroristas necesitan fuentes de financiación para conseguir armas y municiones, y alistar nuevos “soldados”. Imponen un derecho de paso a los traficantes de droga, actuando como supervisores de los caminos del desierto. Son proveedores de servicios que protegen los cargamentos que llegan de América Latina hacia Europa a cambio de un impuesto de tránsito. Además, según el informe de 2010 del Órgano Internacional de control de estupefacientes (OICS), la heroína del suroeste de Asia también está utilizando los países de África hacia Europa, y Estados Unidos. Se trata de una colaboración/cohabitación pragmática de relaciones mutuamente beneficiosas: unos transportan su droga de manera segura, y los otros obtienen financiación.
En Argelia, este vínculo se detectó por los servicios de seguridad ya desde finales de 1990 por las detenciones y confesiones de arrepentidos tras la ley de la Concordia Civil y la Carta de reconciliación nacional. Hay una cooperación total de traficantes y terroristas para hacer frente a las aduanas y la guarda de fronteras.
También se comprueba que AQMI recicla parte del dinero de los rescates en otros tráficos y lo blanquea en otras actividades. Goza de prestigio financiero y subcontrata algunos trabajos, lo que le permite tener una posición fuerte frente a los grupos criminales. El entramado entre terroristas, facciones armadas y traficantes es tan complejo que a veces cuesta distinguirlos. Los objetivos si les diferencian: los terroristas buscan soporte financiero, los rebeldes un reconocimiento y reparto equitativo del poder, y los contrabandistas, ganancias materiales. Pero el blanqueo de dinero y la financiación del terrorismo de AQMI, le lleva a derivas mafiosas, tejiendo tratos directos con traficantes suramericanos.
Los dos flujos de la droga (heroína asiática, y cocaína suramericana), circulan por Chad, Nigeria y Mali, los antiguos caminos comerciales del desierto se han reciclado por traficantes, tanto para droga como para inmigrantes ilegales. Antes las lentas caravanas eran muy fáciles de interceptar, pero ahora el tráfico se lleva a cabo en vehículos todo terreno, incluso en aviones cargueros como el que se estrelló en 2010 y que rápidamente fue rescatada su carga por vehículos todo terreno. Los terroristas blanquean además su dinero transformándolo en materiales ligeros y fáciles de transportar.
4. PROPUESTAS PARA EL DESARROLLO
4.1 Logros actuales
En relación con el tráfico ilícito, el Parlamento de Níger aprobó por unanimidad una ley contra el tráfico ilícito de migrantes, con el apoyo del UNDOC17. Además, gracias a la colaboración con países como Benín, Burkina Faso, y Nigeria, Níger ha desmanteló una red de tráfico de bebés.
Respecto al tráfico de drogas, la UNDOC junto con la misión de Naciones Unidas en Mali, MINUSMA, forman y refuerzan agentes (660/año) para la aplicación de la ley. Ello ha ayudado a aumentar el número de incautaciones de drogas en Mali. Los organismos, gracias a su mejor formación, se coordinan con mayor eficacia.
En cuanto al tráfico de armas, ya se han marcado más de 1.100 armas por parte de la UNDOC y pretende expandir la labor a Níger y Senegal. También apoya la revisión de las legislaciones de los países del Sahel. Los acuerdos de paz en la región podrían abrir la colaboración intrarregional, como los firmados por Níger (1995-2000) con ocho grupos armados. Se negociaron y firmaron en Argel, que ejerció un importante rol diplomático. Aunque hay que reconocer que dichas organizaciones sufrieron escisiones a causa de sus negociaciones con el gobierno, lo cual siguió alimentando inestabilidad en la zona.
En el terrorismo el intercambio de informaciones sobre los desplazamientos de terroristas es vital, y en el caso de Chad, Níger y Camerún, ha permitido arrestar miembros de Boko Haram. El intercambio de información y la coordinación de operaciones da resultados visibles.
Las intervenciones occidentales, Operación Barkhane (2015), y la Operación Serval (2013), han servido para bloquear rutas tradicionales, aunque no ha conseguido erradicar el crimen organizado ni el terrorismo porque solo ha actuado en ciertas zonas, y los terroristas son flexibles y se adaptan a los cambios de entorno.
No es suficiente la intervención militar, el terrorismo evoluciona y se adapta. Es necesario realizar actuaciones más complejas y costosas en tiempo y dinero, que reformen las estructuras estatales para consolidar su legitimación, igual que en la lucha contra el crimen organizado hay que eliminar la corrupción. En este sentido, Burkina Faso ha adoptado leyes anti corrupción en 2015, por las que todos los políticos, ejecutivo y legisladores, deben declarar su patrimonio e ingresos. Si se aplican correctamente, fomentarán la estabilidad y transparencia del poder político.
4.2 Áreas de actuación
4.2.1 Poder político
Las élites políticas no quieren ceder el poder cuando les corresponde, deberían cumplir los límites temporales de los mandatos presidenciales, y no presentarse indefinidamente a las elecciones, eliminando las limitaciones de sus constituciones al número de reelecciones. Todo ello lleva aparejadas protestas masivas contra los gobiernos que desembocan en enfrentamientos entre manifestantes y policía.
Por otro lado, la corrupción que conlleva, perjudica los proyectos de seguridad y desarrollo. La clase política se aleja de su electorado al no escuchar sus quejas y desestabiliza las democracias.
Se debe luchar, por tanto, contra la corrupción y por la renovación de las clases políticas, renovar sus instituciones para que respeten la democracia y sus constituciones, trabajando al servicio de la ciudadanía.
4.2.2 Lucha antiterrorista
Esta lucha es necesaria para la seguridad de la región y para lograr su desarrollo. Se deben aplicar medidas policiales y militares para proteger las fronteras, las rutas, y fomentar el intercambio de información entre gobiernos.
En cuanto a los jóvenes, se debe estimular la reducción de desempleo, el aumento de niños que reciben educación, y acabar con la sensación de impunidad de las redes criminales y terroristas, que producen la sensación de que son una alternativa viable para los jóvenes que se sienten sin futuro. Para ello se necesita la mejora de las instituciones del Estado, su presencia en todo el territorio, y la defensa de los derechos y libertades de niños y jóvenes, para ofrecerles un buen futuro.
4.2.3 La economía
Es necesario aumentar el PIB per cápita de estos países del Norte de África, contando con una economía estable que no dependa de los constantes cambios de los precios establecidos por países ajenos. Deben diversificar su economía y la procedencia de los ingresos. Las materias primas cuya producción y exportación dependen de factores que escapan al control del gobierno, como cambios meteorológicos o fluctuaciones de los precios del mercado internacional, producen economías dependientes. Hay que evitar por tanto los factores arbitrarios, diversificar exportaciones. Teniendo en cuenta la actividad a la que se dedica la mayor parte de la población, que suele ser la agricultura, hay que fomentar el desarrollo de las zonas rurales mediante su diversificación y desarrollo en actividades no agrícolas, añadiendo valor al producto mediante su manufactura, el comercio y otros servicios, aumentando los puestos de trabajo, el valor añadido de los productos, y su rentabilidad. Además, el incremento de la productividad agrícola favorecería la disminución de los precios, y atraería proyectos de inversión de empresas privadas, ya que mejoraría su seguridad y su imagen exterior. Así se lograría un equilibrio entre zonas urbanas y rurales, frenando los masivos flujos migratorios hacia zonas urbanas para sobrevivir, que llevan a la urbanización insostenible y la pobreza urbana.
4.2.4 Desarrollo social
El crecimiento inclusivo hace referencia a la necesidad de reducir y eliminar las desigualdades entre la población de los países del Sahel.18 Los Estados deben incluir a todos los ciudadanos dentro de sus políticas sociales y reducir las diferencias, no es sostenible un crecimiento que no lleve progreso a toda la población.
Se deben ofrecer oportunidades a las personas más empobrecidas y con menor preparación técnica, la población rural, por ejemplo, cuyas insuficiencias son mayores que en las zonas urbanas. También se debe incluir cualquier rango de edad, sobre todo de cara a los jóvenes que puede convertirse en un potencial, o un factor de inestabilidad, y que requiere que esa gran cantidad de obra de mano se integre en la sociedad a través de la educación en igualdad de condiciones, y ofreciendo nuevos y variados empleos. Es importante que se extienda la educación a las niñas, inclusión del género femenino en la sociedad educativa. Ello aumentaría la edad a la que se les obliga a casarse controlando mejor el crecimiento demográfico al tener hijos más tarde y reducir su número. Las desigualdades también surgen por la discriminación laboral, debido a la etnia, por ejemplo los tuaregs, que terminan rebelándose contra un sistema que les rechaza.
El diferente reparto de las infraestructuras también produce desigualdades para el desarrollo. Se deben eliminar las diferencias en la creación de infraestructuras en energía, transporte y comunicación, que además mejoren la educación y el saneamiento del agua. Ello haría que la economía de los países del Sahel fuese más atractiva para la inversión extranjera.
La desigualdad de género también fomenta la pobreza, impidiendo el desarrollo. El acceso de la mujer a la educación y el empleo mejoraría la situación socioeconómica familiar. La exclusión social, política y económica de la mujer viene fomentado por los movimientos radicales islamistas. La proporción de mujeres en los parlamentos de estos países es bajísima (salvo Senegal, con 42,7%), por lo que se hace necesario un sistema de cuotas para lograr una mayor cohesión social y estabilidad, que además fomente el acceso a la educación de las niñas que influya positivamente en el control de natalidad y la lucha contra el terrorismo.
5. CONCLUSIONES
Hay en la región del Sahel una serie de elementos que ahogan la operatividad de los débiles Estados y producen un círculo vicioso de subdesarrollo que propicia el crimen organizado y el extremismo: las presiones demográficas con sus continuos desplazamientos de población; la situación de dependencia económica de las materias primas y la agricultura, altamente inestables; La situación interna de Estados que no controlan la totalidad del territorio, ni ostentan el monopolio de la fuerza, además de una desatención social que favorece el desarrollo del terrorismo y el crimen organizado, la corrupción; El problema de seguridad que conllevan los anteriores elementos, se agrava por la porosidad de las fronteras o la tasa de jóvenes sin estudios desempleados, o los desastres naturales acentuados por el cambio climático.
Las propuestas deben ser orientadas a que el Sahel cree sus propias herramientas:
-
Dar una respuesta global e inclusiva: Estrategia conjunta de lucha contra el terrorismo más allá de los medios militares como el empleo, la educación, y servicios básicos para la población; inclusión de sectores de la sociedad como jóvenes, mujeres, población rural, migrantes, y todas las tribus y etnias; y la respuesta global regional para no expulsar el problema al país vecino, fomentar la estabilidad propia propiciando la de los vecinos.
-
Dotar a la población para que sean menos vulnerables a extremismos, epidemias y desastres naturales. El Estado debe mejorar sus instituciones descentralizando y eliminando la corrupción.
-
Voluntad política de llevar a cabo proyectos sostenibles de desarrollo y seguridad.
-
Educación y formación como elementos imprescindibles para el desarrollo económico. Acabar con las desigualdades, e integración de la mujer en la sociedad, política y economía.
-
Integración regional que favorezca el control de fronteras, intercambio de información y capacitación de las fuerzas armadas, lograr una mayor coordinación regional.
-
Diversificación económica para estabilizar el PIB, para aumentar la seguridad, fomentando las inversiones extranjeras en infraestructuras.
-
La transparencia a base de legislar y crear organismos independientes de control capaces, para acabar con la corrupción. Que cada actor regional aporte un plan de acción sobre el cual realizar un seguimiento y evaluación final de resultados.
-
Creación de la fuerza conjunta G5 antiterrorista del Sahel es un buen inicio que debería profundizar en la cooperación entre los países que la componen (Mauritania, Mali, Chad, Níger, y Burkina Faso)
Las tres condiciones que se requieren para derrotar el terrorismo son la neutralización de sus líderes, eliminación de zonas santuarios donde puedan organizarse, y la actuación sobre las causas que originaron su inicio.19
Al Qaeda ha aumentado su crédito en la región sahelo-magrebí, presentándose frente a Daesh, como una opción más moderada. No hay que olvidar que el yihadismo es un fenómeno militar, cultural y político, pero no debemos confundir la religiosidad con el extremismo y la violencia. El enemigo no es el islam si no sus desviaciones extremas que aprovechan las situaciones de desarraigo, discriminación y falta de integración, para alimentar sus narrativas de justificación de la violencia. El miedo transforma las sociedades en manipulables, se debe llegar a un consenso, tolerancia y solidaridad, sin renunciar a la firmeza de las decisiones.
6. BIBLIOGRAFÍA
Fuente Cobo, Ignacio. “Turquía, Egipto, Argelia y Marruecos: cuatro países clave para la estabilidad en el Mediterráneo”. Panorama estratégico 2016. Instituto Español de estudios Estratégicos. Ministerio de Defensa.
Slizhava, Alesia. “Evolución de las relaciones internacionales de la República Islámica de Mauritania”. Documentos de seguridad y defensa 65. Mauritania: nuestro vecino del sur, un estudio geopolítico en red. Escuela de Altos Estudios de la Defensa.
Echeverría Jesús, Carlos. “Argelia a los dos años de los conatos de revueltas: situación política y de seguridad”. Documento de opinión. 31/2013. ieee.es
Meneses, Rosa. “Argelia y la era post Buteflika”. Documento de opinión. 70/2014. ieee.es
Moral Martín, Pablo. “Marruecos y Argelia: el pulso por la primacía en el Magreb. Documento de opinión. 36/2017. ieee.es
Velázquez León, Sonia. “El terrorismo argelino: ¿una amenaza para la seguridad energética española?”. Documento de opinión. 29/2017. ieee.es
Sánchez Rojas, Emilio. “Argelia 50 años después ¿suma y sigue? Documento de opinión. 54/2012. ieee.es
Leña Casas, Juan Bautista. Embajador en Argelia 2004-2008. “Argelia en la encrucijada: alcance de la reciente revuelta social y política”. Documento de opinión. 40/2011. ieee.es
Echeverría, Carlos. “La vigencia del terrorismo de Al Qaeda en las Tierras del Magreb Islámico (AQMI): ejemplo de supervivencia y de adaptabilidad”. Revista del Instituto Español de Estudios Estratégicos. Num. 0/2012.
“Terrorismo y tráfico de drogas en África Subsahariana”. Proyecto Internacional de Colaboración. Documento de Trabajo. Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE), e Instituto Militar de Documentación, evaluación y prospectiva de Argelia (IMDP). Febrero de 2013.
“Seguridad y desarrollo sostenible en el Sahel: un enfoque regional”. Proyecto Internacional de Colaboración. Documento de Trabajo. Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE), e Instituto Militar de Documentación, evaluación y prospectiva de Argelia (IMDP). Enero de 2017.
Mora Tebas, Juan Alberto. “G5 Sahel: La Fuerza (antiterrorista) Conjunta (FC-G5S)”. Documento de Análisis. 37/2017. ieee.es
Morales Morales, Samuel. “Las organizaciones yihadistas: una amenaza persistente, evolutiva y adaptable”. Documento de opinión. 69/2017. ieee.es
Mora Tebas, Juan Alberto. “Terrorismo en Sahel – África Occidental: Nuevas tácticas, nuevas alianzas… ¿nueva estrategia?”. Documento de Análisis. 19/2017. ieee.es
Niño González, Cesar Augusto. “Séptima generación de la guerra: terrorismo como motor del reordenamiento de la seguridad”. Documento de opinión. 77/2017. ieee.es
Mellón, Joan Antón. Parra, Ignacio. “Concepto de radicalización”. Universitat de Barcelona.
De la Corte, Luís. (2012) “El terrorismo (yihadista) internacional a principios del siglo XXI: dimensiones y evolución de la amenaza”, en E. Conde y S. Iglesias. Terrorismo y legalidad internacional. Madrid: Dykinson.
Sansó-Rubert Pascual, Daniel (2009): “Reflexiones criminológicas en torno al concepto criminalidad organizada”, en Ciencia Policial 97 (noviembre-diciembre), Revista del Cuerpo Nacional de Policía, Madrid.
de la Corte Ibáñez, Luis. “Terrorismo internacional. Evolución, actualidad y previsiones. La inteligencia, factor clave frente al terrorismo internacional”. Cuadernos de Estrategia 141. Ministerio de defensa. Junio 2009. Instituto Español de Estudios Estratégicos. Centro Nacional de Inteligencia.
NOTAS
1
Fuente Cobo, Ignacio. Panorama Estratégico 2016. Instituto Español de Estudios Estratégicos.
3
Torres, Ana. “La frontera terrestre argelino-marroquí: de herencia colonial a instrumento de presión” Historia Actual Online, núm. 31, primavera 2013.
4
Escribano, Gonzalo. (2014). “Políticas energéticas: geopolítica y seguridad energética en el sistema internacional. ENERCLUB.
5
Sánchez Rojas, Emilio. “Argelia 50 años después ¿Suma y sigue?”. Documento de opinión. ieee.es.
6
Meneses, Rosa. “Argelia y la era post Buteflika”. Documentos de Opinión. ieee.es.
7
Escribano, Gonzalo. “Argelia y España, potencial de alto nivel. Real Instituto Elcano. 2013.
8
Moraleda García de los Huertos, P. s.f. “El Mercado del Gas Natural”.
9
Hidalgo García, M. “El MIDCAT: el papel de España en la seguridad energética de Europa. 2014.
10
Escribano, Gonzalo. (2013). Argelia y España, potencial de Alto nivel. Real Instituto Elcano.
13
U.S. Drug enforcement Administration, “Three Al Qaeda Associates Arested on Drug and Terrorism Charges”, Press Release, December 18, 2009 , avalaible at http://www.justicegov/dea/pubs/pressrel/pr121809.html
14
United Nations (2012). “West África, Sahel face “toxic brew” of crime, drug trafficking, piracy, terror”. http://www.un.org/News/Press/docs/2012/sgsm14118.doc.html
15
Avalaible at: http://www.infromationnigeria.org/2012/02/boko-haram-may-have-links-with-criminals-in-wafrica-says-un-chief.html
17
UNDOC (2016). Rapport d’activité. Programme Sahel de l’UNDOC 2013-2017. Dakar: UNDOC, Bureau regional pour l’Afrique de l’Ouest et du Centre.
Notas de autor
lacasabayod@gmail.es
Vol.
Num. 2
Año. 2020
ARGELIA Y LA SEGURIDAD EN EL SAHEL
Rosa Lacasa Bayod
Centro de Estudos de Seguridade, Máster en Seguridad, Paz y Conflictos Internacionales
Nota de copyright
Ao publicar en Gladius et Scientia. Revista de Estudios de Seguridad del CESEG, o/o autor/a-os/os autores/as cede/n todos os dereitos de explotación do seu artigo (incluíndo distribución, comunicación pública, reprodución e transformación) á Universidade de Santiago de Compostela, que, coas condicións e limitacións dispostas pola lexislación en materia de propiedade intelectual, é a titular do copyright e, por tanto, de todos os dereitos patrimoniais expresados, retendo o/o autor/a-os/os autores/as todos os dereitos morais que por lei lle corresponde/n (art. 14 TRLPI).
Sen prexuízo do anterior, e agás indicación contraria, todos os contidos distribúense en acceso aberto baixo unha licenza internacional Creative Commons BY-NC-ND 4.0. Calquera forma de reprodución, distribución, comunicación pública ou transformación desta obra non incluída na licenza Creative Commons BY-NC-ND 4.0 só pode ser realizada coa autorización expresa do titular do copyright, non sendo excepción prevista pola lei. Pode acceder Vde. ao texto completo da licenza nesta ligazón: https://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/deed.gl
Outros datos estatísticos
Descargas
Descargas (Últimos 12 meses)