Vol. 7 Núm. 1 (2018): Neurociencias y educación infantil, Monográfico. Introducción, Páginas 42-51
Recibido: 06-07-2018
Aceptado: 06-07-2018
Publicado: 13-07-2018
La evolución cultural y la evolución biológica caminan, aunque contrapuestas, por una vía paralela. Son los procesos de aprendizaje -potencialidad genética y plasticidad biológica-, propios de la especie humana, sobre los que actúan las situaciones ambientales, modificándolos y estimulándolos a través de la educación. La posibilidad de elaborar informaciónes en la interacción con el amiente provienen de potencialidades adaptativas desarrolladas a nivel filogenético que implican procesos explícitos e implícitos en ámbitos tanto cognitivos como emocionales. El conocimiento explícito e implícito reconoce estructuras conceptuales centrales de naturaleza general, aunque relacionadas a la experiencia individual. Enseñar con lo implícito como estructura conceptual supone la adopción de modelos de enseñanza que tienen como objetivo reforzar el conocimiento primario. La teoría didáctica bioeducativa se orienta hacia la activación de estructuras conceptuales de base. La organización cerebral está regulada por variables neuro-evolutivas y formas socio-culturales. La relación abierta entre las bases biológicas del aprendizaje y el desarrollo cultural se realiza en la perspectiva bioeducativa de manera holística. El papel de las emociones, en particular, se interpreta de maneras cada vez más orgánicas y multidisciplinares. La gestión de las emociones se pone en relación con un desarrollo eficaz de competencias socio-cognitivas, influenciando así la vida social y cultural de las personas. La educación en la gestión de las emociones combina en sí misma el papel de las funciones biológicas, culturales y psicosociales, mostrando en esta síntesis tanto la dimensión subjetiva y social del individuo como el ámbito explícito e implícito.
Neurociencia, Emoción, Cognición