Resumo
El actual Statu quo en Oriente Medio no ha evolucionado espontáneamente, sino que ha sido el resultado de un complejo proceso que lleva desarrollándose desde, por lo menos, mediados del siglo XX. La disputa por los recursos y la energía, el auge del terrorismo religioso y las antiguas disputas étnicas y tribales han sido y son capítulos fundamentales en la historia de la región. Irak es un modelo de estudio para identificar actores y dinámicas en la situación del Medio Oriente. Su actual fragilidad, fruto del desgaste prolongado tras décadas de guerra, crisis e intervencionismo exterior, revela con claridad las intenciones y métodos de los actores que tratan de influir en el equilibrio de la región. Por lo tanto, este estudio tiene por objeto el análisis de las diferentes fuerzas que tienen peso en el país, cuáles son sus objetivos, como se han relacionado y cuáles han sido las consecuencias de sus acciones. Una suerte de síntesis organizada que busca aproximar el área del conflicto a una Europa que sigue buscándose a sí misma. ¿Qué impacto tiene la Unión Europea y España en este Medio Oriente? ¿Cómo se plantea su arquitectura de defensa de cara al futuro?
Palabras chave
UN ANÁLISIS GEOPOLÍTICO EN IRAK: PRINCIPALES ACTORES E INTERESES EN EL ÁREA
Carlos Casado
UN ANÁLISIS GEOPOLÍTICO EN IRAK: PRINCIPALES ACTORES E INTERESES EN EL ÁREA
Gladius et Scientia. Revista de Seguridad del CESEG, núm. 2, 2020
Universidade de Santiago de Compostela
A GEOSTRATEGY ANALYSIS IN IRAQ: KEY PLAYERS AND MAIN INTERESTS IN THE AREA.
Carlos Casado
Ejército de Tierra, España
Copyright © Universidade de Santiago de Compostela
Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
Recibido: 19/10/2020
Aceptado: 12/01/2021
Resumen: El actual Statu quo en Oriente Medio no ha evolucionado espontáneamente, sino que ha sido el resultado de un complejo proceso que lleva desarrollándose desde, por lo menos, mediados del siglo XX. La disputa por los recursos y la energía, el auge del terrorismo religioso y las antiguas disputas étnicas y tribales han sido y son capítulos fundamentales en la historia de la región. Irak es un modelo de estudio para identificar actores y dinámicas en la situación del Medio Oriente. Su actual fragilidad, fruto del desgaste prolongado tras décadas de guerra, crisis e intervencionismo exterior, revela con claridad las intenciones y métodos de los actores que tratan de influir en el equilibrio de la región. Por lo tanto, este estudio tiene por objeto el análisis de las diferentes fuerzas que tienen peso en el país, cuáles son sus objetivos, como se han relacionado y cuáles han sido las consecuencias de sus acciones. Una suerte de síntesis organizada que busca aproximar el área del conflicto a una Europa que sigue buscándose a sí misma. ¿Qué impacto tiene la Unión Europea y España en este Medio Oriente? ¿Cómo se plantea su arquitectura de defensa de cara al futuro?
Palabras clave: Oriente Medio; Irak; recursos; energía; terrorismo; intervencionismo; actores; consecuencias; UE; España.
Abstract: The current Statu Quo in the Middle East is not a situation arising from spontaneity, but a process that has been developing, at least, since the middle of the XX century. The dispute over resources and energy, the rise of jihadist terrorism and the ancient ethnic and tribal disputes have been and are fundamental chapters in the history of the region. Iraq is a perfect study model to identify main characters and behaviors in the Middle East situation. Its current fragility, as a result of prolonged wear and tear after decades of war, crisis and foreign interventionism, clearly reveals the intentions and methods of the key players trying to influence the balance of the region. Therefore, this study aims to analyze the different forces that have relevance in the country, what are their goals, how they have been related and what have been the consequences of their actions. A sort of structured synthesis that seeks to bring the area of conflict closer to a Europe that keeps looking for itself. What impact does the European Union and Spain have on this Middle East? How is its defense policies to be stablished in the future?
Keywords: Middle East; Iraq; resources; energy; terrorism; interventionism; key players; consequences; EU; Spain.
SUMARIO:
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1. IRAK: ANTECEDENTES
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2. IRAK EN LA ACTUALIDAD
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3. LOS PRINCIPALES ACTORES EN IRAK
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4. LA UNIÓN EUROPEA
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5. CONCLUSIONES
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6. BIBLIOGRAFÍA
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ANEXOS
1. IRAK: ANTECEDENTES
Irak es un estado de Oriente Medio situado al suroeste del continente asiático, abarcando la amplia mayoría de la antigua Mesopotamia. El país tiene frontera con Kuwait y Arabia Saudí al sur, Turquía en el norte, Irán al este, así como Jordania y Siria en su frontera occidental. En su extensión, cuenta con una pequeña franja costera en el golfo pérsico, vastas zonas desérticas, y la presencia de los dos grandes ríos Mesopotámicos: El Tigris y el Éufrates, de vital importancia para la economía iraquí. También merece la pena destacar la cadena montañosa existente en el norte del país, en el Kurdistán: El Zagros.
De los 42.763.590 habitantes que actualmente residen en el país1, aproximadamente un 95% es de religión musulmana, siendo el 5% restante parte de un variado abanico. De ese 95%, un 62% es chií, y un 33% practica la Suna2, siendo estos últimos una minoría muy numerosa.
La actual situación de Irak se ha vuelto compleja en extremo, hasta el punto que el Índice de Estados Fallidos generados por el Fondo por la Paz en Abril de 2019 lo situaba en el decimotercer puesto del ranking mundial3, y esto por supuesto, antes de todos los acontecimientos desencadenados desde finales de 2019 hasta la actualidad.
Desde finales del siglo pasado, Irak ha vivido en conflicto intermitente4: Entre los años 1980 y 1988, bajo el mandato de Sadam Hussein, se enfrentó a Irán en uno de los conflictos más sangrientos acaecidos desde la Segunda Guerra Mundial5. Fue durante este período cuando tuvo lugar el genocidio kurdo, etnia minoritaria que mayoritariamente reside en el norte del país. Poco después, en 1990, la invasión iraquí de Kuwait desencadenó una respuesta por parte del Consejo de Seguridad de la ONU, generándose así una coalición liderada por EEUU en colaboración con Arabia Saudí. En poco más de un año, el gobierno de Hussein capituló, no sin antes haber dejado el conflicto numerosas bajas, principalmente en el bando iraquí.
Sin embargo, las sanciones impuestas tras este conflicto, desestabilizando el país, la ruptura total de relaciones con Arabia Saudita y sus aliados, la deriva proiraní del país y la enemistad en alza con EE.UU, terminó desencadenando bajo diversos pretextos, como la existencia de armas de destrucción masiva o los supuestos lazos entre el gobierno Iraquí y Al-Qaeda, un nuevo conflicto en 20036, de apenas unos meses de duración, en los que otra coalición liderada por Norteamérica derrocó el régimen de Hussein, iniciando un proceso de transformación de la instituciones, a la par que desempeñando labores de estabilización y derrotando los últimos reductos del anterior régimen.
Alcanzando ya la posguerra iraquí, se estableció una nueva constitución, que pretende desarrollar Iraq como un país democrático, del mismo modo, se establecen unas elecciones democráticas (2006) cuyo turbio desempeño da lugar a un gobierno de amplia mayoría chií, con Nuri Kamal al-Maliki como primer ministro7. Es de destacar que al-Maliki había pasado amplios años en el exilio, forjando muy buenas relaciones con el gobierno de Teherán. Sus primeros años fueron relativamente estables, pero la polarización social entre la mayoría chií y las minorías del país, unida a la deriva de inestabilidad del país, terminó por hundir su frágil popularidad en 2014. Es en este momento, durante el auge del avance de Daesh en el país, donde se apreció con claridad lo cerca que se encontraba el país de la fractura absoluta.
Daesh, es el nombre por el que se conoce a la organización terrorista autodenominada como Estado Islámico, nacida de los elementos más radicales de la rama de Al-Qaeda en Irak (AQI, liderada originalmente por Abu Musab Al-Zarqawi8). El EI ha marcado un hito en el terrorismo global por su capacidad inédita para comportarse como un poder territorial en Oriente Medio y como una organización terrorista moderna en el resto del mundo. En el apartado 3.5 de este escrito se analizarán en profundidad sus objetivos e impacto en la región.
Podría considerarse entonces que la posguerra iraquí fue, o bien origen, o bien desarrollo de muchos de los males que a día de hoy aquejan el país, siendo los principales:
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AQI fue mucho más violenta que la organización central, hasta el punto de terminar siendo desaprobada por la misma9. Muchos de sus miembros terminaron en prisiones iraquíes, que se convirtieron en focos aún mayores de radicalización, si cabe, y que terminaron dando lugar a los más fervientes seguidores de Daesh una década después. La posguerra fue una época particularmente violenta, plagada de atentados de autoría no reconocida (Ver anexo III, histórico de bajas civiles en Iraq desde 2003).
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Desde su creación como estado moderno en 1921, la minoría suní había sido la clase gobernante sobre la mayoría chií del país, siendo la presencia estadounidense en la estructuras de poder determinante para alterar tal equilibrio, soliviantando no sólo a la gran minoría sunita existente en el país, sino también a muchas de las tribus que veían amenazada su tradicional forma de vida. De hecho, el Daesh podría considerarse en cierta medida como una reacción natural de la línea dura suní a la invasión norteamericana y a la instauración de gobiernos con un fuerte componente chií, conducta señalada como “sectaria” por parte de este sector poblacional.
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La corrupción de las instituciones, la continua inestabilidad durante dos décadas, así como el creciente número de atentados sobre infraestructura civil indispensable, terminó afectando al tejido sanitario, energético e industrial del país, produciendo pobreza y el descontento creciente entre la población.
2. IRAK EN LA ACTUALIDAD
Irak se encuentra, mediado el año 2020, en un momento crítico, tanto desde un punto de vista geopolítico, como desde un prisma social.
En primer lugar, desde la proclamación del califato Islámico el 4 de Julio de 201410, bajo el mandato del anterior líder de Daesh Abu Bakr Al-Bagdadi (Heredero de Al-Zarqawi, que lideró AQI y plantó la semilla de Daesh), la situación ha cambiado considerablemente.
El año 2014 estuvo especialmente marcado por la expansión sin precedentes por parte de Daesh, que tras la toma de Raqqa, terminó acercándose peligrosamente a Bagdad, tomando poblaciones tan próximas como Ramadi o Faluya, ocupando la gran ciudad del norte, Mosul, y prácticamente un tercio del país tras el colapso de las FAS iraquíes11.
Sin embargo, la intervención de la coalición internacional, el consecuente refuerzo del ejército del país y la injerencia de las milicias chiíes como reacción a la represión de Daesh, terminaron ocasionando el retroceso, y finalmente, la caída de Daesh, al menos como potencia con capacidad de ocupar territorio, confinando a los restos de la organización a zonas desérticas y apartadas, que facilitan sus movimientos. Sin embargo, la raíz ideológica del califato no ha sido destruida, por lo que sus miembros se están aprovechando del reciente conflicto12 entre Irán y los actores afines instalados en Irak, y EEUU y sus aliados, fracturándose por completo la unidad que hasta el momento mantenían para hacer frente a Daesh. El asesinato de Qasem Suleimani, general iraní de la guardia revolucionaria, y Abu Mahdi al-Muhandis, líder de las milicias proiraníes, supuso el final de la colaboración, disparando la tensión entre ambos bloques.
Sin embargo, la caída del autodenominado califato no ha traído consigo una mejora perceptible en la estabilidad del país y la región: El gobiernos iraquí, lastrado por la corrupción, no ha sido capaz de generar credibilidad ni confianza en una población cada vez más empobrecida. Las crecientes exportaciones de petróleo13, siendo Irak el segundo mayor exportador de la OPEP, no han sido usadas con acierto, contribuyendo a la desigualdad y el sectarismo cimentado en las instituciones nacionales.
Además, el ejecutivo iraquí se ha visto impotente a lo largo de la última década para solventar los más graves problemas internos. En primer lugar, la rivalidad entre los diferentes grupos étnicos y religiosos, el desplazamiento de poder en favor del sector chií sigue generando un profundo resentimiento entre los sunitas de Irak, especialmente entre las tribus más conservadoras, con importante presencia local pero mermado peso en la política actual iraquí14.
De igual modo, los kurdos, etnia minoritaria y con aspiraciones soberanistas en la zona norte y montañosa del país, siguen siendo foco de tensión y conflicto en el país, aún más cuando el Kurdistán iraquí es una de las mayores áreas productoras de petróleo15. Por otro lado, la injerencia iraní, cada vez más favorecida por los gobiernos prochiíes y la fuerte influencia de las milicias que se han establecido como reacción a Daesh. Irán busca expandir su influencia ante un vecino cada vez más débil e inestable, sofocado por años de conflicto, bombardeos y la constante degradación de su infraestructura, así como con una amplia mayoría chií, característica común con el país persa.
El primer semestre del año 2020 ha supuesto todo un desafío al frágil equilibrio que pugna por estabilizar el país, habiendo paralizado la emergencia sanitaria del COVID-19 la mayoría de las áreas más pobladas del país. El mes de Junio se caracterizó por la suspensión de la práctica totalidad de vuelos al país y la continuación de severas medidas de aislamiento internas a las provincias y también entre las mismas16. Sin embargo, la parálisis social y económica no ha frenado la creciente tensión entre las milicias proiraníes y la coalición internacional17, ni la nueva ola de atentados promovida por Daesh, que ha aprovechado el repunte de la discordia existente entre sus enemigos para revitalizarse, aunque con escaso éxito18.
3. LOS PRINCIPALES ACTORES EN IRAK
3.1 La coalición internacional: origen e impacto en Irak
Tras el descalabro del ejército iraquí y la ocupación por parte de Daesh de una importante parte del país, se produjo una reacción internacional de grandes dimensiones. Tras el auxilio solicitado por el país mesopotámico, liderado por EEUU, entró en funcionamiento en Septiembre de 2014 una participación colectiva de varios estados, en el marco de la operación “Inherent Resolve” (OIR), coincidiendo con los meses de máximo apogeo del autodenominado Estado Islámico.
La coalición tuvo un fuerte impacto y amplia participación en el plano internacional, siendo originalmente compuesta por 12 miembros, pero llegando a los 82 miembros en el año 202019. Entre los diversos motivos por los que gozó de tanto apoyo, destaca el hecho de que las filas de Daesh se han nutrido desde sus comienzos de musulmanes radicalizados, residentes sobre todo en Europa y EEUU, pero también en otras áreas del planeta. Por ende, se terminó produciendo en éstos países focos de radicalización un aumento en el número de atentados provocados por células durmientes o individuos afines a Daesh, sujetos a procesos de radicalización (Los atentados de Cambrils, los atentados de París, de Londres…) lo que aumentó la proactividad de países como España o Francia para frenar el auge de Daesh en Oriente Medio.
Entre sus acciones principales, destacan el apoyo a las fuerzas iraquíes mediante la instrucción de las diferentes unidades militares y policiales de Irak y el asesoramiento directo a su cadena de mando y control por parte de los diferentes especialistas de la coalición, labor en la que España ha tenido un importante peso desde el principio de la operación. Además, el empleo de bombardeos puntuales, la formación de la fuerza aérea iraquí, así como las misiones ISR (Intelligence, Surveillance and Reconnaissance), han sido claves en el punto de inflexión de la campaña frente al Daesh20.
Más allá del plano militar, podría hablarse de actividades en las áreas reconquistadas encaminadas a la estabilización de las mismas. El desminado de amplias áreas de terreno, la reconstrucción de ciudades y monumentos, el adiestramiento de los diferentes cuerpos de policía, así como la restauración de los servicios básicos de agua, energía o sanidad, son algunas de las labores en las que la coalición ha prestado servicio al gobierno de Iraq. Mosul es un buen ejemplo de zona conflictiva donde estas políticas han sido aplicadas.
Por último, la contrapropaganda de la coalición y la guerra financiera contra Daesh han sido claves para ahogar ideológica y económicamente a la organización terrorista. La coalición ha paralizado cuentas en más de treinta bancos y centros financieros con activos de Daesh, destruyendo cientos de millones de dólares en propiedad de la organización21. Las políticas de contrarradicalización en los países originarios de muchos de sus luchadores también han conseguido un éxito parcial, desenmascarando las estrategias publicitarias terroristas a través de experiencias personales, vídeos y redes sociales, que tan a favor del califato jugaron en sus comienzos.
Pese al punto de inflexión marcado por su intervención, la injerencia del virus COVID-19 y el enfriamiento de las relaciones entre los EEUU e Irán, han paralizado en gran medida su capacidad para actuar, por lo que la permanencia de la misma se decidirá en los próximos meses, existiendo partidarios de reconducir y adaptar el enfoque estratégico de OIR (Encuadrando la operación en el marco de la OTAN, por ejemplo) y otros de ponerle fin, dadas las actuales circunstancias, dando lugar a tratados bilaterales entre países interesados en permanecer en Irak y el propio gobierno iraquí22.
3.2 EE.UU: Intereses e impacto en Irak
La invasión estadounidense de Irak en 2003, si bien de dudosa legitimidad y justificación, permitió a EE.UU instaurar un régimen afín a la política estadounidense en pleno corazón de Oriente Medio. Un país, además, con un importante peso en la exportación de petróleo y opuesto al gobierno iraní, hostil a la potencia estadounidense23.
Si bien Irak se convirtió en un país bajo influencia estadounidense e importó las instituciones democráticas occidentales, el resultado final no ha tenido nada que ver con las expectativas y con los análisis prospectivos realizados en su momento. Irak se ha convertido en un país frágil, fracturado y azotado por los conflictos internos. La creciente influencia de Teherán en el área se apoya en gobiernos locales de mayoría chií y en la presencia cada vez más notable de las milicias (Fuerzas de Movilización Popular, de ahora en adelante FMP) sustentadas por Irán. La caída del régimen de Sadam Hussein trajo consigo el fin de la hegemonía sunita en el país, importante dique de contención a la influencia iraní en el área.
Del mismo modo, si bien el régimen de Sadam Hussein fue causante y testigo de actos en contra de los derechos humanos, como el genocidio kurdo, la guerra con Irán o la invasión de Kuwait, el baathismo no simpatizaba con el islamismo radical de Al-Qaeda24, y si bien tal conexión ha sido buscada por frecuencia por EE.UU, siempre se ha sustentado más frecuentemente en indicios que en hechos firmes. La caída del régimen tras la guerra de Irak supuso un aumento exponencial de la actividad terrorista en la zona, tal y como puede contemplarse en el Anexo III.
Los intereses estadounidenses originales, por lo tanto, no fueron satisfechos, y exigieron un importante replanteamiento durante el mandato del presidente Barack Obama25, cediendo un mayor protagonismo en el área a las potencias regionales. Sin embargo, si bien la gestión de la administración Obama suavizó las relaciones con Irán y desescaló la tensión existente, también permitió una mayor capacidad de los gobiernos locales para cuestionar la política estadounidense. Buena muestra de ello es la creciente intrusión de Irán en el gobierno iraquí durante la última década, a través de personajes como el propio Al-Maliki, exiliado en Irán durante el régimen baathista de Sadam Hussein, otros chiíes influyentes como Ayad Alaui26, así como el movimiento sadrista, alimentado inicialmente por Irán, hasta su posterior ruptura de las relaciones por motivos políticos27. También son buenos ejemplos de ello la escasa influencia estadounidense en Siria durante la guerra civil, eclipsada por completo por las relaciones del gobierno de Al-Assad con Rusia e Irán28.
Del mismo modo, la política estadounidense de este período permitió también tomar la iniciativa a Arabia Saudí como principal contrapunto a la influencia iraní en Oriente Medio29. En buenas relaciones con EE.UU, en 2016 comenzó un proceso de distensión de relaciones con Irak, inexistentes desde la invasión de Kuwait, más de dos décadas atrás30.
Sin embargo, en el período terminal del mandato de Obama y durante la legislatura de Trump, EE.UU recuperó su peso en la zona dado su activo papel en la lucha contra Daesh y en la reconstrucción de Irak. Pese a la tímida colaboración existente entre EE.UU e Irán, mientras Daesh seguía siendo una amenaza territorial, los intereses estadounidenses en el área no han dejado de estar enfrentados a los iraníes, siendo difícil para el gobierno iraquí mantener la colaboración31. El acercamiento de posturas ha caído en saco roto, alcanzando desde comienzos de 2020 un nuevo pico de tensión, agravado por la situación derivada de la pandemia global del COVID-19.
Irak, más allá de los obvios intereses derivados de su riqueza en petróleo32, ha sido y sigue siendo un enclave desde el que EE.UU puede hacer valer sus intereses en el Medio Oriente, asegurando en primer lugar, la no predominancia de Irán, evitando su expansión a través de partidarios entre la población chií no solo en el propio Irak, sino en otros países frágiles y conflictivos como Siria o Yemen33. En segundo lugar, colaborando con monarquías islámicas de carácter contrarrevolucionario, como Arabia Saudí, Emiratos Árabes, Jordania o Qatar. Y por último, combatiendo la creciente influencia de Rusia, exitosa en la Siria de Bashar Al-Assad. Por lo tanto, pese al declive de la presencia de la coalición internacional contra Daesh, Irak sigue siendo una pieza clave para EE.UU en Oriente Medio.
3.3 La república islámica de Irán: intereses e impacto en Irak
Irán es una potencia de gran interés de estudio para cualquier análisis en Oriente Medio. Colindante con Irak en su frontera oeste, es también rico en reservas petrolíferas, pero a diferencia de Irak cuenta con un acceso privilegiado al Golfo Pérsico y un control estratégico sobre el estrecho de Ormuz. Cuello de botella marítimo por el que circula aproximadamente el 35% del tráfico petrolero global34. Unido a estos hechos, la amplia extensión de su territorio, habitado por 82 millones de habitantes que convierten a Irán en el segundo país más habitado del área35, así como el arraigo cultural apoyado en su larga historia como nación, convierten a Irán en una potencia regional por derecho propio36.
Sin embargo, el carácter fundamentalista, antisionista y revolucionario del régimen de los Ayatolás, le ha valido desde sus inicios durante la guerra fría la enemistad con los Estados Unidos. Además, su población supone el 40% de toda la población chií del planeta y a diferencia de sus vecinos árabes, la etnia predominante es persa. Todos estos rasgos han creado diferencias insalvables con el bloque opuesto, encabezado por Arabia Saudí y apoyado en numerosas ocasiones por EE.UU, y en momentos puntuales, Israel.
Irán, a diferencia de otras potencias locales, cuenta con aspiraciones globales, que transcienden a las meramente regionales. El porcentaje de musulmanes chiíes asciende a entre un 10% y 13% del total, frente a aproximadamente el 85% de musulmanes suníes37 (Para más información, el Anexo IV muestra la presencia mayoritaria de las diferentes ramas del Islam en un mapa global y el anexo VI un mapa étnico similar, pero en Irak). Por lo tanto, Irán es plenamente consciente de que no puede aspirar a dominar el mundo musulmán desde el chiismo radical38. Sin embargo, Irán ha hecho una gestión magistral de los temores de las minorías étnicas y las organizaciones no estatales en los países más frágiles de la región, como Irak, Siria o Yemen, desplazando el equilibrio de la influencia a su favor y convirtiéndose en la actualidad en un líder regional muy bien situado.
Irak es sin duda una de las máximas prioridades políticas de Irán. A finales del siglo pasado, la rivalidad entre ambos estados desembocó en una guerra de carácter convencional, con un elevado componente de violencia, más propio de las dos guerras mundiales que de las guerras modernas39. Tras la completa desestructuración del estado iraquí a lo largo de las dos últimas décadas, Irán ha aprovechado la oportunidad para erradicar la rivalidad que hacía peligrar su supremacía en la región, ganando ascendente sobre el país vecino. El acuerdo comercial por el que Irán suministra una importante parte de la energía que abastece a Irak40, la presencia de elementos afines al gobiernos de Teherán en importantes puestos del gobiernos iraquí o la influencia de organizaciones paramilitares proiraníes en suelo iraquí, son algunos de los logros afianzados.
En la actualidad, el principal actor local que frena la creciente influencia de Teherán es Arabia Saudí y sus aliados, una rivalidad comprensible, siendo esta una monarquía conservadora de mayoría suní, etnia árabe e intereses comunes con EE.UU41. Del mismo modo, son competidores en el mercado petrolero global, siendo el petróleo la mayor fuente de presupuesto de ambas potencias.
3.4 Organizaciones no estatales: intereses e impacto en Irak
Analizar el impacto actual de las milicias en Irak como algo homogéneo y unidireccional implica no entender correctamente la naturaleza de las mismas. Las milicias tienen orígenes y objetivos de lo más diverso. Algunas de ellas tienen un origen apolítico, por ejemplo las milicias sadristas, o los seguidores del Ayatolá Sistani42. Estas milicias desean una integración dentro de las Fuerzas de Seguridad de Irak (ISF), y rechazan la doctrina proiraní, habiendo desempeñado durante el conflicto un papel fundamental.
Por otro lado, es imprescindible mencionar a Kataib Hezbollah, organización con fuerte presencia en Líbano, cuyos miembros se han multiplicado en Irak en relación directa a la influencia iraní, Hezbollah tiene fuertes lazos con Irán, que hasta principios del año 2020 desarrollaban a través del líder de la guardia revolucionaria iraní Qasem Suleimani43, hasta su eliminación por parte de fuerzas estadounidenses. En colaboración con Irán, merece la pena destacar a otras organizaciones de marcado carácter político y con gran peso en el país, como la Organización Badr, que contaba hasta las anteriores elecciones con veintidós diputados en el parlamento44, o grupos de reciente creación como “La Liga Revolucionaria” (Usbat al-Thairen), cuyas actividades han ganado fuerza a raíz de la tensión generada por la muerte de Suleimani y Muhandis45, siendo responsables directos de la muerte de miembros de la coalición en la base de Taji. Estas FMP proiraníes también confrontaron a Daesh, jugando un importante papel, pero sus lealtades no se hallan en el gobierno iraquí, por lo que no buscan unificarse dentro de las FSI, y sufren de diferencias irreconciliables con la coalición internacional y los EE.UU.
Lejos del ámbito de las FMP, merece la pena destacar un fenómeno surgido del Statu quo que siguió al derrocamiento de Sadam Hussein. El desencanto suní, como consecuencia del descontento hacia un gobierno considerado como sectario y proiraní, hizo surgir una insurgencia de entre las tribus locales, desplazadas del poder central en Bagdad46. Sin embargo, es importante recalcar que el surgimiento de Daesh no produjo un acercamiento general entre el califato y éstos grupos armados. Todo lo contrario, en una amplia mayoría de casos, las acciones desproporcionadas de Daesh contra los suníes moderados, provocaron una reacción por parte de la minoría suní contra la organización terrorista, siendo la principal cantera de reclutamiento de Daesh los extranjeros radicalizados, y no la población suní del país47. Algunos ejemplos de estos grupos de base tribal son los Antiguos Baasistas (JRTN), el Consejo del Despertar (Sahwa) o los Hijos de Irak, todas con fuerte presencia en las provincias mayoritariamente suníes de Anbar y Saladino.
Por último, el Kurdistán iraquí revela otro de los principales actores no estatales con una presencia crítica en el país, así como uno de los más importantes problemas de carácter interno.
La región tiene una gran importancia estratégica por sus abundantes reservas petrolíferas, constituyendo estas el 74% de las extracciones en Irak48. La minoría Kurda, se considera mayoritariamente como un grupo con una identidad propia en un territorio no reconocido por la comunidad internacional, que comprende una pequeña parte de Siria, Irán, Turquía y también Irak49. El Kurdistán iraquí cuenta con tres de las diecinueve provincias que conforman el país, Erbil, Suleimaniya y Dohuk. A su vez, las tres conforman el Gobierno Autónomo de la Región del Kurdistán iraquí, con importantes diferencias gubernamentales respecto al resto de las provincias50. Las aspiraciones independentistas de los kurdos han sido sofocadas con crudeza a lo largo del último siglo, siendo el caso más flagrante el genocidio a manos del gobierno de Sadam Hussein en el contexto de la guerra de Irak-Irán51.
Durante la lucha con Daesh, los kurdos han sido objeto de persecución por parte de las fuerzas del califato52, pero también han desempeñado un papel importante en la lucha contra la organización terrorista, organizándose en diferentes guerrillas irregulares. Entre ellas, destacan los denominados “peshmergas kurdos”, pero también debe ser incluido el brazo armado de algunos partidos políticos. Por ejemplo, la denominada “Fuerza de Defensa del Pueblo” (HPG), pertenecientes al partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK) o la guerrilla kurdo-siria del Partido de la Unión Democrática (PYD)53.
3.5 Daesh: Origen, intereses e impacto en Irak
El auge y caída de la organización terrorista autodenominada como Estado Islámico de Irak y Levante (EIIL), y luego finalmente como Estado Islámico (EI), ha sido una de las principales cuestiones estratégicas desde que comenzó a ser una amenaza real para los actores estatales en el verano de 2014.
Como ya se ha recalcado en el apartado de actualidad iraquí, el origen de Daesh radica en la rama de Al-Qaeda en Irak, dirigida por Abu Musab Al-Zarqawi. Grupúsculo que se radicalizó muy por encima de los estándares generales de la organización. Paradójicamente, fue la invasión estadounidense de 2003 la que disparó la presencia de Al-Qaeda en el país, hasta entonces censurada por el régimen baathista, y de perfil poco relevante54.
La mala gestión de los presos en las cárceles de Irak, las convirtió en perfectos centros de radicalización y reclutamiento, en la que los radicales islámicos captaban o acosaban a los criminales responsables de actos de menor gravedad. La organización, que había experimentado un importante retroceso de su influencia entre 2007 y 2011, se expandió más allá de todas las expectativas en Siria (Incluso rompiendo la relación con su filial Jabhat al Nusra, aún fiel a Al-Qaeda55) a costa de la inestabilidad provocada por la guerra civil.56 Del mismo modo, también fueron capaces de ocupar suelo iraquí con relativa facilidad, debido a la precaria situación de las ISF57, a la crisis política existente en el país y al repliegue de las tropas estadounidenses a principios de la década58. Tras liberar a su paso numerosas cárceles del país, muchos de sus más fervientes partidarios y otros nuevos miembros reclutados en las mismas se unieron a sus filas, siendo algunos hasta hace bien poco piezas fundamentales de la organización terrorista. Abu Bakr al-Baghdadi, fue uno de estos presos en la prisión de Camp Bucca. Del mismo modo que algunos de sus futuros lugartenientes, Abu Ali al-Anbari y Abu Muslim al-Turkmani, que le auxiliaron en el gobierno de la organización durante el auge de la misma. Tanto al-Anbari como Al-Turkmani habían sido con anterioridad altos cargos del ejército de Sadam Hussein59.
Para poder comprender la ideología del EI, es esencial destacar que si bien comparte el yihadismo salafista como rasgo común con Al-Qaeda o Boko Haram, tiene diferencias extremadamente importantes. Daesh ha puesto su esfuerzo principal en hacerse ver como un estado legítimo, con raíces históricas y culturales enraizadas en el antiguo imperio de los tiempos de los Omeyas, cuya principal aspiración es recuperar todos los territorios históricamente abarcados por el mismo, instaurando en ellos un régimen teocrático suní conforme a la aplicación más estricta de la Sharia60.
La fractura definitiva con Al-Qaeda en 2013, así como la reivindicación en el verano de 2014 de Ibrahim Awwad, verdadero nombre del autoproclamado califa Abu Bakr Al-Baghdadi al-Husseini al-Quraishi, son señas esenciales para comprender que su naturaleza diverge, y busca diverger totalmente de cualquier organización anterior61. La búsqueda de legitimidad y una doctrina islámica radical coherente, quedan de manifiesto en el mismo nombre del califa, con importantes referencias al primer califa tras Mahoma, Abu Bakr, al nieto del profeta y mártir del islam, el imán Hussein, y a la tribu del propio Profeta, los Qureish.
Otro de los aspectos que diferencian el terrorismo de Daesh de cualquier organización anterior, es la gestión de su campaña propagandística, tanto a través de las redes sociales como por medios más tradicionales, que enmascaran una compleja red de captación, radicalización y reclutamiento entre los elementos menos integrados de las minorías musulmanas en países occidentales62. Esta circunstancia tendría un doble efecto: El efecto llamada de combatientes que engrosaron sus filas en Oriente Medio y la creación de células terroristas en los estados de origen.
La realidad es que a principios de la década nadie podía esperar el surgimiento de una organización terrorista con una capacidad de reclutamiento y organización tan grande. Pudiendo imitar las capacidades de unas instituciones y una administración más propias de un estado que de la estructura paramilitar de la que Daesh surgió. La comunidad internacional no se concienciaría de la magnitud de la amenaza hasta la llegada de la ola de atentados terroristas que azotó occidente entre los años 2014 y 201763.
Sin embargo, la organización experimentó una progresiva decadencia desde 2015 hasta perder Deir Ez Zor (Siria) y Al Qaim (Irak) en 2017, últimos bastiones de su dominio como poder territorial64. La creciente actuación de la coalición internacional contra el Daesh y el incremento progresivo de las capacidades de las ISF tuvieron un papel fundamental en la caída de EI en Irak, pero igual de importante fue el desempeño de las FMP chiíes de toda naturaleza, las tribus suníes o las guerrillas kurdas, seña del gran número de enemigos ganados por Daesh durante su crecimiento y apogeo, especialmente en el mundo musulmán65.
En la actualidad, Daesh ha perdido su capacidad para mantener territorio y por lo tanto, la gran mayoría de sus fuentes de beneficio e influencia regional. No obstante, la organización persiste en la clandestinidad, habiendo recuperado hasta cierto punto la estructura propia de una banda terrorista moderna. Sin embargo, la discordia entre antiguos aliados en Irak ha permitido que Daesh pueda relanzar desde sus santuarios fronterizos entre Siria e Irak, así como desde escondites en grandes áreas urbanas una nueva campaña de atentados terroristas, con víctimas personales y daños materiales, pero con una repercusión lejos de satisfacer sus objetivos a corto plazo66. Si la organización desaparece, se adapta a las actuales circunstancias, o recupera su influencia, aún está por ver.
4. LA UNIÓN EUROPEA
4.1 ¿Existe una política común europea en Oriente Medio?
Las últimas décadas han supuesto un vuelco para la arquitectura de defensa europea. A partir de 2011, el proceso que comenzó con las primaveras árabes supuso la caída en el caos de dos importantes países mediterráneos: Libia y Siria. La inmigración masiva, la problemática en el Mediterráneo y la inestabilidad en Oriente Medio, herencia del conflicto armado en Irak a principios de siglo, marcaron la agenda del momento. El éxito de Rusia en su afán expansionista en Crimea, y la crisis de Ucrania fueron los siguientes indicios de que algo en la política de defensa europea no estaba funcionando correctamente67.
Si bien la UE se ha erigido como uno de los más influyentes bastiones del “Soft power”, la realidad es que el enfoque europeísta en materia de defensa ha brillado por su ausencia hasta hace bien poco tiempo. La incapacidad de la UE para encontrar intereses comunes en el marco de la Política Común de Seguridad y Defensa (PCSD) ha sido una constante hasta el año 200968, cuando a raíz del Tratado de Lisboa, comenzó un lento avance que no aceleró su progreso hasta bien entrado el año 2017, con el nacimiento de la Cooperación Estructurada Permanente (PESCO)69. Esta afirmación general puede ser fácilmente extrapolada a la participación europea en Oriente Medio: La UE no ha aportado en modo alguno para mitigar la actual crisis en la región, siendo la presencia europea fruto del esfuerzo de algunos estados miembro de la UE en favor de la coalición internacional.
Es importante tener en cuenta este último dato, teniendo en cuenta que han sido la guerra civil Siria, la injerencia de Daesh o el conflicto turco-kurdo los responsables de la inmigración masiva que puso en jaque a Europa a principios de la década, demostrando las posiciones encontradas de los países de la unión en lo que respecta a la gestión de la crisis70. También de los procesos de radicalización internos “Homegrown”, que desencadenaron atentados con un número inasumible de víctimas, poniendo en evidencia la vulnerabilidad de los países europeos, hasta el momento modelo de referencia en seguridad interna71.
La ausencia de objetivos comunes reales terminó derivando en acuerdo bilaterales de defensa entre países con intereses locales, en detrimento de la PCSD. Por ejemplo, la NORDEFCO (Nordic Defense Cooperation, constituida en 2009) entre Finlandia, Dinamarca, Suecia, Islandia y Noruega, de los cuáles los dos últimos ni siquiera pertenecen a la UE. Otros ejemplos son los tratados franco-británicos de Lancaster-House en 2010, renovados recientemente en 2018 pese al Brexit, o la cooperación marítima belga-holandesa72.
En resumen, pese a los recientes avances acometidos por las instituciones de la UE, y la capacidad existente para proyectar fuerzas al exterior bajo bandera europea, como EUTM MALI, EUCAP NESTOR o EUFOR RC73, la situación actual en Oriente Medio transcurre con escasa influencia de la UE como institución, si bien varios de sus estados miembro se encuentran en el área como parte de la coalición internacional.
4.2 La Unión Europea: intereses e impacto en Irak
Como ya se ha apreciado en el apartado anterior, no puede hablarse aún de una política de defensa común en la UE en lo que respecta a la geopolítica en el Medio Oriente. Para poder definir el impacto de Europa en Irak, realmente deberían analizarse los intereses de los principales países europeos que han formado parte de la coalición:
En primer lugar, podría hablarse de Francia como el primer país de la UE en pronunciarse activamente en la lucha contra el Daesh. La ola de atentados que azotó Francia en represalia por la contribución francesa en la guerra civil de Siria, dieron lugar a un fuerte respaldo del gobierno Francés ante la ONU para una intervención permanente en Irak. De entre los atentados, los más remarcables son los acaecidos contra la revista satírica Charlie Hebdó en Enero de 2015 y los atentados de París de Noviembre de 2015.
Además es importante recalcar que tras el conflicto libio, Francia retiró gran parte de sus importaciones energéticas del país, estrechando lazos con Argelia en el norte de África, y aún más importante, con Arabia Saudí y otras monarquías del Golfo Pérsico en Oriente Medio. A día de hoy, estos últimos son sus mayores proveedores de petróleo y gas. La inestabilidad en el área no favorece en absoluto los intereses del país galo74, siendo una amenaza para Arabia Saudí la fuerte influencia de Irán en Yemen, y por supuesto, también en Irak.
Las mismas oleadas de atentados que sacudieron Francia afectaron a Reino Unido (Atentados de Londres de Julio de 2017) y a España (Cambrils en Octubre de 2017). Atentados más tardíos que los sucedidos en Francia, se relacionaron directamente con los fenómenos de radicalización “Homegrown”. El terrorismo islámico latente en una minoría de la comunidad musulmana europea también incitó a estos importantes países de Europa a redoblar sus esfuerzos en Oriente Medio en la lucha contra Daesh.
Merece la pena destacar que el proceso del Brexit ha despertado el interés de posibles relaciones bilaterales entre los países árabes del Golfo y UK, ahora liberado de muchas de las obligaciones que implicaban la membresía de la UE. Las grandes monarquías del golfo siempre han sentido un especial interés por Londres como centro financiero de referencia de alta fiabilidad para sus inversiones75. Sin duda alguna, la presencia británica en el área, ahora más en consonancia que nunca con EE.UU y la órbita anglosajona, no va a pasar inadvertida.
Otros países como Holanda, Bélgica, Alemania o Italia, también se han visto afectados por el auge de Daesh en Siria e Irak. Especialmente Bélgica y Alemania también han sufrido los efectos de los procesos de radicalización y la actuación de células que atentaron en sus países en nombre del Estado Islámico. La inmigración masiva derivada de los conflictos en Libia, Siria, Turquía e Irak generó un interés similar por parte de estos países en una estabilización del área a través de una intervención internacional, un fenómeno extraordinario que refleja la gravedad de las circunstancias, si se tiene en cuenta que Alemania o Bélgica fueron enérgicos defensores del no intervencionismo en Irak durante la guerra de 2003. Si bien es verdad que Alemania ha tratado de erigirse como mediador entre las posturas regionales más encontradas, y no sólo como una potencia interventora más76.
En resumen, podría decirse que los intereses europeos en suelo iraquí giran en torno a la economía y a los recursos energéticos, a la lucha contra el terrorismo y la seguridad interior, y a las aspiraciones de influencia más allá de las fronteras propias. Sin embargo, es esencial resaltar que son factores muy variables en función de cada país de la UE analizado. Por lo tanto, no existe un criterio único a la hora de hacer política europea en Oriente Medio, sino más bien todo lo contrario, los intereses en el área de naciones tan cercanas como Alemania, Francia o UK tienen bien poco en común, como puede apreciarse.
4.3 España: intereses y aportación a la coalición internacional
Existen numerosos vínculos entre Oriente Medio y el estado español. Un importante número de exportaciones en materia de defensa, contratos de construcción así como importación de combustibles fósiles. Partiendo de esta base, las guerras civiles en Libia y Siria, la nociva influencia del Daesh tanto en la propia España como en el área entre los años 2014 y 2018 y el creciente caos que se ha adueñado de la región son los principales pilares que legitiman la presencia española en suelo iraquí.
España ha tenido una alta participación dentro de la coalición internacional desde su fundación. La presencia española en Irak desde la respuesta a la petición de auxilio del gobierno de Irak ha llegado a contar con más de medio centenar de efectivos en el área. La gran mayoría han conformado la Task Force “Besmayah”, encargada del adiestramiento de las ISF desde la Base “Gran Capitán”, siendo casi 40.000 efectivos de las fuerzas de seguridad iraquíes los beneficiados de la actuación española77.
Además, las fuerzas españolas han aportado también un contingente de helicópteros (ISPUHEL) a la coalición con fines de maniobra y transporte, operando desde Camp Taji y la base aérea de al-Assad. Por otro lado, una unidad de operaciones especiales (SOTG) con fines de mentorización y asesoramiento de “Partner Forces” iraquíes (Unidades aliadas a adiestrar), ha estado desempeñando su labor desde Bagdad y Camp Manion. Merece la pena destacar la labor de obtención de inteligencia en apoyo de la coalición por parte del SOTG a través de sus propios medios de ISR78.
España, en definitiva, ha sido uno de los países más activamente implicados en los más de cinco años de lucha contra el Daesh y en la reconstrucción de Irak, habiendo sido su labor reconocida y apreciada por altos cargos del gobierno iraquí en diversas entrevistas de medios públicos de comunicación e información.
4.4 El replanteamiento estratégico de la arquitectura de defensa en Europa
La deriva unilateral de EE.UU y el Brexit de UK, los graves problemas de gobernabilidad en países colindantes con Europa y el Mediterráneo, el ascenso de Rusia y China como grandes potencias emergentes79 o la evidente falta de un criterio común en la UE en materias de seguridad, son algunos de los motivos por los que las instituciones de la Unión están replanteando las políticas de defensa tal y como se han llevado a cabo hasta ahora (O mejor dicho, tal y como no se han llevado a cabo)80.
El europeísmo en materia de Defensa sigue un proceso de crecimiento lógico y predecible. La OTAN ha probado no ser capaz de responder a los actuales problemas que aquejan la Defensa de la UE, si bien podría considerarse que los principales responsables de tal incapacidad han sido los propios europeos. Las exigencias del presidente estadounidense Donald Trump en lo que respecta al gasto de defensa de los países miembros de la OTAN81, se derivan del compromiso que los países miembros alcanzaron en 2006 respecto a alcanzar un gasto en defensa correspondiente al 2%. Sin embargo, las amenazas y presiones ejercidas no han sido bien recibidas en Europa, y no están trayendo los efectos deseados. Medidas como el aumento de la ratio entre el gasto de defensa y el PIB de los países de la OTAN están empujando a Europa a desconfiar de las decisiones estadounidenses. El Brexit británico, habiendo sido UK uno de los actores fundamentales en la construcción de Europa en el pasado, tampoco ha contribuido a resolver la falta de entendimiento existente entre los aliados.
Por lo tanto, el pulso entre el enfoque atlantista y el enfoque europeísta no ha traído consigo hasta el momento una mejora en la toma de decisiones. El lanzamiento de la PESCO en 2017, aumentó la tensión con la administración Trump considerablemente82, debido a que supuso un mayor desarrollo de la PCSD, hecho interpretado por el gobierno estadounidense como un detrimento de los intereses atlantistas. Conforme la brecha transatlántica se hace más grande, la OTAN pierde peso en favor de una defensa europea al margen de EE.UU. Si bien, la Alianza Atlántica sigue teniendo un peso mayoritario, con un bagaje infinitamente superior al de una defensa europea que aún no ha sido puesta a prueba, y sigue en un proceso de reconfiguración y desarrollo83. Una defensa de Europa que no cuente con el apoyo de los EE.UU a través de una estructura de probada veteranía como es la OTAN, no es plausible ni tiene credibilidad ninguna en la actualidad.
Desde 2015 hasta la actualidad, las acciones más recientes de la UE en materia de defensa han buscado un mayor desarrollo de la PCSD en cooperación con las estructuras y fuerzas de la Alianza Atlántica, y no como contraposición a las mismas84. Sin embargo, la tensa relación de simbiosis entre las dos instituciones, con orígenes y desarrollos de semejante disparidad, sigue sufriendo de constantes altibajos ya mediado el año 2020.
Pese al escaso presupuesto invertido en comparación a otros países, España sigue desempeñando un rol fundamental en el marco de la defensa de Europa85. Su situación geográfica convierte a España en la puerta principal al continente africano, con acceso privilegiado al Mar Mediterráneo y además, una activa participación en las estructuras de defensa tanto de la OTAN como de la UE. Buen ejemplo de ello es la VJTF (Very High Readiness Joint Task Force) liderada por España en su primer año de funcionamiento, 2016. Los ejercicios previos durante el año 2015, como el ejercicio “TRIDENT JUNCTURE 2015” constituyeron algunos de los más ambiciosos realizados hasta el momento por los aliados86.
Los intereses de España y del resto de países europeos se alinean progresivamente en materia de seguridad, siendo el Sahel, el Golfo de Guinea y el Norte de África los escenarios que cobran una mayor importancia en detrimento de Oriente Medio. La inestabilidad en la región del Sahel afecta mucho más directamente al continente europeo, y en concreto, al estado español, del mismo modo que la ausencia de control aún existente en el Mediterráneo sur y el norte de África.
Del mismo modo, el conflicto en Oriente Medio entre las dos visiones del Islam abanderadas por Arabia Saudí e Irán, se está exportando paulatinamente a África y Sahel87. Una rápida actuación en el área podría evitar una espiral de violencia e inestabilidad similar a la que concurre en el área mesopotámica, pero esta vez en las mismas puertas de España, y por ende de Europa.
5. CONCLUSIONES
Casi dos décadas después de la invasión de Irak en 2003, y más de cinco años más tarde de la creación de la coalición internacional contra el Daesh, y la intervención de la misma en territorio iraquí, el país sigue sin alcanzar una posición de estabilidad, habiéndose convertido en un campo de batalla para los principales actores regionales y extranjeros con intereses. El rompecabezas étnico, religioso, social y militar en que el país se haya descompuesto es testigo de la amplia variedad de vectores que ejercen fuerza en distinta dirección.
La lucha contra Daesh ha sido un factor aglutinante durante los últimos años, permitiendo generar una situación extremadamente singular de aparente cooperación entre antiguos enemigos, pero la destrucción de la presencia territorial del EI (No la de la propia organización) ha dado lugar a un nuevo escenario en muy poco tiempo. La corrupción gubernamental, la completa volatilización de las relaciones EE.UU-Irán o la crisis del COVID-19 en un momento en que la reconstrucción de un país que aún no ha fraguado un sistema sanitario capaz de lidiar con tal amenaza ni de mantener el abastecimiento de energía a la totalidad de la población son algunos de los principales problemas de la situación actual.
Curiosamente, todos estos factores convierten a Irak en un espacio de valor inestimable. Inestimable para Arabia Saudí e Irán, con todos sus respectivos aliados y organizaciones satelitales, pues es uno de los principales teatros de operaciones donde las dos visiones contrapuestas del mundo musulmán (Pues decir del Islam no sería del todo exacto, dada la existencia de un importante factor político en el conflicto) libran su particular guerra fría regional. Inestimable también para EE.UU, cuya influencia se ha visto debilitada en antiguos simpatizantes como Siria o Turquía, siendo Irak un bastión esencial desde el que ejercer fuerza en el Medio Oriente. La presencia rusa se deja notar una vez más en el área gracias a las buenas relaciones establecidas con Siria e Irán, un factor de presión más para Norteamérica.
Sin embargo, Europa en general y la UE en particular, están desplazando paulatinamente sus intereses y esfuerzos en defensa a un Sahel cada vez más conflictivo. La presencia de piratería en el golfo de guinea, el tráfico de armas y personas con el delta del Níger como epicentro y la presencia de un importante ascenso del narcotráfico sudamericano en África occidental afectan directamente al conflicto Maliense, ya de por sí muy agravado por el terrorismo islámico y los conflictos locales, especialmente en el norte del país88. Por no hablar del desorden en el Mediterráneo, una prioridad de urgencia para la zona sur de la UE, y la Unión en su conjunto89.
Este desplazamiento de intereses refleja con claridad el progreso del europeísmo en materia de defensa. El proceso ha sido lento, con grandes vacíos temporales entre tímidos avances, pero las notas discordantes con la administración Trump, el Brexit y la situación actual en el norte de África, en el mediterráneo y en Mali, parece haber despertado cierta conciencia europea en los últimos años.
Por lo tanto, la UE tendrá que aprender a construir su propia defensa a partir de los mimbres del viejo atlantismo y de un renovado europeísmo, siendo ambos indispensables si Europa quiere conservar las capacidades defensivas fraguadas en la Alianza Atlántica, y a la vez desarrollar sus propios intereses, preservando su importancia global en un mundo en el que nuevas potencias emergentes claman por su propio espacio geopolítico. Irak seguirá siendo durante mucho tiempo un puerto de influencia, comercio y energía con las principales naciones de Europa, por lo que no parece probable que el interés europeo en la región desaparezca a corto plazo.
Por otro lado, aunque Oriente Medio seguirá jugando un papel importante para la UE y sus estados miembros, la actualidad da evidencias suficientes para afirmar que la UE ha de mirar mucho más cerca para combatir problemas mucho más graves para su estabilidad y seguridad a medio y largo plazo. La posición privilegiada de España de cara a los nuevos retos augura un aumento del protagonismo de las FAS españolas. Su experiencia en Malí y el Golfo de Guinea, así como el estrecho contacto con el escenario mediterráneo, serán factores decisivos en la resolución de los conflictos venideros.
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U.S Embassy & Consulates in Iraq. (Consultado el 16 de Junio de 2020).
ANEXOS
-
Anexo I: Ficha de información de Irak
-
Anexo II: Evolución Territorial de Daesh
-
Anexo III: Estudio estadístico de muertes en Irak (2003-2017)
-
Anexo IV: Mapa global de las ramas del Islam
-
Anexo V: Mapa del Petróleo en Irak
-
Anexo VI: Mapa Étnico de Irak.
NOTAS
1
Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas.
2
Para más Información, consultar Anexo I “Extracto de la Ficha del País”. Fuente: Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación, 2018, 1.
3
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4
ÁLVAREZ, CÁNOVAS, GARCÍA, GASCÓN, MAÑANES, Y SILVÁN (2018). pp. 2-4.
5
KARSH, EFRAIM (2002). pp. 1.
6
Stanganelli, Isabel (2009). pp. 23-27.
7
ISSO, Antonio Alberto (2015). pp. 27-35.
8
ISSO, Antonio Alberto (2015). pp. 35-42.
9
Fuente Cobo, Ignacio (2018) pp. 9-10.
10
ESCOBAR STEMMANN, Juan José (2018). pp. 74-82.
11
Para más información, consultar Anexo II: Evolución territorial de Daesh.
12
SAHAGÚN, Felipe (2020). pp. 20-27.
13
ARTEAGA, F., & ESCRIBANO, G. (2014). pp. 3-5.
14
KATZMAN, K., & HUMUD, C. E. (2015, November). pp. 14.
15
KATZMAN, K., & HUMUD, C. E. (2015, November). pp. 17-20.
16
U.S Embassy & Consulates in Iraq: News & Events, COVID-19 Information.
17
SAHAGÚN, Felipe (2020). pp. 22-24.
18
Al-Hashimi, Husham (2020). 1-2.
19
GLOBAL COALITION (2020). The Global Coalition Against Daesh: Partners.
20
ESCOBAR STEMMANN, Juan José (2018). Pp. 77
22
Tratados bilaterales similares a la “Operación Chammal”, que Francia desarrolla en Siria e Irak.
23
Amirah Fernández, Haizam (2013). pp. 1.
24
Rubio Plo, Antonio R. (2003). pp. 2.
25
Poza Cano, David (2017). pp. 552.
26
Afamado neurólogo chií. Primer Ministro de Irak durante el período 2004-2005 y vicepresidente del gobierno desde 2016 hasta la actualidad.
27
ESCOBAR STEMMANN, Juan José (2018). pp. 82-84.
28
Amirah Fernández, Haizam (2013). pp. 2-4.
29
González del Miño, Paloma (2018). pp. 742-744.
30
Poza Cano, David (2017). pp. 556-562.
31
TABATABAI, A., & ESFANDIARY, D. (2017). 135-146.
32
ARTEAGA, F., & ESCRIBANO, G. (2014). pp. 3-8.
33
González del Miño, Paloma (2018). pp. 736-739.
34
Cordesman, Anthony H (2007). pp. 3-5.
35
Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas.
36
Poza Cano, David (2017). pp. 552-553.
37
Fernández Martín, Antonio (2014) pp. 5.
38
Poza Cano, David (2017). pp. 554.
39
GUTIÉRREZ, C. y GONZÁLEZ, A. (2006). pp. 20-23.
40
Álvarez-Ossorio Alvariño, Ignacio (2018). pp. 717-721.
41
González del Miño, Paloma (2018). pp. 736-737.
42
ESCOBAR STEMMANN, JUAN JOSÉ (2018). pp. 81.
44
Mansour, Renad (2017). pp. 15.
45
Hernández, Henar (2020). “La Liga Revolucionaria, la “nueva” rama de Irán que opera en Irak”.
46
ISSO, Antonio Alberto (2015). pp. 30-32.
47
ESCOBAR STEMMANN, Juan José (2018). pp.74.
48
ESTÉVEZ, Juan Amancio. (2015). pp. 9-10.
49
ESTÉVEZ, Juan Amancio. (2015). pp. 2-4.
50
Brugo Marcó, Sebastián (2015). 112-114.
51
ESTÉVEZ, Juan Amancio. (2015). pp. 6-7.
52
Brugo Marcó, Sebastián (2015). 115-120.
53
ESTÉVEZ, Juan Amancio. (2015). pp. 19-20.
54
ISSO, Antonio Alberto (2015). pp 34.
55
Fuente Cobo, Ignacio. (2015). pp. 67-68.
56
JORDÁN, Javier (2015). pp. 119-123.
57
JORDÁN, Javier (2015). pp. 126-127.
58
Fuente Cobo, Ignacio. (2015). pp. 66-67.
59
JORDÁN, Javier (2015). pp. 123-124.
60
ISSO, Antonio Alberto (2015). pp. 45-47.
61
ISSO, Antonio Alberto (2015). pp. 39.
62
JORDÁN, Javier (2009). pp. 200-201.
63
BERENGUER HERNÁNDEZ, Francisco José (2016). pp. 22-27.
64
DE LA CORTE IBÁÑEZ, Luis (2017). pp. 578.
65
CALVO ALBERO, José Luis (2016). pp. 75-76.
66
Hernández, Henar (2020). “El Resurgir de Daesh en Iraq”.
67
DE AYALA MARÍN, José Enrique (2015). pp. 15-17.
68
BENEDICTO, Miguel A. pp. 61.
69
SAHAGÚN, FELIPE (2020). pp. 67-68.
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BENEDICTO, Miguel A. pp. 59-60.
71
DE AYALA MARÍN, José Enrique (2015). pp. 11-12.
72
DE AYALA MARÍN, José Enrique (2015). pp. 32-33.
73
MINISTERIO DE DEFENSA, Gobierno de España (2014). pp 45-51.
74
MARÍN CUBEL, Fernando (2017).
75
REDONDO, Raúl (2019). “El Brexit y su influencia en el mundo Árabe”. Atalayar. 8 de Octubre de 2019.
77
GLOBAL COALITION (2020). “The Global Coalition Against Daesh: Spain’s military contribution to the Coalition”.
78
Ministerio de Defensa, misiones en el exterior: Apoyo a Irak, Inherente Resolve.
79
Con especial mención a las acciones e influencia de Rusia en Europa del Este y a la guerra comercial y tecnológica que está teniendo lugar entre EE.UU y China desde comienzos de 2019.
80
LÓPEZ-ARANDA JAGU, Ricardo (2020). pp. 94-99.
81
Andrés Saralegui, Gustavo E. (2020).
82
GONZALEZ MARTÍN, Andrés. pp. 190-203.
83
MORA BENAVENTE, Enrique (2017). pp. 153-155.
84
MORA BENAVENTE, Enrique (2017). pp. 146-153.
85
GONZALEZ MARTÍN, Andrés (2018). pp. 193-194.
86
AGUIRRE DE CÁRCER y GARCÍA DEL ARENAL, Miguel (2018). pp. 37-38.
87
SÁNCHEZ HERRÁEZ, Pedro (2020). pp. 209-210.
Vol.
Num. 2
Año. 2020
UN ANÁLISIS GEOPOLÍTICO EN IRAK: PRINCIPALES ACTORES E INTERESES EN EL ÁREA
Carlos Casado
Ejército de Tierra
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