El nuevo libro de Gerhard Gamm analiza el pensamiento de Hegel con un enfoque progresivo y cada vez complejo, que desafía la comprensión del lector. Centrándose en los enfoques y los argumentos más discutidos de la erudición académica, la obra examina las conferencias, los escritos enciclopédicos, los tratados sistemáticos y las polémicas en torno a Hegel. El texto avanza y sigue el estilo dialéctico en el desarrollo de cada sección. De ese modo, el libro se divide en cuatro partes: la primera “Das Leben des Geistes, Macht und Größe” [La vida del espíritu, poder y grandeza], la segunda “Der Anfang des neuen Geistes” [El comienzo del nuevo espíritu], la tercera “Recht, Politik und Gesellschaft. Die neue Form der Welt” [Derecho, Política y Sociedad. La nueva forma del mundo], la cuarta “Die heutige Gegenwärtigkeit des Geistes. Ausblick” [La presencia actual del espíritu. Perspectiva], seguida de una última sección titulada “Die zwei Körper des Philosophen” [Los dos cuerpos del filósofo].
A manera de introducción, antes de desarrollar los capítulos, Gamm se concentra en dos secciones: “Worauf man hoffen muss” [Lo que debes esperar] y “Philosophie und Welt. Der Geist der Moderne” [Filosofía y mundo. El espíritu de la modernidad]. La primera parte ofrece una visión general de la intención y el alcance del libro, lo que permite al lector comprender el objetivo en cuestión: “No se trata de volver a exponer con palabras sencillas lo que Hegel pensó, escribió, enseñó y defendió ante el numeroso público de sus conferencias” (p. 7). La segunda parte, que se trata propiamente de la introducción, resume las opiniones positivas de autores y conocidos comentaristas sobre Hegel. Al respecto, Gamm se pregunta por qué este filósofo continúa siendo actual; una primera respuesta, inspirada en Marx, es que el espíritu y la modernidad van de la mano, es decir, que el filósofo ofrece una comprensión gradual unificada de la realidad y, como siguiente respuesta, se puede iluminar esta cuestión con reflexiones sobre la secularización de la filosofía así como del mundo y un cuidadoso examen de la modernidad. En medio de lo anterior se halla una sección dedicada a la Fenomenología del espíritu, en la que el concepto de espíritu (Geist) se describe, de forma fugaz, como el modo en que se comprenden los conceptos, a saber, ideas que permiten hacer esto o aquello (cfr. p. 18).
Un aspecto que Gamm destaca en la primera parte es la lectura de las introducciones a las conferencias que Hegel pronunció en 1820 y 1830. Esto puede describirse como la base del desarrollo de la primera parte: una explicación de los conceptos esenciales de la dialéctica de Hegel, en la que, por ejemplo, se mencionan los conceptos de filosofía, negación, etc.; más adelante el autor describe, esta vez con más detalle, el concepto de espíritu (cfr. p. 44). Un siguiente apartado trata de uno de los desarrollos centrales del pensamiento de Hegel, “el autoconocimiento del espíritu”, y en este contexto se indica que lo que caracteriza al espíritu es, por un lado, el actuar, su “acción” (p. 76), y por otro, su relación y conocimiento de la alteridad, lo que es distinto de él. A continuación, el texto se enfoca en la ‘autocomprensión de la filosofía’ a partir de la unidad y la diferencia en relación con el arte, la religión, la sabiduría del mundo y la filosofía popular, pues en ese aspecto se trazan las características del pensamiento histórico para “escribir una historia de la experiencia de la conciencia y del mundo” (pp. 84-85). Esta sección termina con la exposición de las circunstancias externas del filosofar, a saber, la relación de la filosofía con su entorno; se subraya que la propia acción filosófica está sujeta a condiciones históricas (cfr. p. 93). En otras palabras, el espíritu solo es absoluto cuando se compromete con el mundo sociohistórico en su contexto (cfr. p. 97).
La segunda parte comienza con un análisis sobre de la Fenomenología del espíritu. Para el autor, se trata de una obra que es “título, tema y método” (p. 101) y puede leerse como un “viaje tan fascinante como exasperante” (p. 101). Esta sección se dedica al análisis de la “Nueva era”, inscrita en el contexto de la época en torno a 1800, por un lado, en la “autoconciencia”, el “mundo del espíritu alienante”, por otro, en Francia y Alemania como las dos naciones donde se produce el nuevo nacimiento. Por su parte, se explica que es gracias a Lutero que la libertad del hombre cristiano está en primer plano – una idea que se encuentra en Kant –, quien liberó a la gente de las creencias tradicionales. En el caso de Francia, los cambios en la política práctica son representativos. Una característica de la Fenomenología del espíritu es su carácter ascendente a partir de las formas de la conciencia y la autoconciencia, a saber, la gran aventura del espíritu que actúa a través de la razón, pasa por la moral y termina en el conocimiento absoluto. Esta sección puede considerarse representativa, ya que describe con cierto detalle la concepción del espíritu con otros matices. La subjetividad abarca conexiones construidas a partir de la naturaleza, la historia, la religión y el arte, por lo que se construye lógicamente en sí misma y puede decirse que reconoce así el espíritu, en cuanto a su manera de sostener el mundo (cfr. p. 164). De ello se deduce que el espíritu es indeterminable: solo puede manifestar su verdad y su realidad en la medida en que tiene una autocomprensión que se basa en su “programa” (p. 164).
La tercera parte se centra en la reflexión sobre el derecho, la política y la sociedad. Al mismo tiempo, contiene elementos que tratan de lo que es realmente razonable, las ideas respectivas de libertad y de justicia. En particular, se hace hincapié en la cuestión del liberalismo y el colectivismo. Esta sección se orienta al estudio de la Filosofía del Derecho y hace un balance tanto de su recepción positiva tanto como de sus críticas. El autor concibe este libro como un compendio para la cátedra (cfr. p. 251). En concreto, dicha obra se ocupa del desarrollo de la filosofía práctica orientada al mundo social y político, precisamente porque Hegel estaba interesado por los fundamentos políticos y jurídicos de la política. El autor recomienda estudiar esta obra no solo en el ámbito del derecho, sino también como desarrollo del orden estatal moderno. Gamm se centra en la división de la familia, la sociedad civil, el Estado y la historia universal, haciendo énfasis en elementos que tienen que ver con la libertad de prensa (cfr. p. 317), pues en opinión del autor, no es suficiente la opinión pública. Para fundamentar lo anterior se basa en los puntos de vista de Hegel: se puede hacer lo que se quiera partiendo de la premisa de la libertad y, por otro lado, esta opinión reside en la ambigüedad de los medios de comunicación producidos en la esfera pública.
La cuarta parte evalúa los nuevos panoramas de la filosofía hegeliana, con especial énfasis especial en los cambios y las perspectivas de la esfera de la opinión pública. Aquí la cuestión es cómo abordar la realidad a partir de la lógica planteada por la filosofía de Hegel. Por último, los aspectos más llamativos se sitúan con la metafísica, donde el autor desarrolla una explicación de dicho concepto como ciencia de la experiencia. Gamm señala que la filosofía de Hegel se entiende como un programa que conduce a la comprensión del espíritu y se ocupa de la justificación de aspectos esenciales de la Ciencia de la lógica y de cómo esta se entiende en particularidades relacionadas con la sociedad.
El último apartado del libro está dedicado a la reflexión sobre los ‘dos cuerpos’, noción que toma de Ernst H. Kantorowicz, y dicho concepto se comprende en términos del cuerpo natural del rey y del cuerpo sobrenatural (cfr. p. 387). El autor sigue este segundo elemento en la medida en que lo describe como una estructura narrativa, como un potencial que se dirige hacia el exterior, es decir, hacia los intérpretes, siguiendo la comprensión del espíritu. En otras palabras, este segundo cuerpo es, como desglosa el autor, la “obra del concepto” (p. 391). Las secciones finales describen aspectos biográficos concluyentes de la vida de Hegel.
En general, el libro sostiene que la Fenomenología del espíritu puede comprenderse como una filosofía de la experiencia mundana que postula la existencia de la autoconciencia de la nueva época. El texto de Gamm va acompañado de numerosas citas, así como de sólidas referencias bibliográficas, que reflejan el compromiso del autor con su nueva interpretación del filósofo e invitan, de ese modo, a proseguir la lectura.