1. INTRODUCCIÓN
Vivimos “tiempos interesantes” (), y no solo convulsos, caracterizados por la crisis profunda de la sociedad capitalista actual. Según Fraser es precisamente durante las crisis sistémicas cuando se avivan los debates que permiten restablecer el equilibrio de temas y enfoques que nos ayudan a afrontar la complejidad del momento. La crisis económica y ambiental de 2008, apuntillada por la pandemia global de covid-19, aceleró la caída de certezas y apuntaló la búsqueda de nuevos puntos de arranque tras la constatación de nuevos callejones sin salida (). Entre los actuales enfoques que presentan una visión alternativa, destaca la propuesta amazónica del Kawsak sacha -Selva Viviente- que fundamenta el Sumak Kawsay- Buen Vivir. El Pueblo Originario Kichwa de Sarayaku, quien promovió la elevación del Sumak Kawsay a la Constitución de Ecuador en 2008, propone desde el 2011 el Kawsak Sacha, una cosmovisión y propuesta política vertebrada sobre el territorio, la Selva Viviente.
En este texto, contrastaré la perspectiva de Selva Viviente, adaptada por las Mujeres Amazónicas, con el enfoque de las capacidades humanas de Martha Nussbaum (, , ), partiendo de su primera formulación, en Las mujeres y el desarrollo humano, y atendiendo a la última versión de la lista, publicada en Las fronteras de la justicia y Crear capacidades. Dada la complejidad y amplitud de la propuesta de Nussbaum no es posible aquí adentrarnos en la discusión de todos sus conceptos, de modo que centraré la presentación en la arquitectura de su justificación, en tanto puede servir como horma para la propuesta amazónica. Varias son las diferencias entre ambas concepciones, si bien destacaré fundamentalmente dos. La primera atañe a la perspectiva: si Nussbaum toma como referencia a las mujeres de la India, aquí son las mujeres de la selva las protagonistas. La segunda radica en la posición: frente a la mirada individualista de Nussbaum, las Amazónicas se aproximan al mundo desde una óptica holística.
Si bien se establecen discrepancias significativas de partida entre ambos enfoques, defenderé que no solo es posible si no también pertinente contrastarlos, en tanto este ejercicio de reflexión crítica brinda la oportunidad de ver cómo una propuesta para los pueblos indígenas, que busca un diálogo intercultural y un consenso básico, rasgos que comparte con el liberalismo de las capacidades de Nussbaum, nos permite reflexionar y tender puentes ante los conflictos que atravesamos.
Siguiendo a , quien destaca la importancia de respetar la distinción entre justificación e implementación que hace Nussbaum en la presentación de su enfoque, me centraré en el plano de la justificación, en tanto mi propuesta gira en torno a interpretar la Selva Viviente como categoría vertebral sobre la que erigir el modo de vida buena de/para las personas que viven en/de la selva. Selva Viviente es, a mi modo de ver, la idea base del Sumak Kawsay, Buen Vivir en su acepción indigenista, esto es, antes de su implementación en la sociedad correísta tras la elevación del concepto al texto constitucional de Montecristi, 2008. Así, la articulación de Kawsak Sacha -Selva Viviente- y Sumak Kawsay -Buen Vivir- serían el equivalente en la concepción de las mujeres de la selva al tándem florecimiento humano y capacidades, idea base y mecanismo por el que se despliega, en el enfoque de las capacidades humanas básicas.
La Declaración del Kawsak Sacha se enmarca en la senda de la justificación, en la misma línea que expone Nussbaum al enumerar los elementos que minimizan la preocupación de universalismo de su propuesta:
las restricciones en la implementación: el enfoque está diseñado para ofrecer la fundamentación filosófica de principios constitucionales, pero la implantación de tales principios debe dejarse, en su mayor parte, a la política interna de la nación en cuestión ().
Aquí confrontaré la Declaración de Kawsak Sacha-Selva Viviente, Ser vivo y consciente, sujeto de derechos con la lista de las diez capacidades básicas. Esto es, extraeré las variaciones que tienen lugar cuando cambiamos el concepto que vertebra la propuesta de Nussbaum, el florecimiento humano, por el de Selva viviente, vertebrador de las mujeres amazónicas.
Finalizaré exponiendo el aporte que se deriva de la perspectiva holística, es decir desde la cosmovisión amazónica, enfatizando las transformaciones articuladas a partir de Selva Viviente, como nuevo sujeto de derechos y lo haré presentando, en forma de espejo, lo que podría ser esta otra lista de capacidades, la pensada desde la selva.
Antes de exponer la propuesta de Kawsak Sacha conviene reparar en la pertinencia de tomar el enfoque de las capacidades humanas básicas para aproximarnos a una iniciativa promovida por un pequeño pueblo indígena de la Amazonía ecuatoriana.
2. EL PROYECTO DE NUSSBAUM: CAPACIDADES BÁSICAS Y PLURALISMO
Martha Nussbaum, en Las Mujeres y el desarrollo humano (), el primer texto donde expone su versión de la teoría de las capacidades, defiende la necesidad de centrarse en “los problemas especiales que enfrentan las mujeres a causa de su sexo en más o menos todas las naciones del mundo” () como condición indispensable de un enfoque correcto que encare la pobreza o el desarrollo. Nussbaum se basa en una visión universalista de las funciones humanas, que fija como base para centrarse en los mencionados problemas de las mujeres en el mundo en desarrollo. Su objetivo es alcanzar una justificación de “un mínimo social básico” cuya mejor aproximación es “un enfoque centrado en las capacidades humanas, es decir, en aquello que la gente es realmente capaz de hacer y de ser, de acuerdo con una idea intuitiva de la vida que corresponda a la dignidad del ser humano” (). Las capacidades son fines políticos y aspiran, dice Nussbaum, a ser objeto de un “consenso traslapado”, esto es a ser aprobadas por gente con concepciones éticas muy diferentes. Un umbral de cada capacidad es necesario, según la autora, para poder tener una vida digna, verdaderamente humana. Por lo que adopta “un principio de capacidad de cada persona” () que establece que cada sujeto debe gozar de ese nivel mínimo de cada una de las capacidades, en tanto cada ser humano, sostiene, debe ser tratado como un fin.
El principio de capacidad de cada persona nace apegado a un contexto de reflexión, el de las mujeres en las naciones en desarrollo, y más en concreto las de la India, colectivo que tomará como “test de prueba para este y otros enfoques” (. El objetivo de Nussbaum fue elaborar una teoría universalista, sensible al pluralismo y a la diferenciación cultural, para blindarse contra las objeciones fuertes al universalismo. Una concepción que fuese compatible con otras visiones, siempre que se respetara el mínimo de las capacidades, en tanto todas ellas son igual de importantes. Si bien establece una distinción entre capacidades básicas, internas y combinadas. Esta taxonomía es una de las particularidades del enfoque de Nussbaum, frente a la corriente de las capacidades de Amartya Sen, de la que parte, y lo es junto con su desmarque del relativismo, su apuesta central por la idea base del florecimiento humano, la concreción de las capacidades en una lista y el método narrativo que da apertura a la imaginación y las emociones.
Nussbaum articula un proyecto que, apoyado en el diálogo intercultural, persigue “desarrollar un conjunto sostenible de categorías transculturales” () lo que no estuvo exento de críticas. Ella misma supo señalar los puntos más conflictivos de su apuesta, destacando, tres: cultura, diversidad y paternalismo. Pese a las críticas, Nussbaum fue consciente del hándicap que supone reflexionar sobre aspectos que atañen a las fronteras, en este caso las relativas a la difícil articulación entre Occidente-Otros, Derechos-Cultura, Universales-Particulares, agravada en la situación de las mujeres.
El enfoque de las capacidades es una concepción para la evaluación de la calidad de vida, y en su concreción feminista y pluralista, es un paraguas ideal para aproximarnos a la exposición de la propuesta de Kawsak Sacha que hacen las mujeres de la selva. Aquí se trabajará sobre la lista en su versión actual (Nussbaum, y ). Y se prestará una especial atención a aquellos aspectos de la teoría de Nussbaum que comparte la iniciativa amazónica, especialmente a la intuición de que existen ciertas funciones centrales en la vida humana y “que existe algo que hace que estas funciones se realicen de manera verdaderamente humana, y no meramente animal” ().
3. LA PROPUESTA KAWSAK SACHA
Para , situarse en el contexto e historia concretos es fundamental para aprehender los significados. Por ello, antes de intentar definir la perspectiva de Selva Viviente, haré una aproximación a su emergencia mediante un recorrido cronológico contextual. Para, a partir de ahí, situar el nacimiento y desarrollo, así como el propósito político de su introducción y articulación con el Buen Vivir.
3.1 ORIGEN Y DESARROLLO
La idea de Selva Viviente emerge en un contexto de resistencia política y judicial. Si echamos la vista atrás, el primer registro escrito en el que aparece la noción es en la Sentencia del Caso Sarayaku o caso Pueblo Indígena Kichwa de Sarayaku vs. Ecuador, resuelto en la sentencia favorable de la Corte Interamericana de Derechos Humanos () del día 27 de junio de 2012, tras una década de procesos. En la audiencia pública que tuvo lugar en San José de Costa Rica, el 6 de julio de 2011, Sabino Gualinga, el Yachak -sabio- de Sarayaku, en su testimonio, señaló que: “Sarayaku es una tierra viva, es una selva viviente; ahí existen árboles y plantas medicinales, y otros tipos de seres” ().
El siguiente documento que recoge el concepto es la Declaración de Kawsak Sacha-Selva Viviente, Ser vivo y consciente, sujeto de derechos, adoptada en la Asamblea General del Pueblo Originario Kichwa de Sarayaku, el 8-9 de diciembre 2012, como resultado de un “profundo debate e investigación” ().
Después de la construcción de la propuesta de Kawsak Sacha por parte de Sarayaku, esta fue consensuada, adaptada y adoptada por las demás nacionalidades originarias de la Amazonía centro sur. Un año después de la adopción de la Declaración, las Amazónicas le hicieron entrega de la Declaratoria del Kawsak Sacha-Selva Viviente de los territorios de las naciones originarias del centro sur amazónico a la presidenta del Parlamento de Ecuador. El sujeto emergente Mujeres Amazónicas, fraguado en reuniones interculturales de mujeres promovidas al abrigo de las luchas indígenas, protagonizó así uno de los momentos genealógicos de la conceptualización de la Selva Viviente. Será, precisamente, Patricia Gualinga, lideresa histórica de Sarayaku, fundadora y primera presidenta del colectivo, quien ejerza de primera portavoz de la propuesta ante el parlamento ecuatoriano.
La presentación internacional de la propuesta tendrá lugar en la reunión de las Partes del Convenio sobre la Diversidad Biológica, Conferencia de las Partes sobre el Cambio climático- COP21, celebrada en París en diciembre 2015, a donde una delegación de Sarayaku desplazó una canoa como símbolo de la Selva Viviente.
Tras todos estos antecedentes, el acto oficial de lanzamiento, para el mundo, de la Declaración tuvo lugar en julio de 2018, en Quito. Sarayaku organizó un evento de varios días de duración (del 25 al 29), coincidiendo con el sexto aniversario de la sentencia de la Corte IDH, para presentar oficialmente la declaratoria de Kawsak Sacha-Selva Viviente, propuesta inscrita como Kawsak Sacha y Territorio de Vida en el Registro Global TICCA y en la Base Mundial de Áreas Protegidas, administradas por el Centro Mundial de Monitoreo de la Conservación del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, en 2020.
Tras este recorrido cronológico-contextual, puede observarse la complejización de la noción por un uso de alcance progresivo, desde lo local hacia lo global, en un ejercicio de coordinación multinivel, al que podría aplicársele la lógica de las ‘iteraciones democráticas’ y la política ‘jurisgenerativa’, propuestas por Seyla . Dos son los sujetos políticos que defienden la emergencia del nuevo sujeto de derechos Selva Viviente: Sarayaku y las Mujeres Amazónicas, quienes durante la última década serán los artífices de su exposición. La autoría colectiva refuerza la coherencia de una propuesta nueva, si bien, enraizada en los conocimientos ancestrales de los pueblos originarios. Como señala el preámbulo de la Declaración, estamos ante un texto histórico, que “reivindica la identidad y sabiduría Kichwa”, recogiendo una concepción ancestral. Sarayaku se erige en faro de una idea de los amazónicos, basada en los conocimientos de la sabiduría de los pueblos de la selva, lo que ellos denominan en Kichwa: Sacha Runa Yackay. Y, junto con las Mujeres Amazónicas, llevan a cabo una labor de traducción y “proyección hacia otras culturas y sociedades” de una propuesta, el Kawsak Sacha, que “aporta al conocimiento profundo de la Naturaleza” ().
3.2 CONTEXTO Y SUJETOS POLÍTICOS
Como hemos visto, la propuesta emerge y se desarrolla en un contexto concreto, atendiendo a una necesidad: la defensa del derecho a decidir cómo quieren vivir. Y los documentos hacen referencia a esa génesis. El párrafo que cierra el considerando de la Declaración enfatiza el contexto político de su emergencia, al señalar el juicio ante la Corte IDH como primer momento de su vertebración. De modo paralelo, Patricia Gualinga en su intervención ante la Asamblea Nacional cita la Sentencia como antecedente legal que sirve de plataforma a la declaración.
Las Mujeres Amazónicas comparten con Sarayaku la adscripción al lenguaje de derechos humanos. El preámbulo de la Declaración de Kawsak Sacha es un complejo ejercicio de engarce legal de ámbito nacional e internacional. Así, la propuesta se asienta, por una parte, sobre el Estatuto de Sarayaku, que recoge la cosmovisión ancestral de su comunidad y, por otra, sobre el articulado de la Constitución ecuatoriana y el de varios instrumentos internacionales, destacando la titularidad de derechos por los pueblos indígenas frente a los Estados, sobre todo en lo que concerniente a sus territorios. La elección de Sarayaku como sujeto político para analizar la propuesta de Kawsak Sacha es evidente. A esta se le suma la de Mujeres Amazónicas por su genealogía y aporte. Las autodesignadas Defensoras de la Selva aportan a la Declaración su perspectiva, ampliando así de manera efectiva el alcance del Kawsak Sacha.
Las mujeres de la selva insisten en rescatar la tradición existente de mujeres indígenas con liderazgo, desde el inicio de sus luchas y procesos de resistencia. La defensa del territorio entendido como Kawsak Sacha, Selva Viviente, fuente de vida y dignidad, es su objetivo fundacional. Pero lo es desde su posición situada como Mujeres Amazónicas. Surgen como colectivo para “poner en medio del debate la posición y necesidades de las mujeres que estamos viviendo las consecuencias de la explotación de recursos naturales en nuestros territorios” (). Son un sujeto político con un discurso común, lazos de solidaridad y una estrategia multinivel, desde lo interno hacia lo externo, desde las comunidades hacia las ciudades, desde la Amazonía hacia “las grandes ciudades y centros políticos en donde se toman decisiones” ().
Si bien desde perspectivas diferentes, las mujeres de la selva y Nussbaum comparten su confianza en el carácter político de la filosofía y de ahí su énfasis en la construcción teórica-política de ambas propuestas. La lista de Nussbaum “brinda los fundamentos de principios políticos básicos que pueden encarnarse en garantías Constitucionales” (). Si bien no se pretende aquí profundizar en su implementación, si quiero enfatizar la coincidencia en este punto entre ambas concepciones. Precisamente uno de los rasgos definitorios del Kawsak Sacha es su anhelo de una concreción en la Constitución y en las leyes internacionales. El objetivo de la Declaración es presentar “la verdadera propuesta de conservación, preservación y convivencia de la selva amazónica” (MA, 2013), para que esta sea debatida y reconocida por las autoridades del Estado y los organismos internacionales.
Art.4.- (…) Sarayaku exhorta al gobierno ecuatoriano a que reconozca y legitime el Kawsak Sacha como ser vivo y consciente, sujeto de derechos (…) Hacemos un llamado a los pueblos y nacionalidades nacionales e internacionales a la unidad para proteger y garantizar de manera unánime la declaratoria del Kawsak Sacha - Selva Viviente. De igual forma, el pueblo Originario Kichwa de Sarayaku propone a los organismos internacionales, a adherirse y refrendar esta declaratoria de protección a los territorios gobernados por pueblos indígenas ().
Sarayaku y las mujeres de la selva apuntan explícitamente al nexo entre la fundamentación de la idea con su implementación política. Nos interesa ahora, no tanto la exhortación al Estado ecuatoriano a que reconozca la categoría, como su búsqueda del consenso y su carácter de universal. Sarayaku no presenta la categoría Kawsak Sacha como una iniciativa local más sino como la propuesta indígena que aspira al consenso global, en coherencia con su propia articulación: “La presente propuesta ha sido construida luego de un profundo debate e investigación por el Pueblo Originario Kichwa de Sarayaku, y posteriormente consensuada por las naciones originarias del Centro Sur Amazónico, adaptándose a la realidad y particularidades de cada una de ellas.” (MA, 2013). En línea con Nussbaum, aquí con base en el derecho humano a la vida y el territorio, los amazónicos arengan a los pueblos y nacionalidades del mundo a sumarse a esta categoría, para proteger y garantizar la Declaración de Kawsak Sacha. Defienden, así, una demanda unánime por el reconocimiento jurídico-político del sujeto Selva Viviente, “presentada como una nueva categoría de conservación y protección del territorio de Sarayaku y de otros pueblos originarios amazónicos, una vez que el Kawsak Sacha es el propio territorio” ().
Además de la búsqueda de un consenso internacional en la línea de los derechos humanos, la clave política de la propuesta de Selva Viviente está en su articulación de la conservación con la propiedad. La iniciativa amazónica parte de la labor de salvaguardia de los Seres Protectores de la Selva, lo que anula los derechos estatales sobre el territorio sagrado de Sarayaku y otros Pueblos indígenas, para depositarlos sobre los intérpretes de esos Seres, los yachaks o sabios indígenas. Cada espacio de la selva, recuerdan, tiene “sus amos y dueños” (MA, 2013) y esos propietarios son los Seres que la protegen, y por extensión, sus puentes con este mundo, los sabios indígenas. Este concepto de propiedad abarca tanto el suelo como el subsuelo. Como señalan , los títulos de las tierras que el Estado ecuatoriano cedió a los pueblos indígenas en 1992, tras la primera gran marcha por la vida, no garantiza el mantenimiento del petróleo bajo tierra. Cuestión que ahora vendría a subsanar el reconocimiento de la categoría de Selva Viviente, reforzando así la herramienta de lucha política que le dio la victoria a Sarayaku ante la Corte IDH: el derecho a la consulta previa, libre e informada. Derecho que, como vimos, invocan los amazónicos desde el proceso del Caso Sarayaku y cuya reivindicación tiene un lugar destacado en la Declaración.
Art.5.- La soberanía radica en el pueblo y la libre determinación es el derecho fundamental de los pueblos, por lo tanto, el consentimiento previo, libre e informado es una condición inalienable e imprescriptible, consagrada en los instrumentos internacionales de derechos humanos, antes de tomar cualquier decisión que podría afectar el territorio y vida del pueblo de Sarayaku ().
De lo anterior se concluye que Sarayaku y las Mujeres Amazónicas son un ejemplo de sujeto político colectivo que reclama un umbral -la Selva Viviente- para poder desarrollar sus capacidades, articuladas en su propuesta y plan de vida, a partir de la evidencia de sus necesidades diferentes. Reclaman un diálogo intercultural como base política para poder convivir en un mundo interconectado, con problemáticas compartidas como el cambio climático, apelando al refuerzo de una justicia global que también tenga en cuenta las posturas indígenas y, más en concreto, la perspectiva de las mujeres indígenas, quienes en sus mandatos enfatizan sus “problemas y preocupaciones frente a la situación que vivimos en nuestros territorios” (MA, 2013). Preocupaciones que concretan en los “graves impactos socioambientales” de las operaciones petroleras, “cuyas mayores víctimas son las mujeres” (MA, 2013), quienes sufren el machismo y la violencia estructural, directa y familiar. Motivos por los cuales, las Mujeres Amazónicas asumen el objetivo del Kawsak Sacha, y presentan y respaldan la propuesta desde su fundación, y lo hacen en tanto la reorganización administrativa del sistema nacional de áreas naturales protegidas, que demanda Kawsak Sacha, supone necesariamente el reconocimiento de los territorios indígenas como “Zona de exclusión y libre de petróleo y minería” (Gualinga, 2017: 108). Si bien las Mujeres Amazónicas parten de sus necesidades concretas y contextuales, eligen como medio de negociación y resolución la esfera pública global, y lo hacen apelando a los universales. Nina Gualinga es quizás el ejemplo más paradigmático de ello. La lideresa de las amazónicas con mayor proyección internacional se presenta como “un puente” entre dos mundos, Occidente y la Amazonía. Entiende su realidad de vivir entre dos mundos como un gran poder, asociado a una gran responsabilidad. Una responsabilidad que asumen las amazónicas con su lucha y sobre la que reclaman, al resto del mundo, que asuma su parte.
Es gracias a estas mujeres guerreras, valientes, que pasan sus vidas en riesgo, que todavía tenemos una Amazonía viva. Es gracias a ellas. Es gracias a los pueblos indígenas que todavía hay selva. Tenemos que cambiar nuestra forma de pensar. Esta lucha no es sólo mía. Esta lucha no es sólo de estas mujeres y de estos pueblos. Esta lucha es de todos nosotros porque afecta a todo el mundo. Les afecta a todos también y tenemos que empezar con el tiam, el nombre de mi hijo, la transformación, porque el mundo de ustedes no puede existir sin la Amazonía. Yo solo soy un puente entre ellos ().
Hasta aquí hemos visto cómo la emergencia de las Mujeres Amazónicas, en tanto sujeto político, pivota sobre su articulación de la idea de territorio, la Selva Viviente, en un contexto de crisis extractivista y atendiendo a la variable de sexo-género a la hora de extender los derechos también a las mujeres indígenas. Las amazónicas centran las reivindicaciones en sus necesidades, superando la crítica de Mónica Páez, para quien las barreras en el empoderamiento económico de las mujeres en la Amazonía ratifican el tratamiento histórico que han tenido las mujeres como quienes apoyan los fines de otros, lo cual ha permitido dejar de lado el proteger sus capacidades para su bienestar y crecimiento” (). Dicha refocalización posibilitaría, así, una aproximación del enfoque de las capacidades a su realidad. Antes de ver si esto es así, conviene hacer una presentación de la noción de Selva Viviente, destacando su caracterización, a partir de los textos, para apreciar los rasgos que definen dicha propuesta.
3.3. HACIA UNA CARACTERIZACIÓN DE LA SELVA VIVIENTE A LA LUZ DE LAS CAPACIDADES
El concepto de Selva Viviente se caracteriza fundamentalmente por su condición holística. La selva es un ser vivo formado por todos los seres que la habitan. Un todo compuesto de varias partes, de las cuales el humano es solo una más. No se trata de una visión paisajística, romántica o puramente estética, sino estructural-funcional. La base es el reconocimiento de la existencia de los habitantes de la selva, los Sacha runakuna, que pueden ser visibles o invisibles, y cuyo bienestar y transferencia de sabiduría es fundamental para la propia reproducción de la vida en y de la selva.
Situar el foco sobre el todo, sobre la perspectiva de Selva Viviente, pone de relieve el carácter relacional de los sujetos, en continuidad con las capacidades de los no humanos, ya que su existencia es condición de la resistencia y de la re-existencia () de los amazónicos.
Para los pueblos y nacionalidades originarios que habitamos en la Amazonia, la selva es viviente, es Kawsak Sacha. Está habitada por Seres Protectores que aseguran celosamente el equilibrio en la fragilidad de los ecosistemas y las relaciones con los seres humanos (…) De la relación continua con los Seres Protectores de la Selva, depende la perpetuidad del Kawsak Sacha. Por tanto, el mantenimiento de la diversidad de la vida. Ello, a su vez, permite el equilibrio natural y la armonía vital entre los seres y nuestra propia continuidad como pueblos. La Selva Viviente es donde empieza y donde se ejerce la vida de los pueblos originarios ().
De la Selva Viviente depende, por tanto, la diversidad, el equilibrio natural, la armonía y la propia supervivencia de los pueblos indígenas. Ese “espacio territorial trascendental” es la base para “la vida y el equilibrio de los pueblos originarios”, en tanto “armoniza el equilibrio de los ecosistemas y les permiten mantener sus raíces culturales, perpetuar su ciencia, mantener su identidad y permanecer como pueblo” (MA, 2013).
La base de la vida está en la posibilidad de mantener y conservar una buena comunicación con los Seres protectores de la selva, lo que exige su bienestar. No se trata solo de una teoría instrumentalista de defensa, sino la precondición de vida; la vida misma según la conceptualización amazónica. Los indígenas no pueden vivir sin los Seres protectores, porque su vida en ausencia de estos no es realmente vida.
Este universo, el equilibro natural, la armonía de la vida, la perpetuidad cultural, la existencia de los seres vivos y la continuidad del Kawsak Sacha dependen de la permanencia y de la inter-transmisión de los poderes de los seres supremos con los yachak, así como la correlación y respeto entre los seres humanos y los seres de la selva (MA, 2013).
En consecuencia, la Selva Viviente es la precondición, “la fuente primordial”, para el Sumak Kawsay o Buen vivir, vida en armonía, de los indígenas amazónicos.
Kawsak Sacha es en sí mismo, un ser con quien se comunican los Yachakkuna (Shamanes) para recibir los conocimientos y transmitirlos, con el apoyo de otros sabios y sabias. Todo este aprendizaje, orienta y guía a los pueblos amazónicos hacia el Sumak Kawsay. Kawsak Sacha es la fuente primordial del Sumak Kawsay y como tal, proporciona un espacio de vida para sus poblaciones diversas ().
Un espacio de vida que, si bien cobija la diversidad, se compromete con la tradición indígena. En la medida en que los firmantes de la Declaración de Kawsak Sacha pretenden “mantener las prácticas y costumbres tradicionales y fortalecer la identidad Kichwa” (), se establece una posible contradicción que solidifique las opresiones de sexo-género internas, y de ahí el interés de aproximarnos a la propuesta de Kawsak Sacha desde Mujeres Amazónicas. Este colectivo pone el acento, precisamente, en dotar de contenido a la implementación del Sumak Kawsay según sus propias necesidades, esto es, incluyendo también la perspectiva de las mujeres y su reivindicación de derechos, o dicho con Nussbaum, de capacidades.
La Selva Viviente es tradición, pero también es transformación, tiam, de la visión global. Como matiza José Gualinga “Bajo este concepto, sugerimos a la comunidad universal, realizar un grandioso esfuerzo hasta lograr una verdadera metamorfosis, bajo lo inmenso y significativo de transformación TIAM de visiones globales, para declarar al mundo como territorio sagrado y viviente” (Gualinga, 2017: 111). La transformación, como vimos a partir del alegato de Nina Gualinga, es una tarea compartida por todos los ciudadanos del mundo, a quien ellas, las mujeres de la selva, les solicitan que se unan en la defensa de la propuesta de Kawsak Sacha: “Deben entender que nuestra lucha no solo es una lucha aislada, por un derecho local, nuestra lucha es por el bienestar universal de todos los seres vivos, incluyendo a los seres humanos” (). El mencionado carácter holístico del concepto Selva Viviente, “espacio de vida de todos los seres de la selva, desde los seres más infinitesimales hasta el más grande y supremo, incluyendo a los mundos animal, vegetal, mineral, cósmico y humano” (MA, 2013), favorece su interpretación como el florecimiento, en continuidad, aquel florecimiento humano que abarca al resto de los seres de la Selva.
Cuando citamos “seres”, “incluso no-humanos” nos referimos a personas con las características humanas semejantes a las nuestras, Runa (Gente) Llakta (Pueblo) (…) El derecho de la Naturaleza no se fundamenta simplemente en un derecho de la flora, fauna, concebidas como entidad abstracta, sino que estos elementos son Runas (Gentes-Seres) que están sujetos de derecho humano y de justicia (Gualinga, 2017: 111).
Si para Nussbaum la idea nuclear de su teoría es el florecimiento humano, “la idea marxista/aristotélica del verdadero funcionamiento humano” (), para las Mujeres Amazónicas, su propuesta pivota sobre la idea de Selva Viviente, “un espacio donde fluye la vida de una gran cantidad y multiplicidad de seres” (). Ambas ideas nucleares tienen en común su inconcreción, “no ofreciendo una descripción completa del bien o del florecimiento humano sino una visión política” () y su aplicabilidad. En el caso de Nussbaum, y el enfoque de capacidades, a cualquier área. En el caso del Kawsak Sacha, a cualquier selva: “otros pueblos indígenas del mundo tienen conceptos similares” (). La diferencia entre el Kawsak Sacha y esos otros espíritus es, como diría Nussbaum, precisamente esa “necesaria concentración para la planificación política” (). Patricia Gualinga explica que “La diferencia entre espíritus y seres del bosque es que los primeros no mueren y los segundos, regeneradores y protectores de la Naturaleza, pueden morir y desaparecer, poniendo en riesgo la vida de los pueblos indígenas” (). Es decir, la diferencia entre los Seres protectores de la Selva Viviente frente a otros seres mágicos es su condición de vivientes. Están vivos y, como tal, pueden morir. Su fragilidad está ligada a la del resto de los seres vivos que conforman el mundo, la selva, pero también el planeta: “La Amazonía es un frágil bioma vital para la humanidad y para otras formas de vida” (). De modo que la suerte de los humanos y el resto de los seres no humanos, lo que incluye a los Seres protectores de la selva, está ligada.
En lo que sigue, intentaré presentar la propuesta de Kawsak Sacha contrastándola con el enfoque de Nussbaum, y lo haré con su principal herramienta: la lista de capacidades. Si consideramos la propuesta indígena como una implementación del enfoque de las capacidades y, como he sostenido, el Kawsak Sacha es la precondición para el Buen Vivir, esto es su “florecimiento” en continuidad, la Selva Viviente no sería ni una implementación ni una justificación stricto sensu, sino más bien el concepto sobre el que subyace la justificación original, pero adaptada aquí al mundo indígena. Esto es, la propuesta de Kawsak Sacha sería el equivalente de la noción de “dignidad humana” o “verdaderamente humano” en la selva, o, dicho de otra forma, el concepto base del enfoque del Sumak Kawsay.
Del mismo modo que Nussbaum desglosa el cumplimiento del florecimiento humano en una lista de diez capacidades humanas básicas, Sarayaku y las Mujeres Amazónicas ofrecen en la Declaración de Kawsak Sacha, una serie de artículos, precedidos por extensos Preámbulos, Considerandos y Conceptualizaciones, a partir de cuyo análisis me propongo enunciar una lista espejo -proyectada desde la selva- del enfoque de las capacidades humanas básicas. Me centraré, en concreto, en la Declaratoria de Kawsak Sacha-Selva Viviente de los territorios de las naciones originarias del Centro Sur amazónico de las Mujeres Amazónicas (2013) y la Declaración Kawsak Sacha-Selva Viviente, ser vivo y consciente, sujeto de derechos de .
4. LAS CAPACIDADES BÁSICAS Y LA LISTA ESPEJO
Partiendo de la última versión, abierta, de la lista de capacidades humanas básicas de Nussbaum, la publicada en Fronteras de la Justicia () y Crear Capacidades (), y de los textos citados de la Declaración de Kawsak Sacha, completadas con la entrada en el Pluriverso de , como base de diálogo intercultural, propondré una versión de la lista de diez ítems que presenta la teórica del liberalismo político de las capacidades, enraizada en la selva. Para ello me dirigiré a las nociones vertebrales de cada uno de los puntos de la lista original a partir de los que interrogaré el discurso de las mujeres de la selva, para obtener una propuesta de lista trenzada con los ecos de la Selva Viviente.
Tabla de elaboración propia
5. A MODO DE BREVE CONCLUSIÓN
Vivimos tiempos difíciles, pero también tiempos de solidaridad y entendimiento (). Tiempos en que los que un pequeño pueblo indígena y un colectivo de mujeres introducen nuevos elementos en el debate global de un modo que no estaba contemplado. Con su propuesta, Sarayaku y las mujeres de la selva aportan una alternativa en la busca de soluciones para afrontar la actual crisis. Situados desde una concepción holística, ambos sujetos políticos rectores de la iniciativa asumen su responsabilidad de encarar los problemas que afectan a la humanidad. Su contribución al debate intercultural es la emergencia de un nuevo sujeto de derechos, la Selva Viviente, articulado en base a su conocimiento ancestral que brindan al mundo como herramienta para tender puentes y caminar juntos hacia una salida a la crisis política, económica y climática que atravesamos.
Como para el caso de las “iteraciones democráticas” ( y ), Sarayaku, y ahora también las Mujeres Amazónicas, facultan una aplicación del enfoque de las capacidades humanas básicas de Nussbaum a un contexto no contemplado por la propia autora. Lo que supone un reto: el de descentrar el foco del debate e incorporar otro prisma sobre las cuestiones que interpelan a la urgencia práctica de la filosofía política hoy.
La utilización de diferentes escalas -de lo local a lo global- por parte de estos sujetos políticos y su marcada voluntad de obtener un consenso internacional -al presentar el Kawsak Sacha como una categoría que amerita un reconocimiento unánime- entroncan con el espíritu universalista y pluralista del enfoque de Nussbaum. Su interlocución brinda una perspectiva nueva, cuya base es también una intuición, la Selva Viviente como plataforma que permita el desarrollo de una vida digna, desplegable en una lista abierta de capacidades indígenas básicas. Un enfoque que comparte con Nussbaum el compromiso con las mujeres, el pluralismo, la justicia global y el diálogo entre culturas, así como el ideal de ciudadanía cosmopolita, reforzado ahora con el respeto a la naturaleza como sujeto de derechos. Así, la propuesta de Kawsak Sacha permite una reelaboración de las capacidades básicas, centrada en el ser humano, pero formando parte correlativamente de un todo, la Selva Viviente, que exige el respeto a los Seres de la selva, a quienes también se le podrían aplicar las capacidades en tanto son conceptualizados como sujetos de derechos. En una traducción intercultural, la Declaración de Kawsak Sacha presenta a los Seres de la Selva como personas, runa, y no como meros seres no humanos, animales, vegetales o minerales. De aquí que se pueda interpretar la propuesta no como una mera expansión de las capacidades humanas hacia los no humanos sino como otra lista de capacidades, una lista de las capacidades en continuidad, una lista de las capacidades vivientes. Como hemos visto, la propuesta política vertebrada sobre el territorio, entendido como Selva Viviente, sujeto de derechos, puede asimilarse a una, otra justificación en el sentido que defiende Nussbaum, atendiendo a la posición de base que adquiere la categoría Kawsak Sacha. El carácter relacional, la concepción finalista de todos los sujetos, la reclamación de la concreción constitucional, la adscripción al lenguaje de derechos humanos, la universalidad y su defensa de la deliberación como base para una justicia global lo aproximan al enfoque de las capacidades.
Si bien el presente texto se ha centrado en la categoría de Selva Viviente en tanto territorio sagrado habría que analizar -en futuros desarrollos- también los otros dos fundamentos de la propuesta de reconocimiento de la nueva categoría de preservación, Kawsak Sacha, esto es, la última frontera de vida y el modelo de desarrollo alternativo que propone Sarayaku (Gualinga, 2017). Si, como he mantenido, la primera categoría, Selva Viviente, en su dimensión abstracta y normativa, es la base de la justificación del Sumak Kawsay, el último fundamento, los planes concretos de manejo de los recursos naturales son la implementación en un contexto concreto del enfoque de las capacidades vivientes. Queda, pues, para un trabajo ulterior, el análisis de los planes económicos de Sarayaku, para testar la nueva lista de capacidades aquí propuesta.
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Notas
[*] Esta investigación ha contado con el apoyo del Proyecto Reproducción biológica, reproducción social y esfera pública (PID2020-115079RB-I, AEI/FEDER, UE).
[1] La Constitución ecuatoriana de 2008 establece un Estado plurinacional e intercultural y elevó, además, a la Naturaleza, a sujeto de derechos constitucionales. Sarayaku es uno de los artífices del impulso de la inclusión de la concepción indigenista de Sumak Kawsay en la Carta Magna. Para profundizar en la discusión de las implementaciones, transformaciones o versiones de esta concepción véase .
[2] Aquí solo presentaré una versión muy reducida de su recorrido, a partir del análisis de la documentación en movimiento, recopilada personalmente en un ejercicio de seguimiento activo de sus vías de comunicación desde 2013.
[3] Los cinco elementos que Nussbaum ofrece como respuesta a los temores de universalismo son: la realizabilidad múltiple de las capacidades, su carácter como meta, las libertades y la razón práctica que sitúa al sujeto en el centro, el liberalismo político como núcleo moral de la propuesta y las restricciones en la implementación ().
[4] No es aquí mi intención centrarme en el carácter colectivo o individual de las propuestas de capacidades (véase Pereira, y ). Abordaré la cuestión agregativa/individualista para iluminar la idea de ser humano que vertebra cada una de las propuestas, compartiendo su universalidad.
[5] Mujeres Amazónicas es una asociación de lideresas indígenas, varias de Sarayaku, cuyo manifiesto fundacional constituye la primera exposición a nivel nacional de la Declaración de Kawsak Sacha.
[6] Pronunciando un discurso en octubre de 2013 en la Sesión 254 de la Asamblea Nacional, tras el que entregará la Declaración de Kawsak Sacha a la presidenta del parlamento.
[7] Sarayaku ha participado también en la COP22 (Marrakech, 2016), COP23 (Bonn, 2017), COP25 (Madrid, 2019) y COP26 (Glasgow, 2021).
[8] Si bien se trata de un contexto en principio no contemplado por , Sarayaku supone un ejemplo de iteración democrática. Ver y .
[9] Además del título explícito de la Declaración (), ambos sujetos insisten en sus documentos en la categorización de Selva Viviente como Sujeto de derechos. Y, como para el caso de Naturaleza, buscan plasmar en la Constitución la nueva categoría política.
[10] Para profundizar en la participación y protagonismo de las mujeres de Sarayaku, tanto en los ‘públicos fuertes’ como el los ‘públicos débiles’: .
[11] No es intención de este texto profundizar en el debate entre el pensamiento indígena y la teoría de Nussbaum en torno a la cuestión del sujeto de justicia, sino en focalizar la atención en los puentes, de ahí la presentación de la propuesta indígena a partir de la adaptación de las Mujeres Amazónicas desde una perspectiva feminista. No obstante, sería pertinente seguir avanzando en esta línea, en una ampliación de este trabajo.