Con la edición de Binswanger y el análisis existencial se inaugura una nueva sección dentro del corpus foucaultiano en español. Editado por Siglo XXI y con traducción de Horacio Pons, este libro constituye la primera traducción al español del manuscrito publicado en el año 2021 por las editoriales Gallimard/Seuil con una edición al cuidado de François Ewald, quien fue asistente del propio Foucault y Elisabetta Basso, investigadora italiana especialista encargada de la situación del texto.
El manuscrito de esta edición, junto con otros dos textos ya publicados en francés, Phénoménologie et Psychologie y La question anthropologique, forma parte de un conjunto de textos redactados en la primera mitad de la década de 1950 que se conservan en el Fondo Foucault de la Biblioteca Nacional de Francia.
De esta manera se abre paso a la indagación de un período poco explorado de la producción de este autor, un joven Foucault menor de treinta años que para el año 1950 ya había obtenido las licenciaturas en Filosofía y en Psicología y que ya detentaba por aquel entonces una escritura prolífica. Los investigadores argentinos en este campo, Edgardo Castro y Senda Sferco, quienes trabajaron en la edición de este volumen, denominan a esta período de la producción del filósofo francés como la etapa del joven Foucault, entendiendo que desde una perspectiva historiográfica y bibliográfica se puede considerar como el período de juventud de un autor los escritos previos a la publicación de la primera gran obra. En el caso de Foucault sería, con el consenso de muchos intérpretes, Histoire de la folie à l'âge classique publicada en 1961.
El proyecto editorial en proceso llevado a cabo por l’École des hautes études en sciences sociales y con el seguimiento de Gallimard y Seuil, tiene por objetivo la publicación de manuscritos correspondientes al período previo a la designación de Foucault como profesor en el Collège de France en 1969. Entre los cuales encontramos proyectos de obras abandonadas, manuscritos de cursos dictados en este período y otros textos dispersos. Así como la publicación de los cursos en el Collège de France a partir de 1997 revolucionó el campo de los estudios foucaultianos, transformando la visión que teníamos de sus investigaciones. Un proceso similar comienza ahora con la publicación de las producciones más jóvenes del autor. Podemos afirmar que se han investigado exhaustivamente a nivel global por un lado, las producciones de mediados de los años 70, los análisis biopolíticos y por otro lado lo que los especialistas denominan el “último Foucault” basado en la transcripción de los últimos cursos dictados a principios de los 80 que versaban sobre una ética de la existencia y un estudio de la tradición filosófica grecorromana. En cambio, la década de 1950 es una década a la que se le ha dedicado poca consideración, principalmente porque se contaba con pocos materiales a disposición. Durante muchos años sólo se disponía de sus libros publicados en vida, por lo tanto se situaba la publicación de Maladie mentale et personnalité, su primer libro, en el año 1954 y luego un hiato prolongado hasta la publicación de Histoire de la folie. Entre ambos no sólo hay una distancia cronológica sino profundas discrepancias conceptuales. Maladie mentale et personnalité en su primera edición muestra un estudio sobre las discusiones del abordaje psicológico y psiquiátrico de la enfermedad mental de aquellos años. Sin embargo, muchas de sus tesis se ven sustancialmente modificadas en Histoire de la folie, hasta ahora no contábamos con materiales suficientes como para comprender estas transformaciones y el itinerario intelectual del joven filósofo. Ahora gracias a la aparición de textos de archivo de la primera mitad de la década de 1950 podemos comprender más acabadamente la elaboración de la perspectiva arqueológica.
Por aquellos años Foucault era profesor en la Universidad de Lille (1952-1955) y en la École Normale Supérieure y sus problematizaciones teóricas transitan caminos entre la filosofía y la psicología. Desde la recepción de Hegel en Francia hasta los desarrollos fenomenológicos de Husserl y Heidegger. Desde el psicoanálisis de Freud, el cual Foucault lee con mucha profundidad, hasta las clases de Jacques Lacan a las cuales nuestro autor asiste en el Hospital Sainte-Anne. Las preocupaciones conceptuales de esta época constituyen una amalgama entre los debates del horizonte filosófico francés de la década de 1950 y las experiencias de la psicología y la psiquiatría en las cuales él mismo trabaja. Entre los debates de la época sobre dichas disciplinas sin duda destacan, por un lado, la crítica a la raigambre biologicista del psicoanálisis y por otro, la posibilidad de otro enfoque terapéutico, este es el caso de la propuesta del psiquiatra suizo Ludwig Binswanger, el Daseinsanalyse. A comienzos de la década de 1950 en Europa y especialmente en Francia el programa del Dr. Binswanger contaba con una importante recepción en tanto constituía una novedosa propuesta de investigación psiquiátrica. En congresos y publicaciones científicas los académicos tanto de la psicología como de la psiquiatría reconocen y elogian el método del análisis existencial. Cabe mencionar que Ludwig Binswanger pertenece a un linaje familiar de psiquiatras fundadores de una clínica en la ciudad suiza de Kreuzlingen, y mantuvo una relación de intercambio directo con las grandes figuras del psicoanálisis como Sigmund Freud y Carl Jung. Fue a través de importantes figuras como Jean Paul Sartre, Jacques Lacan y Maurice Merleau-Ponty, quienes lo llevan a la trinchera de sus clases, que las tesis de Binswanger comienzan a circular en la red de filósofos franceses. Es así como llegan sus ideas hasta el joven Foucault quien se siente profundamente atraído por sus escritos y por el programa de la psiquiatría y la antropología fenomenológica.
En el año 1953 una colega cercana al psiquiatra, Jacqueline Verdeaux, invita a Foucault a colaborar en la traducción al francés del artículo de Binswanger “Traum und Existenz”, el filósofo no sólo colabora con la traducción, sino que además escribe una introducción al mismo. La investigadora Elisabetta Basso encargada de la “situación del texto” que acompaña la presente edición revela que entre los manuscritos del Fondo Foucault de este período se encontraron cientas de fichas sobre psicopatología existencial. Por lo cual se evidencia que a principios de los años 50 Foucault poseía una gran erudición sobre la psiquiatría y las corrientes psicológicas en boga. Además, podemos saber gracias a los registros que Foucault mantuvo correspondencia con el Dr. Binswanger y que en efecto en marzo de 1954 mantuvieron un encuentro personal en Suiza donde pudieron discutir sobre varios aspectos de la propuesta del análisis existencial. Foucault menciona en su correspondencia con el psiquiatra que pretendía dedicar una futura obra a esta temática, una introducción a los fundamentos teóricos del Daseinsanalyse, en efecto podría ser el manuscrito que en cuestión aquí trabajamos. Aunque con exactitud no podemos saberlo, es probable que los encuentros presenciales con Binswanger hayan persuadido a Foucault de no publicar un manuscrito que esboza una crítica muy severa a su propuesta teórica y terapéutica. Podría decirse que pese a ciertas consideraciones críticas la valoración general del método del Daseinsanalyse es positiva.
En cuanto a la estructura general del manuscrito nos encontramos en este volumen con una introducción y cinco capítulos donde se presentan algunas críticas dirigidas hacia la concepción biologicista de la psicología y de la psicopatología clásica. A lo largo de estas páginas el joven Foucault presenta como alternativa a estas concepciones la propuesta de la investigación analítico-existencial de la enfermedad mental. Todo ello lo presenta en un entretejido de problematizaciones teóricas y casos clínicos, donde Foucault retoma los registros de los pacientes del Dr. Binswanger, como sucede en el capítulo primero titulado El caso Ellen West, y reconoce allí los méritos de un análisis existencial de la experiencia psicopatológica. Una mirada clínica que se abre al análisis filosófico: a la consideración de la temporalidad y la singularidad de la existencia del paciente posibilitadas por el marco teórico de las fenomenologías de Husserl y Heidegger.
En la introducción y en el primer capítulo se presenta un panorama de las discusiones del campo psicopatológico de mediados del siglo XX: de qué manera la distinción de la metafísica clásica entre las sustancias del cuerpo y del alma fue resignificada por las teorías psicológicas con las nociones de lo psíquico y lo somático. Es decir, por un lado, como el conjunto de funciones vitales y por otro lado las funciones psíquicas, pero el problema de la psicopatología reposaba en descifrar la vinculación de estos dos registros a la hora de comprender la experiencia patológica. En definitiva, si bien Freud reconoce en la histeria una enfermedad “frontera” que une a los trastornos orgánicos con la trama de acontecimientos psicológicos que los hicieron posibles, también termina cayendo en una visión naturalista. La antropología naturalista sostiene que la verdad del hombre se agota en su ser natural, y así lo vital sirve de criterio para diferenciar lo normal de lo patológico. Esta antropología de lo vital según Foucault está presente en Jackson, Janet y en el mismo Freud en las nociones de la líbido, donde lo vital y la adaptación a los procesos vitales termina discriminando lo mórbido de lo funcional.
Por otro lado, un análisis fenomenológico de la patología mental trataba de descifrar el sentido de las vivencias del sujeto, pero se encontraba con un callejón sin salida al no poder explicar la significación de las experiencias delirantes, donde el mundo de la vida (Lebenswelt) no coincidía con el mundo construido por el enfermo que padecía esquizofrenia, fobias o neurosis. Ante este panorama Foucault resalta la necesidad de una comprensión de las vivencias patológicas que supere las deficiencias del análisis fenomenológico. Para él el análisis de las experiencias patológicas debía conducirnos a un análisis de las formas de existencia, entender la enfermedad mental como modificación del ser en el mundo del existente humano. Y esto lo encuentra precisamente en la propuesta del Daseinsanalyse.
A lo largo de los capítulos 2 y 3 Foucault va a dedicarse al abordaje de las estructuras privilegiadas del análisis fenomenológico, la espacialidad y la temporalidad. Desde los desarrollos teóricos de Husserl hasta cómo la propuesta de Binswanger se apropia de estos conceptos a la hora de abordar la enfermedad. La comprensión del problema del espacio y del tiempo en la patología mental a través del ejemplo que brindan los casos clínicos de Rudolf R, Franz Weber y Georg, entre otros. Estos casos sirven de punto de partida para explicitar la metodología de la descripción fenomenológica y del análisis existencial. En definitiva, la descripción de las estructuras espacio-temporales remite al análisis del proyecto fundamental de la existencia que cada paciente constituye.
En el capítulo 4 el abordaje del tiempo deriva hacia los puntos de encuentro entre la temporalidad y la intersubjetividad, es decir conduce a Foucault a preguntarse por la experiencia del otro. El sentido último del tiempo reconduce al ser-con-otros del Dasein, a la importancia del Otro y al campo de significaciones que implica la coexistencia. El joven Foucault intenta en algunas páginas recorrer las nociones sobre el Otro en la tradición psiquiátrica, psicoanalítica y finalmente fenomenológica, sirviéndose también de algunos ejemplos clínicos.
En el último capítulo titulado La antropología existencial luego de analizar diversos casos clínicos tanto del Dr. Binswanger como también del Dr. Roland Kuhn, Foucault sopesa las diferencias entre la propuesta del Daseinsanalyse por un lado, el psicoanálisis y el psicoanálisis existencial de Jean Paul Sartre por otro. Existen entre estas propuestas diferencias de peso respecto de la metodología terapéutica, el rol del terapeuta y su vínculo con el paciente; pero más allá de los métodos lo que subyace es una concepción del hombre en cada caso, una elaboración antropológica. El Daseinsanalyse permite evitar el horizonte naturalista y las abstracciones psicológicas, e ir en busca de una comprensión de las estructuras existenciales del paciente. La existencia debe poder comprenderse a partir del encuentro en el amor, precisamente aquello de lo que la experiencia patológica se encuentra privada. El rol, para Binswanger, del terapeuta es el de aquel que logra reconectar al paciente con el mundo del amor. Un tránsito del Dasein al Wirsein, del yo al ser con otros, un regreso a la primavera del mundo del ser con otros posibilitado por la terapia del análisis existencial. El Dr. Binswanger propone una filosofía del amor para pensar la constitución intersubjetiva de la existencia, y la función de reconexión que el médico debe lograr en el enfermo se da a través de la afectividad. Este es uno de los puntos donde Foucault hace una lectura crítica de esta postura, entiende que el amor como una suerte de deber ético en la relación terapéutica es un retroceso a una postura humanista. Afirma en las últimas páginas del manuscrito que pese a las buenas intenciones de Binswanger, la propuesta del Daseinsanalyse no alcanza sus metas teóricas ni terapéuticas. Nuevamente es preciso recordar a modo de conclusión que a mediados de 1954 Foucault conoce al Dr. Binswanger y entabla una cordial relación con él, es probable que esta simpatía lo haya influenciado a la hora de no publicar este manuscrito quizás muy crítico en sus conclusiones sobre el método de su colega.