SUMARIO
1. INTRODUCCIÓN
México es un país de contradicciones. Por un lado, es miembro del selecto grupo de las veinte economías más robustas del mundo, también conocido como G20; por el otro lado es un país donde según datos actuales el 48.8% de la población vive en una condición de pobreza o pobreza extrema. Si a este dato se suma el de las personas que se encuentran en una situación de vulnerabilidad, la cifra de personas en una situación económica y social por debajo del estándar mínimo para garantizar todos sus derechos sociales sube hasta cerca del 78% (). Es decir, se puede señalar que en México aproximadamente sólo dos personas de cada diez no están en situación de pobreza o en peligro inminente de caer en la pobreza.
Los gobiernos y la sociedad civil organizada, a nivel global, han decidido que la pobreza es un fenómeno inadmisible que impide, a quien lo sufre, la consecución de la mayoría de los derechos humanos. No es casual que dentro de los Objetivos para el Desarrollo Sostenible de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) el primero de ellos haya sido lograr el “Fin de la Pobreza” (). Sin embargo, cuando se trata de ponerse de acuerdo acerca de la definición de la pobreza, la posibilidad de llegar a un consenso se ve mucho más distante. Particularmente, a la hora de definir las causas de la pobreza existen fuertes desacuerdos entre aquellos que argumentan que la pobreza es producto de fallas en el carácter individual de las personas y aquellos que defienden que existen condiciones estructurales que son las que mantienen a las personas en la pobreza ().
En otras palabras, la sociedad a nivel mundial concuerda en la importancia de atender la pobreza, pero no en las estrategias para solucionar dicha problemática. Dentro de este desacuerdo puede divisarse la existencia de dos grandes visiones sobre qué es la pobreza y cuál es la mejor ruta para solucionarla: 1) el enfoque individualista y 2) el enfoque estructural. El enfoque individualista parte de la premisa de la libertad, donde el éxito o fracaso que tenga una persona estará determinado por las decisiones, buenas o malas, que tome una persona a lo largo de su vida. Sin embargo, esta igualdad de derechos no necesariamente se traduce a una igualdad real. De esta premisa parte el enfoque estructural, al asumir que en la pobreza afectan diferentes variables del entorno en donde se desenvuelve el individuo que condicionan sus posibilidades de vida como la escolaridad, el lugar de nacimiento, el color de la piel o el estrato socioeconómico, entre otros.
La literatura al respecto sugiere que existe una mayor tendencia a concebir en el ámbito académico la pobreza desde un enfoque estructural (; ; ). Además, esta visión estructural también es compartida a nivel institucional dentro del estado mexicano. Desde la promulgación de la Ley General de Desarrollo Social (), el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) ha mantenido una definición de la pobreza como un fenómeno multidimensional, entendiendo que se debe a diversas realidades estructurales en las que viven los mexicanos como, por ejemplo, el ingreso per cápita, el rezago educativo o la calidad y espacios de la vivienda (). Pero, aunque pareciera que el enfoque estructuralista es hegemónico, existen estudios que revelan que un porcentaje importante de la población mexicana justifica la pobreza como un producto de las características inherentes a las personas (; ).
Esta desconexión entre lo que dice la ciencia y lo que opina la gente podría deberse a los contenidos mediáticos sobre la pobreza. Estudios científicos han revelado que la representación de la pobreza en los medios de comunicación se inclina mucho más hacia el enfoque individualista (; ). La forma en que la pobreza es abordada en los medios definirá en gran medida las percepciones de las audiencias y la manera de entender dicho problema (). El tratamiento informativo de los fenómenos sociales es estudiado desde la teoría del framing (). Al respecto, son varios los estudios realizados acerca del tratamiento de la pobreza (; ; ; ; ), el cual suele ser realizado desde encuadres que buscan promover intereses políticos y económicos que, en su mayoría, no benefician a las personas pobres ().
Tomando en consideración estos antecedentes, este artículo se plantea como objetivo principal analizar los contenidos noticiosos sobre pobreza publicados en los periódicos de mayor difusión de México con la finalidad de identificar el tratamiento informativo ofrecido a la pobreza. Como objetivos secundarios se proponen los siguientes: 1) identificar las principales fuentes de información utilizadas para elaborar la información, así como los actores vinculados con la pobreza, 2) identificar los encuadres genéricos y específicos sobre la pobreza presentes en la prensa mexicana y 3) analizar si su utilización depende de la presencia en las noticias de fuentes gubernamentales o de fuentes de la Sociedad Civil.
2. ENFOQUES PARA EL ENTENDIMIENTO DE LA POBREZA
Una revisión de la literatura existente acerca del entendimiento y visibilización de la pobreza permite determinar que existen visiones opuestas que difieren tanto en la definición de la pobreza, como en las estrategias que deberían de seguirse para erradicarla. En principio, se pueden reconocer dos grandes visiones existentes en la sociedad: 1) El enfoque estructural, que reconoce la existencia de una trampa de la pobreza constituida por múltiples dimensiones y 2) el enfoque individualista, que no reconoce la existencia de una trampa de la pobreza o, si la reconociera, esta se explicaría únicamente por los atributos psicológicos del individuo, que no le permiten avanzar hacia una mejor situación económica y social. Además, mientras el enfoque estructuralista es multidimensional, el individualista es unidimensional.
En primer lugar, cabe mencionar que el enfoque individualista parte de la premisa de la libertad. El éxito o fracaso que tenga una persona estará determinado por las decisiones, buenas o malas, que tome una persona a lo largo de su vida. En la amplia mayoría de las sociedades democráticas contemporáneas todos los individuos son iguales ante la ley independientemente de su sexo, color de piel, o lugar de nacimiento. Bajo este enfoque, esta igualdad ante la ley es sinónimo de una igualdad de oportunidades para todos. Dado que esta concepción individualista tiene como pilar fundamental a la libertad individual, las estrategias propuestas para solucionar la problemática de la pobreza tienen que ver con un ordenamiento social en donde el individuo sea capaz de tomar libremente la mayor cantidad de decisiones posibles. Por esta razón, desde este enfoque se propone como solución de la pobreza la disminución de impuestos para dinamizar y hacer crecer la economía limitando el actuar del Estado a sus funciones más elementales como la seguridad y la justicia.
Sin embargo, esta igualdad de derechos sobre el papel no necesariamente se traduce en una igualdad en la realidad. En la mayoría de las sociedades democráticas actuales persiste una brecha muy amplia entre los derechos a los que puede aspirar una persona nacida en una familia pobre y una persona nacida en una familia rica. De esta premisa parte el enfoque estructural: las personas no son libres porque lo diga la ley, sino porque cuentan con las capacidades suficientes para ejercer sus derechos (). El enfoque estructural incluye en su tratamiento de la pobreza variables adicionales al carácter psicológico de las personas que explican las diferencias de capacidades con las que cuentan los individuos para enfrentar su realidad. Es decir, desde el punto de vista estructural, el individuo no tiene la responsabilidad absoluta sobre la situación en la que se encuentra. Existen factores del entorno en donde se desenvuelve el individuo que condicionan sus posibilidades de vida. Algunos de estos factores pueden ser la escolaridad, el lugar de nacimiento, el color de la piel, el estrato socioeconómico, entre otros.
Quizá una manera más fácil de entender las diferencias entre ambos enfoques es a través del concepto de la trampa de la pobreza. De acuerdo con los autores , la trampa de la pobreza puede explicarse como aquel escenario en donde el futuro económico de una persona está determinado por los ingresos que tiene en el presente. De modo que el pobre, en tanto que no tenga acceso a recursos o servicios adicionales a su renta, estará atrapado en una trampa de la pobreza. Para entender esta se puede pensar, por ejemplo, en un juego de póquer. En el juego, las personas que tienen más dinero para apostar tendrán la ventaja sobre los que no tienen tanto dinero. Algo similar sucede en la vida real, donde los ricos pueden invertir en buena educación y turismo o experiencias culturales, mientras que los pobres tienen que limitarse, en la mayoría de los casos, a invertir en lo más básico como alimentos y vivienda. Así, la trampa de la pobreza se puede definir como “cualquier mecanismo autorreforzado que provoque que la pobreza persista” ().
La revisión de la literatura existente sugiere un consenso académico en concebir la pobreza desde un enfoque estructural (; ; ). Incluso investigaciones sobre la psicología de la pobreza como las de sugieren que las características psicológicas también podrían ser causadas por carencias estructurales. Esta visión estructural es compartida por las instituciones del Estado mexicano. Desde la promulgación de la Ley General de Desarrollo Social () el CONEVAL ha mantenido una definición de la pobreza como un fenómeno multidimensional. Dicho enfoque sostiene que en esta influyen diversas realidades estructurales como “el ingreso per cápita; rezago educativo promedio en el hogar; acceso a los servicios de salud; acceso a la seguridad social; calidad y espacios de la vivienda; acceso a los servicios básicos en la vivienda; acceso a la alimentación nutritiva y de calidad; grado de cohesión social; grado de accesibilidad a carretera pavimentada” ().
Por lo expuesto anteriormente, pareciera que el enfoque estructuralista es hegemónico. Sin embargo, existen estudios de opinión pública (; ) que revelan que un porcentaje importante de la población general en México (tanto pobres como no pobres) justifica la pobreza como un producto de las características inherentes a las personas, asumiéndose de esta manera más bien un enfoque individualista para entender y explicar la pobreza existente en la sociedad. Por ejemplo, la investigación de encontró, a través de encuestas aplicadas a 400 personas en la ciudad de Monterrey, capital del estado norteño mexicano de Nuevo León, que el 22.5% de ellas apuntaba que los pobres lo eran “por su propia culpa” (p. 580), señalando el resto de encuestados que se debía a otras causas diferentes. En cuanto a los atributos con los que se relaciona a la gente en pobreza, este mismo estudio mostró que entre el 42-45% de los participantes “indicaron que los pobres no son suficientemente trabajadores o que les faltan aspiraciones” ().
Si bien es cierto que en este estudio hubo un 26% que identificó como principal causante de la pobreza a “falta de oportunidades”, un claro elemento estructuralista, y otro 24% que consideró como causa principal a la “falta de educación”, no cabe duda que hay una buena parte de la población mexicana que visualiza a la pobreza como un resultado derivado de malas decisiones hechas por las personas o por el desaprovechamiento de las oportunidades que el propio sistema ofrece a esta población.
3. FUENTES INFORMATIVAS PARA PRESENTAR LA POBREZA EN MEDIOS
De lo señalado en el punto anterior se observa una clara desconexión entre lo señalado por la ciencia sobre la pobreza, acerca de sus causas y soluciones, y lo que opina la población, presentándose en cada visión el enfoque estructural o individualista para explicar este fenómeno social. La presencia de estos enfoques, en particular el individualista entre la población puede deberse a muchos motivos, entre los que se encuentran los efectos de las representaciones sobre la pobreza transmitidas por los contenidos mediáticos. Al respecto, diferentes estudios científicos han revelado que la representación de la pobreza en los medios de comunicación, particularmente el cine y la televisión, se inclinan mucho más hacia un enfoque individualista de la pobreza (; ). En este sentido, la forma en que la pobreza es representada en los medios definirá en gran medida las percepciones de las audiencias y, en consecuencia, determinará la capacidad de la sociedad para entender dicho problema y actuar para poder solucionarlo ().
El tratamiento de la pobreza en los medios de comunicación ha sido estudiado ampliamente desde la teoría del framing (; ; ; ; ; ). El concepto de framing puede definirse como el proceso mediante el cual se seleccionan “algunos aspectos de la realidad percibida, haciéndolos más sobresalientes en el texto comunicativo, de tal manera que consigan promover una definición del problema particular, una interpretación causal, una evaluación moral y/o una recomendación de tratamiento para el asunto descrito” (). Para ello, los diferentes actores a la hora de construir su discurso utilizarán encuadres, o frames, que les permitan trasladar puntos de vista sobre temáticas, muchas veces vinculadas con política (; ). Algo que también se desarrolla en torno a la representación mediática de la pobreza (; ), donde es posible que se inserten encuadres que buscan promover intereses políticos y económicos, que, en la mayoría de los casos, no benefician a las personas pobres ().
Una de las intenciones que a menudo motivan los estudios sobre framing tiene que ver con el análisis de las fuentes que los periodistas utilizan para construir los encuadres periodísticos que divulgan a la audiencia. Uno de los patrones informativos que ha sido ampliamente reconocido por varios investigadores es el relativo a la prevalencia de la fuente gubernamental, frente a otros actores sociales, a la hora de presentar los asuntos sociales en los contenidos mediáticos (; ; ; ; ; ).
Las instituciones y sus representantes entran en la categoría de definidores primarios a los que los medios de comunicación recurren para adquirir información. En palabras de “estos orientan el trabajo de la prensa en casos específicos pues son los que se recurre en las entrevistas, ya que confieren una cierta ‘legitimidad’ al testimonio” (). Un ejemplo muy claro de esta fuerza centrípeta que ejercen los gobiernos sobre la agenda mediática es el actual presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, que cada mañana se presenta ante la opinión pública a través de las cámaras de televisión para informar lo que su gobierno realiza, e incluso para opinar sobre asuntos que escapan a sus competencias directas.
Esta prevalencia de los gobiernos como protagonistas en la definición tanto de la agenda, como de los encuadres, les da un poder por encima de otros actores en su capacidad de influir en el entendimiento de la opinión pública sobre los problemas sociales, sus causas y posibles soluciones. Sin embargo, un actor que desde hace décadas viene adquiriendo mayor relevancia en la discusión pública son las organizaciones no gubernamentales. Por un lado, estas organizaciones se han convertido en contrapesos informativos en el sentido que promueven visiones diferentes a las posturas establecidas en los medios de comunicación o en las instituciones de gobierno (). Esto vuelve a las ONG en un actor de interés, no sólo porque representa el ánimo de la ciudadanía por participar organizadamente, sino también porque su existencia fortalece la pluralidad de ideas necesarias para una democracia sana. De modo que se vuelve de suma importancia analizar cuáles son los encuadres sobre la pobreza que promueven estas organizaciones y en qué proporción dichos encuadres están representados en los medios de comunicación.
4. INVESTIGACIONES ACERCA DE LA REPRESENTACIÓN MEDIÁTICA DE LA POBREZA.
A pesar de las diferencias socioculturales existentes en los distintos contextos en donde se realizaron estas investigaciones, es interesante resaltar algunos patrones en común. En primer lugar, resulta interesante señalar que los contenidos mediáticos sobre la pobreza comparten rasgos importantes en diferentes lugares del mundo. En particular, una similitud es la intención que motiva a los investigadores hacia este tema. Todos comparten la idea bourdeausiana del poder “Mágico de las palabras” en el sentido que consideran que los contenidos mediáticos impactan de manera considerable la opinión pública y que esta a su vez influye sobre la política pública que es diseñada para atender algún fenómeno en particular. En general, estas investigaciones consideran que no se puede atender adecuadamente un problema que está erróneamente representado y, por ende, mal comprendido.
Uno de los temas principales que afecta la capacidad de las audiencias de tener un adecuado entendimiento sobre los fenómenos sociales es la distorsión o tergiversación de la realidad. Esto sucede cuando el universo mediático de representaciones y de encuadres sobre un tema en particular no concuerda con la realidad objetiva. La pobreza no es la excepción y existen varios estudios que lo comprueban (; ; ; , ; ). En particular, se revisarán dos investigaciones que suponen un referente claro para este artículo, una realizada en México () y otra en Estados Unidos (). En el caso mexicano, se dieron a la tarea de analizar los contenidos sobre pobreza emitidos por el periódico El Universal entre los años 2000 y 2014.
A partir de este análisis los autores encontraron que “el tema de la pobreza se circunscribe al ámbito rural: los pobres tienden a ser presentados como campesinos e indígenas, y hay muy poca presencia de la pobreza urbana” (). El hecho de que los contenidos sobre pobreza en el diario más leído del país encuadraran la pobreza con un atributo rural generó una distorsión de la realidad. Es decir, si bien es cierto que hay un alto grado de marginación en la ruralidad en México, también es cierto que la mayoría de los pobres del país se encuentran en contextos urbanos. Así lo establece un estudio publicado por el en donde se informa que “la pobreza en las localidades urbanas afectaba a 36.6 millones de personas (…) del total de pobres en el país (53.3 millones), poco más de dos terceras partes se localizan en zonas urbanas” ().
Otra evidencia de la capacidad tergiversadora que tienen los medios de comunicación en el tema de la pobreza se puede observar a partir del estudio de . Estos autores realizaron una investigación que comprendió el análisis de las fotografías que acompañaban la totalidad de los artículos sobre pobreza publicados por cinco revistas noticiosas de EE.UU. entre los años 1993 y 1998. En concreto, el objeto de estudio estuvo comprendido por “149 fotografías de 357 personas pobres” (p. 55). A partir de estas imágenes, los investigadores pudieron comprobar la distancia que separa a la realidad contada por los medios de comunicación en comparación con la realidad objetiva, al concluir que las imágenes contenían una sobrerrepresentación de los pobres de raza negra, los pobres urbanos y los pobres desempleados. Por ejemplo, mientras que las personas pobres de raza negra constituían el 45% de los individuos presentes en dichas fotografías, los datos oficiales reportan que en realidad solo el 33% de los pobres son de raza negra en EE.UU. (p. 56).
Las dos investigaciones citadas anteriormente ponen de manifiesto cómo los contenidos mediatizados pueden originar y reforzar estereotipos nocivos como el hecho de que los pobres sean personas que no les gusta trabajar cuya única fuente de ingreso es el apoyo brindado por el sistema de seguridad social. Otro de los aspectos que han sido analizados acerca de los encuadres periodísticos de la pobreza, y que resulta fundamental para este artículo, es el de las causas y soluciones de la pobreza, así como la atribución de responsabilidad sobre la misma. En esto se concentró el trabajo realizado por donde analizó una muestra de 300 artículos periodísticos del New York Times y Los Angeles Times en Estados Unidos. El estudio encontró que en los medios analizados existía una desconexión muy grave entre los problemas analizados y las causas que los provocan, así como las posibles soluciones a dichos problemas.
Al respecto, observó que en el 75% de las notas analizadas las causas de la pobreza aparecían como neutrales, es decir, su origen no se encontraba en algún actor específico. De manera aún más radical, en el 89% de las notas analizadas no se incluían posibles soluciones al problema. Este tipo de hallazgos preocupan porque exime a los actores involucrados de la responsabilidad de resolver el problema y omite hablar de los esfuerzos que sí existen para resolverlo, lo que genera un terreno propicio para cultivar la indiferencia y la apatía en torno a este tema tan importante. Abonando a las investigaciones que revelan esta desconexión entre los fenómenos sociales y sus causas, soluciones y actores involucrados se encuentra el estudio de largo plazo realizado por . Estos académicos se dedicaron a analizar los contenidos noticiosos televisados en Chile sobre el tema de la pobreza en dos períodos diferentes: 2005 y 2014.
Dentro de sus resultados más interesantes se encuentra que, si bien hay un descenso de la descontextualización de los contenidos de la pobreza entre ambos períodos, el balance sigue siendo negativo. En 2005 solo se mencionaban las causas de la pobreza en un 12% de los contenidos analizados y en el 2014 este indicador subió al 44%. En relación con las soluciones estas subieron de un 2% de las notas a un 13% de las mismas. Uno de los resultados positivos que rescatan los investigadores es el muy notable aumento de cobertura que hicieron los noticieros televisivos de los esfuerzos de las personas pobres por resolver sus propios problemas. Además, los autores destacan que hubo un incremento muy grande en el número de contenidos que mostraban a las personas en pobreza como actores involucrados en la búsqueda de soluciones.
Este significa un cambio muy positivo dentro de la narrativa sobre pobreza, ya que cuestiona el imaginario social dominante que concibe a los pobres como personas flojas y conformistas y puede generar una opinión pública más receptiva hacia las políticas públicas que buscan a atender a esta población. Relacionado con este punto, en algunas investigaciones se ha explorado la división de la representación de los pobres en los medios de comunicación en dos categorías diferentes: 1) Los pobres merecedores de asistencia social y 2) Los pobres no merecedores de asistencia social. Al respecto, ejemplifica ambas categorías a través de los niños como “merecedores”, a los que se atribuyen características positivas en los medios de comunicación, frente a los inmigrantes “no merecedores” retratados con características negativas que buscan legitimar su condición de pobreza como algo justo y natural.
Finalmente, es de interés para este artículo revisar las investigaciones que han intentado medir la cantidad de contenidos noticiosos que enmarcan el tema de la pobreza bajo una óptica ideológica que puede tener un entendimiento causal individualista o estructuralista de la misma. Al respecto destaca el estudio de en el que se comprobó que los encuadres de la pobreza tienden a corresponder a la ideología del periódico que las emite, así como al formato en el que se publican. Por ejemplo, se encontró que los periódicos liberales vinculan al tema de la pobreza con causas y soluciones estructurales en mayor medida que los periódicos conservadores. Igualmente, cuando estos contenidos se transmiten de manera impresa hay una mayor probabilidad que estos hagan referencia a un entendimiento estructuralista del fenómeno, ya que la televisión tiene una predilección por las historias individuales (). Tomando en consideración este estado del arte, este artículo plantea las siguientes preguntas de investigación:
- PI1:
¿Qué presencia tienen los encuadres individualista y estructuralista de la pobreza?
- PI2:
¿Qué fuentes informativas fueron preponderantes en las noticias sobre pobreza?
- PI3:
¿Se presentaron correlaciones entre el uso de los diferentes encuadres noticiosos en la información con cada fuente informativa detectada?
- PI4:
¿Se presentaron correlaciones entre el uso de los diferentes encuadres noticiosos en los textos analizados?
5. METODOLOGÍA
5.1. Diseño y muestra
Este trabajo de investigación utiliza una metodología cuantitativa basada en la técnica del análisis de los contenidos sobre pobreza publicados en los medios. Esta metodología, aplicada al análisis de contenidos mediáticos, se basa en la utilización de variables definidas de la manera más precisa posible, de modo que la subjetividad de los codificadores involucrados en el estudio de dichos contenidos se reduzca al mínimo.
La muestra analizada en este estudio incluye todas las unidades de análisis sobre pobreza publicados entre el primer y último día del año 2019 por cuatro de los periódicos más importantes de México: 1) El Universal, 2) Milenio, 3) Excélsior y 4) Reforma. Los criterios de selección consistieron en que la noticia hubiera sido publicada con un titular que incluyera alguna de las siguientes palabras clave: pobreza, pobre, indigencia, indigente, personas en situación de calle, personas sin hogar, miseria y miserables. En total fueron recolectados un total de 778 textos de las cuales fueron descartadas 115 debido a que su contenido no trataba sobre pobreza, sino que la palabra pobre o pobreza era utilizada como un adjetivo en lugar de referirse a una condición socioeconómica. Este ejercicio de depuración redujo el corpus final a un total de 663 textos publicados entre el primero de enero de 2019 y el 31 de diciembre de ese mismo año.
La recolección de estos contenidos se realizó a través de los buscadores de los periódicos, misma que fue complementada con los buscadores de Google. Esta decisión de complementar la búsqueda utilizando buscadores externos a aquellos de los periódicos se debió a que el Excélsior y Milenio no contaban con un historial que permitiera abarcar la totalidad del período seleccionado. Adicionalmente la finalidad de este estudio era abarcar la totalidad de la producción de estos medios sobre pobreza, de modo que la búsqueda a través de Google sirvió como una segunda pasada para que ninguna noticia se quedara rezagada. Cabe mencionar que en esta segunda búsqueda aparecieron varios textos que pasaron desapercibidos por los propios buscadores de los periódicos. Para la búsqueda de las unidades de análisis no se utilizaron plataformas como MyNews, Factiva o LexisNexis, dado que en estas bases de datos no se encuentran todos los medios que se seleccionaron para ser analizados en este estudio.
La mayoría de los contenidos analizados provino del periódico Milenio, con 263 noticias, seguido de El Universal (194), Reforma (118), y Excélsior (88). Así mismo la mayoría de las unidades de análisis fueron encontrados utilizando la palabra pobreza, con 335 casos, seguido de indigencia, indigente, indigentes (160), pobre, pobres (145), miseria, miserable, miserables (16) y finalmente sin techo, sin hogar (7). La búsqueda en Google se realizó a partir de la siguiente estructura: 1) Delimitar el intervalo de tiempo de los contenidos buscados entre el primero de enero de 2019 y el 31 de diciembre del mismo año, 2) Delimitar la búsqueda a la plataforma de cada medio a partir de la fórmula SITE y 3) buscar individualmente cada una de las palabras clave utilizadas en este estudio que ya han sido mencionadas. Un ejemplo de comando de búsqueda en google sería el siguiente: “SITE: www.milenio.com pobreza”.
5.2. Libro de códigos
Para la realización del análisis de los encuadres sobre la pobreza se aplicó un enfoque deductivo, en donde previamente se establecen los elementos que serán tomados en cuenta (). Atendiendo al objetivo de la investigación se diseñó un libro de códigos que consideró las siguientes variables:
Protagonista de la nota: El protagonista de la nota fue definido como “actor es la persona o las personas e instituciones sobre las que se reportó principalmente en la nota”. Para este reactivo se consideraron 9 categorías excluyentes entre sí: “Representantes del Estado” (1); “Organismos Multilaterales” (2); “Empresarios” (3); “Partidos Políticos” (4); “Organizaciones no gubernamentales y activistas” (5); “Personas en situación de pobreza” (6); “Representante de asociaciones religiosas” (7); “Representante de gobiernos extranjeros” (8); “Otro” (9).
Fuente principal de la nota: Se definió este reactivo de la manera siguiente: “La persona o institución que está proveyendo la información con la que se construye la nota” (Anexo 1). En este caso se consideraron 11 categorías posibles, también excluyentes entre sí: “Representantes del Estado” (1); “Organismos Multilaterales” (2); “Empresarios” (3); “Gremios y Sindicatos” (4); “Organizaciones no gubernamentales y activistas” (5); “Expertos y Académicos” (6); “Representante de asociaciones religiosas” (7); “Personas en situación de pobreza” (8); “No hay fuente” (9); “No se puede determinar una fuente como principal” (10); y “Otro” (11). Finalmente se pidió a los codificadores que anotaran si la nota había sido elaborada con información factual, es decir “evidencias comprobables, datos duros, etc.”.
Encuadres genéricos: Se buscó medir la presencia o ausencia de diferentes tratamientos de la nota (), que en conjunto contribuyen a la “definición del problema” (). El primer encuadre analizado por el equipo de codificadores fue el de “atribución de responsabilidad” el cual toma en consideración la presencia o ausencia de cinco variables dummy que buscan medir de manera general si el tratamiento de la nota considera que el fenómeno descrito es responsabilidad de uno o más actores, así como si existe la capacidad para solucionarlo.
El segundo encuadre fue el de “interés humano”, evaluado a partir de cinco variables dummy que se enlistan a continuación: 1) En el relato se muestra la cara humana de un tema o problema; 2) En el relato se utilizan adjetivos o descripciones personales; 3) Se señalan las afectaciones que sufren individuos o grupos sociales; 4) El relato se adentra en vidas privadas; y 5) El relato contiene información visual que podría generar sentimientos de agravio, empatía, simpatía o compasión. Este encuadre dota a la información de un tratamiento que procura tocar las emociones de la audiencia y no necesariamente abordar el tema a partir de un enfoque racional.
El tercer encuadre fue el de “consecuencias económicas”, construido a partir de tres variables dummy que incluye identificar la mención de: 1) ganancias o pérdidas financieras; 2) costes macroeconómicos asociados al tema; y 3) consecuencias macroeconómicas por seguir o no una determinada acción. El cuarto encuadre fue el de “moralidad”, que considera la presencia de tres reactivos en el mensaje: 1) mensaje moral basado en las costumbres; 2) referencia a la religión o a dios; y 3) prescripciones legales o se citan derechos que indican cómo se debería de actuar. Finalmente, el quinto encuadre considerado fue el de “conflicto” evaluado a partir de tres elementos: 1) desacuerdo entre partidos, grupos o países; 2) un reproche que un actor le hace a otro; y 3) la existencia de dos o más posturas acerca del tema abordado.
Encuadres específicos sobre pobreza: En cuanto al “encuadre individualista de la pobreza”, su medición se realizó a partir de codificar dos variables dummy que permitían determinar si la nota hace un tratamiento de la pobreza que coloca al individuo como responsable de las causas, así como de la solución de la misma. Para ello, se codificó si en la nota se señala que 1) “El individuo pobre es responsable de su propia condición” (e.g. tomar una mala decisión, estilos de vida nocivos, depresión, tener muchos hijos, entre otros) y si se señala que 2) “Las soluciones del problema dependen del individuo” (e.g. tomar mejores decisiones, cambios en el estilo de vida, decidieron invertir en sus estudios, entre otros).
En cuanto al “encuadre estructuralista de la pobreza”, en este se evalúa si se asume que las causas y soluciones de la pobreza residen en factores externos al individuo. Su medición se realizó a partir de dos variables dummy, relativas a si en el texto se señala que: 1) “La pobreza se debe a realidades externas al individuo (e.g. la economía, bajos salarios, poca asistencia del gobierno o programas gubernamentales ineficaces, falta de apoyos a la educación y el racismo o clasismo) y si se menciona que 2) “Las soluciones de la pobreza dependen de acciones estructurales a nivel económico, político y social” (e.g. aumentar el salario mínimo, aumentar la asistencia social, más apoyos a la educación, redefinir el sistema fiscal, entre otros).
5.3. Procedimiento
La codificación de la muestra que conforma este estudio fue realizada por un grupo de 38 estudiantes de licenciatura de la facultad de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la Universidad Autónoma de Nuevo León, quienes integraron este proyecto como parte del curso de Comunicación Política y a quienes se agradece su participación, sin la cual este estudio no habría podido ser una realidad. En particular, durante el mes de septiembre de 2020 se tuvieron varias sesiones de capacitación con los codificadores con el objetivo de darles a conocer el libro de códigos, así como buscando establecer criterios comunes para interpretar las variables de libro de códigos, de modo que se pudiera alcanzar una buena fiabilidad o acuerdo inter-codificadores. Esta prueba consistió en seleccionar aleatoriamente una submuestra de 50 noticias para ser recodificadas por los autores de este texto y poder comparar sus resultados con aquellos que fueron arrojados por los codificadores originales de este estudio. Al comparar ambas series de codificaciones utilizando la fórmula de acuerdo de Holsti se encontró que este estudio tiene una fiabilidad inter-codificadores del 83%. Si bien este valor no es muy fuerte, se debe considerar aceptable tomando en consideración que el estudio se realizó en línea debido a la afectación por la pandemia por COVID-19.
6. ANÁLISIS DE LOS RESULTADOS
Al realizar un análisis descriptivo de los datos obtenidos, se puede observar en primer lugar que la mayoría de las 663 unidades analizadas pertenecían al género de noticias (76.3%), seguido de artículos de opinión (15.7%), crónicas (4.8%) y entrevistas (3.2%). La extensión promedia de las noticias fue de 427 palabras, siendo el caso más pequeño una noticia de 54 palabras y el más grande una con 4107 palabras. En cuanto al protagonista de la nota, los actores que en más ocasiones aparecieron como protagonistas fueron las personas en situación de pobreza, con el 45.7% de las notas, y los representantes o instituciones del estado, con un 31.5% de los casos (Ver Tabla 1). Por su parte, los demás actores tuvieron una presencia mucho menor en las informaciones, con un 4.4% de noticias donde las organizaciones no gubernamentales fueron protagonistas y un 3.2% de noticias con protagonismo de representantes de asociaciones religiosas.
En cuanto a la presencia de las diferentes fuentes informativas en las noticias, en la Tabla 2 se aportan los datos de aquellas que fueron detectadas como principales. En todo caso, la fuente más citada fueron los representantes o las instituciones del Estado con una frecuencia de 296 notas que representa el 44.6% del total. La prevalencia de la fuente gubernamental es un resultado esperado, que concuerda con otras investigaciones citadas en este trabajo de investigación (; ; ; ). En segundo orden de importancia se situaron los diferentes actores de la Sociedad Civil que en conjunto ocuparon el 18.9% de las notas, seguidos a gran distancia de empresarios en un 3.8% de las noticias y las propias personas en situación de pobreza, que ocuparon el 3% de las noticias analizadas. Se observa, por tanto, cómo las personas en situación de pobreza fueron protagonistas, pero no fuentes en las informaciones localizadas en los periódicos.
Fuente principal | N | % |
---|---|---|
Representantes del Estado | 296 | 44.6 |
Sociedad Civil | 125 | 18.9 |
Empresarios | 25 | 3.8 |
Personas en situación de pobreza | 20 | 3.0 |
Otras fuentes o sin fuente | 196 | 29.6 |
Una vez revisados los datos descriptivos, se procedió a estudiar la relación entre las variables del estudio, buscando dar respuesta a la tercera pregunta de investigación. Para ello, se correlacionaron las variables relativas a las principales fuentes informativas presentes en las noticias con el uso de los distintos encuadres noticiosos, genéricos y específicos, analizados. En cuanto al encuadre de atribución de responsabilidad, se observó una correlación positiva y estadísticamente significativa de este encuadre con la fuente gubernamental, r(661) = .08, p = .04. Es decir, en los contenidos con primacía de la fuente gubernamental hay una mayor atribución de responsabilidad acerca de la causa o resolución del problema. Cuando las empresas, sociedad civil y las personas en situación de pobreza actuaron como fuente, se observó una correlación positiva, pero en ninguno de estos casos fue estadísticamente significativa (Ver Tabla 3).
En cuanto al uso del encuadre de interés humano, se observó una correlación positiva y estadísticamente significativa con el uso de las personas en situación de pobreza como fuentes informativas, r(661) = .29, p < .001. En contraste, también se encontró una correlación estadísticamente significativa de este encuadre con la presencia de la fuente gubernamental, aunque en este caso negativa, r(661) = -.16, p < .001. Es decir que en las notas donde existe una primacía de la fuente personas en pobreza hay una mayor presencia de una información que se adentra en la vida de las personas e individualiza el problema, mientras que la primacía de fuentes gubernamentales tiende a disminuir este enfoque (Ver Tabla 3). Por su parte, el encuadre de consecuencias económicas tendió a estar menos presente en noticias donde las personas en situación de pobreza eran la fuente informativa, r(661) = -.10, p = .02.
En el caso del encuadre de moralidad, se observó una correlación positiva y estadísticamente significativa entre el uso de este enfoque y la presencia de la sociedad civil como fuente informativa, r(661) = .23, p < .001. También se encontró una correlación positiva y estadísticamente significativa entre este encuadre y las personas en situación de pobreza actuando como fuente informativa, r(661) = .13, p < .001. En contraposición, también se encontró una correlación estadísticamente significativa con la presencia de la fuente Gubernamental, aunque en este caso negativa, r(661) = -.17, p < .001. Es decir, las noticias donde se identificaba más una presencia de mensajes morales y prescripciones legales o religiosas, que denotan el encuadre de moralidad, eran aquellas donde la sociedad civil y las personas en situación de pobreza actuaban como fuente informativa, mientras que se reducía este enfoque cuando el gobierno era fuente. Finalmente, no se identificó ninguna correlación entre las fuentes principales de la nota y el encuadre de conflicto (Ver Tabla 3).
Otro aspecto analizado acerca del tratamiento de las notas fue el enfoque que se le dio a las causas y soluciones de la pobreza. Uno de estos enfoques es el encuadre individualista, que supone que tanto las causas de la pobreza como sus soluciones dependen de los individuos que se encuentran en situación de pobreza. Al hacer las pruebas de correlaciones se encontró la existencia de una correlación positiva y estadísticamente significativa entre las personas en situación de pobreza como fuente informativa y este encuadre individualista, r(661) = .21, p < .001. Por su parte, el encuadre estructuralista considera la presencia de un tratamiento que coloca la responsabilidad de las causas y soluciones de la pobreza en factores externos al individuo, como puede ser la situación económica y política. En este caso, aunque todas las fuentes informativas detectadas correlacionaron positivamente con el encuadre estructuralista, ninguna llegó a alcanzar significancia estadística. Únicamente fue tendencial la correlación con la fuente Gubernamental, r(661) = .07, p = .06 (Ver Tabla 3).
Adicionalmente al análisis de las correlaciones entre fuentes principales y los encuadres utilizados en el tratamiento de los textos, el artículo buscó estudiar las correlaciones existentes entre los encuadres específicos de la pobreza y los encuadres genéricos utilizados en los textos informativos (Ver Tabla 4). El análisis de estas asociaciones permitió determinar que la presencia del encuadre individualista tenía una correlación positiva y estadísticamente significativa con la del encuadre de interés humano, r(661) = .18, p < .001. Por su parte, también se observó una correlación positiva y estadísticamente significativa del encuadre individualista con la presencia del encuadre de moralidad, r(661) = .11, p < .001. De forma contraria, aunque la correlación entre el encuadre individualista y el de atribución de responsabilidad fue estadísticamente significativa, r(661) = -.11, p < .001, esta fue de corte negativo. Finalmente, no se encontraron correlaciones entre el encuadre individualista y los encuadres de consecuencias económicas y de conflicto. De esta manera, se observa que el enfoque individualista tiende a ser enfatizado en los textos que presentan la pobreza desde encuadres de moralidad e interés humano, pero que tienden a alejarse de la atribución de responsabilidad.
Individualista | Estructuralista | |
---|---|---|
Atribución de responsabilidad | -.11*** | .46*** |
Interés humano | .18*** | -.10** |
Consecuencias económicas | -.05 | .28*** |
Moralidad | .11*** | -.07 |
Conflicto | .04 | .30*** |
Por su parte, la presencia en los textos del encuadre estructuralista de la pobreza presentó una correlación positiva y estadísticamente significativa con tres encuadres genéricos analizados: tanto con el encuadre de atribución de responsabilidad, r(661) = .46, p < .001, como con el encuadre de conflicto, r(661) = .30, p < .001, y el encuadre de consecuencias económicas, r(661) = .28, p < .001. Por el contrario, el análisis de los datos arrojó una correlación estadísticamente significativa, aunque de corte negativo, entre la presencia del encuadre estructuralista con la del encuadre de interés humano, r(661) = -.10, p < .001. Finalmente, la correlación entre el encuadre estructuralista y el encuadre de moralidad no presentó significancia estadística. De esta manera, se puede concluir que el enfoque estructuralista tiende a ser enfatizado en los textos que presentan la pobreza desde la atribución de responsabilidad, el conflicto y las consecuencias económicas, pero que tienden a alejarse de las descripciones personales del interés humano.
7. DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
El objetivo principal de esta investigación fue el de analizar los contenidos sobre pobreza a lo largo de un año para poder conocer el tratamiento que se hace de este tema, así como su relación con algunos otros temas de interés y la interpretación causal que se hace sobre la pobreza. Para ello, de este objetivo general se desglosaron tres preguntas de investigación a las que se pretendía dar respuesta con la investigación realizada: 1) ¿Qué actores presentaron mayor protagonismo en las noticias sobre pobreza?; 2) ¿Qué fuentes informativas fueron preponderantes en las noticias sobre pobreza?; 3) ¿Se presentaron correlaciones entre el uso de los diferentes encuadres noticiosos en la información con cada fuente informativa detectada?
Dando seguimiento a las preguntas de investigación que guiaron este estudio, se puede afirmar en primer término que los protagonistas más destacados en las notas sobre pobreza fueron, de forma predominante, tanto las personas en situación de pobreza como los representantes o instituciones del Estado. Por su parte, los actores de la sociedad civil quedaron reflejados en un tercer lugar, a pesar de su importancia a la hora de abordar el fenómeno de la pobreza. En respuesta a la segunda pregunta de investigación, las fuentes principales de las noticias analizadas fueron, en primer término, los representantes del Estado, seguidos de miembros de la sociedad civil, los empresarios y, en último lugar, las personas en situación de pobreza. Cabe señalar que esta prevalencia de la fuente gubernamental es un resultado esperado y que concuerda con otras investigaciones citadas en este trabajo de investigación (; ; ; ). En todo caso, no deja de sorprender que las personas en situación de pobreza se conviertan en testigos mudos del fenómeno, siendo interesante sus vivencias, pero no sus opiniones a la hora de elaborar la información.
Por otra parte, también se buscó dar respuesta a la tercera pregunta de investigación, acerca de las correlaciones existentes entre fuentes usadas y encuadres presentes en las noticias. Al respecto, la fuente gubernamental correlacionó positivamente con el encuadre de atribución de responsabilidad y negativamente con los encuadres de interés humano y de Moralidad. Quizá esto pudiera sugerir un vínculo entre el tratamiento mediático de la pobreza y cultura política asistencialista que prevalece en México, en donde en muchos casos se interpreta la situación que viven las personas pobres como una calamidad, en lugar de verse como una violación a sus derechos, a la que deben prestar atención los organismos púbicos. Pero también cabe recordar que en muchas ocasiones se representa la acción gubernamental no tanto como una obligación o una exigencia social, sino como un favor o dádiva que se le hace a las clases desfavorecidas. Son puntos que deben ser revisados y aclarados en futuros estudios.
Por otra parte, las personas en situación de pobreza actuaron como fuentes informativas en noticias donde tendía a estar más bien presente el encuadre de interés humano. Esto sugiere que estas personas son consultadas principalmente para nutrir un artículo periodístico cuando ellos mismos son los protagonistas de la nota, pero no para profundizar en las causas del problema. Una de las conclusiones de este hallazgo es que parece que los periodistas no consideran a las personas en situación de pobreza como una fuente que pueda dar información sobre la pobreza en sí, a menos que se trate de narrar hechos acerca de sus propias vidas desde un punto de vista que puede acercarse incluso al sensacionalismo. Tampoco es sorprendente que la Fuente Gubernamental correlacione negativamente con el encuadre de interés humano pues las noticias que recurren a fuentes gubernamentales o miembros del estado tienden a concentrarse en el fenómeno general de la pobreza en lugar de analizar casos particulares.
Es interesante notar que haya tan baja correlación entre las fuentes analizadas y el encuadre de consecuencias económicas. Destaca cómo cuando la fuente informativa está representada por las personas en situación de pobreza, las noticias tienden a hacer una menor mención a temas económicos y financieros. Sin embargo, las otras fuentes no presentaron correlaciones con significancia estadística. De estos resultados surge una conclusión general a los contenidos sobre pobreza: los periódicos analizados no hacen un vínculo entre la pobreza y la economía. Esto resulta preocupante porque la literatura revisada en este estudio, como el caso de , apunta precisamente a que la economía es tanto causa como efecto de la pobreza. Una economía que funciona mal produce pobreza y una sociedad que no consigue reducir la pobreza produce una economía deficiente.
En cuanto a la fuente informativa representada por actores de la sociedad civil, esta presentó correlaciones positivas con el encuadre de moralidad. Es importante precisar que la fuente Sociedad Civil es un compuesto de varios actores entre los que destacan artistas, sindicatos, académicos, movimientos sociales, organizaciones no gubernamentales y miembros del clero. En este sentido, también se encuentra el patrón mencionado en el caso de la fuente representada por personas en situación de pobreza, en donde algunos de estos actores viven o han vivido en pobreza y se apoyan en su propia historia para hablar del tema. Sin embargo, también se encuentran los académicos que hablan de la economía solidaria, las organizaciones de base que hablan de la solidaridad que presentan los indigentes u otras personas en pobreza y también los clérigos o simplemente los textos bíblicos como fuente que hablan de una bondad intrínseca de las personas en pobreza.
La presencia de la sociedad civil como fuente informativa tiene mayor prevalencia al hablar de la división que existe entre clases sociales en función de su raza o su dinero y las consecuencias desiguales que esto genera tanto en el nivel de vida como en las diferentes posibilidades que tienen las personas para ejercer sus derechos. Destacan en este sentido los artículos en donde los sindicatos critican propuestas fiscales regresivas, aquellas en donde se habla del diferente trato judicial que reciben personas ricas y pobres, así como la discriminación a los modos de vida indígenas. En cuanto a la correlación positiva con el encuadre de moralidad, se puede interpretar que entre los actores de la sociedad civil o personas en pobreza hay una tendencia a enviar mensajes sobre la necesidad de cambio, ya sea por cuestiones morales o religiosas. En lo que concierne a la vinculación de la fuente gubernamental con el frame de moralidad, esta se hace en noticias que se limitan a describir la situación actual de la pobreza, o su evolución, a través de información estadística carente de elementos morales o religiosos.
Por otro lado, es preocupante que los actores de la sociedad civil no sean consultados o no decidan hablar acerca de lo que hace o deja de hacer el gobierno para revertir las carencias sociales, y los rezagos que tienen las personas en el goce de sus derechos. Sin embargo, es importante matizar esto y recordar que el libro de códigos buscaba determinar la presencia de las diferentes fuentes informativas. En este sentido puede haberse dado el caso de que en muchas noticias que fueron codificadas con una fuente gubernamental, también se consultara a actores de la sociedad civil. Para tener una mayor certeza en estos resultados sería interesante incidir en este estudio a partir de nuevas codificaciones, donde exista la opción de codificar a todos los actores utilizados como fuente de forma separada en lugar de tener que escoger solo el predominante.
Además es importante señalar que en el estudio se encontró una mayor presencia de interpretaciones causales estructuralistas de la pobreza en los medios analizados. Mientras que en 262 artículos se señalaron las condiciones estructurales como las causas de la pobreza, solo en 56 artículos fueron señaladas las decisiones individuales como el origen de la pobreza, dominando por tanto un enfoque o encuadre estructuralista a la hora de presentar la pobreza. En este sentido, el resultado es contundente: en los medios impresos mexicanos prevalece un tratamiento sobre la pobreza como un fenómeno complejo que se debe primordialmente a las condiciones económicas, políticas y sociales en las que las personas deben desarrollarse.
Aunque ya se discutieron los resultados estadísticamente significativos que surgieron al correlacionar las fuentes principales de los artículos analizados con las variables relativas a los encuadres noticiosos, resulta interesante detectar que no exista ninguna fuente con alguna correlación estadísticamente significativa con el encuadre de conflicto. La fuente que tuvo la correlación más alta, aunque no estadística, fueron las personas en situación de pobreza. En este grupo de notas proliferaron las historias acerca de migrantes, personas pobres, o indigentes que cuentan su vida y las dificultades por las que han tenido que pasar. En esta narración hay una presencia de un reproche a la ausencia de apoyos del gobierno o hacia una demanda por mejores condiciones de vida. Se trata fundamentalmente de artículos críticos, con el gobierno de México o gobiernos extranjeros, que utilizan las narraciones de personas en pobreza para nutrir su crítica.
Como se mencionó antes, prácticamente la totalidad de artículos cuya fuente principal son las personas en pobreza son historias que tienen como protagonista a las propias personas en situación de pobreza. Aun así, hay una alta presencia de noticias de este tipo que tienen una nula presencia del encuadre de conflicto. De manera general sorprende la poca presencia de discusión, o visión crítica sobre la pobreza, sus causas y soluciones, así como el actuar de las autoridades en la prensa mexicana. La ausencia de este encuadre, en paralelo con la débil presencia del encuadre de atribución de responsabilidad, pareciera dar el mensaje de que la pobreza es un fenómeno inevitable que no se cuestiona demasiado y cuyos responsables son difíciles de identificar.
Finalmente, se buscó dar respuesta a la cuarta pregunta de investigación planteada en el estudio. En lo que concierne a las correlaciones entre los encuadres específicos de la pobreza y los encuadres generales resulta interesante la marcada oposición entre la forma en que correlacionaron los diferentes encuadres genéricos con cada uno de los específicos. Los hallazgos encontrados permiten observar que en la mayor parte de los posibles patrones de correlación el encuadre individualista correlacionaba en sentido inverso al encuadre estructuralista, es decir, se observan claras diferencias en la estructura discursiva seguida para la elaboración de las informaciones sobre pobreza dependiendo de si se enfatizaba una descripción de esta en términos individualistas o estructurales.
Así, el encuadre individualista tiende a ser enfatizado en textos donde prima el discurso moralizante desarrollado desde descripciones de individuos y grupos afectados por el asunto informado. Si bien este tipo de tratamiento informativo puede resultar más atractivo para la audiencia, al enfocarse el lado humano del problema a menudo a través de un tratamiento emocional, también es cierto que puede derivar en la presentación del fenómeno desde un enfoque marcadamente sensacionalista, lo que podría impedir el perfecto acceso a la información por parte de la audiencia. Por su parte, el enfoque estructuralista tiende a dominar en textos donde se presenta la pobreza como un asunto conflictivo y se enfatizan las consecuencias económicas que esta tiene para la sociedad, pero donde se suelen remarcar a quienes tienen la responsabilidad de que el problema exista o bien de desarrollar las acciones para su solución.
Además, la mayor distancia entre ambos encuadres específicos se presentó al contrastar sus correlaciones con el encuadre de atribución de responsabilidad. Consideramos que esta diferencia puede deberse a que cuando se elige un tratamiento estructuralista de la pobreza el periodista asigna explícitamente una responsabilidad sobre la situación. En cambio, cuando se elige el tratamiento individualista de la pobreza, esta responsabilidad se asigna de manera implícita. Es decir, es posible evitar atribuir explícitamente la responsabilidad a las propias personas en situación de pobreza, haciéndolo sin embargo de forma implícita a través de la narrativa del texto. Esto podría explicar también que el encuadre individualista correlacione positivamente con los encuadres de interés humano y de moralidad, que tienen mayor potencial de sugerir la responsabilidad de una forma más sutil a través del uso de historias que cuentan la vida de una persona o hacen uso de los valores o la religiosidad para construir un relato.
El hecho de que las correlaciones entre las fuentes y las variables de interés hayan tenido una fuerza moderada trae a la mesa nuevas interrogantes. ¿Cuáles son los principales determinantes periodísticos de los encuadres individualista y estructuralista? Si bien este estudio se centró en el análisis de las fuentes gubernamental y no gubernamental, se puede utilizar esta misma base de datos para correlacionar la presencia de los encuadres de interés con el medio analizado, o con los temas abordados. Todos ellos son líneas de trabajo futuro que se deberán realizar para profundizar en el estudio de la representación de la pobreza en un contexto como el mexicano, donde este fenómeno más que ser anecdótico es una realidad con la que vive buena parte de la población.
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Notes
[*] Alejandro Medina es candidato a maestro en Ciencia Política por la Universidad Autónoma de Nuevo León. Director de Escalando Fronteras A.C., organización dedicada a prevenir conductas de riesgo en niños, niñas y adolescentes en comunidades vulnerables, así como co-realizador de “América Latina en Movimiento”, documental que retrata experiencias de economía solidaria en seis países de América Latina.
[**] Carlos Muñiz es doctor en comunicación (USAL, 2007), profesor titular y coordinador del Laboratorio de Comunicación Política en la Universidad Autónoma de Nuevo León. Sus líneas de investigación se centran en el estudio de los efectos mediáticos y el estudio tratamiento informativo (framing) de la política en los medios.