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María Rosario Carvajal Muñoz
Universidad de Cádiz
España
http://orcid.org/0000-0002-1667-3379
Biografía
Vol. 2 Núm. 7 (2017), Artículos de Investigación, Páginas 87-98
DOI: https://doi.org/10.15304/ricd.2.7.4359
Recibido: 15-10-2017 Aceptado: 09-12-2017 Publicado: 09-01-2018
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Resumen

El texto abre un debate en torno a la política y lo común, focalizándose en las repercusiones que el uso de lo común tiene para las libertades de los individuos. Se hace especial hincapié en el uso común, público o privado de las nuevas tecnologías. En este sentido, un punto de arranque importante en el rearme de lo común fue el movimiento social del 15M en 2011, que reivindicó otro modelo de concebir la política. A partir de ahí se ha dado un incremento notorio de propuestas de lo común. Su propósito principal ha sido, y es, crear espacios compartidos en comunidad, donde debatir sobre cuestiones sociales de interés común, y abriendo espacios de libertad a una sociedad heterogénea. Las nuevas tecnologías tienen un papel destacado en estos nuevos formatos de la política. No obstante, el uso de Internet, y de los medios de comunicación en general, no están exentos de peligros, porque en ellos, como se constatan en otras instancias, están reflejadas las relaciones de poder, con un importante peso de los intereses comerciales. Esta realidad limita las libertades de los individuos y hacen más necesarios los espacios comunes de resistencia ciudadana. En este particular, el enfoque de capacidad de Amartya Sen, y el planteamiento teórico en el que se inscribe,  constituyen herramientas útiles para reflexionar sobre la necesaria presencia de espacios de lo común en nuestras vidas, con objeto de preservar libertades básicas. Lo común amplía libertades,   siguiendo las facetas de libertad de Sen, es por esto que se hace una defensa de los espacios comunes, también porque nos lleva a una democracia más participativa. 

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