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Rafael Torres Sánchez
Universidad de Navarra
España
Núm. 15 (2006), Artículos
DOI: https://doi.org/10.15304/ohm.15.549
Recibido: 30-11-2012 Aceptado: 30-11-2012
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Resumen

Este artículo analiza las causas y consecuencias de la participación del estado español en el negocio privado de los seguros de vida en la segunda mitad del siglo XVIII, el llamado Fondo Vitalicio. Su principal objetivo era reducir la deuda histórica. La reacción de los inversores fue positiva y todo indica una creciente popularización de este tipo de inversión. No obstante, la estructura administrativa establecida por el estado para la gestión de este Fondo limitó su expansión. El estado no confió en el mercado y limitó el número de emisiones y capitales que se podía imponer. Al final, el estado contribuyó a crear un mercado de inversión, pero también a reducir su desarrollo. La utilización de los capitales invertidos tampoco fue dirigida al objetivo principal, sino que sirvió para dar liquidez a la Tesorería General. El principal centro de contratación y procedencia de los inversores fue Madrid, y todo el mercado presentó un marcado perfil local. Entre los inversores predominaban los varones de edades medias y mayores, mientras que las mujeres sólo alcanzaron una presencia superior en las edades de incorporación al matrimonio.
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