1. Introducción y estado de la cuestión
La seguridad es uno de los temas que ha cobrado mayor relevancia en las agendas políticas de los países latinoamericanos en los últimos años. Junto a este tema, y casi en igual orden de importancia, la migración ha pasado a formar parte de los discursos de los líderes políticos de distinto tinte ideológico -y de los ciudadanos-, llegando a fijarse una causalidad entre inmigración y seguridad bajo la idea de que la presencia de inmigrantes ha incrementado los índices de criminalidad en los países latinoamericanos (; ). Todo esto repercute en las ideas e imaginarios relacionados con la democracia; y, como punto de partida de esta investigación, en la propia satisfacción con esta última.
Teniendo en cuenta este contexto, esta investigación se propone como objetivo general determinar si, por su relevancia actual, la inmigración y la seguridad están presentes en la base de la satisfacción de la democracia del conjunto de países que conforman la Comunidad Andina (CAN); es decir, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia, como países miembros de este mecanismo de integración surgido en 1969 como Pacto Andino. Este será el criterio geográfico-político que servirá para agrupar a lo que al mismo tiempo son algunos de los principales países que reciben el mayor número de inmigrantes intrarregionales:
El artículo aborda el análisis de diversos conceptos fundamentales: la satisfacción con la democracia, la percepción de seguridad y la actitud hacia la inmigración. Estos tres elementos han experimentado cambios en últimos años en toda América Latina, y se presume que también es el caso de la subregión andina. Esta premisa impulsa a examinar cómo dos variables tan intrínsecas como la seguridad y la inmigración influyen en la satisfacción con la democracia en una subregión sumida en el interregno global ().
1.1. Satisfacción con la democracia y seguridad: ¿nuevos significantes?
El debate entre los conceptos de seguridad y democracia ha cobrado auge en los últimos años. Esto se explica, por una parte, por el incremento de los índices de desafección ciudadana hacia la democracia, situándose en niveles comparativamente superiores a otras décadas (). Por otro lado, se encuentran los también elevados índices de violencia y criminalidad, las altas tasas de homicidio concentradas en la región (UNODC, 2023), así como la presencia del crimen organizado, todo esto frente a una percepción ciudadana que reporta y rechaza la ineficiencia por parte de los líderes en la toma de decisiones y en la implementación de políticas públicas eficaces. A todo lo anterior se suman la fragilidad institucional y de políticas económicas y sociales, así como lo que Sánchez-Barrilao (2020) denomina como el “deficiente reparto de la riqueza”. En palabras de este mismo autor, la combinación de este tipo de factores sociales, políticos, económicos -y de coyuntura-, puede contribuir al surgimiento de “ideologías extremistas y radicales” en contextos nacionales y globales.
Según el Índice de Democracia Global, para el año 2023, en América Latina, Uruguay y Costa Rica serían los únicos países que entrarían dentro de la categoría de “democracias plenas”. Mientras tanto, en el otro extremo resaltan Venezuela, Nicaragua y Cuba como regímenes autoritarios, con puntuaciones menores a 2 (de 10, como indicador máximo de “plenitud democrática”). Por su parte, países como El Salvador figuran dentro de la clasificación de “regímenes híbridos”, siendo este el país que reflejó el descenso más considerable (-0,35), en comparación con años anteriores del mismo índice. La tabla 1 muestra los datos de los países que se han tomado como muestra en este estudio, y la clasificación según el Índice de Democracia Global (2023):
Fuente: Elaboración propia. Datos procedentes del Índice de Democracia Global (2023).
Como refleja el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en su Informe sobre Desarrollo Humano 2023/2024. Salir del estancamiento: reimaginar la cooperación en un mundo polarizado, una de cada dos personas en América Latina apoya a líderes capaces de socavar la democracia, y eso sucede al mismo tiempo que nueve de cada diez personas apoyan la democracia. De ahí la denominación a la que recurre el propio informe como: “paradoja de la democracia”. Siguiendo esta línea, también ponen de relieve la preocupación ante a los elevados índices de satisfacción con la democracia que refleja la ciudadanía salvadoreña; pero no solo, ya que Nayib Bukele es -según reflejan varios estudios demoscópicos- el líder mejor valorado en varios países de la región. Lo que hace significativo a este caso es la degradación sistemática del orden constitucional y la violación sistemática de los derechos humanos, dos hechos que sirven de evidencia de su deriva autoritaria. Ello podría ser muestra de nuevos significantes de la democracia para la ciudadanía basados especialmente en el orden securitario y el éxito o fracaso en su manejo.
De acuerdo a todo lo señalado, en América Latina es posible hablar de casos que evidencian una erosión de la democracia, que se inserta en una deriva autoritaria, y por parte del público, una ‘deformación’ del concepto de democracia. Unido a lo anterior, los datos de Latinobarómetro 2023 demuestran que el 48% de los latinoamericanos apoya la democracia en la región y un 28% muestra indiferencia al régimen político de su país en cuanto si debiera ser o no democrático. Y es que, volviendo al caso salvadoreño, el partido Nuevas Ideas -liderado por Nayib Bukele- obtuvo más del 80% de los votos en la última elección (). Es así como cuatro de cada cinco ciudadanos salvadoreños avalaron la reelección de este líder.
Según el , la región evidencia “malestar social, las contiendas electorales reñidas y el estancamiento legislativo”, y en la misma línea, para se trata más bien de “sociedades enojadas” que “reclaman un cambio de rumbo de los gobiernos, pero también una nueva forma de relacionarse con sus instituciones” (). De ahí la importancia de medir su satisfacción con la democracia. Es así como, a la hora de evaluar el comportamiento de los sistemas políticos democráticos, diversos investigadores e instituciones han acuñado un comportamiento para evaluar su impacto en la ciudadanía, concebido como ‘satisfacción’, que se refleja en el nivel de apoyo, respaldo y legitimidad que la clase política recibe de la población. A la hora de llevar a cabo estos estudios, se toman en consideración aspectos de “niveles de corrupción, igualdad socioeconómica, satisfacción ciudadana, decisión electoral y accountability, entre otras” ().
Es preciso situar un inciso del mismo autor, que distingue entre “apoyo explícito a la democracia” y “apoyo intrínseco a los valores democráticos”, que distan en lo que respecta al discurso expreso por el ciudadano en materia de la política y los valores internos de cada individuo. Es decir, aunque la ciudadanía presente críticas o apoyo expreso a la clase política, para entender si, en efecto existe una satisfacción, es necesario evaluar el comportamiento de variables como “la libertad, expresión pública, tolerancia a la diversidad, confianza interpersonal y satisfacción con la vida” (). Además, que el público esté insatisfecho con un sistema político específico -que, digamos, esté enmarcado en valores de una democracia sólida o imperfecta-, no implica que no crea en la democracia como el sistema más apropiado para que lo represente.
Unido a lo anterior, el gráfico 2 muestra la satisfacción con la democracia de los países andinos en comparación con el resto de América Latina. Se observa que, tradicionalmente la trayectoria ha sido similar en ambos casos hasta 2018, año en que la tendencia general denota un leve ascenso, en comparación con los países andinos, cuya tendencia es contraria.
Bajo aportes más actuales, es posible ponderar entre los aspectos más relevantes a la hora de evaluar la satisfacción con la democracia al ‘rendimiento económico’ del sistema político y su impacto en la propia libertad económica de la ciudadanía. De este indicador se desprenden aspectos como “la igualdad socioeconómica o justa distribución del ingreso, el nivel de bienestar o la justicia social” (). Es decir, lo económico cobra un componente social para los ciudadanos. Así, en palabras de estos autores, las constantes y sostenidas problemáticas de desigualdad social presentes en América Latina, unido a la inequidad distributiva del ingreso per cápita” (), nos hablarían, por el contrario, de un fenómeno de ‘insatisfacción’ con la democracia’. Por lo tanto, en la actualidad, sigue destacando “el elemento de la desigualdad como un factor de quiebre de una democracia” ().
Este estudio repara en la salvedad de que la satisfacción con la democracia puede ser una variable que genera confusiones en cuanto a que el público puede interpretar que su valoración hace referencia directa con el gobierno de turno. Al igual que el trabajo de Lugo, Cruz y Fernández (2021), a efectos de este trabajo, se contempla la valoración de la democracia en su conjunto, incluido el sistema político.
1.2. Democracia, seguridad y migración.
Al momento de hablar de satisfacción con la democracia, otra cuestión importante a tener en cuenta es la repercusión que ha tenido en la región el fenómeno migratorio en los últimos años, especialmente por su carácter intrarregional. En cualquier análisis de este orden que se realice, no se puede obviar el caso de la migración venezolana por su volumen, visibilidad e impacto regional; que, según ACNUR, para septiembre del año 2023 ascendería a los 7,7 millones de personas. De este total, 6,5 millones de migrantes se sitúan en países de América Latina y El Caribe ().
Según un estudio llevado a cabo por , para el año 2023, Colombia encabezó la lista de los países que más migrantes venezolanos ha recibido, con un total de 2.875.743 personas, seguido de Perú, con 1.542.004 casos. Esto ha estado aparejado a evidencias claras de xenofobia social y gubernamental (), buena parte de ella basada en criterios socioeconómicos o “aporofobia” (), hacia los que se han visto expuestos los venezolanos en la región; especialmente en Chile (), y en los países andinos Ecuador () y Perú ().
No obstante, para no centralizar el diálogo en el caso venezolano, se destaca el histórico fenómeno de emigración de haitianos hacia países vecinos. Por ejemplo, República Dominicana ha destacado por la mayor acogida de ciudadanos de esta nacionalidad en los últimos años, los cuales se han visto expuestos a eventual discriminación; en tanto, según el informe Protección social y migración. El desafío de la inclusión sin racismo ni xenofobia de CEPAL (), “El flujo que entra al país está compuesto, fundamentalmente, por personas haitianas (79,2%)”, además de que “ser migrante afrodescendiente en República Dominicana es un factor adicional de discriminación, que se entremezcla con temas de nacionalidad debido a la proximidad con Haití, país con una población predominantemente afrodescendiente” ().
Así, a menudo se asocia la presencia de inmigrantes -especialmente en condiciones de vulnerabilidad socioeconómica- con un aumento de los índices locales de inseguridad (; ; ). Por ejemplo, se ha asociado la expansión de las actividades delictivas de la banda criminal ‘El Tren de Aragua’ con las políticas -para la perspectiva de algunos ciudadanos de los países de acogida- como parte de los resultados de acoger inmigrantes venezolanos en sus fronteras. En esto destaca el caso peruano (Inche et al.; 2023), que asocia -nuevamente en términos del público- un aumento de la delincuencia a la presencia de los migrantes venezolanos. Una asociación similar se hace presente en Chile, país de los países donde las autoridades del interior han reclamado la presencia de esta banda (Ulloa, 2024). Aunque en menor medida, esta percepción se hace presente en otros países de la región (; ).
Todo lo señalado contribuye a la asociación (al menos, desde la percepción del público), de los conceptos de migración y seguridad derivada, precisamente, del desplazamiento de millones de migrantes. Debido a la importancia de este fenómeno para las sociedades de acogida, se hace necesario demostrar si esto guarda relación con la satisfacción de la democracia en los países andinos, especialmente, por la presencia de inmigrantes en sus territorios.
2. Metodología
Para tener una visión amplia de la subregión andina se han seleccionado los países respondiendo a un doble criterio: a) el primero, político-geográfico por su pertenencia a la Comunidad Andina (CAN), con la finalidad de obtener un modelo de los países pertenecientes a la subregión andina; y el segundo, b) ser parte del conjunto de países de la región que reciben un importante número de migración intrarregional.
Se utiliza la metodología cuantitativa, ya que se evalúa el objeto de estudio por medio de criterios basados en la medición numérica y con el objeto de ofrecer resultados con criterios de exactitud (). De esta forma, la investigación comprende: a) estadística descriptiva, y b) la elaboración de un modelo explicativo sobre la seguridad y la migración como elementos presentes en la base de la satisfacción de la democracia en los países andino, por medio de un modelo de regresión logística. Este último permite “evaluar la influencia de cada una de las variables independientes sobre la variable dependiente” () y determinar la relación entre una variable respecto a otras variables explicativas en la probabilidad de que ocurra un suceso o evento en particular. La técnica empleada es el uso de la encuesta de opinión del Informe Latinobarómetro 2023.
Esta investigación se plantea comprobar las siguientes cuatro hipótesis:
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H1: La inmigración está en la base de la satisfacción con la democracia de los países andinos.
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H2: La satisfacción con la democracia de los países andinos guarda relación con la percepción de criminalidad hacia los inmigrantes.
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H3: La percepción del narcotráfico como problema es el elemento fundamental para la explicación de la satisfacción con la democracia de los países andinos.
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H4: La seguridad afecta la satisfacción con la democracia de los países andinos.
Se propone la siguiente operacionalización de los conceptos que según aparece como una fase intermedia que une la formulación teórica de un problema y la medición de las variables relevantes para su tratamiento empírico” (). Esta se divide en cuatro grupos de factores explicativos (tabla 2):
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a) factores económicos y sociales: incluye variables de tipo socio-estructurales y aquellas vinculadas a recursos económicos.
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b) factores institucionales y de política doméstica: tal y como se indica, considera las variables relacionadas con aspectos institucionales (por ejemplo, la confianza, ideología o valores) y de política interna.
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c) factores de seguridad: hace referencia exclusiva a aquellas variables que incorporan aspectos de seguridad, o que están directamente vinculados con ella.
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d) factores de política exterior: se relaciona con el papel que pueden cumplir la agenda de política exterior, las dinámicas bilaterales o multilaterales, las relaciones internacionales o la propia dinámica del sistema internacional.
Fuente: Elaboración propia.
2.1. Construcción de la variable dependiente
Para elaborar modelo explicativo sobre la seguridad y la migración como elementos presentes en la base de la satisfacción de la democracia en los países andinos, se consideró como variable dependiente la siguiente pregunta:
P 11 ST.GBS.A En general, ¿Diría Ud. que está muy satisfecho, más bien satisfecho, no muy satisfecho o nada satisfecho con el funcionamiento de la democracia en (PAÍS)? (1) Muy satisfecho(a); (2) Más bien satisfecho(a); (3) No muy satisfecho(a); (4) Nada satisfecho(a).
Se recodificó de P 11 ST.GBS.A a Re_Satisfacción_Democracia invirtiendo la escala a (4) Muy satisfecho(a); (3) Más bien satisfecho(a); (2) No muy satisfecho(a); (1) Nada satisfecho(a). Con base en esta escala se creó una variable dicotómica capaz de albergar el concepto de satisfacción denominada Satis_Demo con los valores agregados (1-2) = (0) Muy insatisfecho/insatisfecho, (3-4) =1 Satisfecho/Muy satisfecho, siendo 0 la ausencia del evento del evento de interés y 1 la ocurrencia.
Esta dicotomización de la variable dependiente sigue la línea de otros investigadores (; Rosales, 2017) quienes por medio de la regresión logística elaboraron sus propios modelos explicativos.
2.2. Operacionalización de las variables independientes
Se probaron un total de 295 variables independientes. El modelo presenta 14 variables independientes que luego de probarlas resultaron estadísticamente significativas para el modelo, es decir, p-valor asociado a los coeficientes beta ≤ 0,05. La tabla 3 presenta su operacionalización:
Fuente: Elaboración propia con el cuestionario de Latinobarómetro 2023.
3. Resultados
3.1. Estadísticos descriptivos
A continuación, se presentan los resultados estadísticos descriptivos en tres grupos: a) satisfacción con la democracia; b) percepciones sobre la inmigración; y, c) tipos de violencia y frecuencia de la preocupación de ser víctima de un delito.
a) Satisfacción con la democracia
Para iniciar la discusión, el gráfico 3 evidencia que los países de la subregión andina presentan una media baja de satisfacción con la democracia (1,84). De los cuatro países, Bolivia es el que presenta la media más alta (2,04), seguida por Colombia (1,93). Por su parte, Ecuador registra 1,70 y Perú se sitúa de último con 1,68. Comparativamente hablando, América Latina como región muestra mayor satisfacción con la democracia que la subregión andina, destacando que la media histórica regional más baja se ha situado en 2,04 (desde 1995 hasta la actualidad).
b) Percepciones sobre la inmigración
La tabla 4 muestra la opinión de los cuatro países andinos en cuanto a la percepción sobre la llegada de población inmigrante. Destaca que en todos los casos más del 70% afirma que su llegada “lo perjudica”, lo que se interpreta como una percepción negativa hacia estos. Coincide que, tal y como se observó en el Gráfico 1, Colombia, Ecuador y Perú son los países con mayor población inmigrante, y son, al mismo tiempo, los países cuya población local considera perjudicial su llegada, con valores del 80% en todos los casos, y solo Ecuador alcanza casi el 84%.
Fuente: Elaboración propia con datos de Latinobarómetro 2023.
Al ser consultados sobre el papel de los inmigrantes en sus respectivos países (gráfico 4), la media más alta de todas las afirmaciones en la subregión la compone que “Los inmigrantes causan un aumento del crimen”, con 2,89. En segundo orden, la afirmación que registra la media más alta es que “los inmigrantes vienen a competir por nuestros puestos de trabajo” (media de 2,69). Nuevamente, Ecuador es el país con la media más alta de los cuatro países (2,84). Combinada con la anterior, esta afirmación reafirma que las percepciones e imaginarios hacia los inmigrantes suelen estar vinculadas a emociones negativas ().
Otras investigaciones recientes también demuestran la relación entre inseguridad y competencia laboral como percepciones de rechazo de la población local hacia los inmigrantes. Específicamente en Ecuador, “la competencia laboral se asume frecuentemente como una condición económica intrínseca de la xenofobia”, situación en la que los imaginarios de “invasión y seguridad”, son reforzados por los medios de comunicación (). Asimismo, situación socioeconómica propia de los países receptores () y la respuesta securitista de los gobiernos () sin distingo de ideología ), se suman como aspectos que en su conjunto resultan perjudiciales para las percepciones de sus sociedades de acogida.
Siguiendo en el análisis, dentro de la primera afirmación, “los inmigrantes son buenos para la economía del país” la media más alta la representa Bolivia, con el 2,26. En línea con las afirmaciones anteriores, Ecuador registra la media más baja (2,10).
c) Tipo de violencia
Finalmente, en lo que se refiere al tipo de violencia más frecuente, el 43% de los ciudadanos de los países andinos manifiesta haber sufrido, principalmente, “violencia en las calles”. Colombia es el país más expuesto (49,3%), seguido por Ecuador (46,8%). En segundo orden, un dato relevante que arroja la tabla 5 que sigue es que la “violencia intrafamiliar contra las mujeres” es el tercer tipo de violencia que indica la ciudadanía (28,3%). Asimismo, alrededor de un 28% ha experimentado violencia perpetrada por maras/pandillas.
No se debe obviar que, de acuerdo con los datos de la Oficina de UNODC (2023), América registra altos niveles de violencia homicida. Por esa razón, no sorprende que precisamente la violencia en las calles sea la más frecuente.
Fuente: Elaboración propia. Datos extraídos del Latinobarómetro 2023.
Finalmente, la frecuencia de ser víctima de un delito con violencia en la subregión andina evidencia una media de 2,76. Ecuador vuelve a destacar, esta vez como el país cuyos habitantes manifiestan mayor preocupación (2,95), superando a Colombia (2,70). Es así como, todos los casos presentan medias similares y es importante acotar que las mismas son elevadas, ya que la media de América Latina es 2,67; esto quiere decir que 3 de los 4 países analizados superan la media regional (gráfico 5).
Algunos estudios sitúan los orígenes de la violencia en América Latina en la década de los 80 junto con el sistemático deterioro de las condiciones materiales de la ciudadanía justo a partir de ese momento (), especialmente por la implementación del modelo neoliberal en la región. A esto se suma la existencia de “Estados frágiles, con escasa presencia en los territorios y ausencia de instituciones sólidas, incluidas las fuerzas de seguridad y la justicia penal, con cárceles que son también espacios de violencia” (). Aunque para autores como , América Latina es la región con mayor número de planes de acción contra casi todas las formas de violencia, estos no poseen la efectividad necesaria, y se observa que, en los últimos años, algunos países comienzan a promocionar algunos planes de acción contra la violencia homicida, los cuales podrían socavar los valores democráticos y los derechos humanos.
Por su parte, sistematizan todo lo anterior en cuatro grupos de factores que explican la violencia homicida en la región: 1) estructurales (desigualdad y pobreza), 2) facilitadores (por ejemplo, fácil acceso a las armas de fuego o la cultura de masculinidad), 3) institucionales (especialmente impunidad, corrupción y falta de confianza), y 4) de las dinámicas del mercado (en las que se incluye el crimen organizado y la posición del país en la cadena de suministro). Cada grupo de factores podría afectar seriamente la dinámica social de un país; combinados podrían erosionar la propia democracia.
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de Latinobárometro 2023
Se destaca como resultado principal que la seguridad y la inmigración se presentan como variables explicativas de la satisfacción de la democracia en los países andinos, con un R2 del 33,0% (R2 de Nagelkerke= 0,330) (tabla 6).
Según los valores exponenciales de los coeficientes de beta ( ), las variables independientes que presentan un mayor peso explicativo dentro del modelo son las cuatro que se sitúan dentro del grupo c. factores de seguridad. Entre ellas destaca la variable de primer problema: narcotráfico ( =6,861). Este resultado no sorprende si se tiene en cuenta que el narcotráfico es uno de los principales problemas que caracterizan a la subregión ya desde la década de 1990. En este sentido, Colombia y Ecuador representan a los países con mayor incautación de cocaína, no solo en la subregión analizada, sino en toda América Latina (). De igual manera, esta subregión se caracteriza por la producción, tránsito y -en algunos países- de consumo de drogas y estupefacientes. Es de recordar que, particularmente la relación bilateral de Colombia con EE.UU. a consecuencia de la implementación del Plan Colombia en 1999, la Iniciativa Regional Andina (ARI, por sus siglas en inglés) o el Plan Patriota se hicieron extensivos a otros países de la subregión, tales como Ecuador o Perú, obligando así al diseño de agendas securitarias basadas especialmente en la lucha contra las drogas (Segovia, 2002).
Mientras que Colombia, Perú y Bolivia son países productores, Ecuador se ha caracterizado por ser un país de tránsito (); y, en los últimos años, se ha convertido en el puerto de salida de la droga hacia Europa, y con presunta presencia de laboratorios de producción de drogas (). Esto ha impactado negativamente en estas sociedades y según el informe de InSight Crime:
El aumento de la producción en los países vecinos, y los beneficios derivados de este mercado, se asoció a un notable incremento de los homicidios en Ecuador. La tasa de homicidios pasó de 6 por cada 100.000 habitantes en 2016 a 44,5 por cada 100.000 en 2023 ()
La situación de los países andinos muestra lo que se podría denominar una “relación perfecta” para el narcotráfico porque todos los países andinos forman parte de la cadena logística. Esto permite, así, comprobar la tercera de nuestras hipótesis (H3), que la percepción del narcotráfico como problema es el elemento fundamental para la explicación de la satisfacción con la democracia de los países andinos.
En segundo orden, dentro del mismo grupo, destaca: las garantías de tener una protección frente al crimen ( =1,267) y la confianza en las fuerzas armadas ( =1,179). De acuerdo al análisis de los resultados estadísticos descriptivos (Tabla 5), la subregión andina evidencia de manera más frecuente la “violencia en las calles”. Esto, a su vez, guarda relación con que las problemáticas securitarias tradicionales en la región han promovido el uso de las fuerzas armadas como herramienta de contención frente la delincuencia, la criminalidad y los conflictos sociales (), hasta el punto de que la confianza de la ciudadanía hacia estas ha aumentado en los últimos años. De hecho, algunos autores hablan del “militarismo del policiamiento”; es decir, que las fuerzas armadas están asumiendo funciones policiales en algunos países de la región (), algunas de ellas para ejercer funciones de control y detención de población inmigrante, como lo es el caso de Chile (). Con ello, podemos interpretar una “relación cíclica entre la confianza entre las instituciones y la inseguridad” (). Por ello, las fuerzas armadas pueden ser observadas como garantes de la protección frente al crimen.
Lo señalado refuerza los datos descriptivos observados en el Gráfico 5, que reflejan que todos los países de la subregión andina presentan un valor por encima de la media de frecuencia de la región en cuanto a la preocupación de ser víctima de un delito con violencia. De esta forma, estas variables significativas del segundo grupo comprueban la cuarta hipótesis (H4): la seguridad afecta la satisfacción con la democracia de los países andinos.
En este primer grupo de factores sobre seguridad también se encuentra la percepción de que los inmigrantes causan un aumento del crimen ( =-0,806). Así, mientras menor sea esa percepción de que los inmigrantes causan un aumento del crimen, habrá una mayor satisfacción con la democracia. Este hallazgo es importante a efectos del presente estudio porque permite comprobar dos de las hipótesis: la primera, (H1) es que la inmigración está en la base de la satisfacción con la democracia de los países andinos. La segunda (H2) es que la satisfacción con la democracia de los países andinos guarda relación con la percepción de criminalidad hacia los inmigrantes. Esta última a su vez tiene que ver con la dimensión securitaria ya señalada en el grupo anterior.
El siguiente grupo de variables está conformado por b. los actores institucionales y de política doméstica. La variable de mayor peso dentro de este grupo es la confianza al gobierno ( =1,689); seguida por la confianza al presidente ( =1,296), con una relación positiva. Los cuatro países analizados poseen regímenes donde el presidente de la república es elegido jefe de Estado y de gobierno (). Para , un aumento en la confianza del ejecutivo puede promover posiciones de satisfacción con la democracia debido a sus altos niveles de representación y autoridad. Por esa razón, estas relaciones de confianza con el gobierno y/o el presidente han sido estudiadas empíricamente en contextos diferentes, presentando la misma relación que en este modelo; es decir, significativa y positiva (Montero, Zmerli, y Newton, 2018; Lugo, Cruz y Fernández, 2021).
Dentro del mismo grupo destacan dos variables estadísticamente significativas con una relación inversa: probabilidad de un golpe de Estado ( =-0,841); y: apoyaría a un gobierno militar en reemplazo del gobierno democrático, si las cosas se ponen muy difíciles ( =-0,751). Un descenso en cualquiera de ellas provocaría un aumento de la satisfacción con la democracia. Esta relación es destacable porque, frente a los bajos niveles de satisfacción con la democracia en la subregión, estas variables independientes que impactan negativamente a la variable dependiente se insertarían dentro de los valores democráticos que, históricamente, han caracterizado a la región. Y es que en el marco teórico se reparó en la importancia de considerar a los nuevos significantes de democracia que podrían estar estableciéndose en América Latina.
Como bien señalan : “la idea es que los ciudadanos pueden estar descontentos con la democracia y con el funcionamiento de sus instituciones, pero eso no necesariamente implica que abandonen las convicciones que hacen posible la democracia y que están asentadas en el plano más profundo de sus valores” (). Frente a los últimos resultados del Informe de Latinobarómetro 2023, cuyos estadísticos descriptivos denotan que para la ciudadanía existen variables independientes como la seguridad -que podrían sugerir la relativización de algunos valores enmarcados en el respeto de los derechos fundamentales- esta negativa de probabilidad de un golpe de Estado (y de apoyar a un gobierno militar incluso bajo contextos de dificultad) refuerza la vocación democrática de la región.
Por su parte, dentro del grupo a. factores económicos y sociales, la variable de situación económica actual es la de mayor peso explicativo ( =1,587), seguida por la percepción de progreso del país ( =1,461). Esta relación ha sido una de la más comprobada por investigaciones previas (; Díaz, 2014; ; ) demostrando que, a mayor crecimiento económico de un país, mayor satisfacción con la democracia; unido a que la probabilidad de consolidar un régimen democrático es mayor (). Dentro de este grupo también destaca la pertenencia a una clase social ( =1,298): que, mientras más alta, más satisfechos con la democracia.
Adicionalmente, destaca que aparezca dentro del modelo la mención de que la licencia por maternidad la use tanto el padre como la madre ( =-0,733) con una relación negativa. Esto podría estar relacionado con los roles de género para el cuidado, y es que en la región “Los tiempos de licencias de maternidad y paternidad continúan siendo desiguales, salvo excepciones como Cuba y Chile”, y también con que “la gran mayoría de las normas relacionadas con el empleo y los cuidados benefician solo a quienes trabajan en los mercados formales de trabajo, y deja fuera a grandes grupos que permanecen en la informalidad” (). Como corolario de esta situación, los países andinos analizados solo reconocen para los padres: 10 días en Ecuador y Perú, 14 días en Colombia y 3 días en Bolivia (). Finalmente, no se debe obviar que según los datos descriptivos de la Tabla 5, aproximadamente tres de cada diez personas mencionan la violencia contra las mujeres como una violencia frecuente en el país (tercer tipo de violencia en orden de importancia).
Para dar cierre a este grupo a. factores económicos y sociales, el modelo registra la necesidad de mejora de la sociedad ( =1,309), aspecto que podría hacer referencia a aspectos políticos, sociales y económicos de forma conjunta. Es así como, mientras es mayor la percepción de necesidad de mejora de la sociedad, es mayor la satisfacción con la democracia.
Finalmente, la variable relaciones económicas con Rusia es la única variable que se sitúa dentro de los d. factores de política exterior. Esta muestra que un mayor apoyo a las relaciones económicas con ese país aumenta la satisfacción con la democracia en los países andinos ( =1,314). Las relaciones entre este país y varios países de América comenzaron a evolucionar durante la presidencia de Barack Obama en los Estados Unidos (), marcando un cambio significativo respecto a la hegemonía de dicho país en la región. A su vez, los países de la subregión andina presentan unos acuerdos comerciales importantes con la región que se han visto afectados por el conflicto ruso-ucraniano, rebajando el nivel de importaciones de productos como las bananas de Colombia (Arias, et al. 2024) o afectando a la balanza comercial ecuatoriana, al ser la Federación de Rusia uno de los países que más afecta al aumento de saldo comercial del país (). Finalmente, no se puede obviar que el estudio de Latinobarómetro 2023 se realizó posterior a la pandemia de COVID-19, contexto en el cual se dio la llamada “guerra de las vacunas” (), y en el que especialmente Rusia y China surtieron a Latinoamérica.
4. Conclusiones
Esta investigación obtuvo como principal resultado demostrar que la seguridad y la migración están presentes en la base de la satisfacción con la democracia (H1, H2 y H4). Esto supone un hallazgo importante, ya que la mayoría de las investigaciones recientes que utilizan como variable dependiente la satisfacción con la democracia, refuerzan la incidencia de variables económicas, sociodemográficas y políticas, pero no de seguridad, y más específicamente sobre inmigración. Destaca además que esta última tiene que ver con la inseguridad y el crimen, lo que denota un mismo sentido y coherencia en los resultados.
Como segunda conclusión, esta investigación obliga a pensar en la necesidad de elaborar estudios oportunos y en tiempo real sobre la tendencia de la región a una “bukelización”; esto es, una tendencia ciudadana a validar gobiernos que, bajo la égida de la seguridad degradan el orden constitucional y bajo fórmulas represivas violan sistemáticamente los derechos humanos. Además, la relación entre la inseguridad y la inmigración, o la relación de esta última con el crimen que forma parte de la base de los partidos de extrema derecha antiinmigración, puede contribuir a los nacionalismos extremos ().
Tal y como señala América Latina se caracteriza por sus dificultades de tipo históricas que impiden el desarrollo de modelos socialdemócratas de bienestar. Y es que el ascenso de fuerzas de extrema derecha e iliberales pueden llegar a afectar y dar mayor auge y legitimidad a la deriva autoritaria de líderes de gobierno en la región. A su vez, los discursos que promueven esos líderes construyen un marco: nosotros (nacionales) vs. ellos (). En el caso de América Latina, en “ellos” pueden converger diferentes grupos desde, la izquierda, los feminismos o como ya se ha observado, los migrantes ().
Por otro lado, el peso de la variable independiente de narcotráfico como principal problema que determina en buena medida la satisfacción con la democracia (H3), evidencia que las políticas para combatir este flagelo implementadas en la región siguen siendo insuficientes. Los principales informes de seguridad de la región reportan no sólo su incremento, sino la relación con las elevadas tasas de violencia y homicidios. Eso además obliga a situar la atención en el incremento del apoyo y confianza a instituciones como las fuerzas armadas o la policía, lo que va unido a la promoción de un discurso de seguridad y orden desde el ejecutivo, unido a propuestas de militarización total, basadas en la espectacularidad y uso (o abuso) del componente visual (), que podrían contribuir a que la ciudadanía avale el uso excesivo de la fuerza, como ya se ha observado en algunos países de la región.
Asimismo, no se debe menoscabar que, además de la violencia en las calles, el tercer tipo de violencia al que se expone la subregión andina es la de tipo intrafamiliar contra la mujer. Este tipo de violencia también debe seguir abordándose desde perspectivas interdisciplinares debido a la necesidad de trabajar en políticas de cuidado.
Finalmente, este estudio demuestra que existen diferencias importantes que denotan la heterogeneidad de la región con respecto a las subregiones. Por esa razón, es necesario realizar estudios de caso subregionales que permitan realizar inferencias, y, posteriormente, estudios comparados.
5. Referencias
1
ACNUR (2023). Situación de Venezuela. Madrid. https://www.acnur.org/es-es/emergencias/situacion-de-venezuela
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Notas
[1] Los regímenes autoritarios implican la ausencia de interdependencia entre los poderes legítimamente constituidos, y su concentración en manos de un liderazgo que transgrede tales fronteras y asume roles ‘totalitarios’ y con una línea única. En este tipo de regímenes se retratan figuras hegemónicas, monopólicas e individualizadas, en tanto se suprime la autonomía y el ‘contrapeso’ de otras líneas discursivas. En su total ausencia (de tales términos democráticos), podríamos referirnos a ‘totalitarismos’ (; ).
[2] Se realizaron un total de 4800 encuestas en los cuatro países seleccionados: Bolivia (n=1200 / EM= +/-2.8%), Colombia (n=1200 / EM= +/-2.8%), Ecuador (n=1200 / EM= +/-2.8%) y Perú (n=1200 / EM= +/-2.8%). Estas encuestas se llevaron a cabo entre el 20 de febrero y el 1 de abril de 2023 a través entrevistas presenciales.